La fiesta continuó de manera normal, pero yo no podía dejar de pensar en lo que había pasado en la cocina por fin había dado un paso más, no solo me conformaría con ver ese hermoso culo también podría tocarlo a placer y tenía la autorización de Betty, sabía que le había gustado el hecho de que la quisiera tocar, ella siempre fue así, le encanta llamar la atención, que le griten cosas obscenas en la calle, que le digan piropos y ese tipo de cosas, incluso han llegado a tocarla en la calle y hasta eso parece disfrutar, ya no había duda mi mamá era una puta y le gustaba serlo.
Ahí estaba yo en una mesa sentado, cuando noté que mi hermana ya estaba un poco pasada de copas se veía riquísima con ese vestido tan ceñido al cuerpo que horas antes había modelado para mí y todos los que bailaban alrededor de ella se ensañaban con ganas aprovechando la situación, tal vez el morbo de tener ganas de penetrar el culo de mi madre no me había dejado darme cuenta de que Fátima también tenía un culo hermoso y torneado debido a esas largas horas que le dedica al gimnasio, me pude dar cuenta de que se movía de una forma muy provocativa, ese pequeño vestido no era suficiente para guardar sus carnosas nalgas y obvio todos estaban aprovechando el momento para verlo de cerca, tocarlo y restregarle el miembro en el culo a mi hermana al ritmo de esa asquerosa música que tocaban.
Me levanté de la mesa y fui directo a donde bailaba mi hermana.
-Me permites esta pieza?- Dije en tono de broma
-¡Claro que si tonto! ¡Qué raro! nunca quieres bailar conmigo, ¿por qué el cambio de opinión?
-Nunca te me habías antojado tanto como hoy. Quise mantener el tono de broma, pero creo que sonó demasiado en serio y convincente.
-Eres un tonto, ya cállate mejor y bailemos. Me dijo mientras me daba la espalda y comenzaba a menear su culo en mi pelvis.
Toqué la gloria por segunda ve en esa noche, esa sensación fue hermosa, movía el culo de una manera que pareciera que deseaba que la penetrara en ese mismo instante, de vez en cuando aproveché para darle unas cuantas nalgadas "jugando", la tome por las caderas y comencé a restregar mi miembro que ya estaba a punto de reventar al ritmo de la música ella solo volteaba y me tiraba miradas de complicidad mientras se mordía libidinosamente los labios cosas que me ponían mas caliente de lo que ya estaba.
Terminamos de bailar y nos dirigimos a la mesa donde estábamos sentados y comenzamos a platicar, nada fuera de lo normal hasta que me dijo.
-¿Que fueron esas nalgadas eh? no eran necesarias, yo sabía que tenía que perrearte intenso. (Perrear es un término que se usa para el baile de la música de reggaetón, lo aclaro para las personas que no son de México y leen el relato)
-Eran parte del baile, espero que no te molestaran.-Contesté un poco avergonzado
-Claro que no me molestaron, eres mi hermanito y lo que te parezca correcto para mi está bien, pero debes aceptar que estuvieron de más, ¡SUCIOOOOOO!
Esa palabra "sucio" el tono en el que lo dijo, fue lo que terminó por elevar mi excitación al 100%, era el mismo tono de calienta vergas que usaba mi mamá cuando quería conseguir algún favor de algún vecino o servidor público.
-¿Tu tienes la culpa por estar tan buena chiquita?- Le dije sin pensar mientras me acercaba un poco más hacia ella. Puse mi mano sobre una de sus piernas y empecé a acariciarla de arriba hacia abajo lentamente, ella ni se inmutó solo me dijo:
—¿Ahora soy tu chiquita? okay papi.
Comenzó el juego fue lo que pensé de inmediato, otra oportunidad más para cumplir mis fantasías.
Continuamos platicando un rato más y mis manos cada vez se aventuraban más sobre el cuerpo de mi exquisita hermana, para este punto ya se habían incorporado dos de mis primos a nuestra charla que se empezó a tornar un poco candente, ellos también aprovecharon el momento para pasar sus manos sobre mi hermana y ella parecía no tomarle importancia, yo hice una maniobra con mi brazo derecho aparentando que abrazaba cariñosamente a mi hermana pero en realidad recorría con mi mano derecha desde su espalda hasta sus nalgas mientras que con mi mano izquierda por debajo de la mesa quise aprovechar para llegar hasta su entrepierna pero en más de una ocasión me lo negó tomando mi mano para posarla nuevamente en su pierna.
