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La puta madre con el puto amo (3) Noche de tragos

((( Gracias a @ParejaF por sus fotos para ilustrar el relato)))
Gracias por los mensajes, puntos y comentarios en mis posteos.
Aquí les dejo los capítulos anteriores de ésta historia:
(I) La ducha
(II) La merienda

*****♪ quinto atto ♪*****
*****♫ introduzione ♫*****

De muy joven supe que mi debilidad eran las casadas, a las que sus cornudos maridos no podían satisfacer, por lo que ellos mismos me ruegan que sea yo quien las haga gozar al extremo con mí pija descomunal y mis morbosas ideas.

Entendí que es mi responsabilidad liberar a las mujer de la angustia de vivir una vida sexual de insatisfacción, fingiendo orgasmos que sus parejas no pueden provocar.

Con mis amigos grabamos un video porno casero de María, madre de nuestro amigo Luismi, donde disfrutamos de su cuerpo que entre todos desnudamos. En su propia cama matrimonial le estrujamos y chupamos sus tetas gigantes, le hicimos sexo oral y hasta su propio hijo la hizo acabar con un vibrador en un explosivo orgasmo que fue un verdadero squirt salpicando con su flujo todo el dormitorio. Pero ella no se enteró de nada porque la habíamos dormido con un potente somnífero veterinario que Fernando, su esposo y padre de Luismi, nos había dejado al alcance. Estaba en marcha mi plan perverso para liberar la puta reprimida que María llevaba adentro.

*****♫ aria cantabile ♫*****

Recuerdo que me pasé todo el domingo encerrado en mi cuarto viendo una y otra vez el video porno que habíamos hecho con la madre de nuestro amigo Luismi, desmayada en su propio cuarto matrimonial y en la que todo el grupo era protagonista, inclusive su propio hijo. Eran increíbles las escenas: cómo los chicos mordían sus pezones duros y brillantes de tantas babas, cómo su hijo le enterraba con furia un vibrador por la concha, cómo en sus tetas gigantes podía desaparecer mis 24 cm de pija mientras me hacía una paja cubana sobre ella, el squirt de película con la catarata imparable de flujo que arrojó convulsionando en su escandaloso orgasmo, y cómo al final todos fuimos tirando nuestros lechazos sobre su blanco y sudoroso cuerpo. Mientras disfrutaba de cada detalle del video,y entre paja y paja, imaginaba cómo hacer posibles las próximas y más perversas situaciones.

*****♫ recitativo accompagnato ♫*****

En el primer recreo del lunes siguiente, Luismi me llevó a un sitio apartado dentro del colegio para darme el reporte de todo lo que había sucedido en su casa el resto del sábado y el domingo.

-Yo: dale boludo, contá, contame ahora todo ¿cómo fue el finde en tu casa?

-Luismi: bueno, tranquilo, tranquilo que nadie descubrió nada.

-Yo: detalles, Luis Miguel, quiero detalles. Contame todo con lujo de detalle ¡dale!

-Luismi: a las diez de la noche se despertó mi mamá extrañada de haber dormido tanto. Ella no es de dormir la siesta. Parece que al despertarse con el cuerpo sucio se dió una ducha. Después fue directo a mi cuarto y me recriminó que le había dejado dormir tanto tiempo.

-Yo: no me jodas ¿no sintió el olor a hembra impregnado en las sábanas y en su ropa?

-Luismis: no, o no me dijo nada. Estaba contenta, me llenó de besos y abrazos. No sabía cómo sacármela de encima. Solo me regañó de no encender el aire acondicionado y , que se había despertado toda mojada de sudor por.

-Yo: ja, ja. Tremendo calores pasó que se mojó su concha a litros la muy chancha.

-Luismi: ey, estás hablando de mí madre, no te zarpes ¿querés que siga contando o no?

-Yo: no te hagas el machito conmigo, dale, seguí contando.

-Luismi: bueno, después se puso contenta de haber descansado. Creyó que la siesta la había dejado enormemente relajada. Pensó que probablemente habría dormido tanto porque necesitaba descansar, había trabajado muy duro en casa durante la semana. Tuve que sacar a pasear a Toro porque no podía verla a los ojos sin recordar cómo le dejaron la cara llena de leche. Estuve dos horas paseando al perro con la esperanza de encontrarla dormida. Si recordaba algo de la merienda seguro mis padres me meten en un internado. Pero a la vuelta me agradeció con más besos por cubrir a mi padre mientras no estaba y encargarme de mi perro. Preparó una cena deliciosa para los dos y me fui rápido a dormir.

-Yo: así que quedó feliz la muy puta. Cuando llegó tu viejo ¿la notó distinta? ¿no la vió radiante?

-Luismi: si la notó distinta no lo sé, porque no le dijo nada. Se la pasó hablando de su congreso y pasamos el día cada uno en sus cosas. Yo metido en su habitación, mamá con las cosas de la casa y papá sentado en el sillón leyendo el diario y viendo la tele.

-Yo: qué familia más aburrida tenés boludo.

-Luismi: ya basta, cumplí con el trato. Gracias a Dios nadie se dio cuenta. Ya tuviste lo que quisiste. Me jodiste la vida. No puedo ver a mí mamá si recordarla como la puta de mis amigos. No más. Fue todo. Se terminó.

