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Vecinos. Capítulo 5

Vecinos. Capítulo 5

En un edificio donde todo puede pasar, sus vecinos se irán relacionando entre ellos creando nuevos lazos con el fin de experimentar nuevas sensaciones y darse placer mutuamente. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

CAPITULO 1

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Capítulo 5: 1ro B (Julián)
   La mesa estaba puesta y en el centro de esta había dos copas y una botella de vino. La luz tenue reinaba en el comedor y la temperatura era fresca gracias al aire que llenaba toda la casa. Mi hermano se encontraba algo nervioso, pero yo estaba tranquilo pues no había posibilidades de que el plan fallara. Lo habíamos hablado a la perfección y todo estaba pensado al más mínimo detalle, desde la ropa igual hasta el corte de pelo. De golpe el timbre sonó y Andrés me miró con los ojos bien abiertos. “¡Vos andá! ¡Yo me voy a la terraza!” le dije y él salió del departamento seguramente con el corazón latiéndole a mil por segundo.
   Mi nombre es Julián, tengo 22 años y vivo en el 1ro B desde hace cuatro años. Nos mudamos a la ciudad junto con Andrés, mi hermano gemelo, ni bien terminamos la secundaria y comenzamos a estudiar. El edificio nos encanó y el departamento es increíble a pesar de tener una sola habitación la cual compartimos. Sin embargo cada uno decidió estudiar algo distinto, por lo que no nos cruzamos muy seguido y cada uno armó su rutina.
   El problema llegó cuando Andrés se puso de novio con Valentina, una chica que conoció en la facultad, mientras era ayudante de cátedra de una materia de primero. Al principio eran encuentros esporádicos, que me obligaban a mí a irme a pasar la noche a lo de algún amigo o a llegar tarde y dormir en el sillón. Pero poco a poco la relación se fue consolidando y cuando se pusieron de novios supe que la cosa venía seria. La noche que nos presentó ella pensó que estaba viendo doble, pues no podía creer que éramos exactamente iguales.
   En realidad Andrés y yo tenemos una pequeña diferencia y es nuestro corte de pelo. En un principio nuestros padres nos peinaban iguales, seguramente porque les resultaba graciosa la idea de que nadie pudiera distinguirnos. Pero a medida que fuimos entrando en la adolescencia, nuestros amigos no sabían cuál era cual y decidimos cambiar el look ya que odiábamos que no nos reconocieran. Mientras que yo dejé que me creciera de manera algo desordenada, Andrés se lo cortaba bien corto a los costados y dejaba un poco largo arriba. Ese es nuestro único rasgo distintivo, nuestro pelo. Pero esa noche del 14 de Febrero los dos nos habíamos peinado de la misma manera. Yo me había cortado casi igual que él y tenía puesta la misma ropa, la cual habíamos comprado juntos. Todo por una razón justificada.
   La idea surgió de la cabeza macabra de mi hermano, cuando Valentina le dijo que una vez me cruzó a mí en el boliche y casi me besa porque no se había dado cuenta de que era yo. Mi hermano en vez de ponerse celoso, le empezó a preguntar si ella sería capaz de distinguir entre su novio y su cuñado a lo que ella le dijo que sí de manera muy segura. Pero las preguntas no terminaron ahí, pues él le consultó si sería capaz de hacerlo en pleno acto sexual, algo que tomó a Valentina por sorpresa y curiosamente no le incomodó.
   - Yo creo que sí.- Le respondió ella a mi hermano.- Pero te imaginás lo loco que sería creer que estoy cogiendo con vos y es con tu hermano.
   Cuando Andrés me contó de dicha conversación recalcó en más de una oportunidad lo estimulada que la había notado a su novia todo el tiempo. “En vez de sentirse incómoda, se sentía excitada” me decía mientras por mi cabeza se dibujaba la escena que él describía. Pero lo más raro de todo era que a mi hermano tampoco le resultaba molesto pensar en ello, sino que se lo notaba emocionado. La propuesta no tardó en llegar y cuando me la dijo, no lo dudé ni un segundo: Quería que yo me cogiera a su novia haciéndome pasar por él.
