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Atrapada sin salida XXIII

Atrapada sin salida XXIII




Capitulo XXIII

Sábado 3 de julio del 2010

-Hacia poco menos de una semana Gerson y yo nos mudamos a Encarnación de Díaz ( La Chona)
El mismo pueblo en dónde Gerson vivía antes de conocernos,y llegamos a la misma casa en dónde engendramos a nuestro bebito.
Los recuerdos se hicieron inmensos,al llegar a aquel hogar.
El mes de Julio llegó muy pronto y mi embarazo se situó en los 7 meses.


Ahora con siete meses de embarazo,a cuestas.
No había forma de aminorar mi condición,como lo hice al llegar a Aguascalientes.así que había abandonado todos los intentos de hacerlo.
De hecho, la velocidad a la que mi barriga seguía creciendo ahora significaba que la ropa de maternidad solo podría usarla en cuestión de pocas semanas.
El pobre de Gerson,estaba gastando una fortuna en mi, cada vez que salíamos de shopping a comprar más batas de maternidad.
Una gran variedad de tiendas, ahora ofrecen a las mujeres embarazadas de cualquier edad, desde vestidos sueltos y holgados hasta petos y vestidos de cóctel ajustados.
También había una gran cantidad de ropa interior, desde las esperadas bragas enormes hasta trajes de baño bastante sugerentes y lencería sexy en caso de que la futura madre o su pareja necesitaran ayuda en el departamento de excitación...

El caminar a su lado,e ir agarrados de la mano me hacia sentir tan segura de mi misma.
Si bien decidimos no seguir viviendo en el hotel de Aguascalientes,ni mucho menos en Calvillo para evitar la molestia en mis padres y encontrarnos a Tomás.
Pero la convalecencia de Nina seguiría en casa,así que no quería estar lejos de mi pequeña.
Aunque fuera por teléfono,pero necesitaba estar al pendiente.
Quizás por eso decidimos volver a Encarnación de Díaz un poblado que Gerson ya conocía y en dónde además se prestaba para andar a nuestras anchas como una pareja de recién casados.
Entonces pude notarlo;
De una manera extraña y perversa, en realidad estaba deseando romper esta barrera final. 
Marcaba el fin del engaño; la aceptación abierta de que, contra toda probabilidad, estaba embarazada de Gerson a pesar de mi condición matrimonial con otro hombre. 
El mundo podría pensar lo peor y probablemente lo haría; 
Pero descubrí que éso ya no me importaba.
aunque no iba a hacer alarde de mi condición, no iba a tratar de ocultarlo por más tiempo.

La noticia ya se había extendido por todo Calvillo y más en el grupo de amigos de mi familia, como la pólvora. 
En el ámbito de un pequeño pueblo como Calvillo, cualquier forma de escándalo es recibida con entusiasmo, por lo que la idea de que una intachable mujer casada, esté embarazada de otro hombre.
Era una golosina demasiado jugosa para permanecer en secreto durante mucho tiempo.

Sabía que también había rumores sobre cómo me había puesto en esa condición. 
Aunque se les consideraba escandalosos, los que había escuchado eran demasiado fantasiosos para estar cerca de lo que realmente había sucedido, pero traté de permanecer por encima de todos esos chismes difamatorios por temor a dejar que la verdad emergierá accidentalmente.

Aún así, mientras caminaba por los pasillos de algún mall,o las banquetas del pueblo agarrada de la mano de Gerson, no pude evitar notar que varios de los conocidos con los que pase grandes momentos,ahora me evitaban y señalaban cada que podían.
En realidad me prestaban más atención de la que estaba acostumbrada a recibir.

Sonreí interiormente; 
Me estaba acostumbrando a mi barriga siendo mirada subrepticiamente por ojos incrédulos, buscando señales del rumoreado bulto. 
Una vez satisfecha su curiosidad,la gente pasaba de largo.
Y no muy lejano el día, esto pasaría.
Durante un tiempo, la mirada fija sería descarada, pero pronto se convertiría en "noticias viejas" y la presión se relajaría.

