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Gabriel, Selene, mi esposa y yo. 8

Llegó la noche de sábado, llueve y hoy los novios deciden quedarse en casa después de cenar. Al parecer la lluvia arruinó sus planes. Gabriel y Selene proponen mirar una peli juntos y van seleccionando descartando unas y otras por muy dramáticas o por ser comedias trilladas hasta que aparece una erótica, muy para ellos, según el porcentaje de afinidad que mide la plataforma. Al parecer las veces anteriores los chicos se calentaban mirando similares. Algo me incomodó al pensar en ver junto a nuestra hija y su novio escenas de sexo, aunque no fuera explícito. Fue lo que sentí, aún sabiendo que ella podía estar al tanto de que el fin de semana anterior los habíamos estado observando mientras cogían en la sala. Invité a tomar algo mientras la mirábamos y Celi, mi esposa, Gabriel y yo optamos por whiski. Selene prefirió un gin tonic. Traje las botellas los vasos, hielo, limón y soda para no tener que volver a levantarme en el desarrollo de la peli. Puse todo sobre la mesa baja para seguir sirviéndonos cuando lo quisiéramos. Acomodé nuestro sillón, a la izquierda de el de ellos y lo corrí algo más atrás con la excusa de estirar mis piernas. No quería que si pasaba algo estuviéramos a la vista y también que ellos de alguna manera se sintieran observados, aunque ya sabía que no les molestaba demasiado. Comenzamos a ver la peli tranqui y enseguida comenzaron a verse escenas fuertes. Selene se movió algo para pegarse a Gabriel y no se si pensó que no nos daríamos cuenta o no pudo aguantar y le comenzó a acariciar el pingo por encima del pantalón. De reojo pudimos ver como se le paraba a Gabriel y comenzamos a calentarnos nosotros. Le pasé un brazo sobre el hombro a Celi y comencé a acariciarle las tetas. Me concentré en los pezones, eso la pone a mil. Le di un beso en la boca y seguimos mirando un rato la peli sin ver nada y acariciándonos. Gabriel y Selene estaban en pleno franeleo y eso nos calentó más. Me puse algo de espaldas a los chicos y le metí la mano en la concha a Celi. Entretenido y caliente seguí avanzando y ella me empezó a manosear la pija. Todos habíamos perdido el control. Selene le había sacado la pija a Gabriel y lo pajeaba tratando de que no se notara. Celi se había acomodado de costado ofreciendome la cola. Yo había sacado la mía y trataba de penetrarla. No podía ser lo que estaba pasando, pretendí detenerlo de alguna manera y dije algo sobre lo fuerte de la peli. Gabriel se dio vuelta y me miro haciendo un gesto para que me callara. El jodido quería seguir y sabía que yo no podría oponerme o hablaría de lo que había entre nosostros. Como estábamos con Celi no nos podíamos levantar para salir, mi pija era un garrote indisimulable y lo único que la bajaría sería una acabada. Selene se levantó para servirse otro gin, al parecer también quería parar. Gabriel aprovechó para correr el sillón y ponerse a la vista nuestra. Selene volvió a sentarse y enseguida reinició su trabajo manual. Pudimos ver la pija grande y dura de Gabriel y la mano de Selene abarcando la mitad del tronco venoso y subiendo y bajando. A Celi se le iban los ojos y comenzó a apretar mas con su concha y hacer un movimiento de vaivén que a poco me hizo acabar lanzando un sonido gutural que no pude contener. A Gabriel, un segundo después, le pasó lo mismo. Celi también acabó más de caliente que por la frotada que le dí. Selene un segundo después, creo que por lo mismo, aunque seguro que se estaría tocando. Los cuatro nos miramos y casi de inmediato nos levantamos para acomodarnos servirnos otro trago y poner los sillones más cerca uno de otro. Yo estaba enchastrado y me fui a limpiar. Cuando volví Celi se había sentado al lado de Gabriel y Selene estaba en el sillón que habíamos ocupado con la madre. Creí que era un intento de cortarla, pensar otra cosa me ponía de cabeza. Me senté al lado de Selene y en unos minutos estábamos de nuevo mirando la peli y volviéndonos a calentar. No se si tanto por la peli como por lo que había pasado y lo que imaginábamos que podía pasar. En pocos minutos Celi comenzó a manosear a Gabriel y cuando yo intento reaccionar Gabriel me frena con la mirada, al fin y al cabo yo también le había sido infiel a Celi y con él. No podía imaginarme que pasaría si hablaba. Selene me pone una mano en el muslo para detenerme y me acaricia cerca de la pija. Sentir la mano de Selene rozando mi pija me puso mal, se la quise sacar y ella se aferró más, la miré y poniéndose el índice en los labios me indicó que me callara. Al parecer le gustaba compartir a su novio con la madre sin importarle lo que opinara yo, su padre. Celi, ante mi asombro, le empezó a comer la pija a Gabriel, estaba ida totalmente, en un momento me miró y siguió como si nada. Yo ardía de caliente y Selene mirándolos a ellos y a mi pija pugnando por salirse me bajó el jogging para iberarla. Yo me bajé el boxer y saltó, sentí al menos un alivio y no me importó que la viera Selene, la conocía de bañarnos en familia. sin embargo, Selene abrió grande los ojos y como si su mano fuera de hierro y mi pija un imán me la manoteó. No podía creer lo que pasaba ¡tantas veces nos bañamos juntos! pero nunca la había visto así y me la acariciaba. Yo estaba en otra dimensión, viendo como Celi le mamaba la pija a Gabriel y el le empujaba la cabeza por la nuca hasta que ella, desesperada, se le subió y lo empezó a cabalgar. La yegua estaba gozando como nunca y eso se me transfería, también yo gozaba viéndolos coger y sintiendo la mano de Selene pajeándome. De pronto en un instante sentí que me la empezaba a chupar. Estaba borracho de lujuria, impedido de hacer nada más que gozar. Apenas podía abrir los ojos para ver a Celi subir y bajar en la verga de Gabriel y a él acariciándole las tetas. Selene se acariciaba el clítoris y me seguía chupando. Creo que acabamos los cuatro al mismo tiempo en un solo grito. Quedamos exhaustos, asombrados y asustados pero sabiendo que nuestras vidas cambiarían para siempre.

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