   Valentina es hermosa, una pibita de 20 años, preciosa, de ojos celestes y sonrisa divina. Siempre me había parecido una piba divina, pero lo que más me volvía loco era escucharla gemir cuando tenía sexo con mi hermano. Ni bien empezaron la relación yo me iba del departamento para dejarlos solos, pero a medida que el tiempo fue pasando y el noviazgo se afianzó, yo me quedaba en el comedor para dormir en el sillón y ellos se iban a la pieza. Cada vez que Valentina dormía en casa la rutina se repetía y sus gemidos me ponían al palo, pues la pendeja no disimulaba ni un poco.
   El plan para esa noche era bien simple. La idea era que Andrés y Valentina tuvieran una cena romántica con vino y algunos tragos en el departamento y que comenzaran con algunos besos allí mismo. Pero antes del sexo él le iba a proponer subir a la terraza para ver las estrellas y tomar un champagne que había en la heladera, todo bien romántico. En un momento Andrés iba a salir de la terraza para “buscar los preservativos” y ahí iba entrar yo, con ella bastante tomado e iba a tener sexo con ella mientras mi hermano nos espiaba por una ventanita que había allí. Era una locura y algo que sin dudas presentaba un riesgo enrome para los dos, pero Valentina le había dejado en claro a Andrés que la idea la excitaba muchísimo.
   Salí del departamento y subí a la terraza para que ellos dos pudieran tener su momento solo. Sabía que iba a tener que esperar un buen rato, pero me entretuve bastante tiempo viendo como las hermanitas del cuarto se refrescaban en la pileta hasta casi las diez de la noche. Luego de eso comencé a escuchar algunos gemidos provenientes del 10mo piso y enseguida supe que Facundo y Estefanía estaban pasándola bien. Después de eso logré distinguir a Danilo, el pibe que vive en el 4to, salir al solárium que ya se encontraba vacío, pero no pude ver quien era que lo acompañaba. Lo que sí noté fue que tuvieron un encuentro bien caliente en la pileta, casi hasta las doce de la noche. Parecía que el día de los enamorados había levantado la temperatura en todo el edificio.
   Cuando ya empezaba a pensar que el plan no iba a suceder, mi hermano me mandó un mensaje para avisarme que estaban subiendo. Salí de la terraza y me escondí en la escalera justo a tiempo para escuchar cómo se abría la puerta del ascensor y la voz de Valentina resonaba en el lugar. Abrieron la puerta y salieron a la terraza para seguir según habíamos acordado. No pasó ni media hora que la puerta se volvió a abrir y Andrés entró al palier dejando a su novia sola afuera. Entonces me miró con una sonrisa de oreja a oreja y me dio un abrazo como si me estuviera deseando suerte.
   Salí a la terraza y la vi asomada mirando el solárium que en ese momento se encontraba vacío. Me acerqué a ella y enseguida se dio vuelta al sentir que estaba atrás suyo. Valentina me miró algo desorientada por unos segundos y pensé que nos había descubierto, pero tras unos segundos de silencio se abalanzó sobre mi cuerpo y me besó de manera bien apasionada. Sentí en su boca el olor a alcohol y el gusto a champagne, por lo que me di cuenta que había bebido lo suficiente como para no distinguir entre su novio y el hermano de este.
   Enseguida la cosa se puso muy caliente cuando me arrinconó contra la pared del edificio y me empezó a besar de manera bien caliente. Yo le seguí el juego y le devolví el beso, sujetándola por la cintura y agarrándola con firmeza. Pero ella enseguida llevó mis manos hasta su cola pidiéndome que se la agarrara con fuerza, por lo que hice lo que ella quería. Seguimos besándonos y toqueteándonos de manera cada vez más fogosa y dejando que la calentura se apoderara de nosotros.
