28 de mayo de 2020
Querido diario, todos estos días de confinamiento pudiendo solo vernos y jugar por Skype nos tenía a mil, por lo que Elena, en cuanto se pudo, se vino a casa a cenar y pasarlo muy bien.
Por fin podíamos ya en Madrid quedar para vernos con otras personas y Elena estaba deseosa de seguir con sus infidelidades. Estos meses habían sido por Skype, pero tanto ella como nosotros estábamos deseando volver a poder hacerlo como más nos gusta, en persona.
Habíamos quedado para cenar con ella en nuestra casa. Vino con un vestido largo hasta el suelo, negro con estampado de flores variadas, de tirantes finos, con la espalda al aire, que ajustaba sus pechitos, haciéndolos muy ricos y con escotazo en v que dejaba ver el interior de estos.
Teníamos tantas ganas de vernos que nada más entrar Elena por la puerta, nos enganchamos en un largo y caliente beso mientras la acariciaba el culo. Mi novia Raquel nos tuvo que pedir que dejáramos algo para luego y pararnos, dándonos una copa de albariño fresquito. Brindamos allí de pie, en la entrada y tras el primer trago pasamos al salón. Nos sentamos en la mesa donde habíamos puesto algo de picar como cena. Yo estaba sentado al lado de Elena por lo que no paraba de acariciarla las piernas cubiertas por el vestido.
Tras hablar un poco sobre cómo nos había ido el confinamiento y que Elena nos contara lo duro que le había sido vernos solo por Skype, la cosa comenzó a calentarse. Raquel comenzó a decirle que habían sido unos meses maravillosos descubriéndola, mientras mi mano iba subiendo desde su pierna hasta uno de sus pechitos. Metí mi mano por su escote y comencé a acariciar su pezón con 2 de mis dedos, diciéndole que una de las cosas que más había echado de menos estos meses eran esos pezones carnosos y gordos que tenía.
Comenzamos a besarnos y saque su pechito del vestido. Agaché la cabeza y comencé a comérselo. Raquel se levantó, se colocó detrás de Elena y comenzaron a besarse. Me arrodillé entre las piernas de Elena, me metí dentro de su largo vestido y fui subiendo, besando sus piernas. La mordí los muslos hasta llegar a su tanga, el cual también mordisqueé, antes de apartarlo a un lado. Pasé mi lengua por su clítoris, mientras empecé a meter por a poco 2 de mis dedos en su coño. Tras un rato, mi lengua se introdujo en su húmedo coño. No pare de comerla el coño hasta que mi novia me dijo que saliera.
Al sacar la cabeza vi a Elena, comiéndola las tetazas a mi novia, que estaba desnuda de cintura para arriba. Esta me pidió que me uniera comiéndola el otro pecho. Al poco, Elena y yo volvimos a besarnos y mi novia apretó sus tetazas con las manos y nos las restregó por las cabezas. Cogió la botella de Albariño y comenzó a echarse vino por ellas. Elena y yo nos colocamos justo debajo de las tetas y lamiamos lo que iba cayendo. Luego subimos y volvimos a comérselas.
Me levante e hizo lo propio con Elena. Me coloque detrás de ella y mientras nos besábamos acaricie de nuevo sus pechitos. Cogí los tirantes y los eché a un lado. Los solté y dejé caer su vestido al suelo. Elena se quedó con un minúsculo tanga negro de encaje. Me desnudé y me senté en el borde de la mesa. Elena se agacho y comenzó a comerme la polla. Mi novia, se quedó con un tanga también negro y se subió a la mesa. Coloco su coño en mi boca y comencé a comérselo, apartando su tanga.
Cuando tuve la polla muy dura me bajé de la mesa y me puse un condón. Raquel se sentó en la mesa, Elena le quito el tanga y se inclino para comerla el coño. Me coloqué tras Elena, aparte su tanga y comencé a follarla el coño y el culo, agarrada por la cintura. Estaba tan cachondo y tenía tantas ganas de follar con Elena que lo hacia despacito para poder disfrutarla más.
Cuando Raquel se corrió se bajo de la mesa y salió del salón. Senté a Elena en la mesa, la quite el tanga y seguimos follando. Me arrime bien a ella para poder besarnos. Mis manos acariciaban sus piernas y sus pechitos. Raquel volvió con una fusta y un consolador. Se subió a la mesa y comenzó a golpear los pechitos de Elena.
Puse a Elena de lado en la mesa y comencé a follarla el culo. Raquel seguía azotando a Elena, los pechos, el culo, los muslos, etc. Con la otra mano comenzó a masturbarse con el consolador.
Estaba a punto de correrme y Elena se arrodillo en el suelo. Me quito el condón y comenzó a hacerme una mamada riquísima. Raquel se colocó de pie a mi lado y volví a comerla las tetazas. Cuando me corrí, llene la boca de Elena con mi semen y esta se lo trago sin dejar una sola gota.