Aunque ninguno me lo dijo a la cara, de esos amigos y conocidos que sabían con certeza que estaba embarazada, muchos estaban horrorizados, pero otros estaban sorprendentemente impresionados y me apoyaban, aunque no lo dijesen.
Todos, sin excepción, estaban desconcertados tanto por la concepción como por el hecho de que, había decidido quedarme con el niño.
Pero ya todo había pasado y hoy mi vida era plena.

Al poco de meterse el sol,de ese agradable sábado.
Gerson me invitó a cenar.
Escogió una taquería muy famosa del centro de Encarnación de Diaz.
Yo tenía tanta hambre...🤤
Que al ver los taquitos de suadero, adobada y cuerito mi bebé exigía probar uno de cada uno!! 🤣
Cenamos como reyes y en cuanto Gerson pago la cuenta nos retiramos a casa.
El me ayudó a subir al coche,a estás alturas necesitaba siempre su ayuda.
Me senté en el asiento del copiloto, dejé mi enorme bolso a mi lado y fruncí el ceño; la guantera definitivamente se estaba acercando a mi barriga. 
Quite el bolso de mi lado y lo eche hacía atrás,y haciendo uso de la palanca del asiento la giré para hacer el asiento hasta el fondo, hasta que estuvo a una distancia más cómoda, luego de eso Gerson encendío el motor y entro en el tráfico de la hora en punto.
Pude notar en el trayecto.
Cómo me dolía la espalda y como solía hacerlo en estos días. 
A pesar de no hacer frío esa noche, encendí el asiento con calefacción para tratar de aliviar el dolor mientras Gerson se abría camino a través de filas de autos que se movían lentamente hacia la carretera abierta que conducía a casa, retorciéndome sobre el cuero caliente debajo de mi trasero.

Una ola de sensación inesperada se extendió desde lo profundo entre mis muslos seguida de un escalofrío de placer, un cálido resplandor en mi vientre y un ligero ardor en mis mejillas.

Una amplia sonrisa de culpa cruzó mi rostro mientras le agradecía a Dios que estaba con Gerson.

A medida que avanzaba mi embarazo, mi ya elevada libido simplemente se había disparado. 
Ahora, más de seis meses atrás y con una barriga casi imposible de esconder, casi nada me llevaba a una excitación masiva. 
Incluso mientras estaba sentada poniéndome el cinturón de seguridad, la suave presión del fuelle de mis bragas en mi vulva hipersensible me estaba excitando claramente.

Nada similar había sucedido en mi vida.
Lo más cercano fue cuando llevaba en brazos a Paola hace 19 años, pero entonces yo era una chica de apenas veinte; más joven y sexy. 
Con una líbido típica de las veinteñeras.
Pero mi pudor y falta de experiencia todo ese tiempo me hizo ignorarlo.
Ahora que el efecto era aún más pronunciado, era claramente de mediana edad y hoy estaba en la mejor posición para hacer un mejor uso de mis mayores deseos.

No obstante, mis sueños estaban obsesionados con imágenes de mi hombre con quien había follado durante la locura sexual del último año. 
el arriba y dentro de mí, era el único con el que había estado taladrando toda la noche y me dejó embarazada.

Me pregunté si todas las mujeres embarazadas fantaseaban con el hombre de cuyo bebé estaba embarazada.

A menudo, mientras yacía en la cama en la oscuridad, recordaba vívidamente su cuerpo atlético y en forma de gimnasio entre mis muslos abiertos; su rostro joven y atractivo con la llamativa piel de color marrón que lo hacía irresistible para tantas mujeres de todas las edades; su polla bien manejada se enterró profundamente en mi vagina mientras me llenaba con su semilla juvenil y fértil.

Recordaría los muchos orgasmos que había inducido en mi cuerpo de mediana edad por el resto de mi vida.

