No dejes de pasar por mi mejor post
http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa.html
No te vas a arrepentir!
Quienes me conoces saben que trato de no contar vivencias personales, ó al menos si lo hago lo oculto en situaciones y personajes ficticios que salen de mi mente…
Pero hay casos en que no puedo contenerlo y me arriesgo a exponerme, como será en esta oportunidad, cuando creo que tengo una historia jugosa entre manos, esas que apasiona a mis lectores…
Bueno, mi terapeuta insiste en que yo estoy enamorada de Mariano, aunque lo niegue, y que me produce un gran dolor que el solo me vea como a una puta, ella también dice que a pesar que hacía cuatro años que había cerrado la puerta a los hombres y que por mi cama solo pasaban mujeres yo no era lesbiana, y que solo era un mecanismo de defensa, que se yo… yo pienso que tengo un serio problema en mi loca cabecita…
Y dicen que el sexo es como una adicción, como el alcohol, como la droga, que una intenta curarse pero siempre se está al borde del abismo, en la cuerda floja, y que la tentación es demasiado grande, y que la fuerza de voluntad nunca es suficiente…
Bien, el tema es que si bien hacía demasiado tiempo que no veía a este joven, nunca habíamos perdido el contacto y cada tanto nos enviábamos mensajes de texto, ó charlábamos por teléfono, ó intercambiábamos algún correo.
Todo empezó como un juego, el siempre buscaba la forma en que callera en sus redes, a pesar que sabía que solo me acostaba con chicas. El mundial de fútbol estaba en marcha Mariano comenzó a perseguirme con el tema de que si Argentina salía campeón del mundo sería suya nuevamente, y soy un tanto ‘calentona’ con estas cosas, no entiendo mucho de este deporte, pero en la primera fase las cosas no pintaban bien y todos los sabiondos de los medios no le daban a nuestro seleccionado muchas chances, así que confiada subí la apuesta y le dije que si llegaba a la final sería suya nuevamente…
Y todos saben que pasó, Argentina siguió ganando y ganando y al llegar a la semifinal el llamado de Mariano no se hizo esperar, me dijo que me tenía en su puño y que después del partido, si se daba el resultado debería pagar la apuesta.
El nueve de Julio, además era el día de la independencia, y asumo que tenía un motivo extra para desear un resultado positivo, volver a encontrarme con Mariano.
No dejo nada al azar, así que esa tarde preparé todo, ya sabía que ropa me pondría, que joyas, que lencería, me afeité nuevamente mi vagina para él, excitada, como en los viejos tiempos. Me bañé, me perfumé y me senté ansiosa a ver el encuentro.
La definición por penales fue angustiosa, pero mi celular sonó al instante, había perdido la apuesta y el pasaría a cobrarla en minutos…
Mientras sonaban las bocinas de los coches y sentía explotar bombas de estruendo, me puse la ropa que había traído de la tienda, un conjunto colaless diminuto y transparente, tan pequeño que hasta era incómodo usarlo, mis pechos parecían escapar del sostén, una blusa azul furioso, una minifalda negra ajustada, tan corta como pude para lucir mis largas piernas, medias de red y botas hasta las rodillas, de altos y puntiagudos tacos. Me pinté bien y me recogí el cabello, me sentí provocativa, hermosa, puta, Julieta estaba de vuelta en el jugo…
Mariano pasó a buscarme en su motocicleta, estaba tan guapo como lo recordaba, con el cabello más largo que de costumbre y una rala barba de unos días, lo besé apasionadamente, había olvidado como sabía. Me monté a sus espaldas y lo abracé por la cintura, así salimos a dar vueltas, me sentía bien, me gustaba…
La muchedumbre había ganado las calles, autos, bocinas, era una locura, los coches transitaban a paso de hombre y si no hubiera sido por la motocicleta hubiéramos estado atascados demasiado tiempo.
Dimos unas vueltas para luego alejarnos del foco, fuimos a un viejo bar, conocido por ambos, un lugar oscuro, de trampa, donde se juntan prostitutas y travestis buscando ganar unos pesos, de densa atmósfera, solo reservado para gente del ambiente.
