Como todos los relatos estan basados en mis fantasías.
Mi jefe me esposó de las manos y de los pies y se fue. Las esposas de las manos colgaban del techo y las de los pies estaban fijas en el piso quedando mis brazos y piernas separadas, tomaron una especie de vara y pusieron la punta en mi espalda lo que hizo que se retorciera, comprendí que me estaban dando choques eléctricos. Lo hicieron muchas veces y también me daban nalgadas con la mano y me pellizcaba los pezones. Yo gritaba por los castigos, sin imaginar que era solo el comienzo. Luego de un buen rato entró mi jefe, miraba lo que hacían, tomaron uno de eso látigos con tiras y me azotaron los pechos, empecé a cabecear, el castigo había sido tremendo, parecía que me iba a desmayar, pedía a gritos y llantos que se detuvieran, que ya era demasiado, agarraron una cosa cilíndrica larga y delgada, como de unos 20 centímetros de largo y unos dos de diámetro y me lo enterraron en mi concha sin miramientos ni preparativos, gritaba. Sacaron otro objeto similar lo introdujeron también en mi concha, las metian y sacaban hasta que ambas cosas las conectaron a cables y comenzaron a torturarme con electricidad de nuevo, yo gritaba y cuando detenían los toques eléctricos me mordían los pechos, yo ya no tenía fuerzas, mis ojos estaban ya casi siempre cerrados y solo emitía quejidos inaudibles. Me habían quitado las esposas y los objetos que me habían introducido, uno se puso detrás de mí y me metió su pija enorme en mi concha dolorida, me estaba sodomizando cruelmente, me la introducía y sacaba a fuertemente hasta que se vino, se retiró y su puesto fue ocupado por otro quien también se cargaba enorme instrumento. También me poseyó mucho tiempo hasta que me lleno con su leche, gimió como animal y segundos después se alejó de mí, apareció otro hombre quien también, sin preámbulo alguno, me la clavó de una. Luego de ese otro hombre vino otro y otro. Desperté y me seguían sodomizando, está vez era un grupo de albañiles, uno estaba encima de mí cogiéndome, luego de haber acabado que de en la cama con las piernas abiertas boca arriba, en eso viene dos albañiles, me la metian y sacaban rápidamente por mi concha, me dolia demasiado, yo gritaba de dolor, luego de un buen rato acabaron y siguieron otros dos, así estuvieron turnandose hasta pasar todo el grupo de albañiles. No sé que paso después porque cerré los ojos y me quede dormida, hasta que de repente abrí los ojos, estábamos en una especie de galpón, llena de taxis con sus respectivos choferes. Yo entre en pánico, temblaba, estaba atada de manos, mi jefe me dice:
-Acordate que me perteneces, hace todo lo que te digan o te juro que te la vas a pasar peor.
Mientras que lloraba escuchaba a uno de los taxistas decir:
-¡¡Que rica estas putita!!
-¡¡Que bien lo vamos a pasar hoy puta, prepárate!!
Yo lloraba sabiendo que en esos momentos estaba impotente frente a ellos que iban a poder tenerme completamente sin que yo nada pudiera hacer. Sus manos me envolvian y apretaban mis tetas fuertemente haciéndome doler. En un movimiento violento uno me la mete haciendome doler
-¡¡Vamos putita aguanta!!
Fueron varios minutos sin parar, hasta que luego otro taxista me agarró de un tirón de los pelos y me la metió en la boca cojiendome salvajemente, su pija metida en mi boca hasta donde podía acabó, parecía que me ahogaba mientras me entraba el semen directo al estómago y me tuvo como diez minutos así para asegurarse que tragara todo a la vez que el otro acababa en mi concha. Ellos se retorcían de placer y jadeaban sin parar, yo cada vez lloraba mas, al ser cada vez más humillada por esos taxistas gordos y mugrientos. Luego me pusieron de pie, y me dijo uno:
-¡¡Prepárate que ahora viene lo mejor para vos puta!!
Me sujetaron con fuerza hasta llevarme a un sillón sucio, uno estaba sentado ahí con su pija al aire, va todos las tenian al aire esperando su turno y el que me tenía sujetada me bajo haciendome enpalar con su pija a la vez que esté también me la metia en la concha lo cual me hizo pegar un grito terrible de dolor ya que insoportable, lloraba a mares sin parar y sin consuelo.
