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Su marido a por cervezas y ella a por mi polla

23 de junio de 2020

Una tarde de piscina con Silvia M, es sinónimo de agua, sexo y morbo, mucho morbo.

Habíamos ido a pasar la tarde al chalé de nuestros amigos Adrián y Silvia M. Esta iba deliciosa con un bikini de leopardo marrón con los bordes superiores y los cordones en marrón. No llevaba la tira anudada al cuello lo que la hacía más interesante.
Silvia estaba con sus 3 hijos, jugando en la piscina junto a mi novia Raquel y nuestra hija. Siempre que voy a verla, se las apaña Silvia M para acabar jugando conmigo sin que su marido se entere. Era cuestión de tiempo ver que tenía entre manos y que había tramado. Y no me equivocaba pues en menos de media hora Adrián apareció con las ultimas 2 cervezas diciendo que no había más y Silvia M le mando que se fuera a comprar.
En cuanto se fue, Silvia salió del agua y se tumbó en una tumbona a mi lado pidiéndome que la echara crema. Mientras lo hacía, comenzó a decirme que teníamos unos 15 minutos para ir a pasarlo bien. Yo la sonreí y esta se levantó inmediatamente. Le dijo a mi novia que íbamos un momento dentro a mirar unas cosas y Raquel dijo que no nos preocupáramos que ella vigilaba a los niños, dándonos así su aprobación.
Me llevaba agarrado de la mano y en cuanto entramos a la casa esa mano agarro mi paquete, el cual no soltó hasta llegar al baño. Hecho el cierre a la puerta y comenzamos a besarnos. Mis manos agarraron su culazo y ella metió una de sus manos por mi bañador comenzando a masturbarme. Se sentó en la taza del váter y me bajo el bañador. Siguió masturbándome, mientras pasaba su lengua por mi glande. Cuando lo tuve empapado, empezó a mamármela despacito poniéndome a mil, viendo cómo se la metía entera hasta llegar a mis huevos. Con mi polla durísima, se levantó, se dio la vuelta y comenzó a restregar su culazo por ella.
La agarre de la cintura, apretándola a mí, para restregársela mejor mientras nos besábamos. Una de mis manos subió hasta comenzar a acariciar sus pechos. La otra bajo, introduciéndose por su braga y comenzando a masturbarla. Tire del sujetador del bikini para sacarla las tetas y jugar con ellas. Sus duros y mojados pezones eran bien pellizcados.
Cuando estuvo bien empapado de sus flujos su coño, me puse un condón y la incliné apoyando sus manos en la pared. La bajé la braga, abrí sus piernas y comenzamos a follar. Con una mano seguía jugando con sus pechos y con la otra le daba azotes de vez en cuando. La incline más, haciendo que colocara sus manos sobre la taza del váter. Dilate bien su culo con 2 de mis dedos, para inmediatamente comenzar a follárselo despacito. Poco a poco fui subiendo la velocidad.
Le quite la braga para subirla uno de los pies a la taza también. Volví a metérsela en el coño follándoselo bien profundo. Fui cambiando de vez en cuando a su culo, el cual le follaba duro, haciendo que soltara buenos gemidos a pesar de no querer. La coloque a gatas en el váter y seguí follándola el culazo.
La bajé y me senté en el váter. Silvia M se sentó sobre mí y volvimos a follar, besándonos acaloradamente. Mis manos pellizcaban nuevamente sus pezones, los cuales mordía de vez en cuando. Cambie mi polla de nuevo a su culo y esta daba buenos botes para sentirla bien dentro. La giré y volví a follarla culo y coño, dándome la espalda, mientras acariciaba sus muslazos.
La avise que me iba a correr y Silvia M se arrodillo entre mis piernas. Me quité el condón y comencé a golpear su preciosa cara con mi polla bien dura. Esta volvió a mamármela, acariciando mis huevos, hasta que me corrí. Silvia M se trago mi semen y me dejo bien relajado.
Tras limpiarse, volvimos a la piscina. Aún no había llegado su marido y sus hijos seguían jugando con Raquel sin sospechar nada de lo bien que su madre y yo lo habíamos pasado.

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