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Cuarentena con mi amiga (Parte 5)

Cuarentena con mi amiga (Parte 5)
(Nota: este capítulo es un poco más corto que el anterior, espero no sea un problema)

I

Cada vez que abría la boca esta pendeja (si no era para darme increíble placer oral) me hacía enamorarme un poquito más de su actitud de zorra. Finalmente se me iba a dar garcharme a esta culoncita perfecta. 
Yo- Vámonos entonces. 
Le dí unos besitos en los muslos y le solté la cola. 
Al pararnos nos observamos en nuestra desnudez, arrepentidos de habernos separado aunque sea temporalmente. 
Yo- Que cosa más divina que sos por dios, me matas pendeja. 
Ella festejó mis halagos con un bailecito, dejándome ver sus tetitas rebotando. 
María- Si queres me quedo así desnudita... 
Yo- ¿Cómo? 
María- Sí... Hasta el auto... Y ahí también. ;) 
Ufff 
Me mordí el labio para no comermela ahí mismo. 
Yo- Vamos chiquita. 
La mandé al frente con una nalgadita. María respondió meneando la cola. 
María- Hace eso otra vez... 
Aprontó el culito para otro impacto. 
María- ¡Auuu! Que rico mi vida, gracias. 
Muy feliz con la actitud de mi zorrita le di otra sin que me pidiera, dejando mi mano en la nalga y dándole un par de apretaditas. 
Yo- Ahora camina que te quiero ver. 
Haciéndome caso empezó a moverse como modelito poniendo énfasis en el bamboleo de caderas. El hipnotizante rebote de sus nalgas desnudas me entretuvo suficiente para hacer durar diez segundos una caminata al auto de diez minutos. 
Llegamos al auto y no pude evitar paralizarme un momento con la visión de María desnuda sentada en el asiento del acompañante deliciosa como un caramelo visual. 
Partimos hacia el apartamento y en el camino no podía evitar espiar un poquito esas piernas, otro poquito su conchita o sus tetas, siempre estando pendiente de nuestra seguridad pero evidenciandome como el degenerado que era. 
María- para adelante es el camino nene... 
Reímos. 
Yo- ¿Me vas a culpar por querer mirar un poco con vos siendo tan calientapijas? 
María- Yo no soy calientapijas atrevido, yo soy petera... Mirá para adelante. 
Tras decir eso se acomodó entre mis piernas, yo me moví un poco para dejarle lugar. 
María- No puedo ni esperar para seguir jugando. 
Y se volvió a comer mi verga. 
Yo- Que no te vea nadie perrita. 
Dije bajandole bien la cabeza en mi pija. 
El viajecito de la playa al apartamento no duraba más de quince minutos con las calles como estaban, pero aún así la petera me regaló unos minutitos de mamada en el auto. Cuando estacioné en la entrada de la casa apoyé la cabeza en el respaldo para seguir disfrutando de su boquita. 
María- Quedemonos un poco acá... 
Continúo el cabeceó. 
Yo- Pensé que te querías sentar en esta... 
María se desprendió de mi pene y lo masturbó mientras lo miraba. 
María- Tiene razón - le dijo hablándole a mi amigo - hoy te toca algo muy rico. 
Rápidamente se levantó y bajó del auto, brincando desnuda hasta la entrada de la casa. La observé con cariño desde el asiento del conductor, y cuando finalmente entró a la casa, la seguí. 
Ya dentro del apartamento le hablé con tono juguetón. 
Yo- ¿Dónde me querés? 
María- A vos te quiero abajo mío. 
Me empujó hacia el sillón y me tiró, luego me ayudó a sacarme la remera y bajó mis pantalones. Volvió a acercar su rostro a mi pene y le habló. 
María- Esto te va a encantar mi vida. 
Le dio un besito y se me subió arriba. 
María- Y a vos ni te digo. - esta vez refiriéndose a mi. 
Tomó mi pija por el tronco y se la apuntó a la entrada de su cuevita. 
Finalmente en un largo gemido de placer comenzó a bajar dándome paso por las paredes de su conchita. 
María- ¡Ay dios! 
Yo- Sí putita, disfrutalo tanto como yo... 
María- Tanto como vos imposible atrevido jajaja... Pero ay... Que delicia. 
Al llegar a la mitad de mi tronco pude sentir como aún no se encontraba totalmente dilatada, entonces comenzó a dar saltitos sobre mi poronga, cada uno de los cuales culminaba con mi pija un poquito más adentro de mi putilla. 
Senton tras senton me mataba de placer, hasta que sus nalgas tocaron mis muslos dejando en claro que se la estaba comiendo todita... Y ahí la dejó. 
La agarré de la cola y hablé. 
Yo- Me estas matando zorrita. 
Le dí un chirlo. 
María- ¡Ay! No fue nada eso suertudo, ahora si vas a gozar... 
Y con eso comenzó la verdadera cabalgada. Cada salto significaba una entrada y salida entera de mi pija en sus entrañas, la sensación de sus nalgas chocando contra mis piernas y el rebote de sus gomas eran un placer para el recuerdo, un placer irresistible. 
Yo- Estoy para acabar mi vida... 
María- Un ratito más por favor... 
Yo- No me puse forro... 
María- ¡Dah! No me arruinés el polvo... Bueh, hora de la merienda entonces. 
Se desprendió de mi y bajó a chupar. 
Yo- Te devuelvo el favor igual divina. 
Dije entre jadeos. 
María- Más te vale... 
Aceleró el trabajo con sus manos y su boca para hacerme delirar en un orgasmo indescriptible. 
Yo- ¡Aaaaah! ¡Que bien que la chupas por dios! 
Con leche en la boca la goloza se levantó y volvió a posar su colita en mi cara. 
María- Te toca a vos...
Dijo entre gárgaras. 
A comer. 

