Pasó la última semana en la que Juan trabajaría en latienda, por lo que aprovechamos al máximo ese tiempo, cada que podíamos, lehacia el culito, y, curiosamente, se comenzaba a ofrecer el solo sin que yo ledijera nada. Total, que llegó el momento, Juan y yo salimos de nuestro turnocomo normalmente lo hacíamos, pero él ya no regresó, sin embargo, el contactoseguía entre nosotros y obviamente íbamos a quedar de vernos.
Mis preocupaciones cambiaron durante un tiempo, no podíaverme muy seguido ni con Juan ni con Mari ya que en la tienda yo me habíaquedado de encargado y me habían mandado a una señora nueva para que leenseñara a trabajar, por lo que un tiempo no tuve descansos, cosa que memolestaba, tanto por no poder descansar como por no poder coger ya que siempreandaba cansado, hasta que un día la nueva no llegó, cosa que obviamente memolestaba pero al mismo tiempo me animaba, ya que tenía la tienda para mí solo,y claro que iba a aprovechar.
Una vez hecho el reporte y recibido la respuesta de que meiba a quedar solo por la falta de personal, mandé un mensaje a Mari.
- Qué onda –
- Que pasó, aquí ando preparándome para ir a la cama xD – mecontestó
- ¿No quieres compañía? Jeje –
- ¿Hoy descansaste? –
- No, pero tengo la tienda sola –
- No manches, ¿y si nos cachan? –
- Tranquila, no pasa nada, ¿Qué no me extrañas? –
- Claro que sí… bueno, voy a confiar en ti –
- Dale pues, vente –
- Sí, nada más deja duermo a mi niña –
- Ok, te espero –
A pesar de tratar de mantener la calma, sentía una enormedesesperación por cojerme a esa deliciosa gordibuena que alguna vez fue parejade mi amigo. Mientras esperaba, como pude, continué avanzando con lo que setenía que hacer como de costumbre, hasta que la escuché tocar la ventana, porlo que le abrí a toda velocidad.
- Hol… - No la dejé terminar de hablar cuando ya le estabacomiendo la boca y agarrando las nalgas, por lo que no se necesitó ni palabraspara hacer lo que tanto esperábamos.
En cuanto entramos a la bodega, le bajé el pantalón y metími cara entre sus enormes nalgas, absorbiendo el delicioso olor y sabor delculo de una mujer deseosa de verga, mientras tanto ella soltaba gemidos que seiban intensificando cada vez más y que tuve que callar tapándole la boca, conel fin de evitar ser reportados por algun vecino de la tienda. En ese momento finalmentele susurré a Mari
- ¿La quieres? – ella solo asintió ya que tenía la bocatapada – vas a tener que ofrecérmelas, ponte en cuatro y ábrete las nalgas –
Ella obedeció sin problemas, y ya en la posición que lehabía dicho, ella gimió
- Por favor –
Esto fue suficiente para calentarme como pocas veces lohabía hecho, por lo que no tardé en meterle la verga en su dulce y gordapanocha, ante lo que ella soltó un gemido. Mientras la bombeaba fuertemente,ella solo pedía más y más, y ni cuenta se había dado de que, en ese rato, habíaestado jugando con su culo, cosa que, sin darse cuenta, disfrutaba, teniendo yados de mis dedos bien adentro de ella.
- Dame el culito amor – le dije finalmente.
- No… - se cortaban sus frases por los gemidos – no quiero,me va a doler –
- Dale, al final te va a gustar, hasta vas a rogar portenerla bien adentro –
- No, me va a doler –
- Ya te dije que te va a terminar gustando –
- No… -
Decidí hacerla sufrir un poco para que se pensara un pocomejor su decisión, así que, a medio palo, se la saqué y ella quedó moviendo elculo en el aire.
- No manches, ¿Por qué la sacas? –
- No quiero –
- Andale, no me dejes así –
- Nop, hasta aceptes que me vas a dar el culito –
- Pero me va a doler… - dijo con un puchero, cosa que mehizo querer cogerla de nuevo, pero resistí.
- Nop –
- ¿Y si me metes nada más la cabecita? – dijo ya mediodesesperada
- Bueno, pero te voy a soltar la leche ahí adentro –
- Sí, pero ya porfa, sigue –
Ya con una pequeña luz al final del túnel, viendo como pocoa poco estaba dejando romperse el culito, seguí dándole duro por la panocha, sacándolenuevamente gemidos. Cuando sentí los movimientos característicos de ellateniendo un orgasmo le di una embestida mucho más fuerte que las anteriores,soltando el gemido final.
Ya con ella descansando con su cara en el suelo, apunté lacabeza de mi verga en la entrada de su anito.
- ¿qué haces? – preguntó
- Lo que prometiste dejar que te hiciera – Sin darle tiempoa decir más, le metí el principio de la verga, haciéndola soltar un pujido queme encantó y poco después de andar jugando con ese agujerito, finalmente mevine, dejando que toda la leche posible le entrara.
Al fin, los dos descansados y relajados, nos vestimos yplaticamos un poco.
