Y llegó por fin el 2 capítulo de esta nueva temporada, Tomás y Tamara no contentos con volver a su pasatiempo habitual, empiezan a mover las piezas de su ajedrez perverso y a lo Garry Kasparov intentan alterar la paz del hogar. No voy a anticipar más.
Ya saben que uso imágenes de la instagramer Bee_farmer como ejemplo de la protagonista Tammy, pero pueden imaginarse las cosas como ustedes quieran.
¡Ahora a lo bueno, espero que lo disfruten!
Aplausos de nuestros padres
Eran como la cinco de la mañana cuando noto que Tammy me sacude y la luz del velador es encendida. Obviamente, me había quedado a dormir en su cama para amenizar el invierno y pensé que me despertaba porque alguien venía, alarmándome. Si entraba uno de nuestros viejos por cualquier motivo, nos hubiera encontrado juntitos haciendo cucharita.
- Escucha.- Me dijo al oído.- Están aplaudiendo a lo loco.
Sin entender del todo lo que me decía, casi dudando de haber despertado o no, escuché con claridad el sonido que venía de la habitación de nuestros padres, contigua a la de mi hermana.
Plaf, plaf, plaf, plaf, plaf… era leve, pero ahí estaba, la inconfundible señal de que mi viejo tenía un mañanero antes de irse al trabajo.
- Interesante.- Me volvió a susurrar.- Últimamente pasa seguido, cuando antes no se tocaban ni con un palo de golf.
- Bueno, mejor, por esas cosas están de buen humor casi siempre, papa debe de querer irse a trabajar relajado. – Dije aguzando el oído. Mi hermana parecía haberse despertado con toda la perversión de golpe, y sin darme tiempo a reaccionar, se me sentó arriba.
- ¿Qué te parece si los imitamos? – Me dijo, esta vez, en un tono de voz peligrosamente alto. No podía entender del todo como a veces era sumamente cuidadosa con nuestros “juegos” y en otras, se dejaba llevar por el desenfreno y me pedía coger en el silencio de la noche dónde todos podían oírnos, o peor, sorprendernos encamados.
- La cama cruje, están despiertos y no se supone que sepan que estoy…- Noté que se había sacado la bombacha y me frotaba su gran y ardiente vagina contra mi rabo.-…acá.
Hacía mucho que no me cogía a mi hermana. La última vez había sido en presencia de nuestro tío Nacho y su novia, cuando nos hicieron asustar cagándonos a pedos porque me había corrido copiosamente dentro de ella. La última vez había sido en la cúspide de nuestra perversión, y no creí que ocurriría un reencuentro de nuestros sexos tan rápido, a penas habíamos comenzado nuestros juegos, de todas formas, era innegable que saber que mamá y papá lo hacían a pocos metros, encendía una nueva mecha en su bomba interior.
Sin pensarlo más, paré mi pija semidura con la mano y ella se sentó, envolviéndola con su jugosa carnosidad tan suave y perfecta como una chupada con la boca. Perdí total visión de mi pene entre su carne, mi cadera sintió la presión de su peso. Tammy me la batió haciendo círculos con su cuerpo, como para moverme la palanca en todas direcciones y despertarla de un letargo. Sin dudas le iba a salir un combo.
Fue una imprudencia inevitable. Una vez que mi pene reposo llenándole la vagina, no había manera de sacarla, de dar marcha atrás, era peor que un abotonamiento canino, una vez adentro ni la policía me la iba a sacar. Se sentía tan bien, tan cálido, y estaba tan mal a la vez. Nos excitaba como nunca. Era como si ambas piezas se pertenecieran entre sí.
- ¿Te gusta pensar en papa cogiendo?- Le tiré munición pesada mientras sentía mi pija parándose en su interior, abriéndose camino como un minero (el casquito minero lo tenía, y su cuevita parecía haberse estrechado)
Tamara se inclinó sobre mí hundiéndome en el colchón.
- Bastante, me gusta sentarme a upa y sentir como se le agarrota la pija.- Me excitó en sobremanera ese comentario más incestuoso de lo normal.- ¿Y vos? ¿Pensas en mama con esas calzas apretadas? Vi como te gusta verla cuando hace yoga.
- Si, algo.- Mentí. En realidad estaba muy concentrado en el placentero abrazo de su vagina contra mi pene, sin otro pensamiento pasando el embudo de mi mente, no obstante, podía excitarme con esa charla.- Me gustaría verla sin la calza al menos ¿Vos qué harías con papa? ¿Hasta dónde llegarías?
Tammy comenzó a levantar y dejar caer el culo con suavidad, sin liberarme la chota, conociendo a la perfección cuánto alejarse de mi pene para no desenfundarlo, no se había olvidado de mi longitud para nada. Al menos estaba teniendo cuidado de no hacer mucho ruido, cosa que mis viejos no hacía. Se pensaban que por trasnochar mirando series o jugando videojuegos estaríamos durmiendo como troncos a esa hora. Los aplausos continuaban, daba la sensación de que cogíamos con público.
- Mmm a mi me gustarían muchas cosas, no sé, que me toque toda, tocarlo yo, verle la pija que me creó, unos apretones.- Me confesó sin dejar de bambolear el culo como un martillo.
- ¿Se la chuparías?- Le pregunté al oído.- ¿Le chuparías la pija a papa?
- Si, pero solo si estas vos viendo, me gustaría que me veas coger con papa y yo a vos con mamá.- Me confesó haciéndome delirar. Si quedaba alguna estantería de pie en mi cabeza ese diálogo la derribó.- ¿Estoy mal por pensar eso?
- Que mal que te pegó la cuarentena.- Observé apretujándole la cadera con las manos. Me parece que había un par de kilitos más en cada lado desde que estábamos encerrados y me encantaba su carnosidad. Por poco cometo el error de darle un manotazo en las carnes, casi provocando un sonido delator. Me hubiera gustado estar a solas para darle de nalgadas en esa cola grande y hermosa, para apretar sus carnes, hacer bambolear esas tetas libres como bombuchas llenas…
- ¿Querés volver a tomarte mi lechita? Cuenta como desayuno.- Le dije, de paso, evitando el temido riesgo de un embarazo anticipado.
Tammy asintió con énfasis, apenas visible con la luz de un velador. Esta vez, con ella arriba pajeándome a máxima potencia, en lugar de dejar caer todo sobre ella como la noche anterior, esta vez me hizo largar los fuegos artificiales hacia arriba aterrizando estos en su pelo, su nariz y su rostro, incluso las sábanas, ensuciando todo. Por ser una carga mañanera era bastante líquida y traslúcida. A mi hermana nunca le importo la consistencia, espesa o líquida, cuajada u homogénea, todo iba a parar a su boca con paciencia, quedando con los dedos blancuzcos y pegajosos hasta que limpió sus comisuras con la lengua y chupó cada dedo como quien termina una bolsa de snaks en un atracón.
- Ya no se escucha nada, creo que papa se fue a trabajar.- Me dijo acostándose a mi lado, con la boca oliendo a mi descarga. Tammy me volvió a abrazar y cubrió nuestros cuerpos con la manta para retomar el sueño aunque sea unas horitas más.
- Todo eso que me dijiste… ¿Posta que lo harías? - Pregunté para cerciorarme de que no había sido una mera charla caliente.
- Espero que no te me pongas celoso, hermanito.- Expresó estirándose para apagar el velador.- Últimamente me estuve cultivando con muchas historias y expandí mis horizontes ¿Vos no?
- Bueno, no estuviste muy lejos la última vez que lo hicimos, entre papá y el tío hay un paso nomás.
- Sí, no hay mucha diferencia en teoría, en teoría… de solo pensarlo, lo siento como en las películas de robos, cuando atracan el museo más protegido, con mayor seguridad y roban la joya más grande. Hacerlo con nuestros viejos sería como el último golpe, el golpe legendario. Después de eso no hay más nada, es lo más zarpado posible.
- Mierda, a vos sí que te re va el incesto.- Admití sorprendido, ahogando una risa.- Sos peor que el fundador de Shelbyville, el de los Simpson.
- No me tires toda la perversión a mí, Edipo.- Me retó apretando el contenido de mi calzoncillo, yo apretujé sus pechos iniciando un jugueteo silencioso que siguió con besos, caricias, y unas horitas más de sueño. Nos besamos entre toqueteo hasta que volvimos a la cucharita y cerramos los ojos como dos angelitos.
Nos despertó nuestra madre, que sin darnos tiempo a nada, abrió la puerta y prendió la luz.
- Tamara, levantate así me vas a comprar unas… ¿Qué haces acá Tomás?- Preguntó sorprendida. Estaba en bata de dormir color turquesa y levantó una ceja de incredulidad al pescarme con las manos en la masa, haciendo cucharita con mi hermana.
- Ma, no es lo que pensas, yo…- Me puse nervioso. Lo que temíamos había ocurrido: nos pescaron.- Es que…
- Anoche miramos Netflix y se quedó porque hacía frío, era tarde y estábamos calentitos, ahí bajo, má.
- Mmm no me gusta que estén durmiendo juntos como degenerados, encima haciendo cucharita ¿Tenes la mano debajo de la remera?- Se dio cuenta.
- No pasa nada, má, no jodas.- La reprimió Tammy, que se le plantaba a cualquiera en cualquier situación, incluso una tan incómoda y reveladora como esa.- Cerra la puerta que me cambio y bajo. No tengo bombacha.
- No te hagas la viva, pendeja, y no me gusta que duerma juntos como dos Lannister.
- Entendía la referencia.- Dije haciendo reír a mi hermana y enojando aún más a mi madre.
Mama puso cara de desconfiada y cerró la puerta, yo aproveche a descargar la tensión apretujando a mi hermana y besándola en el cuello mientras ella se reía.
- Eso estuvo cerca, encima cuando me pongo nervioso se me para.- Le susurré antes de que se levantara y buscara la bombacha que quedó tirada por ahí.
- Si hubiera sido verano nos hubiera encontrado destapados y en bolas.- Expresó vistiéndose- ¿Ves a lo que me refiero no?
