Esta es la historia de una noche y lo que le pasó a una pareja y a algunos de su círculo cercano.
Ciudad de Buenos Aires, viernes 8 de noviembre 2019.
Historia de la cuñada:
Otro viernes a la noche y sola. Se me había caído el plan de salida. El chico que me gusta se bajó a último momento porque le salió un partidito de fútbol con los amigos.
Así que nada. A seguir juntando calentura. Encima vengo con una racha... Hace varias semanas ya que no le veo la cara a dios. Nunca en mis 23 años desde que nací, bah más bien desde que arranqué, había pasado tanto tiempo sin coger ¡La argolla oxidada me está carcomiendo la bombacha! Jajaja ¡qué boluda! Pero en serio, estoy que si me miras fijo me acabo encima.
Y bueno... Al mal tiempo buena cara, siempre se puede recurrir al amigo bidet para lavar las culpas.
Además, ahora que me acuerdo, tengo ese videito para mirar... No sé... No me animo... Pero es que me genera tanta intriga...
Les cuento, hace un tiempo le compré el celu que vengo usando a mi hermana mayor y la muy hija de puta me lo dió sin borrarle la memoria. "Formatealo antes de usarlo" me dijo. Al principio me dio bronca tener que tomarme el trabajo de hacerlo yo.
No es nada del otro mundo, pero es el tipo de boludeces que entre hermanas puede desatar una bronca al pedo. La cuestión es que estaba a punto de formatear la memoria cuando la cabeza me hizo un click y frene el dedo...
¿Y si pispeaba un poco a ver qué había?
Y había...
¡La muy hija de puta se filmaba garchando con el marido!
¡Y había varios videos!
¡Que morbo! No por ella, eh. Por él.
Es que hay algo del tipo que me engancha. Esta bueno, eso es cierto. Tampoco es Brad Pitt pero para pasar un par de noches yo me anoto tranquila. Que se yo.
Debe ser también que es el tipo que mi hermana se garcha y algo me remueve.
Además ella cuenta cada cosa... No sé si a propósito o no pero me habla como si fuera su amiga y más de una vez me dejo con el agua contenida entre las piernas. "Eso contáselo a tu amiga Marilina que te lo presentó" le tuve que decir una vez. Pero esa noche me maté haciéndome una paja pensando en él.
Y desde ahí que cada vez que lo veo, medio por venganza, medio de calentona, lo toqueteo un poco, me insinúo otro poco. Pero más que nada para molestarla a ella.
Y ahora con el celu en la mano... Sola y caliente... Entrando al baño... ¿Que hago? Nunca me animé a mirarlo. ¿Estaría mal? Sería como cruzar una línea, pero... nadie sabe que lo tengo.
Me gana el morbo y abro el explorador... ¡Ay, no dá!.. Cierro.
Me bajo los pantalones y hago pis. Hasta acá me llega el olor a concha. Se me va a pudrir por falta de uso... ¡A la mierda! Me siento en el bidet y regulo la presión del agua. Activo el celu y pongo play antes de arrepentirme.
El agüita me acariciaba suave y constante, la puse tibiecita y la veo a mí hermana chupándole la poronga a mí cuñado... ¡Bien el cuña! Lindo tamaño... Cabezona... Se me hace agua la boca y la concha. Aumento un poco la presión del chorro.
Se corta el video y arranca el que sigue. En este filma él y le está dando a pleno a mí hermana que está en cuatro sobre la cama. Se la mete bien hasta el fondo, con fuerza y se la saca. La agarra un poco de los pelos y yo me vuelvo loca. Me acomodo para que el chorro me dé bien ahí donde me gusta. Y me escucho decir "Si. Dale. ¡Cojela!" Estoy caliente mal, no me aguanto, me vengo. Me vengo...
¡La puta madre, suena una llamada!
