Habían pasado unos 5 años desde que mi hermana se había ido a vivir a España cin si marido y ahora tenían un bebé. Yo había trabajado duro para ahorrar y pagarme los aéreos ida y vuelta a Barcelona. No sabía casi nada de ellos y viajaba con la idea de conocer a mi sobrino y disfrutar de una semana del verano catalán.
En cuanto me vio en el aeropuerto mi hermana se abalanzó sobre mí y me abrazó y besó con fuerza y mucho entusiasmo. El contacto con su piel y su olor me cortó la respiración un momento. Todo volvía...
En cuanto llegamos a su casa conocí a mi sobrino y almorzamos todos juntos con el idiota de mi cuñado. Mi hermana y yo hablábamos apurados, como si tuviéramos mil cosas que decirnos mientras el tipo apenas metía bocado. Finalmente anunció que tenía que irse a trabajar y que esa noche llegaría tarde. No pude evitar sonreír.
Por la tarde, mi hermana me pidió que la acompañe a llevar al hijo al prescolar. Luego fuimos paseando por la rambla. El sol y el calor nos dejaron cansados y sudados, x lo que la invité a una cerveza.
- No. Mejor vamos a casa a tomarlas. No quiero entrar así de sudada en un bar. Nos damos una ducha y nos relajamos. Te parece?
- Me parece genial.
Ya en su piso, mi hermana se fue a duchar primero.
- Gui! Vení rápido! (Gritó)
Entré en el baño corriendo, cuando veo que todo el problema era una arañita en la bañera. La maté con un bollo de papel.
Me di vuelta para mostrársela y me detuve unos segundos mirándola desnuda tratando de cubrirse. Sus tetas habían crecido mucho junto con sus caderas
- Me olvidaba lo asustadiza que eras! Jaja (dije tratando de tapar mi excitación)
- Sí! Gracias x entrar! Me muero de asco por estos bichos!
- También me acuerdo de tu miedo a las tormentas... (Sonreí atrevido)
- Ah sí? Ya me había olvidado... Me puedo terminar de bañar?
- Obvio, perdón!
Salí del baño y me preparé para ducharme yo. Cuando ella salió envuelta en una toalla que dejaba ver sus piernas me atraganté. Entré rápido al baño antes que se notara mi bulto.
Me duché con una piedra entre las piernas. No podía ser lo que me calentaba aún hoy tenerla cerca. Empecé a masturbarme, pero no quería que me oyera. Medio minuto después me interrumpió.
- Gui, puedo pasar a buscar algo? Una crema que está ahí, me la pasás?
- Sí. Esta?
Abrí la cortina con el pote de crema a la altura de mi ombligo, mostrándole la pija parada.
- Hiiijo de puta! Por que me mostrás eso?
Cerró la cortina pero no salió.
- Como puede ser que la tengas así de grande?
- Es que cuando te vi desnuda me vinieron recuerdos...
- De lo que hicimos aquella vez?
- Sí. Vos no te acordás nunca?
- No me acordaba de esa bestia, por lo visto...
- Ya no soy un pendejo... Querés verla mejor?
Abrí la cortina y me paré exhibiéndome para ella, la mujer prohibida, que me enloquecía de solo verla a un metro.
Se quedó mirando fijo y repasó todo mi cuerpo mojado. Se acercó y puso su mano en mi abdomen, muy cerca.
- Estás muy... Apetecible, hermanito...
- Comeme entonces...
Agarró el tronco con fuerza con ganas y resistencia a la vez.
- Es que yo tampoco soy una pendeja. Me sentí muy puta después de eso...
- Y eso es malo?
- No entendés... Es algo de lo que no podía hablar con nadie.
- Conmigo sí. Jamás sentí lo mismo que aquella noche... Y me encantaría volver a sentirme así. A vos no?
- No seas así de malooo!
Empezaba a masturbarme suavemente, señal que estaba aflojando, tenía que seguir remándola.
- Puedo al menos verte desnuda yo a vos? Tenés unas tetas divinas!
