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Polvo de cuarentena

Hola a tod@s otra vez...
Voy a contar otro encuentro de los que estoy acostumbrándome estas últimas semanas de cuarentena y bastante encierro...

Creo que es una historia menos interesante que las anteriores, pero a pesar de eso, tenía ganas de hacerla pública y ejercitar los dedos escribiendo un poco...
El protagonista esta vez, es mi actual "pareja", con la cual no convivimos (y por ahora tampoco tenemos pensado hacerlo).

En circunstancias normales, solíamos vernos varias veces por semana, saliendo a veces a comer afuera, otras veces en mi casa, y otras en la suya.
Una relación bastante "normal" en ese sentido, y generalmente con sexo en cada encuentro.

Pero por el tema del aislamiento social, este último tiempo tuvimos que cambiar un poco los hábitos, y adaptarnos a nuevas formas.
Las primeras semanas, la cuarentena era bastante estricta, por lo cual decidimos respetar ese distanciamiento, pero con el paso de los días, cada vez se hacía mas complicado...
Hay cosas que se pueden hacer con el uso de las tecnologias (P!, por ejemplo), y si bien ayuda bastante, no es lo mismo.
Al menos en mi caso, necesito sexo de verdad.
El último de estos encuentros en cuarentena, ocurrió el domingo pasado, víspera del lunes feriado.

Como vivo en un departamento, y comparto el edificio con otros vecinos, decidí jugar de visitante para evitar cualquier posible problema.
Creo que en ese caso, también me podrian evidenciar los posibles ruidos y crujidos de cama...

Acordamos entonces vernos en su casa, por lo que acordamos previamente, y me esperó en la esquina de casa, para ir en auto hasta la suya.

Me vestí para la ocasión (aunque tampoco demasiado producida), y salí para la esquina sabiendo que me estaría esperando.
La idea era estar un rato juntos, cenar en su casa, y obviamente sacarnos las ganas acumuladas de la semana.

Subí al auto, me saqué el barbijo, como ciudadana (ir)responsable, y nos fundimos en un beso, comiéndonos la boca despues de varios días sin poder sentirnos la piel.
Mientras nuestras lenguas exploraban nuestras bocas, nos tocamos un poco, recorriendo con nuestras manos el cuerpo del otro.
Mis manos se apoyaron en su cintura, y casi sin poder evitarlo se fueron un poco más hacia abajo, encontrándo el bulto en su pantalón, que ya parecia bastante evidente.
Sus manos también se posaron en mi cintura, pero se fueron un poco hacia arriba, encontrando mis tetas, y manoséandolas durante los besos...
Su boca se desvió hacia mi cuello, mientras sus manos seguían firmes en mí.

Creo que los dos teníamos ganas de desvestirnos y tener sexo ahi mismo dentro del auto, pero estabamos en la calle y no era lo más recomendable.
Nos calmamos un poco, bajándo la temperatura, y arrancamos...

Cuando llegamos, me acomodé un poco y nos dimos otros cuantos besos, parecidos a los del auto.
Era casi la hora de cenar, por lo que no nos entretuvimos demasiado, sabiendo que más tarde tendriamos bastante tiempo para el goce mutuo...

Había cocinado un pollo al horno con verduritas, como sabe que me gusta.
En general, cocina bastante bien, y le gusta cuidarse, igual que a mi.
(es un puñado de años menor que yo, muy bien llevados, y mantenidos principalmente con el gym.)

Ese gesto de preparar lo que sabe que me gusta, ya habia hecho que sumara más puntos de los que ya de por sí tenia.
(de todos modos, con muchos puntos o con pocos puntos, ibamos a coger igual...)

Terminamos de cenar, charlamos un buen rato de nuestras cosas, y nos dispusimos a levantar la mesa y lavar lo que habiamos ensuciado.
Cuando terminamos, ya eran pasada las once de la noche, por lo que encaramos para la cama...
Tele de por medio, aunque ni recuerdo qué era.
Enseguida empezaron las caricias y los mimos, aunque creo que todavía sin intención de empezar a prendernos fuego.
Los dos sabiamos que la noche recien empezaba.

Debo admitir que soy bastante calienta-pijas, y me gusta ver hasta donde el hombre puede llegar a aguantar la situación.
Mis caricias empezaron por sus brazos, bien duros y marcados, que tanto me gustan.
No tardó demasiado en reaccionar y enseguida sus manos volvieron a donde las había dejado antes: a mis tetas.
Sus manos me acariciaban por arriba de la ropa, y suavemente comenzaron a filtrarse por debajo de mi remera, por mi cintura...
Mis manos siguieron su juego, acariciando también su panza y subiendo hasta su pecho, que tanto me gusta...
Otra vez nuestras bocas se encontraron, lengua con lengua.
Casi igual que antes, su boca encontró luego mi cuello, besándolo de la forma que sabe que tanto me enciende.
Su boca fue bajando hasta mi escote, para jugar un rato ahi, mientras mis primeros jadeos estaban casi dentro de su oído.