Y yo sin querer en el espasmo lo atiendo en altavoz. Justo era ella. Mi hermana. ¡La concha de mi hermana! Que mala leche por dios. Me cortó el orgasmo.
- Hola linda que haces. - me dice así de una.
- ehhh... Todo bien, le digo.
Y arranca a contarme: "que está camino a la casa de su jefe porque es su cumpleaños... y que está yendo sola porque mi cuñado no quiso acompañarla... Y que...¿Estás bien? ¿Que son esos gritos que se escuchan?"
¡Uy No! Me puse blanca...
El video había quedado en reproducción en segundo plano, pero la hija de puta gritaba tan fuerte que se escuchaba todo: "Ahh.¡ Ahahhh! ¡¡AAAAAHHH!!" De los nervios se me fué el celular de las manos y cayó directo al inodoro...
¡Qué noche de mierda! ¡Que bronca! ¡Los videos! ¡El celu! ¡Quería matar a alguien! ¡A mi hermana la quería matar!
Me tomé cinco minutos. Estaba que rompía todo. Pero no... No me iba a quedar así... Esta calentura me la iba a desquitar.
En dos segundos armé el plan.
Primero llamé a la casa de mi hermana sabiendo que mi cuñado estaba solo. Estaba tomándose unos tragos. Me cercioré que no se iba a ningún lado. Pero no le dije nada. ¡Lo tenía servido en bandeja! El corazón me dió un vuelco. Rápido me dí una ducha fría y me vestí bien, pero bien trola y salí para allá.
¡Cuñadito, allá voy, esta es tu noche de la suerte! Me fui pensando. Y dándome manija con esa pija que, si todo salía bien, en un rato me iba a estar sacando la calentura acumulada. Estaba como loca. ¡Pero mal!
Cuando llegué al edificio la bronca se me había pasado. Recapacité que meterme con el hombre de mi hermana era demasiado, pero igual la excitación no me bajaba... Me dije "entro igual y me decido en el momento". Por lo menos, le iba a calentar la pava un poco... ¡Estaba mala! Jajaja.
Ya en la puerta, a punto de tocarle el timbre, pensé: "si quiero darle la sorpresa mejor entrar sin avisar". Esperé un rato pero nadie salía ni entraba. ¿Que onda? ¡No vive nadie en este edificio!
A los 10 minutos no aguante más, ya habían pasado varios señores que me hacían carita. Es que estaba muy regalada, más de uno habrá pensado que era un gato. Le toco el timbre al portero, pensé.
El tipo me conoce, y si le contaba algún chamuyo seguro me abría. Y resultó: le dije que quería sorprender a mi hermana que estaba necesitando ayuda para un trabajo y quería darle la sorpresa, o algo así.
El tipo, sonriente, de muy buena gana bajo a abrirme. Estaba arreglado como para salir. Camisita abierta, pantalón a tono... elegante. Perfumado y todo. De la alegría, porque el plan me estaba saliendo a la perfección, le dí un abrazo. "Epa, epa" me dijo riendo.
- ¡Que elegancia Héctor! ¿Esperando a alguien? - le pregunto.
- Toda la vida, señorita... - me responde haciendo un gesto de galán con la cara.
Subimos al ascensor. "Al quinto, ¿No, señorita?" Me dice. "Si. Sí" le dije, pero no ví qué apretó.
El ascensor empezó a subir. El portero no me sacaba la vista de encima. "Míralo a Héctor como me comía con los ojos..." me reía por dentro. Pasamos el cuarto, el quinto... ¡el sexto! "Nos pasamos Héctor" le dije. Él se reía. " ¿Que pasa, no funciona el ascensor?" Le pregunto desorientada.
- No nena. El ascensor funciona bárbaro.- me dice, siempre con esa sonrisita.
- Entonces ¿nos pasamos? - le digo, porque no entendía qué carajo pasaba.
- No. No. Vamos bien. No nos pasamos.- me dice el viejo y me muestra que entre sus manos tenía un fasito armado, tremendo.
