Primera parte
Luego de chuparle la concha a Agus y dejarla acabada en la cama, agarré el celu y le mandé un mensaje a Lucas diciéndole que me pase a buscar de mi amiga. Ella me tiró a la cama y empezó a besarme mientras yo seguía hablando con Lucas. Me re calentaba la situación, arreglando para ir a coger con un chabón mientras estaba a los besos con mi mejor amiga.
Tal como se lo había pedido, me besó me tocó, me franeleó toda pero sin hacerme acabar. Me dejó re caliente para Lucas. Bajamos por el ascensor como dos adolescentes besándonos apasionadamente. Me re calentaba que en la puerta estaba Lucas, mi macho dispuesto a cogerme toda, sin sospechar nada de lo que yo había estado haciendo. Descubrí que jugar a dos puntas de esa forma me calentaba más de lo pensado.
Cuando lo vi, lo saludé con un beso bien intenso. Tal vez él pensó que era porque lo extrañé (que es cierto), pero lo hice más por la calentura que me daba saber que hacía menos de un minuto mi lengua había estado en al boca de mi amiga... y varios minutos antes en su concha. Mientras íbamos en el auto charlando con Lucas no podía dejar de pensar en lo trola que me sentía. Me sentía sucia, puta. Y me re encantaba. Tenía terribles ganas de coger con él.
Llegamos a su departamento, y ya en el ascensor lo arrinconé para besarlo con todas las ganas acumuladas de estos meses sin vernos. Me liberé, me entregué. Con una mano le agarré la nuca y lo apreté contra mi boca besándolo de forma muy intensa. La otra mano fue bajando por su cuerpo hasta su verga que ya notaba una erección. Le amasé la pija por encima del jean mientras seguíamos besándonos. Su mano se apretó contra mi culo, hasta que llegamos al piso.
"Qué tenés ganas de comer?" me preguntó mientras cerraba la puerta. Lo arrastré hasta su habitación mientras lo besaba desesperada. Ya habría tiempo para pensar en eso. Lo tiré en la cama, y me subí arriba mientas le sacaba la ropa. Entre los dos, torpemente nos fuimos desvistiendo. Quedamos con el torso desnudo, me tiré encima suyo apretando nuestras pechos y moviéndonos para calentarnos la piel.
Lo dejé tirado en la cama y me paré delante de él. Tenía una pequeña sorpresa. Me di vuelta, moviéndole el culo, y me fui bajando el pantalón hasta los tobillos dejando ver una tanguita q se perdía entre mis nalgas. Mordiéndose los labios se levantó y se paró atrás mío agarrándome el orto con fuerza, como con bronca, mientras me besaba el cuello.
Me fui acomodando en la cama en 4 mientras lo llamaba. "Sacame la tanguita" le dije, para que pudiera descubrir la sorpresa. Se acomodó atrás mío y empezó a reírse cuando vio que abajo había otra tanguita más chiquita, un hilo dental que no dejaba nada para la imaginación. "Mostrame eso" dijo mientras me daba vueltas en la cama, para verme en todas las posiciones. Sus manos recorrían mi cuerpo, acariciándome con ganas, se notaba en el aire las ganas que tenía de romperme toda.
Me dejó tirada boca abajo besándome la cola mientras de a poco abría mis nalgas. Levanté mis caderas para que su lengua fuera ganando terreno y sus dedos llegaran hasta mi concha. "Cogeme" le supliqué entre suspiros. No quería previa, no quería nada (en realidad, la previa ya la había tenido). "Necesito tu pija por favor no doy más" le dije dándome vuelta y atrapándolo entre mis piernas.
Su pija ya estaba ahí, enorme y dura apuntando a mi conchita. Cuando se fue a buscar los forros lo frené. "No. Hoy no. Cogeme así, quiero sentirte". Sus ojos se le abrieron de par en par. Escupió la punta de su pija, luego me la metió en la boca para que la lubricara un poco más y volvió a mi concha.
Apenas sentí la punta de su verga rozar la entrada de mi concha largué un suspiro contenido por meses. "Dale" le pedí mientras de a poco iba entrando. Sabía que me iba a costar meter ese matafuego de nuevo, luego de tantos días de cuarentena.
Pero estaba tan caliente, tan mojada que fue cuestión de segundos tener su verga enterrada hasta el fondo. Se dejó caer sobre mi, me besó mientras su cadera empezaba a moverse metiendo y sacando su pija de adentro mío.