- Ja. Después de amamantar al gordo me quedaron caídas.
Se abrió para mostrarlas y sin darle tiempo a reaccionar se las agarré a dos manos.
- Ay! Guillermo!
- No aguanto más hermanita!
Salí de la ducha y la abracé desnudo. Su toalla cayó al piso y mi erección se clavaba en su vientre.
- Aah... Que pija!
La besé con toda la boca, devorando sus labios, enroscando mi lengua en la suya. Bajé al cuello y de ahí a sus pezones.
- Pará... No...
Jadeaba y se sonrojaba. Se resistía sin hacer fuerza, retoricendo su cuerpo apretado contra el mío.
Bajé mi mano a su concha, que ya soltaba jugo. Metí dos dedos lubricados y los pasé por toda la zona, frotando su clítoris suavemente, lo que le sacó un gemido suave.
- Aayy... Mmmm
Aceleré el ritmo un poco, pajeándola como mejor sabía. Ella disfrutaba con los ojos cerrados y las piernas abiertas. En cuanto la sentí temblar saqué la mano y me chupé los dedos.
- Malo. No me hagas esto...
La volví a besar con ganas. La llevé de la mano hasta el sillón grande que tenía en el living, la senté y le separé las piernas. Lo hacía todo despacio y ella se dejaba hacer. Me arrodillé frente a ella y metí mi cara enteraen su pubis. Lamí, chupé, succioné suavemente durante unos minutos hasta que ella me clavó las uñas en la nuca y empujó su cadera hacia mí en un orgasmo que fue subiendo de intensidad jasta explotar.
Me levanté y vi que había empapado la tela de su asiento, pero a ella no le importó. Atacó mi pija y se la metió toda en la boca. Chupaba con ganas y con hambre de sexo. No necesité mucho para eyacular en su boca una gran cantidad.
- Mmm cuanta leche!
- La tragaste toda?
- Obvio! Muy rica! Tenés más?
Me miraba con una sonrisa provocadora mientras lamía despacio las pocas gotas que quedaban en la punta.
- Para vos tengo mucha más!
- Entonces vení! Vamos a mi cama!
Me llevó hasta su habitación y se recostó con las piernas abiertas, con un gesto me invitó. No me hice rogar y me tiré sobre ella metiéndosela toda de una vez.
- Aaay, me la clavaste!
- Mmm me moría de ganas de cogerte!
- Cogeme Guille! Cogeme toda!
La penetraba con desesperación. Su concha estaba tan mojada que entraba en ella resbalando. Estuvimos unos pocos minutos así y sentí que iba a acabar.
- Aah aah... No aguanto...
- Esperá, todavía no!
Me puso boca arriba y me besó por todas partes, menos la pija. Me acariciaba sin tocarla, hasta que me agarró de la cara, me comió la boca y se montó encima mío. Se movía espectacularmente sin dejar de besarme. Yo la apretaba de su gran culo, obligándola a meterse hasta el fondo.
- Mmm... La tenés tan dura...
- Es que cogerte a vos es lo que más me calienta en el mundo!
- Ah sí? Te gusta cogerte a tu hermana?
- Me encanta!
- Haceme acabar Gui! Acabo de nuevoooo!
La apreté contra mí y la empecé a bombear furiosamente.
- aah ah aha ah!
- Ahora sí acabo hermanita!
- Dameláaaa!
- Aaah
- Llenamelá! Llename de lecheeee!
- Aaaaaaahh... Te amooo!
- Yo te amo a vos hermanito!
Exploté dentro de ella alcanzando un orgasmo intenso. Nos abrazamos en un gemido solo, hasta que mi pija dejó de latir y empezó a ablandarse.
Se separó de mí y me lamió todo el semen de la pija, se aseguró de dejarme seco y con una sonrisa de satisfacción se levantó.
- Me parece que nos vendría bien otra ducha. Vamos?
Salté de la cama y la seguí hasta el baño. No podía dejar de tocarla y besarla. Nos bañamos juntos jugando con nuestros cuerpos y riendo como chicos.