- ¡Hector! ¿Que me estás proponiendo? - le digo riéndome de la situación.
- Yo. Nada señorita. Simplemente quería invitarla a conocer mi terraza y acompañarme un poco para charlar. - y como en secreto me dice agitando el armadito - ésta es cosecha personal, si quiere le muestro.
El ascensor llegó al último piso.
Me mató de ternura el viejo. Le sonrío como una nena y le digo: -Gracias Hector. Pero mi hermana me espera.
Él se pone serio y me dice:
- Pero... ¿no era que su hermana no sabía que usted venía?
Rápido le contesté: - Si. Sí. Al final le avisé recién...
- Ah. ¿Si?.- me lo dice y me mira fijo.- ¡Que pena...!
Pobre Héctor, estaba pensando "le rompí el corazón", pero el viejo como si nada abre la puerta del ascensor y me da lugar para que salga.
¡Insistente el hombre! Ya un poquito ofuscada le digo: - ¡Héctor! Mi hermana me espera.
Y él vuelve a sonreír y me dice señalando la escalera que lleva a la terraza - Su hermana salió hace más de una hora y por como iba arreglada dudo que vuelva a casa muy temprano esta noche... El único que está en el departamento es su cuñado, señorita ...
Pero... ¡Que viejo de mierda! ¡Me estaba extorsionando! ¡Qué noche, la puta madre!
Estaba jugada. ¡Ma sí, me fumo uno y me lo garcho a mi cuñado después y que se pudra, que me importa! Y encaré la escalera.
Una vez arriba, la cosa fué distinta. El ambiente me tranquilizó. Estaba lleno de plantas... estaba lindo. Tenía armado como un living con sillones, una mesita baja, velas encendidas...La noche era templada pero corría un aire bastante perfumado y suave. Y la verdad que Héctor se portó como un caballero.
Nos terminamos fumando el troncho entero. Me contó de su vida y la verdad que el viejo la había vivido, había sido hippie o algo así y tenía hijos en varias partes. Conocía medio mundo y hasta sabía varios idiomas. Me contó cada historia...
Yo no sé si fue lo que fumamos o el haberlo visto a Héctor fuera de su rol habitual, pero estaba bastante bien el viejo. Bien mantenido, buen porte, buena charla...
- Señorita, si usted me permite me gustaría darle un consejo.- me dijo cuando ya habíamos entrado en confianza.
- Si Héctor, viniendo de vos, lo que quieras. La verdad es que me sorprendiste esta noche. - le respondí.- pero tuteame dale, no me hagas sentir más vieja de lo que me siento.
- Bueno. Dale.- me dice - No quiero ser entrometido pero... Sus... Tus planes esta noche podrían ser conflictivos...
De alguna manera sentía como que el tipo sabía leerme entera, como si fuera transparente a su mirada.
- Yo cometí muchos errores en la vida y ¿Sabes? De algunos no se vuelven. - Al decir esto me apoyo una mano en el hombro.
- Puedo ver en tus ojos que venís juntando cierta desilusión, cierta frustración (me acariciaba el brazo con ternura) Pero tené cuidado con lo que pensas hacer. Humildemente te digo (me agarró de las manos) Podes llegar a meter la pata en un barro muy profundo. Y hay barros que cuando se secan se endurecen... Cómo ésta! ( y me apoya la mano en el bulto de su poronga).
¡Que hijo de su reputamadre el viejo! ¡La tenía dura mal! Y encima con todo ese chamuyo me había hablandado toda... Que bien la jugó.
Me arrodille de una. Y le saqué la pija afuera. El viejo me agarraba de la cabeza y me apretaba fuerte para que me la tragara casi entera. Que fuera tan astuto para garcharme me calentó más.
Se la chupé con ganas, lo escuché gemir. "Muy bien... nena" me decía. Tenía una pija que, la verdad, no tenía nada que envidiarle a ninguna de las que había conocido. Y además tenía un plus, que fui descubriendo a lo largo de la noche: una gran experiencia.