-Yo: ¿qué boludeces decís? Acá soy yo el que dice cuando se termina todo. Aparte no fue nuestra puta y apenas nos pajeamos sobre ella. Es hora de seguir con el plan y cogerla fuerte como se merecen las putas.

-Luismi: ¡no! ¡se terminó acá!

-Yo: no te hagas el jodido que le muestro a todo el mundo como su hijo la hizo correr como una perra en celo.

*****♫ aria colorare ♫*****

Luismi en ese momento se desmayó. Fue mucha la presión. La directora del colegio tuvo que llamar una ambulancia que se lo llevó al hospital y no volvió en toda la semana.
Puse al tanto a los chicos del intento de safar de Luismi y de cómo lo amenacé para seguir adelante. No podía perder todo lo ganado y debíamos seguir con mí plan.

******♪ sesto atto ♪******
******♫ aria agitata ♫******

Por varios días nos fuimos turnando con los chicos para pasar a visitarlo por su casa. Pero María no dejaba que lo veamos con la excusa de las indicaciones de reposo que le dieron los médicos.

Recién el viernes siguiente María nos invitó a merendar con nuestro amigo y compañero de aventuras. Fuimos contentos, obviamente, pero cuando entramos al comedor a Luismi no le dió mucha gracia nuestra presencia. Al parecer era él quien se negaba vernos y ante nuestra insistencia diaria su madre lo convenció. Ella tenía miedo que su hijo quedará fuera de mí grupo.

******♫ recitativo secco ♫******

Nos había preparado la merienda y estábamos hablando de tonterías que habían pasado en el colegio durante la ausencia de Luismi cuando aparece su padre.

-Fernando: ¡hola chicos! ¿como va todo?

-Yo: Muy bien Sr. Fernández ¿y su congreso?

-Fernando: muy bueno y me llamaron hoy, al parecer quedaron muchos asuntos sin tratar, por lo que organizaron otro éste fin de semana, y para colmo los dos días. No puedo faltar, ya me comprometi.

-María: ¿otra vez? Nos va a salir una fortuna tus congresos.

-Fernando: no amor, éste lo paga el colegio de veterinarios, solo faltaba que encima de ayudarlos un fin de semana tuviera que pagar yo.

Mientras los padres de Luismi discutían por lo repentino del viaje, y sobre todo, los gastos y problemas que ocasionaban esos congresos de Fernando, les hice un gesto a los chicos de levantarnos de la merienda para llevarlos casi a los empujones al cuarto de Luismi.

Teníamos solo un par de horas para planear el fin de semana. Mí perverso plan era cada vez más audaz y requería doblar la apuesta con un doble chantaje: era momento de presionar a María y a su hijo en la misma jugada.

******♫ aria da capo ♫******

Los chicos estaban ansiosos al ver la oportunidad de otro fin de semana de lujuria. Y aunque lo negara en nuestras caras, a Luismi también le excitaba nuestro morbo con su madre y su cuerpo no mentía, era evidente, se le infló el bulto como a todos nosotros.

Estaba haciendo la intro de los próximos pasos a seguir cuando golpean a la puerta de la habitación y nos callaron al instante. Era Fernando avisando que entraba al cuarto de su hijo:

-Fernando: chicos, los ví interesados en mí congreso ¿quieren ver mi veterinaria?

-Luismi: no papá, qué van ha estar interesados los chicos en tu trabajo.

-Yo: no seas así, claro que nos interesa.

-Fernando: entonces ¿quieren ir?

-Todos: ¡siiii!

En ese instante pensé que la invitación era extraña ¿Acaso sospechaba algo Fernando? ¿Habrá notado el faltante en su frasco de somnífero? ¿Descubrió la ropa de su mujer toda enchastrada con nuestro semen? ¿Sospechará algo de la actitud relajada con la que su esposa lo recibió de su viaje? ¿Nos llevará a un lugar seguro para increparnos lejos de la protección de su mujer?
Esas inquietudes duraron poco en mí mente al recordar mí plan y me relajé casi en el acto. Si la cosa se ponía fea, también podría extorsionar al padre de mí amigo con mostrar el vídeo porno con su mujer.

Fernando sonreía orgulloso mostrando su veterinaria. Con los chicos no nos importaba ni un poco pero les hice un gesto y le siguieron la corriente.

-Fernando: Esta es la sala de espera y aquí está mi despacho.

-Yo: ¿que son todos esos frascos que están en ésta vitrina?

-Fernando: son los medicamentos de los animales.

-Tincho: ¿para qué sirven?

-Fernando: éste para curar las heridas, éste otro para desparasitar, ....., éste es el somnífero que les enseñe el otro día y éste frasco tan grande es... bueno, es un líquido que se les da a las vacas para que se pongan cachondas... y ya saben.

-Luismi: ¡qué dices papá!

-Fernando: vamos hijo, no me vayas a decir que con quince años no sabés lo que es ponerse cachondo. Éste es un fertilizante para vacas que provoca la ovulación de las hembras. Las pone muy calientes y receptivas al macho.

-Yo: todo ésto es muy interesante.

-Fernando: bueno, sigan viendo todo ustedes. Los dejo un rato. Tengo que hablar con el encargado del edificio en su departamento por temas del consorcio. Vuelvo y nos vamos.

-Juan: ok Sr. Fernández, aquí lo esperamos.