En punto de las 4 am los pocos invitados que quedaban comenzaron a marcharse. Me paré de la mesa y comencé a despedirme de los invitados, cuando de pronto se me acercó mi papá y me dijo.
-Voy a continuar mi fiesta en otro lado. Y me sonrió.
Obvio sabía que iría a algún lugar de strippers o algo por el estilo siempre le han encantado ese tipo de lugares, así fue como conoció a mamá.
-Está bien yo me encargo de todo papá, feliz cumpleaños pásala bien.
Se marchó junto con algunos de sus amigos y yo me quedé a despedir a los demás en su nombre, no fue la gran cosa eran pocos los que quedaban, sentía mi momento llegar, por fin estaría con mi deliciosa madre y mi suculenta hermana a solas, nosotros tres en la casa con unas copas de más y solo podía pensar en la oportunidad que se me estaba presentando todo iba de maravilla hasta que mi mamá se me acerco y me dijo.
-Hijo, tu tío Enrique se va a quedar aquí esta noche, está algo pasado de copas y no quiero que maneje en ese estado, se quedará en tu cuarto.-Dijo mientras lo llevaba casi cargando.
-No me voy a quedar en su cuarto Betty, me voy a quedar en tu cuarto contigo y te voy a consentir.- Contestó mi tío muy ebrio, por cierto.
-Jajaja ¿sigues Enrique? ¡no vas a lograr hacer nada conmigo cochino, es más deberías pedirme disculpas, gracias a ti! tu sobrino también quiere tocarme las nalgas jajaja.- Dijo mi madre mientras me guiñaba un ojo.
No pude evitar ver como mi tío le agarraba el culo a mi mamá mientras ella lo llevaba borracho a mi cuarto, ella solo le decía que no con su cabeza, pero la sonrisa pícara en su cara decía otra cosa.
Me dispuse totalmente decepcionado a dormir en la sala cuando mi hermana apareció y me dijo.
-No inventes Carlos te vas a quedar en el sofá? ¿Cómo crees? puedes quedarte conmigo si quieres, no quiero que duermas incómodo.
-¿Hablas en serio? ¿o te burlas de mí?
-¡Claro que no tonto! ¡anda te espero en mi cuarto! Te dejaré abrazarme como hace rato en la fiesta.- Me dijo con ese tono de niña mimada que me encanta.
-Okay, gracias solo déjame ir por un short para no dormir en pantalones y voy a tu cuarto.
-Okay papi, te espero. (Se imaginarán lo que me provoco esa frase)
Me dirigí a mi cuarto por mi ropa para dormir y al llegar a la puerta de la habitación pude escuchar que mi mamá y mi tío discutían.
-Ándale Betty, estamos solos, no pasa nada.
-No Enrique estás loco, no puedo hacer eso.
-Yo sé que también quieres Betty, se te nota en cómo me hablas, ándale solo poquito, prometo que te va a gustar, además tu esposo no está ¿qué puede pasar?
-No Enrique no voy a hacer nada contigo, desde que tengo 15 años has querido lo mismo y la respuesta siempre ha sido no. Replicaba mi madre.
-¡Betty! Mira como me tienes. Le dijo mi tío mientras le enseñaba su verga.
-¡Ay Enrique! le dijo mi madre mientras comenzaba a reír.
-Tú de verdad no cambias, no voy a acostarme contigo cabroncito, pero... ¿qué puedo hacer para que no te sientas tan mal?
-¡Pues darme las nalgas Betty!-Le dijo algo enojado mientras le tocaba el culo a mi madre.
-¡Que no Enrique! Estuve a punto de hacerlo una vez y doy gracias a la vida de haberme arrepentido.
-Sí, ese momento pudo ser el mejor de mi vida, te veías divina de perrito y debo confesar que no te la iba a meter donde tú querías.
