Voy a relatar alguna de las andanzas de una poringuera amiga, cuyo nombre voy a preservar y la llamaré Cecilia, que es casada tiene hijos y vive en un acomodado barrio del conurbano bonaerense, trabaja en una empresa en un puesto de línea media y le encanta la pija, pero no sólo la pija sino que le encanta la trampa y especialmente el morbo. Cecilia no es alta, mide 1.60 cms, su peso es acorde a su altura, carnosa pero no gorda, tiene ojos marrones claros y cabello rubio, ahora definido ese color por la peluqueria pero de joven debió ser bien rubia, color de piel blanco, sus carnes intimas, muy blancas. Mientras tanto, su marido le permite ciertas licencias carnales aunque conoce sólo algunas de las aventuras que Cecilia ha tenido y tiene cada cierto tiempo, éstas licencias -según manifiesta- le resultan indispensables porque su cuerpo necesita si o si, contacto con otros cuerpos del sexo opuesto y con el esperma de sus machos.
Lo cierto es que soy amigo de Cecilia y ella me cuenta cosas, entonces con esos datos, mas las correcciones que ella misma introdujo a mi relato intentaré contarles algunos sucesos que la tuvieron como protagonista a ésta bella y atractiva madre de familia.
En una de las ultimas conversaciones con ella descubrí que su marido conoce, es decir es cornudo consciente parcial, de algunas de las aventuras de ella pero no de todas, hay trampas que ella no se las comenta, una de las que le comentó fue la que tuvo con un albañil paraguayo y uno boliviano que le hicieron la piscina ( ella me corrige que use éste término, y no pileta, que es un término de negros.! Jeje).
Sucede que Cecilia y su marido habían pedido un presupuesto a un arquitecto para que les diseñara y dirija la obra, cuando estaban en los arreglos preliminares el arquitecto trajo a quienes serian los que harían realmente la obra, un paraguayo cuarenton que dijo ser maestro mayor de obras y un albañil boliviano que era su dependiente. Mi amiga mientras se tomaban las primeras medidas de lo que seria la obra se hizo presente frente al paraguayo y el boliviano con un diminuto traje de baño a tomar sol, obviamente no faltaron las miradas de ambos hombres sobre ella, tanto que motivó al paraguayo, que resultaba el mas capacitado, a decirle que “notaba que el arquitecto le había pasado un precio excesivo y por tanto si le parecía y arreglaban él podía hacerle lo mismo, y hasta algo mejor, por la mitad del precio estimado”. Obviamente se cruzaron miradas y mi amiga detectó cierto “hambre” por su carne, del guaraní así que aprovechó, suspendió en principio la contratación del arquitecto con una excusa, recuperó la seña entregada y si bien ella aceptaba dejarse coger por el paraguayo, pensó que seria sólo una vez; por su parte el calificado dependiente exigía que ella se entregara en 3 oportunidades y para ello puso ciertas condiciones. La primera vez, sería luego de hecho el pozo de la piscina; otra vez (el segundo polvo) sería luego de haber hecho “todo el hormigon” y el tercer polvo correspondería con la piscina terminada (es decir con la obra llave en mano).
Lo único que pidió el paragua fue que no se enterara el arquitecto porque no le iba a dar más trabajo a él, y a él le interesaba seguir vinculado al profesional, aunque también le interesaba culearse a mi amiga, que suponía era una MILF chetita y que le gustaba mucho la joda.
A todo esto el marido de mi amiga, había coordinado acciones con ella para evitar pagar más por un servicio que se podía lograr por menos desembolso, aun a costa que su mujercita de sociedad se entregara en cuerpo al paraguayo para satisfacerlo en tres oportunidades. Sin duda se trataba de un racional consumidor el marido de Ceci, aunque ignore en forma parcial las aptitudes de su esposa, no obstante las que conoce, de verdad las aprovecha muy bien.
Bueno así fue como tuvieron el primer encuentro, en su habitación Cecilia recibió la carne anhelante y erecta del paraguayo el que blandia una pija de buen tamaño no tan larga mas bien gruesa y cabezona, de unos 17 cms. Lo excitante fue precisamente que se entregó completamente al placer con otro macho en la cama que comparte diariamente con su marido, en una primera instancia se dedicó a chupar esa importante chota, ella arrodillada frente al semental que iba a intentar satisfacer y con su pija siendo babeada en su boca, a la que tiraba el cuero hacia atrás descubriendo la cabeza ancha y vibrante de tan masculino instrumento.