- No pasó nada grave, no exageres, hasta parecía divertida más que otra cosa.
- De todas formas yo me voy a comprar, y a esta hora de la mañana hay como hora y media de cola, vas a tener que descubrir vos si está de buen humor o no, yo me las tomo.
En efecto, tras mirar que no hubiera moros en la costa, fui a mi habitación a vestirme y presentarme en el hogar. Se sentía como pasar de un mundo a otro, de un mundo donde vivía en pecado cogiendo con mi propia sangre y otro contiguo donde debía ocultar todos los impulsos, reprimir mis deseos obscenos para volver a ser el hijo ejemplar que creían que era.
- Ahí te hice el desayuno, aunque no te lo mereces.- Me dijo mi madre mientras le daba los últimos sorbos a un té de tilo.- No me gustan secretos en mi propia casa y menos que se me rían en la cara.
Con los testículos en la garganta, aparenté tranquilidad mordiendo la tostada con mermelada y batía el café con leche. Era difícil por dos razones: No se me daba bien mentir como a Tamara y mi madre tenía puesto el mismo camisón turquesa, holgado, que con los brazos cruzados revelaba sus portentosas ubres juntitas y apetecibles en su pecho. Me miraba expectante apoyada en la cocina como un ave de presa a punto de descender por un cordero indefenso. El carácter fuerte estaba en las mujeres de la casa, no en mí o papa.
- Tammy no te mintió, nos quedamos viendo anime y como era tarde y tenía frío me di vuelta y me dormí.
- No te encontré de espaldas a tu hermana.- Observó acertada.- Y empiezo a sospechar, mejor dicho, notar, que están muy pegados el uno con el otro, y esto viene de antes de su viaje “express” a Mar del Plata.
- ¿Qué insinuás mama? Vamos, no seas mal pensada, nos llevamos bien, es todo.- Mentí, y de milagro no me salió la voz aflautada o se me quebró la voz, eso sí, me temblaban los pies como si los tuviera en agua helada.
- Quizás sea yo, sí, debo ser yo que no estoy bien de la cabeza últimamente.- Cedió al fin, dejando la taza en el fregadero, yo la imité (me había tomado el café con leche cas de un tirón)
- Perdón, ma, no quise perturbarte ni nada, no vuelvo a dormir con Tammy si eso te tranquiliza.- Dije tomando la iniciativa de lavar todo. En algo si era bueno y no tanto mi hermana: en ser el ángel de la casa.
- Mi cielo, está bien, no es grave, soy yo la que no está acostumbrada a eso.- Me dijo abrazándome y apretujándome con el cuerpo. Yo, por obvias razones, a diferencia de otras veces, no opuse resistencia, me pegué a ella, sentí el calor de su cuerpo, la suavidad de sus senos, incluso su perfume.- Antes se llevaban tan mal, me hicieron envejecer como diez años. Me acuerdo cuando te puso un juguete en la mochila en el Coto para que “te llevaran preso”. Me quería morir. Tu papa le dejo la cola roja de nalgadas.
- Bueno, esa era la idea de hoy, te estamos haciendo rejuvenecer después de tantos años que te robamos.- Le dije devolviéndole un medio abrazo en el que mi mano promiscua bajó pegada a ella y se quedó en su cadera.- Y está funcionando, estás diez años más joven.
- Que raro que estés tan cariñosito con tu mama.- Mencionó medio susurrando, notando que no retrocedía a su contacto y mi mano estaba sobre ella. Parecía que estaba actuando en una producción del Niño Polla: yo, el flacucho marcado, milf en bata, pegados en un abrazo, sus jugosas tetas contra mi cuerpo y el diálogo dulce. Teníamos todos los ingredientes, aunque era poco probable que la producción se llevara a cabo.
- Me gusta el cambio, siempre fuiste un arisco.- Admitió tocándome la nariz y yéndose a cambiar.
Como tantas otras veces, una idea en mi cabeza había surgido al verme a mí mismo como una suerte de JENP de la Salada (mercado argentino de artículos piratas, de segunda, económicos) quizás podía hacer una aproximación que sorprendería a mi hermana por mi osadía y solo requería un pedido común. Si estuviera en un anime como los que miraba mi hermana, el fondo detrás de mí se hubiera ensombrecido y mi flequillo dibujaría una sombra oscura en mi rostro.
TENP: Tomás el niño polla
Fue en esa misma tarde, a la hora de la siesta, que puede llevar a cabo mi idea, esta vez, contra todo pronóstico, involucrando a mi madre. Madre que nunca nombre en toda la historia. No pensé que tendría un momento estelar ni nada parecido, además de que proteger mi identidad y la de mi familia siempre fue prioridad, pensé que ya era suficiente peligro revelar mi nombre y el de mi hermana, no obstante, la llamaré por su segundo nombre, poco usado, por cierto: Sandra.
Mi hermana estaba en su pieza, probablemente dibujando (no todo lo que hacía en su vida era porno) mi viejo en el trabajo, al menos 3 horas más, por lo que el living era habitado solo por Sandra y yo, que a la hora de la siesta solía estudiar. Ese día decidí tomar mi cámara y familiarizarme con ella. Como dije, aunque no arranqué la carrera de filmación por el coronavirus, sí me leía los manuales y toda la teoría que tenía a mano. Había propuesto arrancar en la Universidad del Cine en San Telmo conociendo mi cámara a la perfección, y porque no, otros modelos. Como se dice en Argentina, “le metía mano” tranquilo mientras mi madre, frente a mí, prendía sahumerios.
- ¿Estudiando?- Me preguntó mientras se agachaba para encenderlos, y como ella no me miró, pude ver como sus tetas colgaban generosas en una remera musculosa ajustada. – Voy a poner un dvd bajito, si no te molesta.
- Para nada, estudio igual.- Mencioné mientras mi madre se acomodaba en la colchoneta en la clásica pose de meditación con las que solía arrancar su sesión de yoga antes de darle play. Estaba con los ratones a full, ahora sentía lo que le debía de pasar a Tamara cuando no habíamos arrancado con esto. Tantas pajas dedicadas a milfs, tantos videos de “stepmothers and son” y cosas así me habían llevado a ese punto de planear en filmar a mi propia madre.
“Hoy el más pervertido soy yo, hermanita, te va a costar superarme” pensé, aunque en lo que más pensaba era en excitarla a más no poder para tenerla con la libido a mil las 24 horas como estaba yo.
Los primeros minutos fueron un embole, peor que la liga de fútbol francesa por lo que me concentré en aprender y dominar ciertas funciones de mi cámara mientras mi vieja simplemente estaba sentada en posición de loto: piernas cruzadas, pies sobre el muslo y manos apoyadas con el revés en las rodillas. Aproveché el silencio para reunir valor, y una vez que mi mama finalizó la meditación, le hice mi propuesta bastante jugada.
- Ma ¿te puedo joder en algo? – Inicié esperando lo mejor.
- ¿Qué pasa Tomy?- Me preguntó algo molesta, en un resoplido mientras adoptaba una posición de “el árbol” que era bastante simple, de pie en una sola pierna, un pie pegado al muslo y los brazos extendidos hacia arriba. Me la sabía porque por suerte, en el dvd eran nombradas de forma clara.
Para ahorrarme descripciones complicadas y que no suman, dejo una imagen con poses y así sabrán de cuales les hablo cuando las nombro, no todas tienen nombres intuitivos.
"No se pueden quejar, hasta poses de Yoga comparto"
- Estoy estudiando mi cámara y me gustaría practicar perspectiva y planos como los picados y contrapicados haciendo unos videítos.
- ¿En español?- Me preguntó con los ojos cerrados, siempre respirando con profundidad.
- Nada, unos videítos breves así practico la técnica.- Pregunté haciéndome el que miraba el manual del usuario.
- No hay problema, mientras no me hagas viral ni nada de eso.- Bromeó, lo que siempre es buena señal.- Ahora no me hables que tengo que estar bien relax.-Y suspiró como si hubiera estado conteniendo la respiración.
- Es para conocer la cámara, no lo voy a subir a ningún lado.
Acto seguido, comenzó lo bueno, lo que era parte de mi plan perverso, impensado hace años, meses, y hasta diría que días. Sé que es fácil echarle la culpa a la cuarentena, sin embargo, era cierto que estar más horas con ella que nunca, y encima verla cuatro veces por semanas en calzas ajustadas y algunas veces en bata, me había destrozado la cabeza como una cosecha azotada por una manga de langostas.
La había visto varias veces hacerlo con los ojos cerrados, por lo que sabía que no me iba a mirar filmándola y así, podría mostrarle a Tammy que esta vez yo estaba un paso adelante, seguramente logrando ratonearla. Primero me puse a un costado y filme un plano continuo alrededor de ella empezando por su nuca hasta quedar frente a ella, nada muy interesante, solo al que tenga fetichismo de axilas podría calentarle eso, dado que estiraba los brazos.
De a poco se fue poniendo más interesante. Me alejé de ella y la abarqué en una toma de cuerpo entero, de perfil, de frente para que se vea su rostro en paz (sin sospechas de un hijo pervertido abusándose de su predisposición a ayudar) y por supuesto, su espalda, que perdía su nombre en un exuberante trasero que pugnaba por reventar esa calza apretujada.
“Creo que mis amigos ya comprarían estas tomas, con las ganas que le tienen.” Pensé, viendo mis pocos y breves videos, esperando a que cambie de posición. La siguiente fue mejor, adoptó la pose llamada “pirámide” que consistía en apoyar pies y palmas en el suelo y levantar la cola hasta formar la famosa tumba egipcia, y les digo que esa era digna de un faraón “Nunca lo había pensado, pero que bien come mi viejo…”
- ¿Estás entretenido?- Me preguntó notando que la filmaba de costado estando yo en el suelo con la cámara mirando hacia arriba. En mi visor podía ver como tenía tensos los músculos abdominales y sus pechos colgaban como frutos maduros.
- Estoy tomando un plano contrapicado, desde abajo hacia arriba, de acá pareces un puente.- Expliqué sin que se levantara ni media ceja de sospecha.