II

La mañana siguiente tuvo un ambiente un tanto más tenso que el que habitualmente rondaba nuestra morada. 
Si bien María no actuaba de forma arisca ni nada por el estilo se la notaba un poquito distante, rondando por la casa completamente vestida y saliendo de su habitación con poca frecuencia para ir al baño o pasar por la cocina. 
Yo por mi parte seguía haciendo uso de la sala de estar para mi más cómodo entretenimiento. 
Sentado mirando la tele como tantas veces la escuché urgar por los estantes de la cocina. 
Yo- Che... ¿Pasó algo? Te noto medio extraña... 
María- Nada ¿por? Será estrés de la facultad capaz... 
Seguía inspeccionando las reservas, como si no quisiera prestarme atención. No dijo mucho más y comenzó a alejarse. 
Yo- ¡Ey! 
Paró. 
Yo- Vení, ¿no querés mirar algo? 
María- Nah, ahora no tengo ganas... 
Yo- ¡Espera! No te vayas... Sentate un segundo. 
María- Ufff, ¿Qué querés? 
Con reproche vino hacia a mi y se sentó. 
Yo- No me digas que no pasa nada porque vos nunca estas así linda... Y justo después que cojimos... 
María- Bueno... Es que no sé si estuve bien... 
Yo- Estuviste impecable mi vida. ;) 
Le intenté tomar la mano pero con rapidez me rechazó. 
María- Pero ves... 'linda', 'mi vida'... Una cosa es que lo digas garchando, pero no era mi intención que te enganches... 
Me quedé callado, con la mirada avergonzada y fija en el piso. 
Yo- No pasa nada... En serio no es que me enganché, pero ya pensé que nos tratábamos así supongo. 
Mentí, realmente estaba enloquecido con esta mina, pero de alguna forma tenía que intentar salvar la cuarentena. 
María- Hmmm... Bueno, no te digo que te vaya a dejar de chupar la pija. 
Parece que funcionó la jugada, gracias a dios. 
María- Pero me parece que te voy a dejar calmarte un ratito... Y lo dejar garcharme fue esa vez nomas ¿ta? 
No era la más grande de las victorias pero entre todo podría haber sido mucho peor. 
Yo- Entiendo. 
Dije decepcionado. 
Yo- Y... ¿Lo de comerte la conchita también fue una vez?
Me fulminó con la mirada y se fue hacia su cuarto. Al llegar a la puerta volteó a mirarme. 
María- Eso lo arreglamos después. ;) 
Entró a su cuarto. 
Ufff 
Esta mina era una locura, aún cuando me quería enfriar no podía evitar ponermela dura solo con sus palabras, la cuarentena entraba en una etapa más difícil pero mi optimismo seguía intacto. 

