Este es mi primer relato, espero les guste.
La fiesta en la piscina I
Hace 3 meses que tenía ganas de celebrar mi cumpleaños numero 30, planee invitar a todos mis amigos de la maestría, a mis primos que son unos profesionales a la hora de beber y sobretodo, a la chica de la facultad que quería probar desde hace mucho, y que por rumores escolares, ella planeaba lo mismo.
Llegó el día, yo estaba preparado para brindar toda clase de productos, comida en el asador, una gran variedad de bebidas y la piscina estaba lista para albergar a mis invitados, aparte de que la casa en la que vivo, es bastante grande en un complejo a las afueras de la ciudad con mis compañeros de universidad, Carlos y Francisco.
Yo ansiaba que llegaran todos, sin embargo tenía que bañarme antes de que todo comenzara, me llamo Atlas, soy un chico algo alto, de 1.80, cabello rizado corto y con un cuerpo delgado promedio; cuando llegó la hora unos amigos hicieron acto de presencia y los guié a la piscina, les dije que por favor le abrieran a los que fueran llegando y disfrutaran del ambiente, comencé a arreglarme poniéndome un atuendo para la ocasión, con unos shorts, una camisa abierta, mis clásicos lentes y unas sandalias para playa.
Para las 5 pm, escucho que tocan y tocan el timbre en repetidas ocasiones, como nadie abre, me dirijo a la puerta, miro por la puerta y veo una figura femenina, mi mente se emociona y siento que puedo recrear un cliché de película dándole la bienvenida a esa mujer que me tenia vuelto loco, sorpresa al ver recorrer la puerta y encontrar a mis primos Genaro y Diana felices de verme y con una caja de regalo.
-Feliz cumple, primito, ya eres adulto mayor- Exclamó Genaro
-Déjalo, está de envidioso, todos saben que los vinos saben mejor con el tiempo- Respondió rápidamente mi prima Diana
Genaro era un chico común, de 1.65 y 23 años, pero mi prima Diana era bastante atractiva, era de esas chicas que destacan en el lugar en el que están, tiene 25 años y se nota que los genes le favorecieron más que a su hermano, medía 1.62, su figura era espectacular, era delgada, su trasero no es nada del otro mundo pero es deseable, sus pechos le crecieron lo suficiente para no ser plana, pero para invitarte a desviar la mirada.
-No te preocupes, Dianita, ya sabe que al rato me voy a vengar de él hundiéndolo en la piscina, pasen, ¿trajeron su ropa de piscina, verdad?- dije
Genaro solo me respondió con un silbido mientras que Diana apuntó a decir -Claro que sí, lo traigo en la mochila listo, hace mucho que no tomo el sol ni en playa ni en piscina, estoy emocionada-
-Ah pues muy bien, puedes ir a cambiarte al baño, o en mi cuarto si te sientes más cómoda, hay más espacio y libertad, está en el pasillo a la derecha- no sé bien porque dije esto ultimo, pero bueno, ella me agradeció, me abrazó y siguió su camino, mientras su hermano fue directo a la piscina a dejar unas cosas que traía de la tienda.
Yo cerré la puerta y seguí rumbo a la piscina de nuevo, para enterarme de que hacia falta carbón y donde poner los hielos, así que fui a una bodega que está al final de la casa, pero para llegar ahí tenía que pasar frente a mi cuarto, el cual veo ligeramente abierto, pero incapaz de ver qué ocurre, solo alcanzo a escuchar a mi prima hablando con alguien por telefoneo, como no quiero ser chismoso, sigo mi paso buscando las cosas en la bodega que estaba hecha un caos.
-¿Necesitas ayuda? - Me pregunta Diana desde la puerta del cuarto
-No, no te preocupes, solo debo sacar unas cosas y listo, hablando de listos, ¿ya estás lista para la piscina?-
-No, una amiga me marcó y la invité a la fiesta, espero no te molesté- me dice con una cara de pena y risa nerviosa
-Por supuesto que no, mientras más mejor- yo solo esperaba que estuviera buena la chica
-Ayyyy eres el mejor, ya vengo, voy a apurarme- me vuelve a abrazar y cierra la puerta tras ella, pero vuelve a quedar entrecerrada
Yo tardo poco más de 5 minutos en encontrar las cosas, las dejo en el pasillo, meto todo lo necesario en la hielera y me dispongo a partir cuando escucho quejidos de mi prima dentro del cuarto, yo no sabía que ocurría pero tampoco quería entrometerme así que me acerqué poco a poco cuando escucho que se dirige a mi.
