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Mi trio con Moniquita y su marido

Los conocí en un bar de Acoxpa, ahí por Coapa recuerdo que ambos no dejaban de verme, ella se veía espectacular luciendo su rico cuerpo y él era el típico hombre con suerte, que tenía algo que atraía a las mujeres, si amigos, ellos eran Luis y Lety.
 
Me invitaron a su mesa, comenzamos a charlar y beber, en un momento no podía dejar de verla a ella, sé que su marido nos veía, pero Lety tenía la lujuria adornándola.
 
Ella no podía dejar de coquetearme, me abrazaba, se me repujaba en los bailes, Luis nos miraba tan excitado que deduje que ella lo hacía con su consentimiento, así que me dejé llevar.
 
Los que conocen a Lety o han leído sus relatos saben que es un manjar de mujer, nalgona, piernona, ricas tetas y un demonio sexual.
 
Ya pasando la media noche y hablando más en serio, fueron muy directos…
 
L: Mira amigo, me caíste bien y veo que a mi esposa le gustas, eso no me molesta, pero nosotros somos especiales, a mí me gusta ver a mi esposa con otros, aquí la pregunta es, ¿te animas a cogértela? ¿¡Y tendrías problema si yo los observo!?
 
LE: ¡Anímate guapo, te voy a complacer mucho!
 
Yo los miraba serio, miraba a Lety y luego miraba a Luis, solo les sonreía y miraba nuevamente a Lety, ¡así estuve un par de minutos hasta que acepté, la única condición fue que no aceptaría ir a su casa, uno nunca sabe.
 
Llegamos a un hotel cerca de la zona, Luis se puso cómodo mientras yo besaba muy apasionadamente a su sensual esposa, la besaba y acariciaba riquísimo, de reojo miraba como Luis disfrutaba lo que sucedía, eso nos prendía más y más gozaba nos agasajamos.
¡Poco a poco nuestras ropas fueron cayendo, su delicioso cuerpo estaba a mi merced, le desprendía su sensual vestido dejándola solo en tanga!
 
Mis manos acariciaban sus piernas y su abdomen, apretaba fuerte y delicadamente mientras nos besábamos como si estuviéramos enamorados.
 
L: ¡Ya pasen a algo mejor corazón!
 
LE: ¡Parece que mi marido está impaciente
 
CA: ¡Jajá, vamos a complacerlo!
 
La tire a la cama y con la boca le quite la tanga, comencé a besarle de los pies a la cabeza, ella miraba a Luis mientras mi lengua subía suave y excitantemente por sus muslos, besaba sus entrepiernas, mis manos acariciaban sus pechos y apretaban sus pezones, quiso mostrarme o darme un adelanto de lo que le iba a hacer en su turno, así que tomo mis manos y comenzó a lamer mis dedos como si de un pene se tratara.
 
L: ¡Lety que zorra!, como te devoras sus manos!
 
LE: ¡Sabes que me encanta hacer eso amor!
 
CA: ¡Que pareja tan loca son!
 
Era la primera vez que estaba en frente de un cornudo, Luis lo disfrutaba, ¡su mujer era un manjar y sabia como calentarme a mí y a él!
 
Me quite la trusa y casi se desmayó al ver mi tremendo y hermoso animal entre mis piernas, ella se mojaba los labios al ver mi erección, ¡incluso Luis pareció emocionarse al ver lo que le iba a meter a su mujer!
 
L: ¡Puta madre! ¡Mi amor te va a reventar todo!
 
LE: ¡Si amor, la tiene muy grande y hermosa!
 
CA: Gracias por los halagos, pero Lety, ¡porque no pasas a demostrarme como chupan las casadas!
 
Me acosté en la cama y ella se agacho a mi parte, comenzó a poner mi verga en su cara, con sus manos sobaba los testículos que parecían un par de piedras, su lengua besaba desde donde inicia mi ano hasta la cabeza de mi dura verga, la tomo con sus dos manos y daba lamidas en la cabecita de mi verga, yo lanzaba ligeros gemidos y su marido observaba atento.
 
