Primera parte http://www.poringa.net/posts/relatos/3756097/La-empresa-necesita-gerente.html
Abrí la ducha y el agua fría empezó a recorrer mi cuerpo. Necesitaba un golpe de regreso a la realidad y el agua fría parecía ser la mejor forma de lograrlo. Escatológico? No podía ser, era la primer que había hecho algo así en la vida y es que, a quién se le ocurría orinar en la cara a la posible futura gerente de la empresa? Ayyy pero que horror. Lo bueno es que no había sido algo forzado, para nada. La temperatura del ambiente en el jacuzzi había ido subiendo de a poco y no precisamente por el agua. Ya está, no es más, no hay que darle más vueltas al asunto. Fue algo que surgió en el momento, nos dejamos llevar y ya. Punto.
Salí de la ducha con la mente un tanto más despejada, me vestí de camiseta blanca y pantalón corto, dos gotitas de perfume y a la cocina.
Cuatro rebanadas de pan, dos de carne, cebolla, tomate, lechuga y tártara. La carne ya estaba llegando a su punto cuando finalmente apareció Zury en la cocina, un poco cabizbaja, sin hablar fuerte y luciendo todavía aquel vestido de baño que llevaba todo el día invitándome a arrancarlo.
- Te ayudo en algo?
- Tranqui, son solo hamburguesas y pronto van a estar, si quieres ve sirviendo las bebidas
No me preguntó qué quería para tomar, fue a la nevera por una lata de Smirnoff y lo que quedaba de la de whiskey, hizo una especie de cóctel para ambos y nos sentamos a comer hamburguesas en la barra de la cocina.
- Necesitaba algo fuerte -dijo -y creo que tu también
- Por cierto, mi vestido sigue sucio y no tengo más que este vestido de baño que llevo puesto y está mojado. Puedo usar tu lavadora?
- Claro que sí, está en la parte trasera de la casa
Terminamos la cena que por cierto estaba de diez. La clave de una hamburguesa está en una buena carne. Zury fue a su habitación por el vestido y la vi salir de la casa supongo que hacia el patio de ropas. Yo me quedé lavando los platos y preparando más cóctel para ambos. Lo necesitábamos.
Estaba ya en el salón con la tele encendida, canaleando y sin saber qué más hacer mientras llegaba Zury. Definitivamente lo más cómodo sería que se fuera ahora mismo y no hablar del tema, pero ahora tenía que esperar por lo menos a que terminara el ciclo de lavado y secado.
Seguía pasando canales sin encontrar nada porque nada estaba buscando, simplemente presionaba el botón cuando se apareció Zury. Totalmente desnuda!!!! desfilando ese hermoso cuerpo y ese rico culo. Pero esta de qué iba?
- Disculpa por estar así, solo que no quería agarrar neumonía por andar con ropa mojada tanto tiempo y metí todo a la lavadora
No me lo podía creer que fuera tan...liberal. Me esforcé por no prestarle atención y parecer que la situación era lo más normal del mundo
- Vemos una peli mientras sale la ropa? -propuse
- Vale, pero mejor en la cama porque en cualquier momento caigo dormida
Continué con mi labor de normalizar la situación, fuimos caminando hacia mi habitación como lo harían cualquier otras dos personas normales y profesionales que se disponen a ver una película. Cuál película?. Buena pregunta. Podría ser una con algunas escenas sexuales para calentar el asunto pero era algo que definitivamente quería evitar, al menos por hoy. Harry Potter? No estaba muy seguro. Zury había dicho que estaba cansada así que lo mejor era poner cualquier mierda de Marvel que eso duerme a cualquiera.
Nos acomodamos en la cama respetando el distanciamiento social, hacía calor así que las mantas no fueron necesarias, y como era de esperarse, a los 20 minutos estaba Zury, desnuda, en mi cama, en cucharita dejando ese pedazo de culo mirando hacia mi mientras dormía. Que pedazo de mujer dios mío.
Por supuesto que yo no era capaz de dormir. Quién podía hacerlo?
Un monstruo morado se mostraba en el televisor, parecía querer salirse de la pantalla para rescatar a la princesa inconsciente que yacía en el lecho y estaba a punto de ser alcanzada por un martillo de hierro. Reaccioné. No sé en quée momento pero de repente ya estaba desnudo yo también con la pija a tres centimetros del culo de Zury. Por qué? No sé. Tal vez sí era operado como yo creía y el implante era un imán que ejercía una fuerza incontrolable sobre mi martillo.
Respiré profundo, conté hasta sesenta y tres y la pantalla del tele se apagó, curiosamente todo en la casa se apagó por completo. Hasta mi cuerpo.
El viernes antes de salir de casa ya me presentía que este fin de semana sería más agitado de lo normal y al día siguiente vaya si habían pasado un montón de cosas. Estaba exhausto y me dejé llevar por las fantasías de mi mente dormida.
