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Vacaciones candentes. Capítulo I “Las putitas culonas”

Axel tenía los días del calendario marcados con una cruz, finalmente llegaba aquel ansiado día que tanto había estado esperando. Vería por primera vez de manera personal a su amiga Ignacia. Él y la muchacha llevaban cerca un año de amistad, se conocieron a través de un videojuego por Internet, rápidamente congeniaron y de hablar a través de chat, pasaron a las videollamadas hasta por fin poder reunirse.

El lugar en donde se iban a juntar era la casa de la muchacha, ella era rubia, tez blanca, algo gordita, sus ojos color verde, de estatura 1,75, labios delgados y finos, sus tetas eran pequeñas pero firmes y redonditas, por otra parte, su culito era lo que derretía a los hombres, una cola asesina. En personalidad era alegre, divertida algo torpe, y para Axel una buena chica, pero debajo de ese rostro angelical había una diablilla. Axel era de tez morena, de cuerpo poco atlético pero delgado, media 1,72, cabello negro, ojos cafés oscuro. Su personalidad era alegre al igual que la muchacha, ingenuo y respetuoso, ambos jóvenes tenían 19 años. 

Axel estaba muy emocionado por el encuentro, ya que tenía planeado poder disfrutar cada día al lado de Ignacia y confesarle sus sentimientos, que había estado desarrollando últimamente por ella. La reunión se presentaba en un escenario perfecto para el muchacho, ya que los padres de Ignacia estarían fuera de la ciudad por temas de trabajos, sin embargo, él ignoraba el hecho de que las hermanas de la muchacha iban a estar.

Josefina, era la hermana gemela de Ignacia, las dos por obvios motivos eran como dos gotas de aguas, solo se diferenciaban porque Josefina tenía piercing en sus pezones y suele vestirse de manera más provocativa. Ella no suele llevarse muy bien con Axel, siempre arruinaba los momentos de los dos jóvenes que se daba en videollamada, lo consideraba un estorbo y que no podía ser amigo de su hermana.

Luego esta Diana que tiene 18 años, ella a diferencia de las gemelas no era rubia sino tenía el cabello de color castaño claro, tez blanca pero algo bronceada, mide 1,70 sus ojos eran verdes como las de sus hermanas, era delgada y tenía un cuerpo trabajado, ya que práctica ballet, sus senos eran más grandes que los de las gemelas y su culito también tenía un buen tamaño y forma, pero sus hermanas le ganaban en ese aspecto. Ella era amable y muy amigable, se llevaba muy bien con Axel, incluso era la persona que Axel confiaba más, llegando a confesarle los sentimientos por Ignacia, Diana estaba dispuesto a ayudarlo, aunque eso significaría algo de dolor para ella. 

Ignacia fue a recibir a su amigo en el aeropuerto, ella vestía con un pequeño polerón rosa, que dejaba descubierto su ombligo hacia abajo, un pequeño y ajustado shorts de mezclilla, que solo hacía destacar aún más su gran cola. Ella no llevaba ropa interior debajo de estás prendas, cuando ve a Axel sale corriendo hacia él y lo abraza, el muchacho queda atónito y a la vez se sonroja, al sentir aquel abrazo de su amiga.
 
I: (Alegre) Finalmente nos hemos reunido... 

A: Ignacia... (Aún sorprendido)

La muchacha se aparta un poco de su amigo, quién se queda en blanco, las palabras no se le venían a la cabeza y no era porque estaba nervioso o algo por el estilo, simplemente no esperaba aquel recibimiento de Ignacia y menos verla vestida así. Ella algo confundida, ignorando lo que había provocado, mira fijamente la cara de su amigo.

I: ¿Sucede algo, Axel?

A: No... Solo, me sorprendiste.

I: ¿Por el abrazo? Quizás fue algo inesperado, pero me emocione mucho al verte... Perdón. (Sonríe)

A: Descuida, te entiendo yo también estaba y estoy emocionado, sin embargo, también me sorprendiste por cómo estás vestida.

I: Ah, el atuendo... Josefina me dijo que me lo colocada, para venir a recibirte...

A: (Sorprendido) ¿Josefina? ¿No viajo con tus padres?

I: Nop... Papá y mamá dijeron que no iban a vacacionar sino a trabajar. Sé que no te llevas bien con mi hermana gemela, pero no dejemos que eso nos arruine la junta.

A: No te preocupes, voy a tratar se ignorar a Josefina, después de todo también va estar Diana y ella nos puede ayudar a controlarla. 

I: Claro. 