Me agarré fuerte de su espalda y gemía sin parar ante cada embestida. Lo que siguió fue una cogida bestial atrás de la otra. Se arrodilló sin sacar el tronco de mi cuerpo, puso mis piernas en sus hombros y agarrándose de mis muslos empezó a moverme con fuerzas contra él.
El ruido de nuestros cuerpos chocando decoraban la situación. Ni hablar el ruido de la cama moverse que parecía se caía a pedazos en cualquier momento. Yo me aferraba a las sábanas porque sentía que me sacaba volando.
Cuando se detuvo alcancé a tomar un poco de aire, hasta que me acomodó de costado. Me pegó un par de chirlos en la cola y siguió cogiéndome, ahora más despacio, regulando para no acabar. Tenía una pierna estirada y la otra flexionada mientras sus manos abrían mis nalgas mirando como su pija salía casi por completo y se enterraba de golpe.
Me volvió a poner boca arriba. Se acomodó y empezó a chuparme la concha bien despacio con su lengua casi rozándome. Fue acelerando el ritmo y la intensidad hasta que me dejó temblando y explotando en un orgasmo.
Sin dejarme recuperar, me la clavó de nuevo un par de veces. No puedo explicar la sensación de sentir su pija en mi concha apenas había acabado. Casi que me provocó otro orgasmo. No aguantó mucho más, y en poco tiempo tenía mi pancita llena de leche.
Se tiró al lado mío y nos seguimos besando. Lo que había extrañado coger con él no puedo describirlo. Me fui derecho a limpiarle la verga. Eso también lo estaba necesitando. Esa poronga enorme atragantada hasta la garganta. Le pasé la lengua y me la fui metiendo en la boca. Tenía la mitad de la pija enterrada y las lágrimas empezaban a caer por mis mejillas.
Su verga seguía dura. La terminé de limpiar, dejándola brillosa por mi saliva y me acomodé arriba. Me senté en la punta y despacio empecé a bajar. Cuando mi cuerpo se acostumbró al tronco de Lucas, comencé a moverme. Primero dejaba la pija enterrada, después la cabalgaba levantando mis caderas casi sacándola por completo y luego me dejaba caer. No podía evitar gritar cada vez que chocaba contra el fondo. Me partía en dos, pero tampoco podía evitar castigarme con esa verga que me provocaba tanto placer.
Fui girando mi cuerpo, quedando de costado, siempre con la pija enterrada. Me movía hacia adelante y hacia atrás. Encontré el punto justo donde rozaba mi clítoris sobre su piel y empecé a pajearme contra su cuerpo, con la verga enterrada. No paré hasta que acabé. Me levanté un poco, tocando el tronco que estaba totalmente empapado.
Se notaba por como se resbalaba la pija adentro mío. Seguí girando hasta quedar de espaldas a él. Sus manos no dudaron y me apretaron el orto. "Dale puta movete" me gritó mientras empezaba a pegarme. "Sii siii", gritaba yo desencajada cabalgándole la pija cada vez con más intensidad.
Cuando me frenó porque estaba por acabar, no dudé un instante. Le agarré la verga con las manos y le pasé la lengua desde la base hasta la cabeza. De un lado, del otro, del frente. Despues, subí y metí la cabeza en la boca y empecé a mover la lengua.
Sentía la arcada, salía a respirar y volvía a metermela. Su pija estaba a punto de explotar. Le temblaba todo el cuerpo y no daba más. Mi boca se llenaba de saliva con su pija clavada, la dejé escurrir por mis labios para que lubrique más. Mis manos acompañaban el movimiento de mi cabeza subiendo y bajando, desparramando mi saliva por todo el largo de su verga.
Hasta que en un instante, Lucas me agarró de los pelos para sacarme la pija de la boca (en general, no me gusta la acabada en la boca), pero no era mi intención salir de ahí. Le saqué las manos, cerré los ojos y empecé a sentir su lechita calentita golpear contra mi garganta y caer en mi boca, mientras Lucas gemía largando todo dentro mío. Trataba de tragar la mayor cantidad posible. Dejé escapar un poco, para que viera como chorreaba por la pija y se lo limpiaba con la lengua. Seguí tragando hasta que no quedó nada.
