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Cuarentena con mi amiga (Parte 3)

Cuarentena con mi amiga (Parte 3)
I
Que zorra.
¿Por qué me dijo eso? ¿Quería que vaya con ella? ¿Estaba esperando con las piernas abiertas? ¿O solo me quería calentar?
Esas dudas rebotaban en mi cabeza cuando, como si una fuerza mayor quisiera responder, la pantalla de mi celular se iluminó... Con un mensaje de María.
"Disfrutalo sabandija"
Y, adjunto al mensaje, el video de su amiga.
Gracias diosa.
Evidentemente no me quería en su cuarto, pero al menos me ayudaba con la calentura.
Sin pensarlo demasiado me bajé los pantalones ahí mismo en la sala de estar y comencé el festín. El video empezaba normal, documentando la pequeña fiesta privada en lo que parecía ser una casa de dinero; gente bailando con música a alto volumen que distorcionaba el audio de la grabación.
Cuando de repente aparece en escena la protagonista amiga de María acercandose para que se escuche en el video.
"Si me acompañas afuera te chupo la pija"
El pibe, claramente, acepta encantado y se retira hacia el fondo de la casa.
El video ahí corta a la llegada de la pendeja, avisando que traía unos amigos más.
"Vengan vengan, parense acá en filita"
Y ahí es cuando se reanuda la escena que había presenciado antes, la putita en bolas agachada y los tipos disfrutando de la proesa bucal de la misma.
No exagero al decir que el único momento de respiro para esa boquita era el traspaso de una pija a la otra, estaba totalmente entregada al placer de sus compañeros masculinos. Más allá de algún toqueteo de tetas los receptores de tal perfecta mamada se limitaban a jadear y disfrutar como nunca en su vida.
"Que delicia la puta madre"
"que pendeja golosa que sos"
Y la pendeja golosa los alentaba, con claro interés en recibir su premio.
"Dale que quiero lechita"
"Hoy me la tomo toda"
Con tal hermoso trato que les daba lo que pasó después fue inevitable.
Uno por uno comenzaron a lechear la carita de esta soberana puta. Chorros caían en su lengua, en la comisura de los labios, en la cara y en el pelo, pero todos tenían la certeza de que sin importar donde acaben su jugo iba a terminar de una forma u otra alimentando a su perrita personal.
"Muchas gracias chicos"
Dijo con un besito en el glande a cada uno de sus amigos.
"Un día de estos repetimos"
...
Ufff, el impresionante video resultó de gran ayuda para mi, ya que para cuando había finalizado yo también me encontraba satisfecho sexualmente.
Después de limpiar todo me pareció buena idea agradecer a María por la ayudita que me dio, así que fui hasta su cuarto y sin pensarlo dos veces abrí la puerta (por costumbre y confianza)
Yo- Gracias bo... Uh, ¡perdón!
María alertada me miró con terror. Estaba de piernas abiertas frotandose la conchita.
María- ¡Salí de acá degenerado!
Gritó con firmeza pero de forma juguetona... Y aún así continuando con su jugueteo.
II
Los días pasaron y no se tocó más el asunto, tal vez cada tanto se hacía algún chistecito al respecto pero realmente el incidente aquel no tuvo mucho injerencia en arruinar la dinámica del apartamento.
Un día estábamos conversando, con la tele de fondo.
María- ¿Viste la nueva de Poltergeist?
Yo- Nah, ni la original miré, no me van mucho esas cosas la verdad.
María- Bueh, mejor así porque es una cagada... Te iba a avisar que ni la mires.
Nos reímos y ella se levantó para armar una picada.
María- A mi las de terror me gustan cuando son más bien cómicas... Pero cuando tiran más para el horror puro y les queda para el orto son un aburrimiento.
Asentí.
Yo- Supongo que ese es mi problema, capaz que tendría que agarrar alguna que me recomiendes.
Terminó lo que preparaba y volvió a sentarse.
María- Dale emmm... Poné la de Evil Dead, esa es divertida.
Yo- hmmm, bueno probamos.
