Hola gente, ¿cómo están?, esta vez continuamos con lahistoria principal, aquí les dejo los links de los primeros capítulos:
Cap 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3796664/De-como-me-cogi-a-mi-compa-y-a-su-ex.html
Cap 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/3797552/De-como-me-cogi-a-mi-compa-y-a-su-ex-p-2.html
Cap 3: http://www.poringa.net/posts/relatos/3805226/De-como-me-cogi-a-mi-compa-y-a-su-ex-p-3.html
Bueno, sin más preámbulo, vamos con el capítulo.
Después de este último encuentro con Mari, no huboprácticamente nada interesante por la próxima semana, claro que me vi con ellaun par de veces más, pero no ocurrió nada que sea necesario contar, sinembargo, uno o dos días después de pasada esa semana, las cosas cambiaron.
Estaba en mi turno nocturno como de costumbre, con la únicadiferencia de que Juan descansaba y, por falta de personal, una época difícilque pasamos en esa tienda, tuve que tomar el turno completamente solo, cosaque, aunque tratábamos de evitar, tarde o temprano tenía que suceder, ya quemuchos llevábamos alrededor de un mes sin tomar nuestro descanso. Todotranscurría normal hasta que, como suele suceder, alguien tocó la ventanilla.Como de costumbre fui a atender, pero me sorprendió ver que, en lugar de uncliente común, la persona que estuviera afuera era nadie menos que Juan.
- ¿Qué pedo wey?, son las 12, deberías aprovechar tudescanso, como están las cosas no vas a tener otro en bastante tiempo – le dije
- Abre porfa, te platico bien con calma –
Curioso e inquieto, le abrí la puerta para que pasara.
- Entonces, cuéntame – le dije
- Pues Mari me terminó, y me dijo que me fuera a lachingada, se enteró de que metía viejas a la tienda, total que como la casa enla que estamos es de sus papás, no pude hacer nada más que salirme –
- No pues está cabrón, pero me imagino que ya te loesperabas –
- Sí, la verdad que sí, pero no justo ahora, de por sí yaestoy cansado con eso de que nos falta gente, más los detalles finales de lacarrera, para encima quedarme sin casa –
- Bueno, creo que ya se lo que quieres, si quieres duérmeteen la bodega, de todas formas, no hay nada que hacer hoy, tomate tu descansocon calma –
- Gracias wey –
Me sentía un poco mal por el hecho de haber contribuido conel problema de Juan, pero, al fin y al cabo, ninguno de los dos era fiel y élsabía que se merecía el ser corrido.
La noche fue normal, y poco antes de las 6, Juan se fue dela tienda para que los del siguiente turno no se dieran cuenta de que pasó lanoche ahí. Ese mismo día, en la noche, entramos los dos a nuestro turno como sinada, y así seguimos hasta que comenzó la madrugada y nuestro tiempo de huevaacostumbrado.
- Chido por el paro de anoche wey – me dijo con evidentetono de alivio
- No wey, al fin y al cabo somos compas –
- Aun así, hoy ya encontré un depa, lo bueno es que teníabastantes ahorros, y no tuve que pasar la noche en la calle, así que mira,vamos a hacer esto, te invito una botella, escoge una y la pago yo –
- Nel, sabes que yo casi no tomo –
- Entonces dime como te regreso el favor –
A pesar de la situación, vi este como un gran momento paralograr esa meta que tanto anhelaba, ese culo virgen de mi amigo.
- Bueno… - comencé a decir con algo de duda y bastantecalentura – tu sabes bien que hay algo que quiero de ti – le dije con un tonoque no dejaba lugar a dudas mi intención.
- Wey… no chingues, otra vez con eso, ya te dije que no soyde esos –
- No mames, la neta, no puedes decir que no te ha gustado lascosas que hemos hecho –
- Pues… -
- Ademas, es obvio que te encanta venirte con mi dedo en tuculo, imagínate, te gusta un dedo, como sentiras una verga… -
- … - se quedó callado unos momentos – wey, más te vale queno le digas ni madres a nadie o te voy a recontra partir la madre –
- Sabía que aceptarías, en el fondo lo quieres un buen –
Sin contestarme a esto último, nos dirigimos a la bodega,donde le expliqué como lavarse y esas cosas, después de un rato, ya bienlimpio, me agaché ante su culo, lo veía apretadito y palpitando, preparándose paralo que le tocaría pasar en unos momentos. Despues de unos segundos de estarobservando, comencé a chupar ese apretado agujero, cosa que agarró por sorpresaa Juan, quien dio un brinco al principio, pero no tardó en disfrutar de sentiruna lengua jugando en su culo.
