Ya saben los que leyeron algunos de mis relatos que Leito (32 años), un tipo común de barrio, como vos, como el. Está dispuesto a disfrutar de la vida al máximo. Sin importar la moral o pautas que imponga la sociedad. Nunca voy a renunciar a los placeres de la vida y menos si de sexo hablamos.
Corría el año 2008 y yo tenía 20 años. Trabajaba de mozo en un restaurante a pocos metros del obelisco. Tenía horario cortado de 12 a 16hs y de 20 a 24hs. Siempre viví en zona sur. Desde ya era imposible volver a casa en el descanso. Empecé a quedarme a dormir en el vestuario o salía a tomar un café por el centro. Una tarde tomando un café doble, hojeando el diario llegué al rubro 59 por primera vez en mi vida. Empecé a leer los avisos y algunos causaban gracia "paraguaya trola" " me tomo tu nectar" " besos negros" bla bla bla. En fin. En mi cabeza quedó dando vuelta el de los besos negros... Pero no quería pasar vergüenza y pedir eso.
Empecé a visitar los deptos privados del rubro 59. Algo acordé a mi situación económica, olvídate del Vip. La primera vez que entre a un depto sentía que iba a caer la policía e iba a caer preso. Cómo le explicó a mi mujer? Que hacía ahí? Jajaja Entre tenso, pero con muchas ganas de tener sexo. A decir verdad fue una atención muy básica. Nada de otro mundo. Pero disponer de una mujer y ordenar lo que deseaba cuando yo lo desee me parecía excitante. Cuestión que se me empezó a hacer un vicio. Empecé a tachar en el diario todos los lugares que ya había conocido. Y decía... A este ya fui, a este también, ah, este no. Y así... Pasaron varios meses...
Pero hubo una vez que una mujer me dejó atontado... "Luly" era 30 años mayor que yo. Me calientan mucho las maduras, ya saben lo Morboso que soy. Pero ya sabemos que los años traen experiencias y vaya que la tenía. Entre lo más relajado a su depto. Ella al ver alguien tan joven se sintió muy a gusto. Muy sonriente me dijo que me acueste y solo me deje el boxer. ( Aveces me gusta que me impongan las cosas) le hice caso. Me acosté, puse mis manos atrás de mi cabeza y me quedé esperando a ver como empezaba... Empezó a acariciar mi pecho con sus manos y lamerme los pezones y me dice " que lindo nene, la mayoría son viejos los que vienen, te voy a disfrutar" era una mujer grandota, tenía el pelo cortito, unos pechos enormes, pero lo mejor era su cola carnosa con un hilo dental. Mi sonrisa era de oreja a oreja. Al fin LPM. Me besaba el cuello, y su mano apenas me rozaba la pija, a esa altura ya la tenía más que dura. Quedó arrodillada en el colchón con su cabeza en mi entrepierna, dejándome justo su orto al alcance de mi mano. Empezó a pasar la lengua por la cabeza mirándome a los ojos como Sabiendo que moría de placer, su lengua subía y bajaba por el tronco de mi pene.
Luly- Me encanta, que rico!!!
Leito- Ami tambien mamu. Seguí...
Su lengua empezó a jugar con mis testículos, estos subían de temperatura y cada vez estaban más tensos. El cosquilleo me hacia retorcer de placer. Cerré los ojos y me dispuse a disfrutar y a escuchar sus gemidos. De repente sentí una sensación única, nunca jamás había experimentado tal. Su lengua empezó a rozar mi agujero más sagrado, literalmente me estaba paleteando el orto. Y con su mano me pajeaba.
Leito- Wow... Que lindo.
Luly- te gusta? Nunca te lo hicieron?
Leito- No. Nunca
Luly- Ami me encanta hacer estás cosas (besos negros).
Se obsesióno con mi cola y cada vez me enterraba más su caliente lengua en mi. Me latía el pene, el escalofrío por mi cuerpo era de placer.
Luly- No acabes. Quiero la lechita en la boca.
Leito- Si mamu. Toda...
Volvió a mi pene. Lo succionó con ganas y se tomó hasta la última gota. Que hermoso momento. Quedé recostado asombrado de haber recibido tanto placer. Se acostó a mi lado. Sus manos me acariciaban el cuerpo de punta a punta, mientras me besaba el cuello empezó a pajearme otra vez. Me enloquecí. La puse en 4 ( obvio sin sacarle el hilo dental) y le enterré la verga en su vagina con bronca, con muchas ganas
Luly- Nene que hermosa pija tenés.
En silencio, la embestía cada vez con más fuerzas. Empecé a darle chirlos hasta dejar su blanca piel colorada. A gritos empezó a pedirme que le haga la cola
Luly- haceme la cola dale!
Se la saqué, se puso un gel en su ano y se la metí, toda, toda. Sus gemidos eran increíbles. Una puta con todas las letras. La mejor puta que había pagado. Empecé a hacerle la cola y con mis manos apretaba esos enormes pechos que apenas cabían en mi mano. Sus piernas chorreadas eran la muestra de placer. Volví a acabar por segunda vez. Agitado. Transpirado. Super excitado. Me recoste, tome sus cabellos y la puse a mamar la pija otra vez. Lo hacía hermoso. Ella muy contenta seguía ahí. Chupandomela y en un segundo ya estaba otra vez lamiendo mi agujero. Volví a acabar en su boca. Nos quedamos recostados unos minutos hasta que se cumplió mi hora. Semanalmente la visité por varios meses hasta que un día nunca más supe de ella...
