Las Sandalias de Mi Madre.
Catarsis :
Todos los domingos, mi madre, mi hermana mayor y Yo, nos íbamos a la misa de las 11 hs. En aquellos años M. Grande era más descampado y "pueblerin". Yo tenía 13 años.
Mi padre se quedaba ordenando el almacén que le alquilaba a un hombre mayor que no recuerdo su nombre.
Aunque de lunes a sábado trabajábamos de sol a sol debíamos cumplir con nuestras obligaciones estudiantiles.
Mi tarea específica era limpiar todo los rincones del negocio y lo que nunca había entendido, hasta ahora, que detrás de unas cajas del depósito mi madre escondía unas sandalias rojas de plataforma que nunca usaba.
No recuerdo el mes , pero mi padre enfermo de la columna y como debía hacer reposo , con mi hermana, ayudabamos a nuestra madre en la atención.
Las sandalias eran para mí una intriga y como sabía dónde estaban , prestaba atención cuando mi madre iba para ese lugar. Varias veces la seguí sin sentido.
Recuerdo que era una tarde de calor y me fui por mi cuenta a comprar un helado al kiosco de la esquina, cuando regrese entre por la puerta de atrás y Vi los pies de mi madre apoyados sobre unas latas de galletita. Llevaba las sandalias puestas. Sus pies se movían para atrás y adelante.
Pensando que era un juego , me escondí con la intensión de sorprenderla.
Le fui por debajo de una mesa y Vi al hombre del alquiler arrodillado con la cabeza bajo la falda de mi madre.
Nadie me vio, pero al otro día le pregunté que era lo que había presenciado . Y mi madre, con toda naturalidad, me hizo creer que el hombre se confesaba como en la iglesia.
Por varios años me lo creí. Eran otros tiempos.
@soniadora1962
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Catarsis :
Todos los domingos, mi madre, mi hermana mayor y Yo, nos íbamos a la misa de las 11 hs. En aquellos años M. Grande era más descampado y "pueblerin". Yo tenía 13 años.
Mi padre se quedaba ordenando el almacén que le alquilaba a un hombre mayor que no recuerdo su nombre.
Aunque de lunes a sábado trabajábamos de sol a sol debíamos cumplir con nuestras obligaciones estudiantiles.
Mi tarea específica era limpiar todo los rincones del negocio y lo que nunca había entendido, hasta ahora, que detrás de unas cajas del depósito mi madre escondía unas sandalias rojas de plataforma que nunca usaba.
No recuerdo el mes , pero mi padre enfermo de la columna y como debía hacer reposo , con mi hermana, ayudabamos a nuestra madre en la atención.
Las sandalias eran para mí una intriga y como sabía dónde estaban , prestaba atención cuando mi madre iba para ese lugar. Varias veces la seguí sin sentido.
Recuerdo que era una tarde de calor y me fui por mi cuenta a comprar un helado al kiosco de la esquina, cuando regrese entre por la puerta de atrás y Vi los pies de mi madre apoyados sobre unas latas de galletita. Llevaba las sandalias puestas. Sus pies se movían para atrás y adelante.
Pensando que era un juego , me escondí con la intensión de sorprenderla.
Le fui por debajo de una mesa y Vi al hombre del alquiler arrodillado con la cabeza bajo la falda de mi madre.
Nadie me vio, pero al otro día le pregunté que era lo que había presenciado . Y mi madre, con toda naturalidad, me hizo creer que el hombre se confesaba como en la iglesia.
Por varios años me lo creí. Eran otros tiempos.
@soniadora1962
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