Ahà andaba yo, eran 8:50 am y llegaba súper tarde a mi primera clase de la mañana, el metro estaba a reventar, aproximadamente entraban unas 100 o más personas a un solo vagón, afortunadamente dividÃan todo el tren, la mitad era para mujeres y niños y los otros hombres, yo sin dudarlo me metà al vagón solo para mujeres, me excitaba la idea de convivir con muchos hombres a mi alrededor, pero como dije llegaba tarde y no querÃa algún percance más.
Fui la primera en subirme y en irme directamente a una esquina, detrás de mà venÃan 10 chicas más, entre ellas una que con solo mirarla te intimidaba hasta la última célula, tenÃa un cuerpo tosco, mostraba unas tetas enormes, se notaba que solo traÃa su playera ya que se le notaban sus pezones duros, también tenÃa un culo enorme muy redondo ocultado bajo un short negro corto, si se trataba de chicas tanto culos y tetas grandes me volvÃan loca, también tenÃa un brazo lleno de tatuajes, en su labio tenÃa un pirsin, se veÃa excitante, no niego que me mordà el labio cuando la vi, de tanto pensar en cómo serÃa tener un rico sexo con ella no me habÃa percatado que se habÃa puesto de mi lado, me puse muy nerviosa pues a pesar de su aspecto rudo, me llegaba un olor a su perfume un poco dulce.
Pronto el vagón se fue llenando más asà que la cercanÃa con ella fue más corta, yo me puse de espalda ya que tenÃa que sacar algo de mi mochila, pero no podÃa por la cantidad enorme de chicas que habÃan, estaba buscando cuando de repente siento como en un segundo se frenó muy seco el metro hasta que todas llegaron a empujarse, asà que sentà una mano en mi cintura y un pelvis en mi culo, yo me quedé sorprendida pues la mano en mi cintura me apretaba más contra esa persona, mientras todas se reacomodaban y pedÃan perdón por el percance yo seguÃa sin moverme y al parecer a esa persona le pareció seguir en esa misma posición pero con la diferencia que comenzaba a subir la mano a una de mis tetas lentamente, mientras que frotaba su pubis en mi culo, cada vez que lo hacÃa subÃa más mi falda (Justamente ese dÃa se me ocurrió llevar falda), yo solo mordÃa mi labio, estaba calentándome hasta la mierda, pero sabÃa que estaba mal y sabÃa que habÃa un ojo chismoso viéndonos.
Trate de recobrarme, pero lo único que logre fue que ella me empujara más a la esquina, sà que tenÃa fuerza la chica y de ahà llegue a la conclusión que esa chica era la que habÃa visto, la ruda esa.
No sabÃa a donde iba a llegar esto, estaba comenzando a temblar de los nervios y excitación, su mano apretó mi teta derecha y empezó a jugar con ella, esa y el chuparme bien la vagina eran una de mis mayores debilidades, asà que me rendÃ, ella se acomodó bien y de paso a mà también, levanto más mi culo a su dirección y empezó otra vez con el movimiento de su pubis, mientras que con su otra mano tocaba por debajo de mis bragas.
Sentà como se acercó a mà y sin más me dijo:
—Te daré unas palmadas en esa vaginita mojada que tienes y quiero escucharte gemir, entendiste perrita? —Yo me sorprendÃ, sabÃa que si lo hacÃa alguna escucharÃa y apretarÃa el botón de auxilio, no querÃa hacerlo, pero me excitaba esa idea, sin una respuesta, ella con toda su grande mano apretó con fuerza toda mi vagina y yo saque un suspiro, asustada, trate de mirar, pero todas estaban en sus problemas, fijándome en la estación que estábamos, faltaban 5 para que todos se bajaran y 2 más y bajaba yo.
Ella volvió hablarme, pero esta vez con voz autoritaria, demandante, que hacÃa que tu cuerpo temblara:
—Vamos puta, nadie te escuchara, solo yo. Quiero escucharte gemir como lo zorrita que eres, PERO YA —Lo último me lo habÃa gritado al oÃdo, yo solo asentà nerviosa, ella paso un dedo sobre mis labios exteriores, se metió y comenzó a jugar con mi clÃtoris y en un rápido movimiento dio la palmada de manera brusca, yo di un grito pequeño, pero empuje más mi culo hacia ella, al parecer le gusto ya que su pubis empujo mi culo como que simulando que tenÃa un pene y me lo metÃa, asà estaba todo, la chica me daba palmadas, yo pegaba más mi culo, ella juntaba más su pubis.
Estaba tan mojada, tenÃa calor, sudaba la gota gorda, agradecÃa que el metro estuviera parado en una estación, asà tendrÃa más tiempo pues solo me faltaban 3 estaciones para llegar, después de tantas palmadas ella volteo mi cuerpo, quedamos frente a frente, me volvió a empujar contra la esquina y me beso, agarro mi cintura, bajo sus manos a mi culo y me acerco más a ella, mis manos agarraban y jalaban su cabello, mis caderas se frotaban contra ella, querÃa que sintiera cuán mojada estaba por ella, ella mordÃa mi cuello, su mano la puso en mi vagina, hizo un lado mis bragas y metió rápido un dedo, lo metió tan fuerte que yo tuve que gritar en su oÃdo.
Me follo con su dedo y lo hacÃa jodidamente bien, hasta que ella, sintiendo que me iba a correr, se puso de rodillas, me abrió las piernas y comenzó a acariciarme con su lengua mi clÃtoris rápidamente sin dejar de mover su dedo, yo agarre su cabeza y ahà fue cuando explote, mi respiración era entre cortada, me valÃa una mierda si nos mandaban a la cárcel por exhibirnos, tuve un orgasmo increÃble, con una chica que sabÃa lo que hacÃa.