Mi amiga tan petera siempre como le ha sido posible, fue más que abundante en el tiempo que poseyó el viril instrumento entre su boca, propiciándole chupadas, lamidas, escupidas y babeos diversos, sosteniéndolo con una mano y en ocasiones dependiendo de la posición cambiando a la otra mano. Sus tetas abundantes como siempre tenían los pezones tan duros que si se los apretaban dolían y mucho mas de lo habitual, y otra muestra de su morbosa calentura era su entrepierna y la tanga que sólo parcialmente tapaba su roja vulva, la que se encontraba totalmente inundada de una baba transparente y espesa que manaba a mas no poder.
De tanto succionar la chota de aquel hombre, en un momento fue arrojada a la cama mientras que el sudamericano guaraní se quitaba su camisa y algo de lo que le quedaba de ropa y daba la orden de “desnúdate” a esa hembra de encumbrada clase social, a la que iba a poseer con toda la potencia que su hombría le permitiera. Como en definitiva pensaba que debía hacerse con aquella hembra, una suerte de perra en celo que no alcanzaba a satisfacerse con lo que había conseguido para que la acompañe en la vida, por la via de la organización social y las leyes. Mi amiga ni bien se le tiró encima de la cama, notó la rudeza del cuerpo de aquel hombre, lo sucio que estaba y también que manaba un fuerte olor a transpiración, pero todo aquello era lo que a ella le gustaba, la emoción y el morbo, además de “la trampa” que siempre le gustó y le gusta. Las manos rudas de aquel macho la tomaron mientras el cuerpo de él, se situó entre sus piernas, y ella frágil e indefensa ya desprovista de su tanga y con su sexo ansioso y muy lubricado sintió como se situaba un falo cabezon y bien duro entre sus piernas, que fue buscando su ubicación natural para la cópula, y así sin mediar palabra y sólo con su hombre encima muy excitado que contenía la respiración para darle precisión a su masculino instrumento, recibió de un empujón la cabeza de aquel pene en su interior, solo suspiró y eso hizo que el ocasional amante pujara nuevamente introduciendo -por el grado de lubricación en exceso que tenia su vagina- casi ¾ partes de aquel miembro masculino erecto, a partir de ahí comenzó a bombear y eso también produjo una dilatación de la vagina de Cecilia aun mayor, pero en otras circunstancias ese tamaño por ahí le hubiera llevado mas tiempo recibirlo, pero en esas circunstancias no fue así. Al minuto sintió las bolas peludas de su amante que tocaba en la entrada de su esfínter anal y zonas aledañas, sinónimo que el falo había desaparecido adentro de ella rapidamente porque estaba muy excitada. Después de una buena introducción vaginal y mientras el sudamericano se movía adentro de ella, lo convenció para que sacara su pija de donde estaba pujando y lo llevó a que la sodomice (en realidad mi amiga, prefiere el coito anal y disfruta mucho que se lo hagan).
El guaraní cuando sacó su falo aun duro de la vagina de Cecilia pudo percibir que tenia toda la vellosidad proxima al falo muy babeada y sudorosa, producto de los jugos que manaban desde dentro de su hembra en ese momento, aspecto que fue aun para él, mas excitante. El esfínter anal de aquella está acostumbrado y no costó nada que la empernara, por lo excitada que estaba, con presionar un poco el ensarte fue casi completo y mi amiga terminó muy bien poseída analmente.
también por el constructor, el que daba algunos chirlos con sus rudas, poco higiénicas y ásperas manos en sus glúteos y cadera, ya había pasado un tiempo desde la primera introducción y después de un tiempo al obrero le sobrevino el orgasmo y la eyaculación la que llenó el recto de Cecilia, tanto que cuando se retiró de aquel orificio se notaba en su interior una buena carga de esperma, que se derramó sobre la cama matrimonial cuando Cecilia cambió de posición. Mi amiga no recuerda cuantas veces acabó aquella tarde aseguraría que mas de 3 veces, sumó la rudeza de su amante y la situación morbosa, por supuesto que nadie iba a aparecer en aquel momento había arreglado con su marido para que demorara el regreso y trajera con él a sus hijos, asegurarse de aquella situación era lo primero. Todo fue bien.