Dándose cuenta de que Axel la miraba tanto, Ignacia se mira lentamente lo que llevaba puesto, sabía que era algo revelador, pero no esperaba llamar la atención, por lo que comenzó a darse cuenta de que había varios hombres mirándola, principalmente por sus nalgotas, ella se avergüenza y toma de la mano a Axel.

I: Es hora de que vayamos al auto, ahí continuamos hablando, ok...

A: Lo que tú digas... 

Como Ignacia iba unos centímetros más adelante, Axel baja su mirada para apreciar el culazo de su amiga, durante el tiempo que se conocían, jamás se había puesto algo así, aquello provoco que el miembro del joven se fuera levantando y poniendo duro. La muchacha sentía que las miradas hacia ella aumentaban y sabía que su amigo también tenía puesto sus ojos en su trasero, si bien ella estaba avergonzada, también le excitaba ser el centro de atención y como aquel shortcito cada vez que daba un paso, se le iba metiendo más entre sus nalgas. 

Llegando al estacionamiento, Ignacia sin darse cuenta pasa a llevar a un hombre de unos 47 años, el cual era alto, media cerca de 1,80, su cabello corto y canoso, cuerpo atlético y estaba usando un traje de color negro. Se encontraba hablando por celular y tras el choque dejo caer el maletín que sostenía con su otra mano, el hombre algo molesto, le dice que tenga más cuidado, la muchacha sintiéndose culpable, suelta la mano de su amigo, quien avanza por lo menos un metro, Ignacia recoge el maletín y el hombre deja de estar molesto cuando mira detenidamente a la jovencita, quedando anonadado por el culo de está.

I: Perdón no fue mi intención, señor. 

El hombre no sabía que responder, así que simplemente se limitó a levantar su dedo pulgar, insinuando que todo estaba bien, la muchacha se da vuelta para seguir su camino junto a su amigo, quien también se da vuelta, en eso el hombre aprovecha para continuar observando el trasero de Ignacia y la sigue hasta donde se encontraba estacionado el auto de la muchacha, como si estuviera hipnotizado. 

I: Bueno Axel, pásame tu maleta y sube al auto. 

A: ¿Estás segura? No quieres que yo ponga mi maleta en la cajuela. 

I: No te preocupes, tú eres mi invitado y es solo una maleta, tú solo súbete. 

El hombre que había seguido a los jóvenes se encontraba camuflado detrás de un auto, contemplando el culo de Ignacia, al ver que Axel se sube al auto y la muchacha se agacha para colocar la maleta en la cajuela, sale de su escondite y sin poder controlarse aprovecha que nadie lo veía, para tocarle una de las nalgas a la muchacha y susurrarle en el oído "Gracias". Ignacia al sentir aquel manoseo no se sintió asqueada, sino al contrario su excitación aumento, ella de forma picará le sonríe al hombre maduro, se acerca a la puerta del conductor, agachándose una vez más, regalándole un nuevo vistazo de su culazo al hombre maduro, al ver que esté la observa con mucho deseo, busca una excusa, para poder hablar con ese hombre. 

I: Axel, espero que no te importe, pero voy a ir al baño para orinar. 

A: ¿Quieres que te acompañe?

I: No, no es necesario, Quédate aquí esperándome, voy y vuelvo... ¿Ok?

A: Ok... (Sonríe)

Ignacia al cerrar la puerta se acerca al hombre que no sospechaba las intenciones de la jovencita, ella lo agarra de la mano y se camuflan detrás de un auto y una pared, un espacio suficiente para poder follar y que nadie los vea.

I: Señor... Usted es muy atrevido y pervertido... 

El hombre nuevamente se quedaba sin respuesta y se encontraba confundido, la muchacha le sonríe y le pregunta su nombre, él responde Oscar. 

I: Ok, don Oscar... Sé que usted me desea y es mi culpa, por andar vestida de esta manera... Así que voy a hacerme responsable, espero que no me decepcione...

Oscar no podía creer lo que pasaba, Ignacia toma las manos del hombre y las lleva directamente hacia su trasero, luego se acerca a la boca de esté y lo besa. La muchacha ya estaba muy excitada, al sentir las manos de aquel hombre extraño manoseando sus dos nalgas y su lengua jugar con la suya, provoco que Ignacia botara un pequeño chorro de sus jugos vaginales. Sintiendo el placer, comienza a flotar su vagina con el pene de Oscar, quien ya la tenía dura y lista, hace varios minutos, la joven rubia deja de besar al hombre maduro, se aparta de él, dándole la espalda, Oscar no dejaba de sorprenderse cada vez que miraba esas nalgotas, Ignacia comienza a bajarse lentamente su shortcito, entregándole un bello espectáculo al cuarentón, cuando finalmente se baja aquel shorts, dejando ver su hermoso y gran culo al aire libre, Oscar no dudo y se acercó para comerlo.

