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A Serena Le Gustan Mayores: Parte 3 (Fanfic de Pokemon)

Les traigo la 3era parte de este fanfiction del universo pókemon, esta vez, con personajes conocidos: Serena, Shauna (hay imágenes para que sepan quienes son) y una conocida acompañante de Ash experta en pókemon acuáticos (;)). La historia cuenta de la vida de Serena tras esa despedida con Ash. Descubrirán que las cosas no siguieron como esperaba pero ahora la vida da un vuelco para ella y comienza un aventura para conocerse a sí misma.

Está dividido en partes más breves (hoy 3) para amenizar la lectura. Si no están familiarizados con Pókemon, ya sea juegos, anime, manga, etc, no se preocupen 😉 puse énfasis en explicar bien las cosas y me tomo el tiempo para contextualizar todo. De más está decir que el énfasis no está en los pókemon y esos elementos sino en su protagonista, Serena, y su desarrollo a lo largo de la historia.

En el universo de este fanfiction todos los personajes tienen 18 años o más.



Starring:

Serena y Shauna


A Serena Le Gustan Mayores: Parte 3 (Fanfic de Pokemon)

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Capítulo 7. Una amiga de verdad




Los días siguientes la chica continuó buscando trabajo a lo largo de Azulona como siempre, sin que nada cambie, excepto que no solo caminaba absorta en su aventura con Álex, sino también, en la que tuvo con Creamy, no porque sintiera por ella lo mismo que sentía él. Que ese hombre maduro le había gustado para lo que sea era la única seguridad que tenía, la incógnita que no la dejaba en paz, era si hubiera podido llegar con una mujer hasta el final. No quería admitirlo, pero se arrepentía de haber huido tan pronto de la tienda.

“Ella era muy atractiva, si me preguntan diría que tenía estilo, ¿notar eso me hace bisexual?” pensaba viendo a las mujeres a su alrededor como nunca antes las había visto. Los engranajes de su cabeza giraban como Klinklang, en vano, dado que la respuesta no la encontraría pensando.

En un día soleado colmado de entrenadores protestando en las calles por la privatización de la salud pókemon, y transeúntes absortos en sus quehaceres cotidianos, ella no dejaba de preguntarse “¿Soy bisexual? Hay tantas cosas de mi misma que aún no sé”. La jovencita camino entre un auténtico tumulto de policías liberando a sus pókemon de control antidisturbios: Blastoise y Koffing. Nada de eso captaba su atención, y como un fantasma en pena (o mejor dicho, en duda) atravesó la protesta ya no tan pacífica, indemne.

Shauna le había dicho más de una vez que había perdido el tiempo viajando con Ash, Bonnie y Clemont, tiempo que en vez de emplear en ser un mapa andante debió de invertir en conocerse a sí misma, en todos los sentidos. Claro que ella se había escandalizado ante esos consejos (cuando viajo con Ash no era decoroso ni prudente que explorara su sexualidad) ahora empezaba a darle la razón como en casi todo lo que le había dicho. Se sentía lenta y rezagada frente a un mundo que la sorprendía cada vez más.

Hablando de explorar su sexualidad, solía emplear el tiempo a solas en el departamento para recuperar el tiempo perdido. Tanto tiempo viajando y en compañía cercana de Ash y los demás, no le había dejado tiempo ni siquiera para descubrir los placeres onanistas. Shauna también le recriminaba no haber tomado las riendas de su relación con Ash y no abordarlo como ella lo hubiera hecho.

-“El estilo Shauna es siempre el correcto, primero te lo coges duro y luego decides si te sirve o no…”- Le había confirmado con decisión.

Ese mismo día, tras llegar revisó la hora y descubrió que tenía como mínimo hora y media antes de que su amiga llegara, por ende, se dio una ducha caliente, se rasuró con calma como cada día (para tenerla tersa y suave como una nalga de bebé) y se acostó para tener un ansiado momento a solas.

Como si se tratara de una conejilla de indias, se propuso masturbarse solo pensando en esa alocada empleada del sexshop. Ya no era solo para aliviar tensiones, prepararse para un futuro reencuentro con Álex o pasar el rato, ahora tenía que ponerse a prueba.

Se bajó la pollera y sus panties infantiloides con estampados de Eevee y comenzó a frotarse con lentitud la tersa y limpia vagina. Comenzó desde las profundidades de la misma hacia arriba, dejando el pequeño clítoris como cereza del pastel. De a poco, aumentó la velocidad a la vez que su respiración se agitaba y se encendía una galería de imágenes inédita en su cabeza.

- “¿Te gusta lo que ves, Serena?” – Le susurraba Creamy enseñándole sus pechos, que a pesar de ser pequeños le resultaron muy atractivos. Le parecía recordar un pequeño destello que no podía ser otra cosa que un piercing en sus pezones. – “Mira mis pechos, Serena, sabes que te gustan” e imagino varias frases imaginarias más.

Su mano libre desabrochó su camisa y descubrió un pezón al que acarició con suavidad, imaginando que eran las manos hábiles y finas de mujer de Creamy la que acosaba sus pezones hasta hacerlos endurecer y apuntar en diagonal. Su otro pecho no tardó en quedar libre y su mano en masajear ambos, juntándolos, frotándolos, apretándolos, incluso tomando sus mamas y estirándolas hasta casi hacerse doler.