De a poco fuimos volviendo a la normalidad. Buscamos al peque, jugué con él, la ayudé con la cena, hasta que llegó el idiota. Cenamos, charlamos, bebimos. Mi hermana acostó a su hijo y nos quedamos los 3 tomando algo más. Tuvimos una charla sobre que esperaba yo de este viaje, sobre la diferencia entre los 2 paísesy otras estupideces que uno habla cuando está medio ebrio.
Mi hermana reía con mis comentarios graciosos y yo me derretía por ella.
Finalmente nos fuimos a acostar.
Dormí muy profundo. Me levanté ya con algo de sol para ir al baño. Al salir oí un gemido suave, ahogado. Me acerqué a la puerta de su habitación y los escuché cogiendo. Se quedó con ganas, pensé. Seguro que él no la hace gozar como yo, me dije celoso.
Me fui a la cama molesto y no me dormí más. Oía todos los ruidos que hacía el idiota antes de irse a trabajar. Me alegré al oír la puerta un rato después.
Lo que no esperaba es que apareciera ella en la entrada de la habitación con una remerita de breteles liviana y nada abajo.
- Espero que tengas algo para mí, porque estoy re caliente!
Me saqué el boxer de un tirón mientras ella arrancaba las sábanas de la cama y se ponía en cuatro.
- No puedo esperar más! Cogeme Hermanito!
- Ya mismo!
Me acerqué a su concha y comprobé con dos dedos lo mojada y abierta que la tenía. Los saqué con restos de semen del idiota. Se los metí en la boca.
- Te cogieron mal antes?
- Mmm tu leche es más rica y tu pija es más dura!
- Ah si? Quien coge mejor?
- Vos cogés mejor!
Empecé a pasarle la puntita como un pincel por su concha mojada y acabada. Se la metí solo un poco y la saqué. Ella gimió y se estremeció. Unas gotas de semen chorrearon por su pierna. Odié más al idota y me decicí a duplicar la apuesta... La iba a llenar dos veces con mi leche.
La clavé hasta el fondo y le dije al oído:
- Te voy a llenar tanto que te voy a embarazar!
- Aaay que hijo de puta que sos! Embarazarías a tu propia hermana?
- No me creés?
- Me encantaría que lo intentes! Cogeme fuerte!
La agarré de las caderas y la bombeé durísimo. Ella gemía y soltaba grititos suaves que me excitaban cada vez más. Pasé mi mano por abajo y froté su clítoris. Eso le encantó.
- Aaay siii! Me estoy volviendo loca! Voy a acabar en tu pijaaaa!
Tembló y se retorció en un fuerte orgasmo que me apretó la pija. Ese fue mi límite.
- Ahora acabo yo...
- Hacelo! Llename y decime puta!
- Te acabo adentro putaaaa! Aaaah!
Exploté con fuerza en su interior soltando chorro tras chorro de leche.
- Aaaah seeee... Como late adentro... Me la dejaste toda bien al fondo. Hablabas en serio...
Me tiré al lado suyo y ella se acostó boca arriba y levantó los pies hacia el techo.
- Así no se escapa nada. Quiero toda tu hermosa leche adentro mío.
Eso me voló la cabeza. La besé con mi lengua hasta el fondo, a lo que ella respondió agarrándome de la nuca para prolongar el beso. Cuando se me paró de vuelta, me solté y así como estaba ella empecé a meterla lento y profundo, hasta sentir tocar el fondo de su concha. Era un animal, puro deseo y excitación. No me importaba nada más que gozar de ella y darle placer... Y un hijo, si podía.
- Aaah mi amorrr! Nunca me cogieron tanto y tan bien.
Me paré al borde de la cama y la corrí hasta dejar su culo a una altura cómoda para taladrala con todo. Retomé el ritmo furioso de un adolescente apurado, entrando hasta el fondo y sacando hasta la mitad. Nuestros sexos hacían un ruido que me enloquecía. Unas embestidas después tuve que desacelerar para no acabar aun. Miré la cosa dura y encremada que era mi pija y quise más...
