El sábado por la noche había quedado con un amigo para ir alcine. Hacía dos semanas que se había estrenado la secuela de Creed y nohabíamos podido coincidir nunca para ir a verla. Pero ese sábado nos ocupamosambos de tenerlo libre para poder ir y después tomar algo en algún bar cerca.
Damián era un compañero de trabajo 3 años más chico que yo, habíaingresado a la empresa donde trabajaba hacía poco más de un año y me tocó a mícapacitarlo y guiarlo en el cliente donde estábamos asignados. Era hincha de Bocaigual que yo, le gustaba el cine, hacer deporte y las series de cienciaficción, así que después de un año de trabajar todos los días juntos noshicimos buenos amigos.
Si bien coincidíamos en muchas cosas, como nuestro gusto porlas películas y la cultura pop en general, había ciertas partes de su vida y suforma de ver las cosas que no coincidían demasiado con mi manera de pensar. Porejemplo, yo siempre fui de tener relaciones estables e incluso en mis épocas desoltería no solía salir con alguien nuevo mientras veía a alguien más. Damián encambio nunca fue de estar de novio, siempre salía con varias personas a la vezy le molestaba el concepto de estar en una relación seria. Lo más cerca de esoque lo había visto era su actual situación con Natalia, una chica con la que seveían desde hace más de dos meses, todas las semanas. Si bien él insistía conque no era su novia, las veces que me la había cruzado me daba la claraimpresión de que ella no se sentía igual. Dormían juntos un par de veces a lasemana, salían a cenar o al cine. Incluso la había traído a varios afters de laempresa.
No entendía por que no quería tenerla como novia, Nati eraun chica super divertida, buena onda e independiente, tenía su propio auto,departamento y como frutilla del postre estaba muy buena. No era de esas chicasque al verla decís “es linda” anda más, la descripción que mejor le quedaba eraque estaba buena. Lo primero que notabas era su cuerpo, su cara no era fea, nicerca de serlo, pero tenía un cuerpo que destacaba en todos los niveles. Buenacola, cinturita trabajada y un pecho firme y grande que encajaba perfecto conel resto de su figura.
Quizás fueran otras cosas en las que Damián se enfocaba, cosas que evitaban queNatalia se viera como una novia ideal a sus ojos, pero a mi entender más quenada era su fobia a sentirse atrapado.
Ese sábado habíamos quedado encontrarnos en un centrocomercial de Zona Norte. Ambos siempre fuimos muy quisquillosos con las salasde cine que elegíamos. No nos gustaban los cines con pantallas chicas o sillasincómodas, entonces solíamos ir a ese por más que fuera un poco más lejos.
Nos encontramos 40 minutos antes de la hora de la función yfuimos a sacar las entradas. Decidimos hacer algo de tiempo yendo a jugar alpool que estaba cerca de las salas de cines, cruzando el patio de comidas quelos separaba.
Apenas entramos a la zona de las mesas, me sorprendió ungolpecito en mi hombro derecho que me hizo darme vuelta un poco sobresaltado.
- Primito! – me dijo Valeria con unasonrisa mientras me abrazaba y me saludaba con un beso
- Hola! Que haces por acá? – pregunté muysorprendido de verla en ese lugar.
- Lau vive acá cerca y teníamos ganas de ir alcine – dijo mientras daba un paso al costado y me señalaba a la chica quela acompañaba – Lau, mi primo, primito, Lau – nos presentó. Tenía esacostumbre de siempre decirme “Primo”, “Primito”, nunca me molestó por que yosolía hacer lo mismo.
- Hola! Cómo estas? – La saludé con un besoy les presenté a Damián – El es Damián, laburamos juntos en la empresa.
Damián saludó a ambas con un beso y les preguntó que teníanpensado ir a ver.
- Después de un poco de trabajo, convencí a laprima de tu amigo de ir a ver la secuela de Creed. No tiene muchas ganas se ve,pero al menos la sala estaba bastante vacía así que pudimos elegir buenoslugares – contestó Lau.
- La función dentro de media hora? –preguntó Damián.
- - Si, esa! – contestó enfática Vale – ustedesvan a la misma? En que fila sacaron?
- Como siempre, en estas salas lo mejor esestar atrás de todo que es más alto y...
- Quedás con la pantalla a la mitad de los ojosy no te hace doler el cuello – me interrumpió mi prima – Vos y tuscaprichitos – se rió.
- Tiene razón! – la cortó Laura – Yosiempre te digo lo mismo de este cine, por eso sacamos también en la últimafila. Además acá las butacas se pueden reclinar un poco y al no tener nadieatrás la última fila es la mejor para eso. Estás re cómoda.
- Totalmente! – coincidí.
Me había agarrado por sorpresa pero a Laura claramente legustaba ir al cine y compartía mis gustos por esos pequeños detalles. Le sonreímientras coincidía con ella y me devolvió la sonrisa cómplice mientras Valeriahacía un gesto de fastidio, burlándose de nosotros.
Decidimos alquilar una mesa de pool por media hora entre los4 y jugar en equipos.
Aproveché un poco ese tiempo para conocer un poco a Laura.
Era una compañera de facultad de mi prima, unos 3 años másgrande. Estaban cursando desde principio de año juntas después de que elladecidiera cambiar de carrera. Era linda piba. Un poco más alta que Vale,seguramente un par de centímetros más baja que yo, aunque era difícil deadivinar con las botas que tenía puestas.
Tenía una minifalda de jean y una blusa blanca super ampliay escotada, era imposible no desviar la mirada.