La escena del jacuzzi se repetía, estaba nuevamente con Zury en el jacuzzi pero esta vez ambos estábamos desnudos, discutiendo algunas cifras de la empresa
- Ya te dije que la proyección en facturación para este año es de 56 millones -decía yo
- Son 62- respondía Zury
Acordamos resolver nuestra discusión con una apuesta que se resolvería llamando al contador. Efectivamente eran 56 y Zury cumplía su parte. Se acomodó en el centro del jacuzzi, tomó aire y metió su cabeza bajo el agua. Yo tomaba sus piernas, me ponía de pie agarrando sus tobillos con las manos y ahí estaba el resultado de la apuesta. Zury parada de manos en el jacuzzi, con la cabeza bajo el agua y las piernas bien abiertas sobre la superficie formando una especie de X. Yo de solo mirar como se le abría la concha me sentía a punto de alcanzar el orgasmo, el agua que cubría mi cuerpo se había vuelto espesa y succionaba de forma deliciosa. La pobre llevaba ya varios minutos bajo el agua y yo no hacía más que disfrutar la vista que me ofrecía su cuerpo y la succión que me hacía el agua espesa.
Otra vez se puso todo negro, abrí los ojos y estaba nuevamente en mi cama. La excitación causada por el sueño seguía estando presente, podía sentirla en la piel. No, no era un sueño, o bueno, lo era en parte. Zury estaba encima mío chupándome la verga con devoción, provocandome la misma sensación del agua en el sueño. Que ricoooooooo.
Debería seguir haciéndome el dormido? Despertarme y detenerla? Despertarme y cogérmela?
Seguí haciéndome el dormido y no tardé mucho en venirme en su boca. Dios mío. Que sensación. No podía verla con los ojos pero en mi cabeza se mostraba la escena en mil formas y todas en full HD. Estaba dentro de su boca cuando llegó la explosión y no se movió ni un centímetro, se tragó todo lo que tenía para ofrecerle y sentí también como daba un par de vueltas más por la zona en busca de evidencia para recoger hasta que terminó con un hermoso beso con lengua en el glande que asumí como el de las buenas noches.
Se acomodó nuevamente en la cama. Yo regresé a mi sueño aunque en esta vez no había imágenes ni sensaciones que lo acompañaban. La alarma sonó a las siete en punto y la otra mitad de la cama estaba vacía. Miré el celular y tenía un mensaje de Oscar diciendo que llegaría a la una de la tarde.
Tomé un pantalón, una camiseta y fui a la cocina por jugo de naranja, Zury no estaba por ningún lado y me alegró ver que su carro no estaba estacionado, por lo que pude tomarme el resto de la mañana para dormir otra media hora, arreglar la casa y preparar algo para desayunar.
Llegadas las 12 del medio día ya tenía todo listo para recibir a Oscar y a su familia, la casa estaba impecable y yo estaba presentable. Por supuesto que esta visita tendría que ser más profesional, o por lo menos, no sería como la de Zury, ya que si bien la esposa de Oscar parecía ser un bombón, pues iba a estar Oscar, entonces descartado.
Le escribí a Zury para preguntarle cómo estaba y comprobar que hubiera llegado bien a la casa
- Todo muy bien jefe, gracias por la invitación y la oportunidad para conocernos mejor. Salí temprano para poder llegar a casa y continuar con el trabajo. Nos vemos mañana en la oficina.
Mensaje serio, profesional y contundente. Mejor así.
Saqué una cerveza del refri y preparé el almuerzo. A la una en punto sonó el timbre del portón anunciando la llegada de Oscar y su esposa. Salí a recibirlos, estacionó el coche en el mismo lugar en el que horas antes lo tenía Zury. Un fuerte apretón de mano para él y dos besos en la mejilla para su esposa acompañados de un abrazo. Que tetotas se sentían.
- Mucho gusto, Luis
- Mucho gusto, Julieta
Curiosamente, Julieta la esposa de Oscar llevaba un vestido parecido al que traía Zury ayer, eso sí, con un escote más pronunciado aunque nada extravagante. Se le veía como la típica mujer de clase alta, súper buena y seria. Conmigo obviamente se iría a comportar muy cortésmente, pero algo me decía que tenía una actitud igual de sobrada a la que tenía su esposo con las personas “que no están a su mismo nivel”.
Los invité a pasar al salón y tomar asiento en el comedor, en el camino pude ver como ambos examinaban cada rincón de la casa por lo que les propuse hacer el tour. Aceptaron enseguida y podía ver cómo reparaban en todo.
El almuerzo se sirvió enseguida antes de que se enfriara. Estuvimos hablando de la casa y del buen gusto que tenía. Agradecí sus comentarios y me contaron un poco del proyecto que tenían para hacerse a una parecida.
La charla fue un poco aburrida. La casa, la decoración, el coche y todo tipo de chorradas materiales que, si bien a mi también me gustan y me parecen bonitas, no es algo de lo que quiera estar hablando nada más llegar y durante todo el almuerzo. Definitivamente eran muy materialistas, cosa que si bien no era muy de mi estilo, podía ser una ventaja para Oscar como gerente; pues alguien que solo piensa en dinero seguramente hará muy buenos negocios.
El postre era helado de chocolote, que por cierto estaba delicioso. Julieta no comió seguramente para cuidar su figura, después otra pequeña charla en la sala y el sol no hacía más que invitarnos a la piscina
- Un chapuzón? -propuse
Oscar y su esposa asintieron. Ellos habían tomado ya la habitación grande de invitados, vi que se fueron hacia allá, seguramente a cambiarse. Yo hice lo propio, me cambié rápidamente y me quedé en la sala a esperarlos con cerveza.
