Mujer consoló a amigo y éste la cogió duro

Sigo en mi cuarentena de ensueño, encerrado en lo de mi yegua Sandrita que me tiene bien atrapado, a mí y a mi pene bien en su vagina, que le lleno bien cada día. Pero como soy insaciable, me doy paja cuando ella sale a comprar y llamo a alguna amiga que me dé un poquito de cariño. Eso me hace acordar de esta historia de amor y algo más entre una mujer y su amigo triste, a quien ella lo consoló, y cómo.

Recuerdo pocos detalles, ni sé dónde era, sé que por zona Norte de Buenos Aires. Un hombre más o menos joven, onda yo, vivía solo y había tenido un quilombo jodido con su ex, tras lo cual se puso muy mal. Antes de joderse al pedo la salud, llamó a una señora amiga de más o menos esa edad, ponele 50, contándole la cuestión. La mujer, no muy linda ni fina pero buena, le ponía siempre la oreja y lo aconsejaba. Le levantaba el ánimo, le levantaba la autoestima, tanto que le levantó la locura. Cuando se calmó un poco, el tipo le pidió que fuera a verlo que quería un poco de compañía. La mujer aceptó, se vistió más o menos bien y cuando llegó, él la saludó contento, ella lo besuqueó, abrazoteó y lo acarició mientras lo animaba.

El hombre, ya cenado igual que ella, hizo café y le ofreció a la señora, bastante sencillonga, hasta ordinaria diría. Ni maquillada, ni cuero, ni tacos, sólo pulóver maso, pantalón, zapatillas y una cartera berreta. El hombre volvió a contarle todo su lío, ella lo mimaba mientras agradecía el café, el tipo fue sintiéndose mejor y terminaron cagándose de risa y viendo un rato de tele y unos videos de música juntos. Y claro, la alegría, el amor y la mujer todo lo pueden.

Fácil: el tipo se calentó con su amiga del alma, sabía que era separada, y le tiró que si quería quedarse a dormir que no tenía ganas de salir a llevarla. La mujer aceptó, bastante gaucha ya para ese entonces, y tipo cuatro de la mañana se iban a dormir. Iban pero no fueron: apenas la mujer entró a la pieza, también sintió ganas, se tentó y para darle las buenas noches, no tuvo mejor idea que darle al hombre un buen beso en la boca. El tipo agradeció, se lo devolvió, se acariciaron, mimaron, más besos, que vení a mi pieza, que dormimos juntitos, que esto, que lo otro, que gracias por tu ayuda. Resultado…

Garchar, viejo, garchar de una. Entraron a la pieza principal, más besos, ella lo toqueteó, él a ella, se sacaron la ropa el uno al otro y cuando la mujer dejó ver su corpiño y bombacha, el hombre voló, se puso en bolazas, ella le chupó y amasijó el pene que le engordó fuertón. La mujer empezó a agitarse, él le quitó el corpiño y le apretó las tetas, ella se sacó bien suelttita su bombacha y se dispuso. Y tras subírsele y penetrarla violento, enloquecido con realizar su sueño, el tipo se la cogió a la mujer que gozó como perra en celo pegando gemidos geniales, jadeos, diciendo puercadas y desesperada porque él acabara, ya que retrasó a propósito para hacerla explotar. Y qué cuando al fin se decidió y tras 20 de darle adelante y atrás, se vino y eyaculó semen a borbotones en la vagina de ella, que largó flujazo y lindo orgasmo a alarido puro. La señora se ve que no cogía hacía mucho, porque chocha pidió más y el tipo la satisfizo metiéndole pija gruesaza por cola y llenándola de semen. Y luego no aguantó y tras acostarla y abrirla de piernas, le dio por concha con violencia, locura y frenesí hasta llenarla de nuevo. La mujer tragó el semen que chorreó del pene, le pasó bien la lengua y él la suya por la vagina empapada de la amigacha. Bárbaro chicas, siempre hay que tener un alma que te consuele. O que vos consueles a pijazos.