(por obvias razones son nombres falsos, uno deellos lo tomé de una chica de Poringa que me fascino)
Esto ocurrió hace un par de semanas y no puedosacarlo de mi cabeza, ha estado ocurriendo más recurrentemente pero no he hechonada al respecto…Creo que me gusta. Primero yo tengo 23 años, soy un hombre de1.68, blanco, ojos y cabello castaños, uso lentes y aunque no soy escuálido nosoy muy fornido tampoco, mi “ventaja” físicamente hablando es mi pene de 17 cm.Mi novia de 20 años mide 1.57, con pechos medianos y pezones puntiagudos queresaltan mucho si no usa pads en el brasier, tiene un culote que roba miradas ycon toda razón, es una chica bastante en forma, le gusta hacer ejercicio porlas mañanas y coger bastante seguido, tiene cabello rubio largo hasta lacintura y ojos color miel, es de piel clara pero levemente bronceada, unahermosura de chica.
La cosa va en que ella todos los días va atrabajar de 9:00 am a 2:00 pm, tiene una hora de comida y de 3:00 pm a 8:00 pmregresa al trabajo, la ventaja es que no trabaja viernes a domingo y le paganbien, entonces yo me quedo en el departamento apoyando con la limpieza y lacomida.
Un martes por ahí de las 11:30 am, llamé a minovia para preguntarle ¿qué quería que le llevara para comer? y en lugar de susensual voz me contestó un tipo, con voz gruesa y brusca, me dijo “¿Hola?¿Quién habla?”. Al principio temí por Kim, mi novia, pudieron haberle robado elcelular, entonces, haciendo mi voz lo más gruesa posible, respondí “¿Seencuentra Kim? Soy su novio”.
El hombre al otro lado del teléfono sonóapresurado, se escuchó como jadeó al teléfono y respondió “No, no. Estáocupada, no puede hablar contigo ahora. Ahora tu sigue chu-”, cortó la llamadaluego de eso.
Me quedé varios minutos pensando e intentandollamar de nuevo, pero el teléfono sólo me llevaba a buzón. Pasaron casi 2 horasy para la 1:46 pm recibí un mensaje de Kim diciendo:
“Perdón amorcito, es que mi compañero de trabajo tomó mi celular, yo estaba ocupada atendiendo varios clientes a la vez”
Molesto le pregunté que por qué no me contestólas otras llamadas, que seguro me había apagado el teléfono. Ella se excusó conque se le había descargado, que ya estaba cargando y que saldría a comer, queno la fuese a buscar.
Con mis sospechas decidí ir a su lugar detrabajo y esperarla afuera, sin embargo mi sorpresa fue que cuando salió deahí, iba acompañada de un hombre que jamás en la vida había visto y peor aún,no tenía los pads con los que siempre sale de casa, sus pezones atravesaban ypodían resaltar de su blusa. Ella presumía sus pezones mientras seguíaplaticando con aquel tipo cualquiera, así que los seguí desde lejos.
Caminamos unos 10 minutos hasta que se metieronpor un callejón, la muy puta iba a comer, pero a ese tipucho. Esperé un poco yme acerqué a la entrada del callejón, me acomodé y pude ver como ella ya estabasin blusa, en cuclillas chupando el pene del desconocido. Estaba completamentemolesto, pero ella lo hacía con tanto fervor y dedicación que algo dentro de mícomenzaba a excitarse, así que para “interrumpirlos” la volví a llamar almóvil.
Kim colgó inmediatamente la llamada y volví aintentar un par de veces; para la cuarta vez me contestó, sin embargo la muyputa seguía chupando la verga de aquél tipo.
“Bweno? Quwe paso amwor?”, apenas y podíahablar mientras se metía tremendo miembro a la boca, yo intenté actuar normal ypregunté “¿Segura que no quieres que te lleve comida?” mientras veía como ellavolteaba a ver a su acompañante pensando en una respuesta sacando el pene de suboca y lo masturbaba con una mano “mmm….estoy segura cariño, vine al café deenfrente con Lorena, ya pedimos entonce-“ en eso el hombre le arrebató el móvil y le hizo una seña para quesiguiera chupando.
El chico puso la llamada en altavoz y fingióser un mesero “ya traje su comida señoritas”, ¿Qué tan estúpido creen que soy?La respuesta llegó pronto a mí mientras ella se levantaba, aún con el pene enla mano y decía “¡Gracias! Hablamos luego cariño”, colgando el teléfono ybesando a su acompañante.
Furioso, con una erección en el pene y confusiónen mi cabeza, regresé a casa, dejando que aquella pareja de posibles “tórtolos”se agasajaban entre ellos en el callejón.