-Oye primo, estás ahí?- yo no sabía que contestar, o si contestar siquiera
-Emm si, aquí ando aún- dije bastante tartamudo
-Ay, que bueno, es que no me alcanzo a abrochar el bikini, parece ser que me queda ya muy pequeño, ¿podrías ayudarme?-
Me quedé en shock, o era una propuesta totalmente directa o ella me tenia mucha confianza, entonces solo atendí a responderle -Claro, tápate para que pueda entrar-, al momento de abrir la puerta la encuentro dándome la espalda, con el cabello recogido y con sus dos manos sosteniendo el bikini en el pecho, era como de manchas de pintura, la espalda estaba desnuda con los tirantes a los lados, la tanga del bikini era claro que no le quedaba, era de color negro, parecía dos tallas más chico, por lo que su trasero, ya de por si de ensueño, se volvió aun más apetecible.
-Prima, te dije que te taparas- puse mis manos en los ojos para que no pensara que le faltaba al respeto
Ella solo rió para decirme -Atlas, por favor, no somos niños, no seré la primer mujer que la ves sin bikini, ¿o si?-
Su confianza hizo que me quitara la mano y me acercara a ella
-Por supuesto que no, pero pues tu eres mi prima, debo de cuidarte antes que nada-
Ella volvió a reír -Ay, que caballero, entonces podrías hacerme el favor de abrochar esto, que siento que se cae si no se amarra bien-
Yo tenía ganas de amarrarlo fatal para que se le cayera a media piscina después de un salto, pero pensando que ahí habían mínimo 15 hombres, preferí dejar pasar ese deseo, aproxime mis manos a su espalda, tomé las tiras y cuando menos noté ya estábamos a menos de 20 centímetros.
Dada la diferencia de altura pude ver como se sostenía los pechos, estos estaban sumamente apretados, ese bikini no acababa de sostener todo su pecho, pero igual preferí no emitir ningún comentario. Al terminar de abrocharlo, ella me dice tranquilamente:
-Te gusta?-
-Claro, es muy lindo-
-Eso crees? Pensé que ya no me quedaría, pero mira, se logró amarrar- me sonrío de una manera muy linda
-Pues todo listo, podemos ir a la piscina aho...-
Me quedé a media palabra cuando vi como el bikini se soltaba de la parte de atrás y dejaba salir esas tetas a todo su esplendor
-Creo que no resistió lo suficiente- Dijo Diana riendo mientras yo no sabía ni que palabra sacar -Vamos primo, no son tan feas-
-No, no, para nada, no lo son, digo, no es como que les ponga mucha atención, digo, ay no sé que digo- quedé como un tonto pensé
-Siempre tienes las palabras adecuadas, es lo que me gusta de ti, digo, como primos- ella también empezaba a tontear con sus frases
-Sí, claro, porque somos primos, nada más eso- sentía que era el momento pero no sabía que hacer
-Y si no fuera solo así?- me responde seria, con un cambio rotundo de animo
-Como que si no fue...- dejo de hablar al sentir los labios de mi prima justo en la boca intentando meter su lengua, mientras sus manos rodean mi cuello y pega su cuerpo con el mio.
Yo dejo de cuestionarme y le sigo el juego, pongo mis manos en su cintura y comienzo a besarla como si no hubiera un mañana, el calor se empieza a acumular entre nosotros, el sudor se corre por la piel, cuando menos lo espero, siento sus manos quitarse de mi cuello, se separa de mi, me ve por 3 segundos y vuelve a besarme, solo que ahora sus manos de meten bajo mi camisa, intenta sacarla pero no puede, entonces empezamos a desabotonarla de manera rápida, compulsiva, como si no hubiera tiempo que perder.
Cuando termina de quitármela y sentimos nuestros pechos pegados, sabíamos lo que tenía que pasar, así que continuamos caminando hacia la cama, donde sin saberlo en la mañana, mi prima me concedería todos mis caprichos.
Fin de la parte I
Aclaraciones:
Todos los nombres fueron cambiados por privacidad de los involucrados y las imágenes empleadas son meramente ilustrativas, estos relatos contienen datos y experiencias reales así como arreglos ficticios en beneficio del ritmo y desarrollo de la trama. Gracias.