-¡Que rica estas! Las sentís bien puta
Me hacían ver las estrellas de dolor, mis lagrimas nublaban mis ojos y pensé que me iba a desmayar, sentía como las pijas de los viejos entraban en mi concha, sus movimientos eran brutales, sus pijas entraban y salían a su antojo, me dolía, sentía q me ardía cada movimiento era dolor y más dolor, estaba siendo nuevamente cojida de una manera tan violenta, que sentía que mi concha se rompía, tomándome de la cintura me embestían con más fuerza que pensé en que me desmayaría, hasta que terminaron en un mar de semen en mi interior, llenándolo por completo, sentí que se desbordaba mi concha, me sentía muy adolorida, los viejos sacaron sus pijas medias flácidas de mi concha y me desvanecí sobre el sillón, me dolía todo, no podía respirar casi del dolor que sentía, llore sin consuelo, mientras que los sujetos disfrutaban de la cojida que acababan de darme. Me sentía sucia y humillada por completo. Yo no me podía mover casi, otro se me acercó y me introdujo todo su miembro en mi boca, me agarro de los costados de mi cabeza y comenzó un movimiento sin pausa, como cogiéndome por la boca, yo tenia que hacerlo, si no me asfixiaría, la situación era desagradable y humillante, yo no podía parar de llorar. Su movimiento era frenético y comenzaba a salir su liquido de apoco en mi boca, cada vez crecía más su miembro y no me entraba en mi boca, mi saliva y su liquido comenzaban a chorrear por mi barbilla, y el cada vez gemía más y más, hasta que de pronto paro, saco su miembro, me agarro del pelo y me paro de un tirón, me empujo contra el sillón nuevamente y luego se me vino encima, me tomo de mis piernas y las separo lo más que pudo, yo estaba en estado de pánico y con sus movimientos violentos estaba perpleja, de pronto el tomo su gordo miembro y lo metió sin mediar una palabra en mi concha y comenzó a bombear frenéticamente. Yo no podía resistirme me tenia aplastada contra el sillón, metiendo su asqueroso miembro en mi interior, cada vez más fuerte contra mí.
-Te esta gustando verdad puta?
Sus movimientos infernales hacían reaccionar mi cuerpo, pero cuando estaba en el borde del orgasmo, el sujeto paro en seco, me dijo:
-¡¡Vamos putita, date vuelta que quiero montarte!!
Lo hice sin oponerme, y me di vuelta, quedando en cuatro patas, tomo mis nalgas con ambas manos y las separo y me la metió hasta el fondo su pija en mi concha, haciéndome ver las estrellas de dolor, el sujeto comenzó a bombear sin parar, con un frenesí increíble, me hacia llorar en cada embestida que eran salvajes y me tomaba de los pelos para atrás, hasta llenarme de su semen, se acostó aplastándome hasta que su pene perdía erección y dureza, cuando estuvo flácido lo saco y se fue, yo no me podía, me dolía las piernas por haber estado arrodillada tanto tiempo, y en especial me dolía la concha, comencé a llorar sin consuelo y a temblar de frio y miedo.
Mi jefe me esposó de las manos y de los pies y se fue. Las esposas de las manos colgaban del techo y las de los pies estaban fijas en el piso quedando mis brazos y piernas separadas, tomaron una especie de vara y pusieron la punta en mi espalda lo que hizo que se retorciera, comprendí que me estaban dando choques eléctricos. Lo hicieron muchas veces y también me daban nalgadas con la mano y me pellizcaba los pezones. Yo gritaba por los castigos, sin imaginar que era solo el comienzo. Luego de un buen rato entró mi jefe, miraba lo que hacían, tomaron uno de eso látigos con tiras y me azotaron los pechos, empecé a cabecear, el castigo había sido tremendo, parecía que me iba a desmayar, pedía a gritos y llantos que se detuvieran, que ya era demasiado, agarraron una cosa cilíndrica larga y delgada, como de unos 20 centímetros de largo y unos dos de diámetro y me lo enterraron en mi concha sin miramientos ni preparativos, gritaba. Sacaron otro objeto similar lo introdujeron también en mi concha, las metian y sacaban hasta que ambas cosas las conectaron a cables y comenzaron a torturarme con electricidad de nuevo, yo gritaba y cuando detenían los toques eléctricos me mordían los pechos, yo ya no tenía fuerzas, mis ojos estaban ya casi siempre cerrados y solo emitía quejidos inaudibles. Me habían quitado las esposas y los objetos que me habían introducido, uno se puso detrás de mí y me metió su pija enorme en mi concha dolorida, me estaba sodomizando cruelmente, me la introducía y sacaba a fuertemente hasta que se vino, se retiró y su puesto fue ocupado por otro quien también se cargaba enorme instrumento. También me poseyó mucho tiempo hasta que me lleno con su leche, gimió como animal y segundos después se alejó de mí, apareció otro hombre quien también, sin preámbulo alguno, me la clavó de una. Luego de ese otro hombre vino otro y otro. Desperté y me seguían sodomizando, está vez era un grupo de albañiles, uno estaba encima de mí cogiéndome, luego de haber acabado que de en la cama con las piernas abiertas boca arriba, en eso viene dos albañiles, me la metian y sacaban rápidamente por mi concha, me dolia demasiado, yo gritaba de dolor, luego de un buen rato acabaron y siguieron otros dos, así estuvieron turnandose hasta pasar todo el grupo de albañiles. No sé que paso después porque cerré los ojos y me quede dormida, hasta que de repente abrí los ojos, estábamos en una especie de galpón, llena de taxis con sus respectivos choferes. Yo entre en pánico, temblaba, estaba atada de manos, mi jefe me dice:
-Acordate que me perteneces, hace todo lo que te digan o te juro que te la vas a pasar peor.
