El miércoles previo a la Navidad, por la noche, nos juntamos Agus, Cami, Vale y yo en un bar para despedir el año. En los días anteriores, con Agustina planeamos lo que pasaría después del bar, que era (obviamente) enfiestar entre las dos a Lucas.
Pero para este encuentro, quería que haya un toque acorde al tiempo navideño. Por eso le pedí a Agustina un vestuario específico. En un momento de la cena, nos levantamos las dos y fuimos al baño. Antes de salir, le pregunto si había conseguido lo que le había pedido. Sin decir nada, se dio vuelta y bajando apenas el shorcito que tenía puesto deja ver una tanguita roja y me guiña el ojo. Nos damos un pico y salimos a sentarnos nuevamente con nuestras amigas.
A Vale la fue a buscar su novio, y a Cami su esposo que estaba por la zona con sus amigos. Yo había arreglado con Lucas para que me venga a buscar, aunque él no sabía nada de mis intenciones. En todos estos días, después de lo que conté en los últimos 2 relatos( este y este otro), quedó claro que lo que pudiera llegar a pasar, lo decidía yo (cuando y con quien). Lucas entró a buscarme al bar y le pregunté si podíamos alcanzar a Agustina a su casa.
En el auto, luego de una charla corta de "como íbamos a pasar las fiestas", puse mi mano sobre su pierna y sonriendo le dije "se entiende que vamos a tu departamento los 3, no?". Lucas se ríe, y obediente, me dice que eso lo decido yo.
Cuando subimos al ascensor, le doy un beso a Lucas, él me responde metiendo su lengua en mi boca y agarrándome fuerte del culo. Luego, llevé la cara de Agus hacia él para que se besen. Una de sus manos seguía aferrada a mi cola, y la otra amasaba las tetas de mi amiga. Lucas agarró nuestras cabezas y nos empujó para que nos besemos. Abracé a mi amiga desesperada mientras nos comíamos la boca hasta que el ascensor llegó a su destino.
Antes que él pudiera hacer nada, lo sentamos y le tapamos los ojos. Con el cinto de su pantalón le atamos las manos detrás de la silla. "Quieto" le dije mientras las dos nos desvestíamos. Cuando estuvimos listas, le sacamos la venda de los ojos.
"Feliz Navidad" le dijimos abrazadas, con un conjunto de encaje rojo y gorrito de Mamá Noel. Nos abrazamos y empezamos a acariciarnos todo el cuerpo. Con la punta de mis dedos acariciaba sus muslos, apenas rozando su cola, subiendo por su costado hasta las tetas. Ella, más salvaje, me agarraba fuerte de las nalgas mostrándole a Lucas como las amasaba.
Cuando él intentó levantarse, lo frené autoritariamente. "Si te levantás, nos vamos". Con su respiración agitada, conteniendo las ganas de participar, se volvió a sentar y admirar el espectáculo que le regalábamos.
Agus me hizo desfilar un poco delante de Lucas y dándome vuelta me pegó un par de chirlos en la cola en frente de su cara. Yo hice lo mismo, pero le arranqué el corpiño para chuparle las tetas. Quedamos solo con la tanguita y el gorrito delante de él.
Nos sentamos una en cada pierna. Yo le metía mano en la pija mientras Agus lo besaba. Luego, se da vuelta y me besa a mi. Terminamos arrodilladas bajándole el pantalón dejando a la vista su verga parada.
La agarré de la base y con la lengua la recorrí de punta a punta. Agus hizo lo mismo, pero empezó desde las bolas hasta la punta donde se quedó a jugar con la lengua rodeando la cabeza. Yo bajé y atendí sus bolas un rato metiéndomelas en la boca. Juntamos nuestras caras con su pija en el medio mientras lo pajeábamos. Lucas estaba hipnotizado mirando a sus dos putitas jugar con su pija. Obvio, sin sacarnos el gorrito navideño. Le daba el toque a la escena.
Alternábamos chupada de pija con besos entre nosotras. Mi concha estaba empapada, y no aguanté más. Me senté arriba de Lucas rozando mis labios (de abajo) contra la pija de Lucas. Agus lamía la verga y mi cola dependiendo de mis movimientos. Mi amiga me frena, corre mi tanguita y acomoda la punta de la pija para que me penetre.