- A ver linda... Chupame un poco los huevos - me pidió. Y yo no pude resistirme, eran huevos grandes pero duros. Cargados. Ahora entendía por qué había dejado un hijo en cada puerto.
Aparte era insaciable, si lo soltaba un poquito ya me agarraba fuerte la cabeza y me la metía entera en la boca. La sacaba y me daba golpecitos en la cara. Me decía: "Setila chiquita, olela. Aprovechala ahora, porque una vez que te la empiece a meter, y te juro que te la voy a meter por todos lados, la vas a extrañar..."
¡Que depravado que resultó el hombre! ¡Me calentó como ninguno en la vida!
El viejo me fue llevando, me tenía como quería.
De prepo me sacó la pija de la boca, dió un paso atrás y mostrandome la poronga me dijo. "Haber linda... mostrame como la tenés." Yo actuaba como una nena obediente. Por la mente me pasaban algunos profesores que tuve, un tío, algunos amigos de mi viejo que siempre me habían calentado.
Me recosté en el sillon. Levanté las piernas y empecé a sacarme la tanga. "No. No." Me dijo. "Dejate la bombacha puesta..."
Entonces me la dejé y cuando corrí con mis dedos la telita que me cubría sentí lo empapada que estaba.
Me pidió que me tocara un poco mientras el me mostraba como le palpitaba la poronga.
Yo estaba muy caliente, todo lo que había pasado esa noche... sumado a la calentura de varios días... Sabía que estaba que explotaba. Apenas me rocé los labios empecé a sentir que me venía.
Él lo notó y entonces me apoyó la cabeza sobre el clítoris. Yo le sostenía la bombacha corrida. Y al sentir esa piel caliente, esa pija venosa apoyada en el punto justo, refregandose sobre la superficie como si fuera un consolador...
¡Cómo grité! "¡Ay Héctor!¡Que pija!¡Que pija hermosaaaa!" ¡Que orgasmo tan intenso! Creo que todavía lo siento ¡Y ni siquiera me la había metido aún!
Fue una noche larga. Hasta el orto le entregué sin chistar y eso que yo no soy fácil de convencer... y me hizo gozar. ¡Y cómo!
Que maquina por favor. Y no se cansaba, no sé cuántas veces me hizo acabar.
Al final cuando se dio cuenta que yo ya no daba más me la sacó de adentro y me pidió que le tomara la leche "¿Sabes? Este ácido todavía quema y yo ya no quiero mas quilombos" me dijo y me largó todo en la boca. Con gusto le mostré como me lo tragaba. Lo sentí como una cuestión de respeto.
Tomamos unos mates y de repente amanecía. Héctor me pidió que me fuera porque tenía que encargarse de la limpieza de la vereda
Cuando bajamos, ya en la puerta me dice: - Espero señorita no haber abusado de su confianza con tanto consejo...
- Tuteame Hector - le pedí.
- No señorita. Eso lo dejamos para cuando quiera pasar a visitarme a la terraza. La puerta va a estar siempre abierta para usted...
Y la verdad es que no veo la hora de volver.
Gracias por llegar hasta acá
Si algo te gustó, dejame un comentario.
El final de esta historia en:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3841172/Cuernos-Final-Que-paso-esa-noche.html
Parte 1
https://poringa.net/posts/relatos/3833329/Cuernos-Que-paso-esa-noche.html
Parte 2
https://poringa.net/posts/relatos/3835263/Cuernos-2-Que-paso-esa-noche.html
Otras cositas:
https://poringa.net/posts/relatos/3763896/Fetiche-Vecina-Cuernos-y-cuarentena.html
https://poringa.net/posts/relatos/3760012/Poseida-del-alba.html
https://poringa.net/posts/relatos/3790511/El-sueno-humedo-de-Camila.html
Ciudad de Buenos Aires, viernes 8 de noviembre 2019.