I: Ooohh... Sííí... Coma mi culito... Señor Oscaar...

O: (Tomando algo de aire) ¿Culito? Yo diría culote... Tienes un gran y hermoso culote, nena...

Oscar emocionado, besa ambas nalgas de Ignacia y vuelve a colocar su rostro entre ellas.

I: Ooohh... Mmmm... Sííí... Sigaaa Comiendo mi culoteee...

El hombre solo tomaba pausas para tomar un poco de aire, pero que no duraban más de un segundo, ya que le volvía loco aquel culazo de la jovencita rubia, quién sentía que cada vez más cerca, estaba por venir un orgasmo...

I: Oooh... Diiiiiooos... Perooo queee riicooo... Me devoraaas el cuulooo... Con muchaaasss gaanasss...

O: Qué esperabas putita... Si me tienes loco desde que te vi esta cola asesina... 

I: No pare... Que ya estoy por correrme...

Oscar, volvía a su labor de devorar aquel trozo de carne que tenía adelante de él, la muchacha gemía como loca descontrolada, sin importarle que su amigo estaba a unos metros de distancia y podía oírla o alguien podía atraparlos en plena acción, ella finalmente se corre, tras aquello, Oscar retira su rostro del culo de la jovencita, quien se da vuelta sonriendo, con más lujuria que antes. 

I: Ahora es mi turno... 

Ignacia se muerde el labio inferior y se acerca a Oscar, para desbrochar el cinturón y bajarle el pantalón y el bóxer. 

I: Vaya paquete que tiene, don Oscar.

O: Y es todo tuyo zorrita.

La polla de Oscar media cerca de 20 centímetros de largo y era bastante gruesa, ya se encontraba con semen a su alrededor, Ignacia se lambe los labios y luego lambe la cabeza del pene del hombre maduro, una vez que le limpia, comienza a mamarle lentamente la polla, con su mano izquierda sostenía el miembro de su semental, mientras que con la derecha jugaba con sus huevos. 

O: Jodeerr... Que bien la chupas, putitaa... Quiero que me la comas todaaa... 

Ignacia sentía que aquel hombre la había retado, así que tras oír aquellas palabras comenzó a introducirse más y más el pene de Oscar en su boca. No era la primera vez que se comía una polla de 20 centímetros, pero si era la primera que además de ser larga era muy gruesa, así que cuando iba por la mitad, sentía que ya no podía más, que su boca estaba muy llena, sin embargo, ella era orgullosa y quería comerse por completo aquel pollón. 

O: Oooh... En verdad, eres una puta única... Ninguna mujer antes había llegado tan lejos como tú... Solo te faltan 5 centímetros más y te la comes completa... Si quieres te puedo ayudar.

Oscar emocionado, apoya sus manos en la cabeza de Ignacia, pero está al sentir que el cuarentón la quería ayudar a completar su objetivo, apoyo sus manos en los brazos de él e hizo que retirada sus manos de su cabeza, Oscar sorprendido, vio como la rubia se terminaba de tragar toda su polla, sin haber necesitado ayuda, sin poder aguantar más, comenzó a correrse adentro de la boca de Ignacia, esta al sentir cada chorro de semen, no pudo aguantar y también se corrió.

Ambos exhaustos se miran y vuelven a besarse, nuevamente Oscar agarraba con sus dos manos las nalgas de la jovencita, ella deseaba que el hombre maduro, le partiera el culo con la esa gran polla que tenía. 

I: Señor Oscar... Ahora quiero que me coja mi culito... Perdón... Mi culote...

O: (Tomando aire) Lo que tu digas, putita.

Ignacia se da vuelta y se extiende en el suelo, levantando su enorme trasero y con sus dos manos abría las nalgas para facilitar la penetración en su ano. Oscar agarra su polla le echa un poco de su saliva y comienza a introducirla poco a poco, Ignacia al sentir la cabeza entrando gime muy alto.

I: Dioos... Pero que deliciaa...

O: Lo mismo digo... Tu culote es simplemente de otro mundo...

I: Aaahg... Y usted tiene una polla de caballooo...

O: Por suerte, no vine con mi esposa o si no, no hubiera podido coger este culotee...

I: (Ríe) Aahg... Esa cuernuda... No sospecha del placer que le estoy dando... Uuhf...

O: Sin duda... El mejor sexoo de mi vida...

I: Y con una jovencita... Aaagg...

O: Quien lo diría... Tan joven y tan puta eres...

I: Que puedo decir... Me encantaan las pollaas maduras... Aagh... Tienen más experienciaaa... Aaahg...