Cuando llegamos me presentó a David y Alexis, dos stripers colegas que de casualidad estaban en el lugar, aunque mi instinto femenino me decía que no era solo casualidad, Mariano era de hacer estas cosas, lo cierto es que nos sentamos a tomar unos tragos, David era alto y calvo, de piel morena y mirada profunda, Alexis bastante musculoso, petiso, de cabello enrulado y sonrisa seductora.
Sonaba la música de fondo y de repente pusieron una canción lenta y melosa que me enloquece, con unas copas de alcohol encima me puse a bailar sola al costado de la mesa, sintiendo los ojos de los tres hombres pegados en mi figura, en mis caderas, con cadencia, provocando.
Mariano me pidió que de unas vueltas en el caño, no dudé en hacerle caso, como una ramera los provoqué en la penumbra del lugar, dejando que la minifalda se subiera sutilmente mas allá de lo deseado, enterrando el caño entre mis grandes nalgas, ó simplemente refregando mi vagina sobre él.
En este antro de perdición esto era muy normal, y en realidad los ebrios de ocasión no se mostraban muy sorprendidos por mi actitud, pero yo me sentía hervir, me sentía única recuperando el fuego sagrado que había dejado apaciguado en mi interior, me acerqué a Mariano, apoyando los brazos extendidos en la mesa provocándolo con mis pechos, acercándome a su oído le dije:
Vamos? Quieres que te pague la apuesta?
Mariano dejándome ver un sobre con algunos billetes y poniéndolo en mi cartera sentenció:
Vamos, ellos vienen con nosotros…
No tuve reparos, respondí asintiendo con una sonrisa, el dinero me vendría bien, pero no era lo prioritario esa noche, solo quería tener buen sexo, como en las viejas épocas.
Partimos, en tres motos, yo aferrada a mi hombre y así llegamos a su casa, no perdimos tiempo, fuimos directo al grano, solo me resultó cómico y un tanto morboso de parte de los muchachos el hecho de que me dieran una pequeña camiseta del seleccionado de Brasil, saqué mi sostén para ajustarla a mi cuerpo, apenas me llegaba al ombligo! querían que sea su puta y descargar esa rivalidad futbolera…
Fui sobre Mariano, lo abracé y lo besé profundamente, labios contra labios, lengua contra lengua, acariciando su cabello, su cuello, sus fuertes brazos apretaron mi cintura, y sus manos rápidamente levantaron mi minifalda para apretar con ganas mis glúteos, el me susurró al oído lo que yo ya sabía, lo espectacular que estaba mi trasero…
El me pasó a los brazos de Alexis, con tacos era más alta que él, quien me tomó de los cabellos con fuerza para meter su lengua en mi boca, apretándome con fuerza las tetas, llevando mí mano a su bulto exclamó:
Veremos que tan buena puta puedes ser…
David fue el tercero y último, ya había ganado tiempo y me esperaba desnudo, con una gran verga erecta esperando por mí, no pude evitar fijar mis ojos en ella, amagué arrodillarme para saborearla pero él me detuvo tomándome por el brazo me llevó hasta la pared para hacerme apoyar sobre la misma, mi cara, mis pechos, mi vientre, el jugaba a mis espaldas haciéndome su prisionera, acariciando mi piel semidesnuda, logrando que mi concha se mojara hasta rebalsarse, pasó su mano por delante, bajo la tanga, acariciando mi pubis depilado, haciéndome jadear, haciéndome desear, como añoraba estos momentos de perra salvaje y caliente…
El corrió la tanga al tiempo que susurraba en mi oído
Según cuenta Mariano te encanta que te la den por atrás…
Y mientras decía esto me hacía sentir sus dedos jugando en mi ano, abrí un tanto mis piernas y tiré para atrás la cola, de modo de facilitar su acceso, pronto se agacho y su lengua comenzó a lamer mi argolla, mi hueco húmedo, llevando los jugos hacia mi esfínter que rápidamente se aflojaba ante la invasión…
Mariano me sacó del letargo y tomándome de un brazo me llevó consigo, me mordió los pezones que se ocultaban bajo la remera ‘amarela’ para luego levantarme tomándome de los muslos, lo abracé para no perder el equilibrio y me fue bajando sobre su tronco, me fue penetrando tan profundo que arrancó un grito de mi
Ay! ay! ….
