Conocí a Alberto a través de un chat hot, el tenía 63 años, y estaba casado con Valeria, una colombiana de 50 años, el me comentó que tenía una fantasía recurrente entre muchos casados, ver a su mujer disfrutando con otro hombre y su idea era que el â??otro hombreâ?? sea yo. En principio parecía una gran idea, pero había un problema, ella era muy religiosa y según el no podía ni hablar del tema, porque cada vez que lo insinuaba ella se enojaba mucho, lo tomaba como un insulto, ni siquiera podía tocar el tema cuando tenían sexo. Analizando la situación junto a Alberto nos dimos cuenta que su fantasía de trio era prácticamente imposible, le expliqué que no puede obligarla y debe respetar su voluntad, por lo que no iba a ser posible, pero se me ocurrió un Plan B y le ofrecí a Alberto intentar conquistar a Valeria, el objetivo era claro, tenía que cogerme a Valeria, una tarea casi imposible, pero era más probable que aceptara estar con alguien a solas que en un trio con su marido mirando. A cambio le prometí a Alberto que en caso de que pudiera cogerla le iba a contar absolutamente todo, en qué posición la cogí, que me dijo, que llevaba puesto, todo, absolutamente todo. Pero claro, era una misión incierta, nada me garantizaba que tuviera éxito, de hecho, conociendo a Valeria a través de los comentarios de Alberto, diría que lo más probable es que dijera que no, pero con intentarlo no perdemos nada. Pensamos junto a Alberto cuál sería la mejor forma de encararla, que obviamente, debía hacerlo sin involucrar a Alberto. Después de mucho pensar el me comenta que ella trabajaba en una constructora y usualmente compra materiales en un corralón que queda cerca de mi trabajo, así que me dio su teléfono para que la llame inventando alguna excusa que se me ocurra. Sin pensarlo demasiado la llamé: - Hola. Le dije - ¿si? Quien habla, respondió ella con tonada colombiana - Mira, discúlpame, te va a parecer rarísimo, pero hace unos días estabas en un corralón de materiales comprando, y me llamó mucho la atención tu voz, tu tonada y al verte me encontré con una mujer hermosa, por favor no me cortes, no lo tomes a mal, solo quería decirte eso, nada más. - Ella asustada me pregunta: ¿Y cómo conseguiste mi teléfono? - Dejaste tu teléfono en el corralón, yo lo escuché y lo anoté, te pido disculpas, no suelo hacer esto, pero me llamó la atención tu voz y lo anoté. - Mira, no se quien sos, pero estoy casado y no me llames más. Luego, cortó. No me fue muy bien en la primer llamada pero no perdí las esperanzas, me sentí atraído por la historia, y empezó a calentarme la idea de una mujer que siempre había estado con un solo hombre, además Alberto me confesó que prácticamente no tenían sexo nunca, lo que me excitaba más porque me imagine que esa mujer madura posiblemente estaría muy caliente, aunque no quisiera reconocerlo. Seguí en contacto con ella a través de whattsapp, pero sus respuestas siempre eran las mismas: no puedo, no quiero, no, no, no y no. Reconozco que lo más lógico hubiera sido darlo por perdido pero no, lo tomé como una rutina, y seguí insistiendo durante un tiempo largo, le pedía vernos, le decía que me calentaba, que quería conocerla, le prometí que solo tomaríamos un café, insitía pero su respuesta siempre era â??noâ??. Aunque había algo que me llamaba la atención, y era que a pesar de su negativa ella siempre respondía, nunca me bloqueó, entonces empecé a entender que algo de todo este asunto le atraía, lo que me motivo a continuar. Después de muchísimos intentos un buen día le dije que quería verla, que no le iba a hacer nada, que solo quería conocerla, no veíamos y listo, cada uno se iba a su casa, ante mi sorpresa me dijo que sí, me dijo que tenía que ir a hacerle una verificación al auto, y podíamos encontrarnos a la salida. Nos encontramos a la salida de la verificación, ella estaba dentro del auto estacionado, me acerco, golpeo la ventilla y ella me abre, subí al auto, y me encontré con una mujer hermosa de unos 50 años, pelo castaño claro, muy bonita de cara, físico normal, no era súper delgada, tampoco muy gorda, normal, lolas de un tamaño mediano/grande, se la veía muy natural, ella estaba nerviosísima. Conversamos unos 20 minutos, ella comenzó a aflojarse, ya no se la veía tan nerviosa y por dentro me empezó a invadir muchas ganas de besarla, ella hablaba y por dentro lo único que quería era comerle la boca. No me pude aguantar, me abalancé sobre ella y la bese, pensé que me iba a rechazar, pero no, a ella le estaba gustando tanto o más que a mi, sentía su taticardia, estaba nerviosa pero caliente, nuestras lenguas se fundieron, en un momento dice: bueno, basta, no puedo y me separa, pero al instante se me tira encima y es ella quien me besa apasionadamente, estaba como desesperada, sentía sus seños apoyados sobre mi, estaba entregadísima, pase mi mano por sobre su camisa y comencé a acariciarle un pezón, enseguida se puso muy duro, baje la mano hasta su entrepierna, y a pesar de que llevaba un jean pude sentir la humedad de su vagina, estuvimos franeleando un buen rato, hasta que en un momento su celular sonó, era su marido, o sea, Alberto, mi cómplice. En ese momento ella se sintió tremendamente culpable, me pidió que bajara del auto y se fue. Ese día todo cambió, era como si la hubiera infectado con el virus del deseo, tenía una lucha interna entre la culpa y el deseo, pero algo se había despertado en ella y