Nos callamos un momento mientras yo buscaba la película en la tele, pero antes de que terminara de tipear el nombre el silencio se acabo.
María- Che...
Su tono tenía cierto nerviosismo.
Yo- ¿qué?
María- ¿Viste lo que pasó la otra vez... Que entraste a mi cuarto?
Casi caigo desmayado cuando dijo eso, supuse que me lo iba a reprochar o a confesarme que estaba incómoda.
Yo- S-sí... ¿Qué Pasa?
María- Pasa que yo me paseo en tanga por la casa todos los días, lo cual si bien no es mí intención te termina beneficiando bastante, te pasé el video de la petera de mi amiga y además de todo eso me viste pajeandome.
Que calló un segundito, como si estuviera esperando el aplauso en su monólogo de stand up.
María- Y la verdad es que ahora que lo pienso creo que yo me merezco ver algo también no crees?
La verdad es que no esperaba eso... Se ponía interesante la cosa.
Yo- ¿Y qué te hace pensar que yo te voy a mostrar algo?
Otra vez se apareció esa cara de reto, de saber que con ese cuerpo puede conseguir lo que quiera.
María- Si dale galán, ¿Me vas a decir que no me querés mostrar la poronga desde que me conociste? Dale pela la pija.
Tampoco me quería hacer del rogar y arruinar esta oportunidad, así que sin me levanté y me saqué el pantalón, volviendome a sentar con el bóxer puesto.
María- ¡Ahí va! A ver, tocate un poquito por arriba a ver como crece.
Le hice caso, puse mi mano izquierda a masajear mis huevos y con la derecha subía y bajaba por arriba del calzón.
María observaba atentamente, mordiendose los labios y empezando a acercarse a su cuevita.
María- se está poniendo durita...
Sonrió y siguió mirando, ahora abriéndose de piernas y dándome una visión similar a aquel accidentado momento, con la diferencia que ahora aún conservaba su bombachita.
María- ¿Te gusta ver como me toco?
Solo me limité a asentir
María- mirá que soy buena contigo, te dije que me tocaba verte a vos y te estoy dando un showcito personal... ¿Querés que me saqué la ropita?
Yo- ¡Sí por favor!
Todavía seguía frotandome por fuera, con un deseo increíble de sacar a respirar al amigo.
María- Si me queres ver desnuda te vas a tener que sacar eso galán.
Dijo apuntando a mi entrepierna.
Gracias a dios.
Me volví a parar y con velocidad récord tiré a la mierda el bóxer y me acomodé en el sillón.
María- Epa, ¿estás apurado?
Nos reímos.
María- Linda herramienta tenés eh... A ver, jugá mientras me mirás.
Y ahí se levantó, y sensualmente dio una vueltita. Si me había deleitado antes con la perfección de esas nalgas ahora que su redondez se mostraba para mi disfrute creí que iba a explotar en cualquier momento, la pendeja hermosa acompañaba la lenta vueltita con un meneo de cadera irresistible, y cuando llegó a darme la espalda completamente, se inclinó un poco y comenzó a desprenderse de su diminuta tanga.
Lentamente bajaba la tela por sus piernas y finalmente tuve el placer de presenciar la perfección de su desnudez.
María- No te me mueras eh.
Yo- No puedo prometer nada jajajaja
Con una sonrisa juguetona terminó de sacarse la tanguita y volvió a su lugar en el sillón, abrió las piernas y me mostró sin reparo su conchita depilada.
Morí y entré al paraíso.
María- Eh, mirá para arriba.
Con sus palabras salí del transe y observe su rostro, la increíble morocha me miraba con sonrisa gatuna y ojos sensuales, poniendo sus brazos detrás de su espalda para desprenderse del resto de la ropa interior.
María- Yo sé qué estas no son despampanantes pero algo es algo.
Dijo al dejar al descubierto sus medianas pero hermosas tetas.
Yo- ¿Qué decís? Sos impresionante mi vida...
María- Mi vida jajajaja, esto no es para que te enamores eh... Estamos jugando.