Mientras yo me tomaba el tiempo de conocer a Laura, Damiánhizo lo mismo con Valeria. Hasta hizo el típico movimiento de “enseñarle” comoagarrar el taco de pool. Totalmente innecesario, por que Vale en la casa de lospadres siempre tuvo una mesa, así que jugaba mejor que cualquiera de nosotrossin esfuerzo alguno. Algo que siempre le gustó echarme en cara.
Mi prima tenía puesto un vestidito bien al cuerpo que leresaltaba sus atributos muy bien. Terminaba a medio camino entre su cola y lasrodillas y tenía un escote corto pero al tener claramente un corpiño de esospush-up, le quedaba genial. Traté de disimular cada vez que la miraba pero a lavez algo en mí no me quería hacer perder ningún detalle.
Cuando llegó la hora de ir a la sala devolvimos el set debolas y tizas que nos habían dado en una caja y encaramos para la entrada delcine.
Nuestros asientos no estaban todos pegados, pero por la cantidad de gente quehabía cuando entramos en la sala, decidimos ponernos todos juntos en la últimafila en el centro.
Vale pasó primera entre la fila de asientos y Damián se metió rápidamentedespués de ella. Cosa que no me cayó muy bien, no fue nada sutil. Dejé que Laupasara después de él y yo la seguí.
Durante los 15 minutos de avances y publicidades Damián yValeria se la pasaron cuchicheando y riéndose. Yo trataba de seguir loscomentarios que me hacía Laura sobre la sala o alguno de los trailers quepasaban. Teníamos gustos parecidos en cuando a las películas, era una chicainteresante. El problema es que cada vez que la miraba, veía detrás de ella aValeria riéndose con Damián cuando él le decía algo al oído o tocándole elbrazo mientras se reía. En un par de ocasiones nuestras miradas se cruzaron. Yoseguramente no tenía la cara más amistosa del mundo, la situación no me era deltodo cómoda. Ella en cambio me miraba sonriente y con sus ojos clavados en losmíos, como analizando mi reacción a todo esto. O eso me pareció.
La película pasó sin situaciones que valgan la penacomentar. A mi no me gustaba cuando las personas hablaban en el cine. Laura sesentía de la misma forma, así que fuera de algún intercambio de sonrisas, loúnico que desencajaba era cuando se escuchaba un cuchicheo entre mi prima y miamigo.
Cuando salimos del cine decidimos ir a un bar los 4 y seguirla charla ahí. Por suerte había un lugar con buena birra a un par de cuadras,así que dejamos los autos en el estacionamiento del centro comercial y nos fuimoscaminando.
Cerveza va, cerveza viene, nos la pasamos riendo y hablandode todo un poco. Estábamos en un box, Dami con Vale de un lado y yo con Lau delotro. Mi amigo no perdía oportunidad de tirarle cumplidos a mi prima y ellaaceptaba todos los comentarios haciéndose la tonta. Le sonreía y le seguía eljuego. Me dispuse a no prestarle atención a esas cosas, por que me estabanmolestando, así que dediqué mi atención a Laura, le hacía preguntas y lehablaba solo a ella en algunas ocasiones. La música del bar estaba bastantealta, así que hablar entre los cuatro resultaba un poco cansador, teníamos queestar prácticamente gritando.
Hacía rato que no salía con alguien que me resultara tan interesante como meestaba resultando esta chica. Ella parecía sentir lo mismo por que empezó atocarme el brazo cuando se reía o apoyar su mano en mi pecho cuando le tirabaalgún comentario que le provocaba una carcajada. La verdad, lo estaba pasandomuy bien, hasta que de golpe algo me empezó a molestar.
Valeria había dejado su mano sobre la mesa, justo encima de la de Damián y élhabía pasado su brazo por encima de los hombros de ella, mientras seguíanhablando. Pero ahora, cada vez que Valeria se inclinaba a decirle algo al oído,me miraba a mí fijo a los ojos. Cada vez que Damián se acercaba a ella, hacíalo mismo. Me miraba fijo y divertida. Toda esa situación me hizo sentir másmolesto. Sentía que me estaba provocando y lo peor de todo es que lo estabalogrando. Me estaban dando celos que ella se comportara de esa forma con miamigo.
Fue una pendejada de mi parte pero empecé a hacer lo mismo, me empecé a acercarmás a Laura y pasé mi brazo por atrás de ella de la misma forma que Damiánhabía hecho con mi prima. Con cada uno de estos movimientos, miraba fijo a losojos de mi primita del otro lado de la mesa. Por la cara que había puestoparece que no le gustó mucho que le siguiera el juego. Era una pequeñacompetencia, a ver quién llegaba más lejos, o al menos así parecía.
Cuando vi la mano de Damián perderse debajo de la mesa, sabía que el destinofinal era la pierna de mi prima. La rabia me estaba carcomiendo. Yo hice lomismo con Laura, que en ningún momento desapreció el gesto. Todo lo contrario,me sonrió y sentí que se acercaba a mi para darme un beso.
- Creo que ya nos tendríamos que ir yendo –dijo de golpe Valeria con un tono bastante serio
- Tan temprano? Pidamos otra! – Le contestósu amiga que claramente no estaba de acuerdo en terminar la noche tan temprano.
- Si! Pidamos otra! – respondí yo, mirandoprimero a Laura con una sonrisa que me correspondió y después a mi primaintentando desafiarla.