Ignacia, le gustaba sentir como esa polla entraba y salía de su culo, aún más porque sentía que iba entrando cada vez más profundo, ella movía con mucha energía sus caderas y ese culo, quería que la penetren por completo. Mientras tanto Axel, en el auto se encontraba preocupado por su amiga, habían pasado como 20 minutos desde que se había ido al baño, él escuchaba algunas veces un jaleo, sin sospechar que eran de Ignacia, mira su celular y le escribe a Diana.

A: Hola Diana.

Di: Hola, Axel. ¿Ya llegaste?

A: Sip.

Di: ¿Por qué tardan tanto entonces?

A: Ignacia fue al baño, ahora que recuerdo había una larga fila, para pasar a los baños.

Di: Vaya chica tonta, le salía más rápido venir a la casa. Por cierto, no logré convencer a mi papá y a mi mamá para que me lleven con Josefina. 

A: Lo sé y no importa, quizás es mejor, así me das consejos de manera más personal. 

Di: Claro, si igual quiero que seas el novio de mi hermana. 

A: Gracias, oye y Josefina ¿anda por ahí?

Di: Está durmiendo.

A: Espero que no se despierte cuando lleguemos. 

Di: Jaja... Sé que ella es pesada contigo, pero estoy segura de que es por celos de que le alejes de su gemela, después de todo siempre han estado unidas. ¿Ah, y le diste el regalo ya a mi hermana?

A: No, aún no, supongo que se lo daré cuando vuelva. 

Di: Estoy segura de que le va a encantar.

Volviendo con la parejita, Ignacia estaba completamente con el culo roto, pero continuaba moviéndose y Oscar, sentía que ya no podía más, aquella muchacha no solo le estaba dando el mejor sexo de su vida, sino que también lo estaba dejando seco.

O: Oooh... Putitaaa... Como mueves el culooo...

I: Aagh... Ahg... Oooh... Me encanta tu pollaaa...

O: Estoy por venirmeee...

I: Correteee... Aaahh... Dentro de mí... Ooh... De mi Culoteeee... 

Oscar no aguanto más y termino corriéndose, Ignacia al sentir aquel semen dentro de su ano, volvió a tener un orgasmo, los dos ya estaban completamente agotados, el hombre maduro se echó encima de la jovencita y le dio un beso más, luego de unos minutos de estar besándose, Ignacia se separa de él y se levanta, recoge su shortcito y se lo comienza a poner de nuevo, Oscar hace lo mismo con su ropa. Una vez que terminaron de vestirse, Ignacia coqueta se acerca de nuevo al hombre y le da otro apasionado beso.
 
I: Debemos repetir esto de nuevo.

O: Estoy completamente de acuerdo. 

Oscar entre sus bolsillos busca una tarjeta, cuando la encuentra se lo pasa a la muchacha.

O: Ahí tienes el número que tienes que llamarme, para que mi esposa no sospeche.
Ignacia al ver la tarjeta ríe pícaramente.

I: Así que eres doctor... Un día de estos voy a pasar por tu consulta, para que me examines mi culote... Ya que me lo dejaste adolorido...

O: (Ríe) Cuando quieras putita, voy a estar esperándote con tu polla favorita. 

Ignacia se muerde los labios, se da vuelta y se va caminando de forma muy sensual y provocativa, moviendo su gran culo, Oscar solo sonreía, no podía creer el culo que se había comido y cogido. La muchacha vuelve donde estaba su auto y se encontraba su amigo esperándola, este al observar a la joven, siente alegría, Ignacia se sienta con mucha delicadeza, después de todo su culo había sido roto, Axel con ingenuidad le dice. 

A: ¿Estaba muy larga la fila al baño?

I: Sííí... Estaba muy larga, aunque yo diría enorme, (se muerde el labio inferior de su boca, recordando el miembro del hombre maduro) muy grande y todo un dolor de culo, pero me encanto. 

Axel ignoraba a qué se refería su amiga, pensando que hablaba de la fila, no hizo ningún comentario al respecto y decidió que era el momento exacto para entregarle el regalo que le había traído. Él saca de su bolsillo de la chaqueta que llevaba puesta, una caja de unos 20 centímetros de largo y 5 de ancho, nervioso e ilusionado se lo entrega a su amiga, diciéndole que lo que había adentro era un obsequio que compro para ella, Ignacia al tomar la caja, nuevamente recuerda el miembro del maduro, si bien hace pocos minutos había dejado de follar con él, ella comenzaba a calentarse con solo recordar en el pene del hombre. 

