20 de junio de 2020
Querido diario, Mónica era una amiga con dudas, a la que conseguimos despejárselos.
Habíamos quedado para comer con unos cuantos amigos, entre ellos Elena y Dani. Además, habían venido Leti y Héctor, pues Elena ya se había hecho muy amiga de ellos y queríamos que poco a poco su marido los viera en el grupo y los conociera para que a su mujer le fuera más sencillo ser mala con ellos también. De entre todos los que allí estábamos, notaba rara a Mónica, hermana de Elena.
Tras comer, nos fuimos a una terraza a tomar unas copas. Avanzada la tarde, allí solo quedábamos Elena, su marido Dani, su hermana Mónica, cuyo marido ni había venido a comer, Leti, Héctor, mi novia Raquel y yo. Tras varias copas, Mónica por fin me confeso porque estaba tan rara conmigo. Su hermana la había confesado que estaba siendo infiel con nosotros. Dijo que no me preocupara pues no iba a decir nada que la perjudicara a su hermana.
De allí nos fuimos a casa de Héctor y Leti a tomar algo en su jardín. Sabía que era cuestión de tiempo que Dani se fuera, pues tenía que trabajar esa noche según nos había dicho. Eso sumado a que Mónica sabia lo de su hermana, me hacía ver que la tarde se iba a animar, aunque no podía imaginar cuánto.
En cuanto Dani se fue, Elena se me sentó encima y por fin pude besarla, al igual que Héctor. Debido a esto mi novia y Leti, supieron que Mónica lo sabía todo. Héctor y yo fuimos dentro de la casa a por más bebida y hielos y al salir nos llevamos una buena sorpresa. Las mujeres habían puesto el toldo de la pérgola, para que no nos vieran los vecinos, y estaban en una pequeña piscina que tenían Héctor y Leti. Raquel estaba con un conjunto azul de sujetador y tanga, Leti uno negro, Elena solo llevaba un tanga negro, por lo que se veía preciosa con sus pechitos al aire, y lo más sorprendente era que Mónica también se había unido a ellas y estaba con un conjunto azul marino.
Nosotros no cabíamos en la piscina, así que cogimos cada uno una botella de alcohol, y fuimos rodeándolas, dándolas de beber, tirándolas la bebida desde arriba. Al dar un par de vueltas, Leti nos dijo que nos metiéramos también que nos hacían hueco. Nos quedamos en calzoncillos y entramos. Nuestras novias se sentaron encima nuestra y seguimos bebiendo y charlando.
Tras un rato, me salí y me tumbé en una tumbona, Mónica se tumbó en la de al lado mía a los pocos minutos. Nos pusimos a charlar y no podía evitar echarla buenas miradas de arriba abajo, sobre todo a sus grandes pechos, algo caídos. Mónica se daba cuenta de mis miradas y algo se avergonzó. Poco a poco fui consiguiendo que se relajara y acabó confesándome más cosas. No estaba en una buena época con su marido y el saber lo de su hermana, la había tenido varios días a que debía hacer ella con su vida. Yo se lo dejé bien claro y fui muy sincero. Le dije que pensara que le gustaría y que lo hiciera. Que lo que no podía era luego arrepentirse de no haber intentado o hecho algo.
Le vi algo dubitativa. Cogí una botella y volví a darla de beber, pero ahora la moví un poco y algo de la bebida cayó sobre su cuello. Le pedí perdón, y según le dije que me dejara limpiarla, comencé a pasar mi lengua por su cuello para hacerlo. Mónica dio un fuerte suspiro. Me senté en la tumbona y la dije que simplemente viera lo bien que lo estaba pasando su hermana. Miro a la piscina y vio a Elena besándose con Héctor, Leti y Raquel. Mónica se levantó, se sentó encima de mí y por fin comenzamos a besarnos. Mis manos rápidamente agarraron sus tetazas y al ver que esta no puso ninguna pega, sabía que la cosa iba bien. Cogí el enganche del sujetador para desabrochárselo y Mónica me paro, pues decía que le daba vergüenza delante de la gente.
