You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Astrid la colegiala

A eso de las cinco y media, tomar un colectivo es un drama. Algunos no paran, porque vienen completos y entonces hay que subir en el que se pueda. Yo esperaba que salgan las chicas de los colegios y me ponía a esperar que llegue alguna de mi gusto : en pollerita corta y un buen culito. Cuando ello sucedía me las ingeniaba para subir y ponerme detras.
Como el colectivo va hasta los limites increíbles de capacidad, es imposible evitar los contactos fisicos. Asi que ni bien veía alguna que estaba vestida como antes les decía, me subía sin importarme a donde se dirigía, total disponía de todo el fin de la jornada. Una vez mi elegida, si tenía la suerte que no se sentaba, se quedaba apretujada en medio del gentio, me acercaba y probaba su reacción con una apoyadita de mi instrumento. Para facilitarme la tarea, me solía poner un conjunto de jogging liviano y un slip en algodon fino y bien amplio.
Me ponia detras y me asia de los pasamanos situados a tal efecto en el techo o los costados interiores del vehiculo. Asi me iba acercando hasta sentir sus nalgas contra mi verga. Algunas se daban vuelta y te miraban con una cara de querer asesinarte al instante, otras, se corrian y se hacian las tontas, pero algunas no solo no te decian nada, sino que se agachaban para ver en que parte del camino iban y ello provocaba que sus nalgas se afirmen contra mi miembro que lo tenia a todo tren. Y asi empezaba la « franela » aprovechando el movimiento del colectivo y de la gente que subia y bajaba. En esa ocasion mi elegida era una chica de buenas piernas y un culito paradito como una montaña. Sus pechos enormes se adivinaban bajo un corpiño blanco que su blusa de escolar dejaba transparentar.
Cuando la apoyé haciendome el distraido, se dio vuelta y me miro seria. Me retiré un poquito y cuando un hombre quiso pasar por detras mio, me empujo contra ella. Se agarro del pasante a su izquierda y se puso un poquito de costado. Mi verga se clavo en su cadera, luego retomo su posicion anterior y mi palo quedo justo a la altura de su culito. Me quedé como estaba y ella dio un pequeño paso hacia atras y se paro bien en sus dos magnificas piernas. Que mas podia pedir, se estaba dejando apoyar como los dioses y me parecio que ello le gustaba.
Esperé unos minutos y bajé con disimulo la mano derecha y le levanté un poquito la pollerita azul. Le rozé con la punta de los dedos los cachetes y dio un respingo. Le apoyé la mano con el lado externo y le recorri la curva de sus gluteos. Me parecio que no llevaba bombacha (bragas), pero no, tenia una de esas tangas tipo brasilera toda metida en la raya de su culo. La acariciaba mirando que nadie se diera cuenta. Le pasé el dedo indice por la raya y la bajé lo mas que pude. Ella se abrio un poquito mas de piernas y se inclino para mirar por la ventilla. Aprovechando su movimiento le introduje la mano hasta donde pude llegar. Alcanzé a tocarle el bulto de su vagina, se incorporó y me quedaron los dedos apretados.
Los movia lentamente y sentia como ella temblaba. Se recosto contra mi y girando la cabeza y sin que nadie se diera cuenta me dijo : « Me estas calentando, cortala », « porqué? » le dije casi en un susurro, « porque ya te lo dije, me caliento mucho y despues no me controlo…. » eso me hizo ponerme a diez mil, le pasé una mano por la cintura y la pegué contra mi. Tenia la pija como un hierro al rojo vivo y me latian los testiculos. « Cómo te llamás » le pregunté, « Astrid », me respondió en un susurro. « Tenés tiempo para que bajemos en algun lado ?» le pregunté. Se dio vuelta y me miro con unos ojos verdes imposibles, « tenés departamento o vamos a un hotel ? » . No le contesté, solo la atraje mas hacia mi hasta casi rozar sus labios, la besé tiernamente, su lengua se introdujo como un vendaval en mi boca. Ya no podía más, asi que pidiendo permiso y llevandola de la mano nos fuimos hacia la puerta para bajar.
Estabamos como a cinco cuadras de un hotel que yo conocía, se lo dije y me respondió : « tengo una hora, hora y media como mucho ». No te hagas problemas, que nos va a alcanzar. Una vez que llegamos el tipo de la recepcion nos miro de arriba a abajo, me dio las llaves y subimos en tromba hasta el segundo piso. Entramos y nos tiramos vestidos en la cama, le empezé a besar y a tratar de desnudarla lo mas rapido posible. « Espera un cachito, me dijo, quiero ir al baño antes. ». « Ok », le respondi, y se levanto y con un paso felino se dirigio hacia el cuarto de baño. Yo aproveché para desnudarme completamente, me meti bajo las sabanas y al instante senti la ducha que corria, prendi un cigarrillo y pedi que nos suban algo para tomar. Cuando recibi las bebidas, ella todavia estaba el baño. Salio envuelta en un toallon, y me dijo, « ahora es tu turno, te espero en la camita ». Yo estaba desnudo, con la bandeja en la mano, la puse en la mesita de luz y me fui a darme una ducha.
No tarde ni cinco minutos y cuando sali Astrid estaba acostada sobre las sabanas completamente desnuda. Me detuve unos segundos para admirar a esa vikinga que estaba a apenas dos metros de mi. Sus pechos subian al ritmo de su respiracion, sus caderas amplias y una de sus piernas recogida me permitian ver el triangulo dorado de su sexo. Me acerqué, me senté a su lado y le pasé la mano, como para convencerme de que ella estaba alli. Le acaricie el vello de su pubis y ella abrio las piernas lentamente y su sexo rosado aparecio ante mi vista. Me acerqué y comenzé a besarle el vientre y me zambulli en su sexo. Su gusto era exquisito, sus labios carnosos se abrieron ante la insistencia de mi lengua y un clitoris rojo que rapidamente chupé, y que yo sentia crecer en mi boca.
Le chupe la concha, con una voracidad increible. No siempre tuve la oprtunidad de cogerme un rubia y no queria perderme nada. Fui girando hasta quedar al reves sobre ella y me agarro la pija con las dos manos y tiro el prepucio para atras. Con la punta de la lengua me toco la punta de la pija y crei que me iba a morir.