- El puente es parecido- Me contó.- Pero al revés que la pirámide, cola para abajo, panza para arriba, con la columna formando un arco. Después la hago.
- Esa pose a vos no te sale.- Preparé munición pesada como un artillero de la 2da guerra mundial en un acorazado.
- ¿Perdón? ¿Te pensas que no me sale algo así?- Se sorprendió.
- No, digo porque dijiste panza arriba, vos no tenes panza ma, estas buenísima.- Disparé él cañón y por suerte, fue un disparo exitoso.
- Oh, Tomy, estas cariñoso he, creo que nunca me piropeaste así corazón…La enternecí, cosa rara ya que en mi medidor de reacciones podía esperar desde una reprobación hasta un cachetazo. Quizás por el lado “tierno” era el sitio indicado para entrarle. Curioso además que no le molestara que usara la palabra “buenísima”
- Voy a tomar seguir con otras tomas, te dejo tranquila.- dije levantándome del suelo.
- Entretenete corazón, un día me podrías acompañar.
- Puede ser, por ahora me gustaría filmarte. Siempre es más entretenido filmar algo en concreto que cualquier cosa.
Con su confianza restaurada, volví a la carga y filme un pequeño video, ni de arriba, ni de abajo, ni siquiera un plano en especifico, sino que me puse detrás y filme su monumental culo, firme, en alto, la cúspide de la pirámide apuntando al cielo y al terminar su raya, se veía el inconfundible y remarcado bulto que era el papo de mi madre.
“Mierda ¿que estoy haciendo?… estoy bien jodido” reconocí viendo como mi cámara captaba su voluptuosidad y fui bajando como si fuera un dron eludiendo una cumbre, sin perder de vista nunca el valle de entre sus piernas. Enfoque su cola desde arriba y fui bajando, bajando, bajando, hasta verle la empanadita desde abajo.
- He… corazón ¿Qué haces?- Me preguntó incómoda. Su rostro estaba excesivamente colorado, tanto por tener la cabeza abajo como por mi atrevimiento.- Me pone nerviosa que me veas de esa posición ¿Seguro que no es para tus amigos no?
- Solamente estoy tomando planos, después te los muestro si queres, nada raro.- Me excusé.- Ni siquiera tengo que conservarlos, es práctica nomas.
- Este bien, después mostrame como salgo.- Me pidió, decididamente desconfiando de mis intenciones, yo no obstante, vi una oportunidad de declarar mis intensiones.
- ¿Podrías hacer la pose del puente que mencionaste?- Le pregunté fingiendo inocencia.
Sandra se tomó unos minutos y cuando ella lo decidió, con mucha habilidad y en un movimiento se dio vuelta, quedando con las tetas como el punto más alto, formando un arco casi perfecto con la cadera, sosteniéndose con brazos y piernas extendidos como columnas.
“Ya empecé, ya estoy peleando en el barro, ahora voy por todo. Si la filmo de forma bien cochina cual video porno se va a dar cuenta de mi fetiche” Mi plan iba a pedir de boca. Tenía un plano de sus portentosos senos apretujados contra su remera, expandiéndose con cada respiración profunda que realizaba y yo lo capté con tranquilidad, desde un punto donde mi madre no podía verme. Acto seguido, tome quizás la toma más arriesgada: me puse frente a su cabeza y desde allí, le filme las tetas, capturando en video como por la posición, se iban hacia los lados como si quisieran separarse unas de otras, desde allí, fui recorriendo su vientre expandido y con descaro, le filme el pubis expuesto y con las piernas ligeramente separadas hasta que volvió a cambiar de posición y yo, como un dron molesto, la sobrevolé para captar la curva de sus tetas, su musculatura, su rostro, desde distintos ángulos la mayoría de ellos picados y contrapicados. Todo iba perfecto hasta que…
- Hola amor, ya llegue. – Dijo mi viejo mientras abría la puerta de casa.- Salí un rato antes, voy a aprovechar a darme un bañito… hey.- Me dijo viéndome. Por suerte alcancé a alejarme y hacer de cuenta que solo miraba los botones de mi cámara.- ¿Estudiando?
- Si, pa, estoy viendo funciones, aunque más que nada leo el manual.- Mentí.
- Pensé que habías dejado las pesas y te habías pasado al yoga.- Mencionó mientras besaba a su esposa en la boca sin que ella abandonara la posición del guerrero.
- Ya estás hermosa, no te exijas tanto ¿Queres entrar al bailando como Tammy? – Bromeó. Cabe aclarar que mamá retaba a Tamara bastante seguido diciendo que parecía una puta del bailando.
Por mi parte, agradecí que mama no mencionara mi proyecto de filmación amateur fetichista ni a papa, ni a Tammy, hubiera sido todo un chasco tener que explicar frente a todos mi coartada imperfecta. Quede disconforme en parte, ya que no llegué ni cerca a filmar sus mejores poses, que sabía que le salían porque las hacía seguido. Algo era seguro, mi historia con mi madre recién comenzaba, y aunque no tenía mucha fe, quién sabe, mis engranajes más pervertidos comenzaban a girar y de seguro ideaban algo.
Manzanas podridas
Le conté lo sucedido a Tammy al anochecer, cuando me metí en su habitación en silencio sin preguntar. La encontré dibujando con música a bajo volumen. Parecía mentira como había cambiado. De mirar anime como 10 horas al día estaba metido de lleno en contar su historia perversa y yo, en salsearla con mi realidad para inspirarla, para brasear la llama de nuestros fetiches.
- ¿Quién soy?- Pregunté en un tono de voz casi susurrante cubriendo sus ojos de atrás.
- Mmm no sé, me huele hermanito pervertido. - Acto seguido, envolviéndola de atrás le estampé un beso en los labios y le apretuje las tetas desde arriba como un novio pegote de muchos años… - Que juguetón que viniste Tommy, espera… nos pueden oír.- Me alertó despegándose cuando le llenaba el cuello de besos- Recién vinimos para acá, papa y mama ni acostados están.
- Me muero por contártelo, hice algo re zarpado digno de tus historias.
- Querrás decirlos mangas que leo, o los doujinshis o los hentai, igual seguí ¿Qué hiciste?
No continué con palabras, sino con hechos, evidencias, como les gusta a los libertarios que salen en la televisión en mi país, le tire los datos en la mesa para que vea que no ando por la vida flojo de papeles.
Tammy tomó la cámara y comenzó a ver mis videos, eran como 11, todos breves, algunos no llegaban al minuto, sin embargo, lo cortés no les quitaba lo valiente, lo que tenían de chiquitos lo tenían de increíbles, de osados, de inverosímiles.
- Espera, espera, espera, esto tengo que verlo como se debe… no lo puedo creer.
Tamara me mandó a cerrar la puerta mientras conecto la cámara mediante USB a su pc, y allí volvió a ver los videos que tome de mama haciendo yoga una y otra vez, en full HD, demostrando que nuestra guerra fría (o debería decir ardiente) de perversión no estaba terminada.
- Increíble, lo hablamos, admitiste cierto Edipo con mama y de toque pusiste quinta a fondo.- Me miró maravillada aunque tapándose la boca con la mano.- Esto es material de oro, re da para hacer una historia con esto, o una película, de hecho, ni en las porno se salen con la suya tan impunes, vos la filmaste toda con descaro y ni una sospecha levantaste si en la mesa comimos lo más normal.
- Bueno, eso es lo mejor, se dio cuenta, me pesco varias veces filmándola de forma indebida, ni se molesto, me dejo seguir hasta que llego papa, de no ser por él hubiera seguido filmándole el cuerpo como Michael Bay filma explosiones.
- Esto no es justo, a mi me re caga a pedos por andar en bombacha y vos que le filmas el papo a 5 centímetros ni un reto te llevas, obviamente hay favoritismo.- Observó repitiendo el video en que filmaba la punta redondeada de la pirámide, que más bien, por el tipo de toma, parecía una filmación del valle del Nilo.
Nos quedamos charlando de mi hazaña y las posibles ramificaciones por casi una hora mientras ella finalizaba un dibujo. Si el incesto fuera deporte olímpico no tendríamos competencia, llevaríamos uno u otro las preseas de oro y plata y que el resto se sortee la de bronce. Tammy creía que seguir con los videos, mostrárselos, darle a entender que tenía una fantasía edípica producto del encierro y la cuarentena (echarle la culpa de todo a la cuarentena, la vieja confiable) podía ser una jugada maestra digna de L o Ligth Yagami.
- ¿Es un jodido buen plan o no?- Mencionó Tammy orgullosa de sí misma.- Tenes que ir de a poco, haciéndote el hijo ejemplar favorito de mama y cuando menos se lo espere, te le insinúas y vas por algo, no sé, una paja aunque sea. ¿Te va a denunciar acaso? A lo sumo una cagada a pedos o un par de terapias.
- Sí, creo que estás en lo cierto. Pensaba mostrarle los videos y ver que me decía, tantear el terreno, ver si se enojaba y me volaba los dientes de un sopapo, se compadecía por mi calentura o era indiferente.- Admití sentándome en la cama mientras Tammy apagaba la pc y se desvestía.- Tampoco descartaba dejar que se me parara, lo notara, y reprocharle que era su culpa por ser una milf tremenda.
- Esta también puede ser: que entienda el jueguito y se haga la boluda, como lo que hace papa conmigo.- Relató con toda la naturalidad del mundo mientras se sacaba el pantalón y se ponía medias largas a rayas.
- ¿A qué te referís?
- Vamos Tommy, el no es tan boludo. Todos los días busca la excusa para que le ayude con algo en la pc, a propósito entra a sitios que le hacen un bukkake de publicidades para que le tire una soga, es solo para que me siente en su falda. Ya te dije como se le pone dura, me acaricia la pierna, me huele el pelo...