   Valentina comenzó a bajar con su boca por mi cuerpo, levantándome la remera y sacándomela para arrojarla al piso de la terraza. Besó mi cuerpo y lamió mis pezones para luego seguir descendiendo por mi piel hasta terminar arrodillada en frente de mí. Sin dar vueltas me desabrochó el pantalón y metió su mano adentro de mi bóxer para sujetar con fuerza mi pija. “Mmm mi amor. Que durito que estás” me dijo y yo le devolví una sonrisa pues quería hablar lo menos posible. Sin embargo su comentario me había llegado a la cabeza y había hecho que esta me explote con esas palabras. Sacó mi pija y comenzó a pajearme a toda velocidad mientras me miraba fijo con sus ojos celestes.
   La novia de mi hermano empezó a chuparme la pija y cuando lo hizo sentí un placer enorme. La pendeja sabía cómo hacerlo de una manera increíble, comiéndose por completo mi verga bien dura y haciéndome gozar muchísimo. Mientras lo hacía me pajeaba a toda velocidad. Su lengua se relucía sobre sus labios y me lamía la cabecita poniéndomela toda roja, como si estuviera a punto de explotar en su boca. Sus ojos subían y bajaban, buscando mi mirada y después mi cintura, calentándome cada vez que hacíamos contacto visual. Era increíble que eso se estuviera dando de esa manera. Mi cabeza volaba.
   Valentina se levantó y volvió a besarme con sus labios todos mojados. Enseguida se sacó la remera mientras yo me desprendía del short y el bóxer para quedar totalmente desnudo. Ella estiró su remera en el piso y se acostó encima de ella para sacarse el shortcito que tenía puesto y revelar una tanguita blanca preciosa que le quedaba pintada. “¡Ufff!” suspiré mirando esa hermosa imagen y agachándome entre sus piernas para devolverle el favor.
   - ¡Ay sí!- Gimió ella cuando mi lengua se posó sobre su clítoris y se lo empecé a chupar con ganas.
   Siempre me había imaginado lo debía sentirse escucharla gemir así en persona, poder ser la causa de su placer. Estar ahí acostado en el piso de la terraza del edificio, a la luz de las estrellas y con ella entregándome su cuerpo, sin lugar a dudas me daba un morbo exquisito. La piba me agarró de la nuca y apretó bien fuerte mi cara contra su cuerpo para que se la siguiera chupando mientras que de su boca salían alaridos más y más fuertes. ¡Me volaba la cabeza y me ponía la verga al palo!
   Sin poder aguantarme la calentura, me acomodé encima suyo y se la metí bien a fondo, sacándole un grito agudo de placer. No me podía controlar, me había dejado muy caliente y quería cogérmela hasta hacerla acabar. Por eso me empecé a mover bien rápido, sacando y metiendo mi pija adentro de su concha a toda velocidad y haciéndola gritar como loca. Su voz resonaba en mi oído y penetraba hasta mi cerebro, motivándome a moverme cada vez más rápido, a cogérmela cada vez más fuerte. Ella se aferraba con fuerza sobre mi espalda y sus uñas se clavaban en mi piel.
   - ¡Mmm me encanta! ¡Ay sí! ¡No pares!- Decía con su voz aguda y me calentaba.
   Me elevé sobre su cuerpo hasta quedar arrodillado y sujeté sus piernas a la altura de los tobillos. Comencé a moverme de nuevo y podía ver su carita de placer con cada embestida que daba. Mi verga entraba y salía de su conchita toda mojada al mismo tiempo que ella se sujetaba las tetas con fuerza y me miraba. Sus ojitos de gatita me volvían loco, me prendían completamente y me daban ganas de cogérmela cada vez más fuerte. Ella seguía gritando cada vez que mi verga entraba por completo en su cuerpo y cada grito de daba era más estimulante que el anterior.
   Con una mano me empujó y se levantó agarrándome de la mano. Me llevó hasta la baranda de la terrada y se apoyó sobre ella dándome la espalda. Sin que me dijera nada, apoyé mi pija sobre su conchita y fui empujando hasta metérsela toda de nuevo. La agarré con firmeza a la altura de la cintura y me empecé a mover a toda velocidad, cogiéndomela como loco mientras que ella se aferraba con fuerza a la baranda de la terraza. No podía creer lo que estaba viviendo y como ella se había entregado completamente a mí pensando que era mi hermano.