Se la metio de un solo bocado y su lengua me llevo al septimo cielo en segundos. Yo seguia en su conchita y ella abrio mas las piernas y las puso encima de mi cuello. En esa posicion tenia una vision paradisiaca. Hundi mi cara y me froté en su sexo, desde la barbilla hasta la frente, me mojé la nariz y las mejillas en el néctar de su sexo.
Astrid la colegiala

Yo no aguantaba mas, se lo dije y me dijo : « dejame a mi arriba », me acosté boca arriba y ella se puso de cuclillas arriba mio y agarrandome la pija se la frotaba entre los labios sin metersela, eso me puso como un salvaje. Empujé para entrarsela, pero ella se levanto, « espera un poquito, vamos a calentarnos mas ». La dejé hacer, y mirando hacia abajo vi como le entraba milimetro a milimetro mi verga en su cuevita. Cuando estuvo hasta el fondo comenzo a cabalgarme y pensé que mi iba a matar, me puso las tetas al alcanze de mi boca y me ensañe con sus pezones. Se los mordia suavemente, trataba de que me entre toda su teta en mi boca, pero era imposible, me asfixiaba.
Estaba en lo mejor cuando se vino por primera vez, me clavo las uñas en las costillas y dejo que el peso de su cuerpo cayera completamente sobre el mio. Pense, « esta pendeja me va a mandar al hospital ». Se quedo quieta unos segundos y con la pija enterrada (yo podia sentir el cuello del utero), comenzo a moversa en circulos. No pude esperar mas y le grité que iba a acabar, se empezo a mover mas rapido y abrazandola con fuerza, le di mi leche. Me deje caer, pesadamente y la verdad, no sabia si podia hacerlo de nuevo. Le dije si queria que se la saque y me dijo que no, « quedate asi, sin moverte ». No sé donde ni quien se lo habra enseñado (luego de unos meses lo supe) senti que su vagina me apretaba la pija, ella podia controlar las contracciones de su sexo y me la hizo parar en pocos minutos.
Ahora ella estaba abajo y yo la bombeaba a gusto, cuando senti que estaba por acabar de vuelta, me dijo « sacala ! » y me apreto la cabeza, en la parte de abajo y las ganas de acabar se fueron al instante, pero la verga estaba tan o mas dura que antes, « metemela otra vez, dale ». no lo podia créer, era la primera vez que me hacian algo asi, no me puse a reflexionar mucho, lo importante era que tenia la pija dura de nuevo y cogimos treinta minutos y cuando acabé, me parecio que el orgasmo me venia del fondo del cuerpo, una especie de dolor y placer mezclados, la leche me salia a chorros, pensé eneguida « No voy a poder cojer por un mes despues de esto » y me quedé dentro de ella. Sus piernas me tenia agarrado por la cintura y no me dejaba salir, mientras ella seguia sacudiendose y con los ojos cerrados me gritaba « Cojeme asi, cojeme que soy toda tuya !!!! » Cuando el ultimo estertor la abondono, abrio los ojos y me planto un beso de lengua que me dejo sin aliento. « La verdad que hace rato que no hacía el amor asi ». Fue todo lo que me dijo antes de cambiarnos.