Casi sin darme cuenta, ya estaba sentada encima suyo, disfrutando de su lengua en mi piel.
Su boca quería mas, por lo que me levantó los brazos, para sacar mi remera, mientras yo hice lo mismo, sacando la suya.
Quedamos los dos en jean, él en cuero, y yo en corpi (sí, esta vez me puse corpi...).
Su boca buscó nuevamente mi escote, mientras que con su mano desabrochaba los últimos segundos que iba a durar mi corpiño.
Yo ya estaba entonces en tetas, con su boca enterrada entre medio.

Disfrutamos un rato asi, mientras nuestras entrepiernas se frotaban entre si, hasta que como pudimos, nos ayudamos a quitarnos el jean.
Ahora, con mas piel a la vista para degustar, empecé besando su pecho, y bajando despacito.
Él, acostado boca arriba, y yo arrodillada a su lado, empezando la secuencia de besos.
Una de mis manos, apoyada sobre su pecho, y la otra sobre su panza, llegando a su boxer.

La cabeza de su pija, ya comenzaba a asomarse, casi pidiendo mi boca.
Mi mano que ya estaba sobre su boxer, terminó de bajarlo, liberando toda su pija, que a esa altura, ya estaba totalmente dura.
Mis ojos se clavaron en los suyos, y sin dejar de mirarlo, mi lengua encontró el tronco y se deslizó hacia la punta... hasta que toda su cabeza y la mitad superior de su tronco, se perdieron en mi boca...

Su mano sujetó mi pelo, para que pudiera comerlo con más comodidad.
Podía ver, que mientras su pija entraba y salia de mi boca, también aparecieron sus primeros jadeos.
Sabía perfectamente que no iba a hacerlo acabar con una simple chupada, asi que me dispuse a comerlo durante un buen rato...
Mi boca comenzó a recorrer también su panza, alternando besos debajo del ombligo, y con lengüetazos de lujuria también en esa zona.

Con su pija ya liberada de mi boca, la puso entre mis tetas, y con sus manos la acomodó dandome a entender lo que quería...
Con el nivel de temperatura que tenía, obviamente hice caso, entendiendo su propuesta.

En la vida en general, no me considero una mujer sumisa, pero en el sexo me calienta bastante asumir el papel de "puta" para complacer en este caso a mi pareja...
Así que acomodé su pija entre mis tetas, y las apreté con mis brazos, mientras lo miraba con carita de sumisa viciosa...


Polvo de cuarentena


Como podía, intentaba sincronizar mi lengua contra la punta de su pija, que ante cada embestida, llegaba casi hasta mi pera.
Despues de darle el gusto de cogerme las tetas durante un rato, volvi a llenarme la boca de pija, hasta poder sentir lo hinchada que estaba.
Supe entonces que era el momento de meter adentro mío esa erección que estaba en su punto máximo.

Él, acostado en la cama mirando (y apuntando) al techo.
Yo, acomodándome encima suyo, con una rodilla a cada lado de su cuerpo.
Y agarrando esa pija dura y parada, toda llena de mis babas, para acomodar en la entrada de mi concha, en ese momento ya bastante caliente.
Supongo que por ese motivo, fue que entró tan facilmente, deslizando todo su tronco y robándome un nuevo gemido, de esos que te hacen abrir la boca y morderte los labios de tanto placer...
Por fin tuve toda la pija adentro, y nos miramos los dos, con cara de "me encanta lo que está pasando".

- Toda la semana esperé este momento...
[/color]

- Somos dos...

Mientras sus dos manos buscaron mis tetas, comencé mi movimiento de cintura.
Estaba dispuesto a cabalgarlo como quise toda la semana.
Empecé suave y de a poco fui aumentando el ritmo.

Llevó una mano a mi cuello, la cual dejé unos momentos, para luego buscarla con mis labios y responder primero lamiendo su dedo mayor, y luego metiendolo entero en mi boca, chupándoselo como si de su pija se tratara clavándole la mirada fija a los ojos.

A esta altura, el ritmo de la cabalgata ya era fuerte.
Claramente ya habiamos dejado de hacer el amor de manera romántica, para empezar a garchar intensamente.
Mis gemidos, sus jadeos, y los ruidos de la cama ya hacian evidente esta situación.
Recliné mi cabeza hacia atras, llevando mis manos a mi pelo, mientras sus manos se posaron firmemente en mis caderas y mis tetas rebotaban sincronizadamente con las embestidas de su pija que duraron varios minutos.

La cama parecia que iba a desarmarse, por lo que decidimos cambiar de posición.
Me arrodille en la cama, dejando salir semejante pija de dentro mío.
Ver esa verga hinchada hizo que quiera llevarmela a la boca nuevamente para disfrutar otra vez.
Chupé unos instantes mientras él tambien se acomodaba.