   Allí estábamos los dos, completamente desnudos en la terraza del edificio y cogiendo como locos. Valentina tenía las piernas abiertas y el pecho apoyado contra la baranda de la cual se agarraba firmemente. Yo me encontraba parado detrás de ella, con mis manos sobre sus cinturas y me la cogía a toda velocidad, metiendo y sacando mi pija de su concha como loco. Su boca estaba plenamente abierta y de ella salían gritos que se perdían en el aire. Pensé en los vecinos del 10mo, en Facundo y Estefanía, que antes los había escuchado coger y ahora ellos debían de estar escuchándonos a nosotros.
   - Acostate.- Me dijo ella parándose de golpe.
   Sin decirle nada, me recosté sobre el piso y ella se tiró encima de mí. Mientras acomodaba su cintura sobre la mía, me dio un beso bien fogoso y metió su lengua en mi boca. Mi pija poco a poco volvió a entrar en su conchita y resbaló hasta que la tuvo toda adentro. “¡Mmm como me gusta!” gimió elevándose hasta quedar bien sentada encima de mí. Así me empezó a coger ella, moviéndose despacito hacia adelante y hacia atrás, con mi verga totalmente dura adentro de su cuerpo. Me volvía loco verla cabalgar de esa manera, tirando su cuerpo hacia atrás y con la boca abierta lanzando un gemido atrás del otro.
   Mis manos fueron subiendo de su cintura hasta llegar a sus tetas y se las apreté con fuerza. Ella me pidió que se las chupara así que me fui elevando hasta quedar sentado con Valentina encima de mí. Mi boca fue directo a sus gomas que sobresaltaban con cada movimiento que daba y se las empecé a chupar a toda velocidad. Nos movíamos como locos, saltando sobre el suelo y cogiendo bien apasionadamente. Nuestros cuerpos resbalaban por la transpiración generada por el calor del verano. Ella puso su cabeza al lado de la mía y su boca quedó en mi oído, pudiendo escuchar claramente sus gemidos que me volvían loco.
   - ¡Me encanta coger con vos! ¡Me vuelve loca!- Me dijo bajando un poco la voz y después volvió a gemir.
   Mis manos bajaron rápidamente hasta su cola y haciendo fuerza empecé a subir y bajar su cuerpo, ayudándola con cada salto que daba. De golpe era yo el que movía a Valentina para que me cogiera a mí. Su cuerpo se elevaba y caía contra el mío, clavándose en mi pija y excitándome al máximo. Comencé a sentir un calor inmenso que recorría todo mi cuerpo. Mi cara se enterraba en sus tetas, las cuales le chupaba y lamía como podía, pasándole la lengua por todo el pecho y tratando de buscarle los pezones.
   De golpe ella me empujó hacia atrás y volví a caer contra el piso. Se levantó y se acomodó en cuatro en frente mío, agarrándose una vez más de la baranda. “¡Vení! ¡Cogeme bien duro!” me pidió y yo no me pude resistir a semejante pedido. Me arrastré hasta quedar arrodillado detrás suyo y una vez más apoyé mi pija sobre la punta de su conchita que no daba más de lo mojada que estaba. Se la metí bien a fondo y Valentina lanzó un gemido de placer absoluto que cortó el silencio de la noche.
   - ¡Mmm sí! ¡Cogeme Julián! ¡Cogeme!- Me pidió y yo no me pude aguantar.
   De la calentura que tenía la agarré fuerte de la cintura y comencé a azotar mi cuerpo contra el suyo, clavando mi pija en su conchita con todas mis fuerzas. Ella gritaba y gemía como loca, mientras sus manos se aferraban con fuerza a la baranda y su cabeza golpeaba contra esta. Su increíble cola golpeaba contra mi cintura con cada azote que daba y podía sentir como la temperatura aumentaba más y más. Sabía que Valentina estaba a punto de acabar y eso me motivaba a seguírmela cogiendo como un animal. Era tal la calentura que eso me generaba, que no me había dado cuenta que la novia de mi hermano acababa de llamarme por mi nombre.