-Fernando: pero no toquen nada que luego tengo que ordenarlo todo.

-Nacho: descuide.

Apenas salió por la puerta le dije a Tincho que vigilara si volvía. Nacho me trajo el frasco del fertilizante y llené el de colonia. Luismi se quejaba de todo, pero sus intentos por detenernos eran inútiles. Estábamos todos muy ansiosos. En menos de un minuto ya estábamos los cinco sentados en la sala de espera. Regresó Fernando y volvimos a su casa.

******♫ aria di bravura ♫******

Cuando nos vió llegar, María nos invita a cenar. Luismi otra vez quiso evitar que estemos todos juntos y, fingiendo lamentarse, le dijo a su madre que debíamos irnos por culpa de otro compromiso. Fue un buen intento, pero tapándole la boca con la mano antes que terminara la frase (parecía en broma pero no lo era), acepté la invitación en nombre de todos, argumentando que por nada en el mundo nos perderíamos la oportunidad de comer lo que ella nos ofreciera. María se sorprendió ante el doble sentido de mi respuesta y sin decir una palabra se quedó atónita, como una estatua, mientras pasábamos a su lado.

Como siempre, fuimos directo a la habitación de Luismi para jugar a la play mientras esperábamos que nos llamen a comer. Pero al rato, al querer ir al baño, escuché a los padres de mi amigo discutiendo en la cocina. Mi curiosidad por saber más de la intimidad de pareja me llevó a espiarlos, escuchando detrás de la puerta.

-Fernando: si María, Luismi llegó a casa bastante borracho ese día.

-María: no me lo creo, ¿mi hijo?

-Fernando: sabés que los chicos de 15 ya empiezan a tomar con sus amigos.

-María: sí, pero Luismi...

-Fernando: es un chico como todos los demás, no tiene tanta importancia. Lo que hay que hacer es ayudarlo a saber tomar. Tiene que comprender que el alcohol hay que tomarlo con moderación.

-María: pero.. ¿cómo?

-Fernando: pensaba enseñarle aquí en casa y tomar unas copas con ellos tranquilamente, enseñarles cómo se debe beber con moderación . No recriminarle o prohibirle porque eso sería peor.

-María: me parece bien, pero ¿cuándo? te vas éste fin de semana al congreso.

-Fernando: puedes hacerlo vos, te hace más caso, te respeta y quiere más.

-María: sabes que yo no aguanto. Soy muy floja, me tomo dos vasos y casi me emborracho.

-Fernando: entonces te tomas dos y nada más, así verán que no hay que beber mucho.

-María: está bien, ¡pero lo hago por Luismi!

-Fernando: claro amor, eres una madre estupenda. Invitalos a pasar el fin de semana a casa con la excusa de no quedarte sola y luego lo que hemos dicho.

No podía creer lo que estaba escuchando. Parecía como si Fernando quisiera a toda costa entregarnos siempre a su mujer. Nos facilitó mucho más las cosas. Entonces decidí presionar un poco y entré a la cocina de golpe.

-Yo: vaya, vaya… ¿qué pasa aquí? ¿Escuché bien? ¿Esta hermosa mujer quiere invitar a los amigos de su hijo a quedarse en su casa mientras su esposo no está para no sentirse sola? ¿Encima quiere emborracharnos?

-Maria: ¡no! has malinterpretado todo. Es una confusión, un mal entendido…

-Fernando: ¿qué decís? ¿y qué haces aquí? ¿nos estas espiando?

-Yo: vine por un vaso de agua. Creo que entiendo todo lo que pasa acá. Pero no se preocupen. Será nuestro secreto.

No les dí tiempo a reaccionar. Me di vuelta y volví al cuarto de Luismi sin esperar respuesta alguna, aunque Fernando balbuceaba alguna y María se quedaba con las palabras en su boca.

Ya en la cena Fernando hizo una par de comentarios dando pie a María para pedirnos que nos quedemos y pasemos todo el fin de semana en su casa junto a su hijo. Me hice el sorprendido mientras le guiñaba el ojo a María que se notaba incómoda. Los chicos se pusieron como locos, no podían disimular la euforia. Por otro lado, Luismi trató de safar de nuevo pero como siempre sin éxito.

Nos fuimos casi inmediatamente. Fernando nos llevó en su auto a cada uno a nuestras casa a buscar lo necesario para pasar el fin de semana. Yo cargué varias sorpresas en mi mochila.

*******♪ settimo atto ♪*******
*******♫ aria cantabile ♫*******

Casi a medianoche ya regresábamos todos con Fernando a su casa. Los chicos con una sonrisa de oreja a oreja, en cambio Luismi estaba pálido como una hoja. Era evidente que pensaba que la situación se estaba yendo a la mierda y se moría de bronca por sentirse impotente al no poder decir ni hacer nada, sino se descubriría todo, además yo tenía el video porno de su madre con todo incluido, hasta su trabajito con el vibrador que no podía verlo nadie o su familia caería en desgracia. Con ese pensamiento sintió un escalofrío bajando por todo su cuerpo que lo paralizó de miedo, por lo que decidió ver cómo se desarrollaba la noche. No tenía más alternativa que seguirnos el juego.

