Puerta sin retorno...
Ese culo estaba regalado, pedía pija a gritos, obviamente el marido era un sordo 🧏♂️ sexual 😄😄
Le enterré la pija cual cuchillo en la manteca, estaba tan caliente que se le abrió c solo apoyar la punta.
Cuando se la clavé toda, el escándalo fue demencial. Si digo gritó, es poco. Pegó un alarido tan fuerte que llamó el conserje para ver si estaba todo bien.
Después de colgar volvimos a la faena, fue un traqueteo infernal, se me salía el corazón por la cabeza de la pija y ella sentía el bombeo de la sangre en lo más profundo del recto.
A esas alturas la cama estaba toda meada, el descontrol era tan grande que nos caímos al piso y la siguí serruchando con violencia.
La acabada que descargué era tan espesa que parecía leche condensada, la fuerza que tenía ese guascazo nos impresionó a los dos, mezcla de las ganas que nos teníamos hacía años y del polvazo tremendo a pura piel que nos habíamos dado. Todo adentro de su culo.
Éramos compañeros de trabajo, yo 23 y ella 45, yo soltero y ella casada c 3 hijos.
Mucha cabeza, mucho fantaseo en silencio de varios años, confesiones de sueños eroticos y pajas dedicadas, la vida, la circunstancias, la monotonía matrimonial, la cabeza en gral...
Pueden haber mil excusas y explicaciones acerca de las justificaciones de lo que está bien o mal, la cuestión es que así se dio..
Fue su primer desliz en más de 20 años de matrimonio en esa época, y qué desliz!!! No faltó nada, le hice el culo 2 veces en esa tarde, las mismas que el marido en más de 20 años..
Probó la primer línea de merca, la excitó mucho y eso nos encendió para el 2do polvo, que a diferencia del primero fue por la vagina...
Después de descargarme por 2da vez, ésta, bien adentro de su utero nos dimos una ducha y tomamos un descanso.
Le puse un poco de merca en la punta de la lengua, yo me serví el último pase que tomé de un saque y encaramos el del estribo.
Lo hicimos suave, con la cadencia del cansancio y la satisfacción de habernos gozado a pleno, disfrutamos de un hermoso 69 y nos disponíamos a fifar.
Me colgué lamiendo los pliegues de su ano y juego va juego viene se me ocurrió una perversidad, le puse en la aureola del ano los restos de merca que quedaba en la mesita ratona, le picaba, me decía que le quemaba un poquito, no vio que era, cuando le dije me dijo ‘hijo de puta, me quemaaaaa’ y sin darle tiempo se la enterré toda, hasta los huevos y me quedé inmóvil. Cuando se calmó le saqué la mano de la boca y me empecé a mover suave...
De su boca salió un ya tímido me quema, me quema, me quema, me gustaaaa...
Eso me puso como un loco y le paré la cola en pompa. La cepillada que le metí era infernal, con una violencia inusitada, mientras le iba relatando todo lo que le estaba haciendo y lo que habíamos echo esa tarde, le nombré al marido y ese morbo de la cornamenta la hizo explotar, descubrió un morbo nuevo, una forma distinta de gozar, la perversidad profunda de la sorna...
Ese día fue el comienzo, ambos descubrimos algo que no tenía retorno, una forma de placer superior con el que nada se igualaba.
La leche inundaba nuevamente los esfínteres de mi nueva puta y ella mimosa me lo agradecía entre jadeos secos..
3 comentarios - La sorna, los inicios...