Comienza a flotar la caja como si fuera la polla de Oscar, su lujuria aumentaba y sentía como su vagina volvía a humedecerse y se mojaba más al sentir aquel dolor de culo, porque le ardía el ano. Axel no pensaba mal, sobre su amiga y creía que, hacia aquellos gestos y muecas, porque estaba emocionada que finalmente se hayan reunido, Ignacia deja de jugar con la caja y la abre, observa que se trataba de un collar, el cual era muy bonito, por cierto.

I: Gracias por el regalo Axel, eres un muy buen amigo. (Sonríe)

A: De nada, me alegra que te haya gustado. 

La joven comienza a conducir y sale de aquel estacionamiento, en donde como una cualquiera se había entregado a un extraño, durante el trayecto para llegar a su casa, ella iba recordando en la follada que había recibido, mientras que Axel, le hablaba de diferentes cosas y cada vez que podía le decía una indirecta sobre sus sentimientos, pero la muchacha no las captaba, porque simplemente su mente no dejaba de pensar en Oscar y su gran polla. Cuando llegaron a la casa, Ignacia se bajó con delicadeza del auto y le pidió a su amigo que saque su maleta de la cajuela, esto se debía a que le dolía mucho el ano, Axel saca su maleta y luego caminan hacia la puerta principal de la casa, la muchacha toca el timbre ya que había olvidado llevar la llave de la casa, su hermana gemela abre, quien vestía con el mismo pequeño polerón, pero en vez de usar un shortcito, ella estaba con un pantalón blanco. 

J: Vaya, finalmente llegas.

I: Largo día. (La mira con una cara de picardía)

J: (Sorprendida sonríe) Luego me lo cuentas.

Axel, sentía que lo estaban ignorando, así que, con algo de miedo, interrumpe a las gemelas.

A: Hola Josefina. 

J: Ah, verdad que tú también estás aquí. (Suspira) Pasa de una vez perdedor o esperas ¿que sea amable contigo y te reciba con un abrazo y un suave pero largo beso en la mejilla?

A: No es necesario, que malgastes tus labios de princesa en un plebeyo como yo. 

Axel pasa al salón de la casa, su amiga le toma la mano y le dice que lo va a llevar a su habitación, el joven sonríe alegremente y como en el aeropuerto, Ignacia iba adelante de él, quien volvía aprovechar a mirar aquellas nalgas de su amiga. La muchacha cada vez que subía un escalón de la escalera sentía el dolor de su ano roto, el cual, con la subida, comenzaba a chorrear el semen del hombre maduro, Axel solo vio una gota recorrer en aquellas nalgas, pensaba inocentemente que se debía a transpiración.

Una vez que había terminaron de subir las escaleras, Ignacia le muestra la habitación en donde dormiría a su amigo, está estaba muy distanciada del cuarto de la muchacha, puesto que, primero se encontraba la habitación de los padres de las chicas, luego venía un baño, después la habitación donde dormiría el muchacho, posterior, venía otra habitación para los alojados, después la habitación de Diana, otro baño, el cuarto de Josefina y finalmente la habitación de Ignacia.

Axel pasa y deja su maleta, se da vuelta y alegre piensa que finalmente podría hablar con su amiga, ya que en el auto había estado muy callada, sin embargo, su deseo no sería realidad. 

I: Axel, acomódate y siéntete como en tu casa, yo voy a ir a mi habitación para cambiarme de ropa.

A: Ok... 

I: Por cierto, suelo demorarme mucho, espero que no te moleste, si quieres me esperas en la cocina donde puedes comer cualquier cosa por mientras.

A: Entiendo, ahí te espero entonces.

Ignacia le da un beso en la mejilla a su amigo y se retira, Axel cierra la puerta y se sienta en la cama, su pene estaba muy excitado, necesitaba darle aire y placer. Mientras Ignacia camina a su habitación, Josefina que miraba por las escaleras la ve pasar, cachonda sube al segundo piso sin hacer mucho ruido, sabía que su hermana se había divertido en el aeropuerto, la curiosidad de saber con quién y cómo fue, la calentaba mucho, solo deseaba que no haya sido Axel, ya que lo consideraba como una molestia que se interponía entre ella y su gemela. 

Cuando Josefina se encontraba enfrente de la puerta de la habitación de su hermana, acerca su oído a esta y escucha unos suaves gemidos, comienza a abrir lentamente la puerta. Observa que su gemela estaba completamente desnuda en su cama, masturbándose con su mano. Ignacia estaba con sus ojos cerrados, recordando cada centímetro del pollón que se había comido, con su boca y su culito, entre tanto placer, sintió que alguien subía en su cama, abriendo sus ojos, se da cuenta que era su hermana, al verla le sonríe coquetamente.