La masturbación evoluciono al llevarse el pequeño dildo con forma de torpedo a su boca, (no empezaba sus juegos eróticos sin él) imaginando que era el extremo del glande de Álex, recordaba que el cráneo de su miembro era más grande pero no tuvo dificultades en fantasear con que se trataba de la punta del ariete.

-No, debo pensar que estoy con Creamy, Creamy… Oh Creamy.- Y se concentró en frotarse el juguete contra la vagina.

No pensaba en introducírselo ya que no quería perder la virginidad de tal manera. Era tal su ignorancia sobre si misma que no sabía si su himen resistiría un dildo o un par de dedos, por lo que se limitaba a frotarse, abrirse, pellizcarse pero sin penetrarse. Le encantaba remarcar el surco de su vagina sintiendo sus labios mayores húmedos y depilados cubriendo sus dedos como pétalos de flor.

Recordó una apreciación que le resultó muy estimulante. El dildo, cuando Creamy se lo dejó en sus manos, tenía un olor exótico muy peculiar, alejado de inconfundible aroma plástica de los demás consoladores que le enseñó en la tienda. Comenzó a excitarse por demás pensando en que ese dildo, había sido de uso personal de Creamy.

- Creamy… Creamy, Creamy, lámeme ahí, lámeme ahh…- Fantaseando con una lengua decorad de un gran piercing.

Se hubiera corrido en ese instante de no ser por un molesto contratiempo, de afuera comenzó a escucharse la ruidosa y anticlimática protesta de los entrenadores o quienes sea. Se escuchaban bombos, gritos y pronto, los megáfonos y camiones policiales, todo un sacudón de onda.

- ¿Acaso vuelve mi mala suerte? ¿Tenía que armarse una guerra civil en este barrio, en esta calle, a esta hora? – Expresó tomando un recaudo inesperado: Auriculares. Conectados a su celular, puso su música predilecta, específicamente el primer tema romántico y lento que encontró y retomó su masturbación sin prestarle mucha atención a la letra.

Algo poseída por su mundo artificial de placer y música abstrayente, cambió de posición adoptando la que Shauna había realizado al ser cogida por Álex: arrodillada, piernas separadas, trasero apuntando al techo y pecho y rostro hundidos en el colchón. Una de sus manos (la del dildo) se escabulló por debajo entre sus tetas y dibujó círculos en su vagina mientras que su otra mano, frotaba su pequeño ano con los dedos.

- Creamy, sigue, sigue, Creamy, vamos, chupa, chupa… - Se sugestionó pensando en la chica, intentando que la fantasía con Álex no irrumpa en el mejor momento. Si quería saber si podía ser bisexual, debía de llegar al goce tan solo pensando en una mujer.

Cada vez se frotaba más fuerte, sus círculos se dibujaban a mayor velocidad en ambos agujeros, la música dejaba de oírse como si perdiera los sentidos, acto seguido los gemidos se intensificaban, la luz se encendía, el juguete entraba en su vagina y un dedo en su… ¿¡La luz se encendía!?

Shauna había llegado y no la había oído por culpa de los auriculares, por ende, la encontró en la posición más embarazosa imaginable, expuesta a más no poder, abierta, mojada, con ambas manos prestándole servicios a sus agujeros y encima, un consolador en su interior.

- ¡Ahahahaha carajo! ¡No te escuché llegar!- Chilló como una demente cayendo al suelo y envolviéndose en sus sábanas horrorizada. Shauna no hablaba, parecía haber quedado paralizada, de hecho, notó que le habían estrellado un tomate en el rostro y estaba muy sucia.

- ¡Di algo de una vez! ¡Estoy tan avergonzada, maldición! ¡No volveré a usar estas cosas!- Arrojando los auriculares contra la pared.

Cuando el silencio de su amiga comenzó a ser atemorizador, esta estalló en carcajadas como una bomba. Serena, escandalizada en extremo, se cubrió hasta la cabeza tironeando de la sábana y bajo ella, se vistió poniéndose las panties al revés.

- ¡Jajajaajaja por Arceus! ¡Mírame, pasé por la manifestación, me comí un tomatazo, respiré hedor de Koffing, me empapó un Blastoise y ni así tengo menos suerte que vos amiga! ¡Qué sal!

Serena se resignó y rió con ella, algo más relajada, aunque molesta por la falta de solidaridad de su amiga. La risa y el bullicio de afuera empezaban a taladrarle la cabeza como si una alarma fuerte y molesta la hubiera sacado de un sueño plácido.

- ¿Qué tanto viste? Ahora que lo pienso, cuando lo hiciste con Álex te vi todo con lujo de detalle, quizás se hizo justicia, ¿no? ¿Amiga? ¿¡Amiga!?- Perdió la paciencia ante la continua carcajada de esa.- ¡Bueno ya estuvo no, deja de hacer mofa de mi desgracia!

- Lo siento, lo siento.- Secándose las lágrimas al sentarse a su lado con parsimonia y abrazando su cabeza, como descendiendo de un trono de princesa al abismo de vergüenza de un mendigo.- Tenemos que hablar Serena, quiero decir ¿Quién demonios es Creamy y de dónde sacaste un juguete? ¿Y cómo no susurras el nombre de Álex como ayer?

- Juro que pensaba contártelo, es solo que no encontraba el valor ni resolvía ciertas cosas como, espera ¿Me escuchaste anoche?