Pasé la lengua por mis labios mirándolo a los ojos. Me tiré sobre él y nos besamos con ganas. Yo había quedado casi en 4, con él debajo mío. Uno de sus brazos se pasó por mi espalda, con su mano llegando a mi cola y la puntita de un dedo rozando mi conchita abierta y chorreando. El otro brazo, por debajo, con sus dedos buscando hacerme acabar con una paja mientras no dejamos de besarnos. Ahogué mis gritos en su boca al sentir otro orgasmo con un dedo clavado en mi conchita y 3 pajeándome frenéticamente. Mi cuerpo tembló y me desplomé sobre él agotada.
Luego de quedarnos tirados sin poder movernos por un rato, nos levantamos y cenamos. Miramos una peli y ya ahí empezamos a franelearnos de nuevo. Parecíamos dos adolescentes de lo caliente que estábamos. Mientas terminaba la película lo dejé en bolas y le hice un pete pero sin hacerlo acabar. Lo dejé con la pija re dura.
Se arrodilló en el piso, entre mis piernas y de una me bajó los pantalones hasta los tobillos. Me mordí los labios y agarrándolo de los pelos le puse la cara en mi concha. Lucas abrió grande la boca, cubriendo toda mi conchita por completo. Cerró la boca, y apretó fuerte mientras la lengua empezaba a sacarme gemidos cada vez más intensos.
No frenó hasta que acabé. Me llevó arrastrando con los pantalones bajos hasta su cama, me sentó y se empezó a bajar el pantalón delante mío. Yo, con carita de inocente esperaba ansiosa lo que iba a mostrarme. Cuando su pija quedó al aire puse cara de sorprendida mientras me la metía en la boca. Su sonrisa se borró cuando mi lengua fue desde sus bolas hasta la cabeza de la verga para empezar a petearlo.
Me acostó en la cama y otra vez me cogió bien fuerte. Me puso en 4 y siguió castigándome. Yo tenía las manos apoyadas contra la pared mientras él no paraba de taladrarme. Bajó el ritmo para empezar a meterme el dedito en la cola. Sabía que de eso no iba a zafar. Y tampoco tenía intenciones de hacerlo.
"Qué buscas?" le pregunté cuando el primer dedo ensalivado rozaba mi ano. "Esta colita que me vuelve loco quiero" me decía Lucas moviendo suavemente su pija adentro y de a poco clavando su dedo en mi cola. Me mordí los labios al sentir su dedo penetrarme. "Sabés que está bien cerradita. La vas a tener que tratar con cariño, como la primera vez. Sabés que fuiste el primero, no? Lo sabías?".
Si, Lucas lo sabía pero yo también sabía que él se pone loco cuando le recuerdo ese día. Sacó el dedo y volvió a cogerme con toda la fuerza. Empezamos sentir golpes en la pared, del vecino que no podía dormir de la garchada que me estaban pegando.
Lucas se frenó, y nos empezamos a reír. Él aprovechó la interrupción para seguir con lo que había empezado. Me abrió la colita y empezó a chupármela y a abrirla con la lengüita. Mordí la almohada cuando sus dedos empezaron a penetrarme. Después de un rato, mi colita estaba lista para recibir el pijón de mi macho.
Primero, me la metió en la boca mientras él buscaba lubricante en algún cajón. "También sin?" me preguntó en referencia a si prefería que se ponga forro. Me paré, lo besé intensamente y le supliqué que no solo me rompiera el orto sino que me lo llenara de leche. "Acabame adentro... rompeme el culo y llenamelo de leche" le dije desencajada.
Lucas, con los ojos desorbitados de la calentura, me puso en 4 y empezó a enterrarme la pija en la colita. Literalmente, me la fue rompiendo cm a cm cada vez que su pija entraba más. Yo estaba aferrada a las sábanas. No puedo mentir, costó, tanto como aquella primera vez donde con miedo le dejé a este mismo macho romper esa colita adolescente y virgen por primera vez.
- Despacito... me duele - le decía provocándolo (aunque un poco era cierto)
- Que cerradita la tenés Julieta - respondía Lucas metiendo un poquito más su pija
- Te acordás el miedo que tenía la primera vez? - Si hay algo que le calienta a Lucas es saber que fue el primero en hacerme la cola. Es como su triunfo personal. Sabe que pase lo que pase, él es el dueño absoluto de mi culo y eso lo vuelve loco.
- No sabés las ganas que tenía de romperte esta colita pendeja... - su verga ya estaba casi toda adentro mío. Yo me mordía los labios cada vez que se enterraba un poco más profundo
- Es toda tuya... Dale.. dale
Esa fue la señal que mi cola se había acostumbrado. Empezó a moverse más y más fuerte. Sentía su cuerpo chocar contra mi cola, prueba más que suficiente de que tenía todo el pijón incrustado en el culo, mientras él sin asco le daba cada vez más fuerte. Nos acomodamos en cucharita, acostados y siguió culeándome, pero ahora tocando mis pechos y pajeándome con la otra mano.