En el segundo encuentro fue mas o menos similar, aunque quiso suavizar en algo las manos de aquel obrero por lo que una vez en su habitación le dijo que se pusiera crema de manos, lo que resultó una sorpresa para el hombre pero aceptó, supongo que no sólo para suavizar las manos que eran asperas sino también para que cambiara un poco el olor a sudor de aquel macho guaraní, aunque sin lograrlo totalmente, pero al menos se modificó la situación de inicio.
Mientras el tercer encuentro transcurrió normalmente sin mayores cambios a lo relatado. El tema fue que en ocasion del segundo encuentro con el paraguayo, habian sido vistos teniendo sexo por el obrero boliviano, el que enfrentó a mi amiga una vez solos los dos y le dijo que los había visto pero que si ella no se dejaba coger por él, él no seguía trabajando. Hay que pensar que el paraguayo como maestro mayor de obras iba y venia pero el que realmente trabajaba era el boliviano. Menudo problema se encontró mi amiga Cecilia, por lo que si bien el boliviano no era de su gusto ni remotamente pensó que debía acceder a esa pretensión para acelerar los trabajos, así entonces le dijo al obrero que “ bueno, pero iba a ser solo una vez de un solo encuentro sexual….”, así fue como se entregó sexualmente al boliviano de parado en el comedor de la vivienda, agarrada a la mesa y siendo poseída desde atrás directamente. El boliviano tenia menos dotación y menos altura que su compañero de trabajo, aunque no cambiaba el olor a sudor en su cuerpo así como en su miembro viril, al que accedió mi muy pulcra amiga, y cuando le bajó los boxers y tiró el cuero del prepucio para atrás se encontró casi con una realidad especial por los aromas que despedía, pero igualmente y bajo los lineamientos que le fijaba su lema mas referido “no hay peor tarea que aquella que no se emprende” arremetió contra las circunstancias haciendo desaparecer en su boca el mediano falo del boliviano. A partir de allí y por la profusa saliva que manaba de su boca, prácticamente lavó el instrumento viril y lo dejo muy lubricado, de repente el macho circunstancial de mi amiga la levantó de la posición que tenia de rodillas, la dio vuelta y haciendo que aun estando parada delante de él le ofreciera sus vagina y su ano, levantándole para ello un poco una mini y bajándole la tanga que llevaba colocada dejandola caer hasta sus tobillos, así como la había colocado a Cecilia le pasó las asperas manos por la entrepierna llegando a tomar contacto con su depilado tajo el que tanteó bruscamente más por costumbre de hombre que por necesidad, ella sintió nuevamente la rudeza de un hombre y en ese tanteo el albañil detectó lo húmedo y baboso que estaba aquel órgano sexual femenino. En ese momento mi amiga lo convenció que la enculara, que quería sentir su miembro viril venciendo su esfínter anal así el obrero no dudó y utilizando la cabeza de pija para buscar “el sendero del placer”, mientras de paso lubricó con aquellos jugos de vagina que manaban profusamente de la hembra, empujó a ciegas hasta que encontró aquel sendero que se originó en un esfínter anal bien acostumbrado a hacerle lugar a órganos masculinos erectos, así prontamente ya estaba adentro del recto de mi amiga, acompañado del jadeo de ella, haciéndola bajar la cabeza y ofrecer sus nalgas contra las que chocaba en sus embates viriles y ansiosos. Bombeó con pasión e hidalguía el obrero del altiplano, produciéndole dos acabadas a mi amiga que tiene sus orgasmos anales y además se toca el tajo para estimulación, y luego de una cantidad de tiempo prudencial el honroso hombre depositó dentro del recto de mi amiga, su abundante lefa que por la posición que estaban y la dilatación del esfínter anal hizo propicio que corriera por sus nalgas hacia las rodillas, dejando rastros a su paso. El hombre, que habrá tenido entre 35 y 40 años, se retiró conforme de aquella experiencia y no fue por otra recompensa carnal, como podía haber hecho. De hecho aceptó que estar convidado en algún “banquete” podía ser sólo temporal en su caso y muy racionado.