- No, yo ya estoy bien, prefiero irme a casa– contesto sin intención alguna de negociar y mirándome con lo que parecía serun poco de enojo.
- Yo también estoy cansado! Me parece quetambién me voy a ir yendo – dijo mi amigo de golpe. – Querés que telleve?
Mi corazón dio un vuelco. Había escuchado mil veces el“querés que te lleve?” de Damián. Siempre venía seguido de una charla hasta suauto, el recorrido más largo hasta su destino y en el camino la mayoría de lasveces convencía a su conquista de la noche de ir a su casa.
No sé si fue el saber eso lo que me dio tanta bronca o loque pasó después.
- Dale! Si, Gracias! – respondió Valeriacon una sonrisa es su boca mirándolo a él primero y después a mi, comorefregándome algo en la cara.
Tenía bastantes cervezas encima, estaba bastante desinhibidoasí que mi respuesta no tardó en llegar.
- Lau, nos tomamos otra nosotros y en todo casodespués nos vamos juntos? – Mi frase tenía todo el doble sentido posible.No iba a dejar que esta pendeja me venga a poner celoso y encima se vayasintiéndose ganadora en esta situación.
- Ay! Dale, Gracias!
- Estas segura Lau? No querés que te alcancemosnosotros? – dijo mi prima en lo que pareció más una súplica que unapregunta.
- No, no te preocupes, además si van paraCapital les queda para el otro lado. Me quedo un rato más.
Damián y Valeria se despidieron de nosotros. Mi amigo con unabrazo y mi prima con el beso más frío que había sentido en mucho tiempo. Comoquien saluda a alguien que no le cae bien pero lo hace de compromiso. Por dossegundos me hizo sentir bien eso, sentía que había ganado nuestra pequeñacompetencia. Pero enseguida vino a mi cabeza el hecho de que se había ido conDamián y sabía que él iba a tratar de lograr algo. Me quedé un poco tildado conese pensamiento en la cabeza.
- Tranquilo, va a estar bien. Se sabe cuidarsola tu primita – me dijo de repente Laura con una sonrisa.
- Que? Si, no, estaba pensando en cualquiercosa, disculpá.
- Enserio, además está en otra.
- Esta de novia? Pensé que había terminado conel flaco que estaba.
- No, no esta de novia. Eso no duró mucho.
- Y entonces? Está saliendo con alguien más?
- No, saliendo no, pero está enganchada conalguien que no le da bola. Pero viste como es, se mete algo en la cabeza ydifícil que se le pase rápido.
- Si – era verdad, entre todas las cosas miprimita era un poco terca y perseverante – Es alguien de la facu?
- No, va, creo que no. La verdad no se mucho.– La pregunta parecía haberle incomodado un poco. Así que preferí no insistircon el tema, nada peor que estar con alguien y que te este dele preguntar por otrapersona. Así que preferí cortarla ahí – Querés que vaya a pedir dos más?
- Dale!
Nos habremos quedado media hora más en el bar. Charlando,tomando cerveza y comentando la película que habíamos visto. Comentario va,comentario viene, terminamos besándonos en el box del bar. Entre el alcohol yla calentura que teníamos encima la cosa se estaba volviendo un pocoinapropiada para el lugar donde estábamos.
- Querés que vayamos a mi casa? Vivo acá nomas– si ella no me lo preguntaba lo iba a terminar sugiriendo yo. No sé si era elacumulado de semanas sin sexo que tenía encima o algo más, pero estaba recaliente.
- Si, dale, vamos.
Pasamos por el centro comercial a buscar mi auto y nosfuimos hasta el departamento de Laura que estaba a un par de minutos de ahí.
Era un edificio de 3 pisos nada más y ella vivía en elprimero así que subimos por las escaleras. Ella iba delante mío y no sé si erapor el ángulo de la escalera, que tenía la minifalda un poco subida o unacombinación de las dos, pero a medida que subíamos me iba regalando unaperfecta visión de su ropa interior.
Llegamos a su departamento, entramos y apenas después deapoyar las llaves en una mesita que tenía al lado de la puerta, se dio vuelta,me miró a los ojos y me empujó suavemente contra la puerta que se cerró detrásmío, probablemente haciendo más ruido del que sus vecinos hubieran querido. Mebesó con fuerza, su lengua jugueteaba con la mía adentro de mi bocaintensamente. La verdad, me tomó un poco por sorpresa, pero no me tomo nada detiempo ponerme a su ritmo. Fuimos besándonos y desabrochando la parte inferiorde nuestra ropa mientras ella nos guiaba hasta la habitación.
En cuanto llegamos me saqué el pantalón y la remera, elladejó caer la minifalda al piso y se sacó la blusa por encima de la cabeza. Meavalancé sobre su cuello mientras con una mano le agarraba un pecho y con laotra le apretaba la cola y la traía hacia mí. Nos seguimos besando mientras ledesabrochaba el corpiño. Empecé a comerle las tetas. Con una mano jugueteabacon una mientras que mi boca se encargaba de la otra. Ella tenía una mano micabeza mientras que la otra me acariciaba por encima del boxer, como midiendoque tan duro estaba. Dio un par de pasos para atrás y se dejó caer en la cama.Guau, la verdad que estaba muy buena.
Si tenía que cortar mi sequía desde mi ex, esta era una muy buena forma. Lebajé la bombacha y la tire a un costado de la cama. Pensaba empezar a jugar unrato ahí abajo pero no me dio tiempo. Se incorporó y se sentó en la cama justoadelante mío. Me tiró los boxers para abajo y sin mediar palabra me agarró lapija y empezó a pajearme. No llegué a suspirar que ya tenía mi pija en su boca.Qué energía! Se ve que no era el único que tenía calentura acumulada.