Se notaba lo apretada que estaba la cola. "Voy a acabar Juli" me avisó Lucas, como dándome la última posibilidad de arrepentirme de lo que había pedido. "Siii dale" lo incité yo. Se relajó y sentí el calor de su semen inundarme por dentro y empecé a gemir desenfrenada. Lucas apenas movía la punta de su pija enterrada en mi cola mientras seguía descargando toda su leche dentro mío.
Sin sacarme la pija del culo, siguió pajeándome hasta que me hizo explotar en otro orgasmo. Cuando sacó la verga, sentí como empezaba a chorrear su acabada por mi cola ensuciando las sábanas. Luego de bañarnos, nos acostamos un rato en la cama y nos quedamos dormidos.
Me desperté en medio de la noche con su pija semiparada apoyada en mi cola. Abrí mis piernas y me puse la verga rozando mi concha. Empecé a pajearme con la punta de la pija, hasta que Lucas se despertó. Medio dormido, apoyó sus manos en mis tetas y comenzó a moverse conmigo. Cuando no aguanté más, agarré su pija y me la clavé. Me moví sobre su pija hasta que se clavó entera y ahíi me lo cogí con ganas.
Lo acosté boca arriba y me subí en su pija para volver a cabalgarlo descontrolada. Otra vez, los golpes en la pared del vecino interrumpían mi cabalgata. Lucas tenía sus manos en mis tetas. Cuando sintió los golpes, las subió a mi cuello y ahorcándome suavemente me dijo en un tono autoritario (que me re calentó aún más) que no frenara.
Seguí saltando sobre su pija, agarrando sus manos para que no las sacara de mi cuello. Me re calentaba sentirme así. Me movía con ganas, no solo el ritmo era cada vez más fuerte, sino que no podía controlar mis gemidos y eran cada vez más altos.
De golpe Lucas me saca de arriba y me pone en 4. Se agarra de mis caderas y de una sin piedad, me entierra la pija sacándome un grito animal cuando la sentí clavada por completo. Ahora era el timbre el que sonaba sin parar y era yo la que gritaba desencajada que no parara. Me cogía con tanta fuerza que terminé acostada en la cama, con él encima mío sin dejar de penetrarme. Me besaba el cuello y la espalda sin dejar de cogerme.
Me dio vuelta y nos besamos desesperados como la primera vez. "Te acabo adentro?" me preguntó casi sin aliento y moviéndose muy despacio. "No... no..." alcancé a balbucear yo. "En cualquier lado, pero adentro no". "Tengo ganas de ver tu carita llena de leche" me dijo mientras me acariciaba las mejillas. Un acto tan tierno, con palabras tan sucias provocaron que me mojara y no pudiera decir que no.
Sacó su pija y arrodillándose sobre mi pecho apuntó su verga en mi cara. La agarré y lo empecé a pajear. Lo acerqué más, para chuparle las bolas mientras lo pajeaba. Cuando la sentí bien dura y a punto de explotar la solté y dejé que él me pintara de blanco.
La agarró de la base del tronco y solo 2 movimientos bastaron para que eyaculara sobre mi cara. Cerré los ojos y sentí como caía sobre mí su lechita calentita. En la frente, en mis mejillas, en mis labios. Abrí mi boca y con la lengua me limpié el guascaso que tenía cerca. Luego, él con la punta de la pija fue llevándome a la boca lo que tenía chorreando en la cara.
Así como estaba, me levanté y me bañé. Volví a la cama y nos quedamos dormidos de nuevo. Al otro día no me daba el cuerpo para un mañanero aunque lo deseaba con toda mi alma. Desayunamos y me llevó a mi casa. Así como entré, saludé y me tiré en la cama a dormir. Mi cuerpo estaba destruido. Pero mi rostro no podía ocultar la sonrisa por el reencuentro más esperado.
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Indice
Luego de chuparle la concha a Agus y dejarla acabada en la cama, agarré el celu y le mandé un mensaje a Lucas diciéndole que me pase a buscar de mi amiga. Ella me tiró a la cama y empezó a besarme mientras yo seguía hablando con Lucas. Me re calentaba la situación, arreglando para ir a coger con un chabón mientras estaba a los besos con mi mejor amiga.