Diez minutos y nada que salían, la cerveza desde temprano comenzaba a sentirse y entré al baño del salón a orinar. Desde los doce años cuando un día me oriné el jean en una reunión familiar mientras hacía pipí, tomé la costumbre de bajarme los pantalones hasta las rodillas cada vez que entraba al baño. En esas estaba, descargando la cerveza, cuando siento que la puerta se abre.
Volteé por reflejo y era Julieta, con la mirada clavada en mi pija que seguía desprendiendo chrorro. No dije nada y seguí orinando. Ella tampoco cerró la puerta.
Salí y estaban ella y Oscar y ella en la sala. Bajamos a la piscina y madre mía el pedazo de mujer que es Julieta. Un cuerpo simplemente perfecto, incluso mejor que el de Zury. Se nota que es una mujer vanidosa, que cuida su cuerpo y lo que escapa de su alcance lo soluciona con el quirofano. Sea como fuere, el resultado era espectacular y no merecía menos que un diez.
Bronceada, tetas deliciosas, cintura bien marcada, abdomen plano y un culo feamente tapado por la parte baja de su bikini que no era tipo tanga. Lástima. Supongo que para no parecer más sugestiva de lo necesario o no molestar a su esposo.
Entramos a la piscina y la pasamos muy bien, un ambiente muy diferente al que sentía con Oscar todos los días en la oficina, hablando ahora sí de todo un poco mientras su esposa ganaba en confianza y se unía a la conversación. Todo iba perfecto hasta que se acabaron las cervezas.
Salí de la piscina a por más y apenas abandoné el agua, sentí como Julieta no paraba de mirarme, no a mi, sino al paquete que se me marcaba con la pantaloneta mojada. Seguí a la cocina y preparé cocteles en una jarra para no estar yendo tan seguido. Llevé los vasos y continuamos en lo nuestro
- Amor, puedes ir al carro por el bronceador que se quedó en la guantera?
Oscar salió de la piscina en busca de lo que le había pedido su esposa aunque a él no se le quedaron mirando. Cuando escapó de nuestro campo de visión, Julieta, en un todo muy amable me pidió
- Luis, podría ayudarme a desamarrar el nudo que del sostén en la nuca, se me enredó el cabello
Wow, me sorprendió pero caballerosamente me acomodé detrás de ella para colaborar. Unas bonitas pecas cubrían sus hombros y estaba tratando de desamarrar el nudo cuando sentí su culo pegado contra mi, di un paso hacia atrás para evitar contactos incómodos pero a los dos segundos ya tenía ese culo apoyado nuevamente. No podía ser casualidad.
Esta vez me quedé quieto y sentí como, cuidadosamente, Julieta movía el culo en busca de mayor contacto debajo del agua. No lo tenía parado pero sí sentía como mi entrepierna ganaba más y más volumen.
Terminé con el nudo y me recosté contra el borde de la piscina para que Oscar no nos viera tan cerca en su regreso
- Me encanta esta casa -dijo Julieta – es muy grande. En mi día a día siento que todo es muy pequeño, por eso cuando veo algo así de grande, no puedo ni apartar la mirada -dijo clavando los ojos más abajo de mi cintura y con una cara de puta que hasta ahora no le había visto
- Si tanto te gusta, ahora podemos dar una vuelta para que la vuelvas a ver -dije entrando en su juego.
Sonrió. Obviamente sabía que no estaba hablando de la casa
-Amor, en el carro no estaba el bronceador -dijo Oscar mientras volvía
-Revisa debajo del puesto del copiloto, creo que cayó bajo la silla. Oscar volvió a desaparecer.
-A mi también me encantan las cosas grandes -dije mirándole las tetas
Tomé dos vasos, le ofrecí uno a ella y brindamos
- Para que podamos disfrutar de las cosas que nos gustan.
- Salud
- Salud
Oscar volvió con las manos vacías y su esposa le dijo que no importaba. Salimos de la piscina y Julieta se quedó a tomar el sol mientras Oscar y yo volvíamos al salón para revisar cosas del trabajo.
Sus avances eran impresionantes, no había duda de que era un tipo muy preparado y de que se había esforzado en la presentación. Él es ambicioso y su meta ahora era ocupar la gerencia. Un consejo por aquí, otro por allá. Básicamente lo mismo que había hecho ayer con su “adversaria”. Me tomé el tiempo de revisar todos sus documentos y cuando menos pensamos eran ya las seis de la tarde.
Terminamos el trabajo y Oscar fue a su habitación a darse un duchazo, yo debería haber hecho lo mismo pero me había comprometido con su esposa a hacer un tour así que fue a buscarla. Seguía junto a la piscina.
- Te enseño la casa?
- Y Oscar?
- Se está bañando
Sonrió y se fue conmigo, la llevé directamente al jucizzi y le dije
- Quieres probarlo?
Asintió
Abrí el grifo. La miré a los ojos y lentamente me fui quitando la ropa hasta quedar desnudo. Esa mujer de verdad que parecía hipnotizada por mi verga, no podía dejar de mirarla ni un segundo.
