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Descubriendo su gusto por la sumisión | 4

Antes de nada agradecer muchísimo el apoyo que están teniendo los relatos. Dan ganas de seguir escribiendo y escribiendo. Cualquier cosa no dudéis en hablarme, ya sea para dar ideas, sugerencias, criticas o lo que sea.


A la mañana siguiente nos despertamos algo perjudicados por las copas de anoche, pero hubo muy buenos momentos y la charla fue muy amena. Laura tenía que irse para su piso ya que le entregaban un paquete esta misma mañana. Se puso su ropa, nos besamos y salió por la puerta hacia el ascensor.
Yo tranquilamente me preparé café y unas tostadas para desayunar  y acto seguido me metí en la ducha. Me vino genial, fue revitalizante y me hizo volver un poco a la tierra. Ya más despierto y con la cabeza despejada me quite varios correos que tenía que contestar y me puse a escribir alguna idea para mis relatos. Pensando en Laura quería hacer que se sumergiera en la sumisión, siempre y cuando dentro de unos límites. 

A eso de la hora de comer envié un mensaje a Laura:
-Hola perrita, que aproveche ahora y después de comer te quiero en mi piso.
+De acuerdo amo.


Me encantaba que al menos las posiciones las tuviese claras y que fuese tan obediente. 
Me dispuse a comer, de vez en cuando miraba a ver si Laura estaba por su piso pero no hubo suerte. Ya una vez terminé dejé todo colocado, ya que no me gusta tener desorden en casa y me tumbe con un café en la hamaca de la terraza. 

A los pocos minutos de eso, suena la puerta de casa. Me levanté a abrir y cuando lo hice me quedé de piedra unos segundos. Era Laura con un body de encaje y unos tacones negros a juego. Llevaba una chaqueta larga en el brazo recogida.
La hice entrar en casa admirando esa pedazo de vista y pensando en darle una recompensa por tener esa iniciativa propia. 
Observando su cuerpo podía verse como el body marcaba su culo dejándolo casi al aire, sus tetas detrás del encaje pero sus pezones asomaban por uno de los agujeritos. Y ya el toque de los tacones era increíble, toda una diosa para mis ojos en ese momento. 

Me acerque a ella para besarla y la vez le agarre los pezones que estaban ya como una piedra, para jugar un poco con ellos retorciéndolos y tirando. Ella soltó un pequeño gemido y sin pensarlo la lance contra el sofá del salón. 

Baje mis pantalones dejando a la vista mi erección más que notable y desabrochando su body decidí comerla entera. Hacer que se corriese a chorros y suplicase porque me la follase. 

Abrí bruscamente sus piernas y comencé a lamer sus labios alrededor, acercándome y alejándome de su clítoris. Separando los labios, rozando cada rincón de su sexo. 
Laura no hacia mas que gemir y mojarse, mojarse cada vez más. Caían gotas hacia el sofá, decidí meter la lengua hasta el fondo y sentir como se abría un poco su coño. Con las contracciones que note, me lance a succionar, a morder y a chupar su clítoris hasta que Laura se corrió a chorros empapando el sofá y el suelo del salón.

Agarre su coleta y la arrastre al suelo.
-Lame todo perra, mira como has dejado el suelo.

Laura estaba lamiendo su propia corrida del suelo y ni siquiera me miró con cara de asco o algo, estaba acostumbrándose muy rápido a esto. Eso me hizo pensar que quizás era hora de marcar sus tetas con unos bonitos piercings. 

Conocía una tienda en la que también tatuaban y ponían piercings, pensé en ir para allí y que Laura se "bautizase" como sumisa mía. Todavía en casa, terminó de lamer el suelo. Se levantó y le dije que nos íbamos a dar una vuelta. Que solo iba a llevar la chaqueta y debajo su body con los tacones. 

-¿Vamos a ir muy lejos amo? Me puede ver cualquiera así.

-Tu has venido asi perra, ahora vas a ir a todos los sitios así y mas te vale obedecer.
Según dije eso  solté un azote bien grande sobre su culo, mi mano se quedó marcada en su glúteo. Tenía que aprender a obedecer sin responder. 
Tras un par de minutos mientras cogía mi cartera y colocaba un poco todo, salimos del piso rumbo a la tienda. En el ascensor podía ver el reflejo en el espejo de lo sexi que se veía Laura, realmente iba prácticamente desnuda ya que el encaje del body era muy fino dejando ver todo su cuerpo tras el tejido. Y el toque de los tacones hacía que me pusiese el doble. 