Historia de la cuñada:
Otro viernes a la noche y sola. Se me había caído el plan de salida. El chico que me gusta se bajó a último momento porque le salió un partidito de fútbol con los amigos.
Así que nada. A seguir juntando calentura. Encima vengo con una racha... Hace varias semanas ya que no le veo la cara a dios. Nunca en mis 23 años desde que nací, bah más bien desde que arranqué, había pasado tanto tiempo sin coger ¡La argolla oxidada me está carcomiendo la bombacha! Jajaja ¡qué boluda! Pero en serio, estoy que si me miras fijo me acabo encima.
Y bueno... Al mal tiempo buena cara, siempre se puede recurrir al amigo bidet para lavar las culpas.
Además, ahora que me acuerdo, tengo ese videito para mirar... No sé... No me animo... Pero es que me genera tanta intriga...
Les cuento, hace un tiempo le compré el celu que vengo usando a mi hermana mayor y la muy hija de puta me lo dió sin borrarle la memoria. "Formatealo antes de usarlo" me dijo. Al principio me dio bronca tener que tomarme el trabajo de hacerlo yo.
No es nada del otro mundo, pero es el tipo de boludeces que entre hermanas puede desatar una bronca al pedo. La cuestión es que estaba a punto de formatear la memoria cuando la cabeza me hizo un click y frene el dedo...
¿Y si pispeaba un poco a ver qué había?
Y había...
¡La muy hija de puta se filmaba garchando con el marido!
¡Y había varios videos!
¡Que morbo! No por ella, eh. Por él.
Es que hay algo del tipo que me engancha. Esta bueno, eso es cierto. Tampoco es Brad Pitt pero para pasar un par de noches yo me anoto tranquila. Que se yo.
Debe ser también que es el tipo que mi hermana se garcha y algo me remueve.
Además ella cuenta cada cosa... No sé si a propósito o no pero me habla como si fuera su amiga y más de una vez me dejo con el agua contenida entre las piernas. "Eso contáselo a tu amiga Marilina que te lo presentó" le tuve que decir una vez. Pero esa noche me maté haciéndome una paja pensando en él.
Y desde ahí que cada vez que lo veo, medio por venganza, medio de calentona, lo toqueteo un poco, me insinúo otro poco. Pero más que nada para molestarla a ella.
Y ahora con el celu en la mano... Sola y caliente... Entrando al baño... ¿Que hago? Nunca me animé a mirarlo. ¿Estaría mal? Sería como cruzar una línea, pero... nadie sabe que lo tengo.
Me gana el morbo y abro el explorador... ¡Ay, no dá!.. Cierro.
Me bajo los pantalones y hago pis. Hasta acá me llega el olor a concha. Se me va a pudrir por falta de uso... ¡A la mierda! Me siento en el bidet y regulo la presión del agua. Activo el celu y pongo play antes de arrepentirme.
El agüita me acariciaba suave y constante, la puse tibiecita y la veo a mí hermana chupándole la poronga a mí cuñado... ¡Bien el cuña! Lindo tamaño... Cabezona... Se me hace agua la boca y la concha. Aumento un poco la presión del chorro.
Se corta el video y arranca el que sigue. En este filma él y le está dando a pleno a mí hermana que está en cuatro sobre la cama. Se la mete bien hasta el fondo, con fuerza y se la saca. La agarra un poco de los pelos y yo me vuelvo loca. Me acomodo para que el chorro me dé bien ahí donde me gusta. Y me escucho decir "Si. Dale. ¡Cojela!" Estoy caliente mal, no me aguanto, me vengo. Me vengo...
¡La puta madre, suena una llamada!
Y yo sin querer en el espasmo lo atiendo en altavoz. Justo era ella. Mi hermana. ¡La concha de mi hermana! Que mala leche por dios. Me cortó el orgasmo.