- Nuestras camas están una al lado de la otra, y no tienes experiencia en masturbarte, haces sonar demasiado el colchón y…

- ¡Bueno, bueno, ya entendí, soy estúpida del todo, basta! Mira, mañana te lo diré, ¿de acuerdo? Déjame recuperarme del bochorno y tener una cena en paz.

- De acuerdo, de acuerdo, no te haré pregunta alguna hasta mañana y para que veas, a modo de disculpa, yo cocinare hoy, y por cocinar me refiero a pedir un delivery ¿sí? También tengo que contarte lo que me pasó, por si no lo notaste parezco un cosplay de Garbodor.– Incorporándose sacándose una cáscara de tomate del pelo, aún risueña, disfrutando de la inolvidable situación, que en cambio para Serena, entraba en su carpeta personal de traumas crónicos.- Por cierto, te dejo unos veinte minutitos, me imagino que querrás terminar y…

- ¡Shauna, ya no es necesario, no es necesario!- Chilló escandalizada.- ¿Cómo puedo excitarme después de esto? Deja de hacerme bullying.

Su amiga, con una sonrisa que mutaría en cualquier momento en una nueva carcajada, dejó la habitación cerrando la puerta sin despegarle la mirada, para abrirla a los pocos segundos.

- Ah, por cierto, eso es un plug anal y no se mete en la vagina sino en el trasero, los dedos iban en tu vagina y el plug en tu culo, te digo por si quieres hacerlo bien.

La de piel trigueña alcanzó a esquivar el almohadazo cubriéndose con la puerta estallando de risas de nuevo. Serena suspiró sonrojada sin poder evitar sentir que incluso ese momento sumamente incómodo, podía hacer mella en su cada vez más evidente felicidad.


Capítulo 8. Tijera X



Cuando Shauna llegó a su departamento al día siguiente, esperando algo más que una explicación por parte de su amiga, se sorprendió al escuchar la música muy fuerte y Serena atrincherada tras un montón de ollas, frascos y bolsas de ingredientes abiertos haciendo de la cocina un verdadero chiquero, además cantaba a puro pulmón.

- Im a Pokegirl in a Pokeworld, life in Kanto, ¡is fantastic! You can brush my…

- ¿Qué pasó aquí? ¿Se estrelló un Ho-oh en nuestra cocina?- Preguntó sonriendo mientras dejaba su campera y cartera en el perchero.

- ¡Shauna! ¡Llegaste antes que alegría!- Expresó simulando un abrazo dado que estaba sucia de harina y dulces frutales de muchos colores. - Solo sentí ganas de cocinar y bueno, me deje llevar, hice una docena de pokélitos para llevarle a Fannekin, tengo que ir a visitarla al rancho uno de estos días, y ya que estaba unos macarons de postre para nosotras ¿Te gusta la idea de ver una serie mientras comemos macarons amiga?

- ¡Sí!- Chilló sumamente alegre Shauna.- Sé que me arrepentiré cuando no me entré el short pero que va, solo se vive un vez ¡Noche de series y postres yhaoooo!

Shauna se acercó a su amiga y tomándola en un medio abrazó le recordó algo: “Y noche de confesiones, no te olvides que me debes una explicación”

No solo la costura, la estética y los espectáculos se le daban bien a la joven de cabellos miel, también tenía un talento natural para la confitería pókemon y humana, precisamente, antes de degustar los macarons, recibió una video llamada de su madre Vera, desde Kalos, momento que aprovecharon para ponerse al tanto de todo.

- ¡Me alegra tanto verte feliz, hija!- Menciono algo emocionada Vera, acompañada del pequeño pókemon volador Fletchling, pókemon que solía despertarla cuando vivía en casa de su madre.- Y tu Shauna, querida, me la cuidas, Serena se vuelve torpe y descuidada cuando está enamorada.

- ¡Mama!- Se escandalizó Serena.- ¿Qué cosas dices?

- ¿Cómo lo supo? Es usted muy intuitiva, Serena está tan enamorada que ni se aguanta.- Agregó su amiga echándole leña al fuego.- De todas formas la prefiero así antes que despechada.

- ¡Claro, claro, ni hablar! No te preocupes hijita, con esos talentos y hermosura conseguirás un empleo en un santiamén.- Se dirigió con cariño a la blonda.- Son tiempos difíciles en Kanto, así que recuerda que puedes contar conmigo para lo que sea, si necesitas una colaboración yo…

- No será necesario, mama, encontraré algo, no te preocupes.- La retuvo, como siempre, Vera intentaba enviarle dinero.

- Bueno, bueno, yo solo decía. Todavía no me acostumbro a que mi hijita esté en otra región viviendo su vida, luchando por un lugar, solo recuerda que tu mama estará dispuesta a ayudarte en todo, y a ti también, Shauna, querida, eres un sol al ayudar a mi Serena.

- ¡Es un placer, Vera, ni lo mencione por favor!

- No nos pongamos sentimentales de nuevo.- Expresó Serena.- Además por como están las cosas encontraré algo pronto, todo es una cuestión de actitud y mi actitud esta viento en popa.

Los minutos pasaron, tras ponerse al tanto de los acontecimientos familiares como la salud del Rhyhorn familiar (que había tenido un encuentro desafortunado con un Gogoat salvaje) y la actualidad de los concursos en Kalos, las amigas terminaron con la conversación, la cena y Shauna mencionó algunas cosas de su trabajo nada relevantes. Esa noche sería al completo de Serena. Había sido ella la que vivió una aventura única y crearía el ambiente perfecto para contarla.