Después de algunos días, la familia ejemplar de mi amiga Cecilia su marido y sus hijos festejaron con sus amistades la construcción de la piscina, gran fiesta gran.. en definitiva dicha obra tuvo un costo de un 50% del dinero presupuestado originalmente por el arquitecto que señalamos al inicio de este relato, el 50% lo puso con el cuerpo mi amiga Cecilia, que soportó y gozó estoicamente con 2 obreros inmigrantes en cuatro jornadas diferentes, una experiencia que no fue en vano, y que aprovechó para gozar como hace siempre una puta, que aparenta ser una fiel y católica esposa de sociedad.
Lo cierto es que soy amigo de Cecilia y ella me cuenta cosas, entonces con esos datos, mas las correcciones que ella misma introdujo a mi relato intentaré contarles algunos sucesos que la tuvieron como protagonista a ésta bella y atractiva madre de familia.
En una de las ultimas conversaciones con ella descubrí que su marido conoce, es decir es cornudo consciente parcial, de algunas de las aventuras de ella pero no de todas, hay trampas que ella no se las comenta, una de las que le comentó fue la que tuvo con un albañil paraguayo y uno boliviano que le hicieron la piscina ( ella me corrige que use éste término, y no pileta, que es un término de negros.! Jeje).
Sucede que Cecilia y su marido habían pedido un presupuesto a un arquitecto para que les diseñara y dirija la obra, cuando estaban en los arreglos preliminares el arquitecto trajo a quienes serian los que harían realmente la obra, un paraguayo cuarenton que dijo ser maestro mayor de obras y un albañil boliviano que era su dependiente. Mi amiga mientras se tomaban las primeras medidas de lo que seria la obra se hizo presente frente al paraguayo y el boliviano con un diminuto traje de baño a tomar sol, obviamente no faltaron las miradas de ambos hombres sobre ella, tanto que motivó al paraguayo, que resultaba el mas capacitado, a decirle que “notaba que el arquitecto le había pasado un precio excesivo y por tanto si le parecía y arreglaban él podía hacerle lo mismo, y hasta algo mejor, por la mitad del precio estimado”. Obviamente se cruzaron miradas y mi amiga detectó cierto “hambre” por su carne, del guaraní así que aprovechó, suspendió en principio la contratación del arquitecto con una excusa, recuperó la seña entregada y si bien ella aceptaba dejarse coger por el paraguayo, pensó que seria sólo una vez; por su parte el calificado dependiente exigía que ella se entregara en 3 oportunidades y para ello puso ciertas condiciones. La primera vez, sería luego de hecho el pozo de la piscina; otra vez (el segundo polvo) sería luego de haber hecho “todo el hormigon” y el tercer polvo correspondería con la piscina terminada (es decir con la obra llave en mano).
Lo único que pidió el paragua fue que no se enterara el arquitecto porque no le iba a dar más trabajo a él, y a él le interesaba seguir vinculado al profesional, aunque también le interesaba culearse a mi amiga, que suponía era una MILF chetita y que le gustaba mucho la joda.
A todo esto el marido de mi amiga, había coordinado acciones con ella para evitar pagar más por un servicio que se podía lograr por menos desembolso, aun a costa que su mujercita de sociedad se entregara en cuerpo al paraguayo para satisfacerlo en tres oportunidades. Sin duda se trataba de un racional consumidor el marido de Ceci, aunque ignore en forma parcial las aptitudes de su esposa, no obstante las que conoce, de verdad las aprovecha muy bien.
Bueno así fue como tuvieron el primer encuentro, en su habitación Cecilia recibió la carne anhelante y erecta del paraguayo el que blandia una pija de buen tamaño no tan larga mas bien gruesa y cabezona, de unos 17 cms. Lo excitante fue precisamente que se entregó completamente al placer con otro macho en la cama que comparte diariamente con su marido, en una primera instancia se dedicó a chupar esa importante chota, ella arrodillada frente al semental que iba a intentar satisfacer y con su pija siendo babeada en su boca, a la que tiraba el cuero hacia atrás descubriendo la cabeza ancha y vibrante de tan masculino instrumento.
