Buenas a todos, continúo contando la historia de mi familia. Hoy voy a centrarme en mi padre.
Quien nos ve por la calle, sabe que somos padre e hijo. Somos literalmente iguales, salvando las edades, obvio. Mismo físico, mismos gestos. Él, al igual que mi madre, tiene unos 50 años. Vive a más de una hora de mi casa con su mujer y el hijo pequeño de su mujer. Vivimos juntos unos años y nos hicimos muy compañeros. Además de ser padre e hijo, somos amigos. Nos contamos todo.
Después de vivir juntos un par de años, comenzó una nueva relación con quien vive hoy en día. Una mujer 10 años menos que él, unos 40 aproximadamente. Rubia, delgada, de 1,50. Su cuerpo es normal, no tiene mucho pero tampoco tiene poco. Mi padre fue siempre muy mujeriego, ha tenido mejores mujeres pero ella lo enamoró, digamos.
Cómo les decía, él me cuenta todo. Inclusive hasta las intimidades con su mujer. Vale aclarar que mientras vivíamos juntos, ella empezaba a ir a nuestro departamento y muchas veces los escuché coger pero no hacíamos comentarios al respecto. Ya a la distancia, hablamos más. Somos una familia muy abierta en relación a la sexualidad, así que nunca hubo problemas con eso.
Hasta acá todo normal pero un día, de vuelta a mi casa. Mientras él me llevaba en su auto, me contó que estaban viendo diferentes posibilidades de cumplir las fantasías que él y su pareja tenían. Me pareció genial, a su edad y con la crianza que tuvieron, nunca se animan a esas cosas. Ambos coincidieron que querían hacer un trío: HMH y MHM. Y me preguntó a mi que pensaba. Obviamente, les dije que si lo dos estaban seguros que le den para adelante. No hay nada mejor que experimentar. Lo que si, le dije que lo hagan con alguien con la cual tengan mucha confianza para que no haya malos entendidos. Pero aclarando las cosas, todo era posible. Hasta ahí llegó la conversación. Cuando él llegó a su casa, me mandó un mensaje pidiéndome disculpas si me había incomodado. Le dije que se quede tranquilo y que me parecía genial la idea. Siendo honestos, todos queremos hacer un trío.
Dos semanas después nos volvimos a ver, otra vez fui a comer a su casa pero en esta oportunidad, en vez de ir directo, me pasó a buscar por mi casa y fuimos a la suya. A mitad del viaje volvió a sacar el tema del trío. Me dijo que estuvieron sobre eso y coincidieron también en quién debía ser el tercero en cuestión. Casi cuidándose en sus palabras, me dijo que quería que sea yo quien formara ese trío. En pocas palabras, quería que entre los dos nos cojamos a su mujer, mi madrastra. Me quedé atónito y volví a preguntarle si ella estaba de acuerdo. Me dijo que si, que confiaban en que todo iba a quedar ahí y que lo iban a disfrutar. De alguna manera, ella se iba a coger a su marido de 24 años, dado el parecido entre los dos. Quedamos varios minutos en silencio, hasta que accedí. Todavía no sé porqué, en ese momento no lo deseaba tanto pero tenía lógica, yo era en quien más confiaban. Y de nuevo, todos queremos un trío.
Llegamos a la casa y fue todo normal, la saludé a ella y su hijo y cenamos como siempre. Mi padre ya con una seña le había indicado que el plan seguía su curso. Pude notar la enorme sonrisa de ella, yo ya estaba nervioso. Terminamos de comer y ella fue a hacerlo dormir a su hijo, con solo 4 años costaba un poco. A todo esto, yo había obviado la existencia del nene. Al rato vuelve y me mira. Mi padre rompe el hielo diciendo que ya habló conmigo y que estaba de acuerdo. Ella se acercó a él y le dio un beso furioso. Yo seguía nervioso pero con mucha adrenalina en el cuerpo.
-A él no le vas a dar un beso. Le dijo mi padre a su mujer
Abrí los ojos grandotes, todo estaba a punto de comenzar. Ella se acercó con toda su sensualidad, me tomo del cuello, cerró sus ojos y nos dimos un beso. Me miró y sonrió con mucha picardía. Acto seguido, mi padre se levanta al baño. Nos dejó solos para que entremos en calor, según nos dijo. Ella automáticamente se sentó sobre mí y chapamos. Podía notar su euforia, mi corazón latía y mi pija estaba que no daba más. Me levanté con ella encima mío y la llevé a la habitación. Me saco la remera y me tiró a la cama, ahí apareció mi padre y comenzó a besarlo a él mientras yo me iba acomodando.
