Soy un tipo normal, 33 años, que aprovechó la cuarentena para recordar viejas experiencias de vida… Ya conté algo sobre mis inicios en el sexo, ahora solo queda avanzar.
Si no leyeron los primeros post, los dejo a continuación, como para que sepan de dónde viene la historia con Cami…
http://www.poringa.net/posts/relatos/3775023/Recordando-la-adolescencia.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3776027/Recordando-la-adolescencia-parte-II.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3802815/Recordando-la-adolescencia-V.html
Esa noche me costó dormir. No solo por la incomodidad del asiento o por los ronquidos de mi compañero, el principal motivo era mi dolor de huevos generador por la frase de la petisa: “yo no te habría dejado así” me dijo la muy hija de puta. Y a partir de ese momento, el viaje cambiaría de sentido para mi; en mi cabeza solo me imaginaba garchandome a Cami. Y por suerte eso se iba a dar…
El viaje siguió, para muchos como si nada, para mi con un solo objetivo y es por eso que la llegada a Córdoba se me hizo muy rápida.
Una vez en el hotel nos encargamos de descargar todo, los profes nos dieron las indicaciones para armar los grupos para las habitaciones y una vez finalizado todo ese tramiterio pasamos a ubicarnos.
Para no hacerla larga: me tocó compartir habitación con tres amigos, piolas, y bastantes despiertos para la época. Nos conocíamos hacía años, eramos de salir mucho a la playa, a bailar y demás actividades juveniles, manteníamos códigos y eso estaba bueno.
Todos los varones estábamos en un piso y en el de abajo estaban los cuartos de las chicas. Los profes había distribuido sus cuartos en cada punta de los pasillos, como para poder controlar los movimientos… Más allá de tanto recaudo, estaba seguro que algún espacio sin controlar íbamos a tener, y rápidamente me lo confirmarían.
El hotel era grande, y después de acomodarnos en las habitaciones nos convocaron en uno de los patios para darnos las indicaciones generales y hacer un “recorrido” por las instalaciones. El complejo tenía vista al rio, cancha de tenis/paddle; cancha de fútbol y básquet, un tinglado con cancha de ping pong, cerquita la pileta y dos baterías de baños: además había un salón onda sum a lo lejos. En la bajada al río había reposeras y algunas parrillas. En fin, había espacio de sobra para que mi cabeza pajera pensara en donde garcharse a Cami.
Después de todo el recorrido tuvimos actividades obligatorias que no vienen al caso; lo importante pasaría después de la cena, era el momento del tiempo libre.
Me acuerdo que durante el día me fui dando algunos besos con Carla, como para no cortar toda la onda de entrada (si Cami no se me daba, Carla tenía que ser una fija, pero siempre pensando en Camí, a la cual cada tanto le regalaba una mirada o alguna sonrisa cómplice).
Llegó la noche, nos dieron una hora libre, en espacios demarcados: cancha de ping pong, la sala de estar donde se encontraba el tele y algunas mesas para jugar al truco y no recuerdo si mucho más… Ni bien terminaron de dar las indicaciones los profes coordinadores, me levanté y me fui a jugar al ping pong, ganador seguía en cancha y había empezado muy bien; nadie me podía sacar. Hasta que apareció Cami con su grupo de amigas a “mirar los partidos”, ahí me desconcentré, perdí y me fui a sentar al lado de ella. Nos pusimos a charlar y rápidamente le pregunté si todavía seguía afirmando lo que me había dicho en el micro. Se rió como tímidamente y pensó “uh la cague” pero no, levantó la mirada y era una perra en celo, se mordió el labio y me dijo “queres ver si es verdad?”, se paró y me miró y enfiló para la batería del baño. No sabia que hacer, si me paraba enseguida era muy obvio, pero al mismo tiempo la sangre dejó de ir a mi cerebro y fluyo para mi pija, asi que sin pensar demasiado, me pare y la seguí. Para cuando llegue a la entrada del baño, ella estaba esperándome detrás de una pared, no me dejó entrar, me agarró la mano y me llevó a otra locación del hotel; me desconcertó pero la seguí. Fuimos para la cancha de Paddle, lugar “prohibido” para esa hora de la noche, pero oscuro e ideal para la ocasión. No recuerdo bien las palabras exactas pero paso a relatarles como recuerdo el momento:
C:_ Vos querías saber si era verdad, bueno acá me tenes
Y:_ Uff no sabes como estoy desde anoche…
Y sin mediar más palabra la besé desaforadamente, y mis manos fueron directo a su culito. Hacía calor, estábamos con pocas prendas, cómodos, lo que hacía todo más excitante, el piel a piel era inminente. Ella tenía una musculosa y un short, yo una remera y bermuda de jean; su cola blanca y carnosa estaba ya en mis manos, las caricias pasaron a ser bruscas, mis dedos se escurría por todo su ser. Ella no se quedaba atrás, rápidamente fue a mi bulto, y sin dejar de meter su lengua en mi boca, me desabrocho la bermuda. Ahí freno, dejo de besarme, me miró -y yo conocía esa expresión, hacia años atrás la había visto y sabía lo que se venía - con su manito me agarro la pija que ya estaba morcillona y me empezó a pajear, se pasaba la lengua por los labios, la muy puta se saboreaba y me dijo:
C:_ ufff no la recordaba tan grande, se nota que el tiempo que paso te jugó a favor…
Y:_ uhhh Cami, que lindo como me tocas… Decime por qué no hicimos esto antes.