Silenciosamente continuamos tocandonos separados por pocos centímetros de sillón, solo gozando del sonido de nuestro propio toqueteo y los pequeños gemidos de mi perfecta compañía.
María- Mati...
Yo- ¿Qué pasa?
María- Te la voy a tocar...
Otra vez casi me da un infarto, la pendeja divina de mi compañera ni siquiera me preguntó si podía tocarla, simplemente se jacto de que me tenía totalmente bajo su hechizo.
No esperó respuesta alguna y se acercó hacia mi, primero su mano derecha se posó sobre mi muslo, provocando una extraña sensación de placer, y luego su mano izquierda, con una suavidad característica de una jovencita puta, tomó mi miembro de la base entragandome un gustito que esta vez no era para nada extraño.
María- si tendrás suerte...
Me quedé callado, disfrutando de la suavidad de sus dedos. Al notar mi estado de extasis mi amiga decidió darme el gusto y comenzó a hacer uso de su mano.
Arriba y abajo, arriba y abajo se movía muy lentamente sobre mi verga regalandome un placer que no creo haber sentido en toda mi vida.
Yo- Dios... Que delicia.
Logré decir entre suspiros.
María- ¿Te gusta eh? ¿Te gusta de la putita de tu amiga te haga la paja?
Yo- Me fascina...
María- ¿Sí? ¿Siempre me quisiste cojer? ¿Qué te gusta de mi?
Continúe por un momento disfrutando de la paja, la lentitud hacía agonizante el placer y lograba hacerme durar mucho.
Yo- Me encanta esa carita de petera, no sabes como me encantaría que te la comas.
Ella rió.
María- así que te gustó lo de mi fama de petera... Bueno capaz que te doy el gusto...
Acercó un poco su boca a mi pija y sacó la lengua, pero luego soltó una carcajada y siguió pajeando con expertía.
María- ¿Y qué más? Seguro te morís con mi cola como todos.
Yo- adoro tu cola putita, es el mejor culo que vi en mi vida...
María- ¡Putita me dice! Atrevido... Y a ver, ¿Qué harías con mi colita?
Yo- La verdad que me encantaría que te me sientes encima y te quedes así todo el día.
María- ¡Ja! Bueno, creo que ya tuve suficiente por hoy.
Y así como así dejó de masturbarme, se levantó, se vistió y se fue a su cuarto.
Yo- ¿Eh? Me vas a dejar así?
María- Jodete, hoy me tocaba a mi divertirme.
III
Después de ese intenso episodio en la sala de estar que me dejó con la mayor calentura que experimenté en la vida, por las semanas venideras mi vida se limitó a pajas impulsadas por el bamboleo del culo de María en tanga (que aún se paseaba de esa forma con clara intención de provocarme) y el recuerdo de ese día en que su manita me hice tocar el cielo.
En una de esas habituales masrurbadas me encontraba tirado en mi cama, disfrutando conmigo mismo y con la bella imagen mental de María cabalgandome, cuando casi como si fuera un chiste, la apertura de la puerta daba paso a que el incidente del mes pasado se repitiera con los roles a la inversa. María sorprendida en el umbral de la puerta y to atrapado con las manos en la masa.
Yo- ¡Bo! ¡Tocá la puerta!
María se quedó callada por un momento, con la mirada pegada a mi pene. Estuvo petrificada por un momento pero luego tomó un paso al frente.
María- ¿Te puedo chupar la pija? 

8 comentarios - Cuarentena con mi amiga (Parte 3)

Tom_Bishop
Está bueno, pero no me lo cortes ahíiii
SanchoPanza1234 +1
Mañana continúa 😎
el_kankuriano19
👍 muy buen relato te felicito
SanchoPanza1234 +1
Gracias! Ya estoy preparando lo que sigue 😎
crear_1
+10
excelente
SanchoPanza1234
Gracias! Ahora en un rato la parte 4 😎
Pitujaro
Me has puesto al palo
Dr-Dalessio
Vamooooooo 🇺🇸
Dr-Dalessio
No se xq salió la banderita, pero el relato está re flaaaaammmmaaaa
Cacho6922
Q buena q esta esta historia