Salimos del portal y pusimos rumbo a la tienda que estaba como a 5 calles de allí. Pero antes de continuar no podía faltar mi nuevo mejor amigo, el vibrador por control remoto. Me lo saqué del bolsillo en medio de la calle y se lo di. Laura se quedó roja y un poco cortada.

-Vamos perra, siéntate en un banco y te lo metes o así de pie como tú quieras. 

Después de dudar unos segundos, vio que no había mucha gente por la calle y metiendo su mano por debajo de la chaqueta consiguió insertar el vibrador en su coñito mojado. Nadie se dio cuenta quitando un par de dependientes de los puestos que algo se imaginaban porque lo vieron de lleno. 

Caminando hacia la tienda el vibrador lo puse en potencia media. La cual es potente ya para aguantarla mucho rato sin correrte. Laura me hacía gestos de que iba chorreando, pero eso solo me ponía más aún y me incitaba a ponérselo más fuerte. 

Por fin llegamos a la tienda, cuando entramos apague el vibrador ya que ella estaba nerviosa porque no sabía que íbamos a hacer. Mientras ojeamos tatuajes, piercings, anillos, etc... Se lo fui comentando.

-Bueno putita, me gustaría que hoy te hicieses un piercing. Para marcar nuestra nueva relación.

+Amo, nunca me he hecho uno.


-No pasa nada, esta gente sabe lo que hace y además va a darte mucho juego conmigo.

+¿Pero y que piercing? y ¿donde me lo tengo que hacer?

-Es simple y duele poco Laura, un arito de estos que ves en tu pezón, aunque me gustaria que lo tuvieses en los dos.

+Ella dudó unos segundos, se lo pensó y al final se animó a hacerse uno y si le gustaba el otro.

 El chico cogió sus herramientas y le dijo a Laura que se sentase, aquí venía el momento. Tenía que desabrocharse la chaqueta para poder hacerlo, con mucha vergüenza se fue bajando la cremallera y pude ver como el chaval se quedaba blanco. 


Como los pezones sobresalen por el encaje, no hizo falta que se quitase el resto. Aun así la imagen era increíble, el chaval cortado a más no poder y Laura roja con solo el body y sus piernas chorreadas de flujos. Me miraba con cara de cachorrito, quería follarmela nada más salir de ahí. 

Le puso un piercing y Laura no lo noto mucho, así que decidió hacerse el segundo. Yo encendí el vibrador a mínima potencia para divertirme un poco. Mientras le ponía el segundo ella intentaba no temblar ni gemir, pero era difícil. Cuando el chico fue a clavar la aguja, lo subí un poco y mientras entraba la aguja por su pezón ella no pudo evitar soltar un pequeño gemido.

El chico se quedó flipando con la situación, nos hizo muy bien precio después de todo y muy contentos salimos de la tienda. Continuamos el paseo pero hacia un parque que había cerca antes de ir hacia casa. Nos metimos detrás de unos arbustos y obligué a Laura a quitarse la chaqueta. Vaya vistas y vaya erección tenía. Laura de rodillas, con un body y tacones, en un parque y con dos nuevos piercing en sus pezones. No podía estar más cachondo. 

Saque mi miembro y sin decir nada ella misma se acercó de rodillas a chuparlo y succionar con muchas ganas. No podíamos estar ahí mucho tiempo tampoco así que aproveché para ponerla a cuatro patas y follarmela ahí mismo. 

El morbo de la situación era brutal y me estaba gustando cada vez más el hacerlo en la calle. Se me ocurrió venir al parque de noche pero de eso ya os hablaré un poco más adelante. 
Laura seguía con el vibrador dentro y con mi polla embistiendo. Puse la potencia al máximo y sin poder remediar sus gritos y gemidos los dos nos corrimos, ella dejó el suelo hecho barro con tanto flujo y para terminar se le escurría mi semen de su coño, resbalando por la piernas hasta llegar a sus tacones. 