C:_ Porque fuiste un pajero, por eso, pero no importa ahora. Porque hoy me quiero comer toda esa pija.
Y:_ Es toda tuya, cómetela toda.
Esa fue la frase para que ella se agache y empiece a petear como loca, desesperada; se la notaba con ganas, excitada, respiraba fuerte mientras trataba que le entre toda en la boca. No tengo una super pija, no es muy larga pero si tiene un grosor interesante, y ya desde chico esta característica se hacía notar. Creo que eso le dificultaba que le entre toda; la verdad no me importaba; yo la agarraba de la cabeza y sin ser nada sutil la empujaba hacia mi; haciendo que se ahogue. Era un pete de una porno en un viaje estudiantil. Sin embargo yo no quería solo un pete, quería cogerla, quería metérsela toda entonces me concentré en no acabar rápido. Por eso ahí empecé a concentrarme en el ruido ambiente, pues de lejos se escuchaban risas, las voces de mis compañeros que gritaban “quiero retruco”, “quiero”; o “a 7 cambiamos de cancha”, de lejos sonaba alguna guitarra. Mientras prestaba atención a esos ruidos distantes, mientras trataba de bajar un rato la leche, empecé a amasarles las tetas; un lugar del cuerpo de Cami que hasta el momento no había dedicado mucha atención pues siempre me concentré en su fuerte: el cuarto trasero jeje. Sin embargo descubrí un tesoro desconocido, unas tetas blanditas con unos pezones gigantes y muy duros; que empecé a pellizcar bruscamente al encontrarlos. Se ve que era un lugar sensible para ella, porque rápidamente saco mi miembro de su boca y me dijo:
C:_ ayy hijo de puta como me calienta que me toques las tetas.
Ahí nomas la levanté del suelo, la volví a besar (si hasta hacía dos segundos me había estado peteando pero no me interesó) y mis manos levantaron su musculosa, dejando sus tetas al alcance de mi mano, se las volví a tocar pero rápidamente pase a degustarlas, eran riquisimas y se lo hice saber:
Y:_mmmm Cami que tetas hermosas que tenes, que ricas están.
Ella solo gemía, había tirado la cabeza para atrás y se escuchaba que de su boca salía un “mmmmmm, mmmmm”, le encantaba. Mientras le chupaba las tetas y le tocaba el orto,metí mis manos por debajo de su short y me fui para su conchita. Qué decir!!
Era suave, sin un pelito, tal cual me la imaginaba y lo mejor: estaba empapada. Con solo pasar un dedito por su rajita, la sentí estremecer, sus gemidos iban en aumento.
Háganse la imagen: viaje estudiantil, en las sombras de una cancha de paddle, dos pibes calientes: una piba gimiendo, con un compañero con los pantalones bajos, ella haciéndome una paja y yo comiéndole las tetas mientras le acariciaba la conchita, una hermosura.
Los pezones eran una piedra, su conchita recontra mojada, mis dedos la recorrían entera y quería probar si podía entrar: tengo que decir que no tuve resistencia. Primero fue un dedo, al instante otro; empecé a meter y sacar, empecé a girar en círculos, ya mi boca iba de sus tetas a su cuellos, la besaba, la lamía, no nos importaba nada. Estaba a full hasta que la sentí vibrar, casi se cae, la pude agarrar justo; había acabado. Mi mano estaba empapada de sus flujos, sus ojos estaban cerrados, en su rostro una sonrisa de satisfacción y de su boca salió un:
C:_ Que hijo de puta sos Nico, nunca me había sentido así. Métemela, por favor métemela toda!!
Escuché esas palabras y me sentí como cuando tenía 5 años y “llegaba papá noel; por fin había llegado mi regalo después de tanto desearlo; por fin se me iba a dar, pero rápidamente me di cuenta que había un problema: No tenía forros...