La lleve dentro la casa. Fuimos a una habitación y la tire en la cama. Me tumbe sobre ella, la quite el sujetador y acaricie sus tetazas con esos gordos y morenos pezones. Al poco, agache la cabeza para poder comérselas y jugar con sus pezones. Me quite el slip y me coloque de rodillas colocando mi polla entre sus pechos. Esta los apretó con sus manos y comenzó a hacerme una cubana, lamiendo mi glande. Cuando la tuve muy dura, me senté en la cama y ella se colocó a gatas, comenzando a hacerme una mamada. Metí mi mano por la braga y comencé a masturbarla.
Cuando la noté muy húmeda, la quite la braga, la hice tumbarse sobre mi e hicimos un 69. Cuando se corrió en mi boca, me levanté y me puse un condón. La coloqué a gatas y me puse detrás de ella. Metí mi polla en su coño y comenzamos a follar. Yo la tenía bien agarrada de la cintura y la apretaba fuete contra mí, cuando la penetraba para sentirla bien dentro. Me incline para poder agarrar sus tetazas y jugar con sus pezones.
Mónica comenzó a llorar por lo que pare. Nos sentamos y esta me dijo que no estaba bien lo que estaba haciendo. Yo le dije que no estaba haciendo nada malo pero que sí que quería lo dejábamos. Me dijo que necesitaba hacer algo con su vida pero que no sabía si eso era lo correcto.
La levante y la lleve al ventanal que había. A través de la cortina se veía, justo enfrente, la piscina donde Héctor estaba follando en ese momento con mi novia Raquel y se besaba con su hermana y con Leti. La pregunte a Mónica si veía mal a su hermana desde que se había unido a nuestras fiestas. Se quedo en silencio. Yo estaba detrás de ella, la cogí de las manos y esta me las apretó. Acerque mi cara a su cuello y suspirando en él, la pregunte si quería que parara o no. Al no responder nada, comencé a besarla el cuello y ella apretó más aun sus manos. Lleve una de ellas hacia mi polla y esta la agarro, comenzando a masturbarme.
Cuando la tuve dura nuevamente, incliné a Mónica, apoyando sus manos contra la ventana tapada por la cortina y volvimos a follar, mientras observábamos la piscina y lo bien que lo pasaba el resto. Agarre de nuevo sus tetazas fuertes. Mónica giro la cabeza y nos besábamos.
Eche a Mónica hacia atrás para que quitara sus manos de la ventana y poder correr la cortina. Mónica se puso blanca y solo sabia decir “que vergüenza”. Le dije que no tuviera vergüenza, ni miedos, y que esa era la mejor forma de quitárselos. Golpee la ventana para que los de la piscina nos miraran. Cuando vieron a Mónica en el ventanal, de cuerpo entero, con sus tetazas botando al ser penetrada, los 4 comenzaron a aplaudir. Elena pego un grito a su hermana diciéndole que estaba orgullosa. Esas palabras relajaron a Mónica y seguimos follando.
La pregunte si le gustaba el anal y cuando respondió que sí, abrí el ventanal y la apoye las manos contra la barandilla. Con su culo bien ofrecido, se lo dilaté con 2 dedos y en cuanto pude, metí mi polla en el follándoselo despacito. Mientras Mónica gemía fuimos viendo como Héctor se follaba a las 3 en la piscina. Fui cambiando su culo por su coño de vez en cuando.
Cuando estaba para correrme, Mónica se arrodillo, me quito el condón y volvió a hacerme una cubana con sus tetazas. Decidí no avisarla cuando me corrí, por lo que mi semen salió disparado a su cara, pues estaba lamiendo mi glande y a sus tetas. Tras reírse y llamarme cabrón, me la comió para dejármela limpia.
Mónica quería limpiarse el semen de su cuerpo, pero yo no la deje. La cogí y la llevé de nuevo al jardín. Volvieron a aplaudirla al verla y Mónica se moría de la vergüenza. Al acercarnos a la piscina, les dije que se había manchado con mi semen y que por favor la limpiaran. Raquel y Leti salieron del agua, cogieron a Mónica y se la llevaron a una tumbona. La tumbaron y la comenzaron a comer las tetas y lamer la cara, limpiándola mi semen y disfrutando algo más.
