Viviendo con mi ex esposa en cuarentena.

Hola, no daré mi nombre porque mi ex entra a esta pagina, pero todo lo que escribiré es real, espero que les guste. comencemos.


Llevaba casado con la mujer de mis sueños casi 5 años hasta que por cosas de la vida, nos separamos y cada uno hizo su camino, aunque nunca dejé de amarla ni desearla, ella es una gordibuena muy atractiva, blanquita, unos pechos hermosos grandes (no son grotescos) y naturales, una cola hermosa y redonda bien separadita, ojos celestes con una mirada penetrante (sentís que te mira el alma desnuda), labios carnosos casi dibujados, parece rusa pero es mas argentina que el dulce de leche, tiene una voz muy sensual casi de locutora, sus piernas musculosas, tiene curvas por donde la mires, mide 160cm, literalmente es una gordibuena que solo con mirarte hace que se te pare la pija.

Hace 4 meses que estamos viviendo juntos, pero no somos pareja ni nada parecido, no hemos tenido sexo ni siquiera un beso. Ella tuvo problemas en el lugar donde vivía y me pidió de favor si podría venir a casa a vivir mientras dure la cuarentena, así nuestra hija estaría mas tranquila y nos ayudaría a ambos a ahorrar algo de dinero para buscar otros alquileres apenas termine la cuarentena. Le dije que SI, no hay problemas total te quedas en la habitación de la nena y ambas pueden dormir allí tranquilas y yo en mi habitación como siempre. Hasta allí todo bien, pero yo estoy hace mas de 8 meses sin sexo, no lo pensé y ni siquiera me cuestioné si seria o no una buenas idea que venga a quedarse conmigo un tiempo.

Pasaron 5 semanas y yo estaba que explotaba de ganas de sexo, entonces empecé a tener fantasías, sueños húmedos (si, me despertaba chorreando semen). Soñaba que ella se metía a mi habitación por las noches, se desnudaba, me besaba y empezaba a acariciar mi pija como solo ella sabe hacerlo, a veces cerca de las 2 de la mañana, la escuchaba teclear en su pc y a veces sentía su silla moverse como si se estuviera masturbando, eso me ratonea un montón y casi inmediatamente me empezaba a hacer la paja de tal forma que me pueda escuchar acabar sin resultados a la vista.

Luego de casi 2 meses empecé a descubrir ciertos fetiches en mi, no veía la hora que se vaya a bañar para poder oler sus tangas usadas, sobre todo si la noche anterior la escuchaba masturbarse, ese aroma a sexo, ese aroma concha mojada, ese aroma a la tremenda paja que se hace sobre su tanga es inigualable, reconozco ese aroma, después de todo estuvimos casados 5 años y recuerdo cada olor de su cuerpo. Apenas me metía al baño a oler sus tangas aun mojadas de sus jugos, traspiración del día, etc., la pija se me hinchaba lista para acabar, me tomo todo el tiempo posible disfrutando pajearme con su tanga en mi boca, cara y nariz, la pasaba por todo mi rostro, por mi pija, mis brazos, mis piernas, mi pecho, me imaginaba que ella también estaría caliente como yo cuando por las noches la escucho masturbarse.

 Una vez se metió a mi cuarto cerca de la media noche, yo estaba completamente desnudo en mi cama con la luz apagada, ella solo quería compartir una charla amistosa conmigo, sin ninguna señal o indicios de nada, una charla para no aburrirse en esta cuarentena. la invite a que se siente en mi cama y charlamos por 2 horas como hacia mucho no lo hacíamos, mientras tanto yo estaba peleando entre las ganas de pajearme, besarla allí en mi cama y arriesgarme a todo, o disfrutar de su compañía en esa noche tan fría. Al terminar la charla, paso 5 minutos y me hice la mejor paja en días, dejando mis sabanas bañadas en semen.

Después de 4 meses, espero que todos los días se vaya a su trabajo, para poder ir al baño y oler sus tangas usadas, ya no puedo parar, es como respirar, es como comer, me excita, me puede, no lo puedo controlar y me masturbo a diario con su tanga como tapabocas.

Últimamente deja mas de 2 tangas usadas en el baño, estoy sospechando que sabe acerca de mi fetiche nuevo, creo que juega con mis deseos y piensa que esto no le hace daño a nadie, temo decirle que las mejores pajas que he hecho en mi vida, fueron con su tanga usada, mojada y traspirada como tapabocas.

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