Mientrasla sigo pasando bombacha con mi yegua Sandrita en su departamento, me acuerdode otras garchadas de novela que mandé otros años. De tantas mujeres que conozcoentre novias, amigachas y allegadas siempre pude satisfacer mi pene. En Noviembrede 2019 por ejemplo, cuando fui a visitar a María, una entrañable señora amigade otros tiempos, bastante gorda, linda, elegante, de esas maduras que mevuelan.
Lamujer es la madre de una compañera de colegio en la gloriosa 18 de Carapachay,donde a duras penas terminé quinto año con 19. Ya entonces la tipa mecalentaba, ya estaba de años loco con fetichismo, travestismo, garchadismo,todo. Y una paja que ni el Océano Atlántico. Pensaba en ella cuando venía abuscar a mi compa y me excitaba, dándome en casa y escribiendo relatos sobreella, imaginando cogérmela soberanamente, pero nada porque ni la conocía bien.Sin embargo, el año pasado la señora me llamó a mi celular y me dio lindasorpresa. "Dieguito, soy María, la mamá de X, ¿te acordás de mí?",dijo con su voz agradable y suave que me calentaba y calentó. La saludé copadopero medio timidón, apenas la había visto. Pero ella tan amable me charló ratolargo, que su vida, que X hacía esto o lo otro, que era abuela, más. Y quedamosen volver a llamar. Un asemana después, contento con la tipa y su onda, la vigaucha socialmente, no para coger aún, y resolví llamarla. "Hooolaa, amor,qué alegría escucharte", arrancó divina. Y tantta amabilidad, cordialidad,camaradería, cortesía, que me voló la cabeza y algo más. Con mi fetichismo desiempre, pensé "uh, con esta gorda podría comer fiambre". Y se lopropuse, de última me rebotaba y chau. Pero la mujer aceptó que fuera a verla yexcitado, me vestí con campera de cuero, camisa y pantalón fino y mucho perfumey nomás llevé fiambre. Y cuando llegué y me abrió, María se emocionó y meabrazuqueó y besó. Encima estaba vestida muy fina de blusa y pollera,maquillada y perfumada, y con un detalle que me terminó de volar.
Esque se había puesto crema para las manos Hind's rosa, con ese olor fuerte yriquísimo que me enloquece y se sentía a dos cuadras. Aparte dulce, mecharloteó y acarició la cara bastante, haciéndome excitar con su cremita más ymás. Y qué cuando María preparó el fiambre enbandejas y comimos sandwichitos.Ella me hacía uno de jamón, salame y queso que untaba con mucha mayonesa a mipedido mientras comía duro y hablamos de todo largo y tendido. Con el correr dela cena, la mujer, el fiambre, mi perfume, su crema, yo me iba volando y sentíami pene cosquillar bajo mi pantalón. Más cuando María levantó todo y ordenó lacocina, haciendo ruido con sus tacos. Y la crema se sentía y sentía, queríacogérmela ahí mismo.
Ycuando yo pensaba cómo, la gorda onda María Teresa me tiró el centro perfecto."Die, ¿te querés quedar hoy a dormir? Vivo sola, mis hijas viven aparte,soy separada", informó. Qué no ni no, obvio total. Pero yo quería ver deestar con ella, y si no me pajeaba en la cama que me tocara.
Peropude lograr mi cometido, nada me para. María me abrazó y besó mientras mecharlaba y acompañaba a la cama. Ahí dije de tirarle con algo fuerte y mandé:"¿Mari, hace mucho que no tenés marido?" "No, por suerte estoysolita, aunque me encantaría un hombre para una noche". Dijo noche, paraqué. "Bueno, puedo ser yo tu hombre", dije a riesgo de sopapo. Perola gordota se rió: "Ah sííí, miralo vos, el loquito, estás caliente no? Ybueno, probemos, dale ya que sos cancherito", desafió.
Nosabía con qué pija se metió. No sólo cancherito sino loco calientazo. Porrespuesta y mientras seguía oliendo a crema, la sujeté, besuqueé, mimé ymanoseé, ella gustó, me hizo lo mismo, los dos a su pieza, la tuve contra lapared y el placcard y no aguanté: nada de jueguito ni desnudo, le bajé lapollera, le vi la bombacha blanca fina, se la bajé y tras pelar mi penacho largo,se la metí violento de parado por su culo y le di adelante y atrás enloquecido,furioso con su gauchada y esa crema que me reventaba el cerebro. María chochagimió genial, pidió cepillada y eyaculé en diez terrible semen en su cola. Peroquise más, le pedí en bolas, la gorda se sacó todo, me sacó a mí, se me paróduro de nuevo y no tuve drama en ver sus más de 100 kilos, se la pasé erectapor su corpacho desnudo, la acosté en la cama y tras zambullirme brutalmente,la penetré violento y le pegué una murra para satisfacerla todo lo que no cogióestos años. "Aaaah, aah, aaahh, semen, pija, semen, llenaaame Diegui, dameduro, aaah, síí", decía la gorda madura agitada entre jadeos. Y eyaculé denuevo semen a chorros largos en su vagina, mientras ella largó buen flujo, y alsacarla se la di en la boca y María tragó chocha, mientras yo no dudé y le lamísu concha mojada. Después besos, mimos y acordamos dormir juntitos, María sepuso fino camisón y dormí pegadito a ella, siempre oliendo a Hind's pero tratandode no volarla de nuevo. Mirala vos a la gorda mamá de mi compañerita, gauchita,facilonga, y después me dice cancherito. Ella fue una concherita. Y llena de mibuena crema de las manos.