Tal como se lo había pedido, me besó me tocó, me franeleó toda pero sin hacerme acabar. Me dejó re caliente para Lucas. Bajamos por el ascensor como dos adolescentes besándonos apasionadamente. Me re calentaba que en la puerta estaba Lucas, mi macho dispuesto a cogerme toda, sin sospechar nada de lo que yo había estado haciendo. Descubrí que jugar a dos puntas de esa forma me calentaba más de lo pensado.
Cuando lo vi, lo saludé con un beso bien intenso. Tal vez él pensó que era porque lo extrañé (que es cierto), pero lo hice más por la calentura que me daba saber que hacía menos de un minuto mi lengua había estado en al boca de mi amiga... y varios minutos antes en su concha. Mientras íbamos en el auto charlando con Lucas no podía dejar de pensar en lo trola que me sentía. Me sentía sucia, puta. Y me re encantaba. Tenía terribles ganas de coger con él.
Llegamos a su departamento, y ya en el ascensor lo arrinconé para besarlo con todas las ganas acumuladas de estos meses sin vernos. Me liberé, me entregué. Con una mano le agarré la nuca y lo apreté contra mi boca besándolo de forma muy intensa. La otra mano fue bajando por su cuerpo hasta su verga que ya notaba una erección. Le amasé la pija por encima del jean mientras seguíamos besándonos. Su mano se apretó contra mi culo, hasta que llegamos al piso.
"Qué tenés ganas de comer?" me preguntó mientras cerraba la puerta. Lo arrastré hasta su habitación mientras lo besaba desesperada. Ya habría tiempo para pensar en eso. Lo tiré en la cama, y me subí arriba mientas le sacaba la ropa. Entre los dos, torpemente nos fuimos desvistiendo. Quedamos con el torso desnudo, me tiré encima suyo apretando nuestras pechos y moviéndonos para calentarnos la piel.
Lo dejé tirado en la cama y me paré delante de él. Tenía una pequeña sorpresa. Me di vuelta, moviéndole el culo, y me fui bajando el pantalón hasta los tobillos dejando ver una tanguita q se perdía entre mis nalgas. Mordiéndose los labios se levantó y se paró atrás mío agarrándome el orto con fuerza, como con bronca, mientras me besaba el cuello.
Me fui acomodando en la cama en 4 mientras lo llamaba. "Sacame la tanguita" le dije, para que pudiera descubrir la sorpresa. Se acomodó atrás mío y empezó a reírse cuando vio que abajo había otra tanguita más chiquita, un hilo dental que no dejaba nada para la imaginación. "Mostrame eso" dijo mientras me daba vueltas en la cama, para verme en todas las posiciones. Sus manos recorrían mi cuerpo, acariciándome con ganas, se notaba en el aire las ganas que tenía de romperme toda.
Me dejó tirada boca abajo besándome la cola mientras de a poco abría mis nalgas. Levanté mis caderas para que su lengua fuera ganando terreno y sus dedos llegaran hasta mi concha. "Cogeme" le supliqué entre suspiros. No quería previa, no quería nada (en realidad, la previa ya la había tenido). "Necesito tu pija por favor no doy más" le dije dándome vuelta y atrapándolo entre mis piernas.
Su pija ya estaba ahí, enorme y dura apuntando a mi conchita. Cuando se fue a buscar los forros lo frené. "No. Hoy no. Cogeme así, quiero sentirte". Sus ojos se le abrieron de par en par. Escupió la punta de su pija, luego me la metió en la boca para que la lubricara un poco más y volvió a mi concha.
Apenas sentí la punta de su verga rozar la entrada de mi concha largué un suspiro contenido por meses. "Dale" le pedí mientras de a poco iba entrando. Sabía que me iba a costar meter ese matafuego de nuevo, luego de tantos días de cuarentena.
Pero estaba tan caliente, tan mojada que fue cuestión de segundos tener su verga enterrada hasta el fondo. Se dejó caer sobre mi, me besó mientras su cadera empezaba a moverse metiendo y sacando su pija de adentro mío.
Me agarré fuerte de su espalda y gemía sin parar ante cada embestida. Lo que siguió fue una cogida bestial atrás de la otra. Se arrodilló sin sacar el tronco de mi cuerpo, puso mis piernas en sus hombros y agarrándose de mis muslos empezó a moverme con fuerzas contra él.