Si no leyeron los primeros post, los dejo a continuación, como para que sepan de dónde viene la historia con Cami…
http://www.poringa.net/posts/relatos/3775023/Recordando-la-adolescencia.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3776027/Recordando-la-adolescencia-parte-II.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3802815/Recordando-la-adolescencia-V.html
Esa noche me costó dormir. No solo por la incomodidad del asiento o por los ronquidos de mi compañero, el principal motivo era mi dolor de huevos generador por la frase de la petisa: “yo no te habría dejado así” me dijo la muy hija de puta. Y a partir de ese momento, el viaje cambiaría de sentido para mi; en mi cabeza solo me imaginaba garchandome a Cami. Y por suerte eso se iba a dar…
El viaje siguió, para muchos como si nada, para mi con un solo objetivo y es por eso que la llegada a Córdoba se me hizo muy rápida.
Una vez en el hotel nos encargamos de descargar todo, los profes nos dieron las indicaciones para armar los grupos para las habitaciones y una vez finalizado todo ese tramiterio pasamos a ubicarnos.
Para no hacerla larga: me tocó compartir habitación con tres amigos, piolas, y bastantes despiertos para la época. Nos conocíamos hacía años, eramos de salir mucho a la playa, a bailar y demás actividades juveniles, manteníamos códigos y eso estaba bueno.
Todos los varones estábamos en un piso y en el de abajo estaban los cuartos de las chicas. Los profes había distribuido sus cuartos en cada punta de los pasillos, como para poder controlar los movimientos… Más allá de tanto recaudo, estaba seguro que algún espacio sin controlar íbamos a tener, y rápidamente me lo confirmarían.
El hotel era grande, y después de acomodarnos en las habitaciones nos convocaron en uno de los patios para darnos las indicaciones generales y hacer un “recorrido” por las instalaciones. El complejo tenía vista al rio, cancha de tenis/paddle; cancha de fútbol y básquet, un tinglado con cancha de ping pong, cerquita la pileta y dos baterías de baños: además había un salón onda sum a lo lejos. En la bajada al río había reposeras y algunas parrillas. En fin, había espacio de sobra para que mi cabeza pajera pensara en donde garcharse a Cami.
Después de todo el recorrido tuvimos actividades obligatorias que no vienen al caso; lo importante pasaría después de la cena, era el momento del tiempo libre.
Me acuerdo que durante el día me fui dando algunos besos con Carla, como para no cortar toda la onda de entrada (si Cami no se me daba, Carla tenía que ser una fija, pero siempre pensando en Camí, a la cual cada tanto le regalaba una mirada o alguna sonrisa cómplice).
Llegó la noche, nos dieron una hora libre, en espacios demarcados: cancha de ping pong, la sala de estar donde se encontraba el tele y algunas mesas para jugar al truco y no recuerdo si mucho más… Ni bien terminaron de dar las indicaciones los profes coordinadores, me levanté y me fui a jugar al ping pong, ganador seguía en cancha y había empezado muy bien; nadie me podía sacar. Hasta que apareció Cami con su grupo de amigas a “mirar los partidos”, ahí me desconcentré, perdí y me fui a sentar al lado de ella. Nos pusimos a charlar y rápidamente le pregunté si todavía seguía afirmando lo que me había dicho en el micro. Se rió como tímidamente y pensó “uh la cague” pero no, levantó la mirada y era una perra en celo, se mordió el labio y me dijo “queres ver si es verdad?”, se paró y me miró y enfiló para la batería del baño. No sabia que hacer, si me paraba enseguida era muy obvio, pero al mismo tiempo la sangre dejó de ir a mi cerebro y fluyo para mi pija, asi que sin pensar demasiado, me pare y la seguí. Para cuando llegue a la entrada del baño, ella estaba esperándome detrás de una pared, no me dejó entrar, me agarró la mano y me llevó a otra locación del hotel; me desconcertó pero la seguí. Fuimos para la cancha de Paddle, lugar “prohibido” para esa hora de la noche, pero oscuro e ideal para la ocasión. No recuerdo bien las palabras exactas pero paso a relatarles como recuerdo el momento:
C:_ Vos querías saber si era verdad, bueno acá me tenes
Y:_ Uff no sabes como estoy desde anoche…
Y sin mediar más palabra la besé desaforadamente, y mis manos fueron directo a su culito. Hacía calor, estábamos con pocas prendas, cómodos, lo que hacía todo más excitante, el piel a piel era inminente. Ella tenía una musculosa y un short, yo una remera y bermuda de jean; su cola blanca y carnosa estaba ya en mis manos, las caricias pasaron a ser bruscas, mis dedos se escurría por todo su ser. Ella no se quedaba atrás, rápidamente fue a mi bulto, y sin dejar de meter su lengua en mi boca, me desabrocho la bermuda. Ahí freno, dejo de besarme, me miró -y yo conocía esa expresión, hacia años atrás la había visto y sabía lo que se venía - con su manito me agarro la pija que ya estaba morcillona y me empezó a pajear, se pasaba la lengua por los labios, la muy puta se saboreaba y me dijo:
C:_ ufff no la recordaba tan grande, se nota que el tiempo que paso te jugó a favor…
Y:_ uhhh Cami, que lindo como me tocas… Decime por qué no hicimos esto antes.