Nos fuimos juntos hasta la parada del colectivo y nos pasamos nuestros numeros de teléfono. « Sabes una cosa? , mis viejos son un poco racistas, mejor no te aparezcas por mi casa, me llamas y si yo no contesto, colgás, podriamos organizar vernos al menos una vez por semana. Te parece ? », « Por supuesto - le contesté - , pero ahora decime vos algo, porqué agarrastes viaje enseguida conmigo? », « Porque vos cojes lindo, los chicos de mi barrio y sobre todo los de las familias que conocemos, no son tan audaces como vos, en una palabra, un polvito y basta » Como excusa no estaba nada mal. Asi que acepté sus condiciones y a la semana la llamé para ver si podiamos vernos, « Estoy con mi prima, te molesta que vayamos juntos al cine? » « Para nada - le dije - pero despues la pasamos juntos un rato? », « Por eso no te hagas problemas, despues del cine nos vamos al hotel, a mi prima le decimos que queremos estar juntos, ella va a entender ».

El sabado por la tarde quedamos en encontrarnos en la puerta del cine, cuando la vi doblar la esquina casi me muero, Astrid llevaba una minifalda para despertar un muerto y junto a ella una chica de unos veinte años, rubia como ella, pero mas alta con una minifalda negra ajustada, tipo lycra. Me la presento, se llamaba Helga, y sus ojos azules me dejaron un poco turbado, pero mas sus formas. Helga mide un metro setenta, yo soy mas bajito y ver a esa chica encima de unos tacos agujas, me daba la impresion de ver esas modelos de Playboy, con las que tantas veces me habia masturbado cuando era chico. Entramos y yo me senté entre las dos, la pelicula era 9 semanas y media, yo ya la habia visto, pero no me opuse a verla de vuelta. Al poco rato de empezar la pelicula, senti la mano de Astrid recorrerme la bragueta, me abrio el cierre y me metio la mano. La dejé hacer, pero mirando de reojo a su prima, para que no se diera cuenta. Estaba al palo y Astrid me la meneaba con dulzura, encima con las escenas de sexo, me estaba subiendo la temperatura al maximo.
Cerré los ojos y tiré la cabeza hacia atras, mientras Astrid seguia con su caricia, mi mano alcanzo su vagina y la senti humeda y caliente por encima de su bombachita. Ella retiro su mano y me dijo al oido « segui asi, no habras lo ojos », otra vez la mano me agarro la pija y me la saco afuera del pantalon. « Ahora no vayas a abrir los ojos, dejame hacer algo » y senti su boca en la cabeza de mi verga. Le acaricié el pelo, la espalda. Me la solto y a los segundos senti otra vez la calidez de su boca. Cuando estiré la mano para acariciarla me di cuenta que no estaba como antes, abri los ojos y me encontré a su prima pegandome una mamada infernal, la miré a Astrid y esta se puso un dedo en los labios y me dijo « un poquito a cada una, no le hace mal a ninguna ». Cerré los ojos y me dejé llevar, a los minutos senti que me venia y se lo dije, « Acabale en la boca a Helga eso le encanta », y bueno, no me hice rogar, le llené la boca de leche.
joven