   Cuando caí en la cuenta de eso le pregunté cómo me había dicho y aminoré la marcha. Pero ella me pidió que no me detuviera, que siguiera cogiéndome, pues estaba a punto de tener un orgasmo. Esa declaración fue como una bomba para mi cerebro y mi cuerpo dejó de responderme, para empezar a moverse de manera aún más brusca que antes. Estaba seguro de que me había dicho Julián en vez de Andrés, lo que suponía que Valentina sabía con quién estaba cogiendo en realidad. Pero no estaba completamente seguro, tenía que saber si había sido todo producto de mi imaginación o realidad. Sin embargo no podía dejar de cogérmela como una bestia.
   - ¡Ay sí! ¡Ahí viene! ¡No pares Julián! ¡No pares!- Gimió y escuchar mi nombre fue el morbo más hermoso del mundo.
   Sin dejar de moverme me la seguí cogiendo a toda velocidad, clavando mi pija en su cuerpo y dándole bien duro. Valentina pegó un grito inmenso de placer y sentí como todo su cuerpo se mojaba en un orgasmo increíble que acababa de tener. Entonces la calentura se apoderó de mí, que tan solo unos segundos después saqué mi verga de adentro de su cuerpo justo a tiempo para acabar sobre su cola. Una cantidad impresionante de semen salió de la punta de mi pija y fue a parar el cuerpo de la novia de mi hermano, quien seguía aferrada con fuerza a la baranda.
   Entonces la puerta que conecta el edificio con la terraza se abrió y mi hermano salió de ella y se acercó hasta donde estábamos. Yo me paré enseguida y me alejé pues no sabía lo que iba a suceder, pero Valentina se recostó sobre el piso, totalmente rendida por el placer. Tenía la cola y parte de la espalda cubierta de mi semen y eso me llevó a pensar que podía darle celos a mi hermano. “¿Sabías que no era yo?” le preguntó Andrés totalmente sorprendido.
   - Obvio que sabía, mi amor.- Le respondió ella.- Ni bien entró me di cuenta que no eras vos. Me doy cuenta cuando sos vos y cuando tu hermano.- Agregó con una sonrisa en el rostro.
   Yo seguía respirando de manera agitada y me vestí lo más rápido que pude mientras que él se agachaba para quedar sentado al lado de su novia. Le dijo algo que no llegué a escuchar y ella respondió afirmando con la cabeza. Entonces mi hermano me miró a mí y me sonrió con una sonrisa que iba de oreja a oreja. “Gracias” me dijo y después se acomodó frente a su novia y empezó a bajarse el cierre de la bermuda. Supe en ese entonces que el plan no nos había salido bien, pues ella se había dado cuenta que había cogido conmigo desde un principio, pero que sin lugar a dudas lo había disfrutado y ahora debía agradecerle a mi hermano con un pete que lo iba a dejar seco. Salí de la terraza y cerré la puerta para dejarlos solos por un rato.


SIGUIENTE


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LA CASA DE LAS BRUJAS. CAPÍTULO 1
COMIDA CACERA (FANTASÍA)
UNA NOCHE PARA EL RECUERDO (HISTORIA CORTA + FOTOS)

4 comentarios - Vecinos. Capítulo 5

mirandopaso +1
exelente!!! que morboso y caliente!!!
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Muchas gracias!!
martinfcd +1
Muy buena situación! Una cosa es darse cuenta lo que pasa y otra dejar pasar la oportunidad. Bien por Valentina.
HistoriasDe
Jaja gracias por comentar!
daros82 +1
Q bizarro!! Jaja buenísimo 😁
HistoriasDe +1
Jajaja gracias!!
elbetio
Al comienzo del relato te llamás Hernán y al final Julián? O son tres hermanos?
HistoriasDe +1
Perdón, un error de continuidad. Ya está corregido.