C:_ Porque fuiste un pajero, por eso, pero no importa ahora. Porque hoy me quiero comer toda esa pija.
Y:_ Es toda tuya, cómetela toda.
Esa fue la frase para que ella se agache y empiece a petear como loca, desesperada; se la notaba con ganas, excitada, respiraba fuerte mientras trataba que le entre toda en la boca. No tengo una super pija, no es muy larga pero si tiene un grosor interesante, y ya desde chico esta característica se hacía notar. Creo que eso le dificultaba que le entre toda; la verdad no me importaba; yo la agarraba de la cabeza y sin ser nada sutil la empujaba hacia mi; haciendo que se ahogue. Era un pete de una porno en un viaje estudiantil. Sin embargo yo no quería solo un pete, quería cogerla, quería metérsela toda entonces me concentré en no acabar rápido. Por eso ahí empecé a concentrarme en el ruido ambiente, pues de lejos se escuchaban risas, las voces de mis compañeros que gritaban “quiero retruco”, “quiero”; o “a 7 cambiamos de cancha”, de lejos sonaba alguna guitarra. Mientras prestaba atención a esos ruidos distantes, mientras trataba de bajar un rato la leche, empecé a amasarles las tetas; un lugar del cuerpo de Cami que hasta el momento no había dedicado mucha atención pues siempre me concentré en su fuerte: el cuarto trasero jeje. Sin embargo descubrí un tesoro desconocido, unas tetas blanditas con unos pezones gigantes y muy duros; que empecé a pellizcar bruscamente al encontrarlos. Se ve que era un lugar sensible para ella, porque rápidamente saco mi miembro de su boca y me dijo:
C:_ ayy hijo de puta como me calienta que me toques las tetas.
Ahí nomas la levanté del suelo, la volví a besar (si hasta hacía dos segundos me había estado peteando pero no me interesó) y mis manos levantaron su musculosa, dejando sus tetas al alcance de mi mano, se las volví a tocar pero rápidamente pase a degustarlas, eran riquisimas y se lo hice saber:
Y:_mmmm Cami que tetas hermosas que tenes, que ricas están.
Ella solo gemía, había tirado la cabeza para atrás y se escuchaba que de su boca salía un “mmmmmm, mmmmm”, le encantaba. Mientras le chupaba las tetas y le tocaba el orto,metí mis manos por debajo de su short y me fui para su conchita. Qué decir!!
Era suave, sin un pelito, tal cual me la imaginaba y lo mejor: estaba empapada. Con solo pasar un dedito por su rajita, la sentí estremecer, sus gemidos iban en aumento.
Háganse la imagen: viaje estudiantil, en las sombras de una cancha de paddle, dos pibes calientes: una piba gimiendo, con un compañero con los pantalones bajos, ella haciéndome una paja y yo comiéndole las tetas mientras le acariciaba la conchita, una hermosura.
Los pezones eran una piedra, su conchita recontra mojada, mis dedos la recorrían entera y quería probar si podía entrar: tengo que decir que no tuve resistencia. Primero fue un dedo, al instante otro; empecé a meter y sacar, empecé a girar en círculos, ya mi boca iba de sus tetas a su cuellos, la besaba, la lamía, no nos importaba nada. Estaba a full hasta que la sentí vibrar, casi se cae, la pude agarrar justo; había acabado. Mi mano estaba empapada de sus flujos, sus ojos estaban cerrados, en su rostro una sonrisa de satisfacción y de su boca salió un:
C:_ Que hijo de puta sos Nico, nunca me había sentido así. Métemela, por favor métemela toda!!
Escuché esas palabras y me sentí como cuando tenía 5 años y “llegaba papá noel; por fin había llegado mi regalo después de tanto desearlo; por fin se me iba a dar, pero rápidamente me di cuenta que había un problema: No tenía forros...
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