- Pondré la última de Kung-Fu Pancham, más vale que me cuentes lo que te pasó, es como si te hubieran enchufado a la Central Eléctrica estos días.- Le gritó la morena a su amiga que se tardaba en cambiarse.

- ¡Ta-dá! Una noche de postres y películas no es tal si no estamos cómodas.- Reapareció Serena con un camisón rosado de una pieza, muy corto y casi trasparente y abajo solo unas bragas blancas con volados. Shauna en cambio ya tenía una remera holgada que usaba para dormir y abajo solo su ropa interior. De distraída que era tenía una media de cada pueblo.

- Ahora si estás a tono, perfecto, puedo empezar a comer.- Arremetiendo contra los postres.- ¿Y bien? ¿Qué tienes que decir sobre el nombre Creamy?

Lo que menos hicieron fue prestarle atención a la película y la hilarante historia de un Pancham descubriendo que era un prodigio del kung-fu, quedó en tercer plano ante el episodio de Serena y Creamy en el sexshop. Los macarons estaban en primer plano hasta que se terminaron.

- Ah, sí, la he visto, ¿El Cloyster encremado verdad? Era muy atractiva según recuerdo, y sé lo que te preguntas, he sido cliente.

- No recuerdo el nombre del local, solo que no me esperaba atraer a alguien de mí mismo sexo, si es que me entiendes, todo pasa tan rápido…

- Me imagino que no reemplazó a Álex de la cima de tu pirámide de obsesión enamoradiza.

- No, no, para nada, es solo que todavía estaba emocionalmente celebrando lo que ocurrió con él, procesando cuánto me gusto y cuánto quiero verlo cuando de repente ¡BAM! ¡Here comes a new chalenger! – Se desbocó como un Rapidash salvaje.- Descubrí una noche cuanto necesitaba un hombre para olvidar a Ash, y ahora me pregunto si hubiera tenido el mismo resultado con una mujer ¿No es una locura? ¡Ni siquiera sé si me gustó, solo que no puedo dejar de recordarlo!

- Espera, espera, espera.- La frenó en seco Shauna. – Primero: mi madre siempre decía, si al recordarlo te gusta lo que recuerdas, es todo lo que importa, no le des tantas vueltas.- Lo simplificó.- Segundo y más importante: Lamento informarte que no “lo hiciste”. Un beso y un apretón no es hacerlo. Si te preocupa descubrir si eres “Doble-tipo” aún no lo sabes y eres “Mono-tipo” por ahora, y no vas descubrir si te gustó o no solo pensando en ella, estar con alguien y pensar en alguien son abismalmente diferentes.

- Entonces, en teoría, no sé si me gustaría hacerlo con una mujer y no lo descubriré por mí misma, ya veo.

- La única manera fiable es hacerlo con una mujer. Las personas se masturban penando en toda clase de fetiches y locuras que, en la vida real, no podrían hacerlos llegar al orgasmo. No hay nada como la realidad.

- Parece que hice escándalo por nada, me siento tan insignificante con tanto por aprender, parece que siempre tienes razón - Resolvió algo risueña.- ¿Unos besos de lengua y un apretón de senos? No es la gran cosa.

Shauna notó como el camisón de su amiga (que no dejaba de parlotear) estaba en el extremo de sus pechos sin darse cuenta que estaba más ligera de ropas que nunca desde que se mudaron juntas, aunque era un departamento de chicas, la tímida joven de ojos celeste solía tener muchos reparos sobre exhibir su cuerpo, reparos que estaba perdiendo y eso le dio una idea a Shauna.

- Bueno, cállate un momento, hay una manera de saber si eres bisexual.- Tomando un vaso de vino de baya y bebiéndolo de un trago.- Espérame aquí, en un rato regreso.

- ¿Qué estás traman… oh, eso, verás, sí, tengo curiosidad ya lo sabes pero no sé si…

Un dedo índice se posó sobre los labios de Serena indicándole nuevamente que se callara.

- Tú no aprendes. Me diste las gracias casi de rodillas después de que te saqué obligada a una salida nocturna, ahora deberás volver a confiar en mí y no aceptaré ningún no como respuesta. – No lo había notado, pero tenía una venda en su mano.- Verás, tengo una idea interesante.

Serena no supo que pensar, de nuevo, una oleada de inseguridades le inundaba sumiéndola en dudas y temores.

- No pongas esa cara, no va a ir a tu cuello. Te pondré esta venda en los ojos y trataré de darte placer sin que me veas, quiero que del 1 al 10 me digas que tanto placer sientes, y si llegas a un número alto, te la sacare ¿Te parece buena idea?

- No entiendo bien a dónde quieres llegar, pero como siempre te contradigo y termino arrepintiéndome, de acuerdo. Hagámoslo. – Hubiera querido poder infundir de seguridad a su tono, no obstante, para Shauna fue un sí.

El departamento se sumió en oscuridad mientras la trigueña ataba la venda tras la cabeza. Lo último que vio fue su sonrisa picarona a modo de despedida a su sentido principal. También escuchó música suave proveniente de su reproductor y las ventanas oscureciendo el departamento. Sin poder ver, recibiendo información solo de su oído, el mundo se achicaba como si la encerraran en una pokebola, solamente compartida con su amiga.