El ruido de nuestros cuerpos chocando decoraban la situación. Ni hablar el ruido de la cama moverse que parecía se caía a pedazos en cualquier momento. Yo me aferraba a las sábanas porque sentía que me sacaba volando.
Cuando se detuvo alcancé a tomar un poco de aire, hasta que me acomodó de costado. Me pegó un par de chirlos en la cola y siguió cogiéndome, ahora más despacio, regulando para no acabar. Tenía una pierna estirada y la otra flexionada mientras sus manos abrían mis nalgas mirando como su pija salía casi por completo y se enterraba de golpe.
Me volvió a poner boca arriba. Se acomodó y empezó a chuparme la concha bien despacio con su lengua casi rozándome. Fue acelerando el ritmo y la intensidad hasta que me dejó temblando y explotando en un orgasmo.
Sin dejarme recuperar, me la clavó de nuevo un par de veces. No puedo explicar la sensación de sentir su pija en mi concha apenas había acabado. Casi que me provocó otro orgasmo. No aguantó mucho más, y en poco tiempo tenía mi pancita llena de leche.
Se tiró al lado mío y nos seguimos besando. Lo que había extrañado coger con él no puedo describirlo. Me fui derecho a limpiarle la verga. Eso también lo estaba necesitando. Esa poronga enorme atragantada hasta la garganta. Le pasé la lengua y me la fui metiendo en la boca. Tenía la mitad de la pija enterrada y las lágrimas empezaban a caer por mis mejillas.
Su verga seguía dura. La terminé de limpiar, dejándola brillosa por mi saliva y me acomodé arriba. Me senté en la punta y despacio empecé a bajar. Cuando mi cuerpo se acostumbró al tronco de Lucas, comencé a moverme. Primero dejaba la pija enterrada, después la cabalgaba levantando mis caderas casi sacándola por completo y luego me dejaba caer. No podía evitar gritar cada vez que chocaba contra el fondo. Me partía en dos, pero tampoco podía evitar castigarme con esa verga que me provocaba tanto placer.
Fui girando mi cuerpo, quedando de costado, siempre con la pija enterrada. Me movía hacia adelante y hacia atrás. Encontré el punto justo donde rozaba mi clítoris sobre su piel y empecé a pajearme contra su cuerpo, con la verga enterrada. No paré hasta que acabé. Me levanté un poco, tocando el tronco que estaba totalmente empapado.
Se notaba por como se resbalaba la pija adentro mío. Seguí girando hasta quedar de espaldas a él. Sus manos no dudaron y me apretaron el orto. "Dale puta movete" me gritó mientras empezaba a pegarme. "Sii siii", gritaba yo desencajada cabalgándole la pija cada vez con más intensidad.
Cuando me frenó porque estaba por acabar, no dudé un instante. Le agarré la verga con las manos y le pasé la lengua desde la base hasta la cabeza. De un lado, del otro, del frente. Despues, subí y metí la cabeza en la boca y empecé a mover la lengua.
Sentía la arcada, salía a respirar y volvía a metermela. Su pija estaba a punto de explotar. Le temblaba todo el cuerpo y no daba más. Mi boca se llenaba de saliva con su pija clavada, la dejé escurrir por mis labios para que lubrique más. Mis manos acompañaban el movimiento de mi cabeza subiendo y bajando, desparramando mi saliva por todo el largo de su verga.
Hasta que en un instante, Lucas me agarró de los pelos para sacarme la pija de la boca (en general, no me gusta la acabada en la boca), pero no era mi intención salir de ahí. Le saqué las manos, cerré los ojos y empecé a sentir su lechita calentita golpear contra mi garganta y caer en mi boca, mientras Lucas gemía largando todo dentro mío. Trataba de tragar la mayor cantidad posible. Dejé escapar un poco, para que viera como chorreaba por la pija y se lo limpiaba con la lengua. Seguí tragando hasta que no quedó nada.
Pasé la lengua por mis labios mirándolo a los ojos. Me tiré sobre él y nos besamos con ganas. Yo había quedado casi en 4, con él debajo mío. Uno de sus brazos se pasó por mi espalda, con su mano llegando a mi cola y la puntita de un dedo rozando mi conchita abierta y chorreando. El otro brazo, por debajo, con sus dedos buscando hacerme acabar con una paja mientras no dejamos de besarnos. Ahogué mis gritos en su boca al sentir otro orgasmo con un dedo clavado en mi conchita y 3 pajeándome frenéticamente. Mi cuerpo tembló y me desplomé sobre él agotada.