I: Gracias...

J: Te dije que ese atuendo era ideal, aunque tú no querías usarlo y por eso me vi obligada a esconder toda tu otra ropa.

I: Por eso, ya te di las gracias.

J: No solo quiero oír eso, quiero que me digas por qué la sonrisa de satisfacción, quiero cada detalle.

I: En resumen, volví loco a cada hombre que estaba en el aeropuerto, al principio no tome atención a sus miradas, porque solo quería ver a Axel, pero luego de que él llego y no apartaba su mirada de mí, comencé a darme cuenta de las miradas de los demás, lo cual me avergonzó, pero al mismo tiempo me gustaba aquellas miradas llenas de lujuria.

J: Lo sé hermana, lo puta está en nuestro ADN... Solo dime que no te follaste al idiota de tu amiguito.

I: Al principio quería hacerlo, porque me miraba el culo con tantas ganas, que estaba dispuesta a entregárselo y ver que tal es su polla, pero cuando estábamos en el estacionamiento, con tanta excitación no me di cuenta y pase a llevar a un hombre, esté se enojó al principio, pero luego de mirarme bien, quedo como los demás, tonto y lleno de deseo. Me siguió hasta donde tenía el auto estacionado y cuando estaba metiendo la maleta de mi querido amigo, él se atrevió a manosearme, tú sabes de mi debilidad por los maduros, así que no lo dude, si aquel hombre tuvo el valor de tocarme el culo, lo merecía como premio.

J: Uuuff... ¿Y cómo estaba?

I: Era muy guapo, con buen cuerpo, inevitable que no me volviera loca por él.

J: ¿Y su polla?

I: Juzga por ti misma hermanita... 

Ignacia se daba vuelta mostrando su culo roto y con el semen de Oscar aun saliendo, Josefina excitada, se comienza a masturbar y limpiar con su lengua el culo de su gemela.

I: Tenía una vergotaa... Una muy grande y me la comí con mi boquita y mi culito... Perdón, culote como él decía...

Josefina estaba muy caliente por oír la historia a su hermana, está por su parte su cachondez se debía a que no podía dejar de pensar en esa polla, además que su gemela le estaba limpiando el semen que salía de su ano adolorido, Ignacia le cuenta cada detalle a su hermana y cómo aquel hombre maduro le rompió el culo y casi se ahoga con ese enorme miembro en su boca, finalmente las dos llegan a su límite y tienen un gran orgasmo en forma simultánea. 

Axel se encontraba en la cocina, tomando un vaso de jugo y comiendo un pan, en eso llega Diana y se dirige dónde estaba el joven, ella iba vestida con una blusa corta de color roja, dejando descubierto sus hombros y su cinturita, un jeans muy apegado, unos tacones y una pequeña mochila de color azul, iba acompañada de una amiga, la cual era muy buenamoza también, de estatura era 1,67, su cabello era rojo anaranjado, su piel era blanca como la nieve, sus ojos color café claro, tenía unas pequitas en su rostro que la hacían ver más atractiva, su figura era muy similar a la de Diana, excepto por el tamaño de sus senos, los cuales eran muy grandes. Ella iba vestida en ese momento con un vestido a crochet, que no cubría sus hombros y parecía ser sujetado por sus grandes tetas. 

Axel al ver a ambas, queda a boca abierta, fijando su mirada en las tetas de la amiga de Diana, está al verlo sonríe y se acerca para abrazar y darle un beso en la mejilla al muchacho, a ella le alegraba mucho poder verlo físicamente.

Di: Es un agrado poder abrazarte finalmente.

A: (Tragando saliva) Tu piel es más suave de lo que pensaba. 

Di: (Ríe) Gracias por ese comentario, por cierto, está bella chica que me acompaña es mi amiga Alessandra.
 
Alessandra, era una muchacha algo friki y otaku, también le gustaba los videojuegos, era alegre, algo descuidada y pervertida. Ella practicaba ballet como Diana, pero su verdadera vocación era ser fotógrafa, a pesar de ser muy joven, tenía un gran talento para tomar fotografía y siempre andaba con una cámara, en ese momento Diana la tenía guardada en su pequeña mochila.
Axel, aún maravillado por las tetas de Alessandra, sonríe y la mira con cara de atolondrado. 

A: Hola... Alessandra...

La muchacha sonríe, se acerca al joven y le da un abrazo también, Axel se sentía perdido entre esos grandes y blancos senos, su pene comenzaba a ponerse muy duro, a pesar de que hace muy poco se había masturbado en la habitación donde iba a dormir.

Al: Hola, un gusto de conocerte Axel. 

