Recibió en su correo un mensaje que decía que el relato que había publicado en P! le había gustado.
Él se sonrió y le agradeció. Se descubrió sonriendo cuando se dio cuenta de que ella le daba puntos a todos sus relatos, pero que aquellos que hablaban de dominación, los sarpados, los tríos, los de cuernos consentidos, los aplaudía solo como “hechos artísticos”, pero, en cambio, cuando aparecían relatos sólidos, personales, de esos del “mano a mano”, intensos, esos, provocaban en ella, la necesidad de mandarle un mensaje en el chat que reafirmaran los diez puntos y el comentario público.
Compartió con ella la reflexión, y, como siempre, ella recogió el guante, al decirle que claro, que ella prefería los mano a mano, que, muy probablemente, esos relatos provocaban que ella se sintiera protagonista del relato… como pasa a veces, con las películas.
-Ahora no puedo evitar, frente a tu confesión de haber “sentido transferencia” de proponerte que te imagines en vivo y en directa, toda la transferencia que vas a sentir, tratando de imaginar, por un momento, esa caricia suave, profunda, lenta, que te haga sentir viva
-uffff… vos sabés lograr muy bien provocar transferencias…
No podía dejar pasar esta oportunidad, y empezó a acelerar diciendole que quería hacerla retocar de placer, al punto tl de hacerla llegar al momento en que dijera frases que jamás hubiera imaginado que pudieran salir de su boca.
-no necesitas una Secretaria que te escriba al dictado? Dijo ella, provocándolo. Mi ortografía es muy buena!
-Tengo muy bien estudiadas las dos cosas: tu ortografía y ese culo redondo precioso que tanto deseo. Pero quiero que sepas que también soy fan de tu cintura, de tu boca, de tus pequeños pechos y de esos pezones que reaccionan rápidamente a tu caricia- le dijo recordando un gif que publicó en su perfil, que era absolutamente hipnótico-…
-qué interesante! Algo más estudió?
-si claro! Sos graciosa, trabajadora, ácida, cortante, y cuidadosa. Pero por sobre todas las cosas, sos una mujer muy deseante, con ganas de jugar fuerte.
-qué bien que armaste mi rompecabezas! Pusiste todas las piezas y encajó todo!!
-No hay nada que desee más que encaje todo, de ese modo único, que es cuando, sin forzarlo, casi sin querer, resbale suavemente hasta lo más profundo. Siempre te imagino debajo mío, desnuda, besándonos la boca y rozándonos así, hasta que de tanto roce, me agarras de las nalgas y prácticamente, me obligas a penetrarte…
Ella no tardó en responder, pero emitió una orden inequívoca. Le dijo “seguí” así, seco, sin explicaciones. Él entendió lo que estaba pasando entonces. Ella estaba tocándose, imaginando la escena. Cada palabra que él dejaba en su chat, era un golpe eléctrico, que acompañaba con la caricia de la yema de sus dedos en sus pezones… o con las mieles que brotaban, y que los usaba aprovechándolos para lubricar su clítoris.
Entonces el siguió diciendole que siempre se la había imaginado recatada, y que sus besos lograban ir aflojándola, hasta llegar a ese momento mágico en el que se abría, se aflojaba, y quería todo, todo dentro de ella.
Mientras lo leia, ella buscó en los cajones de su mesa de luz, casi temblando, su juguete preferido, y se frotó con él, mientras releía toda la charla, y la calentura le iba invadiendo todo el cuerpo. Su boca, su lengua, su cuerpo tenso, deseando ese beso profundo que él le estaba prometiendo, y ese momento en que ya dejara de poner distancias, y atraerlo contra ella, queriéndolo todo dentro de su concha, que ya estaba palpitando.
Él siguió escribiendo, aun cuando no recibía respuestas, pero veía que cada frase que ponía, era leído en forma inmediata. Le dijo entonces que, aunque no lo decía, sabía que sus relatos le provocaban cosas, y que esas cosas no estaban solo en el plano intelectual, sino en el cuerpo, y que cuando charlaban también. Les gustaba decirse cosas, y él sentía erecciones, y ella excitación, pero esa mañana, la charla se puso muy tensa, y ya se había colado el juguetito, y lo movía, y reprimía el gemido que le provocaban el dildo y las palabras de su amigo.
Aprovecharon esa conexión que no se da todo el tiempo, que no ocurre con cualquiera, en los tiempos en que nadie lee
-A partir de la certeza de que a los dos nos pasan cosas cuando hablamos, empiezo a fantasear que te tengo en mis manos, y que te imagino en tu cama, con tus juguetitos, pajeandote para mí, pero fantaseando un encuentro, conmigo, o con cualquiera.
En cualquier caso, él estaba orgullos de haber encendido a la mujer de sus deseos.
Ella no respondió. Al menos no con palabras. Le mandó una foto de esas que no publica en la página…
Tenía su boca abierta, sonriente, y un dildo ensartado entre sus piernas, y una mano apretando sus pechos.
-Esto es lo que me provocas, turro.
Supieron, en ese momento, que no faltaban muchas horas para el encuentro real que tanto deseaban.