Acomodé mi cuerpo y me dejé caer sobre el vergón de mi macho hasta sentirlo en lo más hondo de mi cuerpo. Mientras cabalgaba, Agus se paró a nuestro lado. Empezamos a chuparle las tetas, una cada uno. Me levanté y girando quedé de espaldas a Lucas. Volví a meterme la pija y de frente a Agustina nos besamos mientras me seguía cogiendo a mi chico.
Lucas se soltó del cinto que amarraba sus manos para agarrarme de los pelos. Me empujaba hacia abajo y hacia arriba, acompañando el movimiento de mis caderas. Yo ahogaba los gemidos en la boca de mi amiga.
Me levanté y le entregué la pija a Agus. Ella también se sentó de espaldas. Lucas no despegaba la vista de como nosotras nos besábamos, mientras Agus saltaba descontrolada en su verga.
Entre las dos levantamos a Lucas para ir a la habitación, pero antes nos arrodillamos ante su pija para otra vez alternarnos peteandolo. Pero esta vez estábamos más desesperadas. El gusto de ese pijón con nuestros flujos mezclados nos volvió loquitas. Nos besábamos y sentíamos el gusto de nuestras conchas en la lengua.
Su verga chorreaba de los jugos y la saliva que le dejábamos al querer meternos todo ese tronco entero en nuestras bocas. Ya en la habitación, lo acostamos y terminamos de desnudarnos, quedándonos solo con los gorritos. Luego de chuparle la pija otro rato, nos acostamos boca arriba una al lado de la otra. Lucas se acomodó y nos empezó a chupar la concha, un rato a cada una. Lamía a una, jugaba con los dedos en la otra.
Se levantó y me penetró a mí primera, sin dejar de manosear a mi amiga. Yo lo miraba a él y miraba como tocaba las tetas de Agustina. "Damelas" le supliqué entre gemidos a ella, pidiéndole que me ponga sus tetas en la boca. Ella obedeció y mientras recibía pija le comía las tetas a mi amiga.
Lucas aprovechó y cambió su pija a la concha de Agustina. Se movía lento, para disfrutar de toda la situación. Sacaba casi toda la verga y la iba metiendo despacio. Sus manos recorrían nuestros cuerpos. Bajaba de nuestros pechos a la pancita y subía nuevamente.
Me levanté y me puse en 4 en el borde de la cama. Lucas se tiró derecho a metermela, pero mi amiga se interpone y empieza a chuparme la concha. Lucas se arrodilló a su lado y se suma con su lengua a darme placer.
Sentía como me lamían y penetraban con sus dedos. Las dos lenguas se paseaban entre mi concha, mi cola, mis piernas. Los dedos salían húmedos de mi conchita. Cuando dejaba de sentirlos, imaginaba como se estaban comiendo la boca sintiendo el gustito de mis flujos en sus lenguas.
De pronto, mi concha se empapa al sentir la punta de la pija de mi macho comenzar a penetrarme. Mis muslos estaban chorreados de tanto placer. Agus se acomodó delante mío, y se la chupé hasta hacerla acabar. Las embestidas de Lucas marcaban el movimiento de mi lengua sobre la concha de mi amiga.
Acomodé a Agus en 4, y le hicimos lo mismo que a mi. Entre los dos le chupamos la concha y la cola. Le dejé todo el ano bien salivado, para empezar a penetrárselo con un dedo. Lucas seguía encargándose de la conchita. "Basta, basta" pedía ella porque tenía la concha sensible de la acabada reciente. Lucas la penetra, pero yo seguí jugando con los dedos en su cola.
"Ayy siii... sigan, no paren" pedía ella. Lo estaba disfrutando, pero sin ser consciente de cual era mi intención. Otro dedo entró en su colita, pero mis ojos no podían despegarse del tronco de Lucas desapareciendo entero dentro del cuerpo de mi amiga. La pija salía y cuando entraba veía en primer plano como se abría completamente para dejar enterrar ese pijón ancho en su cuerpo.
Cuando llegaba al fondo, el gemido de Agustina se incrementaba. Su pija salía empapada de los flujos de la concha de Agustina. No aguanté, y se la arranqué de adentro para chuparla y sentir el sabor de las acabadas de ella. Me clavé la pija lo más adentro que mi garganta permitía.
Cuando la volví a apoyar en la concha, Lucas se sacó por completo y agarrándola de los pelos le pegó una garchada bien animal, como nos gusta. Agus lo incitaba a que la cogiera más fuerte. Cuando sus piernas no aguantaron más, la sacó y mi amiga quedó tirada en la cama, rendida. Me acomodé a su lado y abrazándola empezamos a franelear entre nosotras.