Fernando nos dejó en la puerta y se fue de viaje. María nos esperaba despierta y al recibirnos le dije un piropo zarpado que se puso roja como un tomate. Era increíble que un pendejo pudiera sonrojarla con tanta facilidad a esa santurrona. Tratando de cambiar de tema y sin responderme nos dijo a todos:

-María: ¿qué les parece si tomamos unos tragos?

-Luismi: mamá, si nosotros no tomamos.

-María: no te hagas el tonto que sabes muy bien que no es verdad.

-Yo: sí señora, qué buena idea, pero sólo si me deja que yo sirva los tragos, es lo menos que puedo hacer después de la deliciosa cena que nos preparó.

-María: qué caballero, haga los honores (dijo en tono de broma) Tomaré fernet con coca, pero no me lo cargues mucho.

-Juan: yo te ayudo Raúl.

******♫ aria colorare ♫******

Nos fuimos sonriendo cómplices hacia la cocina. Estaba saliendo todo fácil. Preparamos los tragos con Juan. Para nosotros elegí un whisky carísimo de Fernando. El vaso de María estaba cargadísimo, otro como ése y la dábamos vuelta seguro, pensé mientras lo prepara. Mientras echaba parte del líquido dentro y lo revolvía recordaba las explicaciones de Fernando y pensaba que ésa dosis sería la suficiente para una vaca de 600 kilos. A pesar de todo lo que le puse al trago, aún así nos sobraba mucho, casi habíamos vaciado el frasco entero de la veterinaria de Fernando, teníamos líquido suficiente para tener caliente a María durante un mes.

Con Juan regresamos al comedor con los tragos y María probó el suyo. Lo noto fuerte pero no dijo nada, tenía que comportarse como nosotros por indicación de su marido, ser una más de nosotros para poderle enseñar a tomar a su hijo.

Durante la primera media hora estuvimos hablando de cosas del colegio, María pregunto si alguno tenia novia pero todos dijimos que no. Cuando se vaciaron las copas, sin decir nada, me levanté y serví otra ronda, pero esta vez puse todavía más fernet en la copa de María y le puse otra vez la misma cantidad de líquido para vacas que antes. No sabía en cuanto entraría el efecto pero estaba seguro que había sido suficiente para ponerla bien cachonda.

*******♫ recitativo accompagnato ♫*******

Pasó media hora más y a María ya se la notaba bien borracha, casi no hablaba, sólo escuchaba lo que los chicos decían, en cambio nosotros parecíamos que no hubiéramos tomado nada. Noté que María había empezado a ponerse roja, el líquido estaba haciendo efecto.

-Yo: ¿por qué no jugamos a algo?

-María: ¿a qué jugamos chicos?

-Yo: juguemos a las cartas.

-María: pero yo no sé jugar a nada.

-Yo: nosotros le enseñamos algún juego.

-Nacho: ¡al jodete!

-Tincho: ¡sí! el que pierde paga prenda.

-Juan: perfecto.

-Luismi: ya traigo las cartas.

*******♫ aria agitata ♫*******

Luismi le explicó las reglas del juego a María, aunque no se enteraba de casi nada por lo que le hicimos trampa descaradamente. Le guiñé el ojo a los demás para que me siguieran la corriente y nos pusimos a jugar. Yo daba las cartas, indicaba quien perdía y decidía qué castigo tendría que cumplir. Obviamente no seguía las reglas del juego y María fue la primera en perder. Le dije que tenía que tomar un trago y ella lo hizo sin chistar. Cada vez que alguno de nosotros perdía seguíamos como si nada, sin pagar prenda. Ella estaba destinada a perder todas las partidas.

Pasaron un par de rondas y se notaba que el líquido había hecho efecto en María. Estaba mucho más roja y parecía experimentar sensaciones en su entrepierna nunca antes vividas. Por momentos la veía apretar sus muslos e incluso llevar una mano a su entrepierna inconscientemente. Se la notaba acalorada y cada tanto suspiraba acariciándose la nuca.

Era el momento de actuar y pasar de nivel. Ya no importaban las cartas. Con cualquiera que sacaba del mazo le hacía pagar prenda a los chicos. Nos hice perder uno a uno y como castigo teníamos que sacarnos una prenda de ropa, desvistiéndonos hasta quedar en calzoncillos. A Luismi no le daba mucha gracia ver a su madre que, borracha y caliente, reía como una niña ingenua al vernos perder. Los demás le hacíamos burlas para que María no sospeche nada. Hasta que llegó el momento de apresurar todo. Era el turno de desvestirla.

-Yo: María, tiene que quedarse en ropa interior.

-María: ¿cómo?¿estás loco? Soy la madre de Luismi, su amigo.

-Yo: si, conoce las reglas. Nosotros hemos perdido y pagado prenda. Y usted se ha reído. Ahora es su turno, es justo que tenga el mismo castigo.

-María: pero ésto no esta bien, además me da mucha vergüenza.

-Yo: es solo un juego, será como estar en bikini.

-María: pero yo nunca uso bikini y no estamos en la playa.

-Yo: vamos, no sea tan mala perdedora. Ha perdido y tiene que cumplir su castigo.

No pensé que María tardará tanto en aceptar estando tan borracha y con esa sensación de calor tan rara para ella. Los chicos empezaron a decirle piropos para animarla aún más pero parecía que le provocaban más vergüenza. Me puse de pie y tomando su mano la levanté de la mesa. Mientras todos la seguían piropiando la hice girar dando una vuelta sobre sí. Se olvidó del castigo por lo borracha que estaba y reía de mis zarpados halagos. Ya más desinhibida, me senté y le ordené desvestirse. Entre risas, cumplió su castigo mientras hacía un lento striptease moviendo sus caderas frente a su hijo y sus amigos.