- Es verdad, no da lugar a otras interpretaciones. Podrías ver una película con el algún día y ver qué pasa, o pedirle que te alcance una toalla en la ducha, o…
- No, es muy obvio eso, no hay manera de que vea algo con él a solas sin que mamá se dé cuenta y menos que lo llame para que entre al baño estando desnuda y no a mamá, deja de pensar con la chota. – Me reprimió alborotándome el pelo.- Mañana estate atento. Mama trabaja y papá se queda, voy a ver si me sale una jugada maestra, lo único que necesito es que hagas lo siguiente…
Y para mejorar a la trama me reservo el pedido que me hizo, solo diré que si salía a pedir de boca podía obsequiarnos un momento muy divertido.
- Se va a poner rojo como un tomate, va a parecer Gai Sensei abriendo la séptima puerta del no se qué.- Le dije tirándole una referencia de Naruto (a medias)
- La puerta del incesto abrís vos.
Tammy se acostó y abrió la sabana para que entrara con ella…
- Hablando de puertas, es horade queme abras la que tengo entre las piernas.- Me pidió cachonda, jugando a la esposa calenturienta. Yo tenía otros planes, terminar el día como lo habíamos empezado: haciendo cochinadas.
Era curioso como a esa altura el mundo exterior con sus relaciones convencionales me resultaba ajeno, misterioso. Nunca había tenido una novia, ni una amiga con derechos, ni nada convencional, en su lugar, estaba bendecido con una hermana otaku, pervertida, instagramer y todo lo que conocía era moverme con ella entre la sombras para realizar incesto, y conspirar como terroristas contra la paz en nuestro hogar. Podía ser que afuera el coronavirus hacía estragos, no obstante era una gripecita en comparación a como nosotros pervertíamos nuestro hogar con planes y artimañas rastreras.
Camine gateando hacia mi hermana, mis brazos la bordearon como mis piernas y me deje caer con suavidad con nuestras bocas encontrándose. Nos lengüeteamos las bocas por fuera, por dentro, hicimos peleas de lenguas e intentamos jugar a una especie de pulseada de besos en las que intentábamos envolver con los labios la lengua del otro y succionarlo. Solía perder, me encantaba la sensación de los labios de mi hermana apresándome la lengua, tirándola de ella a la vez que succionaba...
No obstante, no me conforme con su boca, que hacía mucho que no probaba con tanta libertad, fui descendiendo para levantarle la remera y desnudarle las tetas, a las que también, más allá de un apretujón, no llevaba a mi boca desde hace tiempo.
- Mmmm Tommy, como te gusta chuparme ahí.- Me dijo acariciándome el pelo mientras succionaba sus pezones dejándolos infladitos y afilados, solía apretarlos con la boca y estirarlos hasta que se me resbalaban de la boca.
- Lo dije antes y lo digo ahora, no puede ser que no haya una pastilla o algo que te permita generar leche.- Mencione en un arrebato de fetichismo lactante.- Te vaciaría las tetas a cada hora.
- Ya lo hablamos, hermanito, hay una sola manera, me vas a tener que preñar.- Dijo como si nada.- Yo en cambio si puedo sacarte toda la leche que se me antoje, vení, te quiero ordeñar la ubre como en los viejos tiempos.
Ya lo habíamos hecho al menos una vez, una posición clásica en los hentai de madre e hijo, el varón prendido a los senos como si se alimentara y la madre o la milf, masturbándolo casi en un gesto fraternal enfermizo. Con nosotros, que íbamos a contra mano de la sociedad, mientras más perverso y morboso era algo más nos calentaba, por lo que no tardé en acomodarme de costado a ella, muy pegado, ligeramente curvado para que Tammy llegue a mis genitales.
Así como yo le trataba las tetas con amor, ella hizo lo mismo con mi miembro, al que acaricio y manoseo del tronco a los testículos hasta que se erecto, masturbó con calma y paciencia, justo como me gustaba pajearme, con movimientos cortos entre la base del glande y el fin del tronco.
- Ahh, ahhh, mmm, que lindo esto, me encantaría tanto sentir que te lleno con mi leche.- Me susurró muy excitada.
- Te las vaciaría siempre hasta que naciera nuestro bebe, no doy más de calentura.
- Tomá, al menos entretenete con esto…- Tamara salivo con puntería en su pezón dejando caer un chorrito de saliva y yo lamí justo ahí y sorbí la saliva como había visto en algunos videos que me habían sacado unas buenas pajas, recuerdo uno de Ava Addams y Mike Adriano en el que pasaba eso (les tiro el chivo).
- Más, escupí lo más que puedas. Me re morbosea eso…
- Me di cuenta, a mi también.- Mi hermana me hizo caso y cada tanto dejaba caer un chorrito de espesa saliva, a veces en su teta, otras veces directo a mi boca. Cuando estábamos excitados todas las barreras que nos anclaban al mundo moral se quebraban y como suele decirse “nos íbamos al carajo”
Sin avisar, realizando algunos movimientos de cadera y prendiéndome a su pezón con mayor fuerza, me corrí sin importarme en absoluto a dónde fueron a parar mis descargas de semen, y a ella tampoco, dado que me pajeo con soltura terminando con la mano enlechada. Un grueso grumo de semen se deslizó por sus dedos y frente a mí, lo sorbió con fuerza mandándoselo adentro como si fuera un fideo.
- Yo si puedo tomar leche ¿Injusto no?
- Ahora me toca a mi.- Dije deslizando mi mano por dentro de su bombacha.- Ya que volvimos a una etapa manual, quiero que me empapes la mano.
- Mmmm que rico, solamente dejame que me saque la bombacha, no quiero dejarla mojadita.
Así fue como despedimos el día. Con la excitación a flor de piel, la envolví en una cucharita mientras ella mantenía una pierna levantada y así permitirme abordarle la vagina pasando mi mano por ella, llegando a su clítoris al que frote con mi palma realizando movimientos circulares. La posición, de todas formas fue mutando. Tammy se fue acomodando sobre mí, a merced de mis manos que le pellizcaban con cariño los pezones y con la otra intentaba introducirse en su vulva, primero de a dos dedos, luego tres, y por último todos, aunque obviamente no llegue a hacerle un “fisting” pero si dos de mis dedos la hurgaron hasta el fondo y le estiraron las paredes vaginales.
- No puedo más, me re cuesta no gemir como una puta.- Me susurró mientras la masturbaba con dos dedos y con los otros le masajeaba el clítoris. Suficiente bochinche hacía el colchón con ella frotándose contra mí como una lombriz en el asfalto veraniego.- Como quisiera estar a solas y hacerlo a gusto por favor, me siento maniatada…
- Besame, mantene esa boquita sucia ocupada. Aguantemos por un tiempo hasta que habiliten los telos.
Y así fue como mis manos empezaron a sentir la temperatura incrementarse hasta que en una contracción violenta, se arqueó aplastándome con su peso, sintiendo su culo como una prensa contra mi mientras el líquido ardiente proveniente de sus recónditos me empapo los dedos dejándolos deliciosos.
- Yo también puedo sacarte jugo, te voy a exprimir esta mandarina negra hasta que te quedes dormida…- Le dije y bajé por las sabanas acomodándole las piernas para que las dejara abierta.
- Oh Dios… no voy a aguantar.
Mi boca y nariz se frotaron contra su vulva toda mojada y le chupé la concha con tantas ganas que ni las sábanas amortiguaron todo el sonido, sonó como a lengüetazo de perro tomando agua en un día de calor norteño. Me empape con su sabor y su olor vaginal tan exquisito para mí mientras preferí cambiar de posición y pasar a un 69. Casi al instante, desde que mi sexo estuvo a alcance de ella, lo tomó o y se lo llevo a la boca con la naturalidad de alguien que ve un fruto de un árbol, y lo come. Con algo de brutalidad, al sentir mi glande en su boca, baje la cadera para que todo mi pene se deslice semierecto dentro de su boquita llegando al fondo de su garganta, a tal punto que mis testículos se apretujaron contra su nariz.
Tammy no se achico y me la succiono como a una mamadera mientras su mano me apretujaba las nalgas y acariciaba los testículos. Yo en cambio trataba seriamente de abarcar toda su vagina con mi boca para inflarla a chupones, luego, abrí los labios vaginales bajo la sabana y le lamí cada porción rosada de su concha, en especial el clítoris, al que batí a lengüetazos mientras la masturbaba con un dedo pulsando hacia arriba, como queriendo tocarle el clítoris desde adentro.
Sin dudas una de las noches más apasionadas que tuve con ella, había pensado que iba a ser una pajita y a la cama y sin embargo ahí estábamos, en un 69 meta chuparnos todo, haciendo lo imposible por no hacer rechinar el colchón ni dejar escapar gemidos, o en mi caso, bufidos como de toro encabronado, cosa difícil de hacer cuando una nueva marejada seminal brota de tu miembro satisfecho para caer directamente en el rostro de mi hermana, que recibió los chorritos de semen sin complejos en toda la cara.
No diría que teníamos mucha excitación por mi odisea realizada a la tarde con mi cámara, sinceramente, no había llegado al punto de pensar en mi vieja al hacerlo, Tammy bastaba y sobra, era imposible ignorarla, creo se debía más a que aún nos extrañábamos como si necesitáramos una semana como esa noche para recuperar el ritmo perdido, después de todo, habíamos realizado proezas dignas del libro Guinness de los Records y ahora, nos veíamos limitados a movernos en las sombras y el silencio como dos ninjas.
- Me siento un ninja al hacer estas cosas a escondidas.- Dije apagando la luz para tener otra noche de dulces sueños.
- Si, del clan Hyuga, somos.- Reconoció mientras nos tapábamos.
Aunque hice decepcionar al Capitán América por no entender la referencia, me acurruque contra ella y dormí, pensando en cómo a pesar de estar confinados a una casa, mi aventura con los videítos había expandido nuestros horizontes.
Continuara
Capítulos Anteriores:
Hermana Otaku Capítulo 1 (Temporada 2):http://www.poringa.net/posts/relatos/3727751/Hermana-Otaku-2da-Temporada.html?notification#comment-185844
Gracias por leer! Ya se darán cuenta de cómo sigue la historia 😉 Qué pasará con Sandra y Tomás? Que tiene planeado Tammy con su padre? Esas preguntas tendrán que esperar un capítulo más.