Volvimos a sentarnos para picotear algo más. Fui a por una cubitera a la cocina, para prepararnos unos cubatas. Al volver lo dejé en la mesa y cogí un hielo. Me coloqué en la espalda de Elena y, con el hielo en mi boca, comencé a pasarlo por su cuello. Fui bajando hasta colocarme a la altura de sus pechos. Fui pasándolo alrededor de ellos, antes de jugar con el hielo en sus pezones poniéndoselos durísimos. Seguí bajando y comencé a pasarlo por su coño, mientras con mis manos seguía jugando con sus pezones.
Volví a subir hasta sus pezones, pasando el hielo nuevamente por ellos. Saqué el hielo de mi boca y comencé a mordisquear sus gorditos pezones. Con el hielo en la mano, fui bajándolo por su tripa, pasándolo lentamente por sus muslos, hasta posarlo en su coño. Lo moví lentamente por él, mojándola bien el clítoris y esos preciosos labios. Metí el hielo dentro de su coño y acaricié sus piernas. Mientras mi lengua jugaba con sus duros y mojados pezones. Raquel estaba nuevamente masturbándose con el consolador mientras se besaba con Elena.
Nos fuimos los tres a la habitación. Me senté en el medio de la cama y ambas se pusieron a gatas para comerme la polla y los huevos. Mis manos acariciaron sus culos para inmediatamente comenzar a masturbarlas. Me ponía muchísimo cuando notaba sus lenguas a la vez en mi glande.
Elena se tumbo y Raquel lo hizo sobre ella, haciendo un 69. Me puse un condón y me puse sobre Raquel follándola el culo. Las hice cambiarse para así tener a Elena arriba y follar su culo ahora. Levante a Elena y la puse mirándome. Me coloque de rodillas, me rodeo la cintura con las piernas y nos pusimos a follar. Acariciaba con una mano su culo y con la otra sus tetitas. Raquel se colocó detrás de Elena y nos besamos los tres.
Cuando Elena se corrió, se echó a un lado y Raquel se tumbó, dejándome en medio de sus piernas abiertas. Se las subí a mis hombros y comencé a follarla el coño y el culo. Elena se arrodilló y la comió las tetazas.
Me tumbe de lado y Elena lo hizo también, dándome la espalda. Eleve una de sus piernas y volvimos a follar, mientras acariciaba sus pechitos y nos besábamos. Raquel se puso a gatas para lamerla el clítoris. Mi polla cambiaba de su coño a su culo, hasta que acabe corriéndome con ella dentro de su culo.
Me volví a sentar, me quité el condón y volvieron a comerme la polla, a gatas, mientras acariciaba sus culos.
Nos quedamos un rato en la cama besándonos y charlando hasta que Elena tuvo que irse.
Querido diario, todos estos días de confinamiento pudiendo solo vernos y jugar por Skype nos tenía a mil, por lo que Elena, en cuanto se pudo, se vino a casa a cenar y pasarlo muy bien.
Por fin podíamos ya en Madrid quedar para vernos con otras personas y Elena estaba deseosa de seguir con sus infidelidades. Estos meses habían sido por Skype, pero tanto ella como nosotros estábamos deseando volver a poder hacerlo como más nos gusta, en persona.
Habíamos quedado para cenar con ella en nuestra casa. Vino con un vestido largo hasta el suelo, negro con estampado de flores variadas, de tirantes finos, con la espalda al aire, que ajustaba sus pechitos, haciéndolos muy ricos y con escotazo en v que dejaba ver el interior de estos.
Teníamos tantas ganas de vernos que nada más entrar Elena por la puerta, nos enganchamos en un largo y caliente beso mientras la acariciaba el culo. Mi novia Raquel nos tuvo que pedir que dejáramos algo para luego y pararnos, dándonos una copa de albariño fresquito. Brindamos allí de pie, en la entrada y tras el primer trago pasamos al salón. Nos sentamos en la mesa donde habíamos puesto algo de picar como cena. Yo estaba sentado al lado de Elena por lo que no paraba de acariciarla las piernas cubiertas por el vestido.
Tras hablar un poco sobre cómo nos había ido el confinamiento y que Elena nos contara lo duro que le había sido vernos solo por Skype, la cosa comenzó a calentarse. Raquel comenzó a decirle que habían sido unos meses maravillosos descubriéndola, mientras mi mano iba subiendo desde su pierna hasta uno de sus pechitos. Metí mi mano por su escote y comencé a acariciar su pezón con 2 de mis dedos, diciéndole que una de las cosas que más había echado de menos estos meses eran esos pezones carnosos y gordos que tenía.
Comenzamos a besarnos y saque su pechito del vestido. Agaché la cabeza y comencé a comérselo. Raquel se levantó, se colocó detrás de Elena y comenzaron a besarse. Me arrodillé entre las piernas de Elena, me metí dentro de su largo vestido y fui subiendo, besando sus piernas. La mordí los muslos hasta llegar a su tanga, el cual también mordisqueé, antes de apartarlo a un lado. Pasé mi lengua por su clítoris, mientras empecé a meter por a poco 2 de mis dedos en su coño. Tras un rato, mi lengua se introdujo en su húmedo coño. No pare de comerla el coño hasta que mi novia me dijo que saliera.