Todos disfrutábamos del espectáculo que ahora ella misma nos brindaba. Hasta su propio hijo no perdía detalle. Su bombacha estaba bastante mojada fruto de la calentura involuntaria que tenía, cuando se dio cuenta se sentó para seguir jugando.

Las siguientes rondas su castigo fue tomar sus tragos. Así la tuvimos media hora más. Luismi en ese momento tomaba casi a la par que su madre. Parecía que había decidido que, como no podía evitar lo que iba a pasar, iba a disfrutarlo.

Era momento de doblar la apuesta. Clavé mí mirada en los ojos de María. Sabía que de lo que fuera a decir dependía todo mi plan.

-Yo: perdió de vuelta señora. Ahora quiero que se quite el corpiño para que podamos ver sus maravillosas tetas.

-María: estás loco ¿que te has creído ¡pensas que soy una puta!

-Yo: no se enoje señora, sólo es un juego.

María se levantó amagando irse. Miró su entrepierna totalmente empapada pero no le importo. Tenía que salir de allí como fuera. No se iba a desnudar, no lo hacía frente a su esposo, menos delante de unos adolescentes zarpados y de su propio hijo que no hacía nada para impedirlo. Todo parecía perdido cuando Luismi intervino:

-Luismi: ¡vamos mamá, no te enojes! Solo es un juego. Además yo estoy acá y te prometo que no pasa nada. El otro día jugamos en casa de Raúl y su madre perdió y cumplió la prueba. ¿Es ella mejor madre que vos?

*******♫ aria agitata ♫*******

El muy hijo de puta le había tocado donde más le dolía a la santurrona de su madre. Seguramente era una excusa muy tonta para María, pero con la calentura que llevaba puesta no le importó, solo le importaba que su hijo le había dado donde más le dolía. Ella se dio vuelta y sin decir nada se quitó el corpiño dejándonos a todos babaeando y con una erección descomunal. Ya habíamos disfrutando de sus tetas, pero esa vez quizás por la situación y el morbo del momento, se veían más estupendas. Sus pezones estaban más erectos que nunca, nos apuntaban desafiantes como flechas. No podíamos sacar la mirada fija en sus tetas que se balanceaban en cada movimiento. Ví a los chicos bajar sus manos y miré por debajo de la mesa confirmando mi sospechas. Todos sacaron sus pijas y se masturbaban frente a ella, inclusive su propio hijo. María parecía no darse cuenta, se sentó, tomó el mazo de cartas y se puso a repartir aunque en ese juego no se repartían las cartas.

Me dí cuenta que ella estaba perdida, ya no se negaría a nada. Le ordené quitarse la bombachas y lo hizo como si nada, sin levantarse de la silla se la quitó y la tiró sobre la mesa mirándome desafiante. Todos gritamos de emoción. Antes que el resto pudiera reaccionar, tomé la mojada prenda y la llevé a mi cara para disfrutar mi victoria parcial, deleitándome con su olor a hembra en celo. Los chicos se masturbaban sin tregua debajo de la mesa y María seguía nuestro juego completamente desnuda. Estaba como fuera de si, no se daba cuenta de lo que pasaba.

*******♫ aria di bravura ♫*******

Ya no hacía falta fingir el juego.
Luismi se nos adelantó a todos y, superado por el morbo de la situación sumado a su impotencia, calentura y borrachera, le ordenó a su madre con tono dominante:

-Luismi: ahora queremos que te tumbes encima de la mesa con las piernas abiertas y nos dejes verte bien.

-María: ¿no crees que esto es demasiado? soy tu madre.

-Luismi: perdíste mamá, debés cumplir el castigo, el juegos es así. Hacé que me sienta orgulloso de ti.

Estas últimas palabras vencieron la poca resistencia de su madre. Ella se levantó y se tumbó totalmente abierta de piernas sobre la mesa. Acto seguido los cinco nos abalanzamos sobre ella, manosearla por todos lados. Juan y Nacho se lanzaron sobre sus tetas que amasaban y estrujaban desesperados, el resto nos centramos en su ya encharcada concha.

-María: ¡suéltenme! no se vale tocar...

-Yo: vamos señora Fernandez, no se haga rogar que sabemos que le está gustando.

-María: estoy mareada, por favor suéltenme.

-Luismi: relajate mamá y dejate hacer.

En un último arranque de cordura María intentó incorporarse, pero la tomé de los hombros y la empujé suavemente otra vez sobre la mesa, ahora ya no la dejaría escapar. Notaba que María experimentaba sensaciones contradictorias, por una parte debía sentir que estaba traicionando todas sus creencias religiosas dejándose manosear por unos pendejos entre los que se encontraba su hijo, por otra su sexo estaba palpitando, no paraba de mojarse, seguro que nunca había sentido algo así, tenía una tremenda calentura, pero eso no estaba bien para ella. Pero se entregó al placer, no podía hacer nada para evitar lo que estaba pasando.

