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El negro Fred y la concha de mi mujer llena de su leche

Adriana estaba demasiado caliente y por más empeño que le ponía, no lograba hacer que sintiera ni la mitad de lo que el dominicano le provocaba, y es que la diferencia en tamaño era abismal y el negro se la culeaba como un verdadero demonio. El hecho no me frustraba ni me preocupaba, al contrario, me calentaba saber que solo el (u otro) negro iba a poder bajarle, a punta de pico, la calentura a la Adri.
Llevábamos tres semanas sin vernos, Fred estaba de vacaciones en el sur con su familia (no les conté que era casado?).
Faltaban un par de días para que regresara a santiago y mi mujer había conseguido en internet un dildo con las medidas exactas de la verga de Shane Diesel. El objetivo era usarlo en su culito para que cuando Fred volviera, este pudiera hacerle la cola sin la sensación de que la iba a desgarrar.
La idea de Fred y su machete en el culito de mi mujer, nos calentaba a ambos, así que durante todos esos días estuve ayudando en la tarea.
El dildo era enorme, ya que el negro tenía un monstruo entre las piernas y mi mujer estaba obsesionada con la idea de comérsela completita por el culo. El juguete ayudó a perder un poco el miedo de que semejante bestia realmente fuese a partirle la colita.
Yo seguía fantaseando con la idea de que Fred se culeara a Adriana sin condón y acabara dentro, pero mi mujer quería esperar un tiempo más y la idea de la cola le parecía más atractiva. En fin, el negro llegó a Santiago un miércoles por la mañana, y ese mismo día por la noche, ya lo teníamos a modo de sorpresa en nuestra casa. Adriana estaba feliz de verlo, y como no, si tres semanas lejos de ese pico enorme, parecieron meses.
El negro nos contó a la rápida sobre su visita al sur de Chile, nos entregó unos regalos y fuimos directo a la habitación. De inmediato le sacó la tanguita blanca a Adriana y empezó desenfrenadamente a comerle el culo y la concha mientras se quitaba el pantalón. Llevaba un sunga con diseño de tigre que hacía aún más atractiva a su bestia y dejaba al aire su firme culo. Adriana me pidió su juguete nuevo, lo lubricó y empezó a metérselo en el culo, para que el negro calentara motores. Fred nos había extrañado y se notaba en lo rápido que su paquete se puso extremadamente duro. 
Me ordenó que se lo chupara mientras veía como Adriana jugaba con el dildo. Le corrí la sunga para el lado (me calentaba demasiado hacerlo y ver que mi mujer lo hiciera), dejando caer el paquete XXL del negro. Agarré su verga negra con mis dos manos y comencé a chupar y masturbar ese pedazo enorme de carne. Adriana seguía en lo suyo y el negro solo quería cambiar de lugar con el dildo.
Cuando Fred tenía el pico a punto de explotar, agarró mi cabeza y me arrancó de su pene, tomó un condón e hizo que se lo pusiera. Agarró a Adriana, la puso en cuatro patas y sin quitar el dildo de su culo, le metió la verga en la concha. Este era nuestro quinto encuentro y su verga gigante ya entraba sin mayores dificultades. 
Adriana gritaba de placer, con la conchita cremosa. Estaba desesperada por sentir al negro bombear su vagina con la tremenda herramienta que este se gastaba.
Me miraba y entre gemidos me preguntaba si me gustaba ver su concha siendo reventada por algo tan grande, y me pedía perdón por gozar tanto con "el tremendo pedazo de pico gigante" de Fred. Ella sabía cuánto me calentaba que hiciera eso.
Mi mujer no tardó mucho en acabar, y el negro seguía demasiado caliente, así que esta vez no dejó que Adriana se sacara la verga negra de su conchita y siguió embistiéndola como animal. La Adri acabó tres veces antes de que el Fred se viniera. 
El negro me hizo quitarle el forro mientras mi mujer descansaba sobre la cama. Le pedí que no se quitara la sunga y me hizo caso.
Cuando tuve mis manos rodeando su bulto enorme lleno de leche, se lo limpié con mi boca y lengua. Chupé y lamí ese pico como si no hubiese mañana.