La fiesta en la piscina I
Hace 3 meses que tenía ganas de celebrar mi cumpleaños numero 30, planee invitar a todos mis amigos de la maestría, a mis primos que son unos profesionales a la hora de beber y sobretodo, a la chica de la facultad que quería probar desde hace mucho, y que por rumores escolares, ella planeaba lo mismo.
Llegó el día, yo estaba preparado para brindar toda clase de productos, comida en el asador, una gran variedad de bebidas y la piscina estaba lista para albergar a mis invitados, aparte de que la casa en la que vivo, es bastante grande en un complejo a las afueras de la ciudad con mis compañeros de universidad, Carlos y Francisco.
Yo ansiaba que llegaran todos, sin embargo tenía que bañarme antes de que todo comenzara, me llamo Atlas, soy un chico algo alto, de 1.80, cabello rizado corto y con un cuerpo delgado promedio; cuando llegó la hora unos amigos hicieron acto de presencia y los guié a la piscina, les dije que por favor le abrieran a los que fueran llegando y disfrutaran del ambiente, comencé a arreglarme poniéndome un atuendo para la ocasión, con unos shorts, una camisa abierta, mis clásicos lentes y unas sandalias para playa.
Para las 5 pm, escucho que tocan y tocan el timbre en repetidas ocasiones, como nadie abre, me dirijo a la puerta, miro por la puerta y veo una figura femenina, mi mente se emociona y siento que puedo recrear un cliché de película dándole la bienvenida a esa mujer que me tenia vuelto loco, sorpresa al ver recorrer la puerta y encontrar a mis primos Genaro y Diana felices de verme y con una caja de regalo.
-Feliz cumple, primito, ya eres adulto mayor- Exclamó Genaro
-Déjalo, está de envidioso, todos saben que los vinos saben mejor con el tiempo- Respondió rápidamente mi prima Diana
Genaro era un chico común, de 1.65 y 23 años, pero mi prima Diana era bastante atractiva, era de esas chicas que destacan en el lugar en el que están, tiene 25 años y se nota que los genes le favorecieron más que a su hermano, medía 1.62, su figura era espectacular, era delgada, su trasero no es nada del otro mundo pero es deseable, sus pechos le crecieron lo suficiente para no ser plana, pero para invitarte a desviar la mirada.
-No te preocupes, Dianita, ya sabe que al rato me voy a vengar de él hundiéndolo en la piscina, pasen, ¿trajeron su ropa de piscina, verdad?- dije
Genaro solo me respondió con un silbido mientras que Diana apuntó a decir -Claro que sí, lo traigo en la mochila listo, hace mucho que no tomo el sol ni en playa ni en piscina, estoy emocionada-
-Ah pues muy bien, puedes ir a cambiarte al baño, o en mi cuarto si te sientes más cómoda, hay más espacio y libertad, está en el pasillo a la derecha- no sé bien porque dije esto ultimo, pero bueno, ella me agradeció, me abrazó y siguió su camino, mientras su hermano fue directo a la piscina a dejar unas cosas que traía de la tienda.
Yo cerré la puerta y seguí rumbo a la piscina de nuevo, para enterarme de que hacia falta carbón y donde poner los hielos, así que fui a una bodega que está al final de la casa, pero para llegar ahí tenía que pasar frente a mi cuarto, el cual veo ligeramente abierto, pero incapaz de ver qué ocurre, solo alcanzo a escuchar a mi prima hablando con alguien por telefoneo, como no quiero ser chismoso, sigo mi paso buscando las cosas en la bodega que estaba hecha un caos.
-¿Necesitas ayuda? - Me pregunta Diana desde la puerta del cuarto
-No, no te preocupes, solo debo sacar unas cosas y listo, hablando de listos, ¿ya estás lista para la piscina?-
-No, una amiga me marcó y la invité a la fiesta, espero no te molesté- me dice con una cara de pena y risa nerviosa
-Por supuesto que no, mientras más mejor- yo solo esperaba que estuviera buena la chica
-Ayyyy eres el mejor, ya vengo, voy a apurarme- me vuelve a abrazar y cierra la puerta tras ella, pero vuelve a quedar entrecerrada
Yo tardo poco más de 5 minutos en encontrar las cosas, las dejo en el pasillo, meto todo lo necesario en la hielera y me dispongo a partir cuando escucho quejidos de mi prima dentro del cuarto, yo no sabía que ocurría pero tampoco quería entrometerme así que me acerqué poco a poco cuando escucho que se dirige a mi.