- Ay wey, pues al menos eso si se siente rico – dijo entrepequeños gemidos
- Y lo que falta –
Seguí chupando su culo, hasta verlo lo suficientementepreparado para comenzar a meter dedos, cosa que hice sin tardar. Comenzando ameter lentamente un dedo, cosa que, curiosamente, no causó ningún efecto enJuan, por lo que introduje el segundo dedo.
- Uuufff, ya siento como me estiras – dijo Juan
Lentamente comencé el mete y saca en su apretado culo, hastaque dejó de soltar quejidos y comenzó a soltar gemidos. Para no hacer el cuentolargo, al momento en el que aguantó el mete y saca de los tres dedos, melevanté y lo hice ponerse en cuatro.
- Wey, ya estoy dudando la neta – suplicó
- Ni pedo, ya estamos aquí, te va a doler al principio, perovas a ver que hasta vas a querer repetir –
Esta vez, apliqué lubricante en mi verga, ya que los dedos habíanentrado con pura saliva, y poco a poco fui introduciendo la cabeza de mi verga,cosa que hizo retorcer a Juan
- Aguanta, no chingues, si está doliendo –
- Solo un poco más – le dije al oído, cosa que, o lo excitóo lo espantó, porque sentí el apretar de su culo en mi verga.
Seguía introduciendo mi verga en ese apretado lugar, y entregemidos y quejidos, finalmente entró hasta la base, momento en el quedescansamos un largo momento. Después del descanso, finamente comencé con elmete y saca, primero lento y luego más y más rápido, cosa que Juan recibió sinmucho problema, al punto de que ya no se quejaba, y, en ciertos momentos,podría decir que hasta disfrutaba, ya que rítmicamente movía el culo y soltabagemidos que no indicaban más que placer. Después de un rato finalmente comencéa aplicar aún más velocidad, ante lo que Juan finalmente dejo salir su lado máspasivo y gemía de puro placer, hasta el punto en el que pedía más y más.
Así estuvimos un rato hasta que finalmente lo vi venirse,sin haberse tocado la verga ni una vez, por lo que yo también me vine y lellené el culo de leche, y le dejé la verga metida un rato, al menos hasta quefinalmente se redujo la erección.
Entre sudor y gemidos, nos vestimos y, sin decir mucho, nospusimos a trabajar, Juan, obviamente, con problemas para sentarse y caminarcorrectamente, pero, como descubriría después, habiendo disfrutado tanto queluego pediría repetir el momento.
Bueno gente, espero les haya gustado, nos vemos en elpróximo relato.
Cap 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3796664/De-como-me-cogi-a-mi-compa-y-a-su-ex.html
Cap 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/3797552/De-como-me-cogi-a-mi-compa-y-a-su-ex-p-2.html
Cap 3: http://www.poringa.net/posts/relatos/3805226/De-como-me-cogi-a-mi-compa-y-a-su-ex-p-3.html
Bueno, sin más preámbulo, vamos con el capítulo.
Después de este último encuentro con Mari, no huboprácticamente nada interesante por la próxima semana, claro que me vi con ellaun par de veces más, pero no ocurrió nada que sea necesario contar, sinembargo, uno o dos días después de pasada esa semana, las cosas cambiaron.
Estaba en mi turno nocturno como de costumbre, con la únicadiferencia de que Juan descansaba y, por falta de personal, una época difícilque pasamos en esa tienda, tuve que tomar el turno completamente solo, cosaque, aunque tratábamos de evitar, tarde o temprano tenía que suceder, ya quemuchos llevábamos alrededor de un mes sin tomar nuestro descanso. Todotranscurría normal hasta que, como suele suceder, alguien tocó la ventanilla.Como de costumbre fui a atender, pero me sorprendió ver que, en lugar de uncliente común, la persona que estuviera afuera era nadie menos que Juan.
- ¿Qué pedo wey?, son las 12, deberías aprovechar tudescanso, como están las cosas no vas a tener otro en bastante tiempo – le dije
- Abre porfa, te platico bien con calma –
Curioso e inquieto, le abrí la puerta para que pasara.
- Entonces, cuéntame – le dije
- Pues Mari me terminó, y me dijo que me fuera a lachingada, se enteró de que metía viejas a la tienda, total que como la casa enla que estamos es de sus papás, no pude hacer nada más que salirme –
- No pues está cabrón, pero me imagino que ya te loesperabas –
- Sí, la verdad que sí, pero no justo ahora, de por sí yaestoy cansado con eso de que nos falta gente, más los detalles finales de lacarrera, para encima quedarme sin casa –
- Bueno, creo que ya se lo que quieres, si quieres duérmeteen la bodega, de todas formas, no hay nada que hacer hoy, tomate tu descansocon calma –
- Gracias wey –
Me sentía un poco mal por el hecho de haber contribuido conel problema de Juan, pero, al fin y al cabo, ninguno de los dos era fiel y élsabía que se merecía el ser corrido.
