Siendo este mi primer post me presento, me llamo Jonathan, conocido por todos como John. Tengo 23 años, para nada estoy dotado de grandes virtudes físicas o mentales, más bien me considero un hombre normal.
El hecho ocurrió cuanto tenía 18 años, por aquel entonces mi novia Belén, compañera de la secundaria fue participe del suceso.
Ella y yo nos habíamos coincido cursando juntos , de la misma edad ambos, hace más de dos años manteníamos una ininterrumpida relación no formal, juntos perdimos la virginidad tiempo atrás. Sus padres tan conservadores y religiosos no le permitirían tener una pareja, por lo tanto lo nuestro permaneció en clandestinidad hasta pasado los 19 años.
Todo sucedió un sábado de noche, fría y lluviosa, por lo cual decidimos pasar en mi casa, más precisamente en mi cuarto ella y yo. Matando el tiempo entre caricias y besos (imagínense dos jóvenes amateur en la cama), eran las 2 am y decidimos pasar al palto principal, quitándole la poca ropa que le quedaba, me puse sobre ella, me coloqué el forro y empezamos a hacer el amor. Tomando las puertas en mi hombro, para luego dejar que ella tomara el mando arriba mío, solíamos ser muy novatos en la cama. La tomé por la cintura la di vuelta, para pasar a tomar el control, la puse de cuatro sobre la cama y la penetré en su húmeda y estrecha vagina.
Todo avanzaba de costumbre, en determinado momento siento una sensibilidad mayor, sentiría las paredes de su vagina abrirse y cerrarse, la aspereza al sacarla y volver a entrar, y la humedad y el calor emanante del interior de ella. Me pareció raro, pero deduje rápidamente que sería un efecto de usar un preservativo ultra fino, lo cual no me detuvo, acelerando mi movimiento sobre ella hasta acabar. La tomé de la cintura fuertemente, y la abracé quedando en esa posición por unos minutos.
Al momento de salir del interior de ella, noté un exceso de secreción, al principio ella pensaba que era simplemente flujo, pero al revisar encontré que el preservativo se había rajado, dejando expuesta casi en su totalidad la cabeza de mi pene.
La cara de satisfacción transformándose en horror, no me lo saco más de la mente. Ella no tomaba las pastillas anticonceptivas (del calendario), no quería que sus padres supieran que ella ya tenía relaciones, la deshonra que significaría eso para una familia tan conservadora sería una condena para ella.
Las primeras horas fueron de terror y desesperación, pero una vez enfriado el asunto, decidimos calmarnos, ella no estaba en su periodo "fértil", es más, estaba próximo a que le bajara. Confiados en esa teoría decidimos permanecer en silencio, pasaron las semana y para suerte y alivio de ambos no quedó embarazada.
Actualmente sigo con Bel, de vez en cuando nos acordamos de aquello, y simplemente nos reímos de lo sucedido. Ella a partir de los 19 empezó a cuidarse con pastillas y siempre hacemos el amor con forro. Aquella fue la primera y única vez que ella recibió una acabada adentro, y yo pude sentir lo que es hacerlo sin el plástico.
El hecho ocurrió cuanto tenía 18 años, por aquel entonces mi novia Belén, compañera de la secundaria fue participe del suceso.
Ella y yo nos habíamos coincido cursando juntos , de la misma edad ambos, hace más de dos años manteníamos una ininterrumpida relación no formal, juntos perdimos la virginidad tiempo atrás. Sus padres tan conservadores y religiosos no le permitirían tener una pareja, por lo tanto lo nuestro permaneció en clandestinidad hasta pasado los 19 años.
Todo sucedió un sábado de noche, fría y lluviosa, por lo cual decidimos pasar en mi casa, más precisamente en mi cuarto ella y yo. Matando el tiempo entre caricias y besos (imagínense dos jóvenes amateur en la cama), eran las 2 am y decidimos pasar al palto principal, quitándole la poca ropa que le quedaba, me puse sobre ella, me coloqué el forro y empezamos a hacer el amor. Tomando las puertas en mi hombro, para luego dejar que ella tomara el mando arriba mío, solíamos ser muy novatos en la cama. La tomé por la cintura la di vuelta, para pasar a tomar el control, la puse de cuatro sobre la cama y la penetré en su húmeda y estrecha vagina.
Todo avanzaba de costumbre, en determinado momento siento una sensibilidad mayor, sentiría las paredes de su vagina abrirse y cerrarse, la aspereza al sacarla y volver a entrar, y la humedad y el calor emanante del interior de ella. Me pareció raro, pero deduje rápidamente que sería un efecto de usar un preservativo ultra fino, lo cual no me detuvo, acelerando mi movimiento sobre ella hasta acabar. La tomé de la cintura fuertemente, y la abracé quedando en esa posición por unos minutos.
Al momento de salir del interior de ella, noté un exceso de secreción, al principio ella pensaba que era simplemente flujo, pero al revisar encontré que el preservativo se había rajado, dejando expuesta casi en su totalidad la cabeza de mi pene.
La cara de satisfacción transformándose en horror, no me lo saco más de la mente. Ella no tomaba las pastillas anticonceptivas (del calendario), no quería que sus padres supieran que ella ya tenía relaciones, la deshonra que significaría eso para una familia tan conservadora sería una condena para ella.
Las primeras horas fueron de terror y desesperación, pero una vez enfriado el asunto, decidimos calmarnos, ella no estaba en su periodo "fértil", es más, estaba próximo a que le bajara. Confiados en esa teoría decidimos permanecer en silencio, pasaron las semana y para suerte y alivio de ambos no quedó embarazada.
Actualmente sigo con Bel, de vez en cuando nos acordamos de aquello, y simplemente nos reímos de lo sucedido. Ella a partir de los 19 empezó a cuidarse con pastillas y siempre hacemos el amor con forro. Aquella fue la primera y única vez que ella recibió una acabada adentro, y yo pude sentir lo que es hacerlo sin el plástico.
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