Yo entre a la piscina y me senté con Héctor y Elena a la que dejamos en medio. Comenzamos a besarnos con ella, mientras agarro nuestras pollas y las comenzó a masturbar. Héctor ya tenía puesto un condón, así que se colocó de pie en la piscina. Levanto a Elena y la inclino para comenzar a follarla el culo y el coño. Yo me puse de pie y Elena empezó a mamármela mientras tanto. Héctor no paraba de mirar a Mónica y no tardo en irse con ella. Volví a sentarme y pude comerla los pechitos a Elena mientras la empecé a masturbar con mi dedo pulgar. Elena se colocó a gatas en la piscina y metía la cabeza en el agua para hacerme una mamada durante los segundos que aguantaba sin respirar. Yo seguía masturbándola.
Leti volvió a la piscina y se sentó a mi lado. Nos besamos y la masturbe con mi otra mano. Me levante, me coloque frente a Leti y la empecé a follar la boca, agarrándola de la nuca. Elena se sentó a su lado y espero su turno. Fui follando la boca a ambas, hasta que me puse un condón. Me senté de nuevo, Elena se sentó sobre mí y comenzamos a follar. Leti se puso de pie y coloco su coño en mi cara. La agarre por el culo y comencé a comérselo. Al poco, cambiaron y ahora follaba con Leti mientras le comía el coño a Elena.
Raquel vino con nosotros y pudimos ver que Héctor estaba sobre Mónica, follando tumbado sobre ella. Coloqué a las 3 de rodillas apoyadas con los brazos en el bordillo y comencé a follarlas a las 3 por turnos, el culo y el coño. Cuando me corrí, me puse de pie, me quité el condón y las 3 me limpiaron la polla a lametones.
Nos quedamos sentados en la piscina viendo como Héctor y Mónica terminaban. Entonces se vinieron a la piscina. Mónica se sentó sobre mí y Elena sobre Héctor. Estuvimos charlando un poco sobre lo contentos que estábamos de que Mónica hubiera decidido unirse a nosotros y se hubiera quitado los miedos.
Tras un par de chupitos, besos y caricias, nos tuvimos que ir para no levantar sospechas con los maridos de Elena y Mónica.
Querido diario, Mónica era una amiga con dudas, a la que conseguimos despejárselos.
Habíamos quedado para comer con unos cuantos amigos, entre ellos Elena y Dani. Además, habían venido Leti y Héctor, pues Elena ya se había hecho muy amiga de ellos y queríamos que poco a poco su marido los viera en el grupo y los conociera para que a su mujer le fuera más sencillo ser mala con ellos también. De entre todos los que allí estábamos, notaba rara a Mónica, hermana de Elena.
Tras comer, nos fuimos a una terraza a tomar unas copas. Avanzada la tarde, allí solo quedábamos Elena, su marido Dani, su hermana Mónica, cuyo marido ni había venido a comer, Leti, Héctor, mi novia Raquel y yo. Tras varias copas, Mónica por fin me confeso porque estaba tan rara conmigo. Su hermana la había confesado que estaba siendo infiel con nosotros. Dijo que no me preocupara pues no iba a decir nada que la perjudicara a su hermana.
De allí nos fuimos a casa de Héctor y Leti a tomar algo en su jardín. Sabía que era cuestión de tiempo que Dani se fuera, pues tenía que trabajar esa noche según nos había dicho. Eso sumado a que Mónica sabia lo de su hermana, me hacía ver que la tarde se iba a animar, aunque no podía imaginar cuánto.
En cuanto Dani se fue, Elena se me sentó encima y por fin pude besarla, al igual que Héctor. Debido a esto mi novia y Leti, supieron que Mónica lo sabía todo. Héctor y yo fuimos dentro de la casa a por más bebida y hielos y al salir nos llevamos una buena sorpresa. Las mujeres habían puesto el toldo de la pérgola, para que no nos vieran los vecinos, y estaban en una pequeña piscina que tenían Héctor y Leti. Raquel estaba con un conjunto azul de sujetador y tanga, Leti uno negro, Elena solo llevaba un tanga negro, por lo que se veía preciosa con sus pechitos al aire, y lo más sorprendente era que Mónica también se había unido a ellas y estaba con un conjunto azul marino.
