Capítulo I - El surgimiento de un cornudo.
Mi relación se encontraba en un punto muy bueno, no les mentiré diciendo que fue la falta de atención o el trabajo, el mal sexo o la costumbre… Simplemente había una puerta abierta al libertinaje y ella lo usó sin dudarlo.
¿Me molesto? tal vez al comienzo, no entendía que sucedía… la confusión me invadía, sentimientos encontrados pero supe sacarle provecho a la situación.
Pero primero lo primero, les explicaré el por qué de la puerta del libertinaje que dije al comienzo.
Ella y yo, le llamaremos Angela en esta memoria. Angela, era mi novia, mayor que yo, había estado comprometida pero la engañaron y cambiaron por otra. Yo venía de una relación muy complicada, terminó de una manera muy tóxica. Por lo que recurrí a refugiarme en Angela. Ambos nos entendíamos bien, nos complementamos de manera casi perfecta, casi todas nuestras metas van encaminadas por los mismos caminos y emprendimos algunos pequeños negocios también.
Sin embargo, en una ocasión salí con otra chica, de mi edad, muy sabrosa pero muy inocente. Debo aceptar que si la disfruté a placer, su inocencia y su amor fue algo que me volvió loco por unos meses. Cuando Angela se enteró me reclamó y fue cuando le dije.
Pensé que tu y yo estábamos en el entendido que solo somos adultos divirtiendonos.
¿Sabes? Si, si estamos en ese entendido pero pensé que después de todo, ya habíamos pasado esa etapa. Conoces a mi familia, vivimos juntos y todo lo hacemos juntos… pensé que éramos algo más.
Pues no, nunca lo hablamos y no es el momento.
Hasta ahí dejaré esta conversación, omitiremos el drama que le seguía.
Sin embargo, desde ahí tuvimos un punto de quiebre pero no drástico, seguiamos viviendo juntos, cogíamos genial e íbamos a las reuniones de su familia.
Pero me contaba si salía con alguien más, hasta cierto punto tenía el entendido que sus relaciones fracasaban antes de llegar a la cama.
De igual forma yo tuve otras relaciones cortas pero formalitas y ambos respetábamos mucho eso.
Sin embargo, ella era muy dada a realizar comentarios sarcásticos y cuando podía me echaba en cara que yo tenía otras relaciones. Sus amigos lo tomaban a broma pero si era un tanto incómodo. Sobre todo porque yo no podía decir lo mismo ya que ella sí era muy bien portada, al menos eso pensaba.
Ahora sí, un día de diciembre, mientras ella se bañaba, sonó su celular y por inercia fijé mi mirada a su pantalla… fue un mensaje de whatsapp
“Qué onda mamita”
En ese instante, la frágil realidad en la que vivía, se vino abajo. Se quebró esa imagen de ella tan portada y fiel… el corazón me latía a mil por hora, sentía que se me saldría por la boca. Una increíble sensación de miedo me invadió, sentía que en cualquier momento me descubriría.
No supe qué hacer, quería llorar de coraje pero a la vez sabía que me lo merecía…
Me dispuse a abrir el chat y empezar a leer, sabía que tardaría porque eran sus baños de viernes por la noche donde se relajaba… no tuve problemas en abrir la aplicación ya que tengo huella de su celular.
Abrí Messenger y con el buscador de la aplicación empecé a buscar palabras claves “sexo” “motel” “coger”... pensé que no sería tan fácil encontrar el como ella calentaba a los pendejos.
Le encantaba decirles que “se acordó” de la última vez que estuvieron juntos.
No era broma, todas las conversaciones así empezaban, muchos le decían que parara, que luego se iban a calentar y ella los seguía incitando más hasta que los pobres se ponian a cachondear, fijaban una fecha y se veían. Después había mensajes de lo rico que se la habían pasado.
Me dolió cuando en mi pleno cumpleaños ella estaba cachondeando con un cabrón, le escribía y acorde a las horas, era cuando estaba conmigo cortando el pastel.
Una furia me empezaba a dominar, quise ir al baño y reclamar pero en eso sentí una erección fuertísima en mi.
No sabía que la tenía por el enojo, me senté y seguí leyendo, conversación por conversación… empecé a leerlos con ojos de morbo en vez de verlo con ojos de celos.
Me moría por masturbarme justo ahí leyendo como la muy puta les decía que se moría de ganas por una buena cogida de su amante o múltiples amantes.