Esto ocurrió hace un par de semanas y no puedosacarlo de mi cabeza, ha estado ocurriendo más recurrentemente pero no he hechonada al respecto…Creo que me gusta. Primero yo tengo 23 años, soy un hombre de1.68, blanco, ojos y cabello castaños, uso lentes y aunque no soy escuálido nosoy muy fornido tampoco, mi “ventaja” físicamente hablando es mi pene de 17 cm.Mi novia de 20 años mide 1.57, con pechos medianos y pezones puntiagudos queresaltan mucho si no usa pads en el brasier, tiene un culote que roba miradas ycon toda razón, es una chica bastante en forma, le gusta hacer ejercicio porlas mañanas y coger bastante seguido, tiene cabello rubio largo hasta lacintura y ojos color miel, es de piel clara pero levemente bronceada, unahermosura de chica.
La cosa va en que ella todos los días va atrabajar de 9:00 am a 2:00 pm, tiene una hora de comida y de 3:00 pm a 8:00 pmregresa al trabajo, la ventaja es que no trabaja viernes a domingo y le paganbien, entonces yo me quedo en el departamento apoyando con la limpieza y lacomida.
Un martes por ahí de las 11:30 am, llamé a minovia para preguntarle ¿qué quería que le llevara para comer? y en lugar de susensual voz me contestó un tipo, con voz gruesa y brusca, me dijo “¿Hola?¿Quién habla?”. Al principio temí por Kim, mi novia, pudieron haberle robado elcelular, entonces, haciendo mi voz lo más gruesa posible, respondí “¿Seencuentra Kim? Soy su novio”.
El hombre al otro lado del teléfono sonóapresurado, se escuchó como jadeó al teléfono y respondió “No, no. Estáocupada, no puede hablar contigo ahora. Ahora tu sigue chu-”, cortó la llamadaluego de eso.
Me quedé varios minutos pensando e intentandollamar de nuevo, pero el teléfono sólo me llevaba a buzón. Pasaron casi 2 horasy para la 1:46 pm recibí un mensaje de Kim diciendo:
“Perdón amorcito, es que mi compañero de trabajo tomó mi celular, yo estaba ocupada atendiendo varios clientes a la vez”
Molesto le pregunté que por qué no me contestólas otras llamadas, que seguro me había apagado el teléfono. Ella se excusó conque se le había descargado, que ya estaba cargando y que saldría a comer, queno la fuese a buscar.
Con mis sospechas decidí ir a su lugar detrabajo y esperarla afuera, sin embargo mi sorpresa fue que cuando salió deahí, iba acompañada de un hombre que jamás en la vida había visto y peor aún,no tenía los pads con los que siempre sale de casa, sus pezones atravesaban ypodían resaltar de su blusa. Ella presumía sus pezones mientras seguíaplaticando con aquel tipo cualquiera, así que los seguí desde lejos.
Caminamos unos 10 minutos hasta que se metieronpor un callejón, la muy puta iba a comer, pero a ese tipucho. Esperé un poco yme acerqué a la entrada del callejón, me acomodé y pude ver como ella ya estabasin blusa, en cuclillas chupando el pene del desconocido. Estaba completamentemolesto, pero ella lo hacía con tanto fervor y dedicación que algo dentro de mícomenzaba a excitarse, así que para “interrumpirlos” la volví a llamar almóvil.
Kim colgó inmediatamente la llamada y volví aintentar un par de veces; para la cuarta vez me contestó, sin embargo la muyputa seguía chupando la verga de aquél tipo.
“Bweno? Quwe paso amwor?”, apenas y podíahablar mientras se metía tremendo miembro a la boca, yo intenté actuar normal ypregunté “¿Segura que no quieres que te lleve comida?” mientras veía como ellavolteaba a ver a su acompañante pensando en una respuesta sacando el pene de suboca y lo masturbaba con una mano “mmm….estoy segura cariño, vine al café deenfrente con Lorena, ya pedimos entonce-“ en eso el hombre le arrebató el móvil y le hizo una seña para quesiguiera chupando.
El chico puso la llamada en altavoz y fingióser un mesero “ya traje su comida señoritas”, ¿Qué tan estúpido creen que soy?La respuesta llegó pronto a mí mientras ella se levantaba, aún con el pene enla mano y decía “¡Gracias! Hablamos luego cariño”, colgando el teléfono ybesando a su acompañante.
Furioso, con una erección en el pene y confusiónen mi cabeza, regresé a casa, dejando que aquella pareja de posibles “tórtolos”se agasajaban entre ellos en el callejón.
2 comentarios - Llamada de un cornudo (Parte 1)