- Hola linda que haces. - me dice así de una.
- ehhh... Todo bien, le digo.
Y arranca a contarme: "que está camino a la casa de su jefe porque es su cumpleaños... y que está yendo sola porque mi cuñado no quiso acompañarla... Y que...¿Estás bien? ¿Que son esos gritos que se escuchan?"
¡Uy No! Me puse blanca...
El video había quedado en reproducción en segundo plano, pero la hija de puta gritaba tan fuerte que se escuchaba todo: "Ahh.¡ Ahahhh! ¡¡AAAAAHHH!!" De los nervios se me fué el celular de las manos y cayó directo al inodoro...
¡Qué noche de mierda! ¡Que bronca! ¡Los videos! ¡El celu! ¡Quería matar a alguien! ¡A mi hermana la quería matar!
Me tomé cinco minutos. Estaba que rompía todo. Pero no... No me iba a quedar así... Esta calentura me la iba a desquitar.
En dos segundos armé el plan.
Primero llamé a la casa de mi hermana sabiendo que mi cuñado estaba solo. Estaba tomándose unos tragos. Me cercioré que no se iba a ningún lado. Pero no le dije nada. ¡Lo tenía servido en bandeja! El corazón me dió un vuelco. Rápido me dí una ducha fría y me vestí bien, pero bien trola y salí para allá.
¡Cuñadito, allá voy, esta es tu noche de la suerte! Me fui pensando. Y dándome manija con esa pija que, si todo salía bien, en un rato me iba a estar sacando la calentura acumulada. Estaba como loca. ¡Pero mal!
Cuando llegué al edificio la bronca se me había pasado. Recapacité que meterme con el hombre de mi hermana era demasiado, pero igual la excitación no me bajaba... Me dije "entro igual y me decido en el momento". Por lo menos, le iba a calentar la pava un poco... ¡Estaba mala! Jajaja.
Ya en la puerta, a punto de tocarle el timbre, pensé: "si quiero darle la sorpresa mejor entrar sin avisar". Esperé un rato pero nadie salía ni entraba. ¿Que onda? ¡No vive nadie en este edificio!
A los 10 minutos no aguante más, ya habían pasado varios señores que me hacían carita. Es que estaba muy regalada, más de uno habrá pensado que era un gato. Le toco el timbre al portero, pensé.
El tipo me conoce, y si le contaba algún chamuyo seguro me abría. Y resultó: le dije que quería sorprender a mi hermana que estaba necesitando ayuda para un trabajo y quería darle la sorpresa, o algo así.
El tipo, sonriente, de muy buena gana bajo a abrirme. Estaba arreglado como para salir. Camisita abierta, pantalón a tono... elegante. Perfumado y todo. De la alegría, porque el plan me estaba saliendo a la perfección, le dí un abrazo. "Epa, epa" me dijo riendo.
- ¡Que elegancia Héctor! ¿Esperando a alguien? - le pregunto.
- Toda la vida, señorita... - me responde haciendo un gesto de galán con la cara.
Subimos al ascensor. "Al quinto, ¿No, señorita?" Me dice. "Si. Sí" le dije, pero no ví qué apretó.
El ascensor empezó a subir. El portero no me sacaba la vista de encima. "Míralo a Héctor como me comía con los ojos..." me reía por dentro. Pasamos el cuarto, el quinto... ¡el sexto! "Nos pasamos Héctor" le dije. Él se reía. " ¿Que pasa, no funciona el ascensor?" Le pregunto desorientada.
- No nena. El ascensor funciona bárbaro.- me dice, siempre con esa sonrisita.
- Entonces ¿nos pasamos? - le digo, porque no entendía qué carajo pasaba.
- No. No. Vamos bien. No nos pasamos.- me dice el viejo y me muestra que entre sus manos tenía un fasito armado, tremendo.
- ¡Hector! ¿Que me estás proponiendo? - le digo riéndome de la situación.
