(Este relato y "El vicio del apostador" son parte de una competencia. El que consiga la mejor recepción teniendo en cuenta los puntos en 24 horas va a recibir continuación)
El grupo de amigos es algo sagrado.
Es cierto que no siempre es posible consagrar esa tácita promesa de amistad para siempre que se pacta al inicio de esa relación, peleas, distancia, noviazgos y otras relaciones conflictivas culminan incontables veces en la fragmentación del círculo personal o de pleno la completa salida del mismo, pero en el momento esa dinámica de amistad es un vínculo poderosisimo que moldea un gran porcentaje de tu vida.
En mi caso personal, si bien había pasado por algunas amistades venideras en la escuela y el liceo, mi grupo actualmente consistía de cuatro personas que conectaban conmigo por una problemática en común... Los cinco éramos jóvenes estudiantes pobres y sin conocimiento del mundo.
Yo (mi nombre es Daniel), soy un estudiante de derecho de 24 años un tanto estancado en la carrera y con ambiciones sin cumplir.
Un par de años antes en la educación secundaria conocí a mi mejor amigo Javier, que me siguió en la facultad pero se quedó un poquito más estancado que yo incluso, era un tipo más extrovertido, que salía seguido y sabía como llevarse una mina del baile.
Por parte de Javier se sumó Juan, entre ellos eran amigos de la infancia y eventualmente reapareció en su vida cuando se mudó cerca de nuestro lugar de estudio. Por su parte había dejado los estudios después de terminar secundaria y a sus 25 años estaba acomodado en un trabajo de oficina que sí bien el se quejaba constantemente era la envidia de todos nosotros los desempleados.
Laura llegó al grupo en circunstancias extrañas. En una de las pocas salidas a las que Javier y Juan consiguieron arrastrarme esta chica me hizo conversación toda la noche. Mis amigos me alentaron a buscar ligue y aunque soy una persona más bien tímida algo me hizo acercarme a ella... Lamentablemente para mi cuando terminó la velada y le pedí su número me dijo en una carcajada que pateaba para el otro lado, a lo que acepté un poco decepcionado y por las vueltas de la vida terminamos haciéndonos amigos con la lesbiana.
Por último teníamos a Florencia, que llegó al grupo nada más y nada menos que como novia de nuestra Laurita. Evidentemente la conocíamos menos y varias veces habíamos bloqueado el ingreso al grupo de novias de alguno de los pibes, pero en esta ocasión el morbo nos ganó y decidimos dejar pasar al par de lesbianitas... Además Florencia era compañera de derecho y eso nos conmovió un poco.
Con las introducciones realizadas, acá comienza la historia.
El grupo se juntaba religiosamente a almorzar una vez al mes en algún restaurantito para ponernos todos al día y disfrutar de una comida con buena charla, usualmente salíamos a comer afuera pero la carencia monetaria nos pegó esta vez y decidimos organizar la reunión en el apartamento de Juan, que era el único que se había independizado.
Juan- ¡Dani! Pasa pasa nomas.
Había llegado primero, al entrar vi que la mesita de café del living estaba preparada con papitas, coca cola y demás mientras que la mesa de la cocina tenía cinco platos tendidos con cubiertos a los lados.
Yo- Elegante el hogar jajaja.
Juan- Y sí... Una vez que vienen hay que hacerla bien jajajaj, no sabes lo que me pasó boludo, ahora cuando llegue Javi les cuento.
Boludeamos un ratito contando trivialidades de la vida hasta que finalmente sonó el timbre.
Cuando Juan abrió la puerta ante nosotros aparecieron dos personas.
Javier- Miren a quien me encontré en el camino!
Era Laura.
Juan- Jajaja, pasen chicos, está todo preparado ahí con papitas y eso.
Ambos entraron y me vieron sentado en el sillón.
Javier- ¡Dani! tanto tiempo
Siempre decía lo mismo aunque nos veíamos en clase.
Laura- Mi Danielito.
Saludé a Javier y Laura me encerró en un abrazo. Teníamos mucha confianza y nuestra relación era muy copada.
Nos sentamos todos alrededor de la mesita ratonera.
Yo- Juan tenía algo para contar.
Juan- Si pero apareció Laura muy temprano, era para los hombres nomas.
Javier rió en complicidad con Juan y Laura saltó enojada.