Cómo necesitaba esto! Que bueno haberme encontrado con miprima afuera del cine! Pensé. Mi prima. Estaría ella haciéndole esto mismo aDamián ahora? Estaría como Laura ahora? Con una pija entrando y saliendo de suboca? Si ya estaba a 100, ese pensamiento me llevó a mil. Imaginarme a miprimita haciendo lo que me estaban haciendo a mi ahora me ponía loco.
Laura me dejó de chupar la pija y se volvió a tirar sobre su espalda,mirándome, se fue moviendo un poco más adentro de la cama. Invitándome a quevaya encima de ella.
No había ni que pensarlo. Me puse encima de ella y mientras la besaba busquécon la punta de mi pija la entrada. Estaba empapada, no hubo mucha fricción niesfuerzo, se deslizó sin problemas adentro suyo.
La cara de Laura mientras se la metía era espectacular,sabía como ponerme a mil. Tiró la cabeza para atrás, se mordió el labioinferior un poco, y depués abrió la boca para dejar escapar un gemido justocuando terminaba de entrar, todo lo que me hacía poner más y más caliente.
Con cada embestida soltaba un leve gemido, lo intercalabacon un “Si”, un “Así”.
Mi ex no cogía así. Ya no jugábamos de esa forma en el último tiempo, era másrutina que pasión, pero Laura me estaba dando justo lo que necesitaba. Sus gestos,la fuerza con la que me arañaba la espalda, todo se sentía muy bien. Será quetodas las pibas de esa edad ahora cogen tan bien? Será que Vale hace lo mismocuando se la están cogiendo?
No fue intensional, pero mientras me seguía cogiendo a Lauraestaba pensando en mi prima, casi que ponía su cara encima de la de su amiga.
- Estás bien? – Me pregunto entre jadeos
- Si, si, muy! – Dije volviendo a larealidad y besándola. Que pelotudo, concéntrate y dejá de pensar en tuprima! Mirá lo que tenés delante tuyo! Pensé.
Me esforcé por quitarme a Valeria de mi cabeza pero nopodía, así que salí de encima de Laura e hice que se de vuelta. Entendióenseguida. Se puso en cuatro ofreciéndome la cola.
Me la cogí así. Al menos de esa forma no se iba a dar cuenta que estabamentalmente en otro lado. Con Vale en mi cabeza y Laura gimiendo más fuertemientras estábamos en esa posición, saqué mi pija de adentro suyo y terminéacabando en su espalda una cantidad impresionante. Quedamos rendidos en la camay después de un rato Lau se levanto, fue al baño y al volver aproveché para iryo.
No sabía que me había pasado, hacía rato que no tenía algotan intenso. Me lavé la cara y volví a la habitación. Ella estaba tiradatodavía desnuda pero metida entre las sábanas, me recosté un rato al lado suyo,quizás podíamos ir otra vuelta más.
Lo siguiente que recuerdo fue despertarme en la cama,desnudo y totalmente solo. Dado el nivel de luz que entraba por la ventana, ya estabaamaneciendo. Me había quedado dormido y pasado la noche ahí.
Con un poco de dolor de cabeza, me levanté, agarré mi ropa,me vestí y salí al living-comedor. Pude adivinar que Lau estaba preparando caféy unas tostadas por el olorcito que había.
- Buen día! – me dijo desde la cocina conuna sonrisa.
- Buen día! – le respondí devolviéndole lasonrisa.
- No te quise despertar. Todavía es tempranopero yo ya no me pude volver a dormir, estoy acostumbrada a salir a corrertemprano los domingos.
- No hay problema. Yo ya me tendría que iryendo igual, tengo mil cosas que hacer hoy.
- Un domingo a la mañana?
- No queda otra.
Me acompañó hasta abajo para poder abrirme la puerta deledificio. Intercambiamos teléfonos por que quedamos en hablarnos y después dedespedirnos me dijo algo que me pareció un poco raro.
- Ah! Una cosa. No le cuentes a tu prima lo deanoche mejor.
- Que cosa de anoche? – Todavía estabamedio dormido y no entendía bien a que se refería.
- Nosotros, viniendo acá. Mejor si no ledecimos nada.
- Ah! Si, no hay problema. No soy de ircontando lo que hago o dejo de hacer, menos a mi prima.
- Si, no, obvio. Pero digo si pregunta. Mejor nole digamos.
- Eh – me resultaba un poco raro el pedido– Por?
- No, nada en especial, solo para que no seararo entre nosotras, si no pasó nada es más fácil.
- Ok, si, olvídate, no hay problema –estaba medio confundido por el pedido, pero la verdad estaba también bastantedormido y con resaca suficiente como para no querer darle más vueltas al asunto– No digo nada.
- Gracias! – me dijo con una sonrisa – Nosvemos!
- Nos vemos!
Cuando llegué al auto mientras esperaba que se calienteagarré mi celular. No lo había revisado desde que salimos del bar. Teníaalgunos mensajes sin leer y algunos eran de Valeria.
“Todo bien? Siguen en el bar?”
“Ya la dejaste a Lau? Todo bien?”
“Avisame cuando llegas a tu casa”
Eran mensajes entre las 2 y las 3 de la mañana,ya eran casi las 8, no tenía sentido contestarle ahora, así que tiré el celularsobre el asiento del acompañante y salí rumbo a casa. Había sido una nochelarga, pero realmente necesitaba ese desahogo.