-¡Idiotaaa!-Contestó mi madre mientras soltaba una carcajada pero era algo diferente, podía notarse que estaba excitaba en su risa nerviosa.
-En serio Betty yo tenía la mira puesta en tu culo, la íbamos a pasar riquísimo pero te dio miedo.
-Malegro de no haberte dejado continuar.
-Te hubiera encantado, te lo aseguro.
-Te hubiera encantado más a ti estúpido, tenía 20 años, estaba muy jovencita y tenía un cuerpazo.
-¡Siempre es lo mismo contigo Betty! ¡Me calientas y al final no me das las nalgas!
-¡Claro que no te las voy a dar cabron! ¿Quieres que nos metamos en problemas o qué?
-Bueno por lo menos dame mi beso de buenas noches.
Mi madre se inclinó para darle un beso en la frente a mi tío lo cual dejó su culo expuesto. Pero él de una forma algo sarcástica le dijo.
-Que rico, pero no es ahí Betty, tu sabes a que me refiero.
Mi madre hizo una mueca muy cachonda y mi corazón casi se sale de mi pecho cuando vi como mi madre comenzó a ponerse de rodillas frente a él y le dio el beso en la verga más delicioso que he visto en mi vida mientras lo miraba a los ojos.
-¿Contento estúpido? Le dijo mientras se ponía de pie.
-No Betty, no me puedes dejar así.
-Está bien, recuéstate y más vale que lo disfrutes porque va a ser muy rápido.
Una vez más mi corazón comenzó a palpitar de una manera exagerada al ver que Betty se ponía una vez más de rodillas mientras recogía su cabello. Tomó el miembro de mi tío con una mano y de una manera casi profesional comenzó a devorarlo, su cabeza se movía en sincronía perfecta de arriba para abajo mientras su boca hacía aparecer y desaparecer el miembro de Enrique una y otra vez, era tanta su habilidad que Enrique no pudo aguantar más y terminó por llenar de semen la boca de mi madre. Ella se levantó tomó el cubo de basura de mi cuarto y escupió todo lo que su hermano había depositado en su linda boca.
-Hasta mañana Enrique. Le dijo con una sonrisa coqueta y comenzó a caminar rumbo al pasillo.
Mi madre salió de mi habitación y yo me moví de la puerta rápidamente para que no se diera cuenta que había visto todo aquel espectáculo, me vio y me dijo.
-¡Ya duérmete tú también eh! Tú no vas a conseguir nada de mí si es lo que quieres, no estoy tan ebria hasta mañana descansa.-Era obvio que se había dado cuenta que la había visto y no le importaba.
Se dio la media vuelta y comenzó a caminar de una manera más exagerada con el propósito de que yo la viera. Su mirada la delató.
No pude evitar llevar mi mano hacia mi miembro y tocarlo de una manera obscena mientras veía su culo. Me acerqué a ella y le di otra nalgada descomunal.
-Y duérmete tonto, ¡”esta noche no! Me dijo de una manera juguetona.
Entré a mi cuarto y mi tío ya estaba dormido, por no decir muerto por el alcohol y el placer que seguramente había sentido con aquella magistral mamada que le había hecho Betty minutos antes, tomé unos shorts y me dispuse a ir al cuarto de mi hermana.
Entre a su habitación y cuando volteé a la cama pude ver gracias a la luz de mesa sé que encontraba acostada boca abajo, con el culo totalmente expuesto hacia arriba, llevaba puesto un babydoll y un conjunto de lencería totalmente provocativo inmediatamente me quité mis jeans y me puse el short salté a la cama y me acerque lo más que pude al cuerpo de mi hermana, se veía deliciosa con ese babydoll era mucha mi excitación en ese momento pero la luz de su buró me incomodaba, así que quise apagarla y con un movimiento que en ese momento sentí suave y calculado estiré mi brazo mí y torso para alcanzar el switch de la lámpara quedando encima de mi hermana con mi pecho pegado a su espalda y mi verga totalmente incrustada entre sus dos hermosas nalgas, fue una sensación incomparable, incluso más que cuando estábamos bailando estaba totalmente en la gloria cuando de repente su voz me sacó de mi trance.