Al sacar la cabeza vi a Elena, comiéndola las tetazas a mi novia, que estaba desnuda de cintura para arriba. Esta me pidió que me uniera comiéndola el otro pecho. Al poco, Elena y yo volvimos a besarnos y mi novia apretó sus tetazas con las manos y nos las restregó por las cabezas. Cogió la botella de Albariño y comenzó a echarse vino por ellas. Elena y yo nos colocamos justo debajo de las tetas y lamiamos lo que iba cayendo. Luego subimos y volvimos a comérselas.
Me levante e hizo lo propio con Elena. Me coloque detrás de ella y mientras nos besábamos acaricie de nuevo sus pechitos. Cogí los tirantes y los eché a un lado. Los solté y dejé caer su vestido al suelo. Elena se quedó con un minúsculo tanga negro de encaje. Me desnudé y me senté en el borde de la mesa. Elena se agacho y comenzó a comerme la polla. Mi novia, se quedó con un tanga también negro y se subió a la mesa. Coloco su coño en mi boca y comencé a comérselo, apartando su tanga.
Cuando tuve la polla muy dura me bajé de la mesa y me puse un condón. Raquel se sentó en la mesa, Elena le quito el tanga y se inclino para comerla el coño. Me coloqué tras Elena, aparte su tanga y comencé a follarla el coño y el culo, agarrada por la cintura. Estaba tan cachondo y tenía tantas ganas de follar con Elena que lo hacia despacito para poder disfrutarla más.
Cuando Raquel se corrió se bajo de la mesa y salió del salón. Senté a Elena en la mesa, la quite el tanga y seguimos follando. Me arrime bien a ella para poder besarnos. Mis manos acariciaban sus piernas y sus pechitos. Raquel volvió con una fusta y un consolador. Se subió a la mesa y comenzó a golpear los pechitos de Elena.
Puse a Elena de lado en la mesa y comencé a follarla el culo. Raquel seguía azotando a Elena, los pechos, el culo, los muslos, etc. Con la otra mano comenzó a masturbarse con el consolador.
Estaba a punto de correrme y Elena se arrodillo en el suelo. Me quito el condón y comenzó a hacerme una mamada riquísima. Raquel se colocó de pie a mi lado y volví a comerla las tetazas. Cuando me corrí, llene la boca de Elena con mi semen y esta se lo trago sin dejar una sola gota.
Volvimos a sentarnos para picotear algo más. Fui a por una cubitera a la cocina, para prepararnos unos cubatas. Al volver lo dejé en la mesa y cogí un hielo. Me coloqué en la espalda de Elena y, con el hielo en mi boca, comencé a pasarlo por su cuello. Fui bajando hasta colocarme a la altura de sus pechos. Fui pasándolo alrededor de ellos, antes de jugar con el hielo en sus pezones poniéndoselos durísimos. Seguí bajando y comencé a pasarlo por su coño, mientras con mis manos seguía jugando con sus pezones.
Volví a subir hasta sus pezones, pasando el hielo nuevamente por ellos. Saqué el hielo de mi boca y comencé a mordisquear sus gorditos pezones. Con el hielo en la mano, fui bajándolo por su tripa, pasándolo lentamente por sus muslos, hasta posarlo en su coño. Lo moví lentamente por él, mojándola bien el clítoris y esos preciosos labios. Metí el hielo dentro de su coño y acaricié sus piernas. Mientras mi lengua jugaba con sus duros y mojados pezones. Raquel estaba nuevamente masturbándose con el consolador mientras se besaba con Elena.
Nos fuimos los tres a la habitación. Me senté en el medio de la cama y ambas se pusieron a gatas para comerme la polla y los huevos. Mis manos acariciaron sus culos para inmediatamente comenzar a masturbarlas. Me ponía muchísimo cuando notaba sus lenguas a la vez en mi glande.
Elena se tumbo y Raquel lo hizo sobre ella, haciendo un 69. Me puse un condón y me puse sobre Raquel follándola el culo. Las hice cambiarse para así tener a Elena arriba y follar su culo ahora. Levante a Elena y la puse mirándome. Me coloque de rodillas, me rodeo la cintura con las piernas y nos pusimos a follar. Acariciaba con una mano su culo y con la otra sus tetitas. Raquel se colocó detrás de Elena y nos besamos los tres.
Cuando Elena se corrió, se echó a un lado y Raquel se tumbó, dejándome en medio de sus piernas abiertas. Se las subí a mis hombros y comencé a follarla el coño y el culo. Elena se arrodilló y la comió las tetazas.
Me tumbe de lado y Elena lo hizo también, dándome la espalda. Eleve una de sus piernas y volvimos a follar, mientras acariciaba sus pechitos y nos besábamos. Raquel se puso a gatas para lamerla el clítoris. Mi polla cambiaba de su coño a su culo, hasta que acabe corriéndome con ella dentro de su culo.
Me volví a sentar, me quité el condón y volvieron a comerme la polla, a gatas, mientras acariciaba sus culos.
Nos quedamos un rato en la cama besándonos y charlando hasta que Elena tuvo que irse.
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