- No te vas a cambiar? -dije para sacarla de su letargo
Respondió instintivamente, sus tetas quedaron al aire y, gracias a que eran operadas, no perdieron firmeza con la caída del sostén. Se quitó las bragas y un bulto de pelo se adivinaba en su zona baja
- Disculpa los pelos, no estaba preparada. Normalmente nadie me ve sin ropa
- Y tu esposo?
- Con él nunca hay acción
- Se puede saber por qué?
- Digamos que no me apetece comer cuando sé que voy a quedar con hambre
- Entiendo
- Entonces entenderás que lo que necesito es una pija de verdad
Dijo esto y se acercó, con una mano me tomó del pecho y con la otra me agarró la verga, la acariciaba, jugaba con ella, me hacía la paja, me tocaba los huevos. Era como si fuera la primera que veía una en su vida y estuviera conociendo su textura. Yo mientras tanto le comía las tetas.
Se escuchó cerrar una puerta y ambos sabíamos lo que significaba. Oscar ya se había bañado y la acción para nosotros había terminado. Salí a mi habitación y me metí bajo la ducha.
Eran ya las siete y al día siguiente había que trabajar. El problema era que habíamos estado tomando toda la tarde y así como estábamos no podíamos conducir. Nos sentamos en el salón y llamamos al seguro para que nos enviaran a dos conductores elegidos que nos llevaran a nuestras casas.
- Le confirmo el servicio señor Luis. Los conductores llegaran en el lapso de 1:30 – dos horas
Había que esperar y preparé perritos calientes para la cena y mientras comíamos, Julieta casi me hace atragantar diciendo
- Está delicioso el perro. La salchicha me encanta y está gordota como me gusta
Queeeeeeé? Diciendo esto delante de su marido?
El muy cabrón de Oscar parecía ni haberse percatado de lo que había dicho su esposa. Mientras tanto. Julieta apoyaba su pie contra mi entrepierna debajo de la mesa. Madre mía la putita que estaba despertando.
La espera era larga y no había muchas actividades por hacer mientras tanto, mirábamos los celulares y el ambiente comenzaba a ponerse un tanto incómodo por lo que decidí destapar otra botella y poner música. Al fin y al cabo ya teníamos quien nos condujese.
Las cosas se animaron y la música ayudaba aunque era el típico top 100 de Deezer con sus canciones del momento. Julieta estaba cada vez más desinhibida y me comía con la mirada a tal punto que estaba ya nervioso.
- Bailamos esta amor? -dijo Julieta mientras sonaba un reggaeton
- Sabes que no me gusta bailar y menos esa música -respondió Oscar
- Y tu bailes Luis? -preguntó tentándome con la mirada
- Yo sí bailo, aunque con esta música me da un poco de vergüenza hacerlo
- Dale que esta canción me gusta mucho -y me tomó de la mano
Bailamos lo que quedó de canción y yo me alejaba como podía del cuerpo de Julieta que me lo acercaba cada vez más mientras Oscar nos miraba, disimuladamente pero lo hacía.
La siguiente canción en sonar era una bachata. Julieta me agarró de la espalda y yo tomé la suya, nuestros cuerpos ahora sí se habían juntado y nuestros muslos se tocaban los unos con los otros mientras iban de un lado para el otro al ritmo de la música. Se sentía increíble el tacto de su cintura y el apoyarle la verga casi contra el abdomen. Mi zona baja iba ganando volumen y cada segundo sentía que era más fuerte la fricción en nuestros cuerpos.
Oscar se entretuvo en el celular y Julieta dio media vuelta en medio del baile. Ahora me meneaba el culo sobre el pantalón al ritmo de Prince Royce y se sentía muy morboso hacerlo estando su marido a pocos metros. La tomé de la cintura y acerqué la boca su nuca, le besé el cuello y respondió alejándose un poco para dejar espacio y poder agarrarme la verga con la mano. Oscar seguía concentrado en el teléfono y aproveché para meter la mano entre el escote de su esposa y pellizcarle las tetas. Tuve que cerrarle la boca con la otra mano porque la muy puta empezó a gemir.
Se terminó la canción y pensé que lo mejor era sentarme antes de que Oscar pudiera sospechar. Julieta anunció que iba para el baño y yo me quedé hablando quien sabe que bobada con Oscar hasta que Julieta regresó sigilosamente y sin hacer ruido se paró detrás de su esposo y se sacó las tetas, se las tocaba, se las pellizcaba, las apretaba y ponía su mejor cara de puta mientras lo hacía de espaldas a su esposo y de frente a mi. Me estaba volviendo loco hasta que sonó el timbre del portón. Habían llegado los conductores. Hora de volver a casa.
Recogimos las cosas y nos despedimos antes de subirnos en los respectivos carros
- Hasta mañana Oscar, gracias por haber venido. Un placer tenerte por aquí -dije
- hasta mañana jef...Luis. Gracias por la invitación. La pasamos muy bien
- Hasta luego Julieta, encantado de haberte conocido
Apretón de mano con ella y dos besos en las mejillas
- Encantada estoy yo. Nos vemos mañana “jefe”. Sonsrisa de puta y cara de puta
Pa la casa.
Continuará….
