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Presentación y primer relato

Hola a todos, durante mucho tiempo he sido un lector muy asiduo de los relatos eróticos que se publican en esta y muchas otras páginas, me encanta leer las historias, las descripciones de sus protagonistas y todo el morbo y la imaginación que va de por medio, incluso más que ver imágenes o vídeos, disfruto más ir construyendo en mi mente las historias que cuentan y sobretodo pensar las situaciones tan atrevidas y deliciosas que narran. Disfruto de los relatos bien escritos sin faltas de ortografía, lo cual trataré de reflejar en los que les comparta a partir del día de hoy. 


Primero me presento, soy un chico de veintitantos años, de la CDMX, cabello corto, negro, mido 1,70 m y mi complexión es normal, soy educado y tímido cuando empiezo a conocer a alguien pero en confianza podría llegar a ser el mejor amigo de casi cualquier persona. En cuestión de mi pene, mide 13 cms lo cual me acomplejó por algún tiempo pero ahora entiendo que si bien no es largo, le saco partida por el gran grosor que tiene y la forma en que las venas resaltan cuando tengo una erección, por lo demás mi atractivo se centra en mis piernas las cuales, sin ser las de un atleta son fuertes y musculosas por el ejercicio que hago. 

Hoy les hablaré de mis primeras experiencias sexuales que tuve cuando iba en la prepa, como todo chico de mi edad, y aún ahora, tenía las hormonas a todo lo que daban cuando iba a la escuela y veía los cuerpos de mis compañeras, unas delgadas sin mucho de adelante pero si buena retaguardia o con mucho pecho y nada de trasero o una que otra bien dotada de todos lados, a mí en lo particular me llaman la atención más las bubis que el trasero. La primer experiencia relacionada al sexo fue con una compañera que, por razones confidencialidad, llamaremos Liliana. 

Liliana era una compañera de mi salón la cual para mi era la más linda de todas pero como dije al principio soy un tanto tímido y hasta ese momento no le había insinuado o dicho que me gustaba, era delgada, piel blanca y cabello negro lacio, su mayor atractivo era su trasero respingado y bien duro, el cual se marcaba con los pantalones ajustados que usaba, sus pechos eran pequeños pero bien formados, de esos que en una sola mano te caben y que al apretar se siente la firmeza de su piel. 

Una tarde cuando terminaban las clases iba caminando hacia la parada del bus para ir a mí casa, había que caminar un par de calles que casi siempre estaban solas, iba solo y de repente veo enfrente de mi a una chica caminando con un par de bolsas y en seguida fijo la vista a su rico trasero imaginando todo lo que quiera hacer con él, después de unos pasos veo que para mi sorpresa se trata de Liliana y me adelanto a ayudarla con sus bolsas: 

Yo: Hey compañera ¿te ayudo?.
Liliana: Ay si por favor, se me van cayendo estas bolsas y tengo un inconveniente.
Yo: ¿Qué pasa? (Tomo las bolsas).
Liliana: Después de salir de educación física me cambié de ropa pero no me di cuenta que la blusa que traigo se le cayó un botón y ahora se me ve todo. 

Yo: Ah ¿si? (Me puse muy nervioso e involtariamnte volteé a ver sus pechos.
Liliana: Si, jaja pero no te emociones eh (tapándose con una mano sus pechos y con la otra tratando de acomodarse la parte de arriba de la blusa).

Yo: Disculpa, no quería incomodarte.
Liliana: No te preocupes, sé que eres un chico muy atento y no eres un pervertido como todos aquí en la escuela.

Yo: Gracias pero no quieras probar suerte, que los más cayados somos los peores jaja.
Liliana: ¿Será? Por la forma que miraste mis pechos diría que te los quieres comer aquí mismo.

Yo: La verdad si se me antoja hacerles eso y más (aquí espere que se molestara o algo).
Liliana: ¿En serio? La verdad pienso que los míos no son muy grandes, digo por lo que veo algunas compañeras los tienen más grandes que yo, de seguro ya habrás tocado mejores que los míos.

Yo. La verdad no, nunca he tocado ni visto algunos.
Liliana: No te creo.

Yo: En verdad.
Liliana: Bueno, pues yo te confieso que a mi tampoco nadie me los ha tocado ni visto antes, todos los chicos que conozco son unos imbeciles y cretinos. 

Yo: ¿En verdad, incluyéndome?
Liliana: No, jaja tú eres muy lindo y por lo que veo muy atento aunque por lo que veo también te sale lo perverido. 

Yo: Como a cualquiera, supongo que tú también lo tienes.
Liliana: jajaja tonto! Claro que sí como todos.
Yo: Ves, es algo normal.
Liliana: Lo sé pero no te emociones.



Después de eso se despidió porque tenía que irse, al llegar a mi casa estuve pensando en ella y la forma tan perfecta de sus pechos que reposaban en su bra que llevaba; abri Facebook y al buscar su perfil me clavé viendo sus fotos, apreciado su rico cuerpo, no pude enviar masturbarme pensando en lo que quería hacerle. 


Al día siguiente tenía una clase libre y al estar sentado en una banca llegar Liliana y me saluda. 
Liliana: ¡Hola!.

Yo: Hola hola, ¿cómo estás?.
Liliana: Bien aunque algo preocupada.

Yo: ¿Porqué, qué pasa?.
Liliana: La próxima semana es el examen de física y hay muchas cosas que no entiendo aún, ¿tú ya estudiaste, me podrías ayudar?