Cuando salimos del cine, las llevaba agarradas a las dos de la cintura y nos fuimos caminando tranquilamente hasta un hotel. Alli pasamos casi cuatro horas. Que no aprendi con esas dos expertas. Era la primera vez que veia delante mio a dos chicas enfiestarse, y la verdad que me agarré una calentura de padrillo. Cojimos de mil maneras, me chuparon, las chupé, me sacaron hasta la ultima gota de leche. Cuando las acompañé hasta cerca de la casa. Nos prometimos repetir lo mismo un fin de semana que los padres de Astrid no estuvieran en la casa. Eso se dio casi dos meses después, cuando llegué, las dos estaban en ropa interior y pasamos enseguida a la habitacion de Astrid, « Tengo una sorpresa para vos, sabías que tengo una hermanita »

La hermanita era una rubiecita de pelo corto, algo gordita, y que tuve el placer de desvrigarla. Lo hicimos los dos solos en su cuarto mientras su hermana y su prima, me esperaban en la pieza de ellas. Cuando terminé con Olga, me dirigi al cuarto de Astrid y continué la gran fiesta.

Eso duro por mas de un año, hasta que un dia, Astrid me llamo por teléfono para decirme que metenia que ver urgente. Llegué a la confiteria donde nos habiamos citado, la vi en una mesa en compañia de una señora. Me acerqué y saludé. La mujer me miro y me dijo : « No quiero perder el tiempo en explicaciones, soy la madre de Astrid, y estoy aqui para saber que vas a hacer porque mi hija esta embarazada ». El mundo se detuvo un instante casi eterno. « Yo sé que ustedes se veian en secreto, asi que un dia los segui, y me aseguré que mi hija no salia con alguna sabandija y lo peor es que vos sos esa clase de tipos que en mi familia no queremos ni ver. Porqué no hize nada al respecto ?, simple, Astrid me dijo que eras bueno en la cama y que antes de casarse queria disfrutar de su cuerpo. Fuimos juntas al medico de familia y le receto unas pastillas anticonceptivas, pero algo fallo. Y quiero saber que vas ha hacer ».
No no sabia que decir, alli estaba Astrid de 18 y yo sabia que me habia metido en problema enorme y que podia ir preso si me denunciaban. La madre me miraba sin pestañear y sus ojos estaban cargados de odio y furia. « Y si se opera? » atiné a preguntar, por unica respuesta tuve un cachetazo de la parte de Astrid. « Mirá, me dijo la madre, no quiero que ella pase por eso, ya hablé con mi esposo, y en este mismo instante está en tu casa hablando con tus padres ». Eso me dejo helado. Mi vieja me mataria, eso era seguro, y de mi viejo lo unico que podia esperar era que me rompa el alma.
« Yo averigue en donde trabajas y donde estudias », me dijo la madre. « Hay una solucion : te casas ». Yo la mire a Astrid y la tomé de la mano, ella la retiro enojada y me dijo « si tus padres estan de acuerdo con la proposicion de mi viejo, te la llevas de arriba, sino te denuncio a la policia ». « Y cual es la propuesta de tu viejo?, le pregunté. « Mi viejo es el dueño de una usina quimica, asi que por trabajo, no tendrias problema, y vos te haces cargo de todo, te casas conmigo y listo ». Como solucion era perfecta, solo que mi libertad se terminaba. Casarse a los 21 años no figuraba para nada en mis planes. Y menos ser padre. Me recosté contra la silla y le dije : « Y cuando nos casamos? », « En un mes » respondio rapidamente.

6 comentarios - Astrid la colegiala

elmatias27
La había leído hace años, pero nunca viene. Al recordar tan linda historia. Van puntos
Dario404
Mandate una continuación de la su vida de casados
yosoloynadamas +1
Es viejisimo ese relato. el titulo real es "Astrid, la vikinga" lo lei hace como 20 años en una revista, de esas donde se publicaban los contactos, y algun relato tenian....
julioariel1972 +1
Gran verdad
pito527
Nombre de la rubia en la 1ra foto