Hola, les dejo este acontecimiento reciente que tuve en reunion laboral por videollamada. Espero les guste.
Algo cansado desperté aquel día tan memorable. Sin dudas, noserá fácil de olvidarlo. Sucedió recientemente. Fue un martes, día habitual dereunión de trabajo por videollamada. Como de costumbre preparé el desayuno y medispuse a sentarme frente a la computadora en el cuarto de trabajo. Teniendo en cuenta que aún estaba desayunandoinicie mi participación en la reunión con la cámara apagada. No era motivo depreocupación tener la cámara apagada si podía seguir presente en la reuniónescuchando lo que sucedía.
Al terminar mi café pude escuchar abrirse la puerta detrásmío. Doy la vuelta para verificar si no era mi hijo que recién se despertaba.Para mi sorpresa, era mi mujer, quien vestía el pijama que se había compradorecientemente. Fue una gran dificultad realmente contener el suspiro, perosolté un resoplido de placer al contemplarla de esta manera. El short corto y ajustado resaltaba susatributos femeninos de forma espectacular, convirtiendo sus piernas en un lujopara la mirada. Su remera blanca que finalizaba a la altura de sus cinturas,provoco que mi atención se desviara totalmente hacia sus pechos prominentes. Ellaentro discretamente, pero su mirada y su andar decidido me advirtieron que ellase acercaba por algún motivo que me resultaba completamente inesperado. Intente decir alguna palabra, pero ellacoloco su dedo índice en mi boca y me indico con un gesto certero que hicierasilencio. Con una iniciativa y disposición nunca antes observado por mi enella, corrió mi asiento giratorio hacia el costado y se inclino ante miponiéndose de rodillas. Una suerte de distintas sensaciones y pensamientos meimpidieron decir palabra alguna o realizar cualquier gesto. Entre atónito,temeroso, y excitado por la situación en la que me hallaba, Alejandra me miroelevando la comisura de sus labios expresando una sonrisa que jamás había vistoen mi vida. En su mirada pude notar el resplandor de una convicción muyprofundo. Su boca entreabierta y su rubor me causaron un vértigo en el estómagotan placentero que no podía mas que quedarme inmóvil. Con decisión desabrocho el cierre del jean ycon cuidado comenzó a sacar mi miembro erecto que se erguía con una fuerza yvigor que nunca antes había sentido. Mi mujer me estaba a punto de dar un oralmientras estaba en reunión laboral por zoom.
Intente silenciar el micrófono que aún seguía encendido,pero me lo impidió el hecho de sentir con enorme placer como su boquita, conesos labios tan delicados y gruesos atrapaban la punta humedecida de mi verga.Fue realmente extraordinario verla así, ya que ella por lo general cuando me lachupaba lo hacia con la luz apagada o debajo de las sabanas. Pude ver como con enorme entusiasmo sedevoraba mi verga completamente. Sus labios se deslizaban con una profundasensualidad. Su cabeza se movía con una parsimonia que me hacia estremecer deplacer. Como succionaba y bombeaba miverga con enorme entusiasmo no podía evitar contener los jadeos. Aunque intentabaaguantar no podía controlarlo. Me agarraba de los pelos mientras me quedaba inmóvilen la silla. Ella continuaba haciéndolo de una forma tan increíble y poco apoco intercambiaba succión con lamida de lengua mientras me miraba a los ojos. Unamirada que jamás había visto en ella. Era una mirada que expresaba una mezclade ternura, perversión y goce total. De repente comenzó a hacerlo con mayor energia,los ruidos que provenían de la fuerza que aplicaban sus labios a cada chupada sehacían más fuerte. De fondo se oyó desdela computadora que alguien pregunto: “que es ese ruido?”. Intenté nuevamente silenciarel micrófono, pero no pude, quería seguir disfrutando, ya que jamás había sentidotanto placer. Mi verga con enorme potencia empezaba a palpitar, la contención dela descarga de semen se hacía más difícil soportarla. Pude notar una miradacasi desafiante de mi mujer que tenia toda mi verga en la boca. Sujete muyfuerte su cabellera porque con mucho entusiasmo y velocidad ella comenzó atragar todo mi miembro erecto. Con un profundo jadeo e inclinando mi cabaza haciaatrás descargue con enorme potencia toda la leche. Derrame cada chorro de lecheen su boquita mientras ella tragaba gimiendo muy complacida. Con la carasonrojada y su lengua lamiendo la punta de mi verga me miro y me guiño un ojo.Se fue despacio con un lento caminar muy sensual. Así fue como disfrute delmejor oral de mi vida. Poco me importo las preguntas que realizaban mis colegasante tamaño espectáculo de sonidos, así que decidí abandonar la reunión e irtras mi mujer.