Comenzó a meterlo lentamente a su boca, apenas si le cabía, que increíble chupada me daba, lo devoro como si de una cena fina se tratara, Luis ya se acariciaba por encima de su pantalón, abrió toda su boca y metía ese animal hasta ahogarse, yo le acariciaba la frente y jugaba con su cabello, ella seguía devorando mi durísima verga.
 
LE: ¡Que rica verga, nunca había comido una tan rica!
 
CA: Hermosa, ¡pero se va a enojar tu marido!
 
LE: No se enoja, ¿verdad que no te enojas amor?
 
L: Sigue comiendo nena, ¡demuéstrale que las casadas lo hacen rico!
 
La tomé de la cadera y la subí a mi cara, comenzamos un delicioso 69, mi lengua lamia y entraba de una forma tan rica en su húmeda concha, mis dedos jugueteaban su clítoris y sus grandes y ricas nalgas.
 
CA: ¡Que hermoso cuerpo, estas riquísima!
 
LE: Gracias nene, ¡tú igual eres un manjar!
 
Después de estarnos comiendo por un rato, la subí a cabalgarme, yo la besaba y le mordía las tetas, ella se dejaba caer suave en mi duro palo, Luis nos comenzó a grabar, mientras ella hacía gala de sus sensuales movimientos de cadera.
 
L: ¡Así amor, muévete, goza esa verga!
 
CA: ¡Que rico coges Lety, muévete así rico mami!
 
LE: ¡Disfruten, disfruten a esta hembra!
 
La acosté en la cama y le levanté las piernas, dejándole las rodillas en su frente, la empecé a meter suave, ella gemía del placer que sentía al tenerla en esa forma, yo le besaba los pies y le acariciaba las nalgas, no dejaba de decirle lo buena que estaba y lo rico que apretaba su vagina, Luis seguía grabando y animándonos a los dos, ¡yo estaba gozando de lo lindo!
 
Decidí hacerlo un poco más normal y pasional, le comencé a dar de misionero, le besaba y mordía el cuello, mis manos apretaban sus nalgas, en ese momento Luis ya tenía su verga de fuera y lista para masturbarse.
 
Eso no me detenía, ¡no me incomodaba ver a ese cornudo disfrutando al ver cómo me cogía a su esposa!
 
LE: ¿Estas gozando Luis?
 
L: ¡Amor, te coge bien rico!
 
LE: ¡Me coge más rico que tú amor!
 
L: ¡Si bebe, pues pídele más!
 
Esas palabras me incitaron más, estaba súper caliente, vaya que haberle dicho eso a su esposo mientras la embestía y mordía sus tetas, fue digno de cualquier fantasía cornuda.
 
La puse en cuatro, ella se abrí todita para que mi verga entrara más rica, me puse de pie debajo de la cama, tomándole de la cintura la empecé a penetrar, mi verga entraba por completo, mis movimientos fuertes y suaves al mismo tiempo la hacían jadear como perra, le daba una cogida de lo más rico, ¡mientras el cornudo disfrutaba el show!
 
LE: Bebe que rico, métemela, ¡Luis que rico me coge!
 
L: ¡Si!! dásela toda, métesela toda!
 
CA: ¡Lety, que coño más rico y que nalgas, eres la mejor, Luis gracias por dejarme cogerme a tu esposa!
 
Mis embestidas eran fuertes, le levanté una pierna y se la dejaba ir mucho más fuerte, le jalaba el cabello, le metía los dedos en su ano, yo solo gritaba, Luis me animaba a que le partiera el ano, ella ya estaba en éxtasis así que no pudo resistir y me dio el ano.
 
Tenía un culo delicioso, rosado, un poco dilatado y con un aroma espectacular, comencé a lamérselo delicadamente mientras mis dedos yacían en su vagina, le apretaba el clítoris mientras mi lengua enrollada entraba y salía de su culo con fuerza.
 