Acomodamos nuestras conchitas en el muslo de la otra y nos movimos hasta que acabé. Mientras besaba a mi amiga ahogando el grito que me había provocado el orgasmo, Lucas se acomodó parado encima nuestro pajeandose, hasta acabar sobre nuestros cuerpos. La mayor parte cayó sobre nuestros pechos y otro poco en la cara.
Luego de limpiarnos toda la lechita, Lucas se fue a bañar y quedamos nosotras solas. Nos quedamos semidormidas abrazadas, sin decir ni hacer nada. Cuando él volvió, nos empezó a besar desde los pies, los muslos... nos acomodamos una encima de la otra, enfrentadas. Nos besamos mientras él nos chupaba la concha a las dos, casi al mismo tiempo. No tardé en sentir su verga enterrarse en mí.
Aún no la tenía dura al 100%. Me calienta mucho que su pija aun sin estar dura pueda penetrarme y hacerme delirar de placer. Jugó un rato con nosotras, penetrándonos un rato a cada una. No pasó mucho tiempo hasta que el pijón estuvo nuevamente parado dispuesto a destruirnos.
Le agarramos la pija, y empezamos a chupársela. Nos besábamos con la mezcla de gustos a pija, concha, flujos... eso nos excitaba aún más. La acomodé a Agustina en 4, y otra vez empezamos a trabajarle la colita. Lo miré a Lucas y le sonreí. Ya le había dicho que tenía la clara intención de que su verga penetre la colita de mi amiga.
Él entendió y mientras yo chupaba el culo de mi amiga y lo abría con los dedos, se embardunaba la pija en lubricante. "Vamos a probar" le dije al oído a Agus. La primera reacción fue decir que no, aunque la muy puta no se movió de su posición extasiada de la chupada de orto que le estaba dando mi lengua. Hacía bastante tiempo que no entregaba la cola, y mucho más a un matafuego de ese tamaño. Mientras apoyaba la punta de la pija en su colita ya trabajada, la tranquilizaba con besitos tiernos y caricias en sus mejillas.
Me acosté a su lado, dejando todo el resto del trabajo a él. "Te vi meterte cosas bien grandes por ahí, de que te preocupas puta" le decía al oído mientras mi chico empujaba despacio sobre su cola. Agus se mordía os labios, soportando la pija que la penetraba y recordando esos años de locura donde también compartíamos pijas que nos rompía la colita a las dos.
La puntita había entrado. Agustina apretaba fuerte mi mano mientras mordía las sábanas. Asintió sin decir nada para permitirle a Lucas avanzar un poco más. Con cuidado, la cola de Agus iba cediendo poco a poco. "No no no" decía ella, casi llorando, pero no tardó en suspirar entre gemidos "siii siii".
Ahora Lucas la culeaba con más ritmo. Otra vez, la cola de Agustina estaba acostumbrada a un pijón. "Ay me encanta... me encanta" gritaba desencajada cuando Lucas la sacaba por completo y la enterraba suavemente. "Hasta ahí... basta", suspiró y se tiró en la cama.
La di vuelta y le chupé la concha. Estaba empapada de sentir su colita destruirse. Levanté sus caderas para ver el ano abierto que aun no había recuperado su tamaño natural. La hice acabar con la lengua y al toque Lucas empezó a cogerme a mi. Tenía medio cuerpo en la cama y las piernas colgando, pero no le importó. Me destruyó la concha dejando su pija enterrada y como buscando partirme en dos, me daba movimientos rápidos y cortitos.
Me tiró sobre la cama quedando con la cola para arriba. Me la chupó un rato y antes de acomodarme para seguir garchandome, la agarré a Agus y nos pusimos haciendo un 69. Ahora si, su verga me penetró, dejándole a la vista de mi amiga el espectáculo de la cogida mientras me la chupaba. Las bolas rozaban su cara cuando se metía por completo.
Entre la pija de Lucas y la lengua de Agustina, no tardé en acabar. Tuve que salir de esa posición quedando a un costado. Pero no por mucho. Me acomodaron entre los dos en 4, y sabía que ahora iba a ser mi turno. Levanté mis caderas, totalmente entregada a lo que ellos quieran. Enterré mi cara entre las almohadas mientras la saliva de Agus lubricaba la entrada de mi ano.