Si te gustó el relato deja puntos para que destaque y otros amantes de los relatos lo encuentren fácilmente.
Abrí la ducha y el agua fría empezó a recorrer mi cuerpo. Necesitaba un golpe de regreso a la realidad y el agua fría parecía ser la mejor forma de lograrlo. Escatológico? No podía ser, era la primer que había hecho algo así en la vida y es que, a quién se le ocurría orinar en la cara a la posible futura gerente de la empresa? Ayyy pero que horror. Lo bueno es que no había sido algo forzado, para nada. La temperatura del ambiente en el jacuzzi había ido subiendo de a poco y no precisamente por el agua. Ya está, no es más, no hay que darle más vueltas al asunto. Fue algo que surgió en el momento, nos dejamos llevar y ya. Punto.
Salí de la ducha con la mente un tanto más despejada, me vestí de camiseta blanca y pantalón corto, dos gotitas de perfume y a la cocina.
Cuatro rebanadas de pan, dos de carne, cebolla, tomate, lechuga y tártara. La carne ya estaba llegando a su punto cuando finalmente apareció Zury en la cocina, un poco cabizbaja, sin hablar fuerte y luciendo todavía aquel vestido de baño que llevaba todo el día invitándome a arrancarlo.
- Te ayudo en algo?
- Tranqui, son solo hamburguesas y pronto van a estar, si quieres ve sirviendo las bebidas
No me preguntó qué quería para tomar, fue a la nevera por una lata de Smirnoff y lo que quedaba de la de whiskey, hizo una especie de cóctel para ambos y nos sentamos a comer hamburguesas en la barra de la cocina.
- Necesitaba algo fuerte -dijo -y creo que tu también
- Por cierto, mi vestido sigue sucio y no tengo más que este vestido de baño que llevo puesto y está mojado. Puedo usar tu lavadora?
- Claro que sí, está en la parte trasera de la casa
Terminamos la cena que por cierto estaba de diez. La clave de una hamburguesa está en una buena carne. Zury fue a su habitación por el vestido y la vi salir de la casa supongo que hacia el patio de ropas. Yo me quedé lavando los platos y preparando más cóctel para ambos. Lo necesitábamos.
Estaba ya en el salón con la tele encendida, canaleando y sin saber qué más hacer mientras llegaba Zury. Definitivamente lo más cómodo sería que se fuera ahora mismo y no hablar del tema, pero ahora tenía que esperar por lo menos a que terminara el ciclo de lavado y secado.
Seguía pasando canales sin encontrar nada porque nada estaba buscando, simplemente presionaba el botón cuando se apareció Zury. Totalmente desnuda!!!! desfilando ese hermoso cuerpo y ese rico culo. Pero esta de qué iba?
- Disculpa por estar así, solo que no quería agarrar neumonía por andar con ropa mojada tanto tiempo y metí todo a la lavadora
No me lo podía creer que fuera tan...liberal. Me esforcé por no prestarle atención y parecer que la situación era lo más normal del mundo
- Vemos una peli mientras sale la ropa? -propuse
- Vale, pero mejor en la cama porque en cualquier momento caigo dormida
Continué con mi labor de normalizar la situación, fuimos caminando hacia mi habitación como lo harían cualquier otras dos personas normales y profesionales que se disponen a ver una película. Cuál película?. Buena pregunta. Podría ser una con algunas escenas sexuales para calentar el asunto pero era algo que definitivamente quería evitar, al menos por hoy. Harry Potter? No estaba muy seguro. Zury había dicho que estaba cansada así que lo mejor era poner cualquier mierda de Marvel que eso duerme a cualquiera.
Nos acomodamos en la cama respetando el distanciamiento social, hacía calor así que las mantas no fueron necesarias, y como era de esperarse, a los 20 minutos estaba Zury, desnuda, en mi cama, en cucharita dejando ese pedazo de culo mirando hacia mi mientras dormía. Que pedazo de mujer dios mío.
Por supuesto que yo no era capaz de dormir. Quién podía hacerlo?
Un monstruo morado se mostraba en el televisor, parecía querer salirse de la pantalla para rescatar a la princesa inconsciente que yacía en el lecho y estaba a punto de ser alcanzada por un martillo de hierro. Reaccioné. No sé en quée momento pero de repente ya estaba desnudo yo también con la pija a tres centimetros del culo de Zury. Por qué? No sé. Tal vez sí era operado como yo creía y el implante era un imán que ejercía una fuerza incontrolable sobre mi martillo.
Respiré profundo, conté hasta sesenta y tres y la pantalla del tele se apagó, curiosamente todo en la casa se apagó por completo. Hasta mi cuerpo.
El viernes antes de salir de casa ya me presentía que este fin de semana sería más agitado de lo normal y al día siguiente vaya si habían pasado un montón de cosas. Estaba exhausto y me dejé llevar por las fantasías de mi mente dormida.