Si les gustó esta nueva historia muéstrenme su apoyo dejando puntos, comentarios, lo que gusten.
Ya saben que uso imágenes de la instagramer Bee_farmer como ejemplo de la protagonista Tammy, pero pueden imaginarse las cosas como ustedes quieran.
¡Ahora a lo bueno, espero que lo disfruten!
Aplausos de nuestros padres
Eran como la cinco de la mañana cuando noto que Tammy me sacude y la luz del velador es encendida. Obviamente, me había quedado a dormir en su cama para amenizar el invierno y pensé que me despertaba porque alguien venía, alarmándome. Si entraba uno de nuestros viejos por cualquier motivo, nos hubiera encontrado juntitos haciendo cucharita.
- Escucha.- Me dijo al oído.- Están aplaudiendo a lo loco.
Sin entender del todo lo que me decía, casi dudando de haber despertado o no, escuché con claridad el sonido que venía de la habitación de nuestros padres, contigua a la de mi hermana.
Plaf, plaf, plaf, plaf, plaf… era leve, pero ahí estaba, la inconfundible señal de que mi viejo tenía un mañanero antes de irse al trabajo.
- Interesante.- Me volvió a susurrar.- Últimamente pasa seguido, cuando antes no se tocaban ni con un palo de golf.
- Bueno, mejor, por esas cosas están de buen humor casi siempre, papa debe de querer irse a trabajar relajado. – Dije aguzando el oído. Mi hermana parecía haberse despertado con toda la perversión de golpe, y sin darme tiempo a reaccionar, se me sentó arriba.
- ¿Qué te parece si los imitamos? – Me dijo, esta vez, en un tono de voz peligrosamente alto. No podía entender del todo como a veces era sumamente cuidadosa con nuestros “juegos” y en otras, se dejaba llevar por el desenfreno y me pedía coger en el silencio de la noche dónde todos podían oírnos, o peor, sorprendernos encamados.
- La cama cruje, están despiertos y no se supone que sepan que estoy…- Noté que se había sacado la bombacha y me frotaba su gran y ardiente vagina contra mi rabo.-…acá.
Hacía mucho que no me cogía a mi hermana. La última vez había sido en presencia de nuestro tío Nacho y su novia, cuando nos hicieron asustar cagándonos a pedos porque me había corrido copiosamente dentro de ella. La última vez había sido en la cúspide de nuestra perversión, y no creí que ocurriría un reencuentro de nuestros sexos tan rápido, a penas habíamos comenzado nuestros juegos, de todas formas, era innegable que saber que mamá y papá lo hacían a pocos metros, encendía una nueva mecha en su bomba interior.
Sin pensarlo más, paré mi pija semidura con la mano y ella se sentó, envolviéndola con su jugosa carnosidad tan suave y perfecta como una chupada con la boca. Perdí total visión de mi pene entre su carne, mi cadera sintió la presión de su peso. Tammy me la batió haciendo círculos con su cuerpo, como para moverme la palanca en todas direcciones y despertarla de un letargo. Sin dudas le iba a salir un combo.
Fue una imprudencia inevitable. Una vez que mi pene reposo llenándole la vagina, no había manera de sacarla, de dar marcha atrás, era peor que un abotonamiento canino, una vez adentro ni la policía me la iba a sacar. Se sentía tan bien, tan cálido, y estaba tan mal a la vez. Nos excitaba como nunca. Era como si ambas piezas se pertenecieran entre sí.
- ¿Te gusta pensar en papa cogiendo?- Le tiré munición pesada mientras sentía mi pija parándose en su interior, abriéndose camino como un minero (el casquito minero lo tenía, y su cuevita parecía haberse estrechado)
Tamara se inclinó sobre mí hundiéndome en el colchón.
- Bastante, me gusta sentarme a upa y sentir como se le agarrota la pija.- Me excitó en sobremanera ese comentario más incestuoso de lo normal.- ¿Y vos? ¿Pensas en mama con esas calzas apretadas? Vi como te gusta verla cuando hace yoga.
- Si, algo.- Mentí. En realidad estaba muy concentrado en el placentero abrazo de su vagina contra mi pene, sin otro pensamiento pasando el embudo de mi mente, no obstante, podía excitarme con esa charla.- Me gustaría verla sin la calza al menos ¿Vos qué harías con papa? ¿Hasta dónde llegarías?
Tammy comenzó a levantar y dejar caer el culo con suavidad, sin liberarme la chota, conociendo a la perfección cuánto alejarse de mi pene para no desenfundarlo, no se había olvidado de mi longitud para nada. Al menos estaba teniendo cuidado de no hacer mucho ruido, cosa que mis viejos no hacía. Se pensaban que por trasnochar mirando series o jugando videojuegos estaríamos durmiendo como troncos a esa hora. Los aplausos continuaban, daba la sensación de que cogíamos con público.
- Mmm a mi me gustarían muchas cosas, no sé, que me toque toda, tocarlo yo, verle la pija que me creó, unos apretones.- Me confesó sin dejar de bambolear el culo como un martillo.
- ¿Se la chuparías?- Le pregunté al oído.- ¿Le chuparías la pija a papa?
- Si, pero solo si estas vos viendo, me gustaría que me veas coger con papa y yo a vos con mamá.- Me confesó haciéndome delirar. Si quedaba alguna estantería de pie en mi cabeza ese diálogo la derribó.- ¿Estoy mal por pensar eso?
- Que mal que te pegó la cuarentena.- Observé apretujándole la cadera con las manos. Me parece que había un par de kilitos más en cada lado desde que estábamos encerrados y me encantaba su carnosidad. Por poco cometo el error de darle un manotazo en las carnes, casi provocando un sonido delator. Me hubiera gustado estar a solas para darle de nalgadas en esa cola grande y hermosa, para apretar sus carnes, hacer bambolear esas tetas libres como bombuchas llenas…
- ¿Querés volver a tomarte mi lechita? Cuenta como desayuno.- Le dije, de paso, evitando el temido riesgo de un embarazo anticipado.
Tammy asintió con énfasis, apenas visible con la luz de un velador. Esta vez, con ella arriba pajeándome a máxima potencia, en lugar de dejar caer todo sobre ella como la noche anterior, esta vez me hizo largar los fuegos artificiales hacia arriba aterrizando estos en su pelo, su nariz y su rostro, incluso las sábanas, ensuciando todo. Por ser una carga mañanera era bastante líquida y traslúcida. A mi hermana nunca le importo la consistencia, espesa o líquida, cuajada u homogénea, todo iba a parar a su boca con paciencia, quedando con los dedos blancuzcos y pegajosos hasta que limpió sus comisuras con la lengua y chupó cada dedo como quien termina una bolsa de snaks en un atracón.
- Ya no se escucha nada, creo que papa se fue a trabajar.- Me dijo acostándose a mi lado, con la boca oliendo a mi descarga. Tammy me volvió a abrazar y cubrió nuestros cuerpos con la manta para retomar el sueño aunque sea unas horitas más.
- Todo eso que me dijiste… ¿Posta que lo harías? - Pregunté para cerciorarme de que no había sido una mera charla caliente.
- Espero que no te me pongas celoso, hermanito.- Expresó estirándose para apagar el velador.- Últimamente me estuve cultivando con muchas historias y expandí mis horizontes ¿Vos no?
- Bueno, no estuviste muy lejos la última vez que lo hicimos, entre papá y el tío hay un paso nomás.
- Sí, no hay mucha diferencia en teoría, en teoría… de solo pensarlo, lo siento como en las películas de robos, cuando atracan el museo más protegido, con mayor seguridad y roban la joya más grande. Hacerlo con nuestros viejos sería como el último golpe, el golpe legendario. Después de eso no hay más nada, es lo más zarpado posible.
- Mierda, a vos sí que te re va el incesto.- Admití sorprendido, ahogando una risa.- Sos peor que el fundador de Shelbyville, el de los Simpson.
- No me tires toda la perversión a mí, Edipo.- Me retó apretando el contenido de mi calzoncillo, yo apretujé sus pechos iniciando un jugueteo silencioso que siguió con besos, caricias, y unas horitas más de sueño. Nos besamos entre toqueteo hasta que volvimos a la cucharita y cerramos los ojos como dos angelitos.
Nos despertó nuestra madre, que sin darnos tiempo a nada, abrió la puerta y prendió la luz.
- Tamara, levantate así me vas a comprar unas… ¿Qué haces acá Tomás?- Preguntó sorprendida. Estaba en bata de dormir color turquesa y levantó una ceja de incredulidad al pescarme con las manos en la masa, haciendo cucharita con mi hermana.
- Ma, no es lo que pensas, yo…- Me puse nervioso. Lo que temíamos había ocurrido: nos pescaron.- Es que…
- Anoche miramos Netflix y se quedó porque hacía frío, era tarde y estábamos calentitos, ahí bajo, má.
- Mmm no me gusta que estén durmiendo juntos como degenerados, encima haciendo cucharita ¿Tenes la mano debajo de la remera?- Se dio cuenta.
- No pasa nada, má, no jodas.- La reprimió Tammy, que se le plantaba a cualquiera en cualquier situación, incluso una tan incómoda y reveladora como esa.- Cerra la puerta que me cambio y bajo. No tengo bombacha.
- No te hagas la viva, pendeja, y no me gusta que duerma juntos como dos Lannister.
- Entendía la referencia.- Dije haciendo reír a mi hermana y enojando aún más a mi madre.
Mama puso cara de desconfiada y cerró la puerta, yo aproveche a descargar la tensión apretujando a mi hermana y besándola en el cuello mientras ella se reía.
- Eso estuvo cerca, encima cuando me pongo nervioso se me para.- Le susurré antes de que se levantara y buscara la bombacha que quedó tirada por ahí.
- Si hubiera sido verano nos hubiera encontrado destapados y en bolas.- Expresó vistiéndose- ¿Ves a lo que me refiero no?
- No pasó nada grave, no exageres, hasta parecía divertida más que otra cosa.