Mientras que lloraba escuchaba a uno de los taxistas decir:
-¡¡Que rica estas putita!!
-¡¡Que bien lo vamos a pasar hoy puta, prepárate!!
Yo lloraba sabiendo que en esos momentos estaba impotente frente a ellos que iban a poder tenerme completamente sin que yo nada pudiera hacer. Sus manos me envolvian y apretaban mis tetas fuertemente haciéndome doler. En un movimiento violento uno me la mete haciendome doler
-¡¡Vamos putita aguanta!!
Fueron varios minutos sin parar, hasta que luego otro taxista me agarró de un tirón de los pelos y me la metió en la boca cojiendome salvajemente, su pija metida en mi boca hasta donde podía acabó, parecía que me ahogaba mientras me entraba el semen directo al estómago y me tuvo como diez minutos así para asegurarse que tragara todo a la vez que el otro acababa en mi concha. Ellos se retorcían de placer y jadeaban sin parar, yo cada vez lloraba mas, al ser cada vez más humillada por esos taxistas gordos y mugrientos. Luego me pusieron de pie, y me dijo uno:
-¡¡Prepárate que ahora viene lo mejor para vos puta!!
Me sujetaron con fuerza hasta llevarme a un sillón sucio, uno estaba sentado ahí con su pija al aire, va todos las tenian al aire esperando su turno y el que me tenía sujetada me bajo haciendome enpalar con su pija a la vez que esté también me la metia en la concha lo cual me hizo pegar un grito terrible de dolor ya que insoportable, lloraba a mares sin parar y sin consuelo.
-¡Que rica estas! Las sentís bien puta
Me hacían ver las estrellas de dolor, mis lagrimas nublaban mis ojos y pensé que me iba a desmayar, sentía como las pijas de los viejos entraban en mi concha, sus movimientos eran brutales, sus pijas entraban y salían a su antojo, me dolía, sentía q me ardía cada movimiento era dolor y más dolor, estaba siendo nuevamente cojida de una manera tan violenta, que sentía que mi concha se rompía, tomándome de la cintura me embestían con más fuerza que pensé en que me desmayaría, hasta que terminaron en un mar de semen en mi interior, llenándolo por completo, sentí que se desbordaba mi concha, me sentía muy adolorida, los viejos sacaron sus pijas medias flácidas de mi concha y me desvanecí sobre el sillón, me dolía todo, no podía respirar casi del dolor que sentía, llore sin consuelo, mientras que los sujetos disfrutaban de la cojida que acababan de darme. Me sentía sucia y humillada por completo. Yo no me podía mover casi, otro se me acercó y me introdujo todo su miembro en mi boca, me agarro de los costados de mi cabeza y comenzó un movimiento sin pausa, como cogiéndome por la boca, yo tenia que hacerlo, si no me asfixiaría, la situación era desagradable y humillante, yo no podía parar de llorar. Su movimiento era frenético y comenzaba a salir su liquido de apoco en mi boca, cada vez crecía más su miembro y no me entraba en mi boca, mi saliva y su liquido comenzaban a chorrear por mi barbilla, y el cada vez gemía más y más, hasta que de pronto paro, saco su miembro, me agarro del pelo y me paro de un tirón, me empujo contra el sillón nuevamente y luego se me vino encima, me tomo de mis piernas y las separo lo más que pudo, yo estaba en estado de pánico y con sus movimientos violentos estaba perpleja, de pronto el tomo su gordo miembro y lo metió sin mediar una palabra en mi concha y comenzó a bombear frenéticamente. Yo no podía resistirme me tenia aplastada contra el sillón, metiendo su asqueroso miembro en mi interior, cada vez más fuerte contra mí.
-Te esta gustando verdad puta?
Sus movimientos infernales hacían reaccionar mi cuerpo, pero cuando estaba en el borde del orgasmo, el sujeto paro en seco, me dijo:
-¡¡Vamos putita, date vuelta que quiero montarte!!
Lo hice sin oponerme, y me di vuelta, quedando en cuatro patas, tomo mis nalgas con ambas manos y las separo y me la metió hasta el fondo su pija en mi concha, haciéndome ver las estrellas de dolor, el sujeto comenzó a bombear sin parar, con un frenesí increíble, me hacia llorar en cada embestida que eran salvajes y me tomaba de los pelos para atrás, hasta llenarme de su semen, se acostó aplastándome hasta que su pene perdía erección y dureza, cuando estuvo flácido lo saco y se fue, yo no me podía, me dolía las piernas por haber estado arrodillada tanto tiempo, y en especial me dolía la concha, comencé a llorar sin consuelo y a temblar de frio y miedo.
0 comentarios - Mi jefe, mi dueño Parte 2