Nosotros no cabíamos en la piscina, así que cogimos cada uno una botella de alcohol, y fuimos rodeándolas, dándolas de beber, tirándolas la bebida desde arriba. Al dar un par de vueltas, Leti nos dijo que nos metiéramos también que nos hacían hueco. Nos quedamos en calzoncillos y entramos. Nuestras novias se sentaron encima nuestra y seguimos bebiendo y charlando.
Tras un rato, me salí y me tumbé en una tumbona, Mónica se tumbó en la de al lado mía a los pocos minutos. Nos pusimos a charlar y no podía evitar echarla buenas miradas de arriba abajo, sobre todo a sus grandes pechos, algo caídos. Mónica se daba cuenta de mis miradas y algo se avergonzó. Poco a poco fui consiguiendo que se relajara y acabó confesándome más cosas. No estaba en una buena época con su marido y el saber lo de su hermana, la había tenido varios días a que debía hacer ella con su vida. Yo se lo dejé bien claro y fui muy sincero. Le dije que pensara que le gustaría y que lo hiciera. Que lo que no podía era luego arrepentirse de no haber intentado o hecho algo.
Le vi algo dubitativa. Cogí una botella y volví a darla de beber, pero ahora la moví un poco y algo de la bebida cayó sobre su cuello. Le pedí perdón, y según le dije que me dejara limpiarla, comencé a pasar mi lengua por su cuello para hacerlo. Mónica dio un fuerte suspiro. Me senté en la tumbona y la dije que simplemente viera lo bien que lo estaba pasando su hermana. Miro a la piscina y vio a Elena besándose con Héctor, Leti y Raquel. Mónica se levantó, se sentó encima de mí y por fin comenzamos a besarnos. Mis manos rápidamente agarraron sus tetazas y al ver que esta no puso ninguna pega, sabía que la cosa iba bien. Cogí el enganche del sujetador para desabrochárselo y Mónica me paro, pues decía que le daba vergüenza delante de la gente.
La lleve dentro la casa. Fuimos a una habitación y la tire en la cama. Me tumbe sobre ella, la quite el sujetador y acaricie sus tetazas con esos gordos y morenos pezones. Al poco, agache la cabeza para poder comérselas y jugar con sus pezones. Me quite el slip y me coloque de rodillas colocando mi polla entre sus pechos. Esta los apretó con sus manos y comenzó a hacerme una cubana, lamiendo mi glande. Cuando la tuve muy dura, me senté en la cama y ella se colocó a gatas, comenzando a hacerme una mamada. Metí mi mano por la braga y comencé a masturbarla.
Cuando la noté muy húmeda, la quite la braga, la hice tumbarse sobre mi e hicimos un 69. Cuando se corrió en mi boca, me levanté y me puse un condón. La coloqué a gatas y me puse detrás de ella. Metí mi polla en su coño y comenzamos a follar. Yo la tenía bien agarrada de la cintura y la apretaba fuete contra mí, cuando la penetraba para sentirla bien dentro. Me incline para poder agarrar sus tetazas y jugar con sus pezones.
Mónica comenzó a llorar por lo que pare. Nos sentamos y esta me dijo que no estaba bien lo que estaba haciendo. Yo le dije que no estaba haciendo nada malo pero que sí que quería lo dejábamos. Me dijo que necesitaba hacer algo con su vida pero que no sabía si eso era lo correcto.
La levante y la lleve al ventanal que había. A través de la cortina se veía, justo enfrente, la piscina donde Héctor estaba follando en ese momento con mi novia Raquel y se besaba con su hermana y con Leti. La pregunte a Mónica si veía mal a su hermana desde que se había unido a nuestras fiestas. Se quedo en silencio. Yo estaba detrás de ella, la cogí de las manos y esta me las apretó. Acerque mi cara a su cuello y suspirando en él, la pregunte si quería que parara o no. Al no responder nada, comencé a besarla el cuello y ella apretó más aun sus manos. Lleve una de ellas hacia mi polla y esta la agarro, comenzando a masturbarme.
Cuando la tuve dura nuevamente, incliné a Mónica, apoyando sus manos contra la ventana tapada por la cortina y volvimos a follar, mientras observábamos la piscina y lo bien que lo pasaba el resto. Agarre de nuevo sus tetazas fuertes. Mónica giro la cabeza y nos besábamos.
