La familia de la potra de 72 Estela es fuertona. La pelirroja ya sabemos, y su marido Ernesto, bien como el versito, ni hablar. Y como encima los dos le dan al poliamor y a lo que se mueve, est o pasó hace unas noches en la casa de Estela, en otra reunión anticuarentena de coronavirus.
Como a estos qué les importa el aislamiento con tal de poner y ser puestos, Estelita organizó cena de coloradas en su casa de Olivos. Pero no fueron tantas, unas pocas mujeres pero bien excitadas y elegantes a su lugar. Entre ellas Sol María, una yegua de 20 pelirroja teñida pero rubia terrible, hermosa hija de un matrimonio amigo de ellos. Ernesto, que se baja lo que venga, parece que no le alcanza con darle a su mujer que siempre acecha a otra. Y encima esta Sol fue espectacular de campera de cuero, pollera negra, medias negras, tacos altos y cartera de cuero, obvio muy maquillada y balanceando su silueta perfecta. La mina, aparte fina al carajo, lo saludó a Erne muy dulce y él más todavía, hasta con mimito en la pera pero tratando de disimular su locura. Y eso que había otras gauchas: Ana María y Liliana, Haydée, Carmen con su esposa Mónica toda de cuero terrible y Ana Mercedes. Sin embargo, Ernesto la tenía con Sol María. Aunque sentado al lado de Estela, el hombre quiso tenerla a Sol cerca y la sentó de su otro lado, ella aceptó y mientras comía un sandwich de miga de jamón, huevo y queso le charlaba muy bien. El perfume y maquillaje de la chica alocaron a Ernesto, para más impecable de saco sport, camisa y pantalón fino, zapatos y empapado de perfume fuerte, que degustaba bien los de miga bien cargados.
Todos ytodas disfrutaron nomás la buena picada de queso, fiambre, saladitos y sandwiches con bastante cerveza y luego postres varios. Estela le daba un sandwich a su marido, le hacía mimos, estaba preciosa de blazer y pollera crema, maquillada y con exquisito perfume y crema para las manos. Pero a Ernesto no se le movió ni un pelo de la pija por ella, sino por Sol, que encima también le daba sandwichito y demás. Él la toqueteaba, ella dejaba, se charlaban, todo delante de la anfitriona, unos locos. Tan calientes que en la primera de cambio se iban a ya sabés.
Y así fue. Porque claro, la cerveza y la calentura los pudieron. A ellos y a las mujeres, que empezaron a los mimos, baboseos, besos y caricias de toda clase y en todo lugar. Las coloradas se fueron de a dos a varios sectores de la casa, y Estela, bien borracha, se besuqueó con Ana María y Lily y fue cogida por ambas en una pieza, mientras Carmen le daba a Moni que gemía loca y Ana Mercedes se bajaba sin piedad a Haydée. Entonces Ernesto aprovechó, la agarró a Sol María, la llevó contra la heladera a pesar de que la rubia parecía no gustosa, la manoseó toda bien y tras aplastarla le pasó manos bien por cola, vagina y tetas. Sol gustó, Erne excitado y borrachera total la sujetó fuerte pero no fue a la cama: ahí mismo le bajó la pollera, le vio las ligas, se las desató y bajó las medias, le bajoneó la bombacha negra fina y con terrible pene grueso y largo la penetró a fondo, dándole duro atrás y adelante. Sol disfrutó, pidió loca acabada y el marido de Estela eyaculó semen a chorros en su cola. Pero no conforme, Ernesto quiso más, la llevó a la mujer a otra pieza, la volvió a manosear bien, Sol se sacó todo gauchísima, voló la bombacha, abrió sus piernas perfectas y Erne se le zambulló y se la puso fuerte por su vagina. Chocha, Sol gritó y gimió a rabiar con las idas y venidas de la pijota de Ernesto, que al fin eyaculó de nuevo tremendo semen en la vagina de Sol María, que acabó flujo y se lo dio a su hombre, que le chupó la vagina mojadita y ella a él su pene gruesazo. Y una más, porque al chupar, Sol se lo paró de nuevo, Ernesto se la mandó y dale traca traca hasta semenazo de nuevo a torrentes, que Sol agradeció chocha. Es así chicas, Ernesto es el que te tapó con esto. No sólo el culo, la concha, la mujer, la chica, lo que venga. Eso es violar la cuarentena.