Yo temblando, estaba a punto de caerme, hasta que ella me agarro de la cintura, me acerco hacia ella, me sonrió y me dijo: "Vamos hermosa, ya te hice gozar a ti, ahora me tienes que devolver el favor."
Fui la primera en subirme y en irme directamente a una esquina, detrás de mà venÃan 10 chicas más, entre ellas una que con solo mirarla te intimidaba hasta la última célula, tenÃa un cuerpo tosco, mostraba unas tetas enormes, se notaba que solo traÃa su playera ya que se le notaban sus pezones duros, también tenÃa un culo enorme muy redondo ocultado bajo un short negro corto, si se trataba de chicas tanto culos y tetas grandes me volvÃan loca, también tenÃa un brazo lleno de tatuajes, en su labio tenÃa un pirsin, se veÃa excitante, no niego que me mordà el labio cuando la vi, de tanto pensar en cómo serÃa tener un rico sexo con ella no me habÃa percatado que se habÃa puesto de mi lado, me puse muy nerviosa pues a pesar de su aspecto rudo, me llegaba un olor a su perfume un poco dulce.
Pronto el vagón se fue llenando más asà que la cercanÃa con ella fue más corta, yo me puse de espalda ya que tenÃa que sacar algo de mi mochila, pero no podÃa por la cantidad enorme de chicas que habÃan, estaba buscando cuando de repente siento como en un segundo se frenó muy seco el metro hasta que todas llegaron a empujarse, asà que sentà una mano en mi cintura y un pelvis en mi culo, yo me quedé sorprendida pues la mano en mi cintura me apretaba más contra esa persona, mientras todas se reacomodaban y pedÃan perdón por el percance yo seguÃa sin moverme y al parecer a esa persona le pareció seguir en esa misma posición pero con la diferencia que comenzaba a subir la mano a una de mis tetas lentamente, mientras que frotaba su pubis en mi culo, cada vez que lo hacÃa subÃa más mi falda (Justamente ese dÃa se me ocurrió llevar falda), yo solo mordÃa mi labio, estaba calentándome hasta la mierda, pero sabÃa que estaba mal y sabÃa que habÃa un ojo chismoso viéndonos.
Trate de recobrarme, pero lo único que logre fue que ella me empujara más a la esquina, sà que tenÃa fuerza la chica y de ahà llegue a la conclusión que esa chica era la que habÃa visto, la ruda esa.
No sabÃa a donde iba a llegar esto, estaba comenzando a temblar de los nervios y excitación, su mano apretó mi teta derecha y empezó a jugar con ella, esa y el chuparme bien la vagina eran una de mis mayores debilidades, asà que me rendÃ, ella se acomodó bien y de paso a mà también, levanto más mi culo a su dirección y empezó otra vez con el movimiento de su pubis, mientras que con su otra mano tocaba por debajo de mis bragas.
Sentà como se acercó a mà y sin más me dijo:
—Te daré unas palmadas en esa vaginita mojada que tienes y quiero escucharte gemir, entendiste perrita? —Yo me sorprendÃ, sabÃa que si lo hacÃa alguna escucharÃa y apretarÃa el botón de auxilio, no querÃa hacerlo, pero me excitaba esa idea, sin una respuesta, ella con toda su grande mano apretó con fuerza toda mi vagina y yo saque un suspiro, asustada, trate de mirar, pero todas estaban en sus problemas, fijándome en la estación que estábamos, faltaban 5 para que todos se bajaran y 2 más y bajaba yo.
Ella volvió hablarme, pero esta vez con voz autoritaria, demandante, que hacÃa que tu cuerpo temblara:
—Vamos puta, nadie te escuchara, solo yo. Quiero escucharte gemir como lo zorrita que eres, PERO YA —Lo último me lo habÃa gritado al oÃdo, yo solo asentà nerviosa, ella paso un dedo sobre mis labios exteriores, se metió y comenzó a jugar con mi clÃtoris y en un rápido movimiento dio la palmada de manera brusca, yo di un grito pequeño, pero empuje más mi culo hacia ella, al parecer le gusto ya que su pubis empujo mi culo como que simulando que tenÃa un pene y me lo metÃa, asà estaba todo, la chica me daba palmadas, yo pegaba más mi culo, ella juntaba más su pubis.
Estaba tan mojada, tenÃa calor, sudaba la gota gorda, agradecÃa que el metro estuviera parado en una estación, asà tendrÃa más tiempo pues solo me faltaban 3 estaciones para llegar, después de tantas palmadas ella volteo mi cuerpo, quedamos frente a frente, me volvió a empujar contra la esquina y me beso, agarro mi cintura, bajo sus manos a mi culo y me acerco más a ella, mis manos agarraban y jalaban su cabello, mis caderas se frotaban contra ella, querÃa que sintiera cuán mojada estaba por ella, ella mordÃa mi cuello, su mano la puso en mi vagina, hizo un lado mis bragas y metió rápido un dedo, lo metió tan fuerte que yo tuve que gritar en su oÃdo.
Me follo con su dedo y lo hacÃa jodidamente bien, hasta que ella, sintiendo que me iba a correr, se puso de rodillas, me abrió las piernas y comenzó a acariciarme con su lengua mi clÃtoris rápidamente sin dejar de mover su dedo, yo agarre su cabeza y ahà fue cuando explote, mi respiración era entre cortada, me valÃa una mierda si nos mandaban a la cárcel por exhibirnos, tuve un orgasmo increÃble, con una chica que sabÃa lo que hacÃa.
Yo temblando, estaba a punto de caerme, hasta que ella me agarro de la cintura, me acerco hacia ella, me sonrió y me dijo: "Vamos hermosa, ya te hice gozar a ti, ahora me tienes que devolver el favor."
2 comentarios - La chica del metro