- ¿Neta quieres mi culito? – me preguntó
- Claro que sí, y me lo tienes que dar –
- Ah chingá y ¿eso por qué? –
- Porque se que te va a encantar –
- jajajaja no se, déjame pensarlo – dijo finalmente y se fuede la tienda.
Bueno gente, lo mismo de siempre, espero les haya gustado,hasta luego, besos.
Mis preocupaciones cambiaron durante un tiempo, no podíaverme muy seguido ni con Juan ni con Mari ya que en la tienda yo me habíaquedado de encargado y me habían mandado a una señora nueva para que leenseñara a trabajar, por lo que un tiempo no tuve descansos, cosa que memolestaba, tanto por no poder descansar como por no poder coger ya que siempreandaba cansado, hasta que un día la nueva no llegó, cosa que obviamente memolestaba pero al mismo tiempo me animaba, ya que tenía la tienda para mí solo,y claro que iba a aprovechar.
Una vez hecho el reporte y recibido la respuesta de que meiba a quedar solo por la falta de personal, mandé un mensaje a Mari.
- Qué onda –
- Que pasó, aquí ando preparándome para ir a la cama xD – mecontestó
- ¿No quieres compañía? Jeje –
- ¿Hoy descansaste? –
- No, pero tengo la tienda sola –
- No manches, ¿y si nos cachan? –
- Tranquila, no pasa nada, ¿Qué no me extrañas? –
- Claro que sí… bueno, voy a confiar en ti –
- Dale pues, vente –
- Sí, nada más deja duermo a mi niña –
- Ok, te espero –
A pesar de tratar de mantener la calma, sentía una enormedesesperación por cojerme a esa deliciosa gordibuena que alguna vez fue parejade mi amigo. Mientras esperaba, como pude, continué avanzando con lo que setenía que hacer como de costumbre, hasta que la escuché tocar la ventana, porlo que le abrí a toda velocidad.
- Hol… - No la dejé terminar de hablar cuando ya le estabacomiendo la boca y agarrando las nalgas, por lo que no se necesitó ni palabraspara hacer lo que tanto esperábamos.
En cuanto entramos a la bodega, le bajé el pantalón y metími cara entre sus enormes nalgas, absorbiendo el delicioso olor y sabor delculo de una mujer deseosa de verga, mientras tanto ella soltaba gemidos que seiban intensificando cada vez más y que tuve que callar tapándole la boca, conel fin de evitar ser reportados por algun vecino de la tienda. En ese momento finalmentele susurré a Mari
- ¿La quieres? – ella solo asintió ya que tenía la bocatapada – vas a tener que ofrecérmelas, ponte en cuatro y ábrete las nalgas –
Ella obedeció sin problemas, y ya en la posición que lehabía dicho, ella gimió
- Por favor –
Esto fue suficiente para calentarme como pocas veces lohabía hecho, por lo que no tardé en meterle la verga en su dulce y gordapanocha, ante lo que ella soltó un gemido. Mientras la bombeaba fuertemente,ella solo pedía más y más, y ni cuenta se había dado de que, en ese rato, habíaestado jugando con su culo, cosa que, sin darse cuenta, disfrutaba, teniendo yados de mis dedos bien adentro de ella.
- Dame el culito amor – le dije finalmente.
- No… - se cortaban sus frases por los gemidos – no quiero,me va a doler –
- Dale, al final te va a gustar, hasta vas a rogar portenerla bien adentro –
- No, me va a doler –
- Ya te dije que te va a terminar gustando –
- No… -
Decidí hacerla sufrir un poco para que se pensara un pocomejor su decisión, así que, a medio palo, se la saqué y ella quedó moviendo elculo en el aire.
- No manches, ¿Por qué la sacas? –
- No quiero –
- Andale, no me dejes así –
- Nop, hasta aceptes que me vas a dar el culito –
- Pero me va a doler… - dijo con un puchero, cosa que mehizo querer cogerla de nuevo, pero resistí.
- Nop –
- ¿Y si me metes nada más la cabecita? – dijo ya mediodesesperada
- Bueno, pero te voy a soltar la leche ahí adentro –
- Sí, pero ya porfa, sigue –
Ya con una pequeña luz al final del túnel, viendo como pocoa poco estaba dejando romperse el culito, seguí dándole duro por la panocha, sacándolenuevamente gemidos. Cuando sentí los movimientos característicos de ellateniendo un orgasmo le di una embestida mucho más fuerte que las anteriores,soltando el gemido final.
Ya con ella descansando con su cara en el suelo, apunté lacabeza de mi verga en la entrada de su anito.
- ¿qué haces? – preguntó
- Lo que prometiste dejar que te hiciera – Sin darle tiempoa decir más, le metí el principio de la verga, haciéndola soltar un pujido queme encantó y poco después de andar jugando con ese agujerito, finalmente mevine, dejando que toda la leche posible le entrara.
Al fin, los dos descansados y relajados, nos vestimos yplaticamos un poco.
- ¿Neta quieres mi culito? – me preguntó
- Claro que sí, y me lo tienes que dar –
- Ah chingá y ¿eso por qué? –
- Porque se que te va a encantar –
- jajajaja no se, déjame pensarlo – dijo finalmente y se fuede la tienda.
Bueno gente, lo mismo de siempre, espero les haya gustado,hasta luego, besos.
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