-Anda que yo miro. Le dijo mi padre
Ella como una puta en celo, se abalanzó sobre mí. Comenzó a besarme por todo el cuerpo, yo de a poco fui sacándole la ropa. Al principio evitaba mirar a mi padre, después ya todo se fue normalizando y lo veía como un amigo más cogiéndonos a una mina. Ella seguía con lo suyo, hasta llegar a mi pija. Me sacó el pantalón y el bóxer. Mi verga quedó a la vista de todos, ella volteó a ver a mi padre como diciendo mira lo que me estoy por comer y prosiguió a chuparla. Mi padre por su parte ya estaba con su pija en la mano, masturbándose mientras veía el espectáculo que su mujer estaba dando. No lo voy a negar, la chupó como los dioses.
-Vení, papi. Le dijo ella con una voz de zorra. Quería tener a los dos juntos
Mi padre se saco la ropa y se acostó al lado mío. Ella intercalaba, por momentos me chupaba la pija y lo pajeaba a mi papá y luego cambiaba. Los dos estábamos a su disposición, ella feliz. Cada vez nos juntaba más, quedamos casi pegamos, para ella era más fácil chupar las dos. Luego de unos minutos, mi papá se levantó y le empezó a chupar la concha. De la excitación, ella sacó mi pija de su boca para suspirar mientras su espalda se encorvaba. Cuando ya no daba más, se subió encima mío que hasta el momento no me había movido y con su mano metió mi pija en su vagina y muy despacio se acomodó para que entre toda. Comenzó a cabalgar.
-Te gusta cómo me coge? Le pregunto a mi padre mientras intercambiaban lenguas
Yo la agarre de la cintura y comencé a cogerla más fuerte. No paraba de gemir. Así estuvimos un largo, luego cambió de pija. Se sentó encima de mi padre, una pija ya conocida y cogieron cómo suelen hacer. Yo me paré para que ella pueda chuparme la pija pero por lo rápido que se la estaban cogiendo, no podía metérsela en la boca. Volvió a cambiar de pija. Se recostó sobre la cama y me acosté arriba, acomodé mi pija en su vagina y se la metí hasta el fondo. Se agarraba fuerte de las sábanas para no gritar tanto, no quería despertar a su hijo. Saqué mi verga y comencé a bajar, le besé las tetas hasta llegar al clítoris y ahí me quedé. Aprovechando su excitación, lo chupé sin parar mientras le metía los dedos y mi padre le acercaba su pija a su boca. Cuando ella llegaba al punto más alto, mi padre la ahogaba con su verga, eso le encantaba. Cuando se pudo liberar, pidió más pija. Mi padre la puso en cuatro y se la cogió.
-Haceme el orto. Susurró mientras sostenía mi pija con su mano
Acto seguido, lanzó un grito de placer. Mi papá de a poco le empezaba a meter la pija en el culo, tal cómo ella quería. Ese culo ya está estaba abierto y no pasó mucho tiempo hasta que la pija de mi papá entre completa. Ella me soltó la pija y con las dos manos se abrió las nalgas para que entre mejor. Yo miraba atento mientras seguía pajeándome. Al rato, mi padre se recostó para que ella siguiera el trabajo. Se subió sobre él y siguieron garchando.
-Metemela vos también. Me dijo
Me levanté y me coloqué detrás de ella y con mucho cuidado fui metiendo mi pija en su ojete totalmente abierto. Su fantasía se estaba haciendo realidad, estaba gozando con dos pijas a la vez. Pero ahí no terminó todo, después de un rato, agarró mi pija y con mucha calidad intentó meterle en su vagina ya ocupada por la pija de mi padre. Quería las dos pijas juntas. Después de varias maniobras, lo logró. Lógicamente mucho no nos podíamos mover pero si pudo sentirlas las dos juntas dentro de su vagina, fue puro placer para ella. Luego, volví a meterla en el culo y seguimos así, dándole duro, por un rato hasta que acabó. Quedó tendida sobre mi padre.
-Quédate ahí! Me dijo
Con sus últimas fuerzas, me dijo que recostara donde estaba (frente a mi papá). Nos junto a los, pija con pija, huevos con huevos y comenzó a chupar. En ese momento nos encontrábamos mi padre y yo, con mi pija y mis huevos frotándose junto a los suyos unidos por la boca de su mujer que las chupaba sin parar. Se divertía, lo gozaba.
-Quiero toda la leche. Suplicó
Nos paramos los dos y mientras ella esperaba al borde de la cama con la lengua afuera, acabamos casi al mismo tiempo llenándole toda la cara de leche. Ella nos miró, sonrió y poco a poco con sus dedos iba llevándose toda la leche a su boca para tragársela.