nada iba a poder pararlo. Me llevó un tiempo más convencerla de encontrarnos, tenía miedo, dudas, culpa, le costaba de el paso final, pero podía percibir las ganas que tenía, le dije que no se preocupara por nada, que yo la iba a cuidar. Ella me dijo que hacía mucho que no tenía sexo, que era muy tradicional, que no sabía como hacer. A lo que le respondí que lo único que necesitaba de ella es que confíe en mi, que vaya y yo me iba a encargar de todo, ella no tenía que hacer nada, solo dejarse llevar. Eso le encantó y le dio la confianza necesaria para aceptar la cita. La pase a buscar con mi auto, estaba hermosa, llevaba un vestido blanco escotado, tenía unos pechos divinos, estaba muy nerviosa, asi que día algunas vueltas para charlar y que se relaje un poco, cuando ya estaba más tranquila fuimos a un telo, pedí habitación, estacioné y entramos. Ni bien entré la abracé y besé, ella estaba tremendamente caliente, se derretía de placer, la apoyo contra la pared sin dejar de besarla, mi pija estaba muy dura y podía sentir como ella hacía presión con su vagina hacia mi pija, la dí vuelta, comencé a besarle el cuello mientras presionaba con mi pija sobre su cola, la volví a dar vuelta, le bajé un bretel del vestido y dejé una teta al aire, eran hermosas, grandes y naturales, con pezones chiquitos y duros, comencé a lamerlos, mientras que baje mi mano hasta su vagina, estaba empapada, paso mi dedo pulgar por su raya y podía sentir como se habría invitándome a pasar. La desvestí y la costé en la cama, me quite la ropa y quedamos los dos desnudos, besé cada centímetro de su cuerpo, me deslizó hacía abajo con la idea de lamerle la vagina, ella abre las piernas y suspira de placer, me preguntó que le iba a hacer y le respondí que le iba a dar mucho placer, puse sus piernas al hombro y me zambullí en su entrepierna, comencé a lamerle suavemente su vagina, ella comenzó a gritar y llorar, temblaba, nunca ví a una mujer así, era puro placer, su vagina era deliciosa, húmeda, mojada, empapada, muy carnosa, sacaba la lengua la lamía desde la cola hasta su vagina, para luego detenerme en su clítoris y jugaba con el mientras ella tenía convulsiones de placer, comenzó a temblar y a acabar, podía sentir sus jugos, esa mujer reprimida, por fín estaba teniendo un orgasmo. Seguí besándola y franeleándola un buen rato, ella seguía muy caliente, le dije al oído que ahora me iba a chupar la pija, la tome de la mano y la arrodille en el piso, me paré y se la enterré en la boca, ella abrió la boca con torpeza, luego me confesaría que era la primer pija que chupaba y debo reconocer que por ser una principiante lo hizo bastante bien, comencé a cogerle la boca, por momento presionaba la pija contra su garganta hasta que le provocaba pequeñas arcadas, su saliva me lubricaba la pija, y ella estaba prendida a la pija como un ternero a la teta de su madre, estaba como loca, chupaba y chupaba sin parar ni para respirar, gritaba de placer, al punto que tuve que parar porque sino le llenaba la boca de leche. La puse en cuatro sobre la cama, ella solita abrió las piernas y me pidió que la coja fuerte, dicho y hecho, escuchar eso me motivó, y la clavé de una vez hasta el fondo, ella se arqueó al sentir mi verga entrar hasta sus entrañas, la tomé de la cintura muy fuerte y comencé a cogerla salvajemente, su vagina estaba tremendamente mojada, sentía chorear sus jugos, era un enchastre, mi pija entraba y salía con facilidad, la cogí como un toro, ella gritaba como loca, asi que la tomé del pelo y entré a darle realmente fuerte, en un momento le tapé la boca porque gritaba demasiado y seguí cogiéndola, creo que acabó como una o dos veces, la saqué, la acomodé en posición misionero y seguí dándole, me calentaba ver a esa mujer madura completamente entregada, podía ver como gritaba de placer, como su cuerpo se movía, sus tetas íban y venían mientras la cogía frenéticamente, sacó mi pija, me siento arriba de ella y literalmente la baño en leche, le llené las tetas y la cara, ella se lamía a los costados de la boca y seguía gimiendo. Luego de algunos minutos de recuperación, la invité a bañarnos juntos, comencé a enjabonarla, sentir es cuerpo maduro y natural enjabonado, lubricado y entregado para mi comenzó a ponerme la pija dura de vuelta, asi que la día vuelta, le hice apoyar las manos contra la pared, abrí un poco sus piernas y volví a clavarle mi verga dura, comencé a cogerla bajo la ducha, la tomé del pelo, la acerqué hacia mi y comencé a decirle guarangadas al oído mientras seguí cogiéndola salvajemente. Luego de un rato en la ducha, salimos, nos secamos como pudimos, la puse en cuatro como a una perra y seguí dándole, podía ver como su cola se movía con mis embestidas y me vinieron muchas ganas de hacerle la cola, me puse un forro, lo lubriqué y se la apoyé en la cola, me dijo que no, mejor no, pero no sacaba la cola, al contrario, hacía presión para que se la ponga, asi que hice un poco de presión, me dijo un noooooo, pero ya era tarde, la tenía a dentro y ya no podía parar, le daba duro en la cola, después la sacaba y se la ponía en la concha y así estuve un rato, hasta que cuando estaba por acabar, la arrodille, le pedí que saque la lengua, ella abrió la boca bien grande y se la llené de leche, por propia voluntad me limpió la pija con su boca hasta dejarla reluciente. Espero les haya gustado.
1 comentarios - Entregada pero dificil fue convencerla...