- De todas formas yo me voy a comprar, y a esta hora de la mañana hay como hora y media de cola, vas a tener que descubrir vos si está de buen humor o no, yo me las tomo.
En efecto, tras mirar que no hubiera moros en la costa, fui a mi habitación a vestirme y presentarme en el hogar. Se sentía como pasar de un mundo a otro, de un mundo donde vivía en pecado cogiendo con mi propia sangre y otro contiguo donde debía ocultar todos los impulsos, reprimir mis deseos obscenos para volver a ser el hijo ejemplar que creían que era.
- Ahí te hice el desayuno, aunque no te lo mereces.- Me dijo mi madre mientras le daba los últimos sorbos a un té de tilo.- No me gustan secretos en mi propia casa y menos que se me rían en la cara.
Con los testículos en la garganta, aparenté tranquilidad mordiendo la tostada con mermelada y batía el café con leche. Era difícil por dos razones: No se me daba bien mentir como a Tamara y mi madre tenía puesto el mismo camisón turquesa, holgado, que con los brazos cruzados revelaba sus portentosas ubres juntitas y apetecibles en su pecho. Me miraba expectante apoyada en la cocina como un ave de presa a punto de descender por un cordero indefenso. El carácter fuerte estaba en las mujeres de la casa, no en mí o papa.
- Tammy no te mintió, nos quedamos viendo anime y como era tarde y tenía frío me di vuelta y me dormí.
- No te encontré de espaldas a tu hermana.- Observó acertada.- Y empiezo a sospechar, mejor dicho, notar, que están muy pegados el uno con el otro, y esto viene de antes de su viaje “express” a Mar del Plata.
- ¿Qué insinuás mama? Vamos, no seas mal pensada, nos llevamos bien, es todo.- Mentí, y de milagro no me salió la voz aflautada o se me quebró la voz, eso sí, me temblaban los pies como si los tuviera en agua helada.
- Quizás sea yo, sí, debo ser yo que no estoy bien de la cabeza últimamente.- Cedió al fin, dejando la taza en el fregadero, yo la imité (me había tomado el café con leche cas de un tirón)
- Perdón, ma, no quise perturbarte ni nada, no vuelvo a dormir con Tammy si eso te tranquiliza.- Dije tomando la iniciativa de lavar todo. En algo si era bueno y no tanto mi hermana: en ser el ángel de la casa.
- Mi cielo, está bien, no es grave, soy yo la que no está acostumbrada a eso.- Me dijo abrazándome y apretujándome con el cuerpo. Yo, por obvias razones, a diferencia de otras veces, no opuse resistencia, me pegué a ella, sentí el calor de su cuerpo, la suavidad de sus senos, incluso su perfume.- Antes se llevaban tan mal, me hicieron envejecer como diez años. Me acuerdo cuando te puso un juguete en la mochila en el Coto para que “te llevaran preso”. Me quería morir. Tu papa le dejo la cola roja de nalgadas.
- Bueno, esa era la idea de hoy, te estamos haciendo rejuvenecer después de tantos años que te robamos.- Le dije devolviéndole un medio abrazo en el que mi mano promiscua bajó pegada a ella y se quedó en su cadera.- Y está funcionando, estás diez años más joven.
- Que raro que estés tan cariñosito con tu mama.- Mencionó medio susurrando, notando que no retrocedía a su contacto y mi mano estaba sobre ella. Parecía que estaba actuando en una producción del Niño Polla: yo, el flacucho marcado, milf en bata, pegados en un abrazo, sus jugosas tetas contra mi cuerpo y el diálogo dulce. Teníamos todos los ingredientes, aunque era poco probable que la producción se llevara a cabo.
- Me gusta el cambio, siempre fuiste un arisco.- Admitió tocándome la nariz y yéndose a cambiar.
Como tantas otras veces, una idea en mi cabeza había surgido al verme a mí mismo como una suerte de JENP de la Salada (mercado argentino de artículos piratas, de segunda, económicos) quizás podía hacer una aproximación que sorprendería a mi hermana por mi osadía y solo requería un pedido común. Si estuviera en un anime como los que miraba mi hermana, el fondo detrás de mí se hubiera ensombrecido y mi flequillo dibujaría una sombra oscura en mi rostro.
TENP: Tomás el niño polla
Fue en esa misma tarde, a la hora de la siesta, que puede llevar a cabo mi idea, esta vez, contra todo pronóstico, involucrando a mi madre. Madre que nunca nombre en toda la historia. No pensé que tendría un momento estelar ni nada parecido, además de que proteger mi identidad y la de mi familia siempre fue prioridad, pensé que ya era suficiente peligro revelar mi nombre y el de mi hermana, no obstante, la llamaré por su segundo nombre, poco usado, por cierto: Sandra.
Mi hermana estaba en su pieza, probablemente dibujando (no todo lo que hacía en su vida era porno) mi viejo en el trabajo, al menos 3 horas más, por lo que el living era habitado solo por Sandra y yo, que a la hora de la siesta solía estudiar. Ese día decidí tomar mi cámara y familiarizarme con ella. Como dije, aunque no arranqué la carrera de filmación por el coronavirus, sí me leía los manuales y toda la teoría que tenía a mano. Había propuesto arrancar en la Universidad del Cine en San Telmo conociendo mi cámara a la perfección, y porque no, otros modelos. Como se dice en Argentina, “le metía mano” tranquilo mientras mi madre, frente a mí, prendía sahumerios.
- ¿Estudiando?- Me preguntó mientras se agachaba para encenderlos, y como ella no me miró, pude ver como sus tetas colgaban generosas en una remera musculosa ajustada. – Voy a poner un dvd bajito, si no te molesta.
- Para nada, estudio igual.- Mencioné mientras mi madre se acomodaba en la colchoneta en la clásica pose de meditación con las que solía arrancar su sesión de yoga antes de darle play. Estaba con los ratones a full, ahora sentía lo que le debía de pasar a Tamara cuando no habíamos arrancado con esto. Tantas pajas dedicadas a milfs, tantos videos de “stepmothers and son” y cosas así me habían llevado a ese punto de planear en filmar a mi propia madre.
“Hoy el más pervertido soy yo, hermanita, te va a costar superarme” pensé, aunque en lo que más pensaba era en excitarla a más no poder para tenerla con la libido a mil las 24 horas como estaba yo.
Los primeros minutos fueron un embole, peor que la liga de fútbol francesa por lo que me concentré en aprender y dominar ciertas funciones de mi cámara mientras mi vieja simplemente estaba sentada en posición de loto: piernas cruzadas, pies sobre el muslo y manos apoyadas con el revés en las rodillas. Aproveché el silencio para reunir valor, y una vez que mi mama finalizó la meditación, le hice mi propuesta bastante jugada.
- Ma ¿te puedo joder en algo? – Inicié esperando lo mejor.
- ¿Qué pasa Tomy?- Me preguntó algo molesta, en un resoplido mientras adoptaba una posición de “el árbol” que era bastante simple, de pie en una sola pierna, un pie pegado al muslo y los brazos extendidos hacia arriba. Me la sabía porque por suerte, en el dvd eran nombradas de forma clara.
Para ahorrarme descripciones complicadas y que no suman, dejo una imagen con poses y así sabrán de cuales les hablo cuando las nombro, no todas tienen nombres intuitivos.
"No se pueden quejar, hasta poses de Yoga comparto"
- Estoy estudiando mi cámara y me gustaría practicar perspectiva y planos como los picados y contrapicados haciendo unos videítos.
- ¿En español?- Me preguntó con los ojos cerrados, siempre respirando con profundidad.
- Nada, unos videítos breves así practico la técnica.- Pregunté haciéndome el que miraba el manual del usuario.
- No hay problema, mientras no me hagas viral ni nada de eso.- Bromeó, lo que siempre es buena señal.- Ahora no me hables que tengo que estar bien relax.-Y suspiró como si hubiera estado conteniendo la respiración.
- Es para conocer la cámara, no lo voy a subir a ningún lado.
Acto seguido, comenzó lo bueno, lo que era parte de mi plan perverso, impensado hace años, meses, y hasta diría que días. Sé que es fácil echarle la culpa a la cuarentena, sin embargo, era cierto que estar más horas con ella que nunca, y encima verla cuatro veces por semanas en calzas ajustadas y algunas veces en bata, me había destrozado la cabeza como una cosecha azotada por una manga de langostas.
La había visto varias veces hacerlo con los ojos cerrados, por lo que sabía que no me iba a mirar filmándola y así, podría mostrarle a Tammy que esta vez yo estaba un paso adelante, seguramente logrando ratonearla. Primero me puse a un costado y filme un plano continuo alrededor de ella empezando por su nuca hasta quedar frente a ella, nada muy interesante, solo al que tenga fetichismo de axilas podría calentarle eso, dado que estiraba los brazos.
De a poco se fue poniendo más interesante. Me alejé de ella y la abarqué en una toma de cuerpo entero, de perfil, de frente para que se vea su rostro en paz (sin sospechas de un hijo pervertido abusándose de su predisposición a ayudar) y por supuesto, su espalda, que perdía su nombre en un exuberante trasero que pugnaba por reventar esa calza apretujada.
“Creo que mis amigos ya comprarían estas tomas, con las ganas que le tienen.” Pensé, viendo mis pocos y breves videos, esperando a que cambie de posición. La siguiente fue mejor, adoptó la pose llamada “pirámide” que consistía en apoyar pies y palmas en el suelo y levantar la cola hasta formar la famosa tumba egipcia, y les digo que esa era digna de un faraón “Nunca lo había pensado, pero que bien come mi viejo…”
- ¿Estás entretenido?- Me preguntó notando que la filmaba de costado estando yo en el suelo con la cámara mirando hacia arriba. En mi visor podía ver como tenía tensos los músculos abdominales y sus pechos colgaban como frutos maduros.
- Estoy tomando un plano contrapicado, desde abajo hacia arriba, de acá pareces un puente.- Expliqué sin que se levantara ni media ceja de sospecha.
- El puente es parecido- Me contó.- Pero al revés que la pirámide, cola para abajo, panza para arriba, con la columna formando un arco. Después la hago.