Estábamos a poco de casa, fuimos allí para hacer una parada y que Laura se diese una ducha antes de seguir nuestro día. Pero antes de salir me vino otra idea a la cabeza, antes de darle la chaqueta a Laura para salir del parque, le dije que se quitase el body, solo iba a ir con la queta y nada debajo. Se que a ella esto le encanta y más cuando ha sido la primera en hacerlo. 

Ya llegando a la calle donde vivía nos dimos cuenta de lo tranquila que estaba, ya que varios comercios habían cerrado hacía poco. Sin avisar y sin pensarlo mucho, cogí su cremallera y la baje hasta el final. Quería que llegase a casa con la chaqueta abierta, mostrando su cuerpazo y sus dos nuevos piercings en los pezones. 

Entramos en casa sin ningún percance y Laura se fue a la ducha directamente. No quería perder mucho tiempo en casa así que mientras ella se arreglaba yo cogí las cosas necesarias para nuestra pequeña tarde-noche.

En una mochila meti el vibrador, el succionador, unas esposas que tenia y el plug anal que habia que darle mas uso. Una vez salió del baño, no tenía ropa allí, así que se puso un tanga que se había dejado y el abrigo encima. Parece que le cogía el gusto a ir sin ropa, vaya viciosa tenía delante. 

Antes de salir de casa le mande que se diera una ducha anal tambien, por estar mas tranquilos. Una vez lo hizo y estaba listo nos fuimos a la calle.

Aunque iba con su abrigo ella llamaba la atención, con los tacones negros casi de aguja, las piernas desnudas hasta por encima  de la rodilla insinuando y dejando a la imaginación el resto. Y el abrigo que lo tenía algo abierto haciendo un escote podríamos decir. Mientras caminábamos muchos hombres la miraban, pero mientras ninguno hiciese nada yo iba tranquilo. 

Ya estábamos llegando al parque que conocía, estaba anocheciendo y no había tanta luz, cosa que nos venía de lujo. Entramos en el parque y era de un tamaño medio, con varias zonas, una con árboles y bancos, otra con columpios y castillos para los niños y la última zona donde estaban los baños y la fuente. 

Nos dirigimos primero a uno de los bancos, fui sacando de la mochila todos los juguetes y se los iba enseñando a Laura. En vez de dárselos, le dije que se levantara y sacara ese culo para fuera. Se puso casi en cuatro y yo fui jugando y metiendo cada juguete en su sitio.

Con el plug me lo pase muy bien, ya que lo nota mucho aun. Lo lubrique bien y dándolo vueltas fui introduciendo. Cuando veía que entraba ya bien se lo sacaba de golpe. Así estuvimos un rato, me ponía mucho ver como intentaba resistir los gemidos. Pero su coño empapado decía lo contrario. 

Deje metido el plug y cogí el vibrador junto con el succionador. A todo esto estábamos en el banco del parque sin fijarnos si había más gente o pasaba alguien. Nos metimos en nuestro juego y nos olvidamos del resto. 

Mientras tenía el succionador en una mano haciendo que Laura se olvidase de ocultar los gemidos, con la otra iba metiendo el vibrador pero ya encendido a media potencia. Ella tenía los ojos cerrados, se mordía el labio y se retorcia del placer. Eche un vistazo y seguíamos solos por ahí, cogí a Laura del pelo con sus juguetes dentro menos el succionador que lo llevaba yo y la paseé por el parque, su abrigo y la mochila con las cosas estaban en el banco de antes así que se venía alguien nos pillaba de lleno. 

Mientras andábamos iba pensando en mi siguiente movimiento y lo vi claro al pasar al lado. Era una parte del castillo de niños que tenía una red para escalar y una barra en medio. Me acerque con Laura y poniendo el vibrador a tope la deje ahí un momento mientras iba a por las esposas. 

De camino escuchaba gemidos de Laura que tenía ya las piernas brillando a la luz de las farolas de los flujos que estaba echando. Cogí las esposas y ate a Laura a la red pero dejándola con el culo en pompa y la barra debajo suya. Encendí el vibrador y me bajé los pantalones, mi polla saltó como un muelle de lo cachondo que estaba. Acerqué mi boca a su culo y con cuidado mordí el plug y lo fui sacando lentamente, Laura en ese momento entre el vibrador y el plug se corrió a chorros encima de la barra, la dejó empapada. 