Su pija era tan larga que empezaba a chocar una y otra vez en lo profundo de mi ser, al punto de hacerme doler, yo me agarraba con fuerza para evitarlo, pero por mi peso y su fuerza masculina que jalaban hacia abajo se me hacía imposible y caía rendida una y otra vez sobre su verga, y que verga… me la hacía comer toda, los orgasmos fluían naturalmente de mi concha, unos tras otros, estallaba en gritos y gemidos de placer, estaba perdida entre sus brazos…
La resistencia de Mariano empezaba a mermar, giré mi cabeza, Alexis y David miraban como sin saber qué hacer, Alexis tenía la verga bien dura, así que le dije:
Dale! No te quedes ahí parado, vení a ayudar a tu amigo….
El entendió mi indirecta, se colocó detrás de mí, mi concha estaba llena de pija, tomó la tanga entre sus manos y la arrancó destrozando la tela, cosa que me encantó, escupió un poco en mi culo, apoyó su miembro y casi sin resistencia lo introdujo en mi trasero tan ancho como era, me ayudé apoyándome en su hombro y mientras ambos me sostenían, yo subía y bajaba entre ellos, sintiéndome doblemente penetrada, llena, colmada, que delicia…
Alexis luego cedió su turno a David para que el disfrutara en mi interior, todo iba de maravillas, hasta que unas palabras de Mariano me hicieron poner mal:
Y? les dije muchachos, puta como esta no hay otra…
No le reproché nada, pero evidentemente eso era para él, solo una puta…
Cambiamos varias posiciones, de repente llegó lo que denomino una ‘maratón anal’, me pusieron en cuatro patas, con mis pompis bien para arriba, apoyé mi cara contra el piso disfruté una espectacular cogida anal, uno a uno se turnaban, como me gustaba! ya no lo recordaba…
Esas vergas entrando y saliendo tan gruesas y largas como eran, se turnaban para descansar pero mi estirado esfínter recibía mas y mas, estaban excitados mirando mi cráter estirado, como les gustaba, como me gustaba…
No me alcanzan las palabras para describirles mis glúteos parados y amenazantes, mi ano abierto y destrozado y ellos dándome sin piedad, mis gritos llenaban la habitación, hasta me daba el lujo de ser yo quien se hamacaba hacia atrás y hacia adelante enloqueciendo a esos machos…
Alexis se acostó e hizo que lo montara, que lo cabalgara, con una pierna a cada lado, David fue por atrás, enterrándola en mi culo que ya no ofrecía ninguna resistencia y mi boca era llenada por la verga de Mariano. Si bien tenía mis tres agujeros tapados, trataba de concentrarme en lamer la que tenía en la boca, que rico se sentía, lamiendo su cabeza en círculos, recorriéndola de punta a punta, besando sus testículos, saboreando su sabor a hombre.
David y Mariano se turnaban, alteraban entre mi boca y mi ano, ó me daban las dos en la boca al mismo tiempo, no podía con tanto placer…
En unos de esos movimientos de locura la pija de Alexis escapó de mi concha y al volver con furia el destino quiso que se enterrara en mi culo, ni cuenta se dio del cambio, seguí moviéndome como si nada, gritando gozando…
De casualidad Mariano fue por atrás, se encontró con mi ano lleno, lo tomó por sorpresa, pero no le importó, me conocía demasiado, mientras le lamía la verga a David me dejé penetrar por el también, mi culo se abrió más todavía, no hay muchas mujeres que sepan disfrutar de tener dos pijas en el culo al mismo tiempo, que grande y rico se sentía…
Ante la atenta mirada de Alexis, David comenzó a llenarme la boca de leche, como acababa ese muchacho! qué cantidad! chorro tras chorro empezó a llenarme la boca, su sabor amargo me hizo fruncir el entrecejo, la viaja Julieta había vuelto, tragando semen como una perra sintiéndolo caliente y pegajoso deslizarse por mi esófago…
Tenía gusto a leche, exhalaba olor a leche, creo que fue demasiado para Alexis…
En su rostro noté su placer, me apretó por la cintura con firmeza y gritó, su leche caliente comenzó a llenar mi trasero, lo sentí contraerse una y otra vez en mi interior, sacó la verga de golpe, aun acabando para introducirla en mi concha, dejando su néctar en mi lubricado canal delantero…