Lamujer es la madre de una compañera de colegio en la gloriosa 18 de Carapachay,donde a duras penas terminé quinto año con 19. Ya entonces la tipa mecalentaba, ya estaba de años loco con fetichismo, travestismo, garchadismo,todo. Y una paja que ni el Océano Atlántico. Pensaba en ella cuando venía abuscar a mi compa y me excitaba, dándome en casa y escribiendo relatos sobreella, imaginando cogérmela soberanamente, pero nada porque ni la conocía bien.Sin embargo, el año pasado la señora me llamó a mi celular y me dio lindasorpresa. "Dieguito, soy María, la mamá de X, ¿te acordás de mí?",dijo con su voz agradable y suave que me calentaba y calentó. La saludé copadopero medio timidón, apenas la había visto. Pero ella tan amable me charló ratolargo, que su vida, que X hacía esto o lo otro, que era abuela, más. Y quedamosen volver a llamar. Un asemana después, contento con la tipa y su onda, la vigaucha socialmente, no para coger aún, y resolví llamarla. "Hooolaa, amor,qué alegría escucharte", arrancó divina. Y tantta amabilidad, cordialidad,camaradería, cortesía, que me voló la cabeza y algo más. Con mi fetichismo desiempre, pensé "uh, con esta gorda podría comer fiambre". Y se lopropuse, de última me rebotaba y chau. Pero la mujer aceptó que fuera a verla yexcitado, me vestí con campera de cuero, camisa y pantalón fino y mucho perfumey nomás llevé fiambre. Y cuando llegué y me abrió, María se emocionó y meabrazuqueó y besó. Encima estaba vestida muy fina de blusa y pollera,maquillada y perfumada, y con un detalle que me terminó de volar.
Esque se había puesto crema para las manos Hind's rosa, con ese olor fuerte yriquísimo que me enloquece y se sentía a dos cuadras. Aparte dulce, mecharloteó y acarició la cara bastante, haciéndome excitar con su cremita más ymás. Y qué cuando María preparó el fiambre enbandejas y comimos sandwichitos.Ella me hacía uno de jamón, salame y queso que untaba con mucha mayonesa a mipedido mientras comía duro y hablamos de todo largo y tendido. Con el correr dela cena, la mujer, el fiambre, mi perfume, su crema, yo me iba volando y sentíami pene cosquillar bajo mi pantalón. Más cuando María levantó todo y ordenó lacocina, haciendo ruido con sus tacos. Y la crema se sentía y sentía, queríacogérmela ahí mismo.
Ycuando yo pensaba cómo, la gorda onda María Teresa me tiró el centro perfecto."Die, ¿te querés quedar hoy a dormir? Vivo sola, mis hijas viven aparte,soy separada", informó. Qué no ni no, obvio total. Pero yo quería ver deestar con ella, y si no me pajeaba en la cama que me tocara.
Peropude lograr mi cometido, nada me para. María me abrazó y besó mientras mecharlaba y acompañaba a la cama. Ahí dije de tirarle con algo fuerte y mandé:"¿Mari, hace mucho que no tenés marido?" "No, por suerte estoysolita, aunque me encantaría un hombre para una noche". Dijo noche, paraqué. "Bueno, puedo ser yo tu hombre", dije a riesgo de sopapo. Perola gordota se rió: "Ah sííí, miralo vos, el loquito, estás caliente no? Ybueno, probemos, dale ya que sos cancherito", desafió.
Nosabía con qué pija se metió. No sólo cancherito sino loco calientazo. Porrespuesta y mientras seguía oliendo a crema, la sujeté, besuqueé, mimé ymanoseé, ella gustó, me hizo lo mismo, los dos a su pieza, la tuve contra lapared y el placcard y no aguanté: nada de jueguito ni desnudo, le bajé lapollera, le vi la bombacha blanca fina, se la bajé y tras pelar mi penacho largo,se la metí violento de parado por su culo y le di adelante y atrás enloquecido,furioso con su gauchada y esa crema que me reventaba el cerebro. María chochagimió genial, pidió cepillada y eyaculé en diez terrible semen en su cola. Peroquise más, le pedí en bolas, la gorda se sacó todo, me sacó a mí, se me paróduro de nuevo y no tuve drama en ver sus más de 100 kilos, se la pasé erectapor su corpacho desnudo, la acosté en la cama y tras zambullirme brutalmente,la penetré violento y le pegué una murra para satisfacerla todo lo que no cogióestos años. "Aaaah, aah, aaahh, semen, pija, semen, llenaaame Diegui, dameduro, aaah, síí", decía la gorda madura agitada entre jadeos. Y eyaculé denuevo semen a chorros largos en su vagina, mientras ella largó buen flujo, y alsacarla se la di en la boca y María tragó chocha, mientras yo no dudé y le lamísu concha mojada. Después besos, mimos y acordamos dormir juntitos, María sepuso fino camisón y dormí pegadito a ella, siempre oliendo a Hind's pero tratandode no volarla de nuevo. Mirala vos a la gorda mamá de mi compañerita, gauchita,facilonga, y después me dice cancherito. Ella fue una concherita. Y llena de mibuena crema de las manos.
1 comentarios - La gorda María, su cremita, fiambre y buen semen