-¿¡Que haces cabron!?
-Solo quería apagar la luz.-Contesté tartamudeando.
-¡Si claro la luz! pudiste haberme pedido que la apagara, no estaba dormida, ¡llevo más de 10 minutos viendo como me miras mientras creías que estaba dormida cerdo!
-Perdóname, pero tú tienes la culpa, esa ropa no me ayuda.-Contesté avergonzado.
-¡Hombreees! Todos son iguales, pobrecitos.
-No pude evitarlo, lo siento.
-¡Ya cállate, a ver déjame ver eso, lo sentí grande! ¿Puedo verlo?
-¿Qué cosa?
-¡No te hagas el tonto, esa cosa que casi me pusiste entre las nalgas cochino! −Dijo riéndose mientras apuntaba a mi pene erecto.
-Me da pena mostrártelo.
-Pero no te da pena restregármelo en el culo.
-Está bien, te voy a enseñar. Me baje el bóxer lentamente y mi verga salió disparada totalmente erguida.
Mi hermana se le quedo viendo y no puede dejar pasar el detalle de que al momento de verlo paso algo de saliva y se mordió los labios.
-¡Es grande! dijo con una risa nerviosa-la verdad es que no es tan grande, es tamaño normal, supongo que el alcohol hizo que la viera de esa manera.
-Cuando quieras. Le contesté. Ella volteo a verme con una mirada tierna, pero picara a la vez.
-Pobrecito, ¿está así por mi culpa?
-Sí, creo que deberías hacer algo al respecto, tu eres la culpable después de todo.
-¿Qué puedo hacer?
Sentía que era mi oportunidad y decidí ir por todo.
-Déjame cogerte, bájate ese cachetero que traes puesto y ponte de perrito, tal vez de esa manera te perdone.-Le dije ya sin ningún pudor.
-¿Estás idiota? De ninguna manera haré eso.-Contestó muy molesta.
Ahí fue cuando decidí cambiar la estrategia y recordé las palabras que mi tío le había dicho a mi mamá una hora antes.
-Dale un beso, para que se calme el pobrecito.
Ella se quedó pensativa un momento y mis esperanzas decayeron, pero una vez más la vida me sorprendió.
-¡Me parece justo!-Contestó.
-Hay dos opciones, decidí aprovechar su momento de aprobación.
-¿Cuáles son?
-Puedes darle un beso con lengua incluida por al menos 10 segundos de lengüetazo o 15 besitos normales, ¡tú eliges!
-¡MMMM! ¡De las 2 maneras sales ganando tú! Pero, en fin, elijo los 15 besos, recuéstate, no quiero que me veas, me da pena.
Me recosté totalmente emocionado en ese momento mi hermana tomo mi verga con sus manos, acercó sus labios y no puedo olvidar la sensación que sentí cuando su respiración alcanzó mi pene, acercó sus carnosos labios y besó la cabeza.
-Uno, dos, tres, cuatro... Contaba mientras daba pequeños besitos a mi verga, sentía que reventaba y cuando llegó el beso número quince...
Sentí que un escalofrío recorrer desde las puntas de los dedos de mis pies hasta el final de mi espina dorsal, fue como una descarga eléctrica al sentir como su lengua comenzó a recorrer desde mis testículos hasta la cabeza de mi verga de pronto sentí que su boca engullía todo mi pene, comenzó a devorarla y se notaba que no era la primera vez que hacia una mamada, la tome de la cabeza y comencé a dirigirla a mi antojo estaba seguro que el alcohol nos había hecho hacer cosas de las qué tal vez después nos arrepentiríamos pero no me importó fue una sensación tan intensa que no pude evitar tomar su cabello con ambas manos y empujarla para que mi verga entrara completamente hasta su garganta ese fue el punto máximo de mi clímax terminé en su garganta y mi semen llenó su linda, cálida y habilidosa boca.
-¡Tontoooo! ¡Avísame que vas a terminar!
-Lo siento no me pude contener.
-¡Agggghhh me comí la mitad! ya duérmete, debiste avisarme idiota.