Escuchó la cuerina del sillón rechinar y se imagino a Shauna a su lado, no tardó en sentir su respiración, la antesala de un beso en su cuello que le erizo la piel, y una lengua haciendo contacto directo, viajando hacia su mejilla y por último, rozándole un labio. No se sorprendió tanto por la sensación húmeda y ardiente de su lengua, sino porque le gustó de inmediato. Al no ver a su amiga, la imaginación se disparaba en una tormenta de imágenes.

- Cinco…- Susurró siguiéndole el innecesario juego. El forro del sillón volvió a crujir, esta vez, a sus lados, Shauna se arrodillaba sobre ella, casi sentándose sobre sus piernas. Sintió su entrepierna rozando su piel, a sus manos envolverle el rostro y acto seguido, propinarle un jugoso beso lésbico que le trajo muchos recuerdos.

Serena estaba unida al simple acto de besar, una acción tan común y efímera para muchos que para ella, seguía siendo un suceso mágico y placentero. Desde el suave beso a Ash a modo de despedida, ahora ahogado en el olvido. Luego llegaron los labios de un hombre maduro, que la condujeron a una nueva dimensión del placer. Con él se dio los mejores besos, besos que aún le parecía saborear con solo pensar en él. Por último, los besos robados de la atrevida empleada del sexshop, besos de improviso que habían ocasionado un vendaval y abierto una incógnita que Shauna intentaba responder poniendo el cuerpo.

- Dame un número.- Exigió Shauna despegando sus labios con lentitud.- Dime si te gusta esto.

- Seis.- Susurró con la voz entrecortada.- Y sí, se siente rico.

- Entonces no lo estoy haciendo bien.- Por segunda vez, la tomó del rostro para estamparle un beso aún más profundo, prolongado e intenso. Comenzaba a pensar que el placer estaba ligado a que tan húmedo y tan profundo en su boca llegaba la lengua, a que tan pronunciado era el sabor de una boca ajena a ella invadiéndola. Aunque era una lengua pequeña, tenía la movilidad y experiencia necesaria como para hacerle una “constricción” a la suya (ataque pókemon que consiste en envolver y apretujar por 2, o más turnos). No le importaría estar envuelta a ella por los 5 turnos que dicho ataque puede durar.

- Siete… siete, siete.- Susurró apenas audible dado que Shauna no dejaba de besarla, de hecho, su mano le bajaba el camisón descubriendo sus blancos pechos. Unos dedos invisibles se movieron como arañas por su piel hasta llegar a sus delicados pezones, masajeándolos, frotándolos.

- Siete es mejor, aunque no suficiente.- La trigueña fue descendiendo plantando ósculos de placer por todo su cuello, sus hombros, su pecho, y desde allí, le apresó los rosados y sensibles pezones, los envolvió con tanta suavidad como tacto, les aplicó una lenta succión que le arrancó gemidos.

- Ahh, ahh, espera, amiga, estas… chupándome ahí. Se siente demasiado bien, ocho, ocho, ocho…- Se retorció juntando los brazos, logrando solamente que sus generosos senos se juntaran luciendo aún más sabrosos. Shauna los junto y siguió succionándolos mientras los exprimía con sus manos como a pelotas anti estrés. Sus frutos quedaron erectos y jugosos después de ser besados y chupados reiteradas veces por su amiga y Serena los vio, dado que se retiró la venda.

- Creo que es suficiente, sin dudas una mujer puede…

- Tonterías.- La detuvo en seco.- Tengo experiencia con la boca y las manos, no significa nada. . Sin previo aviso, Shauna la tomó de las piernas y las separo.- Le das demasiada importancia a unos besos, amiga, esto es lo que define las cosas.

Serena la vio contemplando su sexo, aún cubierto por la ropa interior, aunque no por mucho. Shauna le masajeo la vagina desde arriba, concentrada en su nueva labor. Sin darse cuenta, era ella misma la que sostenía sus piernas abiertas y le servía su sexo en bandeja. Las manos de Shauna se limitaban a acariciarle la piel y frotarle la ropa interior sobre el placentero clítoris.

Antes de que pudiera decir algo, se paralizo de pudor cuando le descubrió la vagina y la admiró con descaro.

- Tienes una vagina preciosa, no te la vi bien el otro día.- La elogió sin saber que decir ni que sentir.- Diablos amiga, no me imagino como el mastodonte de Álex va a poder entrar en este agujerito pero es tu problema, va a ser duro, solo digo eso.

- ¿Crees que será doloroso?- Soltó temblando de vergüenza, con la esperanza de que entablar conversación le quitara los nervios. Su amiga fiel, la que le proveyó trabajo y departamento, la que compartió una videollamada con su madre hace minutos, hacía comentarios sobre su sexo desnudo a escasos centímetros de distancia, lo abría, lo hurgaba, lo olía…

- ¿Doloroso? La primera vez siempre, siempre duele y él tiene una tercera pierna, haz las matemáticas, demonios, me dolió a mí que tengo varias jineteadas en mi haber. No obstante, te encantará cuando te acostumbres, eres afortunada de encontrar a alguien como él.

- ¿Porqué te excluyes? El te prestó más atención a ti que a mí.

- Oh no amiga, no te confundas, yo estaba allí y lo sentí, solo fui el agujero en el que se desquito para no contar la noche como desperdiciada, no obstante, él te quería a ti, y te va a tener paciencia, estoy segura.- Dijo con decisión arrolladora.- Yo los escuché e la mañana, los vi cuando casi concretan y no fueron simples amantes, hubo algo más…

Después de decir eso, sin darle tiempo de procesar sus palabras, su boca y labios vaginales hicieron contacto haciéndola sentir una descarga en todo su cuerpo.

