Son las 18.30 cuando entro a la casa, llego cansado, con mala cara y cara de frustración. Vos estás trabajando desde la computadora terminando las últimas tareas del día.
Me siento en el sofá en absoluto silencio, me preguntás que me pasa que estoy callado y te digo que tuve un día terrible en la oficina y que tengo la cabeza a punto de explotarme.
Te acercas a mi caminando lentamente, te sentás a mi lado y me das un beso y me abrazas. Un instante después tu mano me desabrocha el pantalón y empezás a tocarme que la verga que se empieza a poner dura.
Te arrodillas delante mío, me bajás el boxer y me la empezas a chupar. Primero lentamente, con suavidad; pero a medida que se va poniendo más dura subís la intensidad de la mamada. Te la metés hasta el fondo sin cesar mientras tus manos juegan con mis huevos.
Te aparto un instante y te ordeno que te arrodilles delante mío y abras la boca. Me pongo dominante, te agarro de la cabeza y te empiezo a coger la boca. Voy cada vez más fuerte y a vos te encanta ser mi sumisa.
Sigo así mientras vos te tocas la concha con locura. El ambiente se pone denso, mucha, demasiada calentura, hasta que de mi pija empiezan a salir chorros de leche. Intentas tragarla toda pero no podes, es demasiada leche para tu boca y empieza chorrearte hasta las tetas. Terminás con la leche cayendo de tu boca en las tetas y un orgasmo de novela por tocarte tanto la concha.
Te levanto, te doy un beso profundo y te abrazo dándote las gracias por haberme levantado el ánimo. Cenamos y a la noche hicimos el amor en la habitación.
1 comentarios - Cambio de humor (Micro Relato)