Espero que les allá gustado. Relato real. Dejen puntos. Comenten. Hay muchas historias más para contar... gracias por leerme.
Corría el año 2008 y yo tenía 20 años. Trabajaba de mozo en un restaurante a pocos metros del obelisco. Tenía horario cortado de 12 a 16hs y de 20 a 24hs. Siempre viví en zona sur. Desde ya era imposible volver a casa en el descanso. Empecé a quedarme a dormir en el vestuario o salía a tomar un café por el centro. Una tarde tomando un café doble, hojeando el diario llegué al rubro 59 por primera vez en mi vida. Empecé a leer los avisos y algunos causaban gracia "paraguaya trola" " me tomo tu nectar" " besos negros" bla bla bla. En fin. En mi cabeza quedó dando vuelta el de los besos negros... Pero no quería pasar vergüenza y pedir eso.
Empecé a visitar los deptos privados del rubro 59. Algo acordé a mi situación económica, olvídate del Vip. La primera vez que entre a un depto sentía que iba a caer la policía e iba a caer preso. Cómo le explicó a mi mujer? Que hacía ahí? Jajaja Entre tenso, pero con muchas ganas de tener sexo. A decir verdad fue una atención muy básica. Nada de otro mundo. Pero disponer de una mujer y ordenar lo que deseaba cuando yo lo desee me parecía excitante. Cuestión que se me empezó a hacer un vicio. Empecé a tachar en el diario todos los lugares que ya había conocido. Y decía... A este ya fui, a este también, ah, este no. Y así... Pasaron varios meses...
Pero hubo una vez que una mujer me dejó atontado... "Luly" era 30 años mayor que yo. Me calientan mucho las maduras, ya saben lo Morboso que soy. Pero ya sabemos que los años traen experiencias y vaya que la tenía. Entre lo más relajado a su depto. Ella al ver alguien tan joven se sintió muy a gusto. Muy sonriente me dijo que me acueste y solo me deje el boxer. ( Aveces me gusta que me impongan las cosas) le hice caso. Me acosté, puse mis manos atrás de mi cabeza y me quedé esperando a ver como empezaba... Empezó a acariciar mi pecho con sus manos y lamerme los pezones y me dice " que lindo nene, la mayoría son viejos los que vienen, te voy a disfrutar" era una mujer grandota, tenía el pelo cortito, unos pechos enormes, pero lo mejor era su cola carnosa con un hilo dental. Mi sonrisa era de oreja a oreja. Al fin LPM. Me besaba el cuello, y su mano apenas me rozaba la pija, a esa altura ya la tenía más que dura. Quedó arrodillada en el colchón con su cabeza en mi entrepierna, dejándome justo su orto al alcance de mi mano. Empezó a pasar la lengua por la cabeza mirándome a los ojos como Sabiendo que moría de placer, su lengua subía y bajaba por el tronco de mi pene.
Luly- Me encanta, que rico!!!
Leito- Ami tambien mamu. Seguí...
Su lengua empezó a jugar con mis testículos, estos subían de temperatura y cada vez estaban más tensos. El cosquilleo me hacia retorcer de placer. Cerré los ojos y me dispuse a disfrutar y a escuchar sus gemidos. De repente sentí una sensación única, nunca jamás había experimentado tal. Su lengua empezó a rozar mi agujero más sagrado, literalmente me estaba paleteando el orto. Y con su mano me pajeaba.
Leito- Wow... Que lindo.
Luly- te gusta? Nunca te lo hicieron?
Leito- No. Nunca
Luly- Ami me encanta hacer estás cosas (besos negros).
Se obsesióno con mi cola y cada vez me enterraba más su caliente lengua en mi. Me latía el pene, el escalofrío por mi cuerpo era de placer.
Luly- No acabes. Quiero la lechita en la boca.
Leito- Si mamu. Toda...
Volvió a mi pene. Lo succionó con ganas y se tomó hasta la última gota. Que hermoso momento. Quedé recostado asombrado de haber recibido tanto placer. Se acostó a mi lado. Sus manos me acariciaban el cuerpo de punta a punta, mientras me besaba el cuello empezó a pajearme otra vez. Me enloquecí. La puse en 4 ( obvio sin sacarle el hilo dental) y le enterré la verga en su vagina con bronca, con muchas ganas
Luly- Nene que hermosa pija tenés.
En silencio, la embestía cada vez con más fuerzas. Empecé a darle chirlos hasta dejar su blanca piel colorada. A gritos empezó a pedirme que le haga la cola
Luly- haceme la cola dale!
Se la saqué, se puso un gel en su ano y se la metí, toda, toda. Sus gemidos eran increíbles. Una puta con todas las letras. La mejor puta que había pagado. Empecé a hacerle la cola y con mis manos apretaba esos enormes pechos que apenas cabían en mi mano. Sus piernas chorreadas eran la muestra de placer. Volví a acabar por segunda vez. Agitado. Transpirado. Super excitado. Me recoste, tome sus cabellos y la puse a mamar la pija otra vez. Lo hacía hermoso. Ella muy contenta seguía ahí. Chupandomela y en un segundo ya estaba otra vez lamiendo mi agujero. Volví a acabar en su boca. Nos quedamos recostados unos minutos hasta que se cumplió mi hora. Semanalmente la visité por varios meses hasta que un día nunca más supe de ella...
Espero que les allá gustado. Relato real. Dejen puntos. Comenten. Hay muchas historias más para contar... gracias por leerme.
8 comentarios - Besos negros (real)