- ¡Ahhh, Shauna!- Soltó todo en un mismo gemido mientras la boca de su amiga le realizaba un cunnilingus perfecto, de arriba abajo, de abajo a arriba, deteniéndose en los puntos clave de su sexo con precisión y elegancia.- Ahh, aaaah, uuuh, ahhhh.- Se dejó llevar por el placer sin importarle la intérprete del mismo.

- “Tiene cara de víctima pero bien que no cierra las piernas para nada” – Pensó Shauna al ver la mueca trágica de su amiga. Sin darle tregua, sabiendo que jugaba con fuego, descubrió el pequeño clítoris con los dedos y lo lengüeteó a gusto, dándole lamidas profundas y sonoras en el mismo mientras la mano restante le apresaban un pecho y jugueteaban con él…

- ¡Diez, diez, diez hahaahah! ¡No aguanto más haahahh uuhhhh!- chilló Serena a la vez que salpicaba el rostro de su amiga con flujos incontenibles que fueron a parar a todas partes.

Cuando Serena abrió los ojos, se encontró con su amiga cubierta de gotitas provenientes de su sexo, incluso hasta en el pelo y se sintió más avergonzada que nunca.

- Bueno, no veo que tengas dificultades en pasarla bien con una mujer.- Sentenció Shauna pasándose dos dedos por el rostro, recolectando el fruto de la excitación con el mismo.- Pero no se trata solo de disfrutar al recibir, también de disfrutar al dar.- Y se llevó los dedos a la boca- De consistencia más líquida de lo normal, aunque de gusto fuerte, como me gusta.

- Shauna… no hagas eso, ni digas esas cosas.- Pidió arrepintiéndose de quitarse la venda. Su lasciva amiga lejos de dar por terminado el juego de chicas, se quitó la ropa interior y la hizo girar entre sus dedos como una ramera queriendo llamar la atención en una carretera.

- ¿Piensas venir o tengo que ir yo?- Preguntó frotándose la vagina, enseñándosela – De acuerdo, como no te mueves, iré yo. - Shauna se paró en el sillón, y de a poco, fue sentándose apuntando su sexo a su escandalizada amiga, que no sabía si podría llegar tan lejos.- Vamos, no va a lamerse sola, y sabrás si eres bisexual si disfrutas el darme placer como disfrutaste el recibirlo, seamos justas. Por ahora pasaste mi test en un 50%.

- Bueno… sería injusto… negarme… ¿después quedamos a mano, si?- Preguntó dubitativa sin poder dejar de ver el sexo de su amiga. Aunque ya le había visto cada rincón del cuerpo en esa noche con Álex, esa situación era diferente. Tenía su vagina y trasero cerca, expectantes, como una invitación a un nuevo mundo de placer al que no sabía si pertenecía.

- Lo que digas, primero devuélveme el favor, luego tendrás un veredicto.- Abriéndose la vagina impaciente. Noto su pulcritud, su tonalidad distinta y por sobre todo, su falta de virginidad.

Serena se fue acercando poco a poco, milímetro a milímetro hasta que de sorpresa, Shauna se dejo caer conectando su sexo a su boca, forzando un sexo oral anticipado. Lo único que venía eran las firmes y redondas nalgas de su amiga, teniendo a su ano a escasos milímetros como un talismán de hipnosis del que no podía desviar la mirada, sintiendo el sabor de su sexo como si se derritiera en su boca.

- Frótate tú o tendré que hacerlo yo.- Se impacientó la impiadosa joven.

Serena cerró los ojos, y puso sus labios en acción dejándose llevar. No le pareció tan mal, de hecho, la excitación volvía a subirle la temperatura como si fuera un combustible vital recargándose tras vaciarse en su último orgasmo. Serena, tomó las nalgas de Shauna y se hundió cada vez un poco más en ella, llegando cada vez más profundo con su lengua dentro de la vagina, respirando su perfume de mujer y por sobre todo, impregnándose cada papila gustativa con esa nueva esencia.

- Oooh, eso es amiga, a eso llamo yo un despertar sexual.- La alentó mutando de posición para formar un 69 de costado en el que se lamieron las vaginas al unísono, obsequiándose placer en iguales proporciones. Serena no tardó en espejarse e imitar lo que hacía su amiga con su sexo, como un Ying y Yang viviente, de carne, de vida, se completaron los huecos formando un mismo ser que respiraban una sobre la otra, sintiendo y dando placer al mismo tiempo. Ambas tenían una pierna levantada que temblaba de acuerdo a la excitación.

Sin previo aviso, notó que tenía una ventaja en la carrera del placer: podía introducir sus dedos en ella sin riesgo alguno, y eso hizo, (ella en cambio, no quería ser desvirgada manualmente y Shauna lo sabía) palpando el interior de su orificio, su humedad, su hirviente temperatura. Su lengua se agitó en su botón rosado mientras dos de sus dedos se deslizaban en su cavidad como criaturillas queriendo resguardarse en una madriguera.