Luego de quedarnos tirados sin poder movernos por un rato, nos levantamos y cenamos. Miramos una peli y ya ahí empezamos a franelearnos de nuevo. Parecíamos dos adolescentes de lo caliente que estábamos. Mientas terminaba la película lo dejé en bolas y le hice un pete pero sin hacerlo acabar. Lo dejé con la pija re dura.
Se arrodilló en el piso, entre mis piernas y de una me bajó los pantalones hasta los tobillos. Me mordí los labios y agarrándolo de los pelos le puse la cara en mi concha. Lucas abrió grande la boca, cubriendo toda mi conchita por completo. Cerró la boca, y apretó fuerte mientras la lengua empezaba a sacarme gemidos cada vez más intensos.
No frenó hasta que acabé. Me llevó arrastrando con los pantalones bajos hasta su cama, me sentó y se empezó a bajar el pantalón delante mío. Yo, con carita de inocente esperaba ansiosa lo que iba a mostrarme. Cuando su pija quedó al aire puse cara de sorprendida mientras me la metía en la boca. Su sonrisa se borró cuando mi lengua fue desde sus bolas hasta la cabeza de la verga para empezar a petearlo.
Me acostó en la cama y otra vez me cogió bien fuerte. Me puso en 4 y siguió castigándome. Yo tenía las manos apoyadas contra la pared mientras él no paraba de taladrarme. Bajó el ritmo para empezar a meterme el dedito en la cola. Sabía que de eso no iba a zafar. Y tampoco tenía intenciones de hacerlo.
"Qué buscas?" le pregunté cuando el primer dedo ensalivado rozaba mi ano. "Esta colita que me vuelve loco quiero" me decía Lucas moviendo suavemente su pija adentro y de a poco clavando su dedo en mi cola. Me mordí los labios al sentir su dedo penetrarme. "Sabés que está bien cerradita. La vas a tener que tratar con cariño, como la primera vez. Sabés que fuiste el primero, no? Lo sabías?".
Si, Lucas lo sabía pero yo también sabía que él se pone loco cuando le recuerdo ese día. Sacó el dedo y volvió a cogerme con toda la fuerza. Empezamos sentir golpes en la pared, del vecino que no podía dormir de la garchada que me estaban pegando.
Lucas se frenó, y nos empezamos a reír. Él aprovechó la interrupción para seguir con lo que había empezado. Me abrió la colita y empezó a chupármela y a abrirla con la lengüita. Mordí la almohada cuando sus dedos empezaron a penetrarme. Después de un rato, mi colita estaba lista para recibir el pijón de mi macho.
Primero, me la metió en la boca mientras él buscaba lubricante en algún cajón. "También sin?" me preguntó en referencia a si prefería que se ponga forro. Me paré, lo besé intensamente y le supliqué que no solo me rompiera el orto sino que me lo llenara de leche. "Acabame adentro... rompeme el culo y llenamelo de leche" le dije desencajada.
Lucas, con los ojos desorbitados de la calentura, me puso en 4 y empezó a enterrarme la pija en la colita. Literalmente, me la fue rompiendo cm a cm cada vez que su pija entraba más. Yo estaba aferrada a las sábanas. No puedo mentir, costó, tanto como aquella primera vez donde con miedo le dejé a este mismo macho romper esa colita adolescente y virgen por primera vez.
- Despacito... me duele - le decía provocándolo (aunque un poco era cierto)
- Que cerradita la tenés Julieta - respondía Lucas metiendo un poquito más su pija
- Te acordás el miedo que tenía la primera vez? - Si hay algo que le calienta a Lucas es saber que fue el primero en hacerme la cola. Es como su triunfo personal. Sabe que pase lo que pase, él es el dueño absoluto de mi culo y eso lo vuelve loco.
- No sabés las ganas que tenía de romperte esta colita pendeja... - su verga ya estaba casi toda adentro mío. Yo me mordía los labios cada vez que se enterraba un poco más profundo
- Es toda tuya... Dale.. dale
Esa fue la señal que mi cola se había acostumbrado. Empezó a moverse más y más fuerte. Sentía su cuerpo chocar contra mi cola, prueba más que suficiente de que tenía todo el pijón incrustado en el culo, mientras él sin asco le daba cada vez más fuerte. Nos acomodamos en cucharita, acostados y siguió culeándome, pero ahora tocando mis pechos y pajeándome con la otra mano.