Lucas sabía que mi cola ya estaba acostumbrada, así que no me tuvo piedad. Se montó sobre mi agarrándome de los pelos y me taladró el culo como si fuese la ultima vez. Cuando no aguantamos más, me soltó y me tiró sobre la cama. Agustina se acercó y besó mi cola destruida. Yo seguía con la cara entre las almohadas tratando de recuperar la respiración.
Nos arrodillamos en el piso, delante de él que se pajeaba para nosotras. Estábamos como dos perritas hambrientas con la lengua afuera esperando la lechita. Me la metí en la boca dejando que me la llene toda con su acabada.
Cuando no me entraba más, agarré a Agus de los pelos tirándole la cabeza hacia atrás. Con la otra mano le apreté la mandíbula para abrirle la boca y le escupí parte de la acabada en su boca. "Nooo nooo que putas que son!" llegó a exclamar Lucas sin poder creer lo que estaba mirando. Agus se tragó un poco y dejó chorrear el resto por sus labios, hasta el cuello.
Cuando ese chorrito de leche llegó a sus hombros, se lo limpié subiendo con la lengua el recorrido hasta su boca y terminamos tiradas en el piso besándonos. Luego, le limpiamos la pija a Lucas, que seguía erecta, y con los ojos desorbitados aún shockeado por el espectáculo que le habíamos dado.
A la mañana siguiente lo despertamos chupándole la pija, una a cada lado suyo. Agus se acostó boca arriba y yo me senté sobre su cara. Lucas se paró delante mío y mientras mi amiga me la chupaba, yo le hacía un pete sintiendo como su verga crecía dentro de mi boca. "No sabés lo que es esta vista! tenés que ver" me decía Agus desde abajo. "Haceme acabar y cambiamos" le dije entre gemidos antes de volver a clavarme la verga ya al palo.
Luego de acabar, cambiamos de posición. Realmente era increíble ver desde abajo el pete de mi amiga. Ver las tetas de Agustina y la pija de Lucas desapareciendo en su garganta me re calentaba y la chupaba con más intensidad. Sentí como ella empezó a temblar chorreándose entera en mi cara. Eso si. La verga de la boca no se la sacó nunca.
Habíamos quedado destruidas de la garchada de la noche. Tanto, que casi no pudimos coger. Agustina fue la primera que pidió no ser penetrada más. Su concha ardía de tanta fricción. Yo me puse en cucharita y me hicieron un sandwich entre los dos. Atrás, Lucas cogiéndome y adelante Agus besándome y tocándome las tetas.
Lucas me pajeaba mientras movía su pija enterrada en mi. Agus se apretaba contra mi cuerpo y me besaba. Ella se levantó y sin sacarme la pija de adentro, hizo que nos moviéramos. Lucas se acostó boca arriba y yo encima de él con mis piernas abiertas suspendidas en el aire. Agus se acomodó entre nosotros y me chupó la concha mientras mi macho me seguía cogiendo.
Su lengua recorría desde las bolas de Lucas hasta mi concha. Deliraba de placer. No podía parar de gemir. Mi cuerpo empezó a temblar. Lucas tuvo que sostener mis piernas porque no podía controlarme. De esta forma, su verga seguía clavada y mi amiga seguía chupándomela hasta hacerme explotar.
Casi al mismo tiempo, Lucas sacó la pija y largó los últimos chorros de leche que tenía guardados para nosotras. Agus se la lamió limpiándola toda. Me tiró a un costado, y siguió peteandolo hasta que le pidió que frenera. Como una especie de venganza, ella no soportaba terminar pidiendo piedad ante su verga, y lo obligó a él a pedir que por favor frenara de chuparsela.
Satisfechas, nos besamos y nos tiramos en la cama. Mientras tanto, nuestro macho fue a prepararnos el desayuno. Lo mínimo que podía hacer después del regalito navideño que le habíamos hecho.
P.D: los que me siguen hace un tiempo saben que con Lucas tengo la tradición de disfrazarme de Mamá Noel en Navidad. Había pensado hacerlo en este encuentro, pero preferí disfrutar de otra forma. El 25 luego del brindis, Mamá Noel le llevó el regalo como los últimos años. Pero por el momento, eso quedará como algo de nosotros 2 solamente.
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Indice
Pero para este encuentro, quería que haya un toque acorde al tiempo navideño. Por eso le pedí a Agustina un vestuario específico. En un momento de la cena, nos levantamos las dos y fuimos al baño. Antes de salir, le pregunto si había conseguido lo que le había pedido. Sin decir nada, se dio vuelta y bajando apenas el shorcito que tenía puesto deja ver una tanguita roja y me guiña el ojo. Nos damos un pico y salimos a sentarnos nuevamente con nuestras amigas.