Sorprendiendo a Shauna, en un arrebato de curiosidad o quizás de sinrazón, vio el asterisco de su amiga apetitoso y le paso la lengua, hundiendo su lengua en el resquicio, cuando dos neuronas atolondradas hicieron conexión ya era tarde, su lengua estaba en ese ignoto e impúdico lugar, recolectando información para su cerebro muy difícil incluso de describir. No obstante, entre tanto desborde, una certeza surgió inexpugnable: abordar el asterisco con su boca le excitaba, le excitaba la idea de ser una chica sucia, vulgar, todo lo contrario a lo que siempre aparentó.

- Amiga… Serena, me gusta pero no tienes que hacerlo…- Hizo una pausa Shauna, temiendo que hayan reemplazado a su inocente amiga por una copia perversa. No fue escuchada y la blonda seguía atenta a ese rincón de su cuerpo.

- No le digas a nadie que hice esto ¿Si?- Susurró despegando las nalgas con las manos, sin entender porqué se sintió tan atraída por lo que allí reposaba.

- De acuerdo, si es tu fetiche estás de suerte. A los hombres les encanta que le hagan eso.

- Por fin algo que me sale con facilidad.- Expresó haciéndola reír, volviendo a su quehacer anal hasta que detecto que su amiga se corría nuevamente: una ardiente humedad recorría su pierna hasta el sofá como rocío de la mañana.

Sin embargo, no era un punto final, sino la señal que la trigueña esperaba para pasar al siguiente nivel: “Ahora te voy a enseñar la técnica Tijera X” y se acomodó en una posición inconfundible, vagina contra vagina, humedad entremezclada, miradas conectadas, y fricción, mucha fricción que despertaron una sinfonía de gemidos. Ambas señoritas se frotaron las vulvas llegando al orgasmo sin necesidad de manos, de bocas, de lenguas, solo sus vaginas ardientes pegoteadas, unas contra otras, levantando perfume y temperatura como una fuga de esencias. No solos gemidos se entrelazaron, también los orgasmos se fundieron como si fueran un mismo ser y los líquidos que de ellas emanaron formaron una mezcla única...

En definitiva, los minutos pasaron sin que ellas no notasen, dado que habían perdido la noción del tiempo. Fue sido una noche tan productiva como desenfrenada. Serena volvía en sí, y cubriendo su desnudez con un almohadón espero un veredicto de su amiga, que se incorporaba estirando sus músculos.

- Positivo. Bisexualismo positivo.- Afirmó con decisión.- Ahora estás lista. Perdiste el pudor, perdiste el miedo, y te conoces a ti misma el triple de lo que te conocías cuando acompañamos a ese señor a su hábitat natural. Se va a llevar una grata sorpresa, sin dudas.

- Gracias, Shauna, ahora no queda más nada que probar. Solo una cosa por hacer.- Mencionó risueña, como una princesa despertada por un beso de príncipe.

- ¿Qué cosa?- Preguntó sentándose en el maltratado sofá.

- Debutar, solo me queda debutar.




Capítulo 9. Un día en la vida de Álex


El radio despertador sonó a las seis de la mañana. Álex abrió los ojos con una ligera resaca y observo al lado opuesto del despertador. La pelirroja compañera de la noche anterior no se había marchado, dejándole una fuerte aroma dulzona en su habitación. Se sentía extraño tras lo ocurrido que su ex pareja de hace un par de años no lo haya dejado.

- Al final, puedes confundirte su nombre cuando tienes sexo y de todas formas, si les gusta tu pedazo, lo perdonan.- Reconoció sediento, buscando una lata de cerveza en el suelo a la que le quedara algo. Al inclinarse, la cabeza bajó y se llenó de sangre de repente, activándole los sentidos, recobrando recuerdos nocturnos.

La voz en la radio despertador, lo trajo de vuelta a su mundo de atmósfera viciada y jaquecas recurrentes. Una voz femenina tomaba forma a medida que las neuronas del hombre se encendían y hacían conexiones forzosas. Algunas conexiones borraban el sueño que había tenido, otras querían recordarlo y darle un significado en seco, en cambio, unas más prácticas, lo ayudaban a recordar dónde había dejado los pantalones.

“Las protestas por la privatización de los Centros Pókemon de Kanto estallaron con toda violencia en más ciudades. Entrenadores indignados alzaron sus voces y pancartas en sitios tan distantes como Ciudad Plateada y Lavanda y en todos ellos encontraron represión. La nueva Brigada de Control de Multitudes sacó a relucir el cuerpo de Blastoise hidrantes y pókemon de veneno como Weezing y Victreebel que sirvieron tanto para apaciguar la multitud como someter insurgentes haciendo trabajo en equipo…”


Mientras se vestía, admiraba a su hermosa consorte desnuda, destapada, ocupando ese lado de la cama que tantas habían frecuentado pero pocas más de una vez. Le costaba entender porqué tras terminar tan mal, tras un breve idilio, la pelirroja maestra de pókemon acuáticos, había regresado ayer por la noche.

- Misty, hey, Misty, despierta. Me voy a trabajar abajo ¿Me escuchas?

- Sí, sí. Se quejó volteando, obsequiándole la hermosa visión de su trasero al desnudo.- Yo me las arreglaré, no es la primera vez que amanezco en tu pocilga.

- ¿Aún sigues enojada? Fuiste tú la que fuiste tajante con la separación.- Preguntó acomodando se la remera que cubría su enorme espalda decorada por la pavorosa imagen de la serpiente.

- Cabrón ¿Tan enamorado estás que en medio del delicioso dices su nombre? – Se dio vuela enseñándole su rostro de enfado que tan bien conocía.- Serena, Serena…pfff, la próxima vez que sea ella la que te visite a tener sexo.