Damián era un compañero de trabajo 3 años más chico que yo, habíaingresado a la empresa donde trabajaba hacía poco más de un año y me tocó a mícapacitarlo y guiarlo en el cliente donde estábamos asignados. Era hincha de Bocaigual que yo, le gustaba el cine, hacer deporte y las series de cienciaficción, así que después de un año de trabajar todos los días juntos noshicimos buenos amigos.
Si bien coincidíamos en muchas cosas, como nuestro gusto porlas películas y la cultura pop en general, había ciertas partes de su vida y suforma de ver las cosas que no coincidían demasiado con mi manera de pensar. Porejemplo, yo siempre fui de tener relaciones estables e incluso en mis épocas desoltería no solía salir con alguien nuevo mientras veía a alguien más. Damián encambio nunca fue de estar de novio, siempre salía con varias personas a la vezy le molestaba el concepto de estar en una relación seria. Lo más cerca de esoque lo había visto era su actual situación con Natalia, una chica con la que seveían desde hace más de dos meses, todas las semanas. Si bien él insistía conque no era su novia, las veces que me la había cruzado me daba la claraimpresión de que ella no se sentía igual. Dormían juntos un par de veces a lasemana, salían a cenar o al cine. Incluso la había traído a varios afters de laempresa.
No entendía por que no quería tenerla como novia, Nati eraun chica super divertida, buena onda e independiente, tenía su propio auto,departamento y como frutilla del postre estaba muy buena. No era de esas chicasque al verla decís “es linda” anda más, la descripción que mejor le quedaba eraque estaba buena. Lo primero que notabas era su cuerpo, su cara no era fea, nicerca de serlo, pero tenía un cuerpo que destacaba en todos los niveles. Buenacola, cinturita trabajada y un pecho firme y grande que encajaba perfecto conel resto de su figura.
Quizás fueran otras cosas en las que Damián se enfocaba, cosas que evitaban queNatalia se viera como una novia ideal a sus ojos, pero a mi entender más quenada era su fobia a sentirse atrapado.
Ese sábado habíamos quedado encontrarnos en un centrocomercial de Zona Norte. Ambos siempre fuimos muy quisquillosos con las salasde cine que elegíamos. No nos gustaban los cines con pantallas chicas o sillasincómodas, entonces solíamos ir a ese por más que fuera un poco más lejos.
Nos encontramos 40 minutos antes de la hora de la función yfuimos a sacar las entradas. Decidimos hacer algo de tiempo yendo a jugar alpool que estaba cerca de las salas de cines, cruzando el patio de comidas quelos separaba.
Apenas entramos a la zona de las mesas, me sorprendió ungolpecito en mi hombro derecho que me hizo darme vuelta un poco sobresaltado.
- Primito! – me dijo Valeria con unasonrisa mientras me abrazaba y me saludaba con un beso
- Hola! Que haces por acá? – pregunté muysorprendido de verla en ese lugar.
- Lau vive acá cerca y teníamos ganas de ir alcine – dijo mientras daba un paso al costado y me señalaba a la chica quela acompañaba – Lau, mi primo, primito, Lau – nos presentó. Tenía esacostumbre de siempre decirme “Primo”, “Primito”, nunca me molestó por que yosolía hacer lo mismo.
- Hola! Cómo estas? – La saludé con un besoy les presenté a Damián – El es Damián, laburamos juntos en la empresa.
Damián saludó a ambas con un beso y les preguntó que teníanpensado ir a ver.
- Después de un poco de trabajo, convencí a laprima de tu amigo de ir a ver la secuela de Creed. No tiene muchas ganas se ve,pero al menos la sala estaba bastante vacía así que pudimos elegir buenoslugares – contestó Lau.
- La función dentro de media hora? –preguntó Damián.
- - Si, esa! – contestó enfática Vale – ustedesvan a la misma? En que fila sacaron?
- Como siempre, en estas salas lo mejor esestar atrás de todo que es más alto y...
- Quedás con la pantalla a la mitad de los ojosy no te hace doler el cuello – me interrumpió mi prima – Vos y tuscaprichitos – se rió.
- Tiene razón! – la cortó Laura – Yosiempre te digo lo mismo de este cine, por eso sacamos también en la últimafila. Además acá las butacas se pueden reclinar un poco y al no tener nadieatrás la última fila es la mejor para eso. Estás re cómoda.
- Totalmente! – coincidí.
Me había agarrado por sorpresa pero a Laura claramente legustaba ir al cine y compartía mis gustos por esos pequeños detalles. Le sonreímientras coincidía con ella y me devolvió la sonrisa cómplice mientras Valeriahacía un gesto de fastidio, burlándose de nosotros.
Decidimos alquilar una mesa de pool por media hora entre los4 y jugar en equipos.
Aproveché un poco ese tiempo para conocer un poco a Laura.
Era una compañera de facultad de mi prima, unos 3 años másgrande. Estaban cursando desde principio de año juntas después de que elladecidiera cambiar de carrera. Era linda piba. Un poco más alta que Vale,seguramente un par de centímetros más baja que yo, aunque era difícil deadivinar con las botas que tenía puestas.
Tenía una minifalda de jean y una blusa blanca super ampliay escotada, era imposible no desviar la mirada.