A Vale la fue a buscar su novio, y a Cami su esposo que estaba por la zona con sus amigos. Yo había arreglado con Lucas para que me venga a buscar, aunque él no sabía nada de mis intenciones. En todos estos días, después de lo que conté en los últimos 2 relatos( este y este otro), quedó claro que lo que pudiera llegar a pasar, lo decidía yo (cuando y con quien). Lucas entró a buscarme al bar y le pregunté si podíamos alcanzar a Agustina a su casa.
En el auto, luego de una charla corta de "como íbamos a pasar las fiestas", puse mi mano sobre su pierna y sonriendo le dije "se entiende que vamos a tu departamento los 3, no?". Lucas se ríe, y obediente, me dice que eso lo decido yo.
Cuando subimos al ascensor, le doy un beso a Lucas, él me responde metiendo su lengua en mi boca y agarrándome fuerte del culo. Luego, llevé la cara de Agus hacia él para que se besen. Una de sus manos seguía aferrada a mi cola, y la otra amasaba las tetas de mi amiga. Lucas agarró nuestras cabezas y nos empujó para que nos besemos. Abracé a mi amiga desesperada mientras nos comíamos la boca hasta que el ascensor llegó a su destino.
Antes que él pudiera hacer nada, lo sentamos y le tapamos los ojos. Con el cinto de su pantalón le atamos las manos detrás de la silla. "Quieto" le dije mientras las dos nos desvestíamos. Cuando estuvimos listas, le sacamos la venda de los ojos.
"Feliz Navidad" le dijimos abrazadas, con un conjunto de encaje rojo y gorrito de Mamá Noel. Nos abrazamos y empezamos a acariciarnos todo el cuerpo. Con la punta de mis dedos acariciaba sus muslos, apenas rozando su cola, subiendo por su costado hasta las tetas. Ella, más salvaje, me agarraba fuerte de las nalgas mostrándole a Lucas como las amasaba.
Cuando él intentó levantarse, lo frené autoritariamente. "Si te levantás, nos vamos". Con su respiración agitada, conteniendo las ganas de participar, se volvió a sentar y admirar el espectáculo que le regalábamos.
Agus me hizo desfilar un poco delante de Lucas y dándome vuelta me pegó un par de chirlos en la cola en frente de su cara. Yo hice lo mismo, pero le arranqué el corpiño para chuparle las tetas. Quedamos solo con la tanguita y el gorrito delante de él.
Nos sentamos una en cada pierna. Yo le metía mano en la pija mientras Agus lo besaba. Luego, se da vuelta y me besa a mi. Terminamos arrodilladas bajándole el pantalón dejando a la vista su verga parada.
La agarré de la base y con la lengua la recorrí de punta a punta. Agus hizo lo mismo, pero empezó desde las bolas hasta la punta donde se quedó a jugar con la lengua rodeando la cabeza. Yo bajé y atendí sus bolas un rato metiéndomelas en la boca. Juntamos nuestras caras con su pija en el medio mientras lo pajeábamos. Lucas estaba hipnotizado mirando a sus dos putitas jugar con su pija. Obvio, sin sacarnos el gorrito navideño. Le daba el toque a la escena.
Alternábamos chupada de pija con besos entre nosotras. Mi concha estaba empapada, y no aguanté más. Me senté arriba de Lucas rozando mis labios (de abajo) contra la pija de Lucas. Agus lamía la verga y mi cola dependiendo de mis movimientos. Mi amiga me frena, corre mi tanguita y acomoda la punta de la pija para que me penetre.
Acomodé mi cuerpo y me dejé caer sobre el vergón de mi macho hasta sentirlo en lo más hondo de mi cuerpo. Mientras cabalgaba, Agus se paró a nuestro lado. Empezamos a chuparle las tetas, una cada uno. Me levanté y girando quedé de espaldas a Lucas. Volví a meterme la pija y de frente a Agustina nos besamos mientras me seguía cogiendo a mi chico.
Lucas se soltó del cinto que amarraba sus manos para agarrarme de los pelos. Me empujaba hacia abajo y hacia arriba, acompañando el movimiento de mis caderas. Yo ahogaba los gemidos en la boca de mi amiga.
Me levanté y le entregué la pija a Agus. Ella también se sentó de espaldas. Lucas no despegaba la vista de como nosotras nos besábamos, mientras Agus saltaba descontrolada en su verga.