La joven tetona se separa de Axel, quien ya se encontraba excitado y su rostro sonrojado, Diana sabía porque tenía el rostro así el muchacho, así que celosa, se pone adelante de Alessandra, tapándola, haciendo que los ojos de Axel, solo se concentren en ella. 

Di: ¿Cómo has estado? ¿Y en dónde está mi hermana?

A: (Volviendo a la normalidad) Bien, estoy bien, algo cansado, pero bien... Ignacia, está en su cuarto, supongo que descansando. 

Di: Claro, tiene sentido, después de todo tardaron mucho en el aeropuerto. 

Alessandra se sentaba en una de las sillas y Axel en vez en cuando desviaba su mirada hacia ella.

A: Sí, demoramos mucho.

Di: ¿Y al final le diste su obsequio?

A: Sí.

Di: ¿Y qué dijo? Le gusto ¿verdad?

A: Sí, le encanto y me dio las gracias, sin embargo... Creo que no le gustó tanto como dijo, siento que simplemente afirmó aquello para que no me desanime y me sienta mal. 

Di: Quizás no fue en el momento oportuno, pero estoy segura de que lo va a valorar después. 

Al: ¿Qué clase de regalo fue?

A: Un collar.

Di: Y hay que ser muy tonta, para no valorar un collar de esa clase.

Al: ¿Es muy bonito?

Di: Sin duda alguna. 

A: ¿Y qué consejo me pueden dar?

😨 Yo creo que lo mejor sería que te relajes y cuando tenga tiempo a solas, hablen y disfruten un momento juntos.

Al: Yo opino lo mismo, el primer paso inicia con una conversación.

Mientras Axel se encontraba con las dos muchachas, Ignacia descansaba en su cama, finalmente estaba completamente agotada, Josefina se levanta y deja a su hermana durmiendo, se va a su cuarto y se cambia de ropa. Se saca aquel pequeño polerón y el pantalón que llevaba, después se quita su tanga de hilo que tenía puesta, busca en su mueble un bikini. Elije uno muy pequeño y ajustado de color verde claro, sus pezones estaban duros, se mira en el espejo que tenía y se coloca el bikini.

Josefina baja y observa en la cocina a su hermana Diana, a Alessandra y a Axel, ella sabía que su gemela le había dicho al muchacho que se juntaran después, con cara de capricho sonríe, observa que Axel desvía ligeramente su mirada hacia donde ella estaba, el joven no sabía si era su amiga o Josefina, está aprovecha para levantar su mano derecha y le hace el gesto que lo acompañe en la piscina. 

A: Bueno chicas, las dejo. 

Di: ¿A dónde vas?

A: Hablar con Ignacia. 

Al: Suerte, amigo. 

A: Gracias. 

Axel se va hacia la piscina, Diana invita a Alessandra a ir a su cuarto, Josefina se encontraba extendida boca abajo, esperando que el muchacho haya caído en su trampa, mientras lo hacía pensaba, "Jamás me ha agradado este fulano, pero estoy tan caliente que quiero divertirme un rato... No voy a dejar que me coja, solo quiero provocarlo, dejare que me toque y también que me diga que intenciones tiene con la Nacha y después humillarlo".

Axel llega y al ver la figura de la joven extendida, mostrando aquellas grandes nalgas que prácticamente parecía estar desnuda, vuelve a sentir calentura, se acerca.

A: Te ves guapa con ese bikini, Ignacia.

J: Gracias.

Josefina en su interior se reía, no podía creer lo ingenuo que era el muchacho.

J: Oye, sé que no hemos hablado mucho hoy... Pero este momento a solas es perfecto... Espero que Diana y su amiga no nos molesten y Jose, siga durmiendo...

A: También espero lo mismo.

El muchacho no dejaba de apreciar la figura que tenía adelante de él, además Josefina, movía lentamente, pero a la vez de forma provocativa su trasero, ella agarra un frasco de bloqueador que había llevado, mira a Axel y en un tono coqueto dice. 

J: Axel... ¿Puedes ayudarme a poner bloqueador?

El muchacho ya no pensaba con la cabeza, y la calentura subía más con el solo hecho de saber que podría tocar aquel maravilloso cuerpo de su amiga, la mujer que le atraía y deseaba conquistar, además de querer cogérsela.

A: Claro, no tengo problema en eso. 

Ella le pasa el bloqueador, Axel se vierte un poco en sus manos, Josefina disfrutando de la situación, quería calentar aún más a Axel y así poder hacer que le confiese los sentimientos por Ignacia. 

J: Inicia con mis pies y luego sube lentamente por mi cuerpo, ¿ok?

A: Ok...