La escena del jacuzzi se repetía, estaba nuevamente con Zury en el jacuzzi pero esta vez ambos estábamos desnudos, discutiendo algunas cifras de la empresa
- Ya te dije que la proyección en facturación para este año es de 56 millones -decía yo
- Son 62- respondía Zury
Acordamos resolver nuestra discusión con una apuesta que se resolvería llamando al contador. Efectivamente eran 56 y Zury cumplía su parte. Se acomodó en el centro del jacuzzi, tomó aire y metió su cabeza bajo el agua. Yo tomaba sus piernas, me ponía de pie agarrando sus tobillos con las manos y ahí estaba el resultado de la apuesta. Zury parada de manos en el jacuzzi, con la cabeza bajo el agua y las piernas bien abiertas sobre la superficie formando una especie de X. Yo de solo mirar como se le abría la concha me sentía a punto de alcanzar el orgasmo, el agua que cubría mi cuerpo se había vuelto espesa y succionaba de forma deliciosa. La pobre llevaba ya varios minutos bajo el agua y yo no hacía más que disfrutar la vista que me ofrecía su cuerpo y la succión que me hacía el agua espesa.
Otra vez se puso todo negro, abrí los ojos y estaba nuevamente en mi cama. La excitación causada por el sueño seguía estando presente, podía sentirla en la piel. No, no era un sueño, o bueno, lo era en parte. Zury estaba encima mío chupándome la verga con devoción, provocandome la misma sensación del agua en el sueño. Que ricoooooooo.
Debería seguir haciéndome el dormido? Despertarme y detenerla? Despertarme y cogérmela?
Seguí haciéndome el dormido y no tardé mucho en venirme en su boca. Dios mío. Que sensación. No podía verla con los ojos pero en mi cabeza se mostraba la escena en mil formas y todas en full HD. Estaba dentro de su boca cuando llegó la explosión y no se movió ni un centímetro, se tragó todo lo que tenía para ofrecerle y sentí también como daba un par de vueltas más por la zona en busca de evidencia para recoger hasta que terminó con un hermoso beso con lengua en el glande que asumí como el de las buenas noches.
Se acomodó nuevamente en la cama. Yo regresé a mi sueño aunque en esta vez no había imágenes ni sensaciones que lo acompañaban. La alarma sonó a las siete en punto y la otra mitad de la cama estaba vacía. Miré el celular y tenía un mensaje de Oscar diciendo que llegaría a la una de la tarde.
Tomé un pantalón, una camiseta y fui a la cocina por jugo de naranja, Zury no estaba por ningún lado y me alegró ver que su carro no estaba estacionado, por lo que pude tomarme el resto de la mañana para dormir otra media hora, arreglar la casa y preparar algo para desayunar.
Llegadas las 12 del medio día ya tenía todo listo para recibir a Oscar y a su familia, la casa estaba impecable y yo estaba presentable. Por supuesto que esta visita tendría que ser más profesional, o por lo menos, no sería como la de Zury, ya que si bien la esposa de Oscar parecía ser un bombón, pues iba a estar Oscar, entonces descartado.
Le escribí a Zury para preguntarle cómo estaba y comprobar que hubiera llegado bien a la casa
- Todo muy bien jefe, gracias por la invitación y la oportunidad para conocernos mejor. Salí temprano para poder llegar a casa y continuar con el trabajo. Nos vemos mañana en la oficina.
Mensaje serio, profesional y contundente. Mejor así.
Saqué una cerveza del refri y preparé el almuerzo. A la una en punto sonó el timbre del portón anunciando la llegada de Oscar y su esposa. Salí a recibirlos, estacionó el coche en el mismo lugar en el que horas antes lo tenía Zury. Un fuerte apretón de mano para él y dos besos en la mejilla para su esposa acompañados de un abrazo. Que tetotas se sentían.
- Mucho gusto, Luis
- Mucho gusto, Julieta
Curiosamente, Julieta la esposa de Oscar llevaba un vestido parecido al que traía Zury ayer, eso sí, con un escote más pronunciado aunque nada extravagante. Se le veía como la típica mujer de clase alta, súper buena y seria. Conmigo obviamente se iría a comportar muy cortésmente, pero algo me decía que tenía una actitud igual de sobrada a la que tenía su esposo con las personas “que no están a su mismo nivel”.
Los invité a pasar al salón y tomar asiento en el comedor, en el camino pude ver como ambos examinaban cada rincón de la casa por lo que les propuse hacer el tour. Aceptaron enseguida y podía ver cómo reparaban en todo.
El almuerzo se sirvió enseguida antes de que se enfriara. Estuvimos hablando de la casa y del buen gusto que tenía. Agradecí sus comentarios y me contaron un poco del proyecto que tenían para hacerse a una parecida.
La charla fue un poco aburrida. La casa, la decoración, el coche y todo tipo de chorradas materiales que, si bien a mi también me gustan y me parecen bonitas, no es algo de lo que quiera estar hablando nada más llegar y durante todo el almuerzo. Definitivamente eran muy materialistas, cosa que si bien no era muy de mi estilo, podía ser una ventaja para Oscar como gerente; pues alguien que solo piensa en dinero seguramente hará muy buenos negocios.
El postre era helado de chocolote, que por cierto estaba delicioso. Julieta no comió seguramente para cuidar su figura, después otra pequeña charla en la sala y el sol no hacía más que invitarnos a la piscina
- Un chapuzón? -propuse
Oscar y su esposa asintieron. Ellos habían tomado ya la habitación grande de invitados, vi que se fueron hacia allá, seguramente a cambiarse. Yo hice lo propio, me cambié rápidamente y me quedé en la sala a esperarlos con cerveza.