A @Lujisex
Él se sonrió y le agradeció. Se descubrió sonriendo cuando se dio cuenta de que ella le daba puntos a todos sus relatos, pero que aquellos que hablaban de dominación, los sarpados, los tríos, los de cuernos consentidos, los aplaudía solo como “hechos artísticos”, pero, en cambio, cuando aparecían relatos sólidos, personales, de esos del “mano a mano”, intensos, esos, provocaban en ella, la necesidad de mandarle un mensaje en el chat que reafirmaran los diez puntos y el comentario público.
Compartió con ella la reflexión, y, como siempre, ella recogió el guante, al decirle que claro, que ella prefería los mano a mano, que, muy probablemente, esos relatos provocaban que ella se sintiera protagonista del relato… como pasa a veces, con las películas.
-Ahora no puedo evitar, frente a tu confesión de haber “sentido transferencia” de proponerte que te imagines en vivo y en directa, toda la transferencia que vas a sentir, tratando de imaginar, por un momento, esa caricia suave, profunda, lenta, que te haga sentir viva
-uffff… vos sabés lograr muy bien provocar transferencias…
No podía dejar pasar esta oportunidad, y empezó a acelerar diciendole que quería hacerla retocar de placer, al punto tl de hacerla llegar al momento en que dijera frases que jamás hubiera imaginado que pudieran salir de su boca.
-no necesitas una Secretaria que te escriba al dictado? Dijo ella, provocándolo. Mi ortografía es muy buena!
-Tengo muy bien estudiadas las dos cosas: tu ortografía y ese culo redondo precioso que tanto deseo. Pero quiero que sepas que también soy fan de tu cintura, de tu boca, de tus pequeños pechos y de esos pezones que reaccionan rápidamente a tu caricia- le dijo recordando un gif que publicó en su perfil, que era absolutamente hipnótico-…
-qué interesante! Algo más estudió?
-si claro! Sos graciosa, trabajadora, ácida, cortante, y cuidadosa. Pero por sobre todas las cosas, sos una mujer muy deseante, con ganas de jugar fuerte.
-qué bien que armaste mi rompecabezas! Pusiste todas las piezas y encajó todo!!
-No hay nada que desee más que encaje todo, de ese modo único, que es cuando, sin forzarlo, casi sin querer, resbale suavemente hasta lo más profundo. Siempre te imagino debajo mío, desnuda, besándonos la boca y rozándonos así, hasta que de tanto roce, me agarras de las nalgas y prácticamente, me obligas a penetrarte…
Ella no tardó en responder, pero emitió una orden inequívoca. Le dijo “seguí” así, seco, sin explicaciones. Él entendió lo que estaba pasando entonces. Ella estaba tocándose, imaginando la escena. Cada palabra que él dejaba en su chat, era un golpe eléctrico, que acompañaba con la caricia de la yema de sus dedos en sus pezones… o con las mieles que brotaban, y que los usaba aprovechándolos para lubricar su clítoris.
Entonces el siguió diciendole que siempre se la había imaginado recatada, y que sus besos lograban ir aflojándola, hasta llegar a ese momento mágico en el que se abría, se aflojaba, y quería todo, todo dentro de ella.
Mientras lo leia, ella buscó en los cajones de su mesa de luz, casi temblando, su juguete preferido, y se frotó con él, mientras releía toda la charla, y la calentura le iba invadiendo todo el cuerpo. Su boca, su lengua, su cuerpo tenso, deseando ese beso profundo que él le estaba prometiendo, y ese momento en que ya dejara de poner distancias, y atraerlo contra ella, queriéndolo todo dentro de su concha, que ya estaba palpitando.
Él siguió escribiendo, aun cuando no recibía respuestas, pero veía que cada frase que ponía, era leído en forma inmediata. Le dijo entonces que, aunque no lo decía, sabía que sus relatos le provocaban cosas, y que esas cosas no estaban solo en el plano intelectual, sino en el cuerpo, y que cuando charlaban también. Les gustaba decirse cosas, y él sentía erecciones, y ella excitación, pero esa mañana, la charla se puso muy tensa, y ya se había colado el juguetito, y lo movía, y reprimía el gemido que le provocaban el dildo y las palabras de su amigo.
Aprovecharon esa conexión que no se da todo el tiempo, que no ocurre con cualquiera, en los tiempos en que nadie lee
-A partir de la certeza de que a los dos nos pasan cosas cuando hablamos, empiezo a fantasear que te tengo en mis manos, y que te imagino en tu cama, con tus juguetitos, pajeandote para mí, pero fantaseando un encuentro, conmigo, o con cualquiera.
En cualquier caso, él estaba orgullos de haber encendido a la mujer de sus deseos.
Ella no respondió. Al menos no con palabras. Le mandó una foto de esas que no publica en la página…
Tenía su boca abierta, sonriente, y un dildo ensartado entre sus piernas, y una mano apretando sus pechos.
-Esto es lo que me provocas, turro.
Supieron, en ese momento, que no faltaban muchas horas para el encuentro real que tanto deseaban.
A @Lujisex
4 comentarios - Así empiezan las cosas en P!
relato seguro, fotos no creoooo
si llegara hablar, varios estariamos durmiendo fuera de casa!