- Date vuelta. Ponete en cuatro.

Inmediatamente acepté e hice caso.
Un poco, porque como decía anteriormente, me encanta asumir el papel de putita obediente, y otro poco porque también quería lo mismo.

Me acomodé en cuatro, quebrando un poquito la cintura, y apuntando mi cola hacia su pija que seguía totalmente dura.
Otra vez la apoyó sobre mi entrada, dándome una hermosa pinceleada, hasta hacerme suplicar:

- Dale! Cogeme!

- Que pasa? No te gusta esto?

- Me encanta, pero cogeme!

Fue entonces que me clavó la pija hasta el fondo sin ninguna suavidad, que nuevamente entró demasiado facil..
Esa enterrada me hizo salir un nuevo gemido, demostrándole lo mucho que me gustó.

- Ay! Hijo de puta!

- Esto querías?

- Ay! Si! Eso quería!

El bombeo siguió intensamente, al igual que la primer embestida.
Sus jadeos, fueron fácilmente tapados por mis gemidos de puta bien cogida.
Su pija salía casi hasta la cabeza, para volver a enterrar el tronco hasta el final, repitiendo incansablemente el choque de su pelvis contra mi cola.

El volumen de mis gemidos eran cada vez mas fuertes, y aunque creo no hay vecinos que puedan escuchar el goce de la tremenda cogida que me estaban dando, por intuición mordí las sábanas para seguir así.
Sentía que el orgasmo era casi inminente.

- Aay! Aaay! Aaaay!

- ahj! ahhj! ahhj!

No pasó demasiado tiempo más, hasta sentir que empezaba a llegar ese orgasmo tan deseado.
Comencé a sentir ese hermoso cosquilleo, y también notar que los ojitos se me daban vuelta...

- AY! AAY! AAAY! Voy a acabar!

Sus manos que hasta ese momento recorrian mi cuerpo y mis tetas, se posaron en mi cintura para tomarme con firmeza, y empezar a bombearme todavía mas fuerte.

- AH! AAH! AAAH AAAHHHH!

Ya podia sentir cómo mi cuerpo temblaba por el tremendo orgasmo que estaba teniendo.
Sin embargo su pija seguía firme, entrando y saliendo, como si de una maquina se tratase.
Creo que estaba esperando hacerme acabar a mi, para luego acabar él.
Fue entonces que sus jadeos se agitaron cada vez mas, hasta pensar que me iba a llenar de leche así en cuatro, como estabamos...

Sin embargo, sacó su pija de dentro mío, todavía hinchadisima y a punto de explotar.
Con la pija entre sus manos, y comenzando a pajearse, me ordenó:

- Date vuelta, Dame esas gomas!

Como pude me di vuelta quedando ahora yo acostada boca arriba.
Fue él esta vez, quien se ubicó encima mío, también con una rodilla de cada lado, y acomodando su pija entre mis tetas:

- Toda la semana guardando la leche para dartelá así...

Debe haber sido tal la cara de puta en celo con la que lo miré, aceptando sin dudas su propuesta, que unos segundos después, descargó toda la leche que acumulaba.

- AHHHHHH!

Sinceramente no recuerdo cuántos chorros de leche salieron de esa pija, pero los primeros llegaron hasta mi pera y mi cuello, dejando incluso mis labios con sus restos.
Los siguientes cayeron plenamente sobre mis tetas, llenando mi esternón con su leche.
Ya cuando terminó la descarga sobre mí, golpeó su pija sobre mis gomas, como si de un tambor se tratase, para salpicar asi las ultimas gotas y coronar el enchastre lácteo que habia hecho sobre mi.

tetas

Él todavía exitado y agitado, y yo todavía temblando del orgasmo de algunos segundos antes, nos miramos a los ojos, para decirme:

- Qué puta que sos, por dios!
- Te amo!

A lo que yo, toda llena de su leche, incluso en mis labios, le respondí:

- Te amo!

Quedamos unos instantes asi, para poder recargar algo de la energía que nos acababamos de robar, y darnos una buena ducha caliente antes de dormir...

Por suerte, quedan varios domingos para repetir...

17 comentarios - Polvo de cuarentena

Cyberlibra
si te animas estoy solo en la fabrica...mp o chat
strat0
que lindo como transmitis, me re calente de solo leerlo...van mis 10!!
Tartanico
Que placer! Lo que daria por visitarte
ColifaD
muy bueno, me encantó!!!!+10
mdqpablo
exelente relato .muy hot
javi_10_
me encanta que seas puta en la cama!!!
Lorenzo_pedro
Qué calentura me llega. Quiero acercarme y ser el tercero ahi
soiel1
me encantó tu relato, por más encuentros así!
anarkodievo
Tremendo relato, me recontra calenté
VoyeaurXVII
me encantaron los "te amo" en medio de la enlechada!
No hay amor más genuino!!! jajajaja!