Como a estos qué les importa el aislamiento con tal de poner y ser puestos, Estelita organizó cena de coloradas en su casa de Olivos. Pero no fueron tantas, unas pocas mujeres pero bien excitadas y elegantes a su lugar. Entre ellas Sol María, una yegua de 20 pelirroja teñida pero rubia terrible, hermosa hija de un matrimonio amigo de ellos. Ernesto, que se baja lo que venga, parece que no le alcanza con darle a su mujer que siempre acecha a otra. Y encima esta Sol fue espectacular de campera de cuero, pollera negra, medias negras, tacos altos y cartera de cuero, obvio muy maquillada y balanceando su silueta perfecta. La mina, aparte fina al carajo, lo saludó a Erne muy dulce y él más todavía, hasta con mimito en la pera pero tratando de disimular su locura. Y eso que había otras gauchas: Ana María y Liliana, Haydée, Carmen con su esposa Mónica toda de cuero terrible y Ana Mercedes. Sin embargo, Ernesto la tenía con Sol María. Aunque sentado al lado de Estela, el hombre quiso tenerla a Sol cerca y la sentó de su otro lado, ella aceptó y mientras comía un sandwich de miga de jamón, huevo y queso le charlaba muy bien. El perfume y maquillaje de la chica alocaron a Ernesto, para más impecable de saco sport, camisa y pantalón fino, zapatos y empapado de perfume fuerte, que degustaba bien los de miga bien cargados.
Todos ytodas disfrutaron nomás la buena picada de queso, fiambre, saladitos y sandwiches con bastante cerveza y luego postres varios. Estela le daba un sandwich a su marido, le hacía mimos, estaba preciosa de blazer y pollera crema, maquillada y con exquisito perfume y crema para las manos. Pero a Ernesto no se le movió ni un pelo de la pija por ella, sino por Sol, que encima también le daba sandwichito y demás. Él la toqueteaba, ella dejaba, se charlaban, todo delante de la anfitriona, unos locos. Tan calientes que en la primera de cambio se iban a ya sabés.
Y así fue. Porque claro, la cerveza y la calentura los pudieron. A ellos y a las mujeres, que empezaron a los mimos, baboseos, besos y caricias de toda clase y en todo lugar. Las coloradas se fueron de a dos a varios sectores de la casa, y Estela, bien borracha, se besuqueó con Ana María y Lily y fue cogida por ambas en una pieza, mientras Carmen le daba a Moni que gemía loca y Ana Mercedes se bajaba sin piedad a Haydée. Entonces Ernesto aprovechó, la agarró a Sol María, la llevó contra la heladera a pesar de que la rubia parecía no gustosa, la manoseó toda bien y tras aplastarla le pasó manos bien por cola, vagina y tetas. Sol gustó, Erne excitado y borrachera total la sujetó fuerte pero no fue a la cama: ahí mismo le bajó la pollera, le vio las ligas, se las desató y bajó las medias, le bajoneó la bombacha negra fina y con terrible pene grueso y largo la penetró a fondo, dándole duro atrás y adelante. Sol disfrutó, pidió loca acabada y el marido de Estela eyaculó semen a chorros en su cola. Pero no conforme, Ernesto quiso más, la llevó a la mujer a otra pieza, la volvió a manosear bien, Sol se sacó todo gauchísima, voló la bombacha, abrió sus piernas perfectas y Erne se le zambulló y se la puso fuerte por su vagina. Chocha, Sol gritó y gimió a rabiar con las idas y venidas de la pijota de Ernesto, que al fin eyaculó de nuevo tremendo semen en la vagina de Sol María, que acabó flujo y se lo dio a su hombre, que le chupó la vagina mojadita y ella a él su pene gruesazo. Y una más, porque al chupar, Sol se lo paró de nuevo, Ernesto se la mandó y dale traca traca hasta semenazo de nuevo a torrentes, que Sol agradeció chocha. Es así chicas, Ernesto es el que te tapó con esto. No sólo el culo, la concha, la mujer, la chica, lo que venga. Eso es violar la cuarentena.
1 comentarios - El marido de Estela cogió chica en reunión