Mi amiga tan petera siempre como le ha sido posible, fue más que abundante en el tiempo que poseyó el viril instrumento entre su boca, propiciándole chupadas, lamidas, escupidas y babeos diversos, sosteniéndolo con una mano y en ocasiones dependiendo de la posición cambiando a la otra mano. Sus tetas abundantes como siempre tenían los pezones tan duros que si se los apretaban dolían y mucho mas de lo habitual, y otra muestra de su morbosa calentura era su entrepierna y la tanga que sólo parcialmente tapaba su roja vulva, la que se encontraba totalmente inundada de una baba transparente y espesa que manaba a mas no poder.
De tanto succionar la chota de aquel hombre, en un momento fue arrojada a la cama mientras que el sudamericano guaraní se quitaba su camisa y algo de lo que le quedaba de ropa y daba la orden de “desnúdate” a esa hembra de encumbrada clase social, a la que iba a poseer con toda la potencia que su hombría le permitiera. Como en definitiva pensaba que debía hacerse con aquella hembra, una suerte de perra en celo que no alcanzaba a satisfacerse con lo que había conseguido para que la acompañe en la vida, por la via de la organización social y las leyes. Mi amiga ni bien se le tiró encima de la cama, notó la rudeza del cuerpo de aquel hombre, lo sucio que estaba y también que manaba un fuerte olor a transpiración, pero todo aquello era lo que a ella le gustaba, la emoción y el morbo, además de “la trampa” que siempre le gustó y le gusta. Las manos rudas de aquel macho la tomaron mientras el cuerpo de él, se situó entre sus piernas, y ella frágil e indefensa ya desprovista de su tanga y con su sexo ansioso y muy lubricado sintió como se situaba un falo cabezon y bien duro entre sus piernas, que fue buscando su ubicación natural para la cópula, y así sin mediar palabra y sólo con su hombre encima muy excitado que contenía la respiración para darle precisión a su masculino instrumento, recibió de un empujón la cabeza de aquel pene en su interior, solo suspiró y eso hizo que el ocasional amante pujara nuevamente introduciendo -por el grado de lubricación en exceso que tenia su vagina- casi ¾ partes de aquel miembro masculino erecto, a partir de ahí comenzó a bombear y eso también produjo una dilatación de la vagina de Cecilia aun mayor, pero en otras circunstancias ese tamaño por ahí le hubiera llevado mas tiempo recibirlo, pero en esas circunstancias no fue así. Al minuto sintió las bolas peludas de su amante que tocaba en la entrada de su esfínter anal y zonas aledañas, sinónimo que el falo había desaparecido adentro de ella rapidamente porque estaba muy excitada. Después de una buena introducción vaginal y mientras el sudamericano se movía adentro de ella, lo convenció para que sacara su pija de donde estaba pujando y lo llevó a que la sodomice (en realidad mi amiga, prefiere el coito anal y disfruta mucho que se lo hagan).
El guaraní cuando sacó su falo aun duro de la vagina de Cecilia pudo percibir que tenia toda la vellosidad proxima al falo muy babeada y sudorosa, producto de los jugos que manaban desde dentro de su hembra en ese momento, aspecto que fue aun para él, mas excitante. El esfínter anal de aquella está acostumbrado y no costó nada que la empernara, por lo excitada que estaba, con presionar un poco el ensarte fue casi completo y mi amiga terminó muy bien poseída analmente.
también por el constructor, el que daba algunos chirlos con sus rudas, poco higiénicas y ásperas manos en sus glúteos y cadera, ya había pasado un tiempo desde la primera introducción y después de un tiempo al obrero le sobrevino el orgasmo y la eyaculación la que llenó el recto de Cecilia, tanto que cuando se retiró de aquel orificio se notaba en su interior una buena carga de esperma, que se derramó sobre la cama matrimonial cuando Cecilia cambió de posición. Mi amiga no recuerda cuantas veces acabó aquella tarde aseguraría que mas de 3 veces, sumó la rudeza de su amante y la situación morbosa, por supuesto que nadie iba a aparecer en aquel momento había arreglado con su marido para que demorara el regreso y trajera con él a sus hijos, asegurarse de aquella situación era lo primero. Todo fue bien.
En el segundo encuentro fue mas o menos similar, aunque quiso suavizar en algo las manos de aquel obrero por lo que una vez en su habitación le dijo que se pusiera crema de manos, lo que resultó una sorpresa para el hombre pero aceptó, supongo que no sólo para suavizar las manos que eran asperas sino también para que cambiara un poco el olor a sudor de aquel macho guaraní, aunque sin lograrlo totalmente, pero al menos se modificó la situación de inicio.