Ese día fue cuando comenzó el montón de historias que han pasado hasta la actualidad. Motivadas por el alcohol, la calentura de la fiesta y demás situaciones ambas sucumbieron y comenzaron un sin fin de historias que pronto les estaré relatando.
CONTINUARÁ...
Ahí estaba yo en una mesa sentado, cuando noté que mi hermana ya estaba un poco pasada de copas se veía riquísima con ese vestido tan ceñido al cuerpo que horas antes había modelado para mí y todos los que bailaban alrededor de ella se ensañaban con ganas aprovechando la situación, tal vez el morbo de tener ganas de penetrar el culo de mi madre no me había dejado darme cuenta de que Fátima también tenía un culo hermoso y torneado debido a esas largas horas que le dedica al gimnasio, me pude dar cuenta de que se movía de una forma muy provocativa, ese pequeño vestido no era suficiente para guardar sus carnosas nalgas y obvio todos estaban aprovechando el momento para verlo de cerca, tocarlo y restregarle el miembro en el culo a mi hermana al ritmo de esa asquerosa música que tocaban.
Me levanté de la mesa y fui directo a donde bailaba mi hermana.
-Me permites esta pieza?- Dije en tono de broma
-¡Claro que si tonto! ¡Qué raro! nunca quieres bailar conmigo, ¿por qué el cambio de opinión?
-Nunca te me habías antojado tanto como hoy. Quise mantener el tono de broma, pero creo que sonó demasiado en serio y convincente.
-Eres un tonto, ya cállate mejor y bailemos. Me dijo mientras me daba la espalda y comenzaba a menear su culo en mi pelvis.
Toqué la gloria por segunda ve en esa noche, esa sensación fue hermosa, movía el culo de una manera que pareciera que deseaba que la penetrara en ese mismo instante, de vez en cuando aproveché para darle unas cuantas nalgadas "jugando", la tome por las caderas y comencé a restregar mi miembro que ya estaba a punto de reventar al ritmo de la música ella solo volteaba y me tiraba miradas de complicidad mientras se mordía libidinosamente los labios cosas que me ponían mas caliente de lo que ya estaba.
Terminamos de bailar y nos dirigimos a la mesa donde estábamos sentados y comenzamos a platicar, nada fuera de lo normal hasta que me dijo.
-¿Que fueron esas nalgadas eh? no eran necesarias, yo sabía que tenía que perrearte intenso. (Perrear es un término que se usa para el baile de la música de reggaetón, lo aclaro para las personas que no son de México y leen el relato)
-Eran parte del baile, espero que no te molestaran.-Contesté un poco avergonzado
-Claro que no me molestaron, eres mi hermanito y lo que te parezca correcto para mi está bien, pero debes aceptar que estuvieron de más, ¡SUCIOOOOOO!
Esa palabra "sucio" el tono en el que lo dijo, fue lo que terminó por elevar mi excitación al 100%, era el mismo tono de calienta vergas que usaba mi mamá cuando quería conseguir algún favor de algún vecino o servidor público.
-¿Tu tienes la culpa por estar tan buena chiquita?- Le dije sin pensar mientras me acercaba un poco más hacia ella. Puse mi mano sobre una de sus piernas y empecé a acariciarla de arriba hacia abajo lentamente, ella ni se inmutó solo me dijo:
—¿Ahora soy tu chiquita? okay papi.
Comenzó el juego fue lo que pensé de inmediato, otra oportunidad más para cumplir mis fantasías.
Continuamos platicando un rato más y mis manos cada vez se aventuraban más sobre el cuerpo de mi exquisita hermana, para este punto ya se habían incorporado dos de mis primos a nuestra charla que se empezó a tornar un poco candente, ellos también aprovecharon el momento para pasar sus manos sobre mi hermana y ella parecía no tomarle importancia, yo hice una maniobra con mi brazo derecho aparentando que abrazaba cariñosamente a mi hermana pero en realidad recorría con mi mano derecha desde su espalda hasta sus nalgas mientras que con mi mano izquierda por debajo de la mesa quise aprovechar para llegar hasta su entrepierna pero en más de una ocasión me lo negó tomando mi mano para posarla nuevamente en su pierna.