Entonce fui por la cámara de vídeo y empecé a grabar la escena. Un nuevo video porno casero de María, pero ésta vez despierta, del cual yo era nuevamente el director, productor, camarógrafo y protagonista, todo al mismo tiempo:

-Yo: ¡dale Tincho, comele la concha!

-María: ¡paren ya, que me están haciendo!

-Yo: ¡no se queje señora, le estamos dando lo que necesita!

-Juan: y ésto solo es el principio

-Yo: ¡sonría a la cámara!

-María: ¡apagá eso!

-Yo: ¡CALLATE CERDA! a partir de ahora haremos lo que se me antoje con vos.

Ya estaba todo encaminado. Empezaba el entrenamiento de la santurrona para convertirla en nuestra puta. Mientras Tincho le lamia la concha, le ordené a Luismi y a Juan comerle las tetas. Fue increíble ver la manera desaforada que tenían los chicos en devorarla. Luismi parecía el más desesperado por mamar a su madre. Yo seguía grabando todo. Le dije a Nacho que la coja por la boca e intentó introducir su pija pero María la mantenía cerrada, no iba a chupar "eso", se resistía.

De pronto el trabajo de Tincho hizo su efecto, María empezó a convulsionarse y lo dejó empapado cuando comenzaba a correrse abundantemente. Sus labios vaginales se abrían y cerraban solos, empezó a gemir de placer, y nuevamente fuimos testigos de su cascada orgásmica mojando la mesa y formando un charco pegajoso en el piso.

Ese fue el momento que Nacho aprovechó para meterle su pija hasta la garganta de un solo golpe y dejar pegadas sus pelotas en la cara de María. Agarro su cabeza con las dos manos y empezó a cogersela por la garganta. María parecía que iba a vomitar pero no lo hizo. Ya no le quedaban fuerzas para resistirse. Nacho empujaba con todo su alma.

La puta madre con el puto amo (3) Noche de tragos

No tardó mucho en acabar, empujo su pija todo lo más que pudo llegando donde nadie había llegado jamás, en lo más profundo de su garganta, obligando a María a tragarse todo su lechazo. La sacó chorreando babas y semen que se escurría por la colorada cara de María

-Nacho:¿te gusta mi leche pedazo de puta?

-María: ¡qué asco!

-Yo: ¡bien hecho Nacho, ahora graba vos cómo le doy pija a ésta puta reprimida y le abro bien la concha!

-María: ¡no por favor, podría quedar embarazada!

-Yo: mejor aún, ¿quieres tener un hermanito Luismi?

-Luismi: no amigo, ya tuvimos suficiente, ¡dejala Raúl! por favor.

-Yo: no seas maricón, ahora no voy a parar. Es toda nuestra y vamos aprovecharlo.

Saqué a todos de encima de María. La quería toda para mí. La moví sobre la mesa para no quedar parado sobre el charco de su squirt y me puse entre sus piernas abiertas apoyando sus pies sobre mis hombros, levantándole un poco su culazo. Coloqué mi pija entre los labios de su concha y la refregué despacio mojando mi cabezota en sus jugos vaginales, hasta que, de un solo golpe, le metí con fuerza los 24 cm de mi gruesa estaca. Su grito de dolor retumbó en toda su casa. Solo había tenido adentro la micropija de su esposo. Era la primera vez en toda su vida que probaba otra verga y nunca una que la llenara así.

Su concha apretaba muchísimo. Hervía tanto su húmedo interior que casi acabó en ese instante. Por un rato me quedé quieto mientras estrujaba sus tremendas tetas, pellizcando de a ratos sus pezones puntiagudos, hasta que su cuerpo se acostumbro y empecé a penetrarla frenéticamente como una bestia salvaje. Al poco tiempo, cambió su expresión y del rechazo por el dolor pasó a la entrega total por el placer extremo. Su cuerpo parecía tener vida propia y, contrario a sus creencias, se movía buscando más y más placer. Ella estaba muy caliente, y no pudo evitar otro orgasmo escandaloso, otra vez mojando todo.

No paré de darle con fuerza por un rato hasta que exploté en su interior. Quedó chorreando esperma y súper agitada, pero esa noche no le daría tregua. Entonces les dije a uno por uno que ocuparan mi lugar y todos se acabaron dentro de ella. Todos menos Luismi y esa era la delgada línea que debía romper:

-Yo: Luismi es tu turno.

-María: no lo hagas hijo, soy tu madre.

Luismi no dijo nada, solo acercó su pija a la sucia concha de su madre donde escurrían la leche de todos sus amigos, y se la metió de un solo golpe como ya lo habíamos hecho todos nosotros. Empezó a empujar con un ritmo frenético que duró muy poco al acabar más rápido que todos, pero también en su interior. Luego se apartó sin decir nada. María lloraba, su hijo la había traicionado, ella le había dado todo y él se lo pagaba de esa manera.

María estaba aturdida acostada sobre la mesa del comedor con sus piernas colgando hacia el piso. Le chorreaban nuestros restos de semen por su entrepierna que bajaban por su piernas y goteaban hacia el piso, que ya era un chiquero. El olor a sexo inundaba toda la sala. Con los chicos estábamos descansando sentados a su alrededor, felices de habernos enfiestado a la madre de nuestro amigo, y mientras admirábamos nuestra obra vimos cómo seguía palpitando sin parar el enrojecido sexo de María. La escena era un poema erótico. Un cuadro renacentista. Ella seguía agitada toda despatarrado sobre la mesa, con su cuerpo brillante por sus fluidos y los nuestros. Con las marcas de nuestras manos en sus tetas y cintura. Estuvimos así durante media hora, comentando lo deliciosa que estuvo, lo bueno que era sacar la puta que llevaba adentro, le agradecíanos a Luismi por ayudarnos a coger a su puta madre, y otras guarradas más, hasta que tuve el impulso de ir aún más allá en mí perverso plan. Quería desvirgar ese culo.