La saqué y apoyé la punta en su culo.
- Hermanita, quiero todo de vos...
- Querés mi culo? es tuyo, soy tuya! Pero no me mates! Andá despacio por favor!
Le solté las piernas y se las abrí bien. Me puse a jugar con su concha mientras aumentaba la presión de mi pija. La pajeaba suavemente y sentía como iba deslizándome centímetro a centímetro en ese culazo apretado. Cuando entró más o menos la mitad, tuve que clavar el resto hasta el fondo.
- Aaaaay Guiiiilleeeee... Despacito mi amor, por favor!
- Sí mi diosa, te voy a llenar toda la cola también!
- Haceme lo que quieras! Pero movete despacio.
Empecé un mete saca suave con toda adentro, sacándola un poco y volviendo al fondo.
- Ay ay ay... Así, suave que me duele... Es casi virgen mi culito. Nunca tuvo una cono la tuya!
- Lo que digas hermosa!
- Que dulce que sos! Hasta cogiéndome el orto sos un amor! Jajaja AY!
- Te dolió?
- Sí...
La saqué y miré su ojete colorado. Quería hacerla gozar, no sufrir... La ensarté en la concha de nuevo.
- Aay siiiisisisiii mucho mejoooor!
- Quiero darte placer, no dolor!
- Yo igual...
Volví a bombear lento y bien hasta el fondo. No duré mucho y se lo hice saber.
- Voy a acabar Pau!
- Pau me dice mi marido. Vos decime hermanita! O puta!
- Te lleno toda hermanita putaaa!
- Aaay sí iii iii... Bien al fondo me la dejás! Como me calienta el morboooo! Me coge mi hermano y me encanta aaah!
- Aaaahh... Te dejo hasta la última gota... Putita!
- Te amo Gui!
- Te amo hermanita!
Descansamos juntos unos minutos. Nos mirábamos y reíamos como si hubiéramos hecho una travesura secreta, como tontos, como enamorados.
Nos limpiamos y eliminamos toda evidencia de nuestro delicioso crimen e iniciamos el día con fingida normalidad. Nos salió perfecto.
En cuanto me vio en el aeropuerto mi hermana se abalanzó sobre mí y me abrazó y besó con fuerza y mucho entusiasmo. El contacto con su piel y su olor me cortó la respiración un momento. Todo volvía...
En cuanto llegamos a su casa conocí a mi sobrino y almorzamos todos juntos con el idiota de mi cuñado. Mi hermana y yo hablábamos apurados, como si tuviéramos mil cosas que decirnos mientras el tipo apenas metía bocado. Finalmente anunció que tenía que irse a trabajar y que esa noche llegaría tarde. No pude evitar sonreír.
Por la tarde, mi hermana me pidió que la acompañe a llevar al hijo al prescolar. Luego fuimos paseando por la rambla. El sol y el calor nos dejaron cansados y sudados, x lo que la invité a una cerveza.
- No. Mejor vamos a casa a tomarlas. No quiero entrar así de sudada en un bar. Nos damos una ducha y nos relajamos. Te parece?
- Me parece genial.
Ya en su piso, mi hermana se fue a duchar primero.
- Gui! Vení rápido! (Gritó)
Entré en el baño corriendo, cuando veo que todo el problema era una arañita en la bañera. La maté con un bollo de papel.
Me di vuelta para mostrársela y me detuve unos segundos mirándola desnuda tratando de cubrirse. Sus tetas habían crecido mucho junto con sus caderas
- Me olvidaba lo asustadiza que eras! Jaja (dije tratando de tapar mi excitación)
- Sí! Gracias x entrar! Me muero de asco por estos bichos!
- También me acuerdo de tu miedo a las tormentas... (Sonreí atrevido)
- Ah sí? Ya me había olvidado... Me puedo terminar de bañar?
- Obvio, perdón!