Escuche que salía del baño y deje el teléfono, tomé el mío y me puse a ver un video en YouTube, apenas ella entró al cuarto y sin mucho, la mire, sentí que arrojaba lujuria por los ojos y ella lo sintió.
Abrió los ojos a manera de sorpresa y sonrió nerviosa… la jale del brazo y la aventé sobre la cama, en toalla y aún mojada… sorprendida y con algo de nervios no sabía qué pasaba pero le quite la toalla, me coloqué detrás de ella y empecé a cogerla, le metí la verga con tanta furia que pensé que la iba a lastimar.
Empezó a decir que despacio y se notaba claramente nerviosa. No me detuvo, al contrario, aumente la velocidad, con la mano izquierda la jale del cabello, con la derecha le daba de nalgadas y le acariciaba el ano.
Empezó a gemir como una perra, metí mi dedo al ano y los gemidos se volvieron gritos de placer, estaba en un éxtasis y yo también.
Ambos estábamos al máximo de nuestro placer, sus gritos los imaginaba en algún motel de la ciudad, me imaginaba que yo era alguno de sus cabrones y le daba más duro.
Cogimos de maravilla, creo que nunca habíamos tenido un desempeño de esa manera, tenía orgasmo tras orgasmo y cerraba las piernas, se arqueaba y gritaba, me arañaba y empujaba para detenerme… yo sólo seguía sin piedad, quería saciarme yo, era mi momento de desquitarme.
Tuve un orgasmo sumamente abundante, sentí como la llene de leche y chorreaba, ella gritó tan fuerte que pensé que algún vecino habría de llamar a la policía.
Caí rendido, literalmente sentí que me desmayaría del orgasmo que sentí, se acostó a mi lado y me chupo la verga un rato hasta dejarla limpia.
Repetimos un tanto durante la noche, cada vez que puedo me pongo a leer sus mensajes y replico lo que sus chats cuentan, la muy puta es una enferma pero ahora hemos tenido experiencias muy buenas.
Espero más adelante poder contarlas.
Por favor, siéntanse en la libertad de dejar sus puntos si les agradó y comentarios para mejorar la narrativa de este espacio de recuerdos entre Angela y yo.
Mi relación se encontraba en un punto muy bueno, no les mentiré diciendo que fue la falta de atención o el trabajo, el mal sexo o la costumbre… Simplemente había una puerta abierta al libertinaje y ella lo usó sin dudarlo.
¿Me molesto? tal vez al comienzo, no entendía que sucedía… la confusión me invadía, sentimientos encontrados pero supe sacarle provecho a la situación.
Pero primero lo primero, les explicaré el por qué de la puerta del libertinaje que dije al comienzo.
Ella y yo, le llamaremos Angela en esta memoria. Angela, era mi novia, mayor que yo, había estado comprometida pero la engañaron y cambiaron por otra. Yo venía de una relación muy complicada, terminó de una manera muy tóxica. Por lo que recurrí a refugiarme en Angela. Ambos nos entendíamos bien, nos complementamos de manera casi perfecta, casi todas nuestras metas van encaminadas por los mismos caminos y emprendimos algunos pequeños negocios también.
Sin embargo, en una ocasión salí con otra chica, de mi edad, muy sabrosa pero muy inocente. Debo aceptar que si la disfruté a placer, su inocencia y su amor fue algo que me volvió loco por unos meses. Cuando Angela se enteró me reclamó y fue cuando le dije.
Pensé que tu y yo estábamos en el entendido que solo somos adultos divirtiendonos.
¿Sabes? Si, si estamos en ese entendido pero pensé que después de todo, ya habíamos pasado esa etapa. Conoces a mi familia, vivimos juntos y todo lo hacemos juntos… pensé que éramos algo más.
Pues no, nunca lo hablamos y no es el momento.
Hasta ahí dejaré esta conversación, omitiremos el drama que le seguía.
Sin embargo, desde ahí tuvimos un punto de quiebre pero no drástico, seguiamos viviendo juntos, cogíamos genial e íbamos a las reuniones de su familia.
Pero me contaba si salía con alguien más, hasta cierto punto tenía el entendido que sus relaciones fracasaban antes de llegar a la cama.
De igual forma yo tuve otras relaciones cortas pero formalitas y ambos respetábamos mucho eso.