Mientras yo me tomaba el tiempo de conocer a Laura, Damiánhizo lo mismo con Valeria. Hasta hizo el típico movimiento de “enseñarle” comoagarrar el taco de pool. Totalmente innecesario, por que Vale en la casa de lospadres siempre tuvo una mesa, así que jugaba mejor que cualquiera de nosotrossin esfuerzo alguno. Algo que siempre le gustó echarme en cara.
Mi prima tenía puesto un vestidito bien al cuerpo que leresaltaba sus atributos muy bien. Terminaba a medio camino entre su cola y lasrodillas y tenía un escote corto pero al tener claramente un corpiño de esospush-up, le quedaba genial. Traté de disimular cada vez que la miraba pero a lavez algo en mí no me quería hacer perder ningún detalle.
Cuando llegó la hora de ir a la sala devolvimos el set debolas y tizas que nos habían dado en una caja y encaramos para la entrada delcine.
Nuestros asientos no estaban todos pegados, pero por la cantidad de gente quehabía cuando entramos en la sala, decidimos ponernos todos juntos en la últimafila en el centro.
Vale pasó primera entre la fila de asientos y Damián se metió rápidamentedespués de ella. Cosa que no me cayó muy bien, no fue nada sutil. Dejé que Laupasara después de él y yo la seguí.
Durante los 15 minutos de avances y publicidades Damián yValeria se la pasaron cuchicheando y riéndose. Yo trataba de seguir loscomentarios que me hacía Laura sobre la sala o alguno de los trailers quepasaban. Teníamos gustos parecidos en cuando a las películas, era una chicainteresante. El problema es que cada vez que la miraba, veía detrás de ella aValeria riéndose con Damián cuando él le decía algo al oído o tocándole elbrazo mientras se reía. En un par de ocasiones nuestras miradas se cruzaron. Yoseguramente no tenía la cara más amistosa del mundo, la situación no me era deltodo cómoda. Ella en cambio me miraba sonriente y con sus ojos clavados en losmíos, como analizando mi reacción a todo esto. O eso me pareció.
La película pasó sin situaciones que valgan la penacomentar. A mi no me gustaba cuando las personas hablaban en el cine. Laura sesentía de la misma forma, así que fuera de algún intercambio de sonrisas, loúnico que desencajaba era cuando se escuchaba un cuchicheo entre mi prima y miamigo.
Cuando salimos del cine decidimos ir a un bar los 4 y seguirla charla ahí. Por suerte había un lugar con buena birra a un par de cuadras,así que dejamos los autos en el estacionamiento del centro comercial y nos fuimoscaminando.
Cerveza va, cerveza viene, nos la pasamos riendo y hablandode todo un poco. Estábamos en un box, Dami con Vale de un lado y yo con Lau delotro. Mi amigo no perdía oportunidad de tirarle cumplidos a mi prima y ellaaceptaba todos los comentarios haciéndose la tonta. Le sonreía y le seguía eljuego. Me dispuse a no prestarle atención a esas cosas, por que me estabanmolestando, así que dediqué mi atención a Laura, le hacía preguntas y lehablaba solo a ella en algunas ocasiones. La música del bar estaba bastantealta, así que hablar entre los cuatro resultaba un poco cansador, teníamos queestar prácticamente gritando.
Hacía rato que no salía con alguien que me resultara tan interesante como meestaba resultando esta chica. Ella parecía sentir lo mismo por que empezó atocarme el brazo cuando se reía o apoyar su mano en mi pecho cuando le tirabaalgún comentario que le provocaba una carcajada. La verdad, lo estaba pasandomuy bien, hasta que de golpe algo me empezó a molestar.
Valeria había dejado su mano sobre la mesa, justo encima de la de Damián y élhabía pasado su brazo por encima de los hombros de ella, mientras seguíanhablando. Pero ahora, cada vez que Valeria se inclinaba a decirle algo al oído,me miraba a mí fijo a los ojos. Cada vez que Damián se acercaba a ella, hacíalo mismo. Me miraba fijo y divertida. Toda esa situación me hizo sentir másmolesto. Sentía que me estaba provocando y lo peor de todo es que lo estabalogrando. Me estaban dando celos que ella se comportara de esa forma con miamigo.
Fue una pendejada de mi parte pero empecé a hacer lo mismo, me empecé a acercarmás a Laura y pasé mi brazo por atrás de ella de la misma forma que Damiánhabía hecho con mi prima. Con cada uno de estos movimientos, miraba fijo a losojos de mi primita del otro lado de la mesa. Por la cara que había puestoparece que no le gustó mucho que le siguiera el juego. Era una pequeñacompetencia, a ver quién llegaba más lejos, o al menos así parecía.
Cuando vi la mano de Damián perderse debajo de la mesa, sabía que el destinofinal era la pierna de mi prima. La rabia me estaba carcomiendo. Yo hice lomismo con Laura, que en ningún momento desapreció el gesto. Todo lo contrario,me sonrió y sentí que se acercaba a mi para darme un beso.
- Creo que ya nos tendríamos que ir yendo –dijo de golpe Valeria con un tono bastante serio
- Tan temprano? Pidamos otra! – Le contestósu amiga que claramente no estaba de acuerdo en terminar la noche tan temprano.
- Si! Pidamos otra! – respondí yo, mirandoprimero a Laura con una sonrisa que me correspondió y después a mi primaintentando desafiarla.
- No, yo ya estoy bien, prefiero irme a casa– contesto sin intención alguna de negociar y mirándome con lo que parecía serun poco de enojo.