*******♫ aria da capo ♫*******

Les ordené a los chicos que la bajaran de la mesa y entre todos la pusieron en cuatro patas en el suelo. María era como un muñeco de trapo, no se movía.

esposa

-Yo: Luismi, ponle unos cojines debajo y levantale bien el culo. Nacho y Juan la sujetan bien, y vos -Tincho graba bien esto. Voy a destrozar ese orto cerrado de puta reprimida.

-María: no por favor, eso no, por favor, te lo suplico, no lo hagas...

-Tincho: callate y mira a la cámara pedazo de puta

-Juan: ¡Vamos Raúl, dale duro!

-Yo: Luismi traé manteca de la heladera y untala en la argolla de su madre.

María se quejó al sentir el tacto de los dedos de su hijo con la fría manteca en su ardiente piel y lo insultaba sin parar. Producto de la diferencia de temperatura su ano se frunció más y empezó a mearse encima. Los chicos la insultaron a gritos pelados y amagaron soltarla, pero les grité más fuerte que la sujetaran bien. Nada impediría reventarle el culo a la señora Fernandez.

-Yo: muy bien Luismi, ahora embadurname la pija para hacerle el orto a tu mamita.

-Luismi: ¡NO, QUE ASCO!

-Yo: ¡hacelo ya maricón de mierda! ¿o le muestro los videos a todo el mundo y verán lo hijo de puta que sos cogiendo a tu propia madre y cómo se deja coger la muy putona por todos nosotros?

No tuvo más remedio que obedecerme y hacer todo lo que le diga. El resto de los chicos lo alentaban para que termine rápido y poder salir del charco inmundo formado en el piso sobre el que estaban apoyados. Apunté mi vergota y empujé gritando lleno de satisfacción:

-Yo: ¡AQUÍ ESTÁ TU PUTO AMO NENA!

-María: ¡NOOOOOOOOOOOOOO!

El grito de María fue desgarrador. Solo había podido introducir la cabeza de mí mástil forzando su apretado esfínter. La tenìa agarrada muy fuerte de sus caderas y viendo que no tenía fuerzas para liberarse de mi enculada, les dije a los chicos que la suelten. Ellos se sentaron en las sillas que pusieron en ronda sobre nosotros dos y. pajeándose como locos sus flácidas pijas después de haberse vaciado en la concha de María. Me hacían hinchada para que le reventara el orto a pijazos. Tincho grababa primeros planos de la cara, tetas y culo de María y cada tanto a su hijo.

-María: ¡ME DUELE! ¡SACALA YA HIJO DE PUTA! ¡AY MI CULO! ¡ME ESTAS LASTIMANDO! ¡SACALA DE MI CULO! ¡ME ESTAS ROMPIENDO! ¡PARÁ HIJO DE PUTA! ¡PARAAAAA!

-Yo: Luismi separá más las nalgas de tu puta vieja.

María resistía inmóvil mi vergota entre llantos, insultos, gritos y súplicas. Si se movía, más fuerte le dolía. Estaba muy borracha pero podía sentir a la perfección cómo tenía desgarrado su ano frente a su hijo y sus amigos.

Luismi le clavaba los dedos para mantener bien abierto el culo de su madre y no perdía detalle de mi pijón dentro de ése estrecho ano. Empujé y empujé con mis caderas, despacio pero con fuerza, hasta que se la enterré toda cm a cm. María gritaba y lloraba más fuerte aún. Mi pija era estrangulada en su recto. Sentía como latían las inflamadas venas de mi verga y se quemaban con el fuego del interior de esa perra en celo. Su culo apretaba, y latía también, reaccionando para acomodarse a mi tamaño, con un movimiento interior como si me mamara la pija con su orto.

Pasé un rato así, disfrutando sodomizar a la puta reprimida de la madre de mi amigo cuando los chicos empezaron a impacientarse. Querían más acción. Ya no se conformaban con solo insultar a María y a su hijo. Querían verla acabar como cerda con otro squirt en cuatro patas.

Le grité Luismi que soltara a su madre y a Tincho que se la meta en la boca mientras grababa para callarla un poco y empecé nuevamente con un mete y saca frenético. Le daba muy duro por el culo, sin piedad y sin parar. El resto festejaba. Sus tetas gigantes se balanceaban rápido, bailaban como locas fuera de control, sobresalían fuera de su torso por encima de sus brazos para volver a golpearse entre sí en el medio de su pecho. Tincho le movía la cabeza al compás de mis embestidas tirando de su pelo con su mano izquierda mientras grababa todo con la derecha, cogiéndola fuerte y profundo por la boca. Le atrapé sus tetas danzantes tironeando sus pezones hacia mi al mismo tiempo que le clavaba toda mi pija hasta golpear mis pelotas en su culo. Un hilo de sangre caía de su roto orto y se mezclaba con nuestra leche que aún seguía escurriendo de su concha.