Mariano era el último guerrero en pie, me hizo sentar en una silla, ente la atenta mirada de sus amigos, me hizo abrir bien las piernas y me dijo que me metiera la mano en el culo, esto me excitó más todavía, porque me gustaba que me miraran, era un morbo que no podía reprimir, llevé mi puño a mi trasero, metí mi mano todo lo que pude, los cuatro dedos y toda la palma, el pulgar y lo incómodo de la posición impedía que avanzara mas, llevé mi otra mano a mi concha y sin que me lo pidieran deslizándola por mi clítoris llevé mis cuatro dedos, así tenía ante sus ojos cuatro dedos en cada agujero, moviéndolos con locura con frenesí…
Mariano me tomó con fuerza e cabello tirando mi cabeza hacia atrás haciéndome abrir la boca, se masturbaba cerca de ella, me ordenó que no lo tragara…
Se leche caliente invadió mi boca, que rica! mi lengua, mis muelas, mis dientes, contuve hasta la última gota, entonces el señalando a mis amigos dijo:
Puta! Perra sucia, jugá con mi leche en tu boca, mostrale a mis amigos como la pasás por todos lados…
Así lo hice, con una sonrisa dibujada les mostraba mi boca abierta, como su semen se iba mezclando con mi saliva, el aseveró aun sin soltarme del cabello:
Cómo te gusta! que puta barata que sos…tragá! tragá hasta la última gota…
Y ese fue el final de esa noche, me saqué esa pequeña remera brasilera para limpiarme los restos de leche y jugos que quedaban en mi cuerpo, apenas si me dio tiempo para higienizarme un poco, bajé mi minifalda, ya sin bombacha, me puse la poca ropa que tenía y me llevó hasta mi casa.
La parte mala de la historia? despertarse al otro día sola, con olor a sucia, dolorida por el abuso de pijas, con dolor de cabeza y exceso de alcohol, con el remordimiento de haber tenido sexo con desconocidos, sin protección, y asumiendo que él tiene razón, no soy más que eso, solo una puta…
Hay que empezar un nuevo día, me gustan los hombres, me gustan las mujeres, me gusta todo…
Si eres mayor de edad me gustaría saber tu opinión sobre este relato, escríbeme con título ‘APUESTA MUNDIAL’ a dulces.placeres@live.com
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No te vas a arrepentir!
Quienes me conoces saben que trato de no contar vivencias personales, ó al menos si lo hago lo oculto en situaciones y personajes ficticios que salen de mi mente…
Pero hay casos en que no puedo contenerlo y me arriesgo a exponerme, como será en esta oportunidad, cuando creo que tengo una historia jugosa entre manos, esas que apasiona a mis lectores…
Bueno, mi terapeuta insiste en que yo estoy enamorada de Mariano, aunque lo niegue, y que me produce un gran dolor que el solo me vea como a una puta, ella también dice que a pesar que hacía cuatro años que había cerrado la puerta a los hombres y que por mi cama solo pasaban mujeres yo no era lesbiana, y que solo era un mecanismo de defensa, que se yo… yo pienso que tengo un serio problema en mi loca cabecita…
Y dicen que el sexo es como una adicción, como el alcohol, como la droga, que una intenta curarse pero siempre se está al borde del abismo, en la cuerda floja, y que la tentación es demasiado grande, y que la fuerza de voluntad nunca es suficiente…
Bien, el tema es que si bien hacía demasiado tiempo que no veía a este joven, nunca habíamos perdido el contacto y cada tanto nos enviábamos mensajes de texto, ó charlábamos por teléfono, ó intercambiábamos algún correo.
Todo empezó como un juego, el siempre buscaba la forma en que callera en sus redes, a pesar que sabía que solo me acostaba con chicas. El mundial de fútbol estaba en marcha Mariano comenzó a perseguirme con el tema de que si Argentina salía campeón del mundo sería suya nuevamente, y soy un tanto ‘calentona’ con estas cosas, no entiendo mucho de este deporte, pero en la primera fase las cosas no pintaban bien y todos los sabiondos de los medios no le daban a nuestro seleccionado muchas chances, así que confiada subí la apuesta y le dije que si llegaba a la final sería suya nuevamente…
Y todos saben que pasó, Argentina siguió ganando y ganando y al llegar a la semifinal el llamado de Mariano no se hizo esperar, me dijo que me tenía en su puño y que después del partido, si se daba el resultado debería pagar la apuesta.