La noche fue normal, y poco antes de las 6, Juan se fue dela tienda para que los del siguiente turno no se dieran cuenta de que pasó lanoche ahí. Ese mismo día, en la noche, entramos los dos a nuestro turno como sinada, y así seguimos hasta que comenzó la madrugada y nuestro tiempo de huevaacostumbrado.
- Chido por el paro de anoche wey – me dijo con evidentetono de alivio
- No wey, al fin y al cabo somos compas –
- Aun así, hoy ya encontré un depa, lo bueno es que teníabastantes ahorros, y no tuve que pasar la noche en la calle, así que mira,vamos a hacer esto, te invito una botella, escoge una y la pago yo –
- Nel, sabes que yo casi no tomo –
- Entonces dime como te regreso el favor –
A pesar de la situación, vi este como un gran momento paralograr esa meta que tanto anhelaba, ese culo virgen de mi amigo.
- Bueno… - comencé a decir con algo de duda y bastantecalentura – tu sabes bien que hay algo que quiero de ti – le dije con un tonoque no dejaba lugar a dudas mi intención.
- Wey… no chingues, otra vez con eso, ya te dije que no soyde esos –
- No mames, la neta, no puedes decir que no te ha gustado lascosas que hemos hecho –
- Pues… -
- Ademas, es obvio que te encanta venirte con mi dedo en tuculo, imagínate, te gusta un dedo, como sentiras una verga… -
- … - se quedó callado unos momentos – wey, más te vale queno le digas ni madres a nadie o te voy a recontra partir la madre –
- Sabía que aceptarías, en el fondo lo quieres un buen –
Sin contestarme a esto último, nos dirigimos a la bodega,donde le expliqué como lavarse y esas cosas, después de un rato, ya bienlimpio, me agaché ante su culo, lo veía apretadito y palpitando, preparándose paralo que le tocaría pasar en unos momentos. Despues de unos segundos de estarobservando, comencé a chupar ese apretado agujero, cosa que agarró por sorpresaa Juan, quien dio un brinco al principio, pero no tardó en disfrutar de sentiruna lengua jugando en su culo.
- Ay wey, pues al menos eso si se siente rico – dijo entrepequeños gemidos
- Y lo que falta –
Seguí chupando su culo, hasta verlo lo suficientementepreparado para comenzar a meter dedos, cosa que hice sin tardar. Comenzando ameter lentamente un dedo, cosa que, curiosamente, no causó ningún efecto enJuan, por lo que introduje el segundo dedo.
- Uuufff, ya siento como me estiras – dijo Juan
Lentamente comencé el mete y saca en su apretado culo, hastaque dejó de soltar quejidos y comenzó a soltar gemidos. Para no hacer el cuentolargo, al momento en el que aguantó el mete y saca de los tres dedos, melevanté y lo hice ponerse en cuatro.
- Wey, ya estoy dudando la neta – suplicó
- Ni pedo, ya estamos aquí, te va a doler al principio, perovas a ver que hasta vas a querer repetir –
Esta vez, apliqué lubricante en mi verga, ya que los dedos habíanentrado con pura saliva, y poco a poco fui introduciendo la cabeza de mi verga,cosa que hizo retorcer a Juan
- Aguanta, no chingues, si está doliendo –
- Solo un poco más – le dije al oído, cosa que, o lo excitóo lo espantó, porque sentí el apretar de su culo en mi verga.
Seguía introduciendo mi verga en ese apretado lugar, y entregemidos y quejidos, finalmente entró hasta la base, momento en el quedescansamos un largo momento. Después del descanso, finamente comencé con elmete y saca, primero lento y luego más y más rápido, cosa que Juan recibió sinmucho problema, al punto de que ya no se quejaba, y, en ciertos momentos,podría decir que hasta disfrutaba, ya que rítmicamente movía el culo y soltabagemidos que no indicaban más que placer. Después de un rato finalmente comencéa aplicar aún más velocidad, ante lo que Juan finalmente dejo salir su lado máspasivo y gemía de puro placer, hasta el punto en el que pedía más y más.
Así estuvimos un rato hasta que finalmente lo vi venirse,sin haberse tocado la verga ni una vez, por lo que yo también me vine y lellené el culo de leche, y le dejé la verga metida un rato, al menos hasta quefinalmente se redujo la erección.
Entre sudor y gemidos, nos vestimos y, sin decir mucho, nospusimos a trabajar, Juan, obviamente, con problemas para sentarse y caminarcorrectamente, pero, como descubriría después, habiendo disfrutado tanto queluego pediría repetir el momento.
Bueno gente, espero les haya gustado, nos vemos en elpróximo relato.
2 comentarios - De como me cogí a mi compa y a su ex p. 4