Diez minutos y nada que salían, la cerveza desde temprano comenzaba a sentirse y entré al baño del salón a orinar. Desde los doce años cuando un día me oriné el jean en una reunión familiar mientras hacía pipí, tomé la costumbre de bajarme los pantalones hasta las rodillas cada vez que entraba al baño. En esas estaba, descargando la cerveza, cuando siento que la puerta se abre.
Volteé por reflejo y era Julieta, con la mirada clavada en mi pija que seguía desprendiendo chrorro. No dije nada y seguí orinando. Ella tampoco cerró la puerta.
Salí y estaban ella y Oscar y ella en la sala. Bajamos a la piscina y madre mía el pedazo de mujer que es Julieta. Un cuerpo simplemente perfecto, incluso mejor que el de Zury. Se nota que es una mujer vanidosa, que cuida su cuerpo y lo que escapa de su alcance lo soluciona con el quirofano. Sea como fuere, el resultado era espectacular y no merecía menos que un diez.
Bronceada, tetas deliciosas, cintura bien marcada, abdomen plano y un culo feamente tapado por la parte baja de su bikini que no era tipo tanga. Lástima. Supongo que para no parecer más sugestiva de lo necesario o no molestar a su esposo.
Entramos a la piscina y la pasamos muy bien, un ambiente muy diferente al que sentía con Oscar todos los días en la oficina, hablando ahora sí de todo un poco mientras su esposa ganaba en confianza y se unía a la conversación. Todo iba perfecto hasta que se acabaron las cervezas.
Salí de la piscina a por más y apenas abandoné el agua, sentí como Julieta no paraba de mirarme, no a mi, sino al paquete que se me marcaba con la pantaloneta mojada. Seguí a la cocina y preparé cocteles en una jarra para no estar yendo tan seguido. Llevé los vasos y continuamos en lo nuestro
- Amor, puedes ir al carro por el bronceador que se quedó en la guantera?
Oscar salió de la piscina en busca de lo que le había pedido su esposa aunque a él no se le quedaron mirando. Cuando escapó de nuestro campo de visión, Julieta, en un todo muy amable me pidió
- Luis, podría ayudarme a desamarrar el nudo que del sostén en la nuca, se me enredó el cabello
Wow, me sorprendió pero caballerosamente me acomodé detrás de ella para colaborar. Unas bonitas pecas cubrían sus hombros y estaba tratando de desamarrar el nudo cuando sentí su culo pegado contra mi, di un paso hacia atrás para evitar contactos incómodos pero a los dos segundos ya tenía ese culo apoyado nuevamente. No podía ser casualidad.
Esta vez me quedé quieto y sentí como, cuidadosamente, Julieta movía el culo en busca de mayor contacto debajo del agua. No lo tenía parado pero sí sentía como mi entrepierna ganaba más y más volumen.
Terminé con el nudo y me recosté contra el borde de la piscina para que Oscar no nos viera tan cerca en su regreso
- Me encanta esta casa -dijo Julieta – es muy grande. En mi día a día siento que todo es muy pequeño, por eso cuando veo algo así de grande, no puedo ni apartar la mirada -dijo clavando los ojos más abajo de mi cintura y con una cara de puta que hasta ahora no le había visto
- Si tanto te gusta, ahora podemos dar una vuelta para que la vuelvas a ver -dije entrando en su juego.
Sonrió. Obviamente sabía que no estaba hablando de la casa
-Amor, en el carro no estaba el bronceador -dijo Oscar mientras volvía
-Revisa debajo del puesto del copiloto, creo que cayó bajo la silla. Oscar volvió a desaparecer.
-A mi también me encantan las cosas grandes -dije mirándole las tetas
Tomé dos vasos, le ofrecí uno a ella y brindamos
- Para que podamos disfrutar de las cosas que nos gustan.
- Salud
- Salud
Oscar volvió con las manos vacías y su esposa le dijo que no importaba. Salimos de la piscina y Julieta se quedó a tomar el sol mientras Oscar y yo volvíamos al salón para revisar cosas del trabajo.
Sus avances eran impresionantes, no había duda de que era un tipo muy preparado y de que se había esforzado en la presentación. Él es ambicioso y su meta ahora era ocupar la gerencia. Un consejo por aquí, otro por allá. Básicamente lo mismo que había hecho ayer con su “adversaria”. Me tomé el tiempo de revisar todos sus documentos y cuando menos pensamos eran ya las seis de la tarde.
Terminamos el trabajo y Oscar fue a su habitación a darse un duchazo, yo debería haber hecho lo mismo pero me había comprometido con su esposa a hacer un tour así que fue a buscarla. Seguía junto a la piscina.
- Te enseño la casa?
- Y Oscar?
- Se está bañando
Sonrió y se fue conmigo, la llevé directamente al jucizzi y le dije
- Quieres probarlo?
Asintió
Abrí el grifo. La miré a los ojos y lentamente me fui quitando la ropa hasta quedar desnudo. Esa mujer de verdad que parecía hipnotizada por mi verga, no podía dejar de mirarla ni un segundo.