El negro empezó a usar su miembro como martillo contra mi cara, me golpeaba con su paquete y eso me puso a mil. Me di vuelta poniendo mi culo hacia él, tomé su verga y la puse entre mis nalguitas. El negro sorprendido me dijo que él venía por el culito de Adriana, pero comenzó a golpear mis nalgas con su machete. Le pedí que me punteara, mientras yo lamía la conchita de mi mujer y así estuvo un rato hasta que acabé. Tenía tantas ganas de que el negro me la metiera completa en el culo, pero de seguro me lo hubiese destrozado.
 Fred quería metérselo sin forro y yo estaba de acuerdo con la idea, pero mi mujer sacó un condón, se lo puso y comenzaron a culear otra vez. Y ahí estaba mi mujer encima del negro, comiéndose tremendo chocolate en barra, gritando que le llegaba más adentro que nadie, y que tenía el pico más rico que había probado en su vida. Esto calentaba demasiado a Fred y este le preguntaba cosas como; "te gusta sentir un pico tan gigante?" O, "que verga te llena más, la de tu hombre o la mía?".
Eso nos calentaba mucho a los tres. Adriana solo podía responder entre gritos y gemidos que su verga era la única que la llenaba. De repente el negro se levantó sin sacarle la verga, y volvió a tirarla sobre la cama a lo misionero. Cómo gritaba esa hembra... le estaba haciendo el amor tan rico, que no tardé en acabar.
Ellos estuvieron así unos minutos hasta que Adriana no aguantó más y se vino como un grifo. El negro se echó sobre la cama a descansar mientras mi mujer se reponía a tremenda culeada que el dominicano le había dado.
Después de un rato de conversa y un par de tragos, estaban listos para seguir y era hora de probar con la cola.
La Adri empezó a chupar el miembro de Fred y me ordenó que le chupara las bolas, así que ahí estábamos los dos, dándole un placer enorme al negro de tres piernas. Cuando ella notó que el negro estaba al palo, se lubricó bien el culo y se puso en posición. El negro posó la tremenda cabeza de su verga en el culito de mi mujer y empezó a empujar. Era hermoso ver algo tan grande y venoso tratando de penetrar por detrás a aquel animal que a esa altura era Adriana. Pasó un instante y ya tenía la mitad de esa bestia dentro su culito. Ella gritaba que la quería entera, que la aguantaría, así que el negro con un poco más de esfuerzo, la tomó de la cintura y se la metió completa. Su verga negra, vestida hasta un poco más de la mitad, con un condón de color rosa, entrando y saliendo del culito blanco de Adriana, era la perfección misma. Me vine encima y me quedé disfrutando de la escena.
El negro me ordenó que le tapara la boca a Adriana, para no asustar a algún vecino que a esa hora estuviera despierto. Así que procedí a poner mi pene en su boquita mientras el negro seguía metiendo aquel martillo dentro de mi mujer. Pasaron unos minutos y el negro estaba listo para venirse, y en un rápido movimiento, se quitó el condón, metió su pico negro en la concha de mi mujer y se vino dentro de ella.
La escena fue hermosa. Su semen chorreaba por la conchita de Adriana y bajaba por sus piernas. Cuando el negro sacó su bestia, me tiré sobre mi mujer a limpiarle la leche del negro con la boca y le pedí a Fred que dejara cerca su miembro para hacer lo mismo. La Adri estaba enojadisíma por la acción de Fred, ya que quería esperar un tiempo para probar sin goma. Así que apenas pasó la calentura, le entregó las ropas al negro y le pidió que se fuera. El negro asumió su error, pidió disculpas y se largó.
Con el pasar de los días y convenciéndola, yo en casa y Fred por teléfono, logramos que su rabia bajara para programar otra encamada.
Y así pasó menos de una semana para volver a tener a Fred en nuestra cama, pero esta vez Adriana quería que yo llegara a casa cuando ellos ya estuvieran encamados, pero esa es una historia para otro post.
Gracias por leerme.

4 comentarios - El negro Fred y la concha de mi mujer llena de su leche

Elcuatroagujas +1
Que bueno poder disfrutar ambos del mismo demonio
MrGentlemen
q delicioso relatoooooo.... quisiera compartir a tu señora también suena como una mujer muy "interesante"
Dotado88
Más que interesante es bien caliente
Nandita_88 +1
Que rico, como me gustaría que ese negro me rompiera el culo y la concha
Dotado88 +1
Mi mujer se goza cada centímetro de ese negro
Pau1hw1ale1co +3
Mmmm se me antoja mucho ese Fred!!
Dotado88
Me imagino ese cuerpo encima del de Fred y me pone a mil. Ojalá poder prestártelo unas noches