Salí del baño y me preparé para ducharme yo. Cuando ella salió envuelta en una toalla que dejaba ver sus piernas me atraganté. Entré rápido al baño antes que se notara mi bulto.
Me duché con una piedra entre las piernas. No podía ser lo que me calentaba aún hoy tenerla cerca. Empecé a masturbarme, pero no quería que me oyera. Medio minuto después me interrumpió.
- Gui, puedo pasar a buscar algo? Una crema que está ahí, me la pasás?
- Sí. Esta?
Abrí la cortina con el pote de crema a la altura de mi ombligo, mostrándole la pija parada.
- Hiiijo de puta! Por que me mostrás eso?
Cerró la cortina pero no salió.
- Como puede ser que la tengas así de grande?
- Es que cuando te vi desnuda me vinieron recuerdos...
- De lo que hicimos aquella vez?
- Sí. Vos no te acordás nunca?
- No me acordaba de esa bestia, por lo visto...
- Ya no soy un pendejo... Querés verla mejor?
Abrí la cortina y me paré exhibiéndome para ella, la mujer prohibida, que me enloquecía de solo verla a un metro.
Se quedó mirando fijo y repasó todo mi cuerpo mojado. Se acercó y puso su mano en mi abdomen, muy cerca.
- Estás muy... Apetecible, hermanito...
- Comeme entonces...
Agarró el tronco con fuerza con ganas y resistencia a la vez.
- Es que yo tampoco soy una pendeja. Me sentí muy puta después de eso...
- Y eso es malo?
- No entendés... Es algo de lo que no podía hablar con nadie.
- Conmigo sí. Jamás sentí lo mismo que aquella noche... Y me encantaría volver a sentirme así. A vos no?
- No seas así de malooo!
Empezaba a masturbarme suavemente, señal que estaba aflojando, tenía que seguir remándola.
- Puedo al menos verte desnuda yo a vos? Tenés unas tetas divinas!
- Ja. Después de amamantar al gordo me quedaron caídas.
Se abrió para mostrarlas y sin darle tiempo a reaccionar se las agarré a dos manos.
- Ay! Guillermo!
- No aguanto más hermanita!
Salí de la ducha y la abracé desnudo. Su toalla cayó al piso y mi erección se clavaba en su vientre.
- Aah... Que pija!
La besé con toda la boca, devorando sus labios, enroscando mi lengua en la suya. Bajé al cuello y de ahí a sus pezones.
- Pará... No...
Jadeaba y se sonrojaba. Se resistía sin hacer fuerza, retoricendo su cuerpo apretado contra el mío.
Bajé mi mano a su concha, que ya soltaba jugo. Metí dos dedos lubricados y los pasé por toda la zona, frotando su clítoris suavemente, lo que le sacó un gemido suave.
- Aayy... Mmmm
Aceleré el ritmo un poco, pajeándola como mejor sabía. Ella disfrutaba con los ojos cerrados y las piernas abiertas. En cuanto la sentí temblar saqué la mano y me chupé los dedos.
- Malo. No me hagas esto...
La volví a besar con ganas. La llevé de la mano hasta el sillón grande que tenía en el living, la senté y le separé las piernas. Lo hacía todo despacio y ella se dejaba hacer. Me arrodillé frente a ella y metí mi cara enteraen su pubis. Lamí, chupé, succioné suavemente durante unos minutos hasta que ella me clavó las uñas en la nuca y empujó su cadera hacia mí en un orgasmo que fue subiendo de intensidad jasta explotar.
Me levanté y vi que había empapado la tela de su asiento, pero a ella no le importó. Atacó mi pija y se la metió toda en la boca. Chupaba con ganas y con hambre de sexo. No necesité mucho para eyacular en su boca una gran cantidad.
- Mmm cuanta leche!
- La tragaste toda?
- Obvio! Muy rica! Tenés más?
Me miraba con una sonrisa provocadora mientras lamía despacio las pocas gotas que quedaban en la punta.
- Para vos tengo mucha más!
- Entonces vení! Vamos a mi cama!