- Yo. Nada señorita. Simplemente quería invitarla a conocer mi terraza y acompañarme un poco para charlar. - y como en secreto me dice agitando el armadito - ésta es cosecha personal, si quiere le muestro.
El ascensor llegó al último piso.
Me mató de ternura el viejo. Le sonrío como una nena y le digo: -Gracias Hector. Pero mi hermana me espera.
Él se pone serio y me dice:
- Pero... ¿no era que su hermana no sabía que usted venía?
Rápido le contesté: - Si. Sí. Al final le avisé recién...
- Ah. ¿Si?.- me lo dice y me mira fijo.- ¡Que pena...!
Pobre Héctor, estaba pensando "le rompí el corazón", pero el viejo como si nada abre la puerta del ascensor y me da lugar para que salga.
¡Insistente el hombre! Ya un poquito ofuscada le digo: - ¡Héctor! Mi hermana me espera.
Y él vuelve a sonreír y me dice señalando la escalera que lleva a la terraza - Su hermana salió hace más de una hora y por como iba arreglada dudo que vuelva a casa muy temprano esta noche... El único que está en el departamento es su cuñado, señorita ...
Pero... ¡Que viejo de mierda! ¡Me estaba extorsionando! ¡Qué noche, la puta madre!
Estaba jugada. ¡Ma sí, me fumo uno y me lo garcho a mi cuñado después y que se pudra, que me importa! Y encaré la escalera.
Una vez arriba, la cosa fué distinta. El ambiente me tranquilizó. Estaba lleno de plantas... estaba lindo. Tenía armado como un living con sillones, una mesita baja, velas encendidas...La noche era templada pero corría un aire bastante perfumado y suave. Y la verdad que Héctor se portó como un caballero.
Nos terminamos fumando el troncho entero. Me contó de su vida y la verdad que el viejo la había vivido, había sido hippie o algo así y tenía hijos en varias partes. Conocía medio mundo y hasta sabía varios idiomas. Me contó cada historia...
Yo no sé si fue lo que fumamos o el haberlo visto a Héctor fuera de su rol habitual, pero estaba bastante bien el viejo. Bien mantenido, buen porte, buena charla...
- Señorita, si usted me permite me gustaría darle un consejo.- me dijo cuando ya habíamos entrado en confianza.
- Si Héctor, viniendo de vos, lo que quieras. La verdad es que me sorprendiste esta noche. - le respondí.- pero tuteame dale, no me hagas sentir más vieja de lo que me siento.
- Bueno. Dale.- me dice - No quiero ser entrometido pero... Sus... Tus planes esta noche podrían ser conflictivos...
De alguna manera sentía como que el tipo sabía leerme entera, como si fuera transparente a su mirada.
- Yo cometí muchos errores en la vida y ¿Sabes? De algunos no se vuelven. - Al decir esto me apoyo una mano en el hombro.
- Puedo ver en tus ojos que venís juntando cierta desilusión, cierta frustración (me acariciaba el brazo con ternura) Pero tené cuidado con lo que pensas hacer. Humildemente te digo (me agarró de las manos) Podes llegar a meter la pata en un barro muy profundo. Y hay barros que cuando se secan se endurecen... Cómo ésta! ( y me apoya la mano en el bulto de su poronga).
¡Que hijo de su reputamadre el viejo! ¡La tenía dura mal! Y encima con todo ese chamuyo me había hablandado toda... Que bien la jugó.
Me arrodille de una. Y le saqué la pija afuera. El viejo me agarraba de la cabeza y me apretaba fuerte para que me la tragara casi entera. Que fuera tan astuto para garcharme me calentó más.
Se la chupé con ganas, lo escuché gemir. "Muy bien... nena" me decía. Tenía una pija que, la verdad, no tenía nada que envidiarle a ninguna de las que había conocido. Y además tenía un plus, que fui descubriendo a lo largo de la noche: una gran experiencia.