Al vivir con el en pareja, agradecí que el siempre necesitaba sexo crudo y enérgico a diario, mi siempre eterna complacencia hizo que Gerson agradeciera mi voluntarioso ánimo.  

Pero eso no significaba que iba a permitirle hacer siempre sus deberes. 
Con el nacimiento del bebé en apenas doce semanas y mi barriga creciendo cada día, no iba a dejar pasar ninguna oportunidad. 
Pues claramente sabía lo mucho que el desveló y el estrés afecta la vida emocional de una mujer.
Pero esa noche,
Mientras Gerson conducía a casa, tanto mi mente como mi cuerpo necesitaban sentir la polla y el semen de mi semental dentro de mí en una hora como máximo.
🔥🔥

No era solo lujuria. 
De acuerdo, era principalmente lujuria, pero también estaba la leve pero creciente e inquietante sensación de inseguridad que la mayoría de las mujeres embarazadas sienten en algún momento; la preocupación, aunque injustificada, de que el padre de su hijo por nacer la abandonara cuando se encontraba en su momento más vulnerable. 
En mi caso, esa preocupación me había llevado a una necesidad constante de unidad física y tranquilidad emocional.

Por mucho que un hombre intente convencerla de lo contrario, ninguna mujer se siente más atractiva cuando su vientre está hinchado, especialmente si ha aumentado de peso en otros lugares durante el proceso. 
En mi caso, el aumento de peso fue gradual pero mi barriga estaba cada día fuera de los límites de la razón, pero en mi opinión tuve que lidiar con dos desafíos importantes que la mayoría de las mujeres embarazadas se salvan.

El primero y más importante fue que mi macho, el hombre del que me había vuelto tan dependiente, no era el hombre modelo que una mujer quisiera tener a su lado.
Aunque sabía y aceptaba que Gerson andaba en malos pasos, nunca pude quitarme de la cabeza la idea de que un día podría despertar a la realidad de criar al hijo de otro hombre,sola.
Decidí que no podría soportarlo después de todo, era vital que el rectificara para bien de ambos. 
El hecho de que no mostrara ningún signo de esto hizo poco para tranquilizarme.
Esa noche el llegar a casa e iniciar la sesión de besos y cariños.
Nos llevó a la cama rápidamente,y nuestra desnudez no contribuyó a qué siguiera pensando en que hacer para exigirle a Gerson que dejara el hampa.

Al día siguiente
Gerson salió muy temprano
Esto me dejó un par de horas para terminar de planchar y poner la casa en orden para que él y yo pudiéramos pasar toda la noche disfrutando de los últimos episodios de nuestra serie favorita que habíamos estado viendo.

A medida que avanzaba mi embarazo, tengo que confesar que el ama de casa dentro de mí me hacía sentir cada vez más de su presencia. 
Trabajos como planchar que hasta hace pocos meses había visto como una tarea rutinaria, comenzaban a sentirlos reconfortantes y calmantes.

Yo también disfrutaba más cocinar, para deleite de Gerson que no había estado acostumbrado a la comida casera.
Y había estado haciendo planes en anticipación para la llegada del bebé. 
Estos planes implicaban inevitablemente la compra de grandes cantidades de kit para bebés, como lo llamaba Gerson, y la redecoración de varias habitaciones, allá en Honduras.
incluida la pequeña al lado de nuestro dormitorio, que había estado de oquis pero que ahora se llamaría "guardería".

Planeaba decorar esto yo misma una vez que dejara México, para ayudar a sobrellevar la distancia que me separaría de nuevo de mis hijas,y por supuesto, como parte de mi instinto de anidación cada vez más evidente. 
Gerson podía hacer las cosas físicas más exigentes; Tenía la intención de sacarlo de sus negocios a cargo, para que solo hiciera las partes que me convenían.
🔥

Y, por supuesto, sabía que Gerson me dejaría salirme con la mía.

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