- No te vas a cambiar? -dije para sacarla de su letargo
Respondió instintivamente, sus tetas quedaron al aire y, gracias a que eran operadas, no perdieron firmeza con la caída del sostén. Se quitó las bragas y un bulto de pelo se adivinaba en su zona baja
- Disculpa los pelos, no estaba preparada. Normalmente nadie me ve sin ropa
- Y tu esposo?
- Con él nunca hay acción
- Se puede saber por qué?
- Digamos que no me apetece comer cuando sé que voy a quedar con hambre
- Entiendo
- Entonces entenderás que lo que necesito es una pija de verdad
Dijo esto y se acercó, con una mano me tomó del pecho y con la otra me agarró la verga, la acariciaba, jugaba con ella, me hacía la paja, me tocaba los huevos. Era como si fuera la primera que veía una en su vida y estuviera conociendo su textura. Yo mientras tanto le comía las tetas.
Se escuchó cerrar una puerta y ambos sabíamos lo que significaba. Oscar ya se había bañado y la acción para nosotros había terminado. Salí a mi habitación y me metí bajo la ducha.
Eran ya las siete y al día siguiente había que trabajar. El problema era que habíamos estado tomando toda la tarde y así como estábamos no podíamos conducir. Nos sentamos en el salón y llamamos al seguro para que nos enviaran a dos conductores elegidos que nos llevaran a nuestras casas.
- Le confirmo el servicio señor Luis. Los conductores llegaran en el lapso de 1:30 – dos horas
Había que esperar y preparé perritos calientes para la cena y mientras comíamos, Julieta casi me hace atragantar diciendo
- Está delicioso el perro. La salchicha me encanta y está gordota como me gusta
Queeeeeeé? Diciendo esto delante de su marido?
El muy cabrón de Oscar parecía ni haberse percatado de lo que había dicho su esposa. Mientras tanto. Julieta apoyaba su pie contra mi entrepierna debajo de la mesa. Madre mía la putita que estaba despertando.
La espera era larga y no había muchas actividades por hacer mientras tanto, mirábamos los celulares y el ambiente comenzaba a ponerse un tanto incómodo por lo que decidí destapar otra botella y poner música. Al fin y al cabo ya teníamos quien nos condujese.
Las cosas se animaron y la música ayudaba aunque era el típico top 100 de Deezer con sus canciones del momento. Julieta estaba cada vez más desinhibida y me comía con la mirada a tal punto que estaba ya nervioso.
- Bailamos esta amor? -dijo Julieta mientras sonaba un reggaeton
- Sabes que no me gusta bailar y menos esa música -respondió Oscar
- Y tu bailes Luis? -preguntó tentándome con la mirada
- Yo sí bailo, aunque con esta música me da un poco de vergüenza hacerlo
- Dale que esta canción me gusta mucho -y me tomó de la mano
Bailamos lo que quedó de canción y yo me alejaba como podía del cuerpo de Julieta que me lo acercaba cada vez más mientras Oscar nos miraba, disimuladamente pero lo hacía.
La siguiente canción en sonar era una bachata. Julieta me agarró de la espalda y yo tomé la suya, nuestros cuerpos ahora sí se habían juntado y nuestros muslos se tocaban los unos con los otros mientras iban de un lado para el otro al ritmo de la música. Se sentía increíble el tacto de su cintura y el apoyarle la verga casi contra el abdomen. Mi zona baja iba ganando volumen y cada segundo sentía que era más fuerte la fricción en nuestros cuerpos.
Oscar se entretuvo en el celular y Julieta dio media vuelta en medio del baile. Ahora me meneaba el culo sobre el pantalón al ritmo de Prince Royce y se sentía muy morboso hacerlo estando su marido a pocos metros. La tomé de la cintura y acerqué la boca su nuca, le besé el cuello y respondió alejándose un poco para dejar espacio y poder agarrarme la verga con la mano. Oscar seguía concentrado en el teléfono y aproveché para meter la mano entre el escote de su esposa y pellizcarle las tetas. Tuve que cerrarle la boca con la otra mano porque la muy puta empezó a gemir.
Se terminó la canción y pensé que lo mejor era sentarme antes de que Oscar pudiera sospechar. Julieta anunció que iba para el baño y yo me quedé hablando quien sabe que bobada con Oscar hasta que Julieta regresó sigilosamente y sin hacer ruido se paró detrás de su esposo y se sacó las tetas, se las tocaba, se las pellizcaba, las apretaba y ponía su mejor cara de puta mientras lo hacía de espaldas a su esposo y de frente a mi. Me estaba volviendo loco hasta que sonó el timbre del portón. Habían llegado los conductores. Hora de volver a casa.
Recogimos las cosas y nos despedimos antes de subirnos en los respectivos carros
- Hasta mañana Oscar, gracias por haber venido. Un placer tenerte por aquí -dije
- hasta mañana jef...Luis. Gracias por la invitación. La pasamos muy bien
- Hasta luego Julieta, encantado de haberte conocido
Apretón de mano con ella y dos besos en las mejillas
- Encantada estoy yo. Nos vemos mañana “jefe”. Sonsrisa de puta y cara de puta
Pa la casa.
Continuará….
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2 comentarios - La empresa necesita gerente (II)