Entre las dos levantamos a Lucas para ir a la habitación, pero antes nos arrodillamos ante su pija para otra vez alternarnos peteandolo. Pero esta vez estábamos más desesperadas. El gusto de ese pijón con nuestros flujos mezclados nos volvió loquitas. Nos besábamos y sentíamos el gusto de nuestras conchas en la lengua.
Su verga chorreaba de los jugos y la saliva que le dejábamos al querer meternos todo ese tronco entero en nuestras bocas. Ya en la habitación, lo acostamos y terminamos de desnudarnos, quedándonos solo con los gorritos. Luego de chuparle la pija otro rato, nos acostamos boca arriba una al lado de la otra. Lucas se acomodó y nos empezó a chupar la concha, un rato a cada una. Lamía a una, jugaba con los dedos en la otra.
Se levantó y me penetró a mí primera, sin dejar de manosear a mi amiga. Yo lo miraba a él y miraba como tocaba las tetas de Agustina. "Damelas" le supliqué entre gemidos a ella, pidiéndole que me ponga sus tetas en la boca. Ella obedeció y mientras recibía pija le comía las tetas a mi amiga.
Lucas aprovechó y cambió su pija a la concha de Agustina. Se movía lento, para disfrutar de toda la situación. Sacaba casi toda la verga y la iba metiendo despacio. Sus manos recorrían nuestros cuerpos. Bajaba de nuestros pechos a la pancita y subía nuevamente.
Me levanté y me puse en 4 en el borde de la cama. Lucas se tiró derecho a metermela, pero mi amiga se interpone y empieza a chuparme la concha. Lucas se arrodilló a su lado y se suma con su lengua a darme placer.
Sentía como me lamían y penetraban con sus dedos. Las dos lenguas se paseaban entre mi concha, mi cola, mis piernas. Los dedos salían húmedos de mi conchita. Cuando dejaba de sentirlos, imaginaba como se estaban comiendo la boca sintiendo el gustito de mis flujos en sus lenguas.
De pronto, mi concha se empapa al sentir la punta de la pija de mi macho comenzar a penetrarme. Mis muslos estaban chorreados de tanto placer. Agus se acomodó delante mío, y se la chupé hasta hacerla acabar. Las embestidas de Lucas marcaban el movimiento de mi lengua sobre la concha de mi amiga.
Acomodé a Agus en 4, y le hicimos lo mismo que a mi. Entre los dos le chupamos la concha y la cola. Le dejé todo el ano bien salivado, para empezar a penetrárselo con un dedo. Lucas seguía encargándose de la conchita. "Basta, basta" pedía ella porque tenía la concha sensible de la acabada reciente. Lucas la penetra, pero yo seguí jugando con los dedos en su cola.
"Ayy siii... sigan, no paren" pedía ella. Lo estaba disfrutando, pero sin ser consciente de cual era mi intención. Otro dedo entró en su colita, pero mis ojos no podían despegarse del tronco de Lucas desapareciendo entero dentro del cuerpo de mi amiga. La pija salía y cuando entraba veía en primer plano como se abría completamente para dejar enterrar ese pijón ancho en su cuerpo.
Cuando llegaba al fondo, el gemido de Agustina se incrementaba. Su pija salía empapada de los flujos de la concha de Agustina. No aguanté, y se la arranqué de adentro para chuparla y sentir el sabor de las acabadas de ella. Me clavé la pija lo más adentro que mi garganta permitía.
Cuando la volví a apoyar en la concha, Lucas se sacó por completo y agarrándola de los pelos le pegó una garchada bien animal, como nos gusta. Agus lo incitaba a que la cogiera más fuerte. Cuando sus piernas no aguantaron más, la sacó y mi amiga quedó tirada en la cama, rendida. Me acomodé a su lado y abrazándola empezamos a franelear entre nosotras.
Acomodamos nuestras conchitas en el muslo de la otra y nos movimos hasta que acabé. Mientras besaba a mi amiga ahogando el grito que me había provocado el orgasmo, Lucas se acomodó parado encima nuestro pajeandose, hasta acabar sobre nuestros cuerpos. La mayor parte cayó sobre nuestros pechos y otro poco en la cara.