El nueve de Julio, además era el día de la independencia, y asumo que tenía un motivo extra para desear un resultado positivo, volver a encontrarme con Mariano.
No dejo nada al azar, así que esa tarde preparé todo, ya sabía que ropa me pondría, que joyas, que lencería, me afeité nuevamente mi vagina para él, excitada, como en los viejos tiempos. Me bañé, me perfumé y me senté ansiosa a ver el encuentro.
La definición por penales fue angustiosa, pero mi celular sonó al instante, había perdido la apuesta y el pasaría a cobrarla en minutos…
Mientras sonaban las bocinas de los coches y sentía explotar bombas de estruendo, me puse la ropa que había traído de la tienda, un conjunto colaless diminuto y transparente, tan pequeño que hasta era incómodo usarlo, mis pechos parecían escapar del sostén, una blusa azul furioso, una minifalda negra ajustada, tan corta como pude para lucir mis largas piernas, medias de red y botas hasta las rodillas, de altos y puntiagudos tacos. Me pinté bien y me recogí el cabello, me sentí provocativa, hermosa, puta, Julieta estaba de vuelta en el jugo…
Mariano pasó a buscarme en su motocicleta, estaba tan guapo como lo recordaba, con el cabello más largo que de costumbre y una rala barba de unos días, lo besé apasionadamente, había olvidado como sabía. Me monté a sus espaldas y lo abracé por la cintura, así salimos a dar vueltas, me sentía bien, me gustaba…
La muchedumbre había ganado las calles, autos, bocinas, era una locura, los coches transitaban a paso de hombre y si no hubiera sido por la motocicleta hubiéramos estado atascados demasiado tiempo.
Dimos unas vueltas para luego alejarnos del foco, fuimos a un viejo bar, conocido por ambos, un lugar oscuro, de trampa, donde se juntan prostitutas y travestis buscando ganar unos pesos, de densa atmósfera, solo reservado para gente del ambiente.
Cuando llegamos me presentó a David y Alexis, dos stripers colegas que de casualidad estaban en el lugar, aunque mi instinto femenino me decía que no era solo casualidad, Mariano era de hacer estas cosas, lo cierto es que nos sentamos a tomar unos tragos, David era alto y calvo, de piel morena y mirada profunda, Alexis bastante musculoso, petiso, de cabello enrulado y sonrisa seductora.
Sonaba la música de fondo y de repente pusieron una canción lenta y melosa que me enloquece, con unas copas de alcohol encima me puse a bailar sola al costado de la mesa, sintiendo los ojos de los tres hombres pegados en mi figura, en mis caderas, con cadencia, provocando.
Mariano me pidió que de unas vueltas en el caño, no dudé en hacerle caso, como una ramera los provoqué en la penumbra del lugar, dejando que la minifalda se subiera sutilmente mas allá de lo deseado, enterrando el caño entre mis grandes nalgas, ó simplemente refregando mi vagina sobre él.
En este antro de perdición esto era muy normal, y en realidad los ebrios de ocasión no se mostraban muy sorprendidos por mi actitud, pero yo me sentía hervir, me sentía única recuperando el fuego sagrado que había dejado apaciguado en mi interior, me acerqué a Mariano, apoyando los brazos extendidos en la mesa provocándolo con mis pechos, acercándome a su oído le dije:
Vamos? Quieres que te pague la apuesta?
Mariano dejándome ver un sobre con algunos billetes y poniéndolo en mi cartera sentenció:
Vamos, ellos vienen con nosotros…
No tuve reparos, respondí asintiendo con una sonrisa, el dinero me vendría bien, pero no era lo prioritario esa noche, solo quería tener buen sexo, como en las viejas épocas.