Algo cansado desperté aquel día tan memorable. Sin dudas, noserá fácil de olvidarlo. Sucedió recientemente. Fue un martes, día habitual dereunión de trabajo por videollamada. Como de costumbre preparé el desayuno y medispuse a sentarme frente a la computadora en el cuarto de trabajo. Teniendo en cuenta que aún estaba desayunandoinicie mi participación en la reunión con la cámara apagada. No era motivo depreocupación tener la cámara apagada si podía seguir presente en la reuniónescuchando lo que sucedía.
Al terminar mi café pude escuchar abrirse la puerta detrásmío. Doy la vuelta para verificar si no era mi hijo que recién se despertaba.Para mi sorpresa, era mi mujer, quien vestía el pijama que se había compradorecientemente. Fue una gran dificultad realmente contener el suspiro, perosolté un resoplido de placer al contemplarla de esta manera. El short corto y ajustado resaltaba susatributos femeninos de forma espectacular, convirtiendo sus piernas en un lujopara la mirada. Su remera blanca que finalizaba a la altura de sus cinturas,provoco que mi atención se desviara totalmente hacia sus pechos prominentes. Ellaentro discretamente, pero su mirada y su andar decidido me advirtieron que ellase acercaba por algún motivo que me resultaba completamente inesperado. Intente decir alguna palabra, pero ellacoloco su dedo índice en mi boca y me indico con un gesto certero que hicierasilencio. Con una iniciativa y disposición nunca antes observado por mi enella, corrió mi asiento giratorio hacia el costado y se inclino ante miponiéndose de rodillas. Una suerte de distintas sensaciones y pensamientos meimpidieron decir palabra alguna o realizar cualquier gesto. Entre atónito,temeroso, y excitado por la situación en la que me hallaba, Alejandra me miroelevando la comisura de sus labios expresando una sonrisa que jamás había vistoen mi vida. En su mirada pude notar el resplandor de una convicción muyprofundo. Su boca entreabierta y su rubor me causaron un vértigo en el estómagotan placentero que no podía mas que quedarme inmóvil. Con decisión desabrocho el cierre del jean ycon cuidado comenzó a sacar mi miembro erecto que se erguía con una fuerza yvigor que nunca antes había sentido. Mi mujer me estaba a punto de dar un oralmientras estaba en reunión laboral por zoom.
Intente silenciar el micrófono que aún seguía encendido,pero me lo impidió el hecho de sentir con enorme placer como su boquita, conesos labios tan delicados y gruesos atrapaban la punta humedecida de mi verga.Fue realmente extraordinario verla así, ya que ella por lo general cuando me lachupaba lo hacia con la luz apagada o debajo de las sabanas. Pude ver como con enorme entusiasmo sedevoraba mi verga completamente. Sus labios se deslizaban con una profundasensualidad. Su cabeza se movía con una parsimonia que me hacia estremecer deplacer. Como succionaba y bombeaba miverga con enorme entusiasmo no podía evitar contener los jadeos. Aunque intentabaaguantar no podía controlarlo. Me agarraba de los pelos mientras me quedaba inmóvilen la silla. Ella continuaba haciéndolo de una forma tan increíble y poco apoco intercambiaba succión con lamida de lengua mientras me miraba a los ojos. Unamirada que jamás había visto en ella. Era una mirada que expresaba una mezclade ternura, perversión y goce total. De repente comenzó a hacerlo con mayor energia,los ruidos que provenían de la fuerza que aplicaban sus labios a cada chupada sehacían más fuerte. De fondo se oyó desdela computadora que alguien pregunto: “que es ese ruido?”. Intenté nuevamente silenciarel micrófono, pero no pude, quería seguir disfrutando, ya que jamás había sentidotanto placer. Mi verga con enorme potencia empezaba a palpitar, la contención dela descarga de semen se hacía más difícil soportarla. Pude notar una miradacasi desafiante de mi mujer que tenia toda mi verga en la boca. Sujete muyfuerte su cabellera porque con mucho entusiasmo y velocidad ella comenzó atragar todo mi miembro erecto. Con un profundo jadeo e inclinando mi cabaza haciaatrás descargue con enorme potencia toda la leche. Derrame cada chorro de lecheen su boquita mientras ella tragaba gimiendo muy complacida. Con la carasonrojada y su lengua lamiendo la punta de mi verga me miro y me guiño un ojo.Se fue despacio con un lento caminar muy sensual. Así fue como disfrute delmejor oral de mi vida. Poco me importo las preguntas que realizaban mis colegasante tamaño espectáculo de sonidos, así que decidí abandonar la reunión e irtras mi mujer.
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