María bufaba ensartada por delante y atrás. Le costaba respirar por la nariz. Cada tanto Tincho le liberaba la boca para refregarle en la cara su pija toda babeada y María aprovechaba para tomar bocanadas de aire, insultarme a gritos y gemir en alaridos por mi salvaje culeada.

De repente cambió de actitud. Cuando safaba de la pija de Tincho y podía hablar, me provocaba para que termine rápido ese suplicio. Pero era todo lo contrario. Al verla tan puta reventada nos excitaba más a todos, incluso a su único hijo.

-María: ¡DALE HIJO DE PUTA! ¡ACABÁ DE UNA PUTA VEZ, INFELIZ! ¡ACASO YA NO TE QUEDA MÁS LECHE! ¡¿ESO ES TODO LO QUE TENES, PUTO AMO?! ¡QUE PATÉTICO! ¡SOS MUY PENDEJO PARA ESTE PEDAZO DE MUJER!

-Yo: ¡TOMA PUTA DEL ORTO! TE GUSTA QUE LOS AMIGOS DE TU HIJO TE TRATEN COMO LA VERDADERA PUTA QUE SOS! ¡EN TU PUTA VIDA GOZASTE TANTO! ¡¿ACASO TU ESPOSO PITOCORTO NO TE DA LO SUFICIENTE QUE TENES QUE COGER A TU PROPIO HIJO Y SUS AMIGOS! ¡HIJA DE PUTA! ¡

Tincho hizo su máximo esfuerzo pero no pudo durar demasiado. Estaba muy excitado y acabó en la garganta de María, pero no se la sacaba. Mis embestidas desde atrás sigan moviendo la cabeza de María haciendo que la muy puta siga tragando sola pija de Tincho. Le rebalsó la boca de leche que le salía hasta por la nariz. María tosía atragantada con su pija adentro, escupiendo leche y saliva.

Ya satisfecho, Tincho le sacó su flácida verga de la garganta y se alejó un poco de nosotros para grabar toda la escena mientras yo la seguía cogiendo por el culo como un conejo endemoniado.

Pasé media hora más así hasta que acabé inundando sus entrañas al tiempo que los dos dimos un alarido animal. Se la saqué de su culo roto de un solo tirón y mí leche salió a borbotones mezclada con su sangre. María cayó de costado desde los cojines y quedó rendida y agitada en el piso mientras convulsionaba por segunda vez esa noche. Con los chicos creíamos que podría llegar a deshidratarse de tanto líquido que expulsaba en cada orgasmo.

-Yo: ¡vengan chicos! ¡miren cómo le dejé el orto!

-Juan: ¡nooo! ¡parece una flor abierta!

-Nacho: terrible apertura de orto. Miren, entra casi toda mi mano en su culo

-Luismi: ¡dejenla descansar! ¡está exhausta! ¡vamos chicos, dejémosla en paz!

-Tincho: nada de eso, tanto años sin pija tiene que recuperar todo el tiempo perdido. Hay que darle pija hasta morir.

-Yo: ¡jajaja! Si, ya les dejé el culo bien abierto para que todos lo puedan disfrutar. Luismi trae el vibrador de mi mochila. Ya sabes cómo le gusta a la perra de tu madre que se lo metas por la concha.

-María seguía convulsionando tirada en el piso. Jadeaba como una perra en celo mientras seguía con la mirada a su hijo yendo a buscar el vibrador. No entendía lo que le había dicho a su hijo pero su excitación no bajaba. Su cuerpo seguía caliente y deseoso de todo el placer que pudiéramos darle.

Pasamos el resto de la noche sodomizando a María en todas las posiciones posibles mientras su hijo la cogía con el vibrador por la concha. Uno por no fuimos acabando en su culo roto turnándonos también para grabar. El último fue Luismi que le tiraba del pelo con una mano mientras la embestía. María movía el culo involuntariamente, lo que le hacían con el vibrador le encantaba y ayudaba a calmar el ardor en su dolorido culo. Estaba al límite del máximo placer soportable por su cuerpo cuando estalló en un último orgasmo. Finalmente Luismi también terminó dentro de su madre al verla llegar y sentir en sus piernas los chorros que expulsaba la muy cerda. Todos festejamos la tremenda enculada.

********♫ aria colorare ♫********

Estaba amaneciendo, cuando al fin dejamos descansar a María. Nos vestimos, juntamos nuestras cosas y nos fuimos exhaustos cada uno para su casa. No queríamos quedarnos el resto del fin de semana limpiando todo ese desastre y mucho menos aguantar la resaca de la putona madre de Luismi. Los chicos tenían miedo de la reacción de María cuando estuviera sobria así que le dejé una nota sobre la mesa que decía:

“Recorda puta que tenemos todo grabado. Si dices algo, le mostraremos a todos tus conocidos tu video porno, donde apareces enfiestada con tu hijo y disfrutando de sus amigos. Tu rePUTAción se irá a la mierda. TU PUTO AMO”

Al día siguiente Luismi me llamó por teléfono desde la casa de sus abuelos. María lo había llevado y no le hablaba.

El domingo cuando llegó Fernando, le dijo que había que meter a Luismi en un internado sin dar más explicaciones.

********♫ interludio ♫*******

Continuará...

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