En punto de las 4 am los pocos invitados que quedaban comenzaron a marcharse. Me paré de la mesa y comencé a despedirme de los invitados, cuando de pronto se me acercó mi papá y me dijo.
-Voy a continuar mi fiesta en otro lado. Y me sonrió.
Obvio sabía que iría a algún lugar de strippers o algo por el estilo siempre le han encantado ese tipo de lugares, así fue como conoció a mamá.
-Está bien yo me encargo de todo papá, feliz cumpleaños pásala bien.
Se marchó junto con algunos de sus amigos y yo me quedé a despedir a los demás en su nombre, no fue la gran cosa eran pocos los que quedaban, sentía mi momento llegar, por fin estaría con mi deliciosa madre y mi suculenta hermana a solas, nosotros tres en la casa con unas copas de más y solo podía pensar en la oportunidad que se me estaba presentando todo iba de maravilla hasta que mi mamá se me acerco y me dijo.
-Hijo, tu tío Enrique se va a quedar aquí esta noche, está algo pasado de copas y no quiero que maneje en ese estado, se quedará en tu cuarto.-Dijo mientras lo llevaba casi cargando.
-No me voy a quedar en su cuarto Betty, me voy a quedar en tu cuarto contigo y te voy a consentir.- Contestó mi tío muy ebrio, por cierto.
-Jajaja ¿sigues Enrique? ¡no vas a lograr hacer nada conmigo cochino, es más deberías pedirme disculpas, gracias a ti! tu sobrino también quiere tocarme las nalgas jajaja.- Dijo mi madre mientras me guiñaba un ojo.
No pude evitar ver como mi tío le agarraba el culo a mi mamá mientras ella lo llevaba borracho a mi cuarto, ella solo le decía que no con su cabeza, pero la sonrisa pícara en su cara decía otra cosa.
Me dispuse totalmente decepcionado a dormir en la sala cuando mi hermana apareció y me dijo.
-No inventes Carlos te vas a quedar en el sofá? ¿Cómo crees? puedes quedarte conmigo si quieres, no quiero que duermas incómodo.
-¿Hablas en serio? ¿o te burlas de mí?
-¡Claro que no tonto! ¡anda te espero en mi cuarto! Te dejaré abrazarme como hace rato en la fiesta.- Me dijo con ese tono de niña mimada que me encanta.
-Okay, gracias solo déjame ir por un short para no dormir en pantalones y voy a tu cuarto.
-Okay papi, te espero. (Se imaginarán lo que me provoco esa frase)
Me dirigí a mi cuarto por mi ropa para dormir y al llegar a la puerta de la habitación pude escuchar que mi mamá y mi tío discutían.
-Ándale Betty, estamos solos, no pasa nada.
-No Enrique estás loco, no puedo hacer eso.
-Yo sé que también quieres Betty, se te nota en cómo me hablas, ándale solo poquito, prometo que te va a gustar, además tu esposo no está ¿qué puede pasar?
-No Enrique no voy a hacer nada contigo, desde que tengo 15 años has querido lo mismo y la respuesta siempre ha sido no. Replicaba mi madre.
-¡Betty! Mira como me tienes. Le dijo mi tío mientras le enseñaba su verga.
-¡Ay Enrique! le dijo mi madre mientras comenzaba a reír.
-Tú de verdad no cambias, no voy a acostarme contigo cabroncito, pero... ¿qué puedo hacer para que no te sientas tan mal?
-¡Pues darme las nalgas Betty!-Le dijo algo enojado mientras le tocaba el culo a mi madre.
-¡Que no Enrique! Estuve a punto de hacerlo una vez y doy gracias a la vida de haberme arrepentido.
-Sí, ese momento pudo ser el mejor de mi vida, te veías divina de perrito y debo confesar que no te la iba a meter donde tú querías.
-¡Idiotaaa!-Contestó mi madre mientras soltaba una carcajada pero era algo diferente, podía notarse que estaba excitaba en su risa nerviosa.
-En serio Betty yo tenía la mira puesta en tu culo, la íbamos a pasar riquísimo pero te dio miedo.