-Oye primo, estás ahí?- yo no sabía que contestar, o si contestar siquiera
-Emm si, aquí ando aún- dije bastante tartamudo
-Ay, que bueno, es que no me alcanzo a abrochar el bikini, parece ser que me queda ya muy pequeño, ¿podrías ayudarme?-
Me quedé en shock, o era una propuesta totalmente directa o ella me tenia mucha confianza, entonces solo atendí a responderle -Claro, tápate para que pueda entrar-, al momento de abrir la puerta la encuentro dándome la espalda, con el cabello recogido y con sus dos manos sosteniendo el bikini en el pecho, era como de manchas de pintura, la espalda estaba desnuda con los tirantes a los lados, la tanga del bikini era claro que no le quedaba, era de color negro, parecía dos tallas más chico, por lo que su trasero, ya de por si de ensueño, se volvió aun más apetecible.
-Prima, te dije que te taparas- puse mis manos en los ojos para que no pensara que le faltaba al respeto
Ella solo rió para decirme -Atlas, por favor, no somos niños, no seré la primer mujer que la ves sin bikini, ¿o si?-
Su confianza hizo que me quitara la mano y me acercara a ella
-Por supuesto que no, pero pues tu eres mi prima, debo de cuidarte antes que nada-
Ella volvió a reír -Ay, que caballero, entonces podrías hacerme el favor de abrochar esto, que siento que se cae si no se amarra bien-
Yo tenía ganas de amarrarlo fatal para que se le cayera a media piscina después de un salto, pero pensando que ahí habían mínimo 15 hombres, preferí dejar pasar ese deseo, aproxime mis manos a su espalda, tomé las tiras y cuando menos noté ya estábamos a menos de 20 centímetros.
Dada la diferencia de altura pude ver como se sostenía los pechos, estos estaban sumamente apretados, ese bikini no acababa de sostener todo su pecho, pero igual preferí no emitir ningún comentario. Al terminar de abrocharlo, ella me dice tranquilamente:
-Te gusta?-
-Claro, es muy lindo-
-Eso crees? Pensé que ya no me quedaría, pero mira, se logró amarrar- me sonrío de una manera muy linda
-Pues todo listo, podemos ir a la piscina aho...-
Me quedé a media palabra cuando vi como el bikini se soltaba de la parte de atrás y dejaba salir esas tetas a todo su esplendor
-Creo que no resistió lo suficiente- Dijo Diana riendo mientras yo no sabía ni que palabra sacar -Vamos primo, no son tan feas-
-No, no, para nada, no lo son, digo, no es como que les ponga mucha atención, digo, ay no sé que digo- quedé como un tonto pensé
-Siempre tienes las palabras adecuadas, es lo que me gusta de ti, digo, como primos- ella también empezaba a tontear con sus frases
-Sí, claro, porque somos primos, nada más eso- sentía que era el momento pero no sabía que hacer
-Y si no fuera solo así?- me responde seria, con un cambio rotundo de animo
-Como que si no fue...- dejo de hablar al sentir los labios de mi prima justo en la boca intentando meter su lengua, mientras sus manos rodean mi cuello y pega su cuerpo con el mio.
Yo dejo de cuestionarme y le sigo el juego, pongo mis manos en su cintura y comienzo a besarla como si no hubiera un mañana, el calor se empieza a acumular entre nosotros, el sudor se corre por la piel, cuando menos lo espero, siento sus manos quitarse de mi cuello, se separa de mi, me ve por 3 segundos y vuelve a besarme, solo que ahora sus manos de meten bajo mi camisa, intenta sacarla pero no puede, entonces empezamos a desabotonarla de manera rápida, compulsiva, como si no hubiera tiempo que perder.
Cuando termina de quitármela y sentimos nuestros pechos pegados, sabíamos lo que tenía que pasar, así que continuamos caminando hacia la cama, donde sin saberlo en la mañana, mi prima me concedería todos mis caprichos.
Fin de la parte I
Aclaraciones:
Todos los nombres fueron cambiados por privacidad de los involucrados y las imágenes empleadas son meramente ilustrativas, estos relatos contienen datos y experiencias reales así como arreglos ficticios en beneficio del ritmo y desarrollo de la trama. Gracias.
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