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La pelota siempre al diez

Desde hacía 6 años Paola trabajaba en mi misma empresa. El día que nos conocimos no me llevé la mejor impresión de ella: bajita, pelo rubio con rodete, camisa grande bordada de color blanco, tan blanca como su piel, pantalón de vestir negro, unos 10 años mas joven que yo ... nada de otro mundo.
Le asignaron una oficina en el otro ala de la empresa, casi que no nos veíamos durante el día, solo nos cruzábamos en el horario de la comida.
Durante la primer semana tuvimos un encontronazo bastante fuerte: desoyendo mi consejo tomó un cliente que yo había rechazado por ser un tipo jodido ... a los días se dio cuenta que yo tenía razón, por lo que esa tarde de viernes al retirarnos de la oficina se acercó a mi auto a disculparse. 
La invité a tomar una cerveza al bar de la esquina: no tomaba alcohol.
Hice fuerza y me senté a charlar acompañado de una gaseosa.

Paola era separada hacía menos de un año, una hija de 6 ... por consiguiente con todo el rollo de la cuota alimentaria que nunca llegaba a tiempo y demás cuestiones.
Nuestra charla duró 30 minutos... se había roto el hielo.

Durante la semana siguiente ella vino bastante seguido a mi escritorio a consultarme diversos negocios, y el viernes me retribuyó la invitación al bar y allí nos dirigimos.
Ni bien nos sentamos hicimos el pedido y me dijo que iba al baño a ponerse más cómoda, levantándose y cargando la mochila desapareció.
A los pocos minutos la vi venir:  se había soltado el pelo, tenía una remera blanca ajustada y jeans gastados elastizados ... una bomba !!
Obviamente la elogié y ella agradeció haciéndose la tímida. Indagó por mi matrimonio y mis gustos personales, y luego de 45 minutos nos despedimos. La imagen de su figura sirvió de incentivo esa noche con mi mujer...

Como al mes, los supervisores nos juntamos por la noche a festejar lo bien que habían dado los números en el trimestre, Paola me preguntó si yo iba a ir, a lo que contesté afirmativamente.
-" ... me pasarías a buscar por casa ?..." preguntó
-" ... claro, decime hora y dirección y allí estaré..."

9.30 de la noche y estaba en la puerta tocando bocina. Paola entre abrió la puerta y me hizo señas que bajara.
"... estás sola ? y tu hija ?- pregunté
- "... todos los fines de semana se va con el padre hasta el domingo a la noche ...- respondió mientras se hacía una gran trenza en el pelo.
-"... estoy bien así ?..." preguntó girando despacio.
Tenía un pantalón palazzo multicolor ajustadísimo, una blusa bastante escotada y tacos de al menos 10 cm. lo que la hacía mucho mas alta.
" ... estás hecha un hembrón ..." contesté paralizado.
Se rió y dándome la espalda me pidió que le ajustara el bretel del corpiño.
La suavidad de su piel, el perfume dulce que se había puesto, el cuello al descubierto ... daban ganas de besarla sin parar.
Cuando puse mis dedos sobre su espalda se le erizó la piel ... mi pija estaba dura como una roca pero tenía que disimular... y así lo hice, guardando mis ganas.
Tomó su cartera y nos fuimos.

La cena duró unas dos horas, Paola no se despegó de mí en toda la noche... y además tomó alcohol.
Se fueron yendo de a uno y nosotros también decidimos irnos.
Cuando llegamos al estacionamiento del restaurante Paola esperó a que le abriera la puerta.
Cuando iba a entrar dio media vuelta y me dijo:
-" ... desde que nos peleamos aquella vez tengo ganas de cogerte ..."-
Quedé en silencio, no lo esperaba.
Tiró sus brazos sobre mi cuello y comenzamos a besarnos ... luego de un rato entramos al auto.
Ni bien me acomodé ella se cruzó a mi asiento ... se desabotonó la blusa ofreciéndome sus pechos: no había un alma en el estacionamiento.
Comencé a besarlos y a mandarle mano por su culo. Ella se refregaba sobre mi pija.
Después de un rato sacó mi pija y comenzó a pajearme
Intenté bajar su pantalón, pero estaba complicado, metí mano en su rajita húmeda lo más que pude, ella gemía.
Quise hacer que se sentara y se la enterrara toda y me detuvo:
-"... eso puede esperar ... la primer leche siempre va a la boca... LA PELOTA SIEMPRE AL DIEZ ..."
Y así fue ... tragó toda mi leche, hasta la última gota.

" ... ahora vamos a casa ..." dijo casi ordenando.
Llegamos y nos dirigimos a su habitación. Me desvistió y comenzó a besarme ... me acostó boca arriba y me montó.
Me cabalgó suavemente mientras me ofrecía sus tetas para que las comiera, y después de un rato, agarró mi pija con su mano y la metió sin pausa en su culo... hasta sentir los huevos chocando. Acabamos juntos y nos quedamos abrazados.
" ... vamos a aclarar algo si querés que sigamos cogiendo cada vez que tengamos ganas ... nada de preguntas, celos y mucho menos "amor" ... ninguno se puede enamorar, yo no rompo tu familia y vos no me ponés condiciones... si aceptás eso cogemos cuando vos quieras en el lugar que quieras y a la hora que quieras ..." argumentó sin dejarme hablar.
" ... Ah ...y siempre la primer leche es en mi boca ... te repito: LA PELOTA SIEMPRE AL DIEZ, ok ? ...

Cogimos con Paola durante casi 2 años ... en la oficina, en el auto, en telos y en su casa los fines de semana, hasta que la trasladaron a Buenos Aires.

Cada vez que escucho la frase LA PELOTA SIEMPRE AL DIEZ me acuerdo de ella.

3 comentarios - La pelota siempre al diez

MatiPelliza
10 ptos y como favorito, QUE HISTORIA PAPÁ te felicito
Rub1t0
Muy buena onda , que paso con ella? Hay fotos ? Esas frases que tiran las minas siempre son porque le recuerdan a alguien que las marco