- Esa pose a vos no te sale.- Preparé munición pesada como un artillero de la 2da guerra mundial en un acorazado.
- ¿Perdón? ¿Te pensas que no me sale algo así?- Se sorprendió.
- No, digo porque dijiste panza arriba, vos no tenes panza ma, estas buenísima.- Disparé él cañón y por suerte, fue un disparo exitoso.
- Oh, Tomy, estas cariñoso he, creo que nunca me piropeaste así corazón…La enternecí, cosa rara ya que en mi medidor de reacciones podía esperar desde una reprobación hasta un cachetazo. Quizás por el lado “tierno” era el sitio indicado para entrarle. Curioso además que no le molestara que usara la palabra “buenísima”
- Voy a tomar seguir con otras tomas, te dejo tranquila.- dije levantándome del suelo.
- Entretenete corazón, un día me podrías acompañar.
- Puede ser, por ahora me gustaría filmarte. Siempre es más entretenido filmar algo en concreto que cualquier cosa.
Con su confianza restaurada, volví a la carga y filme un pequeño video, ni de arriba, ni de abajo, ni siquiera un plano en especifico, sino que me puse detrás y filme su monumental culo, firme, en alto, la cúspide de la pirámide apuntando al cielo y al terminar su raya, se veía el inconfundible y remarcado bulto que era el papo de mi madre.
“Mierda ¿que estoy haciendo?… estoy bien jodido” reconocí viendo como mi cámara captaba su voluptuosidad y fui bajando como si fuera un dron eludiendo una cumbre, sin perder de vista nunca el valle de entre sus piernas. Enfoque su cola desde arriba y fui bajando, bajando, bajando, hasta verle la empanadita desde abajo.
- He… corazón ¿Qué haces?- Me preguntó incómoda. Su rostro estaba excesivamente colorado, tanto por tener la cabeza abajo como por mi atrevimiento.- Me pone nerviosa que me veas de esa posición ¿Seguro que no es para tus amigos no?
- Solamente estoy tomando planos, después te los muestro si queres, nada raro.- Me excusé.- Ni siquiera tengo que conservarlos, es práctica nomas.
- Este bien, después mostrame como salgo.- Me pidió, decididamente desconfiando de mis intenciones, yo no obstante, vi una oportunidad de declarar mis intensiones.
- ¿Podrías hacer la pose del puente que mencionaste?- Le pregunté fingiendo inocencia.
Sandra se tomó unos minutos y cuando ella lo decidió, con mucha habilidad y en un movimiento se dio vuelta, quedando con las tetas como el punto más alto, formando un arco casi perfecto con la cadera, sosteniéndose con brazos y piernas extendidos como columnas.
“Ya empecé, ya estoy peleando en el barro, ahora voy por todo. Si la filmo de forma bien cochina cual video porno se va a dar cuenta de mi fetiche” Mi plan iba a pedir de boca. Tenía un plano de sus portentosos senos apretujados contra su remera, expandiéndose con cada respiración profunda que realizaba y yo lo capté con tranquilidad, desde un punto donde mi madre no podía verme. Acto seguido, tome quizás la toma más arriesgada: me puse frente a su cabeza y desde allí, le filme las tetas, capturando en video como por la posición, se iban hacia los lados como si quisieran separarse unas de otras, desde allí, fui recorriendo su vientre expandido y con descaro, le filme el pubis expuesto y con las piernas ligeramente separadas hasta que volvió a cambiar de posición y yo, como un dron molesto, la sobrevolé para captar la curva de sus tetas, su musculatura, su rostro, desde distintos ángulos la mayoría de ellos picados y contrapicados. Todo iba perfecto hasta que…
- Hola amor, ya llegue. – Dijo mi viejo mientras abría la puerta de casa.- Salí un rato antes, voy a aprovechar a darme un bañito… hey.- Me dijo viéndome. Por suerte alcancé a alejarme y hacer de cuenta que solo miraba los botones de mi cámara.- ¿Estudiando?
- Si, pa, estoy viendo funciones, aunque más que nada leo el manual.- Mentí.
- Pensé que habías dejado las pesas y te habías pasado al yoga.- Mencionó mientras besaba a su esposa en la boca sin que ella abandonara la posición del guerrero.
- Ya estás hermosa, no te exijas tanto ¿Queres entrar al bailando como Tammy? – Bromeó. Cabe aclarar que mamá retaba a Tamara bastante seguido diciendo que parecía una puta del bailando.
Por mi parte, agradecí que mama no mencionara mi proyecto de filmación amateur fetichista ni a papa, ni a Tammy, hubiera sido todo un chasco tener que explicar frente a todos mi coartada imperfecta. Quede disconforme en parte, ya que no llegué ni cerca a filmar sus mejores poses, que sabía que le salían porque las hacía seguido. Algo era seguro, mi historia con mi madre recién comenzaba, y aunque no tenía mucha fe, quién sabe, mis engranajes más pervertidos comenzaban a girar y de seguro ideaban algo.
Manzanas podridas
Le conté lo sucedido a Tammy al anochecer, cuando me metí en su habitación en silencio sin preguntar. La encontré dibujando con música a bajo volumen. Parecía mentira como había cambiado. De mirar anime como 10 horas al día estaba metido de lleno en contar su historia perversa y yo, en salsearla con mi realidad para inspirarla, para brasear la llama de nuestros fetiches.
- ¿Quién soy?- Pregunté en un tono de voz casi susurrante cubriendo sus ojos de atrás.
- Mmm no sé, me huele hermanito pervertido. - Acto seguido, envolviéndola de atrás le estampé un beso en los labios y le apretuje las tetas desde arriba como un novio pegote de muchos años… - Que juguetón que viniste Tommy, espera… nos pueden oír.- Me alertó despegándose cuando le llenaba el cuello de besos- Recién vinimos para acá, papa y mama ni acostados están.
- Me muero por contártelo, hice algo re zarpado digno de tus historias.
- Querrás decirlos mangas que leo, o los doujinshis o los hentai, igual seguí ¿Qué hiciste?
No continué con palabras, sino con hechos, evidencias, como les gusta a los libertarios que salen en la televisión en mi país, le tire los datos en la mesa para que vea que no ando por la vida flojo de papeles.
Tammy tomó la cámara y comenzó a ver mis videos, eran como 11, todos breves, algunos no llegaban al minuto, sin embargo, lo cortés no les quitaba lo valiente, lo que tenían de chiquitos lo tenían de increíbles, de osados, de inverosímiles.
- Espera, espera, espera, esto tengo que verlo como se debe… no lo puedo creer.
Tamara me mandó a cerrar la puerta mientras conecto la cámara mediante USB a su pc, y allí volvió a ver los videos que tome de mama haciendo yoga una y otra vez, en full HD, demostrando que nuestra guerra fría (o debería decir ardiente) de perversión no estaba terminada.
- Increíble, lo hablamos, admitiste cierto Edipo con mama y de toque pusiste quinta a fondo.- Me miró maravillada aunque tapándose la boca con la mano.- Esto es material de oro, re da para hacer una historia con esto, o una película, de hecho, ni en las porno se salen con la suya tan impunes, vos la filmaste toda con descaro y ni una sospecha levantaste si en la mesa comimos lo más normal.
- Bueno, eso es lo mejor, se dio cuenta, me pesco varias veces filmándola de forma indebida, ni se molesto, me dejo seguir hasta que llego papa, de no ser por él hubiera seguido filmándole el cuerpo como Michael Bay filma explosiones.
- Esto no es justo, a mi me re caga a pedos por andar en bombacha y vos que le filmas el papo a 5 centímetros ni un reto te llevas, obviamente hay favoritismo.- Observó repitiendo el video en que filmaba la punta redondeada de la pirámide, que más bien, por el tipo de toma, parecía una filmación del valle del Nilo.
Nos quedamos charlando de mi hazaña y las posibles ramificaciones por casi una hora mientras ella finalizaba un dibujo. Si el incesto fuera deporte olímpico no tendríamos competencia, llevaríamos uno u otro las preseas de oro y plata y que el resto se sortee la de bronce. Tammy creía que seguir con los videos, mostrárselos, darle a entender que tenía una fantasía edípica producto del encierro y la cuarentena (echarle la culpa de todo a la cuarentena, la vieja confiable) podía ser una jugada maestra digna de L o Ligth Yagami.
- ¿Es un jodido buen plan o no?- Mencionó Tammy orgullosa de sí misma.- Tenes que ir de a poco, haciéndote el hijo ejemplar favorito de mama y cuando menos se lo espere, te le insinúas y vas por algo, no sé, una paja aunque sea. ¿Te va a denunciar acaso? A lo sumo una cagada a pedos o un par de terapias.
- Sí, creo que estás en lo cierto. Pensaba mostrarle los videos y ver que me decía, tantear el terreno, ver si se enojaba y me volaba los dientes de un sopapo, se compadecía por mi calentura o era indiferente.- Admití sentándome en la cama mientras Tammy apagaba la pc y se desvestía.- Tampoco descartaba dejar que se me parara, lo notara, y reprocharle que era su culpa por ser una milf tremenda.
- Esta también puede ser: que entienda el jueguito y se haga la boluda, como lo que hace papa conmigo.- Relató con toda la naturalidad del mundo mientras se sacaba el pantalón y se ponía medias largas a rayas.
- ¿A qué te referís?
- Vamos Tommy, el no es tan boludo. Todos los días busca la excusa para que le ayude con algo en la pc, a propósito entra a sitios que le hacen un bukkake de publicidades para que le tire una soga, es solo para que me siente en su falda. Ya te dije como se le pone dura, me acaricia la pierna, me huele el pelo...
- Es verdad, no da lugar a otras interpretaciones. Podrías ver una película con el algún día y ver qué pasa, o pedirle que te alcance una toalla en la ducha, o…
- No, es muy obvio eso, no hay manera de que vea algo con él a solas sin que mamá se dé cuenta y menos que lo llame para que entre al baño estando desnuda y no a mamá, deja de pensar con la chota. – Me reprimió alborotándome el pelo.- Mañana estate atento. Mama trabaja y papá se queda, voy a ver si me sale una jugada maestra, lo único que necesito es que hagas lo siguiente…
Y para mejorar a la trama me reservo el pedido que me hizo, solo diré que si salía a pedir de boca podía obsequiarnos un momento muy divertido.