CA: ¡Que hermoso culo, amigo Luis, me dejas darle por aquí a tu Reyna!
 
L: ¡Te estas tardando hermano! ¡Por favor rómpele el culo!
 
LE: ¡Métemela papi, hazlo tuyo! ¡No tardes más!
 
La tome de las manos y comencé a meterle la puntita, inmediatamente ella sintió mi dureza, la estaba empezando a romper, puse mis manos en su espalda como si la estuviera arrestando, la introducía lentamente, ella ya gritaba, el dolor era inmenso y Luis seguía grabando y masturbándose.
 
Comencé a moverme fuerte, le metía hasta el fondo, no solo le jalaba las manos, sino que también empezaba a jalarle el cabello, la tenía bien empalada.
 
L: ¡Que rico chillas amor, destrózale el culo amigo!
 
CA: ¡Mira amigo, que puta esposa tienes, me da su rico culo, sufre, pero no quiere que la saque!
 
L: ¡Hazla llorar de placer amigo, no me defraudes!
 
La conversación de ambos me excitaba más, ella solita comenzó a moverse, sentí su rico movimiento y me hacía gemir y le pedía que no parara, ambos nos movíamos, Luis nos tomaba fotos y grababa clips, la embestía tan fuerte que la tire en la cama, me subí en ella como toro vuelto loco, ¡yo gemía y empalaba a esa rica casada en frente de su esposo!
 
LE: ¡Así nene, cógeme, que rico, tu sí que coges rico mi culo!
 
CA: ¡Así puta, gózala, goza mi verga!
 
LE: ¡Me matas, me matas!
 
L: ¡Lety eres la mejor, te amo!
 
CA: ¡Gracias por dejarme romperle el culo a tu mujer Luis!
 
¡Los tres estábamos excitadísimos, ella ya no aguantaba más y sus fluidos salían como si estuviese lloviendo!
 
Yo, que estaba encima de ella, la aplastaba tan rico mientras mi verga ya había hecho mío su culo, me movía rápido, ella babeaba, Luis estaba al máximo, no toleraba más tanta excitación, mis huevos comenzaron a inflarse, ¡estaba a punto de venirme!
 
CA: ¡Me corro, amigos me voy a correr!
 
LE: ¡Dámelo en mi culo bebe, Luis tu termina en mi cara!
 
L: ¡Si amor, como tú digas, vamos llénala de leche!
 
CA: ¿En serio lo puedo hacer?
 
LE: ¡Si, lléname de ti!
CA: ¡Aquí viene, uhm, agh!
 
L: ¡Yo igual, agh!!!!
 
Una tremenda descarga salió de mi verga, su culo era llenado por mi caliente leche, ella también escurría como cascada y Luis le tiraba su leche en su cara, mientras se tragaba el semen de su marido, yo le apretaba los hombros para continuar descargando mi rico néctar.
 
CA: ¡Lety, eres la numero uno!
 
L: ¡Bebe que rico!
 
LE: ¡Eres lo máximo!
 
Termino en la cama boca abajo respirando agitadamente, Luis estaba en el sofá y yo acostado acariciándole las nalgas y sus ricas piernas.
 
La noche no termino ahí, cogí un par de veces más con ella, Luis siempre fue observador y solo se limitó a masturbarse como todo un buen cornudo, su mujer cogía espectacular y se fue llena de leche por todos lados,
 
Salimos del hotel, me dejaron cerca de mi casa, a partir de ahí he creado una buena amistad con ellos, no solo sexual, ellos me invitaron a escribir mis anécdotas en este perfil y quería contarles cómo fue que fui el corneador de Luis y como su rica esposa Lety me dio no solo esa, si no varias veces más, su rico culo.
 
CORNEADOR ANONIMO.

3 comentarios - Mi trio con Moniquita y su marido

eljavi04 +1
Que relato caliente, muy bueno 👏👏🔥🔥
maltes1972 +1
Justo vivo por esos rumbos. Muy buen relato