“Ojala sea así, ojala sea así” – Pensó dejando a su ex novia en la habitación, masticando celos, rechazo y dudas. Él en cambio, comenzaba a recordar su llegada al detalle:

Había tocado el timbre del taller a las once y media, dando la pista de que no podía ser ningún cliente. Álex contuvo un insulto al verla con su habitual atuendo en medio de la noche.

- ¿Aún me tienes rencor?

- Me tiraste con una llave inglesa en la cabeza, derribaste sobre la motocicleta de un cliente una estantería llena de herramientas y empujaste a mi vecina al cordón de la vereda. No me hables de rencor, Misty, y dime que buscas a esta hora.

- Fueron semanas largas, tengo buenas noticias que darte…

- ¿Me pagaras los destrozos?- Había preguntado la noche anterior, cruzado de brazos, imponente como era.

- No entendiste el mensaje. Te merecías esa rabieta mía, tu trabajo no uno que puedas ocultarme por tanto tiempo.

- No pensé que te molestara tanto que repare motocicletas.- Bromeó para hacerla enojar.

- Sabes muy bien que no me refiero a “ese” empleo.- Poniendo énfasis en la palabra ese. Debía de reconocer que de las mujeres con las que se acostó o mantuvo alguna relación, Misty era la más hermosa estando enojada. Sus pecas parecían encenderse como faroles y su cabello pelirrojo arder como fuego. Le costaba entender que era la entrenadora estrella de pókemon acuáticos de Kanto y que no fueran los de fuego su especialidad.

- La concesión del gimnasio de agua, como cada cuatro años, se puso en evaluación y volví a ganar mi derecho a él.- Y de detrás, de una mochila, sacó una atractiva, fresca y costosa botella de champán. - ¿Es para celebrar no?

- Sí, que seas la encargada de dar la medalla cascada por 4 años más es notable, pero no sé por qué debo ser yo el que comparta tu felicidad. Después de todo, solo soy un fracasado entrenador de pókemon veneno que tiene un trabajo reparando motocicletas y otro que no te agrada en absoluto.

- Por hoy voy a hacer una excepción.

Y ante él, en medio de la acera, le enseño su credencial para volver a entrar, para volver a su mundo de acero, excesos y pósters pervertidos. La jovencita, con la mano libre, se desabotonó el diminuto short de jean, y al bajarlo (sin ropa interior de por medio) le enseñó un rabioso vello púbico colorado, ardiendo como una invitación a probar ese fuego con los dientes, con las manos, con todas sus armas.

- ¿Siempre me pediste que me lo dejara, recuerdas? Quizás por una noche podamos olvidar nuestras diferencias y puedas… apagar mi incendio.- Soltó en una risita, sin dejar de exhibirse ante él.

- Vamos, pasa. Te sorprenderá la cantidad de vecinos a los que les gusta espiar mis visitantes.

Álex no supo ni sabrá si vieron a la líder de gimnasio de Ciudad Celeste, Misty, ingresar a su taller con los pantalones medio caídos y una botella de champán en la mano. Lo que si supo, es que por más buena e infernal que sea la pelirroja en la cama, un nombre no dejaba de invadir su realidad incluso en los momentos más inoportunos: Serena.



Continuará



pokegirls



Gracias por leer! Ufff fue todo un desafío, es la primera vez que escribo un relato tan largo 100% lésbico y aunque al final Misty y Álex tienen una aparición, lo que hicieron lo describo el siguiente número, pero guarda, que Serena va a en camino, no vaya a ser que se cruce con Misty y salgan chispas.

Si les gustó muéstrenme su apoyo puntuando y comentando, contesto preguntas y escucho sugerencias. Tengo planeado que otras pokegirls aparezcan más adelante, conocidas e inventadas ;)


Capítulos anteriores:

A Serena le gustan mayores: Parte 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/3601156/A-Serena-Le-Gustan-Mayores-Fanfic-de-Pokemon-resubido.html
A Serena le gustan mayores: Parte 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/3715160/A-Serena-Le-Gustan-Mayores-Parte-2-Fanfic-de-Pokemon.html

1 comentarios - A Serena Le Gustan Mayores: Parte 3 (Fanfic de Pokemon)

TF850 +2
Uff! Fue buenísimo. Te ofrezco mi ayuda para sugerencias si quieres tener otra opinión aunque pareces ser de las personas que tienen por lo menos ya pensadas 2 partes siguientes de su historia. Una sugerencia es que no inventes pokégirls.
TF850 +2
No sólo existen Misty, May, Dawn, Iris, Serena, Shauna y tal vez, Lylia, Lulú/Mallow y Lana. También puedes incluir Milfs, no son mi atractivo favorito pero no es algo que desprecie.
El_Cochinoco +1
Si no es mi intención inventarlas, no creo que invente otra, lo que pasa es que necesitaba una que sea de Kanto (no me convencía Leaf). Después de Misty van a aparecer más y de manera realista, no por simplemente estar de visita o aparecer porque si. Tengo pensado incluir a la mama de Ash XD
TF850 +2
Piensa en más líderes de gimansio. Tienes a Sabrina (la de tipo Psíquico) en su sprite de la 1ra generación iba con un látigo y en el anime no es que haya sido buena gente. A lo mejor con eso te inventas un capítulo de bondage lésbico.