Fantasía cumplida.
Quien nos ve por la calle, sabe que somos padre e hijo. Somos literalmente iguales, salvando las edades, obvio. Mismo físico, mismos gestos. Él, al igual que mi madre, tiene unos 50 años. Vive a más de una hora de mi casa con su mujer y el hijo pequeño de su mujer. Vivimos juntos unos años y nos hicimos muy compañeros. Además de ser padre e hijo, somos amigos. Nos contamos todo.
Después de vivir juntos un par de años, comenzó una nueva relación con quien vive hoy en día. Una mujer 10 años menos que él, unos 40 aproximadamente. Rubia, delgada, de 1,50. Su cuerpo es normal, no tiene mucho pero tampoco tiene poco. Mi padre fue siempre muy mujeriego, ha tenido mejores mujeres pero ella lo enamoró, digamos.
Cómo les decía, él me cuenta todo. Inclusive hasta las intimidades con su mujer. Vale aclarar que mientras vivíamos juntos, ella empezaba a ir a nuestro departamento y muchas veces los escuché coger pero no hacíamos comentarios al respecto. Ya a la distancia, hablamos más. Somos una familia muy abierta en relación a la sexualidad, así que nunca hubo problemas con eso.
Hasta acá todo normal pero un día, de vuelta a mi casa. Mientras él me llevaba en su auto, me contó que estaban viendo diferentes posibilidades de cumplir las fantasías que él y su pareja tenían. Me pareció genial, a su edad y con la crianza que tuvieron, nunca se animan a esas cosas. Ambos coincidieron que querían hacer un trío: HMH y MHM. Y me preguntó a mi que pensaba. Obviamente, les dije que si lo dos estaban seguros que le den para adelante. No hay nada mejor que experimentar. Lo que si, le dije que lo hagan con alguien con la cual tengan mucha confianza para que no haya malos entendidos. Pero aclarando las cosas, todo era posible. Hasta ahí llegó la conversación. Cuando él llegó a su casa, me mandó un mensaje pidiéndome disculpas si me había incomodado. Le dije que se quede tranquilo y que me parecía genial la idea. Siendo honestos, todos queremos hacer un trío.
Dos semanas después nos volvimos a ver, otra vez fui a comer a su casa pero en esta oportunidad, en vez de ir directo, me pasó a buscar por mi casa y fuimos a la suya. A mitad del viaje volvió a sacar el tema del trío. Me dijo que estuvieron sobre eso y coincidieron también en quién debía ser el tercero en cuestión. Casi cuidándose en sus palabras, me dijo que quería que sea yo quien formara ese trío. En pocas palabras, quería que entre los dos nos cojamos a su mujer, mi madrastra. Me quedé atónito y volví a preguntarle si ella estaba de acuerdo. Me dijo que si, que confiaban en que todo iba a quedar ahí y que lo iban a disfrutar. De alguna manera, ella se iba a coger a su marido de 24 años, dado el parecido entre los dos. Quedamos varios minutos en silencio, hasta que accedí. Todavía no sé porqué, en ese momento no lo deseaba tanto pero tenía lógica, yo era en quien más confiaban. Y de nuevo, todos queremos un trío.
Llegamos a la casa y fue todo normal, la saludé a ella y su hijo y cenamos como siempre. Mi padre ya con una seña le había indicado que el plan seguía su curso. Pude notar la enorme sonrisa de ella, yo ya estaba nervioso. Terminamos de comer y ella fue a hacerlo dormir a su hijo, con solo 4 años costaba un poco. A todo esto, yo había obviado la existencia del nene. Al rato vuelve y me mira. Mi padre rompe el hielo diciendo que ya habló conmigo y que estaba de acuerdo. Ella se acercó a él y le dio un beso furioso. Yo seguía nervioso pero con mucha adrenalina en el cuerpo.
-A él no le vas a dar un beso. Le dijo mi padre a su mujer
Abrí los ojos grandotes, todo estaba a punto de comenzar. Ella se acercó con toda su sensualidad, me tomo del cuello, cerró sus ojos y nos dimos un beso. Me miró y sonrió con mucha picardía. Acto seguido, mi padre se levanta al baño. Nos dejó solos para que entremos en calor, según nos dijo. Ella automáticamente se sentó sobre mí y chapamos. Podía notar su euforia, mi corazón latía y mi pija estaba que no daba más. Me levanté con ella encima mío y la llevé a la habitación. Me saco la remera y me tiró a la cama, ahí apareció mi padre y comenzó a besarlo a él mientras yo me iba acomodando.