Axel se agacha, su rostro no estaba tan lejos de aquel culazo, su respiración aumentaba y comienza a colocarle el bloqueador. Josefina sabía que debía hacer, y tras sentir las manos de Axel en sus pies, hace un pequeño pero sensual gemido, que solo provoca más al muchacho, vuelve a colocarse bloqueador en las manos y comienza a flotarlas por las piernas de la muchacha, quien, aunque no quería aceptar, también se estaba excitando por el manoseo del joven. 

Axel simplemente deseaba terminar con las piernas y pasar a la parte que más lo volvía loco, sus ojos ya lo visualizaban. 

A: Que suaves son tus piernas. 

J: Gracias... Y tus manos son una delicia, si quieres, ya puedes pasar al otro lugar. 

Tras escuchar eso, el muchacho no lo piensa dos veces y se coloca bloqueador en sus manos, su corazón latía muy rápido, y poco a poco fue acercando sus manos en aquel culo. Finalmente lo tocaba y aquello no hizo que excitarlo más, disfrutaba estar masajeando aquel trasero, sus manos parecían ir perdiéndose entre las nalgas, Josefina intuyo que era un momento perfecto para ir sacándole la verdad al muchacho.

J: Axel... ¿Te gusta mi culito?

A: Sí... Me gusta mucho, Ignacia.
 
J: Yo pensaba que no te gustaba. 

A: ¿Por qué pensabas eso?

J: Porque jamás habías hecho un comentario sobre mi culito.

A: No quería que me veas como un pervertido, pero me vuelve loco tu culito...

J: Aaah... Como estamos siendo sinceros, me puedes decir, ¿qué es lo que te gusta de mi culito?

A: La forma provocativa que tiene, lo suave y lo grande que es... Simplemente es perfecto, Ignacia...
Josefina movía de nuevo su trasero, provocando que algunos de los dedos de Axel, se metan entre sus nalgas. 

J: Sigue así... Me encanta, pero me gustaría que te sientes sobre mis piernas. 

A: (Confundido) ¿Por qué?

J: Solo hazlo... Por favor...

Axel le hace caso, sentándose suavemente en las piernas de la muchacha, quien, al sentirlo, vuelve a mover su trasero hacia atrás, rozando un poco el miembro erecto del joven, ella sintió que era un bulto grande. Aquello lo hizo sonreír, era la señal, Axel estaba totalmente en sus manos y de seguro dejaría salir sus verdaderos sentimientos. 

J: Axel, ¿y te gusto cómo fui vestida a buscarte?

A: Me encanto... Te veías tan sensual y tu culito se llevaba todas las miradas...

J: Ay, gracias por ese comentario, Axel... Pero… Puedes decirme ¿qué te provoco?

El muchacho pensaba que era el momento de ser sincero, le estaba preguntando lo que sentía por ella, no sabía si se iba a presentar otra oportunidad y Diana le había dicho anteriormente, que cuando Ignacia le pregunte sobre aquello, él debía ser sincero.

A: Ignacia... Yo te amo... Y verte así solo me calienta... Me gustaría tener sexo contigo, pero soy virgen y no sé cuándo es o va a ser el momento exacto. 

Josefina al oír la confesión de Axel, sonríe de manera burlesca, se levanta lentamente, al hacerlo su culo se apegó mucho en el pene de Axel, el contacto le encanto, así que su idea de burlarse del joven y humillarlo, cambio, ahora quería jugar con él y saber el tamaño exacto de aquella polla.

J: Es una lástima que Nacha no haya escuchado la confesión de tus sentimientos.
 
A: (Confundido) ¿Cómo? ¿A qué te refieres?

El joven en su interior comenzó a sentir miedo y susto, ya que se planteaba que tal vez con quien había estado todo este rato, era nada más que la gemela de su querida amiga, Josefina se desabrocha la parte superior del bikini, lo deja caer y se da vuelta sonriendo, Axel confirmando lo peor, al ver aquellos pezones con piercing, retrocede sintiéndose avergonzado y angustiado. 
A: Josefina...

Un frio recorre el cuerpo de Axel, pensando que ahora Josefina solo iba a chantajearlo y haría que se aleje definitivamente de Ignacia. Pero ¿cuál sería el nuevo plan de Josefina? Y qué hará Axel cuando se entere que su querida Ignacia es una putita que ama las pollas maduras.

Espero que le haya gustado y dejen sus comentarios, tratare de ir continuando lo más rápido posible esta historia, al igual que la que subí hace unos días atrás. 

3 comentarios - Vacaciones candentes. Capítulo I “Las putitas culonas”

Lucifer001
Seguí lo que está de 10 Bro, muy buen relato