- Yo también estoy cansado! Me parece quetambién me voy a ir yendo – dijo mi amigo de golpe. – Querés que telleve?
Mi corazón dio un vuelco. Había escuchado mil veces el“querés que te lleve?” de Damián. Siempre venía seguido de una charla hasta suauto, el recorrido más largo hasta su destino y en el camino la mayoría de lasveces convencía a su conquista de la noche de ir a su casa.
No sé si fue el saber eso lo que me dio tanta bronca o loque pasó después.
- Dale! Si, Gracias! – respondió Valeriacon una sonrisa es su boca mirándolo a él primero y después a mi, comorefregándome algo en la cara.
Tenía bastantes cervezas encima, estaba bastante desinhibidoasí que mi respuesta no tardó en llegar.
- Lau, nos tomamos otra nosotros y en todo casodespués nos vamos juntos? – Mi frase tenía todo el doble sentido posible.No iba a dejar que esta pendeja me venga a poner celoso y encima se vayasintiéndose ganadora en esta situación.
- Ay! Dale, Gracias!
- Estas segura Lau? No querés que te alcancemosnosotros? – dijo mi prima en lo que pareció más una súplica que unapregunta.
- No, no te preocupes, además si van paraCapital les queda para el otro lado. Me quedo un rato más.
Damián y Valeria se despidieron de nosotros. Mi amigo con unabrazo y mi prima con el beso más frío que había sentido en mucho tiempo. Comoquien saluda a alguien que no le cae bien pero lo hace de compromiso. Por dossegundos me hizo sentir bien eso, sentía que había ganado nuestra pequeñacompetencia. Pero enseguida vino a mi cabeza el hecho de que se había ido conDamián y sabía que él iba a tratar de lograr algo. Me quedé un poco tildado conese pensamiento en la cabeza.
- Tranquilo, va a estar bien. Se sabe cuidarsola tu primita – me dijo de repente Laura con una sonrisa.
- Que? Si, no, estaba pensando en cualquiercosa, disculpá.
- Enserio, además está en otra.
- Esta de novia? Pensé que había terminado conel flaco que estaba.
- No, no esta de novia. Eso no duró mucho.
- Y entonces? Está saliendo con alguien más?
- No, saliendo no, pero está enganchada conalguien que no le da bola. Pero viste como es, se mete algo en la cabeza ydifícil que se le pase rápido.
- Si – era verdad, entre todas las cosas miprimita era un poco terca y perseverante – Es alguien de la facu?
- No, va, creo que no. La verdad no se mucho.– La pregunta parecía haberle incomodado un poco. Así que preferí no insistircon el tema, nada peor que estar con alguien y que te este dele preguntar por otrapersona. Así que preferí cortarla ahí – Querés que vaya a pedir dos más?
- Dale!
Nos habremos quedado media hora más en el bar. Charlando,tomando cerveza y comentando la película que habíamos visto. Comentario va,comentario viene, terminamos besándonos en el box del bar. Entre el alcohol yla calentura que teníamos encima la cosa se estaba volviendo un pocoinapropiada para el lugar donde estábamos.
- Querés que vayamos a mi casa? Vivo acá nomas– si ella no me lo preguntaba lo iba a terminar sugiriendo yo. No sé si era elacumulado de semanas sin sexo que tenía encima o algo más, pero estaba recaliente.
- Si, dale, vamos.
Pasamos por el centro comercial a buscar mi auto y nosfuimos hasta el departamento de Laura que estaba a un par de minutos de ahí.
Era un edificio de 3 pisos nada más y ella vivía en elprimero así que subimos por las escaleras. Ella iba delante mío y no sé si erapor el ángulo de la escalera, que tenía la minifalda un poco subida o unacombinación de las dos, pero a medida que subíamos me iba regalando unaperfecta visión de su ropa interior.
Llegamos a su departamento, entramos y apenas después deapoyar las llaves en una mesita que tenía al lado de la puerta, se dio vuelta,me miró a los ojos y me empujó suavemente contra la puerta que se cerró detrásmío, probablemente haciendo más ruido del que sus vecinos hubieran querido. Mebesó con fuerza, su lengua jugueteaba con la mía adentro de mi bocaintensamente. La verdad, me tomó un poco por sorpresa, pero no me tomo nada detiempo ponerme a su ritmo. Fuimos besándonos y desabrochando la parte inferiorde nuestra ropa mientras ella nos guiaba hasta la habitación.
En cuanto llegamos me saqué el pantalón y la remera, elladejó caer la minifalda al piso y se sacó la blusa por encima de la cabeza. Meavalancé sobre su cuello mientras con una mano le agarraba un pecho y con laotra le apretaba la cola y la traía hacia mí. Nos seguimos besando mientras ledesabrochaba el corpiño. Empecé a comerle las tetas. Con una mano jugueteabacon una mientras que mi boca se encargaba de la otra. Ella tenía una mano micabeza mientras que la otra me acariciaba por encima del boxer, como midiendoque tan duro estaba. Dio un par de pasos para atrás y se dejó caer en la cama.Guau, la verdad que estaba muy buena.
Si tenía que cortar mi sequía desde mi ex, esta era una muy buena forma. Lebajé la bombacha y la tire a un costado de la cama. Pensaba empezar a jugar unrato ahí abajo pero no me dio tiempo. Se incorporó y se sentó en la cama justoadelante mío. Me tiró los boxers para abajo y sin mediar palabra me agarró lapija y empezó a pajearme. No llegué a suspirar que ya tenía mi pija en su boca.Qué energía! Se ve que no era el único que tenía calentura acumulada.