Eche a Mónica hacia atrás para que quitara sus manos de la ventana y poder correr la cortina. Mónica se puso blanca y solo sabia decir “que vergüenza”. Le dije que no tuviera vergüenza, ni miedos, y que esa era la mejor forma de quitárselos. Golpee la ventana para que los de la piscina nos miraran. Cuando vieron a Mónica en el ventanal, de cuerpo entero, con sus tetazas botando al ser penetrada, los 4 comenzaron a aplaudir. Elena pego un grito a su hermana diciéndole que estaba orgullosa. Esas palabras relajaron a Mónica y seguimos follando.
La pregunte si le gustaba el anal y cuando respondió que sí, abrí el ventanal y la apoye las manos contra la barandilla. Con su culo bien ofrecido, se lo dilaté con 2 dedos y en cuanto pude, metí mi polla en el follándoselo despacito. Mientras Mónica gemía fuimos viendo como Héctor se follaba a las 3 en la piscina. Fui cambiando su culo por su coño de vez en cuando.
Cuando estaba para correrme, Mónica se arrodillo, me quito el condón y volvió a hacerme una cubana con sus tetazas. Decidí no avisarla cuando me corrí, por lo que mi semen salió disparado a su cara, pues estaba lamiendo mi glande y a sus tetas. Tras reírse y llamarme cabrón, me la comió para dejármela limpia.
Mónica quería limpiarse el semen de su cuerpo, pero yo no la deje. La cogí y la llevé de nuevo al jardín. Volvieron a aplaudirla al verla y Mónica se moría de la vergüenza. Al acercarnos a la piscina, les dije que se había manchado con mi semen y que por favor la limpiaran. Raquel y Leti salieron del agua, cogieron a Mónica y se la llevaron a una tumbona. La tumbaron y la comenzaron a comer las tetas y lamer la cara, limpiándola mi semen y disfrutando algo más.
Yo entre a la piscina y me senté con Héctor y Elena a la que dejamos en medio. Comenzamos a besarnos con ella, mientras agarro nuestras pollas y las comenzó a masturbar. Héctor ya tenía puesto un condón, así que se colocó de pie en la piscina. Levanto a Elena y la inclino para comenzar a follarla el culo y el coño. Yo me puse de pie y Elena empezó a mamármela mientras tanto. Héctor no paraba de mirar a Mónica y no tardo en irse con ella. Volví a sentarme y pude comerla los pechitos a Elena mientras la empecé a masturbar con mi dedo pulgar. Elena se colocó a gatas en la piscina y metía la cabeza en el agua para hacerme una mamada durante los segundos que aguantaba sin respirar. Yo seguía masturbándola.
Leti volvió a la piscina y se sentó a mi lado. Nos besamos y la masturbe con mi otra mano. Me levante, me coloque frente a Leti y la empecé a follar la boca, agarrándola de la nuca. Elena se sentó a su lado y espero su turno. Fui follando la boca a ambas, hasta que me puse un condón. Me senté de nuevo, Elena se sentó sobre mí y comenzamos a follar. Leti se puso de pie y coloco su coño en mi cara. La agarre por el culo y comencé a comérselo. Al poco, cambiaron y ahora follaba con Leti mientras le comía el coño a Elena.
Raquel vino con nosotros y pudimos ver que Héctor estaba sobre Mónica, follando tumbado sobre ella. Coloqué a las 3 de rodillas apoyadas con los brazos en el bordillo y comencé a follarlas a las 3 por turnos, el culo y el coño. Cuando me corrí, me puse de pie, me quité el condón y las 3 me limpiaron la polla a lametones.
Nos quedamos sentados en la piscina viendo como Héctor y Mónica terminaban. Entonces se vinieron a la piscina. Mónica se sentó sobre mí y Elena sobre Héctor. Estuvimos charlando un poco sobre lo contentos que estábamos de que Mónica hubiera decidido unirse a nosotros y se hubiera quitado los miedos.
Tras un par de chupitos, besos y caricias, nos tuvimos que ir para no levantar sospechas con los maridos de Elena y Mónica.
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