Mientras el tercer encuentro transcurrió normalmente sin mayores cambios a lo relatado. El tema fue que en ocasion del segundo encuentro con el paraguayo, habian sido vistos teniendo sexo por el obrero boliviano, el que enfrentó a mi amiga una vez solos los dos y le dijo que los había visto pero que si ella no se dejaba coger por él, él no seguía trabajando. Hay que pensar que el paraguayo como maestro mayor de obras iba y venia pero el que realmente trabajaba era el boliviano. Menudo problema se encontró mi amiga Cecilia, por lo que si bien el boliviano no era de su gusto ni remotamente pensó que debía acceder a esa pretensión para acelerar los trabajos, así entonces le dijo al obrero que “ bueno, pero iba a ser solo una vez de un solo encuentro sexual….”, así fue como se entregó sexualmente al boliviano de parado en el comedor de la vivienda, agarrada a la mesa y siendo poseída desde atrás directamente. El boliviano tenia menos dotación y menos altura que su compañero de trabajo, aunque no cambiaba el olor a sudor en su cuerpo así como en su miembro viril, al que accedió mi muy pulcra amiga, y cuando le bajó los boxers y tiró el cuero del prepucio para atrás se encontró casi con una realidad especial por los aromas que despedía, pero igualmente y bajo los lineamientos que le fijaba su lema mas referido “no hay peor tarea que aquella que no se emprende” arremetió contra las circunstancias haciendo desaparecer en su boca el mediano falo del boliviano. A partir de allí y por la profusa saliva que manaba de su boca, prácticamente lavó el instrumento viril y lo dejo muy lubricado, de repente el macho circunstancial de mi amiga la levantó de la posición que tenia de rodillas, la dio vuelta y haciendo que aun estando parada delante de él le ofreciera sus vagina y su ano, levantándole para ello un poco una mini y bajándole la tanga que llevaba colocada dejandola caer hasta sus tobillos, así como la había colocado a Cecilia le pasó las asperas manos por la entrepierna llegando a tomar contacto con su depilado tajo el que tanteó bruscamente más por costumbre de hombre que por necesidad, ella sintió nuevamente la rudeza de un hombre y en ese tanteo el albañil detectó lo húmedo y baboso que estaba aquel órgano sexual femenino. En ese momento mi amiga lo convenció que la enculara, que quería sentir su miembro viril venciendo su esfínter anal así el obrero no dudó y utilizando la cabeza de pija para buscar “el sendero del placer”, mientras de paso lubricó con aquellos jugos de vagina que manaban profusamente de la hembra, empujó a ciegas hasta que encontró aquel sendero que se originó en un esfínter anal bien acostumbrado a hacerle lugar a órganos masculinos erectos, así prontamente ya estaba adentro del recto de mi amiga, acompañado del jadeo de ella, haciéndola bajar la cabeza y ofrecer sus nalgas contra las que chocaba en sus embates viriles y ansiosos. Bombeó con pasión e hidalguía el obrero del altiplano, produciéndole dos acabadas a mi amiga que tiene sus orgasmos anales y además se toca el tajo para estimulación, y luego de una cantidad de tiempo prudencial el honroso hombre depositó dentro del recto de mi amiga, su abundante lefa que por la posición que estaban y la dilatación del esfínter anal hizo propicio que corriera por sus nalgas hacia las rodillas, dejando rastros a su paso. El hombre, que habrá tenido entre 35 y 40 años, se retiró conforme de aquella experiencia y no fue por otra recompensa carnal, como podía haber hecho. De hecho aceptó que estar convidado en algún “banquete” podía ser sólo temporal en su caso y muy racionado.
Después de algunos días, la familia ejemplar de mi amiga Cecilia su marido y sus hijos festejaron con sus amistades la construcción de la piscina, gran fiesta gran.. en definitiva dicha obra tuvo un costo de un 50% del dinero presupuestado originalmente por el arquitecto que señalamos al inicio de este relato, el 50% lo puso con el cuerpo mi amiga Cecilia, que soportó y gozó estoicamente con 2 obreros inmigrantes en cuatro jornadas diferentes, una experiencia que no fue en vano, y que aprovechó para gozar como hace siempre una puta, que aparenta ser una fiel y católica esposa de sociedad.
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