-Malegro de no haberte dejado continuar.
-Te hubiera encantado, te lo aseguro.
-Te hubiera encantado más a ti estúpido, tenía 20 años, estaba muy jovencita y tenía un cuerpazo.
-¡Siempre es lo mismo contigo Betty! ¡Me calientas y al final no me das las nalgas!
-¡Claro que no te las voy a dar cabron! ¿Quieres que nos metamos en problemas o qué?
-Bueno por lo menos dame mi beso de buenas noches.
Mi madre se inclinó para darle un beso en la frente a mi tío lo cual dejó su culo expuesto. Pero él de una forma algo sarcástica le dijo.
-Que rico, pero no es ahí Betty, tu sabes a que me refiero.
Mi madre hizo una mueca muy cachonda y mi corazón casi se sale de mi pecho cuando vi como mi madre comenzó a ponerse de rodillas frente a él y le dio el beso en la verga más delicioso que he visto en mi vida mientras lo miraba a los ojos.
-¿Contento estúpido? Le dijo mientras se ponía de pie.
-No Betty, no me puedes dejar así.
-Está bien, recuéstate y más vale que lo disfrutes porque va a ser muy rápido.
Una vez más mi corazón comenzó a palpitar de una manera exagerada al ver que Betty se ponía una vez más de rodillas mientras recogía su cabello. Tomó el miembro de mi tío con una mano y de una manera casi profesional comenzó a devorarlo, su cabeza se movía en sincronía perfecta de arriba para abajo mientras su boca hacía aparecer y desaparecer el miembro de Enrique una y otra vez, era tanta su habilidad que Enrique no pudo aguantar más y terminó por llenar de semen la boca de mi madre. Ella se levantó tomó el cubo de basura de mi cuarto y escupió todo lo que su hermano había depositado en su linda boca.
-Hasta mañana Enrique. Le dijo con una sonrisa coqueta y comenzó a caminar rumbo al pasillo.
Mi madre salió de mi habitación y yo me moví de la puerta rápidamente para que no se diera cuenta que había visto todo aquel espectáculo, me vio y me dijo.
-¡Ya duérmete tú también eh! Tú no vas a conseguir nada de mí si es lo que quieres, no estoy tan ebria hasta mañana descansa.-Era obvio que se había dado cuenta que la había visto y no le importaba.
Se dio la media vuelta y comenzó a caminar de una manera más exagerada con el propósito de que yo la viera. Su mirada la delató.
No pude evitar llevar mi mano hacia mi miembro y tocarlo de una manera obscena mientras veía su culo. Me acerqué a ella y le di otra nalgada descomunal.
-Y duérmete tonto, ¡”esta noche no! Me dijo de una manera juguetona.
Entré a mi cuarto y mi tío ya estaba dormido, por no decir muerto por el alcohol y el placer que seguramente había sentido con aquella magistral mamada que le había hecho Betty minutos antes, tomé unos shorts y me dispuse a ir al cuarto de mi hermana.
Entre a su habitación y cuando volteé a la cama pude ver gracias a la luz de mesa sé que encontraba acostada boca abajo, con el culo totalmente expuesto hacia arriba, llevaba puesto un babydoll y un conjunto de lencería totalmente provocativo inmediatamente me quité mis jeans y me puse el short salté a la cama y me acerque lo más que pude al cuerpo de mi hermana, se veía deliciosa con ese babydoll era mucha mi excitación en ese momento pero la luz de su buró me incomodaba, así que quise apagarla y con un movimiento que en ese momento sentí suave y calculado estiré mi brazo mí y torso para alcanzar el switch de la lámpara quedando encima de mi hermana con mi pecho pegado a su espalda y mi verga totalmente incrustada entre sus dos hermosas nalgas, fue una sensación incomparable, incluso más que cuando estábamos bailando estaba totalmente en la gloria cuando de repente su voz me sacó de mi trance.
-¿¡Que haces cabron!?
-Solo quería apagar la luz.-Contesté tartamudeando.
-¡Si claro la luz! pudiste haberme pedido que la apagara, no estaba dormida, ¡llevo más de 10 minutos viendo como me miras mientras creías que estaba dormida cerdo!