Luego de limpiarnos toda la lechita, Lucas se fue a bañar y quedamos nosotras solas. Nos quedamos semidormidas abrazadas, sin decir ni hacer nada. Cuando él volvió, nos empezó a besar desde los pies, los muslos... nos acomodamos una encima de la otra, enfrentadas. Nos besamos mientras él nos chupaba la concha a las dos, casi al mismo tiempo. No tardé en sentir su verga enterrarse en mí.
Aún no la tenía dura al 100%. Me calienta mucho que su pija aun sin estar dura pueda penetrarme y hacerme delirar de placer. Jugó un rato con nosotras, penetrándonos un rato a cada una. No pasó mucho tiempo hasta que el pijón estuvo nuevamente parado dispuesto a destruirnos.
Le agarramos la pija, y empezamos a chupársela. Nos besábamos con la mezcla de gustos a pija, concha, flujos... eso nos excitaba aún más. La acomodé a Agustina en 4, y otra vez empezamos a trabajarle la colita. Lo miré a Lucas y le sonreí. Ya le había dicho que tenía la clara intención de que su verga penetre la colita de mi amiga.
Él entendió y mientras yo chupaba el culo de mi amiga y lo abría con los dedos, se embardunaba la pija en lubricante. "Vamos a probar" le dije al oído a Agus. La primera reacción fue decir que no, aunque la muy puta no se movió de su posición extasiada de la chupada de orto que le estaba dando mi lengua. Hacía bastante tiempo que no entregaba la cola, y mucho más a un matafuego de ese tamaño. Mientras apoyaba la punta de la pija en su colita ya trabajada, la tranquilizaba con besitos tiernos y caricias en sus mejillas.
Me acosté a su lado, dejando todo el resto del trabajo a él. "Te vi meterte cosas bien grandes por ahí, de que te preocupas puta" le decía al oído mientras mi chico empujaba despacio sobre su cola. Agus se mordía os labios, soportando la pija que la penetraba y recordando esos años de locura donde también compartíamos pijas que nos rompía la colita a las dos.
La puntita había entrado. Agustina apretaba fuerte mi mano mientras mordía las sábanas. Asintió sin decir nada para permitirle a Lucas avanzar un poco más. Con cuidado, la cola de Agus iba cediendo poco a poco. "No no no" decía ella, casi llorando, pero no tardó en suspirar entre gemidos "siii siii".
Ahora Lucas la culeaba con más ritmo. Otra vez, la cola de Agustina estaba acostumbrada a un pijón. "Ay me encanta... me encanta" gritaba desencajada cuando Lucas la sacaba por completo y la enterraba suavemente. "Hasta ahí... basta", suspiró y se tiró en la cama.
La di vuelta y le chupé la concha. Estaba empapada de sentir su colita destruirse. Levanté sus caderas para ver el ano abierto que aun no había recuperado su tamaño natural. La hice acabar con la lengua y al toque Lucas empezó a cogerme a mi. Tenía medio cuerpo en la cama y las piernas colgando, pero no le importó. Me destruyó la concha dejando su pija enterrada y como buscando partirme en dos, me daba movimientos rápidos y cortitos.
Me tiró sobre la cama quedando con la cola para arriba. Me la chupó un rato y antes de acomodarme para seguir garchandome, la agarré a Agus y nos pusimos haciendo un 69. Ahora si, su verga me penetró, dejándole a la vista de mi amiga el espectáculo de la cogida mientras me la chupaba. Las bolas rozaban su cara cuando se metía por completo.
Entre la pija de Lucas y la lengua de Agustina, no tardé en acabar. Tuve que salir de esa posición quedando a un costado. Pero no por mucho. Me acomodaron entre los dos en 4, y sabía que ahora iba a ser mi turno. Levanté mis caderas, totalmente entregada a lo que ellos quieran. Enterré mi cara entre las almohadas mientras la saliva de Agus lubricaba la entrada de mi ano.
Lucas sabía que mi cola ya estaba acostumbrada, así que no me tuvo piedad. Se montó sobre mi agarrándome de los pelos y me taladró el culo como si fuese la ultima vez. Cuando no aguantamos más, me soltó y me tiró sobre la cama. Agustina se acercó y besó mi cola destruida. Yo seguía con la cara entre las almohadas tratando de recuperar la respiración.
Nos arrodillamos en el piso, delante de él que se pajeaba para nosotras. Estábamos como dos perritas hambrientas con la lengua afuera esperando la lechita. Me la metí en la boca dejando que me la llene toda con su acabada.