Se notaba lo apretada que estaba la cola. "Voy a acabar Juli" me avisó Lucas, como dándome la última posibilidad de arrepentirme de lo que había pedido. "Siii dale" lo incité yo. Se relajó y sentí el calor de su semen inundarme por dentro y empecé a gemir desenfrenada. Lucas apenas movía la punta de su pija enterrada en mi cola mientras seguía descargando toda su leche dentro mío.
Sin sacarme la pija del culo, siguió pajeándome hasta que me hizo explotar en otro orgasmo. Cuando sacó la verga, sentí como empezaba a chorrear su acabada por mi cola ensuciando las sábanas. Luego de bañarnos, nos acostamos un rato en la cama y nos quedamos dormidos.
Me desperté en medio de la noche con su pija semiparada apoyada en mi cola. Abrí mis piernas y me puse la verga rozando mi concha. Empecé a pajearme con la punta de la pija, hasta que Lucas se despertó. Medio dormido, apoyó sus manos en mis tetas y comenzó a moverse conmigo. Cuando no aguanté más, agarré su pija y me la clavé. Me moví sobre su pija hasta que se clavó entera y ahíi me lo cogí con ganas.
Lo acosté boca arriba y me subí en su pija para volver a cabalgarlo descontrolada. Otra vez, los golpes en la pared del vecino interrumpían mi cabalgata. Lucas tenía sus manos en mis tetas. Cuando sintió los golpes, las subió a mi cuello y ahorcándome suavemente me dijo en un tono autoritario (que me re calentó aún más) que no frenara.
Seguí saltando sobre su pija, agarrando sus manos para que no las sacara de mi cuello. Me re calentaba sentirme así. Me movía con ganas, no solo el ritmo era cada vez más fuerte, sino que no podía controlar mis gemidos y eran cada vez más altos.
De golpe Lucas me saca de arriba y me pone en 4. Se agarra de mis caderas y de una sin piedad, me entierra la pija sacándome un grito animal cuando la sentí clavada por completo. Ahora era el timbre el que sonaba sin parar y era yo la que gritaba desencajada que no parara. Me cogía con tanta fuerza que terminé acostada en la cama, con él encima mío sin dejar de penetrarme. Me besaba el cuello y la espalda sin dejar de cogerme.
Me dio vuelta y nos besamos desesperados como la primera vez. "Te acabo adentro?" me preguntó casi sin aliento y moviéndose muy despacio. "No... no..." alcancé a balbucear yo. "En cualquier lado, pero adentro no". "Tengo ganas de ver tu carita llena de leche" me dijo mientras me acariciaba las mejillas. Un acto tan tierno, con palabras tan sucias provocaron que me mojara y no pudiera decir que no.
Sacó su pija y arrodillándose sobre mi pecho apuntó su verga en mi cara. La agarré y lo empecé a pajear. Lo acerqué más, para chuparle las bolas mientras lo pajeaba. Cuando la sentí bien dura y a punto de explotar la solté y dejé que él me pintara de blanco.
La agarró de la base del tronco y solo 2 movimientos bastaron para que eyaculara sobre mi cara. Cerré los ojos y sentí como caía sobre mí su lechita calentita. En la frente, en mis mejillas, en mis labios. Abrí mi boca y con la lengua me limpié el guascaso que tenía cerca. Luego, él con la punta de la pija fue llevándome a la boca lo que tenía chorreando en la cara.
Así como estaba, me levanté y me bañé. Volví a la cama y nos quedamos dormidos de nuevo. Al otro día no me daba el cuerpo para un mañanero aunque lo deseaba con toda mi alma. Desayunamos y me llevó a mi casa. Así como entré, saludé y me tiré en la cama a dormir. Mi cuerpo estaba destruido. Pero mi rostro no podía ocultar la sonrisa por el reencuentro más esperado.
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28 comentarios - Visita afectiva 2
gracias por comentar
espero que sigas disfrutando los proximos. me alegra que puedas pasar un lindo rato leyendome
Ahijada no cuente plata delante los pobres.
gracias por pasarr
gracias por pasar!
gracias por pasar!
Va a ser el mejor relato de poringa...👏👏👏
gracias por pasar!
gracias por comentar!
dejo +10
Vaya un vecino quejica ¿tanto ruido hacíais? jajajaj
Van diez puntos.
cuanto tiene que medir para ti
personalmente creo que estoy bien
pero cuales serían tus estándares
lo importante es disfrutar mutuamente
espero disfrutes los otros )
:=)
Cómo atrapas al lector con esos momentos! Me encantan tus relatos!