Me llevó hasta su habitación y se recostó con las piernas abiertas, con un gesto me invitó. No me hice rogar y me tiré sobre ella metiéndosela toda de una vez.
- Aaay, me la clavaste!
- Mmm me moría de ganas de cogerte!
- Cogeme Guille! Cogeme toda!
La penetraba con desesperación. Su concha estaba tan mojada que entraba en ella resbalando. Estuvimos unos pocos minutos así y sentí que iba a acabar.
- Aah aah... No aguanto...
- Esperá, todavía no!
Me puso boca arriba y me besó por todas partes, menos la pija. Me acariciaba sin tocarla, hasta que me agarró de la cara, me comió la boca y se montó encima mío. Se movía espectacularmente sin dejar de besarme. Yo la apretaba de su gran culo, obligándola a meterse hasta el fondo.
- Mmm... La tenés tan dura...
- Es que cogerte a vos es lo que más me calienta en el mundo!
- Ah sí? Te gusta cogerte a tu hermana?
- Me encanta!
- Haceme acabar Gui! Acabo de nuevoooo!
La apreté contra mí y la empecé a bombear furiosamente.
- aah ah aha ah!
- Ahora sí acabo hermanita!
- Dameláaaa!
- Aaah
- Llenamelá! Llename de lecheeee!
- Aaaaaaahh... Te amooo!
- Yo te amo a vos hermanito!
Exploté dentro de ella alcanzando un orgasmo intenso. Nos abrazamos en un gemido solo, hasta que mi pija dejó de latir y empezó a ablandarse.
Se separó de mí y me lamió todo el semen de la pija, se aseguró de dejarme seco y con una sonrisa de satisfacción se levantó.
- Me parece que nos vendría bien otra ducha. Vamos?
Salté de la cama y la seguí hasta el baño. No podía dejar de tocarla y besarla. Nos bañamos juntos jugando con nuestros cuerpos y riendo como chicos.
De a poco fuimos volviendo a la normalidad. Buscamos al peque, jugué con él, la ayudé con la cena, hasta que llegó el idiota. Cenamos, charlamos, bebimos. Mi hermana acostó a su hijo y nos quedamos los 3 tomando algo más. Tuvimos una charla sobre que esperaba yo de este viaje, sobre la diferencia entre los 2 paísesy otras estupideces que uno habla cuando está medio ebrio.
Mi hermana reía con mis comentarios graciosos y yo me derretía por ella.
Finalmente nos fuimos a acostar.
Dormí muy profundo. Me levanté ya con algo de sol para ir al baño. Al salir oí un gemido suave, ahogado. Me acerqué a la puerta de su habitación y los escuché cogiendo. Se quedó con ganas, pensé. Seguro que él no la hace gozar como yo, me dije celoso.
Me fui a la cama molesto y no me dormí más. Oía todos los ruidos que hacía el idiota antes de irse a trabajar. Me alegré al oír la puerta un rato después.
Lo que no esperaba es que apareciera ella en la entrada de la habitación con una remerita de breteles liviana y nada abajo.
- Espero que tengas algo para mí, porque estoy re caliente!
Me saqué el boxer de un tirón mientras ella arrancaba las sábanas de la cama y se ponía en cuatro.
- No puedo esperar más! Cogeme Hermanito!
- Ya mismo!
Me acerqué a su concha y comprobé con dos dedos lo mojada y abierta que la tenía. Los saqué con restos de semen del idiota. Se los metí en la boca.
- Te cogieron mal antes?
- Mmm tu leche es más rica y tu pija es más dura!
- Ah si? Quien coge mejor?
- Vos cogés mejor!
Empecé a pasarle la puntita como un pincel por su concha mojada y acabada. Se la metí solo un poco y la saqué. Ella gimió y se estremeció. Unas gotas de semen chorrearon por su pierna. Odié más al idota y me decicí a duplicar la apuesta... La iba a llenar dos veces con mi leche.
La clavé hasta el fondo y le dije al oído:
- Te voy a llenar tanto que te voy a embarazar!