Yo: Claro, con gusto (en ese momento pensé en que sería la oportunidad perfecta para pasar más tiempo con ella y ver qué se podía dar).
Liliana: Pero aquí hay mucho ruido, vamos al jardín.



Caminamos por el patio hasta llegar al jardín donde también había gente y ruido, seguimos caminando hasta una pared y ahí nos acomodamos, saqué mis apuntes y comencé a explicarle los temas, al cabo de una media hora empezó a hacer mucha calor y empecé a sudar un poco. 


Yo: Oye como que hace mucha calor ¿no?.
Liliana: Si, demasiada, me dan ganas de quitarme todo.

Yo: Adelante jaja.
Liliana: Pue ayer casi me ves los pechos tal vez hoy se te haga.

Yo: Por mi encantado.
Liliana: Va, pero con una condición.

Yo: ¿En serio, cuál? (Mi corazón empezó a latir fuerte).
Liliana: Como te dije ayer, nadie me los ha visto ni tocado y también no he tocado el pene de algún chico y la verdad ya desde hace tiempo que mis amigas me cuentan lo rico que es y me dan muchas ganas pero te dijo que todos son unos imbeciles y no me he animado pero tú eres muy atento, listo y sé que lo harías sin hacerme sentir usada.

Yo. Gracias bonita claro que así sería pero... ¿aquí? ¿ahora?.
Liliana: Si, ¿porque no?.


En ese momento mi corazón se puso al cien después de escuchar esa propuesta tan deliciosa. Me acerqué a ella, la miré a los ojos y le planté un beso tan candente que lanzó un gemido. Como estábamos en un lugar alejado de todos y nadie nos podía ver, seguí besandola muy apasionadamente, no podía creer que de un día a otro estaba en esa situación tan candente. Ella desabrochó mi cinturón y empezó a masajear mi pene ya erecto sobre el pantalón, a la vez que llevé mis manos a sus pechos y como imaginé,eran firmes y redondos, como solo llevaba una playera y su bra fue fácil acceder a ellos. 

La acosté en el pasto y me puse sobre ella levantando su blusa y su bra sin quitárselo, dejando al descubierto ese par de pechos perfectos, firmes, redondos, con su tono claro de piel y sus pezones rosados adornando magistralmente la punta. Para esto ya tenía su mano dentro de mi pantalón acariciandome el pene y los testículos, que no por presumir pero los tengo bastante grandes. 

Esta situación me tenía tan caliente, llevé mis manos al rededor de sus pechos y los masajé con mucha delicadeza hasta que con las yemas de mis dedos presioné sus pezones y se pusieron duros de lo rico que estaba sintiendo, veía en su cara lo excitada que estaba entonces. Ella seguía con el masaje a mi pene, la ayudé tomándola de la mano y haciendo que con su pulgar y su índice rodeara la cabeza de mi pene para empezar a deslizar de arriba hacia abajo mi glande. Estaba en la gloria sineitndo la primer masturbación que me daba otra persona, con esa excitación la vi a los ojos y ella entiendo en ese momento que le pedí permiso para comer sus pechos, inmediatamente abri mis labios y los posé en sus pezones succionando suavemente, era una delicia sentir su calor, su textura y su sabor, esto provocó una erección más dura que ella respondió con un movimiento más brusco, mi pene estaba a punto de explorar. 

Ahora empecé a morder sus pezones con mis dientes y a pasar por la punta mi lengua, eso la puso a mil y empezó a moverse contra mí, rosando su vulva contra mí pierna derecha sin dejar de masturbarme. Segui unos minutos más comiendo sus pechos mientras ella seguía frotando su vulva, llegó un momento que sus movimientos eran muy fuertes, lo que me indicó que estaba por venirse así que dejé sus pechos y mordí su cuello, ella jadeo un poco y sus ojos se pusieron blancos ahogándose en el gemido que callé con otro beso a la vez que la abrazé y pude sentir sus pezones erectos contra mí dorso. 

Finalmente, cuando nos recuperamos un poco pude notar que estábamos muy sudados y acalorados, metí el pene en su lugar mientras ella hacía lo propio con sus pechos. Nos vimos fijamente a los ojos y no pudimos contener las ganas de besarnos nuevamente pero esta vez más tierno que caliente. Le dije:

Yo: ¡Woh! Eso estuvo más rico de lo que imaginé.
Liliana: Si, demasiado. 

Yo: Me gustaría repetirlo, eres la chica más guapa que conozco y me gustas mucho.
Liliana: Tú también eres muy lindo, también me has gustado pero eres muy serio.
Yo: Es que una chica tan linda como tú me intimida.
Liliana: jaja me sonrojas.

Yo: Quisiera sonrojarte cada día.


Desde ese día Liliana y yo fuimos novios, nuestra relación fue muy linda y también hicimos muchas cosas calientes, como hacerlo en la propia escuela, en su casa, en la mía y en la calle. Iré relatando todo lo que viví con ella y con otras chicas a lo largo de los siguientes relatos. 


Espero que te haya gustado y excitado, acepto sugerencias y comentarios aquí en la página o en mi correo electrónico: escritoreroticomx@gmail.com


Quisiera tener contacto con ustedes para compartir experiencias, especialmente si eres mujer me encantaría leerte y poder conversar sin tabús y sin criticar ni exponer a nadie, solo vivir nuestra sexualidad al máximo con respeto mutuo.

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