- Se va a poner rojo como un tomate, va a parecer Gai Sensei abriendo la séptima puerta del no se qué.- Le dije tirándole una referencia de Naruto (a medias)
- La puerta del incesto abrís vos.
Tammy se acostó y abrió la sabana para que entrara con ella…
- Hablando de puertas, es horade queme abras la que tengo entre las piernas.- Me pidió cachonda, jugando a la esposa calenturienta. Yo tenía otros planes, terminar el día como lo habíamos empezado: haciendo cochinadas.
Era curioso como a esa altura el mundo exterior con sus relaciones convencionales me resultaba ajeno, misterioso. Nunca había tenido una novia, ni una amiga con derechos, ni nada convencional, en su lugar, estaba bendecido con una hermana otaku, pervertida, instagramer y todo lo que conocía era moverme con ella entre la sombras para realizar incesto, y conspirar como terroristas contra la paz en nuestro hogar. Podía ser que afuera el coronavirus hacía estragos, no obstante era una gripecita en comparación a como nosotros pervertíamos nuestro hogar con planes y artimañas rastreras.
Camine gateando hacia mi hermana, mis brazos la bordearon como mis piernas y me deje caer con suavidad con nuestras bocas encontrándose. Nos lengüeteamos las bocas por fuera, por dentro, hicimos peleas de lenguas e intentamos jugar a una especie de pulseada de besos en las que intentábamos envolver con los labios la lengua del otro y succionarlo. Solía perder, me encantaba la sensación de los labios de mi hermana apresándome la lengua, tirándola de ella a la vez que succionaba...
No obstante, no me conforme con su boca, que hacía mucho que no probaba con tanta libertad, fui descendiendo para levantarle la remera y desnudarle las tetas, a las que también, más allá de un apretujón, no llevaba a mi boca desde hace tiempo.
- Mmmm Tommy, como te gusta chuparme ahí.- Me dijo acariciándome el pelo mientras succionaba sus pezones dejándolos infladitos y afilados, solía apretarlos con la boca y estirarlos hasta que se me resbalaban de la boca.
- Lo dije antes y lo digo ahora, no puede ser que no haya una pastilla o algo que te permita generar leche.- Mencione en un arrebato de fetichismo lactante.- Te vaciaría las tetas a cada hora.
- Ya lo hablamos, hermanito, hay una sola manera, me vas a tener que preñar.- Dijo como si nada.- Yo en cambio si puedo sacarte toda la leche que se me antoje, vení, te quiero ordeñar la ubre como en los viejos tiempos.
Ya lo habíamos hecho al menos una vez, una posición clásica en los hentai de madre e hijo, el varón prendido a los senos como si se alimentara y la madre o la milf, masturbándolo casi en un gesto fraternal enfermizo. Con nosotros, que íbamos a contra mano de la sociedad, mientras más perverso y morboso era algo más nos calentaba, por lo que no tardé en acomodarme de costado a ella, muy pegado, ligeramente curvado para que Tammy llegue a mis genitales.
Así como yo le trataba las tetas con amor, ella hizo lo mismo con mi miembro, al que acaricio y manoseo del tronco a los testículos hasta que se erecto, masturbó con calma y paciencia, justo como me gustaba pajearme, con movimientos cortos entre la base del glande y el fin del tronco.
- Ahh, ahhh, mmm, que lindo esto, me encantaría tanto sentir que te lleno con mi leche.- Me susurró muy excitada.
- Te las vaciaría siempre hasta que naciera nuestro bebe, no doy más de calentura.
- Tomá, al menos entretenete con esto…- Tamara salivo con puntería en su pezón dejando caer un chorrito de saliva y yo lamí justo ahí y sorbí la saliva como había visto en algunos videos que me habían sacado unas buenas pajas, recuerdo uno de Ava Addams y Mike Adriano en el que pasaba eso (les tiro el chivo).
- Más, escupí lo más que puedas. Me re morbosea eso…
- Me di cuenta, a mi también.- Mi hermana me hizo caso y cada tanto dejaba caer un chorrito de espesa saliva, a veces en su teta, otras veces directo a mi boca. Cuando estábamos excitados todas las barreras que nos anclaban al mundo moral se quebraban y como suele decirse “nos íbamos al carajo”
Sin avisar, realizando algunos movimientos de cadera y prendiéndome a su pezón con mayor fuerza, me corrí sin importarme en absoluto a dónde fueron a parar mis descargas de semen, y a ella tampoco, dado que me pajeo con soltura terminando con la mano enlechada. Un grueso grumo de semen se deslizó por sus dedos y frente a mí, lo sorbió con fuerza mandándoselo adentro como si fuera un fideo.
- Yo si puedo tomar leche ¿Injusto no?
- Ahora me toca a mi.- Dije deslizando mi mano por dentro de su bombacha.- Ya que volvimos a una etapa manual, quiero que me empapes la mano.
- Mmmm que rico, solamente dejame que me saque la bombacha, no quiero dejarla mojadita.
Así fue como despedimos el día. Con la excitación a flor de piel, la envolví en una cucharita mientras ella mantenía una pierna levantada y así permitirme abordarle la vagina pasando mi mano por ella, llegando a su clítoris al que frote con mi palma realizando movimientos circulares. La posición, de todas formas fue mutando. Tammy se fue acomodando sobre mí, a merced de mis manos que le pellizcaban con cariño los pezones y con la otra intentaba introducirse en su vulva, primero de a dos dedos, luego tres, y por último todos, aunque obviamente no llegue a hacerle un “fisting” pero si dos de mis dedos la hurgaron hasta el fondo y le estiraron las paredes vaginales.
- No puedo más, me re cuesta no gemir como una puta.- Me susurró mientras la masturbaba con dos dedos y con los otros le masajeaba el clítoris. Suficiente bochinche hacía el colchón con ella frotándose contra mí como una lombriz en el asfalto veraniego.- Como quisiera estar a solas y hacerlo a gusto por favor, me siento maniatada…
- Besame, mantene esa boquita sucia ocupada. Aguantemos por un tiempo hasta que habiliten los telos.
Y así fue como mis manos empezaron a sentir la temperatura incrementarse hasta que en una contracción violenta, se arqueó aplastándome con su peso, sintiendo su culo como una prensa contra mi mientras el líquido ardiente proveniente de sus recónditos me empapo los dedos dejándolos deliciosos.
- Yo también puedo sacarte jugo, te voy a exprimir esta mandarina negra hasta que te quedes dormida…- Le dije y bajé por las sabanas acomodándole las piernas para que las dejara abierta.
- Oh Dios… no voy a aguantar.
Mi boca y nariz se frotaron contra su vulva toda mojada y le chupé la concha con tantas ganas que ni las sábanas amortiguaron todo el sonido, sonó como a lengüetazo de perro tomando agua en un día de calor norteño. Me empape con su sabor y su olor vaginal tan exquisito para mí mientras preferí cambiar de posición y pasar a un 69. Casi al instante, desde que mi sexo estuvo a alcance de ella, lo tomó o y se lo llevo a la boca con la naturalidad de alguien que ve un fruto de un árbol, y lo come. Con algo de brutalidad, al sentir mi glande en su boca, baje la cadera para que todo mi pene se deslice semierecto dentro de su boquita llegando al fondo de su garganta, a tal punto que mis testículos se apretujaron contra su nariz.
Tammy no se achico y me la succiono como a una mamadera mientras su mano me apretujaba las nalgas y acariciaba los testículos. Yo en cambio trataba seriamente de abarcar toda su vagina con mi boca para inflarla a chupones, luego, abrí los labios vaginales bajo la sabana y le lamí cada porción rosada de su concha, en especial el clítoris, al que batí a lengüetazos mientras la masturbaba con un dedo pulsando hacia arriba, como queriendo tocarle el clítoris desde adentro.
Sin dudas una de las noches más apasionadas que tuve con ella, había pensado que iba a ser una pajita y a la cama y sin embargo ahí estábamos, en un 69 meta chuparnos todo, haciendo lo imposible por no hacer rechinar el colchón ni dejar escapar gemidos, o en mi caso, bufidos como de toro encabronado, cosa difícil de hacer cuando una nueva marejada seminal brota de tu miembro satisfecho para caer directamente en el rostro de mi hermana, que recibió los chorritos de semen sin complejos en toda la cara.
No diría que teníamos mucha excitación por mi odisea realizada a la tarde con mi cámara, sinceramente, no había llegado al punto de pensar en mi vieja al hacerlo, Tammy bastaba y sobra, era imposible ignorarla, creo se debía más a que aún nos extrañábamos como si necesitáramos una semana como esa noche para recuperar el ritmo perdido, después de todo, habíamos realizado proezas dignas del libro Guinness de los Records y ahora, nos veíamos limitados a movernos en las sombras y el silencio como dos ninjas.
- Me siento un ninja al hacer estas cosas a escondidas.- Dije apagando la luz para tener otra noche de dulces sueños.
- Si, del clan Hyuga, somos.- Reconoció mientras nos tapábamos.
Aunque hice decepcionar al Capitán América por no entender la referencia, me acurruque contra ella y dormí, pensando en cómo a pesar de estar confinados a una casa, mi aventura con los videítos había expandido nuestros horizontes.
Continuara
Capítulos Anteriores:
Hermana Otaku Capítulo 1 (Temporada 2):http://www.poringa.net/posts/relatos/3727751/Hermana-Otaku-2da-Temporada.html?notification#comment-185844
Gracias por leer! Ya se darán cuenta de cómo sigue la historia 😉 Qué pasará con Sandra y Tomás? Que tiene planeado Tammy con su padre? Esas preguntas tendrán que esperar un capítulo más.
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7 comentarios - Hermana Otaku 2da Temporada: Capítulo 2