A mi esas cosas me ponen cachondo a mas no poder y ya sin remedio cogí la polla y se la ensarte en el culo sin miramientos. De golpe le metí la mitad y viendo que solo gemía fue la otra mitad para dentro. Notaba las vibraciones en mi miembro cosa que daba mucho gusto y sin pensarlo mucho empecé a embestir ese culito.

Cogí el tanga chorreando de Laura y se lo metí en la boca para ver si así hacía menos ruido. Agarrando su coleta tiraba de ella hacia mi para metersela mas profunda cada vez. 

Note como Laura se contraía y sabía lo que eso significaba, que iba a correrse pero bien y ha soltar uno de sus squirts. En menos de lo que pensaba su ano se contrajo atrapando mi polla dentro, el vibrador salió disparado y a continuación volvió a soltar chorros y chorros de flujos. Yo encendido como nunca por la situación saque mi polla de su culo abierto y con su coño sensible después de la corrida se la introduje hasta que hizo tope. 

Quería correrme asique sin dejarla recomponerse comencé a follarmela muy fuerte, pellizcando con mis manos sus pezones, sus tetas ,azotando ese culo que tanto juego  me estaba dando.

Escuche pisadas y sabía que por el parque había alguien pero claro, quién nos iba a decir nada en ese momento. Quien fuese estaba disfrutando con el espectáculo.

Antes de correrme le quite las esposas y le obligue a ponerse de rodillas, me apetecía llenar esa garganta de leche. Saqué su tanga de la boca, volví a poner las esposas a su espalda y empecé a meter y a sacar mi polla como si de su coño se tratase. 

Sonaban ruidos de que se ahogaba de vez en cuando y su saliva mezclada con mis líquidos se salían por su boca cayendo por las tetas y su precioso cuerpo. Sus tetas estaban chorreadas enteras. 

Estaba notando que poco iba a tardar en correrme así que apreté bien su cabeza contra mi y solté mi carga completamente. Cuando saque la polla en su boca no había nada, todo había sido tragado cosa que me gusto muchísimo.

Me recompuse un poco, quite sus esposas, cogí los juguetes y la acompañé donde estaba nuestra mochila y su abrigo. Guarde todo, deje que Laura se relajara y se limpiara un poco. Le acerqué el abrigo para que se tapase de camino a casa, me sorprendió que se lo dejo abierto mostrando su cuerpo y sus dos nuevos piercing. Una pena no haberles dado uso pero siendo el primer día mejor dejar que se curen primero. Pero parecía una diosa así, la besé durante un rato como un niño con su primera novia y nos fuimos para casa.

Fuese quien fuese el que estaba en el parque se lo había pasado bien porque en el banco había una corrida, menos mal que no dio a nada nuestro. Laura fue objeto de masturbación y eso la puso. 

Le ofrecí que durmiera en casa conmigo y así nos duchamos juntos y cenábamos algo antes de nada. Ella aceptó y en poco rato ya estábamos por casa. 

Deje todo en el salon para limpiarlo al dia siguiente, me desnude, le quite el abrigo a Laura, me agache para quitarle sus tacones, a la pobre le temblaban las piernas y nos fuimos para la ducha. Aunque yo creía que no iba a hacerlo, sin rechistar según entramos se puso de rodillas y empezó a chuparmela como tenía que hacer. Fui enjabonandome, limpiando y aclarando no sin antes acabar por toda su cara, la deje llenita de leche.

Ya duchado, hice que se levantara y con cuidado empecé a enjabonarla yo, cada rincón, cada agujero, viendo que todo estaba bien y que no nos habíamos pasado. 

Aclare su cuerpo y salimos a secarnos, no tenía nada para ella asique le deje una camiseta de baloncesto que usaba como pijama. Le quedaba muy sexi con sus tetas asomando por los tirantes de las mangas. 

Nos tiramos en la terraza y esa noche decidimos pedir algo de comida para no complicarnos. Mientras venía la comida tenía a Laura chupandome la polla y con el vibrador de nuevo dentro suya. Se estaba convirtiendo en una sumisa y una viciosa, pero solo mia. Cada día me gustaba más. 

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