- Aaay que hijo de puta que sos! Embarazarías a tu propia hermana?
- No me creés?
- Me encantaría que lo intentes! Cogeme fuerte!
La agarré de las caderas y la bombeé durísimo. Ella gemía y soltaba grititos suaves que me excitaban cada vez más. Pasé mi mano por abajo y froté su clítoris. Eso le encantó.
- Aaay siii! Me estoy volviendo loca! Voy a acabar en tu pijaaaa!
Tembló y se retorció en un fuerte orgasmo que me apretó la pija. Ese fue mi límite.
- Ahora acabo yo...
- Hacelo! Llename y decime puta!
- Te acabo adentro putaaaa! Aaaah!
Exploté con fuerza en su interior soltando chorro tras chorro de leche.
- Aaaah seeee... Como late adentro... Me la dejaste toda bien al fondo. Hablabas en serio...
Me tiré al lado suyo y ella se acostó boca arriba y levantó los pies hacia el techo.
- Así no se escapa nada. Quiero toda tu hermosa leche adentro mío.
Eso me voló la cabeza. La besé con mi lengua hasta el fondo, a lo que ella respondió agarrándome de la nuca para prolongar el beso. Cuando se me paró de vuelta, me solté y así como estaba ella empecé a meterla lento y profundo, hasta sentir tocar el fondo de su concha. Era un animal, puro deseo y excitación. No me importaba nada más que gozar de ella y darle placer... Y un hijo, si podía.
- Aaah mi amorrr! Nunca me cogieron tanto y tan bien.
Me paré al borde de la cama y la corrí hasta dejar su culo a una altura cómoda para taladrala con todo. Retomé el ritmo furioso de un adolescente apurado, entrando hasta el fondo y sacando hasta la mitad. Nuestros sexos hacían un ruido que me enloquecía. Unas embestidas después tuve que desacelerar para no acabar aun. Miré la cosa dura y encremada que era mi pija y quise más...
La saqué y apoyé la punta en su culo.
- Hermanita, quiero todo de vos...
- Querés mi culo? es tuyo, soy tuya! Pero no me mates! Andá despacio por favor!
Le solté las piernas y se las abrí bien. Me puse a jugar con su concha mientras aumentaba la presión de mi pija. La pajeaba suavemente y sentía como iba deslizándome centímetro a centímetro en ese culazo apretado. Cuando entró más o menos la mitad, tuve que clavar el resto hasta el fondo.
- Aaaaay Guiiiilleeeee... Despacito mi amor, por favor!
- Sí mi diosa, te voy a llenar toda la cola también!
- Haceme lo que quieras! Pero movete despacio.
Empecé un mete saca suave con toda adentro, sacándola un poco y volviendo al fondo.
- Ay ay ay... Así, suave que me duele... Es casi virgen mi culito. Nunca tuvo una cono la tuya!
- Lo que digas hermosa!
- Que dulce que sos! Hasta cogiéndome el orto sos un amor! Jajaja AY!
- Te dolió?
- Sí...
La saqué y miré su ojete colorado. Quería hacerla gozar, no sufrir... La ensarté en la concha de nuevo.
- Aay siiiisisisiii mucho mejoooor!
- Quiero darte placer, no dolor!
- Yo igual...
Volví a bombear lento y bien hasta el fondo. No duré mucho y se lo hice saber.
- Voy a acabar Pau!
- Pau me dice mi marido. Vos decime hermanita! O puta!
- Te lleno toda hermanita putaaa!
- Aaay sí iii iii... Bien al fondo me la dejás! Como me calienta el morboooo! Me coge mi hermano y me encanta aaah!
- Aaaahh... Te dejo hasta la última gota... Putita!
- Te amo Gui!
- Te amo hermanita!
Descansamos juntos unos minutos. Nos mirábamos y reíamos como si hubiéramos hecho una travesura secreta, como tontos, como enamorados.
Nos limpiamos y eliminamos toda evidencia de nuestro delicioso crimen e iniciamos el día con fingida normalidad. Nos salió perfecto.
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