Cuando no me entraba más, agarré a Agus de los pelos tirándole la cabeza hacia atrás. Con la otra mano le apreté la mandíbula para abrirle la boca y le escupí parte de la acabada en su boca. "Nooo nooo que putas que son!" llegó a exclamar Lucas sin poder creer lo que estaba mirando. Agus se tragó un poco y dejó chorrear el resto por sus labios, hasta el cuello.
Cuando ese chorrito de leche llegó a sus hombros, se lo limpié subiendo con la lengua el recorrido hasta su boca y terminamos tiradas en el piso besándonos. Luego, le limpiamos la pija a Lucas, que seguía erecta, y con los ojos desorbitados aún shockeado por el espectáculo que le habíamos dado.
A la mañana siguiente lo despertamos chupándole la pija, una a cada lado suyo. Agus se acostó boca arriba y yo me senté sobre su cara. Lucas se paró delante mío y mientras mi amiga me la chupaba, yo le hacía un pete sintiendo como su verga crecía dentro de mi boca. "No sabés lo que es esta vista! tenés que ver" me decía Agus desde abajo. "Haceme acabar y cambiamos" le dije entre gemidos antes de volver a clavarme la verga ya al palo.
Luego de acabar, cambiamos de posición. Realmente era increíble ver desde abajo el pete de mi amiga. Ver las tetas de Agustina y la pija de Lucas desapareciendo en su garganta me re calentaba y la chupaba con más intensidad. Sentí como ella empezó a temblar chorreándose entera en mi cara. Eso si. La verga de la boca no se la sacó nunca.
Habíamos quedado destruidas de la garchada de la noche. Tanto, que casi no pudimos coger. Agustina fue la primera que pidió no ser penetrada más. Su concha ardía de tanta fricción. Yo me puse en cucharita y me hicieron un sandwich entre los dos. Atrás, Lucas cogiéndome y adelante Agus besándome y tocándome las tetas.
Lucas me pajeaba mientras movía su pija enterrada en mi. Agus se apretaba contra mi cuerpo y me besaba. Ella se levantó y sin sacarme la pija de adentro, hizo que nos moviéramos. Lucas se acostó boca arriba y yo encima de él con mis piernas abiertas suspendidas en el aire. Agus se acomodó entre nosotros y me chupó la concha mientras mi macho me seguía cogiendo.
Su lengua recorría desde las bolas de Lucas hasta mi concha. Deliraba de placer. No podía parar de gemir. Mi cuerpo empezó a temblar. Lucas tuvo que sostener mis piernas porque no podía controlarme. De esta forma, su verga seguía clavada y mi amiga seguía chupándomela hasta hacerme explotar.
Casi al mismo tiempo, Lucas sacó la pija y largó los últimos chorros de leche que tenía guardados para nosotras. Agus se la lamió limpiándola toda. Me tiró a un costado, y siguió peteandolo hasta que le pidió que frenera. Como una especie de venganza, ella no soportaba terminar pidiendo piedad ante su verga, y lo obligó a él a pedir que por favor frenara de chuparsela.
Satisfechas, nos besamos y nos tiramos en la cama. Mientras tanto, nuestro macho fue a prepararnos el desayuno. Lo mínimo que podía hacer después del regalito navideño que le habíamos hecho.
P.D: los que me siguen hace un tiempo saben que con Lucas tengo la tradición de disfrazarme de Mamá Noel en Navidad. Había pensado hacerlo en este encuentro, pero preferí disfrutar de otra forma. El 25 luego del brindis, Mamá Noel le llevó el regalo como los últimos años. Pero por el momento, eso quedará como algo de nosotros 2 solamente.
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31 comentarios - Regalo especial de a tres
"Pero por el momento, eso quedará como algo de nosotros 2 solamente." eso quiere decir que en algún momento puede que lo cuentes 😜
Es repetitivo decirlo, pero que buen relato😘
muchas felicidades en este año
espero tengas un lindo año
Pero no entendí el final, ¿fue solo una fantasía?
gracias por comentar
Lucas en estos tríos las coge con forro o sin?
sin 🙈
vale esta de novia. anto casada, y al parecer, fiel. cami casada con un hijo. estan retiradas de esas orgias. fue una linda etapa la verdad 😉
Tremendo!
Mira que yo soy un asiduo lector casi desde tus inicios, y creo que esta situación supera otras que has tenido como la de los rugbyers australianos o la de christian, o la de la cogida en el colectivo.
Simplemente maravilloso!
para mi tambien fue de las mejores cosas que me pasaron. por suerte, parece que lo pude transmitir bien 😉