Sin embargo, ella era muy dada a realizar comentarios sarcásticos y cuando podía me echaba en cara que yo tenía otras relaciones. Sus amigos lo tomaban a broma pero si era un tanto incómodo. Sobre todo porque yo no podía decir lo mismo ya que ella sí era muy bien portada, al menos eso pensaba.
Ahora sí, un día de diciembre, mientras ella se bañaba, sonó su celular y por inercia fijé mi mirada a su pantalla… fue un mensaje de whatsapp
“Qué onda mamita”
En ese instante, la frágil realidad en la que vivía, se vino abajo. Se quebró esa imagen de ella tan portada y fiel… el corazón me latía a mil por hora, sentía que se me saldría por la boca. Una increíble sensación de miedo me invadió, sentía que en cualquier momento me descubriría.
No supe qué hacer, quería llorar de coraje pero a la vez sabía que me lo merecía…
Me dispuse a abrir el chat y empezar a leer, sabía que tardaría porque eran sus baños de viernes por la noche donde se relajaba… no tuve problemas en abrir la aplicación ya que tengo huella de su celular.
Abrí Messenger y con el buscador de la aplicación empecé a buscar palabras claves “sexo” “motel” “coger”... pensé que no sería tan fácil encontrar el como ella calentaba a los pendejos.
Le encantaba decirles que “se acordó” de la última vez que estuvieron juntos.
No era broma, todas las conversaciones así empezaban, muchos le decían que parara, que luego se iban a calentar y ella los seguía incitando más hasta que los pobres se ponian a cachondear, fijaban una fecha y se veían. Después había mensajes de lo rico que se la habían pasado.
Me dolió cuando en mi pleno cumpleaños ella estaba cachondeando con un cabrón, le escribía y acorde a las horas, era cuando estaba conmigo cortando el pastel.
Una furia me empezaba a dominar, quise ir al baño y reclamar pero en eso sentí una erección fuertísima en mi.
No sabía que la tenía por el enojo, me senté y seguí leyendo, conversación por conversación… empecé a leerlos con ojos de morbo en vez de verlo con ojos de celos.
Me moría por masturbarme justo ahí leyendo como la muy puta les decía que se moría de ganas por una buena cogida de su amante o múltiples amantes.
Escuche que salía del baño y deje el teléfono, tomé el mío y me puse a ver un video en YouTube, apenas ella entró al cuarto y sin mucho, la mire, sentí que arrojaba lujuria por los ojos y ella lo sintió.
Abrió los ojos a manera de sorpresa y sonrió nerviosa… la jale del brazo y la aventé sobre la cama, en toalla y aún mojada… sorprendida y con algo de nervios no sabía qué pasaba pero le quite la toalla, me coloqué detrás de ella y empecé a cogerla, le metí la verga con tanta furia que pensé que la iba a lastimar.
Empezó a decir que despacio y se notaba claramente nerviosa. No me detuvo, al contrario, aumente la velocidad, con la mano izquierda la jale del cabello, con la derecha le daba de nalgadas y le acariciaba el ano.
Empezó a gemir como una perra, metí mi dedo al ano y los gemidos se volvieron gritos de placer, estaba en un éxtasis y yo también.
Ambos estábamos al máximo de nuestro placer, sus gritos los imaginaba en algún motel de la ciudad, me imaginaba que yo era alguno de sus cabrones y le daba más duro.
Cogimos de maravilla, creo que nunca habíamos tenido un desempeño de esa manera, tenía orgasmo tras orgasmo y cerraba las piernas, se arqueaba y gritaba, me arañaba y empujaba para detenerme… yo sólo seguía sin piedad, quería saciarme yo, era mi momento de desquitarme.
Tuve un orgasmo sumamente abundante, sentí como la llene de leche y chorreaba, ella gritó tan fuerte que pensé que algún vecino habría de llamar a la policía.
Caí rendido, literalmente sentí que me desmayaría del orgasmo que sentí, se acostó a mi lado y me chupo la verga un rato hasta dejarla limpia.
Repetimos un tanto durante la noche, cada vez que puedo me pongo a leer sus mensajes y replico lo que sus chats cuentan, la muy puta es una enferma pero ahora hemos tenido experiencias muy buenas.
Espero más adelante poder contarlas.
Por favor, siéntanse en la libertad de dejar sus puntos si les agradó y comentarios para mejorar la narrativa de este espacio de recuerdos entre Angela y yo.
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