-Anda que yo miro. Le dijo mi padre
Ella como una puta en celo, se abalanzó sobre mí. Comenzó a besarme por todo el cuerpo, yo de a poco fui sacándole la ropa. Al principio evitaba mirar a mi padre, después ya todo se fue normalizando y lo veía como un amigo más cogiéndonos a una mina. Ella seguía con lo suyo, hasta llegar a mi pija. Me sacó el pantalón y el bóxer. Mi verga quedó a la vista de todos, ella volteó a ver a mi padre como diciendo mira lo que me estoy por comer y prosiguió a chuparla. Mi padre por su parte ya estaba con su pija en la mano, masturbándose mientras veía el espectáculo que su mujer estaba dando. No lo voy a negar, la chupó como los dioses.
-Vení, papi. Le dijo ella con una voz de zorra. Quería tener a los dos juntos
Mi padre se saco la ropa y se acostó al lado mío. Ella intercalaba, por momentos me chupaba la pija y lo pajeaba a mi papá y luego cambiaba. Los dos estábamos a su disposición, ella feliz. Cada vez nos juntaba más, quedamos casi pegamos, para ella era más fácil chupar las dos. Luego de unos minutos, mi papá se levantó y le empezó a chupar la concha. De la excitación, ella sacó mi pija de su boca para suspirar mientras su espalda se encorvaba. Cuando ya no daba más, se subió encima mío que hasta el momento no me había movido y con su mano metió mi pija en su vagina y muy despacio se acomodó para que entre toda. Comenzó a cabalgar.
-Te gusta cómo me coge? Le pregunto a mi padre mientras intercambiaban lenguas
Yo la agarre de la cintura y comencé a cogerla más fuerte. No paraba de gemir. Así estuvimos un largo, luego cambió de pija. Se sentó encima de mi padre, una pija ya conocida y cogieron cómo suelen hacer. Yo me paré para que ella pueda chuparme la pija pero por lo rápido que se la estaban cogiendo, no podía metérsela en la boca. Volvió a cambiar de pija. Se recostó sobre la cama y me acosté arriba, acomodé mi pija en su vagina y se la metí hasta el fondo. Se agarraba fuerte de las sábanas para no gritar tanto, no quería despertar a su hijo. Saqué mi verga y comencé a bajar, le besé las tetas hasta llegar al clítoris y ahí me quedé. Aprovechando su excitación, lo chupé sin parar mientras le metía los dedos y mi padre le acercaba su pija a su boca. Cuando ella llegaba al punto más alto, mi padre la ahogaba con su verga, eso le encantaba. Cuando se pudo liberar, pidió más pija. Mi padre la puso en cuatro y se la cogió.
-Haceme el orto. Susurró mientras sostenía mi pija con su mano
Acto seguido, lanzó un grito de placer. Mi papá de a poco le empezaba a meter la pija en el culo, tal cómo ella quería. Ese culo ya está estaba abierto y no pasó mucho tiempo hasta que la pija de mi papá entre completa. Ella me soltó la pija y con las dos manos se abrió las nalgas para que entre mejor. Yo miraba atento mientras seguía pajeándome. Al rato, mi padre se recostó para que ella siguiera el trabajo. Se subió sobre él y siguieron garchando.
-Metemela vos también. Me dijo
Me levanté y me coloqué detrás de ella y con mucho cuidado fui metiendo mi pija en su ojete totalmente abierto. Su fantasía se estaba haciendo realidad, estaba gozando con dos pijas a la vez. Pero ahí no terminó todo, después de un rato, agarró mi pija y con mucha calidad intentó meterle en su vagina ya ocupada por la pija de mi padre. Quería las dos pijas juntas. Después de varias maniobras, lo logró. Lógicamente mucho no nos podíamos mover pero si pudo sentirlas las dos juntas dentro de su vagina, fue puro placer para ella. Luego, volví a meterla en el culo y seguimos así, dándole duro, por un rato hasta que acabó. Quedó tendida sobre mi padre.
-Quédate ahí! Me dijo
Con sus últimas fuerzas, me dijo que recostara donde estaba (frente a mi papá). Nos junto a los, pija con pija, huevos con huevos y comenzó a chupar. En ese momento nos encontrábamos mi padre y yo, con mi pija y mis huevos frotándose junto a los suyos unidos por la boca de su mujer que las chupaba sin parar. Se divertía, lo gozaba.
-Quiero toda la leche. Suplicó
Nos paramos los dos y mientras ella esperaba al borde de la cama con la lengua afuera, acabamos casi al mismo tiempo llenándole toda la cara de leche. Ella nos miró, sonrió y poco a poco con sus dedos iba llevándose toda la leche a su boca para tragársela.
Fantasía cumplida.
3 comentarios - Mi familia: mi papá y mi madrastra