III

Los días venideros me recordaron de cierta forma a los primeros días de cuarentena, cuando la calentura del aislamiento con una pendeja 10 puntos me tenía de paja en paja por el correr del día. Lastimosamente la actualidad se separaba de esos encantadores días en que en su afán por bajarme las revoluciones María ya no se desfilaba por la casa presumiendome el culo maravilloso que tiene, dejando en manos del Internet y las pocas fotitos provocativas que me han llegado de previas aventuras la ayuda a mi imaginación en mis sesiones de autoplacer. 
Pasábamos más tiempo en nuestros cuartos que de costumbre, de vez en cuando me paraba frente a la puerta de su habitación, el miedo impidiendo mi entrada... Y me gustaba creer que a veces ella pasaba por lo mismo. 
Estando encerrado en la pieza, pasando del Facebook al Instagram y del Instagram al Facebook con un aburrimiento abrumador, me entró un mensaje al WhatsApp. 
Era de María. 
"¿Estás presentable?"
Evidentemente no quería caer en otro accidentito como el de aquella vez. 
Le respondí que sí y después de un minuto me dejó el visto. 
Esperé lo que pareció una eternidad (aunque lo más probable es que hayan sido dos o tres minutos) y distinguí una sombra en la apertura de la puerta. 
Ahí es cuando sin tocar apareció María con su celular en mano, y para mi sorpresa y total alegría, volvía con su look de putita entangada. 
Yo- Marí...
María- Shhh... Bajate los pantalones 
Dijo entrando en mi cama. No la hice esperar y obedecí sus ordenes. 
La abruptes de la situación no había dejado marinar mi excitación, por lo que mi amigo estaba todavía flácido. 
El tacto de sus suaves deditos ayudo mucho a mi expansión, y en pocos momentos la tenía masturbandome así como lo había hecho aquella tarde en el sillón. 
Yo- Ta prontita... Cometela. 
María- Shhh, no te la voy a chupar. 
Yo- ¿Cómo no? 
Empezó a acelerar el ritmo, torciendo la muñeca con cada subida que su mano daba por mi pija. Su mano libre se posó sobre mis huevos y comenzó a masajearlos en sincronía con la paja. 
María- Te voy a sacar la leche nomas. 
Parecía que contrario a sus palabras su carita deseaba algo más que tocarla, la muy perrita se mordía los labios y hasta en un momento amagó a darle un chupón. 
María- Te necesito fresco porque mañana viene Camila y no te quiero andando de pajerito babeando. 
Yo- ¿Camila? ¿Y esa quién es? 
Dejó de masturbar por un segundito y empezó a manipular su celular. 
María- Ahora me va a quedar todo el celular con olor a tu pija. 
Dijo enojada, pero me miró un microsegundo y sonrió. A mi me encanto que lo distinguiera como olor a "mi pija". 
Noté que deslizaba el dedo por el celular como buscando entre las fotos, supuse que me mostraría una foto de esta Camila. 
Me entregó su celular y continuó con su labor. Increíblemente no había una foto en la pantalla. 
El celular mostraba el mítico video de su amiga de fiesta. 
Embobado me quedé mirando esa maravilla pornografica mientras mi compañera me pajeaba con maestría. 
María- Mañana viene la petera... 

5 comentarios - Cuarentena con mi amiga (Parte 5)

leloir2010
Me parece que tu "amiga" es bipolar, un dia te dice una cosa y al otro dia actua diferente. Vos seguis aprovechando de la situacion!!!! cuando esta re caliente. Exelente relato. Dejo puntitos
SanchoPanza1234 +1
Jajajajaja, habrá que ver qué pasa mañana 😎
el_kankuriano19
Es rraro encontrar un relato tan bien contado como este te felicito 👍
SanchoPanza1234
Gracias, ahora en un rato continúa 😎
crear_1
Excelente
+10
SanchoPanza1234
Gracias, parte 6 cae en un rato 😎