-Perdóname, pero tú tienes la culpa, esa ropa no me ayuda.-Contesté avergonzado.
-¡Hombreees! Todos son iguales, pobrecitos.
-No pude evitarlo, lo siento.
-¡Ya cállate, a ver déjame ver eso, lo sentí grande! ¿Puedo verlo?
-¿Qué cosa?
-¡No te hagas el tonto, esa cosa que casi me pusiste entre las nalgas cochino! −Dijo riéndose mientras apuntaba a mi pene erecto.
-Me da pena mostrártelo.
-Pero no te da pena restregármelo en el culo.
-Está bien, te voy a enseñar. Me baje el bóxer lentamente y mi verga salió disparada totalmente erguida.
Mi hermana se le quedo viendo y no puede dejar pasar el detalle de que al momento de verlo paso algo de saliva y se mordió los labios.
-¡Es grande! dijo con una risa nerviosa-la verdad es que no es tan grande, es tamaño normal, supongo que el alcohol hizo que la viera de esa manera.
-Cuando quieras. Le contesté. Ella volteo a verme con una mirada tierna, pero picara a la vez.
-Pobrecito, ¿está así por mi culpa?
-Sí, creo que deberías hacer algo al respecto, tu eres la culpable después de todo.
-¿Qué puedo hacer?
Sentía que era mi oportunidad y decidí ir por todo.
-Déjame cogerte, bájate ese cachetero que traes puesto y ponte de perrito, tal vez de esa manera te perdone.-Le dije ya sin ningún pudor.
-¿Estás idiota? De ninguna manera haré eso.-Contestó muy molesta.
Ahí fue cuando decidí cambiar la estrategia y recordé las palabras que mi tío le había dicho a mi mamá una hora antes.
-Dale un beso, para que se calme el pobrecito.
Ella se quedó pensativa un momento y mis esperanzas decayeron, pero una vez más la vida me sorprendió.
-¡Me parece justo!-Contestó.
-Hay dos opciones, decidí aprovechar su momento de aprobación.
-¿Cuáles son?
-Puedes darle un beso con lengua incluida por al menos 10 segundos de lengüetazo o 15 besitos normales, ¡tú eliges!
-¡MMMM! ¡De las 2 maneras sales ganando tú! Pero, en fin, elijo los 15 besos, recuéstate, no quiero que me veas, me da pena.
Me recosté totalmente emocionado en ese momento mi hermana tomo mi verga con sus manos, acercó sus labios y no puedo olvidar la sensación que sentí cuando su respiración alcanzó mi pene, acercó sus carnosos labios y besó la cabeza.
-Uno, dos, tres, cuatro... Contaba mientras daba pequeños besitos a mi verga, sentía que reventaba y cuando llegó el beso número quince...
Sentí que un escalofrío recorrer desde las puntas de los dedos de mis pies hasta el final de mi espina dorsal, fue como una descarga eléctrica al sentir como su lengua comenzó a recorrer desde mis testículos hasta la cabeza de mi verga de pronto sentí que su boca engullía todo mi pene, comenzó a devorarla y se notaba que no era la primera vez que hacia una mamada, la tome de la cabeza y comencé a dirigirla a mi antojo estaba seguro que el alcohol nos había hecho hacer cosas de las qué tal vez después nos arrepentiríamos pero no me importó fue una sensación tan intensa que no pude evitar tomar su cabello con ambas manos y empujarla para que mi verga entrara completamente hasta su garganta ese fue el punto máximo de mi clímax terminé en su garganta y mi semen llenó su linda, cálida y habilidosa boca.
-¡Tontoooo! ¡Avísame que vas a terminar!
-Lo siento no me pude contener.
-¡Agggghhh me comí la mitad! ya duérmete, debiste avisarme idiota.
Ese día fue cuando comenzó el montón de historias que han pasado hasta la actualidad. Motivadas por el alcohol, la calentura de la fiesta y demás situaciones ambas sucumbieron y comenzaron un sin fin de historias que pronto les estaré relatando.
CONTINUARÁ...
8 comentarios - Mamá y hermana traviesas: Betty (parte 2)