Partimos, en tres motos, yo aferrada a mi hombre y así llegamos a su casa, no perdimos tiempo, fuimos directo al grano, solo me resultó cómico y un tanto morboso de parte de los muchachos el hecho de que me dieran una pequeña camiseta del seleccionado de Brasil, saqué mi sostén para ajustarla a mi cuerpo, apenas me llegaba al ombligo! querían que sea su puta y descargar esa rivalidad futbolera…
Fui sobre Mariano, lo abracé y lo besé profundamente, labios contra labios, lengua contra lengua, acariciando su cabello, su cuello, sus fuertes brazos apretaron mi cintura, y sus manos rápidamente levantaron mi minifalda para apretar con ganas mis glúteos, el me susurró al oído lo que yo ya sabía, lo espectacular que estaba mi trasero…
El me pasó a los brazos de Alexis, con tacos era más alta que él, quien me tomó de los cabellos con fuerza para meter su lengua en mi boca, apretándome con fuerza las tetas, llevando mí mano a su bulto exclamó:
Veremos que tan buena puta puedes ser…
David fue el tercero y último, ya había ganado tiempo y me esperaba desnudo, con una gran verga erecta esperando por mí, no pude evitar fijar mis ojos en ella, amagué arrodillarme para saborearla pero él me detuvo tomándome por el brazo me llevó hasta la pared para hacerme apoyar sobre la misma, mi cara, mis pechos, mi vientre, el jugaba a mis espaldas haciéndome su prisionera, acariciando mi piel semidesnuda, logrando que mi concha se mojara hasta rebalsarse, pasó su mano por delante, bajo la tanga, acariciando mi pubis depilado, haciéndome jadear, haciéndome desear, como añoraba estos momentos de perra salvaje y caliente…
El corrió la tanga al tiempo que susurraba en mi oído
Según cuenta Mariano te encanta que te la den por atrás…
Y mientras decía esto me hacía sentir sus dedos jugando en mi ano, abrí un tanto mis piernas y tiré para atrás la cola, de modo de facilitar su acceso, pronto se agacho y su lengua comenzó a lamer mi argolla, mi hueco húmedo, llevando los jugos hacia mi esfínter que rápidamente se aflojaba ante la invasión…
Mariano me sacó del letargo y tomándome de un brazo me llevó consigo, me mordió los pezones que se ocultaban bajo la remera ‘amarela’ para luego levantarme tomándome de los muslos, lo abracé para no perder el equilibrio y me fue bajando sobre su tronco, me fue penetrando tan profundo que arrancó un grito de mi
Ay! ay! ….
Su pija era tan larga que empezaba a chocar una y otra vez en lo profundo de mi ser, al punto de hacerme doler, yo me agarraba con fuerza para evitarlo, pero por mi peso y su fuerza masculina que jalaban hacia abajo se me hacía imposible y caía rendida una y otra vez sobre su verga, y que verga… me la hacía comer toda, los orgasmos fluían naturalmente de mi concha, unos tras otros, estallaba en gritos y gemidos de placer, estaba perdida entre sus brazos…
La resistencia de Mariano empezaba a mermar, giré mi cabeza, Alexis y David miraban como sin saber qué hacer, Alexis tenía la verga bien dura, así que le dije:
Dale! No te quedes ahí parado, vení a ayudar a tu amigo….
El entendió mi indirecta, se colocó detrás de mí, mi concha estaba llena de pija, tomó la tanga entre sus manos y la arrancó destrozando la tela, cosa que me encantó, escupió un poco en mi culo, apoyó su miembro y casi sin resistencia lo introdujo en mi trasero tan ancho como era, me ayudé apoyándome en su hombro y mientras ambos me sostenían, yo subía y bajaba entre ellos, sintiéndome doblemente penetrada, llena, colmada, que delicia…
Alexis luego cedió su turno a David para que el disfrutara en mi interior, todo iba de maravillas, hasta que unas palabras de Mariano me hicieron poner mal:
Y? les dije muchachos, puta como esta no hay otra…
No le reproché nada, pero evidentemente eso era para él, solo una puta…
Cambiamos varias posiciones, de repente llegó lo que denomino una ‘maratón anal’, me pusieron en cuatro patas, con mis pompis bien para arriba, apoyé mi cara contra el piso disfruté una espectacular cogida anal, uno a uno se turnaban, como me gustaba! ya no lo recordaba…
Esas vergas entrando y saliendo tan gruesas y largas como eran, se turnaban para descansar pero mi estirado esfínter recibía mas y mas, estaban excitados mirando mi cráter estirado, como les gustaba, como me gustaba…
No me alcanzan las palabras para describirles mis glúteos parados y amenazantes, mi ano abierto y destrozado y ellos dándome sin piedad, mis gritos llenaban la habitación, hasta me daba el lujo de ser yo quien se hamacaba hacia atrás y hacia adelante enloqueciendo a esos machos…
Alexis se acostó e hizo que lo montara, que lo cabalgara, con una pierna a cada lado, David fue por atrás, enterrándola en mi culo que ya no ofrecía ninguna resistencia y mi boca era llenada por la verga de Mariano. Si bien tenía mis tres agujeros tapados, trataba de concentrarme en lamer la que tenía en la boca, que rico se sentía, lamiendo su cabeza en círculos, recorriéndola de punta a punta, besando sus testículos, saboreando su sabor a hombre.