Laura- ¿Qué decís saparrastroso? ¿Qué tiene que ver que llegue yo?
Juan- Son cosas de hombres...
Laura- ¡Dah! Dejate de joder y contá que ahora me pusiste curiosa.
Con ese comentario estoy seguro que los tres pensamos lo mismo, pero solo uno lo dejó salir.
Javier- Te llevo al cuartito si estas curiosa...
Se ganó un codazo bastante fuerte de Laura.
Juan- Bueno bueno calmense... ¿Vieron mi jefa Natalia?
Javier- ¿La madurita aquella? Si la habré visto, ufff.
Juan- Si bueno... El otro día en Halloween estaba mirando boludeces en la tele y de repente se aparece con la hija y el marido pidiendo caramelos... Y andaba disfrazada de brujita Hot...
Javier- ¡No jodas! Le hubieras sacado una foto boludo, ¿Cómo me perdí eso?
Laura- Sí boludo, yo no la conozco a la vieja... La quiero ver...
Me reí por el comentario, no solía ser así Laura pero creo que quería pasar por uno de los pibes ahora que le contaban estas cosas.
Juan- No le saqué una foto no... Me entretuve demasiado garchandomela...
Ahí saltamos todos.
"¡Si dale!"
Gritamos juntos.
Juan- ¡En serio bo! Se quedó hablando conmigo y dejó al marido con la hija... Me destrozó la poronga... Y se quedó a dormir encima...
Volvió a sonar el timbre, de un salto se levantó Laura.
Laura- Dale ganador... Debe ser Flor esa.
Abrió la puerta y apareció nuestra última invitada.
Las dos se dieron un beso que nos hizo reaccionar a los tres hombres.
Flor- ¿Qué hablaban que se escuchaban gritos en la puerta?
Laura- El galán de Juan nos contaba un cuento...
Juan- ¡Es en serio esto bo! Bueno... Vamos a comer...
Con unos tallarines con salsa de por medio todo el grupito disfrutó de una placentera conversación.
Como siempre cada uno se turnaba para comentar que había hecho en el mes, por dónde lo llevaba la vida y esas cosas, algún chistecito entre medio y las inevitables interrupciones cuando una anécdota se parecía a otra.
En un momento comencé a dejar de lado la conversación, mi concentración pasó totalmente al escote de Laura que estaba sentada del lado opuesto de la mesa. La lesbiana tenía unos melones bastante increíbles, que combinaban muy lindo con su carita de niña y su pelo largo y rubio.
No presté ninguna atención a la charla hasta el movimiento de Florencia levantandose de la mesa me sacó del hipnotismo.
Flor- Amor - dijo refiriéndose a Laura - vení, acompañáme al baño.
Se pegaron un momento en un abrazo y se dirigieron al baño.
Javier- Ufff, como me comería a Florencia...
Evidentemente todos nos comeriamos a Florencia, era una petisita culona morocha con labios carnosos, pero Javier era el único que tiraba esa clase de comentarios últimamente.
Yo- Te ganó Laurita me parece...
Juan- Te debe estar ganando ahora...
Reímos todos.
Javier- Bo... ¿En serio no tenes alguna fotito de tu jefa?
Juan- Nada... La próxima veo si le saco alguna.
Javier- ¡Bien ahí! Por favor.
Yo- No puedo creer que le creas la historia... No tiene chance este nabo con la jefa.
Javier le siguió el tema un segundo.
Yo- Bueno... Yo me tengo que ir yendo...
Juan- ¿eh? ¿Así nomas comes y te vas?
Yo- Perdón bo,pero tengo unas cosas que hacer... Che, ¿me puedo llevar el libro que te presté?
Pensó un momento mirando confundido.
Juan- Emmm, sí... Creo que lo dejé en el cuarto.
Me levanté y caminé hacia el cuarto, me sorprendí al ver que la puerta estaba cerrada y se escuchaba una voz medio muteada en lo que pareció ser desde adentro de la habitación, pero teniendo en cuenta que el baño está al lado asumí que serían las chicas hablando, pero cuando abrí la puerta me encontré con algo increíble.
Laura estaba en tetas contra la pared y Florencia se las comía mientras se frotaban mutuamente.
4 comentarios - Laurita la lesbiana (Parte 1)