Cómo necesitaba esto! Que bueno haberme encontrado con miprima afuera del cine! Pensé. Mi prima. Estaría ella haciéndole esto mismo aDamián ahora? Estaría como Laura ahora? Con una pija entrando y saliendo de suboca? Si ya estaba a 100, ese pensamiento me llevó a mil. Imaginarme a miprimita haciendo lo que me estaban haciendo a mi ahora me ponía loco.
Laura me dejó de chupar la pija y se volvió a tirar sobre su espalda,mirándome, se fue moviendo un poco más adentro de la cama. Invitándome a quevaya encima de ella.
No había ni que pensarlo. Me puse encima de ella y mientras la besaba busquécon la punta de mi pija la entrada. Estaba empapada, no hubo mucha fricción niesfuerzo, se deslizó sin problemas adentro suyo.
La cara de Laura mientras se la metía era espectacular,sabía como ponerme a mil. Tiró la cabeza para atrás, se mordió el labioinferior un poco, y depués abrió la boca para dejar escapar un gemido justocuando terminaba de entrar, todo lo que me hacía poner más y más caliente.
Con cada embestida soltaba un leve gemido, lo intercalabacon un “Si”, un “Así”.
Mi ex no cogía así. Ya no jugábamos de esa forma en el último tiempo, era másrutina que pasión, pero Laura me estaba dando justo lo que necesitaba. Sus gestos,la fuerza con la que me arañaba la espalda, todo se sentía muy bien. Será quetodas las pibas de esa edad ahora cogen tan bien? Será que Vale hace lo mismocuando se la están cogiendo?
No fue intensional, pero mientras me seguía cogiendo a Lauraestaba pensando en mi prima, casi que ponía su cara encima de la de su amiga.
- Estás bien? – Me pregunto entre jadeos
- Si, si, muy! – Dije volviendo a larealidad y besándola. Que pelotudo, concéntrate y dejá de pensar en tuprima! Mirá lo que tenés delante tuyo! Pensé.
Me esforcé por quitarme a Valeria de mi cabeza pero nopodía, así que salí de encima de Laura e hice que se de vuelta. Entendióenseguida. Se puso en cuatro ofreciéndome la cola.
Me la cogí así. Al menos de esa forma no se iba a dar cuenta que estabamentalmente en otro lado. Con Vale en mi cabeza y Laura gimiendo más fuertemientras estábamos en esa posición, saqué mi pija de adentro suyo y terminéacabando en su espalda una cantidad impresionante. Quedamos rendidos en la camay después de un rato Lau se levanto, fue al baño y al volver aproveché para iryo.
No sabía que me había pasado, hacía rato que no tenía algotan intenso. Me lavé la cara y volví a la habitación. Ella estaba tiradatodavía desnuda pero metida entre las sábanas, me recosté un rato al lado suyo,quizás podíamos ir otra vuelta más.
Lo siguiente que recuerdo fue despertarme en la cama,desnudo y totalmente solo. Dado el nivel de luz que entraba por la ventana, ya estabaamaneciendo. Me había quedado dormido y pasado la noche ahí.
Con un poco de dolor de cabeza, me levanté, agarré mi ropa,me vestí y salí al living-comedor. Pude adivinar que Lau estaba preparando caféy unas tostadas por el olorcito que había.
- Buen día! – me dijo desde la cocina conuna sonrisa.
- Buen día! – le respondí devolviéndole lasonrisa.
- No te quise despertar. Todavía es tempranopero yo ya no me pude volver a dormir, estoy acostumbrada a salir a corrertemprano los domingos.
- No hay problema. Yo ya me tendría que iryendo igual, tengo mil cosas que hacer hoy.
- Un domingo a la mañana?
- No queda otra.
Me acompañó hasta abajo para poder abrirme la puerta deledificio. Intercambiamos teléfonos por que quedamos en hablarnos y después dedespedirnos me dijo algo que me pareció un poco raro.
- Ah! Una cosa. No le cuentes a tu prima lo deanoche mejor.
- Que cosa de anoche? – Todavía estabamedio dormido y no entendía bien a que se refería.
- Nosotros, viniendo acá. Mejor si no ledecimos nada.
- Ah! Si, no hay problema. No soy de ircontando lo que hago o dejo de hacer, menos a mi prima.
- Si, no, obvio. Pero digo si pregunta. Mejor nole digamos.
- Eh – me resultaba un poco raro el pedido– Por?
- No, nada en especial, solo para que no seararo entre nosotras, si no pasó nada es más fácil.
- Ok, si, olvídate, no hay problema –estaba medio confundido por el pedido, pero la verdad estaba también bastantedormido y con resaca suficiente como para no querer darle más vueltas al asunto– No digo nada.
- Gracias! – me dijo con una sonrisa – Nosvemos!
- Nos vemos!
Cuando llegué al auto mientras esperaba que se calienteagarré mi celular. No lo había revisado desde que salimos del bar. Teníaalgunos mensajes sin leer y algunos eran de Valeria.
“Todo bien? Siguen en el bar?”
“Ya la dejaste a Lau? Todo bien?”
“Avisame cuando llegas a tu casa”
Eran mensajes entre las 2 y las 3 de la mañana,ya eran casi las 8, no tenía sentido contestarle ahora, así que tiré el celularsobre el asiento del acompañante y salí rumbo a casa. Había sido una nochelarga, pero realmente necesitaba ese desahogo.
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