David y Mariano se turnaban, alteraban entre mi boca y mi ano, ó me daban las dos en la boca al mismo tiempo, no podía con tanto placer…
En unos de esos movimientos de locura la pija de Alexis escapó de mi concha y al volver con furia el destino quiso que se enterrara en mi culo, ni cuenta se dio del cambio, seguí moviéndome como si nada, gritando gozando…
De casualidad Mariano fue por atrás, se encontró con mi ano lleno, lo tomó por sorpresa, pero no le importó, me conocía demasiado, mientras le lamía la verga a David me dejé penetrar por el también, mi culo se abrió más todavía, no hay muchas mujeres que sepan disfrutar de tener dos pijas en el culo al mismo tiempo, que grande y rico se sentía…
Ante la atenta mirada de Alexis, David comenzó a llenarme la boca de leche, como acababa ese muchacho! qué cantidad! chorro tras chorro empezó a llenarme la boca, su sabor amargo me hizo fruncir el entrecejo, la viaja Julieta había vuelto, tragando semen como una perra sintiéndolo caliente y pegajoso deslizarse por mi esófago…
Tenía gusto a leche, exhalaba olor a leche, creo que fue demasiado para Alexis…
En su rostro noté su placer, me apretó por la cintura con firmeza y gritó, su leche caliente comenzó a llenar mi trasero, lo sentí contraerse una y otra vez en mi interior, sacó la verga de golpe, aun acabando para introducirla en mi concha, dejando su néctar en mi lubricado canal delantero…
Mariano era el último guerrero en pie, me hizo sentar en una silla, ente la atenta mirada de sus amigos, me hizo abrir bien las piernas y me dijo que me metiera la mano en el culo, esto me excitó más todavía, porque me gustaba que me miraran, era un morbo que no podía reprimir, llevé mi puño a mi trasero, metí mi mano todo lo que pude, los cuatro dedos y toda la palma, el pulgar y lo incómodo de la posición impedía que avanzara mas, llevé mi otra mano a mi concha y sin que me lo pidieran deslizándola por mi clítoris llevé mis cuatro dedos, así tenía ante sus ojos cuatro dedos en cada agujero, moviéndolos con locura con frenesí…
Mariano me tomó con fuerza e cabello tirando mi cabeza hacia atrás haciéndome abrir la boca, se masturbaba cerca de ella, me ordenó que no lo tragara…
Se leche caliente invadió mi boca, que rica! mi lengua, mis muelas, mis dientes, contuve hasta la última gota, entonces el señalando a mis amigos dijo:
Puta! Perra sucia, jugá con mi leche en tu boca, mostrale a mis amigos como la pasás por todos lados…
Así lo hice, con una sonrisa dibujada les mostraba mi boca abierta, como su semen se iba mezclando con mi saliva, el aseveró aun sin soltarme del cabello:
Cómo te gusta! que puta barata que sos…tragá! tragá hasta la última gota…
Y ese fue el final de esa noche, me saqué esa pequeña remera brasilera para limpiarme los restos de leche y jugos que quedaban en mi cuerpo, apenas si me dio tiempo para higienizarme un poco, bajé mi minifalda, ya sin bombacha, me puse la poca ropa que tenía y me llevó hasta mi casa.
La parte mala de la historia? despertarse al otro día sola, con olor a sucia, dolorida por el abuso de pijas, con dolor de cabeza y exceso de alcohol, con el remordimiento de haber tenido sexo con desconocidos, sin protección, y asumiendo que él tiene razón, no soy más que eso, solo una puta…
Hay que empezar un nuevo día, me gustan los hombres, me gustan las mujeres, me gusta todo…
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