- A ver linda... Chupame un poco los huevos - me pidió. Y yo no pude resistirme, eran huevos grandes pero duros. Cargados. Ahora entendía por qué había dejado un hijo en cada puerto.
Aparte era insaciable, si lo soltaba un poquito ya me agarraba fuerte la cabeza y me la metía entera en la boca. La sacaba y me daba golpecitos en la cara. Me decía: "Setila chiquita, olela. Aprovechala ahora, porque una vez que te la empiece a meter, y te juro que te la voy a meter por todos lados, la vas a extrañar..."
¡Que depravado que resultó el hombre! ¡Me calentó como ninguno en la vida!
El viejo me fue llevando, me tenía como quería.
De prepo me sacó la pija de la boca, dió un paso atrás y mostrandome la poronga me dijo. "Haber linda... mostrame como la tenés." Yo actuaba como una nena obediente. Por la mente me pasaban algunos profesores que tuve, un tío, algunos amigos de mi viejo que siempre me habían calentado.
Me recosté en el sillon. Levanté las piernas y empecé a sacarme la tanga. "No. No." Me dijo. "Dejate la bombacha puesta..."
Entonces me la dejé y cuando corrí con mis dedos la telita que me cubría sentí lo empapada que estaba.
Me pidió que me tocara un poco mientras el me mostraba como le palpitaba la poronga.
Yo estaba muy caliente, todo lo que había pasado esa noche... sumado a la calentura de varios días... Sabía que estaba que explotaba. Apenas me rocé los labios empecé a sentir que me venía.
Él lo notó y entonces me apoyó la cabeza sobre el clítoris. Yo le sostenía la bombacha corrida. Y al sentir esa piel caliente, esa pija venosa apoyada en el punto justo, refregandose sobre la superficie como si fuera un consolador...
¡Cómo grité! "¡Ay Héctor!¡Que pija!¡Que pija hermosaaaa!" ¡Que orgasmo tan intenso! Creo que todavía lo siento ¡Y ni siquiera me la había metido aún!
Fue una noche larga. Hasta el orto le entregué sin chistar y eso que yo no soy fácil de convencer... y me hizo gozar. ¡Y cómo!
Que maquina por favor. Y no se cansaba, no sé cuántas veces me hizo acabar.
Al final cuando se dio cuenta que yo ya no daba más me la sacó de adentro y me pidió que le tomara la leche "¿Sabes? Este ácido todavía quema y yo ya no quiero mas quilombos" me dijo y me largó todo en la boca. Con gusto le mostré como me lo tragaba. Lo sentí como una cuestión de respeto.
Tomamos unos mates y de repente amanecía. Héctor me pidió que me fuera porque tenía que encargarse de la limpieza de la vereda
Cuando bajamos, ya en la puerta me dice: - Espero señorita no haber abusado de su confianza con tanto consejo...
- Tuteame Hector - le pedí.
- No señorita. Eso lo dejamos para cuando quiera pasar a visitarme a la terraza. La puerta va a estar siempre abierta para usted...
Y la verdad es que no veo la hora de volver.
Gracias por llegar hasta acá
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El final de esta historia en:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3841172/Cuernos-Final-Que-paso-esa-noche.html
Parte 1
https://poringa.net/posts/relatos/3833329/Cuernos-Que-paso-esa-noche.html
Parte 2
https://poringa.net/posts/relatos/3835263/Cuernos-2-Que-paso-esa-noche.html
Otras cositas:
https://poringa.net/posts/relatos/3763896/Fetiche-Vecina-Cuernos-y-cuarentena.html
https://poringa.net/posts/relatos/3760012/Poseida-del-alba.html
https://poringa.net/posts/relatos/3790511/El-sueno-humedo-de-Camila.html
3 comentarios - Cuernos (3). ¿Qué pasó esa noche? La cuñada.
Lo siento por el cuñado pero valió la pena gracias por compartir